La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar beneplácito por el emplazamiento de las Baldosas por la Memoria en homenaje a Alfredo Kelly, Alfredo Leaden, Pedro Dufau, Salvador Barbeito y Emilio Barletti, Mártires Palotinos asesinados por el terrorismo de Estado, colocadas el 4 de julio de 2018 en Estomba y Echeverría, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, al cumplirse el 42° aniversario de la Masacre de San Patricio.

Señor presidente:

En horas de la madrugada del 4 de julio de 1976, un grupo de tareas asesinó a los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo Kelly y Pedro Dufau, y a los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti, en el interior de la casa parroquial de la Parroquia San Patricio, ubicada en Estomba 1942 del barrio de Belgrano, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los cuerpos fueron encontrados en horas de la mañana, por el joven organista Rolando Savino.

Los asesinos dejaron dos mensajes muy precisos: “Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vírgenes y son MSTM” (N. de R.: Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo) y “Por los camaradas dinamitados en Seguridad Federal”, en una clara alusión al atentado perpetrado dos días antes por la organización Montoneros en esa dependencia policial. Sobre uno de los cinco cuerpos colocados boca abajo, había además un afiche de la historieta Mafalda que los seminaristas tenían pegado sobre la puerta. En el dibujo de Quino, Mafalda tomaba el machete de un policía y decía: “Este es el palito de abollar ideologías”.

Alfredo Kelly había pronunciado recientemente una homilía conocida como “el sermón de las cucarachas”, donde denunciaba la complicidad de los feligreses que participaban de los remates de los bienes robados a los detenidos-desaparecidos. Poco antes de morir, recibió una carta firmada por varios vecinos de Belgrano donde se lo acusaba de “comunista”. No obstante, la dictadura cívico-militar y los principales medios de comunicación atribuyeron falsamente los homicidios al “extremismo” y la Justicia nunca pudo identificar a los autores materiales del quíntuple crimen.

Al cumplirse 42 años de lo que se conoció como la “Masacre de San Patricio”, la colocación de estas placas conmemorativas con los nombres de los Mártires Palotinos y la frase “Las baldosas de este solar están ungidas con la sangre de ellos” pronunciada en la homilía de la misa celebrada el 4 de julio de 2001 por el por entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, representa un nuevo acto de reivindicación de la figura de quienes “juntos vivieron y juntos murieron”.

Las Baldosas por la Memoria, declaradas de interés por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación (OD N° 444/2008) y por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires (Declaración 439-2005), constituyen una marca en el barrio. Permiten reconstruir la historia de vida, reivindicar el compromiso y recuperar la historia de los desaparecidos, asesinados, secuestrados y torturados por el terrorismo de Estado. La iniciativa surge a partir de la organización Barrios por Memoria y Justicia, integrada por distintas comisiones de grupos vecinales de derechos humanos, que desde 2005 se agrupan en diferentes barrios porteños.

En cada acto de colocación los familiares y amigos se reúnen, se emocionan y recuerdan a los compañeros que ya no están. Expresan el compromiso de cada uno de los desaparecidos en la lucha por una sociedad más justa e igualitaria. Resaltan la importancia de poder marcar las veredas e interpelar a cada uno de los transeúntes que pasan por allí, fortaleciendo las políticas de Memoria, Verdad y Justicia.

En este mismo sentido, el espíritu del homenaje, impulsado por Jóvenes Palotinos de Argentina (JPA) y la Mesa por la Memoria y los Derechos Humanos de la Comuna 12, es el de realizar un humilde pero decidido aporte a la tarea cotidiana de difundir el compromiso de “los cinco” con la prédica del Evangelio, manteniendo más viva que nunca la llama de su Memoria en los corazones de todas aquellas personas de bien que -aún sin profesar la fe cristiana- consideran que su legado de amor y de entrega hacia el prójimo constituye una huella imborrable para el conjunto de la sociedad. En razón de lo expuesto, solicito a mis pares que acompañen la presente iniciativa.