Período:129 Reunion:6 Fecha:1/06/2011 REGULACIÓN DE LA PUBLICIDAD, PROMOCIÓN Y CONSUMO DE LOS PRODUCTOS ELABORADOS CON TABACO


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Acción Social y Salud Pública y otras recaído en el proyecto de ley en revisión por el cual se regula la publicidad, promoción y consumo de productos elaborados con tabaco (expediente 0072-s-2010).

aquí proyecto de ley (expte. 0072-s-2010)

SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora diputada por Corrientes.


SRA. CHIENO, MARIA ELENA PETRONA (CORRIENTES): Señor presidente: estamos entrando en el tratamiento de un proyecto de ley que tiene una larga historia en la Argentina.
En el año 1966, fue introducido en el Congreso de la Nación Argentina el primer proyecto de ley para la regulación del tabaco, que requería la colocación obligatoria de una etiqueta de advertencia sanitaria en todos los paquetes de cigarrillos. La iniciativa no fue aprobada.
En 1970, el gobierno sancionó la ley 18.604, que ponía fin a la publicidad de los cigarrillos en la radio, la televisión y los cines, y establecía multas para los infractores. Sin embargo, tuvo vigencia solamente por un año.
En 1973 y 1974, otros dos proyectos de ley ingresados en el Congreso Nacional requerían nuevamente la colocación de una etiqueta de advertencia sanitaria en los envases de productos provenientes del tabaco. Sin embargo, no fueron aprobados debido a la intervención de la Cámara de la Industria del Tabaco y de la Asociación Nacional de Productores de la Industria del Tabaco.
En 1977, de la misma manera que en los Estados Unidos y otros países del mundo, la Cámara de la Industria del Tabaco creó voluntariamente el llamado Código de Autorregulación Publicitaria, el cual fue débil e inefectivo. De esta manera, la Cámara pretendía evitar la aprobación de legislación que contemplara fuertes restricciones a la publicidad de tabaco.
En los años 1976 y 1979, el Ministerio de Bienestar Social de la Nación elaboró dos proyectos de ley para regular el contenido de la publicidad del tabaco y del alcohol y para requerir la colocación de una etiqueta de advertencia sanitaria en los paquetes de cigarrillos.
Representantes de la industria del tabaco ejercieron fuerte presión política sobre funcionarios del gobierno, aduciendo que el ya voluntariamente vigente Código de Autorregulación Publicitaria de la Industria del Tabaco era suficiente. Finalmente, ambos proyectos fueron archivados.
A principios de los años 80, la Cámara de la Industria del Tabaco creó el Departamento sobre la Controversia del Tabaco, como una herramienta para contrarrestar y menoscabar una futura y posible legislación antitabaco. Este departamento organizó seminarios de información –entre comillasdirigidos a grupos específicos de la comunidad para promocionar la posición de la industria, según la cual la relación causal entre tabaco y enfermedad no estaba del todo comprobada. Los seminarios estuvieron dirigidos a gerentes de asociaciones de productores de tabaco, a técnicos agricultores, médicos, científicos, periodistas, agencias de publicidad de tabaco, distribuidores de productos de tabaco, ministerios de salud y funcionarios gubernamentales.
El Departamento sobre la Controversia del Tabaco promocionó también publicaciones exponiendo y defendiendo la posición de la industria del tabaco.
Durante los años 80, se intensificaron los esfuerzos para aprobar una legislación amplia para el control del tabaco. Estos intentos fueron neutralizados por una industria del tabaco mucho mejor organizada, que orquestó sucesivas campañas publicitarias para ejercer presión sobre los industriales y las autoridades de la salud, y convencer a periodistas y al público en general sobre lo que la industria llamó la famosa controversia entre tabaco y salud.
En el año 1986, se aprueba por fin la ley 23.344, que esencialmente perfeccionó aquel inefectivo y voluntario Código de Autorregulación Publicitaria de la Industria del Tabaco y requirió la colocación de la etiqueta que advertía: “El fumar es perjudicial para la salud”, que aún ahora leemos en los paquetes de cigarrillos que se venden.
Representantes de la industria del tabaco tuvieron reuniones con influyentes ministros nacionales y provinciales y gobernadores y senadores nacionales, para suavizar el proyecto de ley original presentado en 1984 por el entonces diputado nacional Lorenzo Pepe.
En 1992, la VIII Conferencia Mundial sobre Tabaco o Salud se llevó a cabo en la Ciudad de Buenos Aires. Activistas locales para el control del tabaco presionaron para la aprobación en el Congreso de una iniciativa amplia, que había sido introducida en 1990 por el diputado nacional Aldo Neri.
Al mismo tiempo, Philip Morris Internacional y British American Tobacco trabajaron juntas para desviar la atención de la conferencia, organizando sesiones informativas con periodistas amigos para crear controversia nuevamente entre la salud y el tabaco.
En 1992, fue sancionada otra ley por el Congreso de la Nación. Sin embargo, la industria del tabaco organizó un exitoso plan que terminó con el veto de dicha ley el 10 de octubre, diez días después de su sanción, por el entonces presidente Carlos Menem.
Entre los años 1992 y 2000, la industria del tabaco apoyó proyectos de ley alternativos que estaban en consonancia con su Código de Autorregulación Publicitaria. A pesar de no haber sido aprobadas, esas iniciativas sirvieron para distraer la atención pública y política, y de esta manera todos los esfuerzos para el control del tabaco fueron neutralizados.
Desde mediados de la década del 90, la industria del tabaco estuvo promoviendo su programa de acomodación conocido como “la cortesía de elegir esa convivencia en armonía” para evitar legislaciones que pusieran fin a la exposición pasiva al humo del tabaco en restaurantes y bares y mantener la aceptación social del consumo de tabaco.
Desde 1997, la industria del tabaco ha estado promoviendo programas inefectivos de prevención del consumo en jóvenes, con expresiones tales como “yo tengo el poder” o “yo no vendo cigarrillos a menores de 18 años”, para evitar campañas educativas antitabaco por parte del gobierno y desplazar el foco de atención de la responsabilidad que la industria tiene a través de la publicidad y comercialización de sus productos.
En 2003, la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados de la Nación contaba con un dictamen final para sancionar una iniciativa que reunía 18 proyectos de ley de control del tabaco, pero una vez más el lobby de dicha industria fue exitoso, por lo que el tema fue cajoneado.
En septiembre de 2003, el presidente Néstor Kirchner firmó el Convenio Marco para el Control del Tabaco en relación con el Primer Tratado Mundial sobre Salud Pública, negociado por 192 países bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud.
En agosto de 2005, el Ministerio de Salud y Medio Ambiente envío al Senado de la Nación un nuevo y amplio proyecto de ley para el control del tabaco, que estaba en sintonía con los estándares mínimos requeridos por el Convenio Marco para el Control del Tabaco. Este proyecto contemplaba la creación de ambientes libres de humo de tabaco en lugares públicos, incluyendo bares y restaurantes; la prohibición de la publicidad y el patrocinio y colocación de etiquetas de advertencia sanitaria con imágenes en los paquetes de cigarrillos. También prohibía la colocación de escrituras engañosas tales como “suave” y “light”, al tiempo que requería que los niveles máximos de nicotina y de alquitrán estuvieran impresos en los envases de cigarrillos.
El 9 de agosto de 2005, el mismo presidente Néstor Kirchner envió un proyecto similar a la Cámara de Senadores firmado por el entonces ministro de Economía y también por el de Salud Pública, doctor Ginés González García. Por último, el 25 de noviembre de 2008 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió otro proyecto a la Cámara de Senadores.
La Argentina, junto con Zimbabwe, Etiopía, Afganistán y Haití, integra el reducido grupo de países en desarrollo que aún no ha adherido al Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco, considerado el primer tratado global de salud pública. La Argentina adhirió a dicho pacto en septiembre de 2003.
El Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco entró en vigor el 27 de febrero de 2005 y fue ratificado por casi todos los países firmantes, incluyendo la Unión Europea y los principales productores mundiales de tabaco, como China, Brasil, India y Turquía, casi todos los países de Latinoamérica y todos los países del Mercosur, excepto la Argentina.
El tratamiento de enfermedades provocadas por el hábito de fumar le cuesta a la Argentina alrededor de 7.000 millones de pesos anuales. La Argentina representa el 15 por ciento del consumo de tabaco en Latinoamérica y se encuentra en una fase avanzada de la transición epidemiológica en la adicción del tabaquismo.
La región del Cono Sur de las Américas lidera el hemisferio en mortalidad atribuible al tabaco. La Argentina es un país en desarrollo con intereses económicos en el cultivo de tabaco y un alto consumo en áreas urbanas.
En el 2009, la prevalencia del consumo de tabaco en los adultos fue del 40,4 por ciento, 46,8 para varones y 34 por ciento para las mujeres. En el mismo año, la prevalencia de consumo de tabaco de jóvenes de entre 13 y 15 años en la Ciudad de Buenos Aires fue del 30 por ciento, a diferencia de un 17 por ciento en los países del hemisferio norte.
La Argentina posee también una alta prevalencia de consumo de tabaco entre los profesionales de la salud. El 30 por ciento de los médicos y el 36 por ciento de los enfermeros actualmente fuman.
Debido a las escasas restricciones para el consumo de tabaco en ambientes cerrados, la población general está altamente expuesta al humo de tabaco ajeno, tanto en lugares públicos como en privados.
En el 2009, en Buenos Aires el porcentaje de jóvenes de entre 13 y 15 años expuesto al humo de tabaco ajeno fue del 69,6 por ciento dentro de sus casas; esto quiere decir que sus padres fuman en sus casas sin respetar la voluntad y la salud de sus hijos; 87 por ciento en lugares públicos y un 27 por ciento por contacto con sus amigos.
Un estudio multicéntrico llevado a cabo en siete ciudades latinoamericanas en 2004 mostró que la Ciudad de Buenos Aires tenía la mayor concentración de nicotina ambiental en hospitales, escuelas, edificios gubernamentales, aeropuertos y restaurantes.
De acuerdo con el Programa Nacional de Control del Tabaco del Ministerio de Salud de la Argentina, el uso de tabaco causa 40.000 muertes anuales, incluyendo 6.000 debidas a la exposición al humo de tabaco ajeno, o sea, fumadores pasivos. El costo de estos tratamientos significó a la Argentina, en el año 2000, 4.330 millones de dólares -considerando 1 peso-1 dólar, por eso era una cifra más alta- correspondiente a un 15 por ciento del gasto público total en salud.
Mientras tanto, los impuestos generados por el tabaco y recaudados por el gobierno en el año 2005, sólo alcanzaron los 3.500 millones de pesos al año. Esto nos habla a las claras del largo derrotero que ha vivido el proyecto nacional de imponer una regulación al uso, consumo y publicidad del tabaco.
El proyecto de ley que estamos tratando es muy claro en su artículo 2º, que dice cuáles son los objetivos de la presente norma: a) Reducir el consumo de productos elaborados con tabaco; b) Reducir al mínimo la exposición de las personas a los efectos nocivos del humo de productos elaborados con tabaco; c) Reducir el daño sanitario, social y ambiental originado por el tabaquismo; d) Prevenir la iniciación en el tabaquismo, especialmente en la población de niños y adolescentes; e) Concientizar a las generaciones presentes y futuras de las consecuencias producidas por el consumo de productos elaborados con tabaco y por la exposición al humo de productos elaborados con tabaco.
Podemos estar de acuerdo en que algunos artículos son perfectibles, pero después de un largo camino estamos hoy frente a la alternativa cierta de poder dar sanción a una ley que, por fin, pondría a la Argentina en el concierto de las naciones más adelantadas del mundo en lo que respecta a la regulación del consumo de un elemento altamente nocivo como es el tabaco.
Si alguna duda queda a los señores diputados les ruego que lean el artículo 7° del proyecto, que dice cuáles son los mensajes que debe llevar en forma legible el material objeto de promoción, que son muy claros: a) Fumar causa cáncer; b) Fumar causa enfisema pulmonar; c)Fumar causa adicción; d) Fumar causa impotencia sexual –creo que eso puede convencer a varios; e)Fumar causa enfermedades cardíacas y respiratorias; f) El humo del tabaco es causa de enfermedad y muerte; g) La mujer embarazada que fuma causa daños irreparables a su hijo; h) Fumar causa muerte por asfixia; i) Fumar quita años de vida; j) Fumar puede causar amputación de piernas. (Aplausos.)


