La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su más profundo repudio por las declaraciones vertidas por la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, en el programa “Pamela a la tarde” emitido el 9 de agosto del corriente por el Canal América TV al afirmar que “lo más terrible que tiene la pobreza es que no te permite pensar”

Señor presidente:

La capacidad de asombrarnos día a día con las manifestaciones de algunos funcionarios no tiene fin. Parece instalarse una tendencia a naturalizar frases bestiales sin que las mismas tengan un correlato que las desapruebe o nos llame a la reflexión, como si en definitiva lo que se afirma, con plena conciencia, forma parte de un discurso que hay que sostener, sin reparar si el mismo nace de la convicción de quien lo emite y sin mensurar, -como en el caso que nos ocupa-, el daño que puede propinarse a quienes se dirige.

La gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, no deja de asombrarnos con las conductas que viene desplegando en los últimos tiempos con su despiadado enfrentamiento hacia los gremios docentes; su políticas de recortes en materia de educación pública en todos los niveles de la provincia; la desastrosa condición de la infraestructura edilicia escolar que les costara la vida a Sandra Calamano y Rubén Rodríguez en la escuela 49 de Moreno y por si esto fuera poco, sus recientes expresiones en torno a la pobreza que repugnan proviniendo de una funcionaria que gobierna el distrito más poblado de nuestro país y por ende, el que mayor concentración de habitantes en situación de pobreza tiene.

Para comprender la magnitud de lo que estamos analizando es preciso transcribir textualmente sus dichos vertidos en el programa “Pamela a la tarde” conducido por Pamela David y emitido por el canal América TV el pasado día 9 de agosto del corriente.

La gobernadora expresó lo siguiente: “lo más terrible que tiene la pobreza es que no te permite pensar”. Si señor Presidente. Así como se transcribe, sin filtro, con una crudeza llamativa para una dirigente que debería cuidar las formas y los modos en que se dirige en un programa de televisión que miran millones de personas.

Y estos dichos que trasuntan una bestialidad manifiesta los afirma una persona denunciada junto a otras autoridades de su partido (PRO) en la Provincia de Buenos por los delitos de usurpación de identidad, falsificación de documento, lavado de activos y violación de secretos de la privacidad.

Casualmente, estos delitos por los que se denuncia a la gobernadora Vidal, involucrarían en una gran mayoría a personas pobres, esos a los que según la mandataria la pobreza no les permite pensar.

¿Qué clase de dirigente político es capaz de sostener semejante y descalificador argumento cuando tiene a su cargo la provincia más poblada y con mayores índices de pobreza del país?, índices que, dicho sea de paso, se incrementaron merced al despliegue de políticas de exclusión social que comenzaron a potenciarse luego de la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

El infamante agravio vertido por la gobernadora Vidal a los pobres debe ser condenado con la mayor dureza por parte de todos los sectores que componen la vida social, política y económica del país.

Señor Presidente, insistimos con lo señalado al principiar nuestro fundamento: no se pueden naturalizar estas expresiones y dejarlas correr como si fuera agua de la canilla.

La carencia de pensamiento asociada a la pobreza como impedimento para la realización personal o como condicionante del crecimiento o desarrollo del individuo encierra una enorme subestimación a las capacidades y saberes emocionales que todo individuo lleva consigo.

Proferir tamaña sentencia en un programa de vasta audiencia, como al pasar, sin medir el contenido y los alcances, a esta altura no amerita disculpa alguna ni se trata de un exceso semántico, por el contrario, abreva en el pensamiento más reaccionario de una funcionaria formateada en el semillero de la Fundación Grupo Sophia donde –para mayor contradicción- dirigió el área de política social del grupo.

No son nuevas las expresiones de María Eugenia Vidal referidas a la pobreza. Sin embargo, esto es grave, porque se comienzan a cruzar ciertos límites, a faltar el respeto, a subestimar a los más vulnerables, como en el caso que motiva esta iniciativa. Es una especie de condena por pobreza, y aún más, se trata de naturalizar que ese estado de la vida, en el que muchos compatriotas viven sumergidos es irreversible, entonces para que vamos a construir o sostener universidades si “quienes nacen en la pobreza en la provincia de Buenos Aires no pueden acceder a la universidad”, o como ahora, en que lo más terrible es que como son pobres no pueden pensar.

Estas afirmaciones constituyen una muestra clara de violencia verbal de una de las máximas dirigentes del oficialismo y son tremendamente descalificadoras porque no solo se fundan en un desprecio por la condición humana y el respeto que al pobre le debe expresar quien ha logrado transitar una vida sin sobresaltos económicos y sociales, sino porque en su condición de gobernante cuya gestión se ha propuesto como meta de gobierno lograr la pobreza cero, termina por contradecir la misma de una manera cínica.

Señor Presidente, la gobernadora Vidal quiso asociar la pobreza como un impedimento para el acceso a los estudios universitarios, un verdadero dislate que, en el fondo, significa no escuchar razones, justamente las razones de los pobres, las campanas de palo, porque los pobres no suelen ser escuchados, pero ahora de manera oprobiosa les endilga la incapacidad de pensar por su estado de pobreza

Esta convicción gubernamental sobre la incapacidad de pensar por portación de pobreza y en consecuencia la imposibilidad de merecer una vida mejor, constituye un golpe bajo a las aspiraciones de superación de una gran parte de la población bonaerense.

Ante una situación económico-social que se torna cada día más gravosa para anchas franjas de la población, afirmaciones como las pronunciadas por la gobernadora Vidal contribuyen a generar profunda indignación y estupor, aunque tal vez sirvan para dimensionar cuanto de cambio o cuanto de fraude hubo en las promesas que la Alianza Cambiemos despertó en la esperanza y el futuro de millones de argentinos.

Por todo lo expuesto, invito a mis pares, Señores Diputados de la Nación, a que me acompañen en el presente proyecto de Resolución, con su tratamiento y aprobación.