La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su solidaridad con los trabajadores papeleros de la fábrica Kimberly Clark, de la planta de Bernal, que han iniciado una permanencia en la planta en salvaguarda de las maquinarias e instalaciones ante la amenaza de un vaciamiento y un plan de lucha en defensa de sus puestos de trabajo.

El rechazo a la política de achicamiento, vaciamiento y ataque sistemático a la organización sindical de base, por parte de la patronal Kimberly Clark.

Su apoyo al reclamo de los trabajadores que rechazan el Procedimiento Preventivo de Crisis trucho de la empresa, y exigen la reapertura de la planta, continuidad de todos los puestos de trabajo, y la defensa de las conquistas laborales.

Señor presidente:

Representantes de la multinacional Kimberly Clark expresaron verbalmente su intención de cerrar la planta papelera de Bernal, una de las tres que tiene en el país, previa presentación de un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), que llevaron adelante el día 26 de septiembre. La empresa, pretendía licenciar a los trabajadores desde el turno tarde, para evitar que se organicen contra el cierre trucho, en defensa de sus puestos laborales.

Los trabajadores reunidos en asamblea resolvieron la permanencia en la planta en defensa de los puestos de trabajo. Los mismos reclaman la reapertura inmediata de la empresa y que se retome la producción con todo el personal bajo las mismas condiciones de trabajo.

Kimberly-Clark es un pulpo internacional, en 2017 las ganancias del grupo ascendieron a 2300 millones de dólares, un 5,2% más que el año anterior, con una facturación de U$S18.300 millones. A su vez, la reforma fiscal aplicada por la administración Trump le significó un beneficio de U$S 617 millones. El negocio, pese a la tendencia recesiva mundial, sigue rindiendo.

Durante el 2018 anunció una “reestructuración global”: 5500 despidos y el desprendimiento de 10 plantas -vía cierre o venta-. Este achique incluye el abandono de algunos segmentos del negocio y una política orientada a “aumentar la productividad”, un eufemismo. Lo que se plantea es elevar la tasa de explotación obrera. El objetivo, según la patronal, es “ahorrar” 2000 millones de dólares en cuatro años.

Según los últimos datos de la UIA la industria arrastra 19 meses consecutivos de caída y se perdieron 63000 puestos de trabajo en el sector industrial registrado. La actividad Papel/Cartón tuvo un descenso de 5,1% interanual. La recesión hace estragos. A pesar de las ganancias a nivel mundial del grupo, la patronal pretende montarse en la crisis en curso para aumentar la rentabilidad de sus negocios.

En el gremio papelero el ajuste se profundiza. La Papelera Anasabo está ocupada hace dos meses frente al cierre patronal. En Avellaneda cerró la cartonera Acevedo. Papelera del Plata, en Zárate, adelantó vacaciones. Hubo despidos en Zucamor y Rosato. En Kimberly Clark San Luis despidieron a los contratados.

El martes 4 de octubre está convocada una audiencia en la Secretaría de Trabajo, que discutirá el Proceso Preventivo de Crisis que los trabajadores entienden como una maniobra para imponer finalmente un régimen de flexibilización laboral, liquidando conquistas del Convenio Colectivo de Trabajo, y atacar a la comisión Interna de la fábrica, desde hace 12 años electa por sus trabajadores, que es una referencia de lucha y organización en el gremio.

La permanencia en la planta por parte de los trabajadores de Kimberly Clark y Ansabo, la lucha de los trabajadores de Chubut, la lucha por reapertura de paritarias del Sutna, las movilizaciones de los desocupados son expresiones de la resistencia del movimiento obrero y los trabajadores ante la tregua y el pacto social en curso. No hay salida para los trabajadores de la mano de los planes del FMI. El Pacto Social pretende hacer pasar el ajuste que impone el pago de la deuda.

El objetivo del gobierno y del FMI es tratar de modificar estructuralmente las condiciones de trabajo de los asalariados, para incrementar la tasa de explotación, perforando cada vez más el valor de la fuerza de trabajo. Para ello viene implementando y pretende nuevas reformas laborales reaccionarias, antiobreras y antisindicales.

Los trabajadores en su conjunto son atacados por la pulverización de los salarios, los despidos masivos y el detrimento de sus salarios devorados por la inflación.

En la Argentina, ante la enorme reacción obrera en oportunidad de votar las leyes contra la jubilación en diciembre de 2017, el gobierno ha postergado la reforma laboral. Ahora pretende imponerla dividiéndola por gremio. Este conflicto en Kimberley Clark es expresión de ello, por eso en esta lucha de los trabajadores se juega mucho más que sus propios puestos de trabajo, sino de conjunto, la disputa estratégica sobre quiénes deben pagar la crisis. Un triunfo de los trabajadores en lucha y su ocupación, significaría un refuerzo a la lucha en defensa de toda la clase obrera.

Contra esta política de ajuste brutal a las condiciones de trabajo es que nos pronunciamos por el cese inmediato de los despidos masivos y llamamos a los Diputados y Diputadas a acompañar este proyecto de declaración.