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Jujuy, que comparte su tiempo con el señor diputado Giubergia.


SR. FIAD, MARIO RAYMUNDO (JUJUY): Señor presidente: el proyecto de ley en consideración se orienta a la protección de la salud de los argentinos, y desde esa mirada seguramente todos en este recinto estamos de acuerdo en promover las estrategias necesarias que permitan evitar las consecuencias perjudiciales para la salud derivadas del consumo de productos elaborados con tabaco.
Personalmente, hubiera preferido que el acento se pusiera en la educación, en la prevención y en la formación de ciudadanos que, libre y responsablemente, opten cada día por hábitos saludables, en lugar de este pesado y riguroso régimen de restricciones, prohibiciones y sanciones.
Hubiera preferido que fuéramos capaces de intensificar la responsabilidad de los ciudadanos en lugar de –como se dice habitualmentematar el perro para que se acabe la rabia.
No obstante, voy a acompañar hoy esta iniciativa para que, finalmente, podamos contar con un marco legal que tienda a evitar los daños a la salud que los productos elaborados con tabaco pueden provocar.
No quiero que mi voto a favor de este proyecto se interprete como un antecedente a favor del convenio marco. Por eso, quiero dejar sentada en este momento mi posición de total rechazo al convenio marco en razón de que constituye un ataque a la actividad productiva del cultivo de tabaco, uno de los ejes más importantes del desarrollo en siete provincias argentinas.
En el curso de los debates que se han venido realizando a través de los años, los promotores del convenio marco insistieron en afirmar que no se atacaba a la producción ya que el convenio promueve la reconversión.
En realidad, si bien el artículo 17 del convenio promueve la reconversión, no contiene una estrategia específica y viable a corto plazo para lograrla. De manera tal que aprobarlo implicaría sumir a los productores tabacaleros en un estado de desamparo y exclusión, sumando nuevos pobres a un país que no logra revertir situaciones críticas.
Por otro lado, hay que señalar que la aprobación del convenio marco implicaría someternos a las decisiones de las conferencias de los Estados parte, que resulta entonces lo mismo que someternos a una jurisdicción supranacional que terminará adoptando decisiones desde un lugar absolutamente alejado de la realidad de los escenarios locales.
Es decir que el convenio marco no sólo es lo que dice sino que incluye las recomendaciones que surgen de la conferencia de las partes, que son las que se transforman en obligatorias. Al respecto, todas las decisiones de las conferencias establecen en su redacción mandatos imperativos para los Estados parte.
También advierto que, en general, en las discusiones persiste siempre una confusión, deliberada o involuntaria, pero igualmente perjudicial a la transparencia del debate. Es así que cuando uno defiende la realidad económica social de una provincia periférica como la mía, enseguida se pretende descalificar la argumentación recurriendo con ligereza a la estigmatización del lobby de la industria, pretendiendo incluirnos a los referentes de las provincias tabacaleras en una actitud que podría hasta sugerir una especie de connivencia cuasidelictiva, prácticamente, con las grandes empresas.
Sería muy importante que los promotores de la aprobación del convenio formaran sus decisiones a partir de un análisis profundo de la realidad de las provincias tabacaleras, que efectivamente las recorrieran, que conocieran a la gente, los procesos productivos, las connotaciones y circunstancias propias de la actividad. Seguramente, podrían así alejar de sus percepciones la figura del lobby de la industria o de grandes y acaudalados terratenientes.
Los tabacaleros no son terratenientes. En general, la actividad no se realiza en extensas superficies de tierra y requiere una gran inversión, que esforzadamente realizan los productores. Han atravesado desde adversidades climáticas hasta cambios tecnológicos en los procesos de producción a los que han debido adaptarse, y hoy después de tantos obstáculos vencidos ven con temor cómo se amenaza ciertamente su fuerte de trabajo, justamente desde el Congreso de la Nación.
Los invito a que vayan a Jujuy, recorran los caminos jujeños, vean los rostros de su gente, conversen con los productores y descubran el impacto social y económico que la actividad tiene, produciendo beneficios directos e indirectos también a través de las acciones de responsabilidad social que realizan las asociaciones que nuclean a los productores.
Nos oponemos a la aprobación del convenio marco, porque por más que haya quienes intentan convencernos de que no ataca a la producción, sus normas son muy claras y son más claras aún las potestades de los órganos de aplicación a nivel internacional y la obligatoriedad para las partes de respetar y cumplir las recomendaciones que adopten las conferencias que se van realizando.
Las recomendaciones vertidas en oportunidad de la tercera conferencia de las partes en Sudáfrica y de la cuarta conferencia de las partes en Uruguay, no dejan lugar a dudas respecto de lo que significaría para el Fondo Especial del Tabaco aprobar el texto del convenio. Esto es, sin más, la crónica de una muerte anunciada.
Se dice que las naciones han firmado libre y soberanamente este convenio, pero somos nosotros, los representantes del pueblo, quienes tenemos la responsabilidad de no ceder nuestro espacio para que otro, lejos, muy lejos y sin conocer las realidades de nuestra gente, adopte decisiones que comprometerán el futuro de un millón de personas y uno de los pocos pilares productivos que tiene una provincia como Jujuy, cuyas sucesivas gestiones han carecido de una visión estratégica que promueva un plan productivo con miras al largo plazo y a un futuro sustentable.
Así es que adelanto mi voto a favor del proyecto de ley que viene con sanción del Senado y ratifico mi firme oposición al convenio marco.
Defendamos la salud, pero también defendamos la vida y la dignidad de nuestra gente.



SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Jujuy.


