PROYECTO DE TP


Expediente 0412-D-2018
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE EL RELANZAMIENTO DEL "PROGRAMA PROGRESAR", Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS.
Fecha: 07/03/2018
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 4
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional en los términos del art. 100 inciso 11 de la C.N. para que, por intermedio de los organismos pertinentes, informe a esta Cámara de Diputados acerca de los siguientes puntos vinculados con el relanzamiento del Programa Progresar:
1º. Cuáles son las razones que llevaron a modificar el carácter universal del programa que ahora pasaría a depender del presupuesto previsto al efecto.
2º. Qué cantidad aproximada de estudiantes dejarán de recibir la beca de concretarse el recorte previsto en el presupuesto del programa.
3º. A qué porcentaje asciende la pérdida del poder adquisitivo en el valor de la beca siendo que el último aumento data del mes de abril de 2015.
4º. Con que objeto se modifica el trámite de renovación de la beca que deja de ser automático y ahora requiere la realización de un trámite adicional.
5º. Qué motivos determinaron la decisión de prescindir de la consulta de salud obligatoria como requisito exigido a los beneficiarios del programa.
6º. Porque el programa de Becas, a diferencia del Plan Progresar solamente cubre 10 cuotas anuales en vez de 12 lo que implica un ajuste de aproximadamente 362.000 becas.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Señor presidente:
Vengo a presentar esta iniciativa con el objeto de obtener información precisa y veraz que nos permita entender las razones que han llevado al Poder Ejecutivo Nacional a relanzar el otrora denominado Plan Progresar bajo la nueva denominación: Becas Progresar, cuya síntesis puede resumirse –sin perjuicio de los fundamentos que expondré- en un ajuste tendiente a transformar un Plan universal en una Beca individual como lo define el documento de trabajo elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
Es preciso recordar que el Plan Progresar fue implementado en 2014 con el fin de garantizar una transferencia monetaria a los jóvenes de entre 18 y 24 años que retomaran sus estudios –en cualquier nivel, primario o secundario- o que, siempre proviniendo de hogares con ingresos menores a un salario mínimo, cursaran una carrera terciaria, universitaria o se estuvieran capacitando en un oficio.
En 2015, el monto de la beca fue aumentado a 900 pesos, y el requisito de ingresos familiares pasó a ser de tres salarios mínimos. En promedio, en los últimos tres años el Plan Progresar mantuvo un número estable de beneficiarios, de entre 750 y 800 mil estudiantes, con un pico de un millón de becados en 2015.
Desde la asunción de Mauricio Macri, el monto de la beca estuvo congelado por dos años. Esta situación, tal como lo consigna el informe del CEPA, ocasionó que el poder adquisitivo de la beca de 900 pesos se redujera a menos de la mitad. De ahí que el aumento que anunciara el gobierno al relanzar el programa coloca el piso de la beca en una suma de 1250 pesos, esto es, por debajo del poder adquisitivo que registraba en 2015.
Pese al congelamiento del monto entre abril de 2015 y febrero de 2018, y a que los beneficiarios y universidades denunciaron bajas arbitrarias en el beneficio, la cantidad de beneficiarios se recuperó en el segundo semestre de 2017; sin embargo, la renovación del Plan implicó la transformación de un sistema de beneficios universales para estudiantes de bajos recursos, en un sistema de becas basado en el mérito académico.
Para entender el nuevo escenario que plantea la gestión de Cambiemos en torno a las ahora denominadas Becas Progresar hay que remontarse a esa idea primigenia que planteó el Plan como un beneficio “puente” para familias que cobraban la AUH o tuvieran ingresos bajos, es decir, se concibió para las poblaciones vulnerables, posibilitando que cuando los hijos continuaran o retomaran los estudios y antes de insertarse en el mercado laboral, el grupo familiar no deje de percibir un ingreso como la AUH o el salario familiar por el hecho de que el hijo cumpliera los 18 años.
El CEPA en su exhaustivo documento señala que “Progresar fue lanzado como un derecho, de allí su espíritu universal (que hoy se quebranta). El Plan además no iba en detrimento del mérito, ya que se complementaba con otros programas como el de Becas del Bicentenario (BB), el de Becas Universitarias (BU) y los programas específicos de las Universidades Nacionales. Si el alumno, de nivel universitario, tenía un buen desempeño e iba avanzando en la carrera podía acceder a ellas. Ahora, en cambio, la Beca Progresar queda sujeta al presupuesto y pasa a funcionar como un programa de becas estrechamente ligada al mérito.”
Señor Presidente, los cambios de enfoque que se avizoran en el relanzamiento de las Becas Progresar en modo alguno están pensados como garantía para el derecho a la educación, por el contrario, y como afirma Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, “reafirman el preconcepto de que la competencia meritocrática es la que va a garantizar la calidad”.
En efecto, el sentido que cabe asignar a una ayuda económica tiende a colaborar en que el derecho a la educación se cumpla, por ello, si la beca importa garantizar un derecho, lo que se tiene que exigir al estudiante –en el caso de la universidad- es que se mantenga como alumno regular.
