El Senado y Cámara de Diputados...

DÍA NACIONAL DEL VETERANO DEL CANAL DE BEAGLE

Artículo 1º.- Instituyese el 22 de diciembre de cada año como el "Día Nacional del Veterano del Canal de Beagle".

Artículo 2º.- Facultase al Poder Ejecutivo Nacional a adoptar las medidas necesarias a fin de implementar actividades específicas referidas a la conmemoración del Día Nacional instituido en el artículo precedente.

Artículo 3º.- Incorpórese al calendario de acto y conmemoraciones oficiales de la Nación.

Artículo 4º.- Invitase a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir a la presente ley.

Artículo 5º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

El objetivo fundamental de este proyecto es el de conmemorar a los ciudadanos clase 1958, 1959 y 1960, como así también a los ciudadanos en “estado de reserva”, que desempeñaron tareas entre los años 1976 y 1979 en las distintas Fuerzas Armadas, a raíz de las preparaciones y desarrollo del Operativo Soberanía en el marco del conflicto por el Canal de Beagle, Islas Picton, Lennox y Nueva, el cual llegó a su máxima tensión el 22 de diciembre de 1978.

Se conoce como Conflicto del Canal de Beagle al desacuerdo entre Argentina y Chile sobre la determinación de la traza de la boca oriental del Canal Beagle, donde afectaba la soberanía de las islas ubicadas dentro y al sur del canal, y al este del meridiano del Cabo de Hornos, como también a los espacios marítimos adyacentes.

Los primeros antecedentes del conflicto datan de 1888, siete años posteriores de concluirse la firma del Tratado de Límites, y de 1901, donde apareció el primer mapa argentino en el que algunas de las islas en cuestión fueron dibujadas bajo soberanía argentina. Más allá de su pequeño tamaño, la importancia de las mismas se centra en su valor estratégico por su ubicación entre los océanos Atlántico y Pacífico, originando un largo conflicto entre ambas naciones durante gran parte del siglo XX.

En 1971, ambas naciones firmaron un compromiso, a través del cual se acordó someter la resolución de la disputa a la decisión de una corte arbitral. En 1977, el gobierno del Reino Unido (árbitro formal), dio a conocer el fallo que otorgó aguas navegables en el Canal Beagle y la mayor parte de las islas para ambos países, mientras que los derechos oceánicos generados fueron otorgados a Chile, siendo esta resolución rechazada por el gobierno militar argentino, declarándolo "insanablemente nulo".

Argentina, manteniendo firme la posición de nulidad del laudo británico, comienza a demostrar en actos públicos ostentosos desfiles militares, como así también incrementando la actividad de las fuerzas para impresionar con la demostración de poderío militar. Seguido de estos sucesos, nuevamente involucrados ambos países, cierran pasos fronterizos y los protegen con minas antitanques y antipersonales.

Así la tensión fue creciendo, hasta que en octubre de 1978 el Poder Ejecutivo Nacional emite el decreto a través del cual se convoca a movilización de aproximadamente 250 mil hombres para realizar tareas centradas en defensa de la soberanía nacional (Decreto N°2.348/78) y estableció cuatro Teatros de Operaciones (Decreto N°3.044/78).

La situación de conflicto llegó a su punto máximo de tensión el 22 de diciembre de 1978 cuando las Fuerzas Armadas de Argentina se dispusieron a ocupar las islas en disputa, invadir territorio chileno y neutralizar ciudades y edificios clave.

Sin embargo, en 1980, Juan Pablo II entrega a ambas naciones una propuesta de resolución, reconociendo la soberanía de Argentina sobre las aguas del Atlántico a partir de las 12 millas de las costas situadas al sur del Canal de Beagle, pero otorgando a Chile las islas. Así, el conflicto queda definitivamente resuelto cuando en 1984 el Presidente Raúl Alfonsín convoca a un plebiscito nacional, donde el 81% de los argentinos manifestó su voluntad de aceptar el laudo papal.

En la reseña hasta aquí desarrollada, no se ha mencionado a los soldados conscriptos que protagonizaron la custodia de la soberanía nacional, lo mismo que sucedió con el pasar de los años en nuestro país, olvidando a estos jóvenes que ofrecieron su vida para servir a la patria y que, al regresar, ninguna autoridad se encargó de velar por su estado emocional, psicológico y físico.

Es obvio que la exposición a los sucesos descritos con anterioridad haya dejado en la mayoría de casos una serie total o parcial de secuelas, pudiéndose presentar los siguientes síntomas: mutismo, apatía, autoaislamiento social; incapacidad de sentir de afectividad hacía los demás; sentimientos de un devenir incierto, carente de esperanzas y de felicidad; insomnio o pesadillas con fijación de ideas muy persistente; irritabilidad súbita; recuerdos flashback del conflicto; ansiedad, períodos de trastornos de personalidad; y sensación persistente de subvaloración de su estado o carencia de reconocimiento de parte de la sociedad.

Tampoco puede dejarse de mencionar que muchos de estos soldados no pudieron finalizar sus estudios, carreras, continuar con sus empleos o conseguir uno nuevo, como consecuencia que la misma sociedad los aisló o por las secuelas postraumáticas anteriormente descriptas.

En tal sentido, es importante y necesario poder reconocer en vida a quienes hicieron un aporte positivo a la patria y dedicarles un día para poder agradecerles todo lo que le brindaron a nuestro querido país, instituyendo el 22 de diciembre como el Día Nacional del Veterano del Canal de Beagle.

Por los motivos expuestos, solicito a mis pares acompañen el presente proyecto de ley.