SR. GIUBERGIA, MIGUEL ANGEL (JUJUY): Señor presidente: en nombre del bloque de la Unión Cívica Radical quiero decir que vamos a acompañar este proyecto, como lo hicimos durante todo el proceso de gestación de esta iniciativa, que tuvo origen en el Senado y que esperamos se convierta en ley.
Como bien lo explicaba el señor diputado Fiad, existía la intención de aplicar este convenio marco, que significaría ni más ni menos que lanzar a 25 mil trabajadores a mendigar y a vivir de planes sociales, cuando hoy tienen la posibilidad de contar con un trabajo digno.
Por eso, cuando hablamos del sector de la producción del tabaco que se realiza en siete provincias argentinas y de la cual se exporta más del 85 por cientodebemos tomar en cuenta que en esta norma se ha logrado consensuar la defensa de la salud, fundamentalmente, en contra del tabaquismo.
Uno de los temas importantes que debemos destacar en esta iniciativa es el de la juventud o adolescencia, que es donde primeramente comienza el daño y la adicción al cigarrillo. Esto está perfectamente contemplado en la norma.
Hay temas respecto de los cuales hemos formulado algunas observaciones, pero no vamos a pedir modificaciones. Lo que sí queremos dejar en claro es lo siguiente. En el capítulo referido a la composición de los productos elaborados con tabaco, se establecen como máximo 11 miligramos de alquitrán por cigarrillo, a partir del primer año de vigencia de la ley y 10 miligramos a partir del segundo año; un miligramo con un décimo de miligramo de nicotina por cigarrillo a partir del primer año de vigencia y un miligramo a partir del segundo año; y 11 miligramos de monóxido de carbono para el primer año y 10 miligramos para el segundo. Estos no son los números que nosotros estamos sugiriendo. Esperamos que en un futuro se puedan bajar estos niveles de alquitrán, de nicotina y de monóxido de carbono.
Esta norma también contempla el tema de la atención y el de la publicidad, fundamentalmente para evitar la adicción al tabaquismo.
Creemos que quienes pertenecemos a provincias tabacaleras debemos acompañar a nuestros productores. Como usted sabe, señor presidente, a nuestra provincia de Jujuy hace más de tres meses que no se le remiten los recursos que provenien del Fondo Especial del Tabaco y que pertenecen a los productores tabacaleros. El señor ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, no ha remitido esos fondos que, repito, son de nuestros productores tabacaleros quienes atravesaron una situación sumamente difícil en la campaña de acopio del año pasado.
Cuando nosotros decimos “se hacen estos esfuerzos”, “asumimos el compromiso” o “logramos llevar adelante normas de esta naturaleza”, o normas como las que están establecidas en la ley del Fondo Especial del Tabaco, es necesario que también desde el Poder Ejecutivo nacional, y fundamentalmente desde el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, se dé cabal cumplimiento a cada una de las disposiciones que establecen la obligación de remitir los recursos a la provincia de Jujuy (Aplausos.)


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.


SR. OBEID, JORGE ALBERTO (SANTA FE): Señor presidente: en razón del tiempo voy a omitir el desarrollo -que por otra parte ya han hecho los señores diputados que me antecedieron en el uso de la palabra- sobre las consecuencias dramáticas que tiene el tabaquismo sobre la salud de la población.
Quiero relatar la experiencia concreta ocurrida en mi provincia, Santa Fe; primera jurisdicción que aplicó una ley antitabaco en el territorio argentino. Esa norma sancionada por la Legislatura provincial en julio de 2005 fue producto de un trabajo intenso y continuado de entidades intermedias, legisladores y gobierno provincial. En noviembre de 2005 se reglamentó y entró en vigencia el 1° de agosto del año 2006.
Los principales aspectos de esta norma, que coinciden en lo fundamental con la iniciativa que hoy vamos a sancionar a nivel nacional, se vinculan con un encuadre del problema dentro de lo que es un programa de control del tabaquismo, que incluye la prevención y la educación.
También determina cuáles son las prohibiciones que se establecen para fumar en locales cerrados, sean públicos o privados, y fija las correspondientes sanciones, a través de multas, para las empresas tabacaleras que pese a dicha prohibición lleven adelante la publicidad de la práctica de fumar, así como también para los dueños de locales comerciales que no cumplan con el cuidado de dicha prohibición.
En primer lugar, quiero hacer notar lo siguiente. Cuando se sancionó esta ley, las empresas tabacaleras llevaron adelante una campaña muy fuerte de desprestigio que afectó a muchos empresarios de comedores, bares y restaurantes. Se decía que era una ley inexorable, una norma que no podía cumplirse; que iban a caer las ventas en bares y restaurantes porque el fumador no iba a concurrir más a esos lugares al establecerse la prohibición. Se buscó ridiculizar en todos los aspectos los sistemas de control y docencia que estaban articulados en la norma.
Entre paréntesis, uno de los simples artículos que contiene la ley y que cumple una función docente es el relativo a la prohibición de colocar ceniceros sobre las mesas de los bares. Por lo tanto, luego de ser sancionada la iniciativa en consideración solicitaré a la Presidencia de la Cámara que para la próxima sesión haga sacar todos los ceniceros, que aún permanecen en las bancas de los señores diputados.
Tres años después de sancionada aquella ley, un estudio de la Universidad Nacional del Litoral demostró que el crecimiento en la facturación de un universo de 482 bares y restaurantes de las ciudades de Rosario y Santa Fe se había dado en forma sostenida y continuada. Esto echaba por tierra –me estoy refiriendo a datos del API, Administración Provincial de Impuestos de la provincia de Santa Fe- el argumento de que la prohibición de fumar en bares y restaurantes podía llegar a perjudicar la actividad de esos locales.
Lo más importante es el titular de un diario de Santa Fe, que nos llena de orgullo. Seguramente, ocurrirá lo mismo con todos los diputados que voten este proyecto de ley dentro de unos instantes. En dicho periódico se dice que la ley antitabaco redujo un 28 por ciento los infartos en Santa Fe. Se trata de una publicación del 15 de agosto de 2010, que fuera acompañada por una estadística del Ministerio de Salud de dicha provincia. También fue tratado el tema en el V Congreso Argentino del Tabaco y la Salud.
Justamente ayer en el diario local de la ciudad de Santa Fe, El Litoral, se publicó un artículo que comenta que actualmente se realizan en promedio tres denuncias semanales de incumplimiento de la ley antitabaco en la provincia, mediante la intervención de particulares, instituciones educativas y oficinas públicas, lo que demuestra que el sistema de control está funcionando. Además, indica que existe una amplia aceptación de la ley.
Lo que he dicho no sólo lo estamos consiguiendo en Santa Fe, sino en otras provincias, ya que lo que hace diez, quince o veinte años era natural –me refiero al hecho de fumar-, ahora se ha trastocado. Lo natural es no fumar. Para ello, como antes decía, hubo que sortear una serie de presiones que fundamentalmente tuvieron que ver con la introducción de un hábito cultural que desde hace cincuenta, sesenta o setenta años asociaba el éxito a fumar, la virilidad al vicio de fumar, y el triunfo también al vicio de fumar. Esta circunstancia se fue transformando hasta llegar a esta situación que yo celebro, ya que descubrimos ante la sociedad que era necesario terminar -no digo en forma abrupta, ya que se trata de un fenómeno cultural que lleva su tiempo- con este vicio que tantos problemas causa a la salud de nuestra población.
Por otro lado, en otros países se ha logrado un éxito en esta materia. Rápidamente voy a citar a dos.
Uno es España, que se ha caracterizado por la intensidad del hábito de fumar, tanto de hombres como de mujeres. Luego de tres años de sancionada la norma correspondiente fue sustancial la baja que se produjo en el consumo de cigarrillos. Prácticamente son contados los lugares donde se puede fumar.
El otro país, que es un ejemplo para nosotros, es la República Oriental del Uruguay. En 2008, el presidente Tabaré Vázquez –médico oncólogo- propició la sanción de una ley antitabaco; la puso en vigencia y hoy muchos de los legisladores de esta Cámara que seguramente viajarán al país vecino habrán comprobado que prácticamente no se fuma en ningún lugar cerrado como tampoco en lugares públicos abiertos.
Para terminar, no quiero dejar de mencionar un tema que fue tratado por algunos de los colegas, que considero importante abordar. Es innegable que una campaña como la que hoy se está llevando adelante, a partir de la sanción de este proyecto de ley en esta Cámara de Diputados, va a afectar económicamente a algunos sectores de la población argentina. Comprendo perfectamente esta situación. Incluso, me ha tocado participar en debates en ocasión de discutirse el tema del Fondo Especial del Tabaco.
Comprendo perfectamente el drama y la preocupación que tienen los hombres y mujeres que defienden las economías regionales de sus provincias en zonas tabacaleras. Por eso, voy a apoyar todo proyecto que tenga que ver con llevar adelante la reconversión económica de esos sectores.
No nos podemos conformar pensando que esto tiene que seguir siendo así por el hecho de que la producción tabacalera da trabajo a una cantidad importante de hombres y mujeres en las zonas donde se cultiva tabaco.
Por eso, teniendo en cuenta que el otro socio que históricamente ha tenido la producción de tabaco en este país ha sido el propio Estado, celebro que el proyecto que hoy estemos tratando venga del Poder Ejecutivo, quien administra los bienes del Estado y es consciente de que muchos de los fondos que se recaudan provienen también de la venta de cigarrillos.
Tenemos que buscar una reconversión de la economía del tabaco, pero esto significa lisa y llanamente que agudicemos nuestro ingenio para determinar cuáles son los apoyos económicos y los incentivos que necesitan tanto la industria tabacalera cuanto la de los fabricantes de cigarrillos.
Nosotros no queremos que desaparezcan los hombres y mujeres que trabajan en esa industria; queremos que dicha industria se reconvierta, como ha sucedido en otros países en cuanto a actividades alimenticias, siderúrgicas y de transporte, de tal manera que los productos que ellos generen no sean perniciosos para la salud de la población.
Entonces, tenemos que terminar con esa complicidad, con la enfermedad que durante tanto tiempo se ha dado –consciente o inconscientementeen la Argentina y que ha tenido dos bases de argumentación.
La primera es que hay que mantener las economías regionales y, por lo tanto, no se puede dejar de sembrar tabaco. La segunda base es la del Estado, que necesita a las tabacaleras como socias, porque le cobran muchos impuestos. Por lo tanto, asociarse con alguien porque nos da lucro me recuerda la moral de Rufián Melancólico.
Señor presidente: usted recordará aquel personaje de una novela de Roberto Arlt llamado Rufián Melancólico, quien había decidido hacer la revolución social financiándola con una cadena de prostíbulos. ¿Saben cómo terminó? Mal, porque el que empieza mal termina mal.
Entonces, si nosotros queremos que no haya más enfermedades cardíacas provocadas por el tabaquismo, que no haya más enfermedades cancerígenas provocadas por el tabaquismo y deseamos eliminar todas y cada una de las consecuencias sociales de estas prácticas, no tenemos que asociarnos con los que producen las enfermedades. No tenemos que pensar en recaudar mucho dinero para después curar dichas enfermedades y, si sobra, destinarlo a actividades sociales.
Tenemos que hacer todo lo contrario: destruir aquella actividad que se ha ido instalando en el tiempo y que lo único que hace es causar problemas en la salud de la población, reemplazándola por otro tipo de actividades productivas que den trabajo a los argentinos y a los hombres y mujeres que hoy están en las zonas tabacaleras, sin producir sustancias que puedan provocar deterioro en su salud.
Por las razones expuestas, adelanto nuestro voto favorable al proyecto de ley en consideración, más allá de las observaciones que podamos plantear en algunos artículos durante el tratamiento en particular. (Aplausos.)
Para finalizar, como aún me restan cuatro minutos de los que disponía para hacer uso de la palabra, quería pedirle, señor presidente, que no olvide retirar los ceniceros. (Risas.)


