La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su preocupación ante la situación actual de la empresa Arcor SAIC, una de las principales productoras de alimentos del país, ante el cese de actividades en sus plantas de Arroyito y San Pedro y el adelanto de vacaciones a los trabajadores con el fin de evitar suspensiones, entendiendo la importancia de la misma en el sector alimenticio y el papel fundamental que desempeña en la creación de puestos de trabajo.

Señor presidente:

La empresa ARCOR comenzó su recorrido en el año 1950, cuando un grupo de visionarios cuyos apellidos son de renombre en la ciudad de Arroyito -tales como Brizzio, Maranzana, Pagani, Seveso, Soldavini, Bernardi, entre otros- firmaron el contrato para la construcción de la planta. Un año después, se instala la fábrica de golosinas y nace Arcor, cambiando para siempre el futuro de Arroyito, conocida actualmente también como “la ciudad dulce”. La necesidad de mano de obra provocó un incremento de población notable e incentivó la construcción de nuevos barrios, escuelas, comercios y cooperativas, de tal manera que, a sólo tres décadas de la apertura de la fábrica, Arroyito adquirió la categoría de ciudad al cuadruplicar su cantidad de habitantes.

La fábrica rápidamente fue creciendo hasta convertirse en una reconocida empresa internacional, teniendo como lema “Nacimos en Argentina, crecimos en Latinoamerica y nuestro mercado es el mundo”. Especializándose en tres divisiones de negocios -Alimentos de consumo masivo, agronegocios y envases-, es un pilar de renombre en el sector alimenticio, ya que emplea a 21.000 personas y está entre los mayores exportadores del país.

Ya en el año 2011 podía afirmarse que era la principal empresa de alimentos de Argentina, el primer productor mundial de caramelos duros y encabeza la exportación de golosinas de Latinoamérica. A través de una gestión sustentable, desarrolla marcas líderes que llegan a personas de más de 120 países. Cuenta con oficinas comerciales en América, Europa y Asia y más de 40 plantas en Latinoamérica.

Esta situación de prosperidad comenzó a revertirse a fines del 2018 y comienzos del 2019, cuando desde la empresa anunciaban estar “atravesando una situacion delicada”. Los números dan cuenta de una notable caída de ventas en el mercado interno y una considerable acumulación de stock producto de la baja demanda.

Ante este panorama, se paralizó la producción en dos de sus establecimientos. Se anunció el cierre total de la destilería de alcohol en San Pedro durante todo el mes de mayo, mientras que la fábrica de glucosa de Arroyito, en Córdoba, suspenderá sus actividades hasta el día 13 de este mes, adelantando las vacaciones de 70 trabajadores para evitar suspensiones y que su poder adquisitivo se vea afectado.

Si bien por el momento no se efectuaron despidos, dentro del personal crecen los temores, ya que afirman que no hay perspectivas de mejoras a corto plazo y la paralización se repetiría en el mes de agosto. La preocupación también se hace notar en la cúpula de la empresa, que declaran pérdidas en el balance por segunda vez en su historia, siendo la primera en el año 2002 cuando la crisis golpeó a todos los estamentos económicos del país y derivó en la caída del gobierno de Fernando de la Rúa.

El hecho de que Arcor haya cerrado un balance negativo es un síntoma elocuente del momento que atraviesa el país: a lo largo de sus 67 años de vida, es apenas el segundo año con pérdidas. En esta oportunidad, la compañía que dirige Luis Pagani se ve afectada por el contexto recesivo y la fuerte suba del dólar registrada principalmente entre abril y octubre 2018, que provocaron un freno en los ingresos de la mayoría de las empresas con fuerte dependencia del mercado doméstico. En especial, de las orientadas a la alimentación, donde los precios se siguieron incrementando en un contexto de fuerte contracción de las ventas y de la producción. En cuanto a esta última, uutiliza actualmente solo el 63% de la capacidad total de las fábricas, evidenciando una importante retracción que provocó la pérdida de 2.300 empleos y acumulación de balances negativos en la mayoría de las empresas.

De esta manera, la economía en franca recesión y un nivel de tasa de interés que tocó el récord de 74%, afectó especialmente a las empresas de capital intensivo como Arcor. La dura pérdida del poder adquisitivo castiga fuertemente el consumo y obliga a los clientes a suspender la compra de gaseosas, golosinas y otros alimentos no esenciales. La situación de la multinacional argentina no es más que el reflejo de la crisis económica que sufre el país actualmente bajo el gobierno presidido por Mauricio Macri.

Por todo lo expresado es que solicito a mis pares me acompañen con este proyecto de resolución.