Ahora bien, el encuadre que el gobierno le otorga a las Becas Progresar, en términos de equidad, importa un cambio drástico ya que, de constituirse en un derecho cuya finalidad reside en equiparar el acceso a la educación de los jóvenes de menores ingresos, tal como plantea el documento del CEPA ahora se transforma en un “programa meritocrático atado al rendimiento académico”
El carácter regresivo de las Becas Progresar también se pone de manifiesto en el informe al reconocer que es un hecho ampliamente reconocido en los especialistas en educación la dificultad de los jóvenes de hogares de bajos ingresos que son primera generación universitaria para incorporarse a la vida académica.
Al respecto se expresa que “El requisito de aprobación del 75 % de las materias (a diferencia de las 2 materias anuales del programa PROGRESAR), como también el establecimiento de montos diferenciales muy significativos en función de las materias aprobadas y el promedio académico discrimina fuertemente a los jóvenes de menores ingresos y bagaje cultural en favor de los alumnos pertenecientes a familias de clase media universitaria”
Señor Presidente, es un verdadero despropósito supeditar la ayuda a la cantidad de materias aprobadas en el año. Se trata de un franco retroceso que hace hincapié en que cada estudiante es individualmente responsable por su propio rendimiento, pero además la visión tributa a un ideario ultra liberal que desconoce lo que es “ser un estudiante universitario”, circunstancia que además se encuentra ligada a otros factores de orden pedagógico, sociocultural e incluso psicosocial.
Como sostiene Graciela Morgade, “mantenerse como estudiante regular implica poder superar muchos obstáculos. En general, los jóvenes y las jóvenes de más bajos recursos necesitan elaborar estrategias para poder superarlos, como armar un grupo de pares para estudiar, sentirse acompañados por algún profesor que se interese por su rendimiento. (…) Creo que afortunadamente cada vez más amplios sectores están abandonando la idea ultra liberal de que cada uno es responsable de su propio rendimiento. No quiero decir que no hay un quantum de esfuerzo, en horas de estudio, en los resultados académicos, pero esa es una parte de un complejo entramado de factores que hacen que, sin un apoyo sostenido en el tiempo, en muchos casos termine habiendo un abandono de los estudios supriores”
A su vez, y desde una mirada de género, las Becas Progresar configuran un retroceso. En efecto, las alumnas de menores ingresos son discriminadas en su doble carácter por el esquema meritocrático adoptado, ya que la mayor carga del cuidado de personas y familiares termina recayendo sobre las mujeres y coloca en desventaja a las alumnas para poder cumplimentar con los requisitos de materias aprobadas.
Este aspecto es realzado en el informe del CEPA ya que las Becas Progresar se orientan justamente “a jóvenes en etapa reproductiva (entre 20 y 30 años) y el requisito de 75 % de materias aprobadas implica que una alumna que haya sido madre muy difícilmente pueda conservar la beca al año siguiente si pierde un cuatrimestre por causa de la maternidad.”
Señor Presidente, si a estos aspectos negativos observados en las nuevas Becas, se le suma que los fondos para su otorgamiento dejan de depender de la ANSES y pasan a la órbita del Ministerio de Educación, se diluye el carácter universal con que nació el Plan Progresar.
Con la verba que lo caracteriza y vinculado con el mensaje a que nos tiene acostumbrados el gobierno de fomentar la meritocracia, Alejandro Dolina afirmó recientemente que “El neoliberalismo necesita gente pobre, es falsa la idea de que si todos nos esforzamos vamos a ser los dueños de una empresa”, (…)“La meritocracia es una fábula fomentada por el capitalismo y el neoliberalismo, e implica la sospecha de que los pobres no hicieron lo suficiente para estar mejor”.
El Plan Progresar estuvo destinado desde un principio a los sectores vulnerables, por ello, a una concepción que propone una educación igualitaria e inclusiva, le repugna no solo el ajuste presupuestario impulsado por el gobierno nacional, que cercena el derecho a más de 360.000 estudiantes, sino que además hace un culto de la meritocracia en pos de apostar a mejores rendimientos académicos y no a quienes más necesitan de la beca.
Cuando afirmamos que las Becas Progresar no serán para todos sino para premiar a los alumnos que se destaquen en su rendimiento, será para priorizar a quienes sigan carreras de “áreas estratégicas para el desarrollo del país”, esto significa que, hasta el momento, sólo dos carreras de nivel terciario podrán percibirlas: Administración y Tecnología. Si los estudiantes cumplen con los requisitos, significa además que se priorizará a las universidades en detrimento de los Institutos de Formación.
El 30 de enero próximo pasado, el presidente Mauricio Macri relanzó el Programa con mayores exigencias para los estudiantes y discriminación por carreras, es decir, los estudiantes de carreras como Ingeniería percibirán mayor incentivo que el resto; los universitarios recibirán más dinero que los secundarios y ellos, que los primarios.
Señor Presidente, es un hecho que las pruebas estandarizadas mundiales, argentinas y porteñas muestran que en los resultados de las evaluaciones educativas incide el nivel socioeconómico. Por caso, en las escuelas de la zona norte de la Ciudad Autónoma de Buenos Ares los resultados han dado históricamente mejor que en la zona sur. Es más: los alumnos de los colegios estatales del norte de la ciudad obtienen mejores resultados que los de colegios privados del sur.