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora diputada por el Chaco.


SRA. TERADA, ALICIA (CHACO): Señor presidente: en nombre del bloque Coalición Cívica-ARI, adelanto que vamos a apoyar este proyecto de ley, porque nuestro país –por más que las estadísticas hoy indiquen que en la Argentina se venden y consumen menos cigarrillos- ocupa el tercer lugar en el ránking de los países de América de mayor consumo per cápita de tabaco. Esto surge del informe de la Sociedad del Cáncer de los Estados Unidos, país que figura en primer lugar en dicho ránking, al que le siguen Trinidad y Tobago y luego –como he señalado- la Argentina.
Cabe señalar que la Ciudad de Buenos Aires ha sido declarada ciento por ciento libre de humo a partir de la aprobación de la ley 1.799, que impide fumar en ambientes públicos cerrados, como bares, restaurantes y shoppings.
También debemos destacar que el humo de segunda mano, también denominado como humo de los fumadores pasivos, mata aproximadamente a 600 mil personas en el mundo. De esta cantidad, el 47 por ciento corresponde a mujeres, el 28 por ciento a niños y el 26 por ciento a hombres. Es decir que el humo del cigarrillo ajeno mata a 165 mil niños por año, de acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud.
Otro dato a tener en cuenta es que el consumo de cigarrillos mata alrededor de 40 mil argentinos por año e insume 1.700 millones de pesos en concepto de gastos para atender enfermedades provocadas por el tabaquismo.
Por otro lado, cabe remarcar que entre el 20 y el 30 por ciento de los fumadores mayores de 40 años pueden desarrollar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, denominada EPOC. Dentro de veinte años, esta enfermedad se convertirá en la tercera causa de muerte, ya que el tabaquismo y la contaminación del aire harán que el índice de mortalidad generado por esta enfermedad supere al cáncer, al sida y a la tuberculosis.
Aclaro que todas las cifras que estoy dando surgen de los informes de la Organización Mundial de la Salud.
Otro dato preocupante lo encontramos en un trabajo del Ministerio de Salud de la Nación, en cuanto al descenso de la edad de inicio de los fumadores. Así, el 44,5 por ciento de los adolescentes de nuestro país admitió haber fumado por primera vez entre los 12 y 13 años, mientras que el 21,6 por ciento lo hizo a los 11 años e incluso a una edad menor.
Ese no es un dato menor. Justamente por ello considero que este proyecto es auspicioso por cuanto contiene un capítulo referido a la educación para la prevención. En uno de esos artículos, más precisamente el 29, establece que la autoridad de aplicación, en colaboración con el Ministerio de Educación, promoverá la realización de campañas de información en establecimientos educacionales acerca de los riesgos que implica el consumo de productos elaborados con tabaco.
Los fundamentos esbozados por los legisladores que me precedieron en el uso de la palabra remarcan la importancia que tiene la sanción de este proyecto. Tampoco resulta menor que las distintas comisiones que intervinieron en el análisis de este tema se hayan expedido por unanimidad a favor de la sanción de esta iniciativa.
Ayer, 31 de mayo, se celebró el Día Mundial Sin Tabaco. Y no es casual, o por lo menos es un hecho significativo, que hoy esta Cámara esté debatiendo y a punto de sancionar este proyecto de ley.
Por las razones expuestas, desde el bloque de la Coalición Cívica-ARI, vamos a acompañar la sanción de este proyecto, no obstante lo cual propondremos algunas observaciones en un artículo en particular conforme lo manifestará la diputada Rodríguez. (Aplausos.)


