La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar beneplácito por el aniversario N° 192 del natalicio de Fray Mamerto de la Ascensión Esquiú, cuyo compromiso con la Constitución de 1853, lo consagró históricamente como “orador oficial de la Constitución” ante los gobiernos y el pueblo argentinos.

Señor presidente:

A 192 años del nacimiento de Fray Mamerto Esquiú, dos son los hechos de su vida que quiero subrayar. En primer lugar, su oposición a todo intento de apartarse de un orden constitucional de derecho, por estar convencido que esto arrastra a cualquier comunidad a la lucha fratricida, donde suele imponerse la voluntad de los más fuertes.

El Sermón de la Constitución, pieza discursiva fundamental de nuestra historia constitucional, debe comprenderse como una acabada muestra de su compromiso con el orden de las leyes. El contenido de este discurso era antagónico a los objetivos tenidos en cuenta por el gobierno que le solicitó una composición contraria a la subordinación a la Constitución sancionada por la Asamblea reunida en Santa Fe.

Pero Fray Mamerto Esquiú tuvo muy en claro que deben existir principios y valores constitucionales a los cuales todos, incluso las autoridades políticas, deben someterse.

Esto se conecta con el segundo hecho ejemplificador de la vida de Fray Mamerto Esquiú que deseo destacar, su coraje para expresar la verdad, asumiendo los costos personales de su toma de posición.

No importó a Mamerto Esquiú los títulos y cargos, fue ser un hombre con ideales y principios que supo luchar por ellos manteniendo siempre su compromiso republicano inquebrantable con la patria. La vigencia de un orden constitucional que asegurara la felicidad del pueblo era mucho más importante que contar con cualquier beneplácito.

El testimonio de Fray Mamerto Esquiú es un recordatorio para todos los que cumplimos con alguna función pública: solo le debemos servicio al pueblo y subordinación a las leyes, nunca servicio y subordinación a los deseos de una autoridad política central.

Comparto con Fray Mamerto Esquiú la tierra en que nacimos, y como representante y servidora del pueblo catamarqueño, seguiré trabajando para honrar su memoria y el legado espiritual e institucional que trasciende y adquiere vigencia en nuestros días.

Por lo expuesto solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de resolución.