En el mismo sentido, en los operativos que realiza el Banco Mundial en nuestro país, la Ciudad Autónoma de Buenos Ares siempre ha conseguido los mejores resultados, más altos que en Tucumán o Formosa. Las pruebas mundiales también dan mejores resultados en Europa del norte que en África. Ello demuestra que hay una incidencia importante de cuestiones clave: si el alumno come bien, si viene de una familia con biblioteca, si trabaja o no, si está o no a cargo de niños –sean hijos o hermanitos-, si duerme bien, si está sano, etc.
Es importante destacar que el entorno socioeconómico no puede disociarse de los resultados académicos. Esto es algo que hay que tener muy presente. Si el apoyo económico lo recibe el alumno que obtiene los mejores resultados, que en general es el alumno de un entorno socioeconómico favorable, se le está dando más al que más tiene y de esa manera lo que se cristaliza es una clara desigualdad.
Bajo esta línea argumental estamos convencidos que la mejor opción respecto al enfoque de las Becas Progresar es revertir esta idea meritocrática y proseguir, -como lo había concebido el Plan Progresar- brindándoles el apoyo a todos los estudiantes, porque también el que tiene más necesita recibir y se tiene que esforzar más.
Finalmente, con el objeto de obtener respuestas claras del Poder Ejecutivo Nacional, es de esperar que el breve cuestionario nos permita conocer con precisión técnica las razones o motivaciones que llevaron a plantear esta modificación que reiteramos es errónea y su implementación lo será en detrimento del universo de estudiantes alcanzados, lamentando además que de persistir en esa modificación un gran porcentaje de alumnos dejará de recibir el estímulo.
El Plan Progresar fue concebido como un proyecto de vida para jóvenes que no tienen trabajo o tienen un trabajo informal y no estudian, fue una propuesta inclusiva de extensión de derechos en una etapa del país en la que se ampliaron derechos de toda índole, económicos, sociales, personales, personalísimos y ese debió seguir siendo el camino.
Lamentablemente, el retorno de un neoliberalismo recargado altero los fines y la orientación en el esquema de decisión política y comenzó a revertir todos aquellos logros que se habían encarnado en el pueblo.
En lo que respecta al derecho a la educación, el gobierno nacional es proclive a generar falsas expectativas como cuando el propio presidente manifiesta que “Mi compromiso con la verdad es absoluta desde el primer día, sobre todo cuando se pone en juego la educación”.
El derecho a la educación desde una mirada igualitaria e inclusiva como la llevada a cabo por el Plan Progresar debe leerse en clave de futuro. Se educa para el futuro, para la concreción de proyectos que enriquecen la vida de las personas y las dignifican.
Por eso no se concibe el ensañamiento del gobierno nacional con el ajuste del presupuesto sabiendo que ello impactara negativamente en los proyectos de vida de cientos de miles de jóvenes.
Sobre el particular, no se equivocaba Cristina Fernández de Kirchner cuando en ocasión de anunciar el Plan Progresar allá por 2014 decía lo siguiente: “El que hable de futuro y le pegue a los jóvenes, el que hable de futuro y rechace a los jóvenes en la política, los estigmatice, como suelo escucharlo a diario, es un cínico y un mentiroso. Porque los jóvenes son el futuro en la República Argentina.”
Pensando en los jóvenes, nuevamente frente al riesgo de perder derechos conquistados, ante un escenario de incertidumbre que lesiona su visión del futuro, es que vengo a presentar esta iniciativa.
Por todo lo expuesto, invito a mis pares, Señores Diputados de la Nación, a que me acompañen en el presente proyecto de Resolución, con su tratamiento y aprobación.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
ALONSO, LAURA V. BUENOS AIRES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
ESTEVEZ, GABRIELA BEATRIZ CORDOBA FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
PIETRAGALLA CORTI, HORACIO BUENOS AIRES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
CARRO, PABLO CORDOBA FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
LEAVY, SERGIO NAPOLEON SALTA FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
CABANDIE, JUAN CIUDAD de BUENOS AIRES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
CASTAGNETO, CARLOS DANIEL BUENOS AIRES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
FILMUS, DANIEL CIUDAD de BUENOS AIRES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
CORREA, WALTER BUENOS AIRES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
SILEY, VANESA RAQUEL BUENOS AIRES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
CERRUTI, GABRIELA CIUDAD de BUENOS AIRES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
RAVERTA, MARIA FERNANDA BUENOS AIRES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
MASIN, MARIA LUCILA CHACO FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
EDUCACION (Primera Competencia)
Trámite en comisión (Cámara de Diputados)
Fecha Movimiento Resultado
24/04/2018 INICIACIÓN DE ESTUDIO Aprobado sin modificaciones con dictamen de mayoría y dictamen de minoría
Trámite
Cámara Movimiento Fecha Resultado
Diputados MANIFESTACIONES EN MINORIA 13/09/2018