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


SRA. BERTOL, PAULA MARIA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Señor presidente: hoy es un día de fiesta para la salud pública y, como tal, hay que festejar. Por eso mismo, quiero empezar por agradecer la posibilidad de que después de veinte años hoy en este recinto, probablemente, sancionemos una ley integral. Y digo después de veinte años porque en 1990 el ex diputado Aldo Neri –médicopresentó por primera vez un proyecto de ley integral que se trató en este mismo cuerpo.
A partir de entonces, en 1992 esa iniciativa integral fue vetada por el ex presidente Menem, y desde esa fecha hasta ahora no pudimos lograr llegar al recinto con una ley nacional que me gustaría llamar “de control del tabaco” y no “ley nacional antitabaco”. Con esta norma estamos trabajando para la prevención y para invertir en prevención. Para nosotros la prevención no es un gasto sino una inversión. Prevenir es adelantarse a los daños.
El proyecto en consideración tiene muchos otros antecedentes que quiero destacar. Además de lo que ya mencioné sobre el ex diputado Aldo Neri, en el año 2005 el doctor Néstor Kirchner envió al Honorable Senado un proyecto firmado por el ministro Ginés González García, que obtuvo dictamen en las comisiones de esa Cámara pero nunca logró llegar al recinto.
Asimismo, en el año 2007 hubo otro proyecto que tuvo dictamen en esta Cámara de Diputados pero que no pudimos considerar en el recinto y, en noviembre de 2008, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envía nuevamente un proyecto firmado por la ministra Graciela Ocaña.
Finalmente, en agosto del año pasado, el Senado lo sanciona con un gran trabajo del presidente de la Comisión de Salud, el senador radical Cano, y también del senador Filmus.
Considero que es importante nombrar a aquellos que realmente trabajaron en este tema, porque no fue fácil transitar este camino en el que muchos de los que están hoy aquí presentes participaron. A todos ellos les agradezco especialmente.
Finalmente, hemos llegado al día de hoy en el que estamos tratando un proyecto que propicia los ambientes ciento por ciento libres de humo. Esto tiene que ver con desnaturalizar la conducta de fumar, que es una adicción. Al estar en un ambiente ciento por ciento libre de humo se elimina la toxicidad que permanece en el ambiente durante catorce días. Sabemos que el humo ambiental del tabaco, además de tener más de 4.800 partículas tóxicas, tiene entre cuarenta y cincuenta partículas cancerígenas.
No hay prueba científica que no haya demostrado fehacientemente la toxicidad, la morbilidad y la posibilidad de muerte que causa el tabaquismo. Por eso, digo que hoy es un día de fiesta para la salud pública. Seguramente Ramón Carrillo, padre de la medicina preventiva, también estaría apoyando una iniciativa como esta.
Este proyecto además de proponer ambientes ciento por ciento libres de humo para desnaturalizar la conducta de fumar, prohíbe la publicidad del tabaco. No es un proyecto perfecto porque todavía la permite en los puntos de venta y también por Internet.
Pero, sin embargo, lo que nosotros venimos a hacer es a hablar de lo positivo de este proyecto de ley. Prohibir la publicidad del tabaco significa eliminar una herramienta poderosa para que la edad de inicio no siga bajando. La herramienta poderosa de la publicidad es la que provoca -está absolutamente comprobado- que los niños y los adolescentes comiencen a fumar. Como diría Ginés González García, cuando uno tiene once, doce, trece, catorce o dieciséis años no tiene absoluta libertad para elegir, es decir, no tiene el libre albedrío para tomar una decisión.
Todos sabemos que el cigarrillo está compuesto por un elemento absolutamente adictivo que es la nicotina. Es mucho más adictivo que cualquier otra sustancia química. Por eso, decimos que la prohibición de la publicidad en este proyecto de ley es altamente positiva.
Recuerdo, no sin dolor, cuando Sandro decía: “Muchas veces me han ofrecido hasta mucho dinero para hacer alguna publicidad para marcas de cigarrillos. Yo no voy a publicitar el veneno. Es un veneno de lo peor, de lo más traicionero”. Recordemos también el mensaje enorme que Sandro dejó a los jóvenes al decir: “Aconsejo a los jóvenes que no fumen. No fumen. Cuando somos jóvenes todos nos sentimos inmortales”. Me parece que este es un mensaje para rescatar en un día como el de hoy.
Por otra parte, reitero que un proyecto de ley como este, que educa y previene, habla de los mensajes sanitarios. Esta iniciativa establece plazos de 180 días o de un año -según los artículos de que se trate- para que en la Argentina los atados de cigarrillos contengan imágenes, pictogramas, dibujos o fotos que conlleven leyendas que informen y creen conciencia. Se trata de leyendas fuertes, tales como “fumar puede acarrear impotencia sexual”, “fumar provoca cáncer”, “las embarazadas que fuman pueden causar daños irreparables a sus bebés” y “fumar puede provocar la muerte por asfixia”.
Esto no quiere decir que automáticamente quienes lean dichas leyendas dejen de fumar. Lo que sí sabemos es que ellas informan. Al igual que en el caso de las cajas de cereales que todas las mañanas vemos en las mesas de nuestros hogares, el objetivo que se persigue es que los atados de cigarrillos lleven a mucha gente a tomar conciencia y reflexionar acerca del consumo de tabaco.
Este proyecto de ley prevé también la existencia de una línea gratuita, porque nosotros pensamos que seguramente, como se ha dicho, va a generar una enorme difusión. También sabemos que más del 54 por ciento de las personas que actualmente fuman expresan deseos de dejar de hacerlo. Entonces, esta iniciativa prevé la existencia de una línea gratuita para aquellos que necesiten ayuda. En realidad, se trata de una línea gratuita que cualquiera puede utilizar porque ya existe en el Ministerio de Salud, que tan bien viene trabajando en estos temas. Me animo a alentar a la gente a que utilice ese servicio.
De la misma manera en que ya diez provincias argentinas y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cuentan con las llamadas leyes “libres de humo”, vamos ahora por una Nación libre de humo, y queremos que en los organismos públicos la ley que se sancione sea cumplida estrictamente.
Entendemos que existe una relación entre salud pública y derechos humanos. El derecho humano que estamos vinculando con la salud pública es el derecho a disfrutar del grado máximo de salud que se puede lograr. Esto no sólo lo establece la Constitución Nacional en el inciso 22 de su artículo 75, sino también todos los tratados internacionales, especialmente aquellos que protegen a los niños. Pero también estamos protegiendo a las comunidades indígenas y a las mujeres, que son los sectores más afectados por el tabaquismo.
El tabaquismo también se denomina “enfermedad de la pobreza”. Por eso, digo que a partir de hoy vamos a tener muchas soluciones a lo que la Organización Mundial de la Salud llama epidemia, porque esta última es una enfermedad que se propaga en una población por mucho tiempo, afectando a gran cantidad de gente. Como decía, hay muchísimas normas constitucionales que prevén el derecho a la salud. Hay fallos -que no quiero dejar de nombrar- que dicen que nadie puede comprometer la salud pública con el uso que haga de su propiedad y especialmente con el ejercicio de una profesión o industria.
Me adelanto a posibles críticas que generalmente se hacen a este tipo de leyes, cuando se antepone la libertad individual o la libertad de la industria. En realidad, hay un fallo de la Corte Suprema del año 1887, conocido como los “Saladeristas de Barracas”, y este es el axioma que nosotros estamos siguiendo con esta ley.
Las estadísticas son elocuentes. Muchos de mis compañeros han hablado aquí de los 40 mil argentinos que mueren al año, de los cuales 6 mil son fumadores pasivos. ¿Qué quiere decir esto? Están expuestos al humo del tabaco ambiental sin haber elegido fumar. También estos 6 mil han muerto. Cada día tenemos en la Argentina un promedio de 117 muertos. No es un tema menor, esta es una ley que salva vidas.
También sabemos que a nivel mundial es una epidemia absoluta. Hace un rato citaban la cifra de 6 millones de afectados por año y 600 mil muertos fumadores pasivos. No es un tema menor; realmente me parece que hoy estamos tratando un tema trascendente.
Quisiera citar una frase de una persona que trabajó mucho en este tema, que es un entusiasta y que a muchos nos entusiasmó. Él decía: “Ante la evidencia abrumadora del daño individual y social que provoca el tabaco, los argentinos no podemos navegar entre la tolerancia y la indiferencia, porque vivir saludablemente es un compromiso social, un compromiso de cambio profundo, inmediato y permanente.
“En salud pública, como en otros órdenes de la vida nacional, la Argentina no puede vivir de ilusiones y no puede vivir de espejismos. Controlar el tabaco es imprescindible para construir un mejor futuro.”
Esta persona fue el ex ministro de Salud, el doctor Ginés González García, a quien quiero rendir homenaje porque estoy segura de todo lo que él ha trabajado. Él y su equipo, el doctor Mario Virgolini, que hoy nos acompaña, el doctor Andrés Leibovich, la doctora Mirta Molinari, y todos los activistas de la sociedad civil ALIAR, Alianza Libre de Humo.
Creo que hoy no es el día para hablar del convenio marco. Así como algunos han dejado sentado que aprobar esta ley no significa para ellos, desde ningún punto de vista, respaldar el convenio marco, yo quiero decir lo contrario, que para mí aprobar esta ley significa la salud, y el convenio marco que firmó el presidente Kirchner en el 2003 debemos ratificarlo; es una deuda que tiene este Congreso. Es el único país de América del Sur que no lo ha hecho.
Además de eso, deberíamos tener en cuenta que los mayores exportadores, los mayores productores de tabaco, como China, India y Brasil, ratificaron este convenio. Por eso, así como algunos dejaron asentada su posición yo quiero dejar expuesta la mía. Por estos motivos, estoy convencida de que no existe ningún argumento económico válido para obstaculizar la ratificación de este convenio.
Pero no quiero dejar esto en el aire, sino que quiero pedir que se inserte en la versión taquigráfica un estudio sobre lo que muchos consideramos que son los nueve mitos que sostienen la no ratificación del convenio marco.
Es por eso que en este acto voy a introducir el estudio que hizo ALIAR analizando cada uno de esos mitos y demostrando que no es cierto que vamos a empobrecer a nuestras provincias tabacaleras. Soy profundamente federal, a pesar de haber nacido y haberme criado en la Ciudad de Buenos Aires. Esto no me impide reconocer y vivir el federalismo profundamente.
Para terminar, quiero hacer dos pedidos. El primero a esta Cámara. Creo que debemos aprovechar el programa del Ministerio de Salud y declarar inmediatamente a nuestra Cámara edificio libre de humo, lo que implica desde retirar todos los ceniceros de la casa hasta permitir que se haga el control de calidad por el humo del tabaco ambiental en nuestros despachos y en las reparticiones de la casa.
En segundo lugar, mi pedido es para la señora presidenta de la Nación: deseo profundamente que esta ley sea prontamente publicada y reglamentada.
Adelanto el voto afirmativo del PRO a la ley de control del tabaco. (Aplausos.)


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora diputada por Santa Fe.


SRA. FEIN, MONICA HAYDE (SANTA FE): Señor presidente: el bloque socialista apoya la aprobación de esta ley que, como bien decía la diputada Bertol y otros diputados, hace mucho tiempo que se viene discutiendo en esta Cámara y tiene como claros objetivos la reducción del consumo de productos elaborados con tabaco, evitar la exposición de las personas a los efectos nocivos del humo, reducir el daño sanitario y social del tabaquismo y sobre todo la prevención en la iniciación de niños y adolescentes.
Esta norma plantea también la concientización de las generaciones futuras acerca de las consecuencias perjudiciales del consumo de productos elaborados con tabaco.
A partir de estos objetivos, la norma incorpora diferentes acciones y actividades: restringe el consumo en los lugares públicos y de trabajo; restringe la publicidad; impide que se auspicie o patrocinen actividades o eventos públicos con productos elaborados con tabaco; considera como consumo no sólo la inhalación sino también masticar tabaco, y destaca una serie de medidas interesantes para alertar a los consumidores sobre las consecuencias del consumo de tabaco, para lo cual se dispone insertar en los paquetes o envases de cigarrillos una serie de mensajes sanitarios referidos a esta problemática.
Esta iniciativa plantea una importante acción por parte del Ministerio de Salud en materia de campañas de información, prevención y abandono del consumo de tabaco, que se realizará en forma conjunta con el Ministerio de Educación.
Como se ha dicho aquí, estamos tratando un proyecto que hace mucho tiempo tendría que haber sido aprobado en nuestro país. Se trata de una norma que de alguna manera aporta a un debate sanitario. Cada seis segundos muere una persona a causa del tabaco. Seiscientos mil son los llamados fumadores pasivos, aquellos que no han probado el tabaco pero están expuestos al humo.
Por lo tanto, con este paso la Argentina contribuye al debate mundial respecto de las claras restricciones que deben establecerse para este tipo de productos.
Como dijo el señor diputado Obeid, es muy importante destacar que en las ciudades y en las provincias como la nuestra, donde hemos tenido oportunidad de llevar adelante una política restrictiva al fumar en lugares cerrados, a la publicidad y a la existencia de ceniceros, hemos visto un cambio cultural fundamental, con mejores condiciones sanitarias y de vida.
No sólo es necesario saber que fumar hace mal sino también ayudar a los consumidores de tabaco para que conscientes de ese peligro puedan, con asesoramiento y medicación, abandonar el consumo de tabaco. Esto es responsabilidad de la salud pública. Se ha comprobado que la inclusión de mensajes en los envases ayuda a tomar conciencia de la gravedad que significa el consumo de tabaco.
Por ello, en este acto, recordando y felicitando por los cientos de iniciativas que fueron tratadas en comisión, que llegaron a esta Cámara pero no fueron aprobadas, nosotros vamos a apoyar este proyecto de ley.
Desde nuestro punto de vista, el texto tiene algunos aspectos que podrían ser cuestionados, como la creación del club de fumadores o las comunicaciones directas en la difusión, pero que son menores a la hora de posibilitar que claramente exista una legislación que mejore las condiciones sanitarias de nuestra población.
Así como destacamos y apoyamos esta sanción que nos remite el Senado, también queremos expresar nuestra posición respecto de la necesidad de adherir al Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud, al que nuestro país adhirió en 2003 y que todavía no ha sido ratificado por el Congreso de la Nación. Creemos que este es un tema pendiente y seguiremos proponiéndolo para su discusión. La Argentina es el único país del Mercosur que aún no lo ha ratificado, y en general hay muy pocos países que no lo han hecho. Cuando se trata del mercado y la salud es necesario jerarquizar la salud. Estamos discutiendo acerca de la vida y por lo tanto hay que ratificar este convenio.
En síntesis, el bloque socialista apoyará este proyecto de ley y se congratula de dar un paso muy importante para hacer de la Argentina un país libre de tabaco. (Aplausos.)


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.


SR. PERALTA, FABIAN FRANCISCO (SANTA FE): Señor presidente: nobleza obliga, quiero comenzar agradeciendo el trabajo que cuando ingresé a esta Cámara me acercó mi comprovinciano, el diputado mandato cumplido Sylvestre Begnis –destaco el empeño que puso en este temay también el diputado mandato cumplido Gorbacz.
Así mismo, deseo agradecer el empeño y el esfuerzo de las ONG que trabajaron este tema y se acercaron infinidad de veces a conversar con nosotros en la Comisión de Prevención de Adicciones y Control del Narcotráfico e incluso a título personal.
En lo que respecta al proyecto, desde el bloque del GEN compartimos en su totalidad los conceptos que acaba de expresar la diputada Fein. Para nosotros es fundamental la posibilidad de contar con espacios libres de humo de tabaco. Como ya se señaló, 40 mil argentinos y argentinas mueren por año por consumir tabaco, lo cual significa que cada quince minutos uno de nuestros compatriotas fallece por esta adicción.
El cuadro se agrava porque de esos 40 mil, 6 mil son fumadores involuntarios, es decir, personas que deciden no fumar y lo hacen por compartir con otros un espacio cerrado. Son 16 por día los que mueren siendo fumadores involuntarios. Este proyecto, que como ya se señaló, tiene algunos aspectos para corregir, nos garantiza el logro de ese primer objetivo de los espacios libres de humo.
Del mismo modo que lo hizo el señor diputado Obeid, quiero reflejar la experiencia de nuestra provincia, Santa Fe, que sirvió para derribar algunos mitos, como por ejemplo la caída del comercio gastronómico con la implementación de los espacios libres de humo, lo que no sucedió en lo más mínimo. Desde el punto de vista cultural, esto significó un cambio muy importante, que en mi opinión aprecian en mayor magnitud las generaciones más jóvenes, que van creciendo con una manera muy distinta de ver el consumo de tabaco y entendiéndolo como una adicción.
Desde la implementación de la ley en Santa Fe se redujeron los infartos en un 28 por ciento, cifra bastante parecida a la que se registró en la república hermana del Uruguay, que fue de alrededor del 25 por ciento. Considero que esta sola cifra justifica la sanción que viene del Senado y que hoy vamos a convertir en ley.
Como también lo decía la señora diputada Bertol, para nosotros este es un día de alegría. Pero también es un día que tiene algunos rastros de vergüenza, porque nos parece que este Parlamento se tomó mucho tiempo para sancionar la ley; esto se produjo, en buena parte, por lo que a nuestro entender es un falso dilema que tiene que ver con poner la salud por un lado y la posibilidad de trabajo por el otro, como si tuviéramos que optar.
Nos parece que en este tema también se produjo un debate bastante similar respecto de la actividad minerael Estado como tal debe garantizar el primero de los derechos, que es el derecho a nuestra salud y a la vida. Pero también debe tomar otras medidas, como de planificación o de reconversión económica, para no terminar en esta encerrona, que termina siendo demasiado cruel y costando muchísimas vidas.
Este debate también nos lleva a reflexionar acerca de cómo se para el Estado frente a las adicciones, y vemos que hasta ahora sucede lo siguiente: ante las adicciones producidas por sustancias ilegales, el Estado se para y le brinda al ciudadano el ámbito penal; pero ante las adicciones producidas por sustancias legales, como lo son el tabaco y el alcohol, se ha manejado con una absoluta indiferencia, como si se pudieran resolver por sí solas.
La ley de lucha contra el alcohol estuvo sancionada y no reglamentada durante doce años. Esperamos que la ley que vamos a sancionar hoy se reglamente de manera mucho más rápida y acorde a la necesidad que estamos expresando.
Resulta fundamental cómo el Estado se para frente a las adicciones en cuanto a la prevención y a la asistencia. No puede ser que se desentienda de esta situación, tal como sucede con la adicción al juego. En este sentido –a mi juicio, con mucha liviandadotorgó una cantidad importante de licencias a casas de juego sin importarle lo que sucede con las personas que caen en esta adicción.
Hoy, con la sanción de esta norma venimos a resolver en gran parte esa actitud de indiferencia que tenía el Estado. Esperamos que su aplicación respete el espíritu de la ley y que el tiempo vaya perfeccionando los costados que, desde nuestro punto de vista, quedan por resolver.

- Ocupa la Presidencia la señora vicepresidenta 2ª de la Honorable Cámara, doña Patricia Susana Fadel.

SR. PERALTA, FABIAN FRANCISCO (SANTA FE): Como dije anteriormente, hoy venimos con mucha alegría y satisfacción a brindar nuestro apoyo a este proyecto de ley, pero también esperamos que en el futuro este Congreso no se demore en sancionar leyes tan importantes para la salud de todos nuestros compatriotas. (Aplausos.)


SRA. PRESIDENTA(FADEL) Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. BASTEIRO, SERGIO ARIEL (BUENOS AIRES): Señora presidenta: desde el bloque Nuevo Encuentro Popular y Solidario venimos a apoyar este proyecto de ley que viene en revisión. Nosotros tenemos coincidencias absolutas en cuanto al espíritu del proyecto y a su articulado. Tanto es así que en el año 2010 he presentado un proyecto con características similares, buscando el mismo objetivo, y muchos de sus artículos tenían la misma redacción que el que estamos considerando. De allí nuestro apoyo irrestricto a esta iniciativa, para contar con un marco legal que todavía no teníamos en nuestro país.
Con el correr de los años, el tabaquismo se ha trasformado quizás en una de las epidemias más grandes por las que atraviesa el mundo. Esto es así por la gran industria legal, que se ha montado sobre una droga tan potente y dañina como la nicotina que, por uno u otro motivo, se cobra más de cinco millones de vidas por año a nivel mundial, lo que da un total de catorce mil vidas al día y seiscientas por hora.
Quinientas mil personas en el mundo van a morir producto de las enfermedades provocadas por el tabaco; de ese total, doscientas cincuenta mil muertes serán en edad prematura. Se sabe que el consumo temprano de tabaco provoca un acortamiento de la calidad de vida –y de la vida mismaen casi veinte años. Esto significa que a nivel mundial se perderán cinco millones de vidas por año en personas entre cuarenta y sesenta años.
Desde 1950 hasta la actualidad se calcula que enfermedades provocadas por el tabaco generaron más de sesenta millones de muertes. Esto es más de lo que provocó la Segunda Guerra Mundial. Estamos hablando únicamente de lo que ocurre en los países desarrollados que tienen estadísticas más o menos serias; si a ello sumamos los números de los países subdesarrollados, obviamente esta cantidad se triplicaría.
Se estima que para el año 2020 el tabaco será la mayor causa de muerte en el mundo, sobrepasando las ocasionadas por el SIDA, los accidentes viales, los homicidios, los suicidios, el alcoholismo y las drogas. Todas estas enfermedades juntas no provocarán la cantidad de muertes que el tabaquismo generará de aquí al año 2020.
El hábito de fumar causa alrededor de veinticinco enfermedades directamente relacionadas con el consumo de tabaco. El 30 por ciento de las cardiopatías coronarias es provocado por este hábito; también es causa del 30 por ciento de las muertes por cáncer: 90 por ciento del cáncer de pulmón, 70 por ciento del cáncer de laringe, 50 por ciento del cáncer de boca, 50 por ciento del cáncer de esófago, 30 por ciento del cáncer de vejiga y 30 por ciento del cáncer de páncreas.
Cuando uno lee estos datos llega a la conclusión de que son números escalofriantes y que generarán enormes gastos de inversión pública en los sistemas de salud de los diferentes países destinados a frenar este terrible mal.
Por eso, es imprescindible lograr la cooperación mundial a fin de ir revirtiendo gradualmente estas estadísticas, y en ese sentido, como ya lo han reclamado otros señores diputados, resulta necesario que nuestro país adhiera en esta materia a los acuerdos internacionales que ha firmado la mayoría de los países de Latinoamérica.
Debemos concentrar la mayor cantidad de energía posible para combatir este flagelo cuyo consumo no sólo se mantiene sino que sigue aumentando día a día. Seguramente, esto provocará costosas consecuencias en los sistemas económicos.
Producto de las inteligentes campañas de promoción de la industria tabacalera, un tercio de la población mundial de 15 años de edad está fumando. En este sentido, existe una campaña claramente dirigida a captar a los jóvenes que son, como dice la propia industria, el reemplazo natural de aquellos que mueren, producto de las enfermedades causadas por el consumo de tabaco.
Creo que se trata de una actitud escalofriante por parte de aquellos que “marketinean”, sabiendo incluso las consecuencias que provoca este hábito. Por lo tanto, las principales políticas deben estar orientadas hacia el sector de los jóvenes para sacarlos de esa situación, y por ello es importante sancionar esta iniciativa.
Asimismo, permitirá generar un hecho específico vinculado con los fumadores pasivos, estableciendo algo que es muy importante como las “zonas libres de humo”. Se sabe que un fumador pasivo sufre las mismas consecuencias que uno activo, generadas por el humo que queda en el ambiente. Esta es una de las principales características por las cuales resulta importante sancionar este proyecto de ley.
Sabemos que la hoja de tabaco contiene una sustancia muy potente, la nicotina, que le saca muchos cuerpos de ventaja a cualquier otra droga, como puede ser la cocaína. Pero todo no queda solamente en este producto, ya que la industria tabacalera –para generar mayor adicción en quienes fuman- agrega una serie de sustancias y productos químicos que hacen al cigarrillo mucho más tóxico y adictivo.
Si bien la sustancia estrella es la nicotina, hay más de cuatro mil productos. Algunos son de uso habitual entre nosotros, a pesar de que sabemos el peligro que representan. Por ejemplo, la acetona, que es un removedor de pintura; el amoníaco; el arsénico, que es un veneno muy poderoso; el benceno, que terminó siendo causal de que se retirara del mercado un agua mineral porque tenía porcentajes ínfimos de esa sustancia –se supone que en los cigarrillos hay una alta cuota de benceno-; el butano, que es el líquido de los encendedores; el monóxido de carbono, gas tóxico que conocemos porque proviene de los caños de escape de los autos o de los braseros, por lo que genera la muerte de mucha gente; el cianuro, que es un veneno más que poderoso; el DDT, un insecticida que está prohibido; el plomo; el metanol, que es un combustible de aviones, y el naftaleno.
La Argentina tiene uno de los promedios más altos de consumidores de tabaco en su población adulta. El porcentaje alcanza el 30 por ciento, y es la causal de la pérdida de 40.000 vidas por año, siendo una de las cifras más altas de la región. Esto provoca que más del 13 por ciento del total del presupuesto esté destinado a erogaciones en atención médica, cuando lo que se puede recaudar en concepto de impuestos por la venta de cigarrillos no alcanza a cubrir lo que gasta el Estado para cubrir las enfermedades de tantos argentinos.
Por eso, debemos tomar medidas drásticas. Este es un paso muy importante, ya que es imprescindible votar hoy este proyecto de ley.
Cuando maduremos y vayamos conociendo los detalles del daño que provoca el tabaco podremos llegar a la prohibición total, porque resulta casi paradigmático o contradictorio que en los paquetes de cigarrillos se coloque una frase que diga que pueden provocar la muerte y que, a su vez, permitamos que se comercialicen en cualquier kiosco o comercio. Independientemente de ello, en el articulado se detallan restricciones acerca de cómo y dónde se debe vender este producto.
El límite que debemos tener en cuenta es la propia Constitución Nacional. Al no existir una ley nacional integrada, las provincias han intentado modificar de distinta manera esta situación: desde campañas de prevención hasta declarar zonas libres de humo a determinados lugares públicos. También se ha facilitado el acceso a tratamientos para dejar de fumar.
La prohibición de la publicidad es el elemento fundamental por el que hoy debemos estar acompañando esta iniciativa.
Si bien existen muchos otros argumentos desde el punto de vista médico o científico para poder aportar, entendemos que una política importante para combatir este mal tiene que ver con la prohibición de la publicidad y del patrocinio.
Está demostrado que la publicidad tiene como fin último el hecho de vender un producto. También se sabe que se aplican fórmulas psicológicas que inciden directamente en el receptor del mensaje. Por eso, las principales campañas tabacaleras están destinadas a los jóvenes, dado que es un mercado puro plagado de potenciales consumidores.
Es sabido que el aumento del consumo de los jóvenes va en incremento, iniciando la mayoría el consumo de cigarrillos a los trece años. Por este motivo, con el fin de preservar a los jóvenes, hoy vamos a votar este proyecto de ley.
Ha quedado ampliamente demostrado que la prohibición de la publicidad y la promoción ha disminuido significativamente la demanda de estos productos. Por eso, creo que hay que seguir insistiendo en ello.
De nada sirven las restricciones parciales, dado que siempre se encuentran formas para sortear estos mecanismos e imponer un producto a través de la publicidad.
Por eso, creemos que la prohibición total sería correcta si es que queremos terminar con el consumo de tabaco. De todas maneras, consideramos que este proyecto es altamente positivo y vamos a acompañarlo en todo su articulado y fundamentos.
Estamos convencidos de que haremos un bien a muchas generaciones de argentinos, y por este motivo el bloque al que represento va a apoyar este proyecto de ley. (Aplausos.)


SRA. PRESIDENTA(FADEL) Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. MACALUSE, EDUARDO GABRIEL (BUENOS AIRES): Señora presidenta: en 1956, se presentaron los primeros proyectos que tendían a proteger del tabaco a la salud de los argentinos. Desde hace casi cincuenta años venimos trabajando para que el Congreso resuelva en términos de legislación la protección frente al tabaco, pero hasta el día de hoy no hemos logrado hacerlo, producto de la enorme presión de la industria tabacalera, que ha generado presiones en gobiernos, en periodistas, en representantes del pueblo y en altos funcionarios de diversos ministerios para que no exista una ley en ese sentido.
Hoy, algunos diputados se han referido a la negra historia que tienen las iniciativas parlamentarias en este aspecto y al poco éxito que han tenido. Yo no voy a repetir esos argumentos para no alargar el debate.
Cabe señalar al respecto que en el año 2003 el presidente Kirchner firmó el convenio para la prevención del tabaco en el marco de la Organización Mundial de la Salud, pero no ha sido ratificado por esta Cámara ni por el Senado, pese a numerosas iniciativas que nosotros hemos impulsado y pese a la buena voluntad de legisladores de distintos bloques.
El objetivo de este tipo de leyes es simple y no es pretencioso, porque sabemos que las políticas públicas tienen efectos en el mediano plazo. No pretendemos que el conjunto de la población que fuma deje de hacerlo en pocos años; lo que sí queremos es evitar que se sumen nuevos fumadores al enorme universo ya existente. Asimismo, pretendemos preservar la salud de los fumadores pasivos y generar una política sanitaria de prevención de la atención primaria de la salud y de protección de la salud, que es un derecho constitucional.
Los argumentos que ha propuesto la industria del tabaco contra este tipo de leyes se han ido cayendo uno a uno. Desde los años setenta, los avances de los estudios de la comunidad científica demostrando cabalmente los perjuicios que provoca el tabaco sobre la salud de la población son clarísimos, abundantes e irrefutables, a punto tal que desde los mismos años setenta –aclaro que la propia industria antes se negaba cerrilmente a que hubiera legislación en este sentidocomenzó a promoverse la autorregulación. Es decir que las mismas empresas iban a ser las que regularan el límite de daño que iba a generarse en quienes fumaban. Con posterioridad, buscaron incidir en las legislaciones que se implementaban.
Cuando en 2003 la Argentina no ratificó el convenio de prevención contra el tabaco, no sólo les generó un perjuicio a nuestros pobladores; al ser el único país de la región que no lo firmó, generó también un perjuicio hacia otros Estados de nuestra región, que son países hermanos, países amigos y gobiernos con los que tenemos enormes coincidencias. Como ejemplo de lo que estoy diciendo podría citar el caso del Uruguay, que tiene un juicio en el CIADI promovido por la tabacalera Philip Morris, que busca hacer valer los tratados de protección de inversiones que nuestro país también ha firmado.
Entonces, así como hemos trabajado para que pueda aprobarse este proyecto de ley, también debemos hacerlo para ratificar el convenio.
Creo que a todos nos quedan en claro las enormes dificultades que hemos tenido para legislar. En este sentido, considero que hemos tomado la decisión más inteligente que podíamos: frente al enorme poder que se opone a que legislemos, lo más inteligente fue ceder en cuestiones razonables para generar consenso e imponer ese remedio frente a un adversario poderoso.
Es importante que hayamos hecho eso y que hoy estemos discutiendo el tema en el marco de una campaña política que quizás pueda resultar agresiva. Sin embargo, hoy hemos visto que con la diputada Bertol, con cuyo partido confrontaremos en la Ciudad; con el senador Filmus, que se encuentra aquí presente, que fue uno de los impulsores de esta iniciativa y con quien confrontaremos también en la Ciudad, y con el doctor Aldo Neri, con cuyo partido también confrontaremos en la Ciudad y en la Nación, nos estamos dando la mano para aprobar una norma que resulta imperiosa para proteger a nuestros ciudadanos.
Esa es una muestra de madurez, de convivencia, de razonabilidad y de inteligencia frente a un problema político. Digo esto porque cuando enfrentamos a un adversario poderoso que se opone a que protejamos a nuestra población, nos quedan dos caminos a seguir: intentar la confrontación a ultranza sin sondear si hay posibilidades de consenso, generando así una división en nuestro país, o intentar el remedio del consenso para lograr lo más inteligente, que es cerrar la puerta para que no puedan dividir a quienes tenemos que proteger a la población y poner un candado para que no avance el lobby.
Esa es una de las decisiones más inteligentes que hemos tomado. Por eso, hoy podemos sancionar por unanimidad –como ocurrió en el Senado- un proyecto que es necesario. Tengamos en cuenta que el Parlamento estaba muy atrasado en esta materia frente a las demandas de la comunidad científica, de organizaciones no gubernamentales y de la misma población. De este modo hemos demostrado también que el camino del consenso puede despejar obstáculos que a veces nosotros mismos nos ponemos por torpeza cuando necesitamos resolver cuestiones de Estado, como lo es el tema sanitario y el de la prevención.
Por otro lado, queremos hacer una advertencia sobre algunas cuestiones que tendríamos que rever en este proyecto de ley. Una de ellas es la de los límites que se imponen a la nicotina, porque más que límites implican una autorización para aumentarla. Esto es algo que tendríamos que discutir en las comisiones respectivas con el objetivo de mejorar el texto de la norma.
Entonces, advertimos sobre la necesidad de rever algunos aspectos del proyecto y sobre la necesidad de ratificar el convenio marco. Pero, no obstante, saludamos muy calurosamente y alentamos toda posibilidad de generar consenso alrededor de temas que son de Estado y que benefician al conjunto de la población. Por eso, vamos a apoyar esta iniciativa en la que han trabajado todos los bloques, tanto del Senado como de esta Cámara, para proteger a nuestros ciudadanos. (Aplausos.)


SRA. PRESIDENTA(FADEL) Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba.


SR. FORTUNA, FRANCISCO JOSE (CORDOBA): Señora presidenta: tal vez en este momento sea innecesario exponer largas y medulosas fundamentaciones para analizar este histórico problema mundial, porque la difusión alcanzada por las posiciones de la Organización Mundial de la Salud y de los gobiernos nacional y provinciales sobre el tabaquismo ha dado ya a esta enfermedad la trascendencia que, como flagelo para la salud, los médicos ya conocíamos.
Basta recordar algunos datos que ya han sido manifestados aquí por los legisladores que me precedieron en el uso de la palabra, según los cuales se demuestra que el consumo de tabaco a nivel mundial, además de muertes, deja indudablemente secuelas para la salud humana que son inconmensurables.
La sostenida preocupación de los diversos organismos mundiales en su afán por erradicar esta adicción tiene su fundamento en una frase que se difunde permanentemente: “Cada diez segundos en algún lugar del planeta el tabaco cobra una nueva víctima”. Si esta tendencia continúa, se prevé que en los próximos treinta años la muerte se va a producir en menor tiempo: cada tres segundos.
Observamos cómo esta adicción se va extendiendo desde su foco inicial –los varonesy es actualmente una epidemia femenina e incluso pediátrica, ya que el uso del tabaco comienza fundamentalmente en la infancia y adolescencia. Justamente por haber definido al tabaquismo como una enfermedad determinamos que es curable y, fundamentalmente, que como toda enfermedad también se puede prevenir. A esto tiende, precisamente, el proyecto en consideración.
El proyecto que estamos tratando regula la publicidad, la promoción y el consumo de productos elaborados con tabaco. Es una iniciativa que pretende, precisamente, reducir el consumo de esos productos, bajar al mínimo la exposición de las personas a los efectos nocivos del humo proveniente de productos elaborados con tabaco, disminuir el daño sanitario, social y ambiental originado por el tabaquismo y prevenir la iniciación del tabaquismo especialmente en la población de niños y adolescentes, entre otras cuestiones que consideramos sumamente relevantes.
Los médicos –sobre todo aquellos que provenimos del peronismotenemos siempre en cuenta las consideraciones de ese gran maestro, Ramón Carrillo, que nos decía que la preservación de la salud supone una tarea oscura y abnegada que no se traduce de inmediato en votos ni permite ganar elecciones. Recordar sus palabras no es sólo un acto de justicia para él, sino que también es imprescindible para organizar toda política pública en materia de salud y todo aquello que la hace posible.
Decía también Carrillo estas palabras que hacemos nuestras: “Es propósito del gobierno responder ampliamente a su origen dedicando su preocupación a la protección del pueblo y planificando la acción médica preventiva y la asistencia social, de manera que el problema colectivo de la salud pueda definirse con el viejo aforismo que dice que más vale prevenir que curar”. Esta es una sabia política económica, porque el capital humano es lo que más le debe interesar al Estado.
Tanto el tabaquismo como el alcoholismo y el consumo de droga son adicciones que, por sobre todas las cosas, se combaten a través de los mecanismos de prevención. Los profesionales de la salud siempre decimos que la prevención es un desafío de anticipación, y creo que a esto tiende el proyecto que estamos considerando: a estructurar un programa de prevención contra la adicción del tabaco.
En nuestra querida provincia de Córdoba se sancionó, en 2003, una ley que se denominó “ley antitabaco” y que, precisamente, prevé muchos de los aspectos que se fundamentan en la iniciativa en consideración. Cuando se sancionó, realmente había muy pocas expectativas de que se pudiera aplicar en toda su magnitud. Con el transcurso de los años -precisamente el 28 de mayo próximo pasado se cumplieron ocho años de la sanción de esta ley- hemos comprobado con gran satisfacción que la aplicación de la norma ha dado resultados excepcionales, algo inesperado en el momento de su sanción.


- Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente 1° de la Honorable Cámara, doctor Oscar Raúl Aguad.

SR. FORTUNA, FRANCISCO JOSE (CORDOBA): Esperamos que la sanción definitiva que podamos dar hoy a este proyecto de ley que ya fue aprobado por el Senado de la Nación cumpla con su cometido. Somos muy optimistas respecto de sus resultados, porque insisto en que una ley de este tenor ya fue puesta en vigencia en Córdoba en forma exitosa. Esperamos que eso mismo se pueda llevar adelante a lo largo y ancho del país. En consecuencia, auguramos los mejores resultados a esta normativa.
Por los motivos expuestos, el bloque Córdoba Federal adelanta que, por supuesto, acompañará la sanción del proyecto de ley en consideración. (Aplausos.)


SR. PRESIDENTE(AGUAD) Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.


SR. FAVARIO, CARLOS ALBERTO (SANTA FE): Señor presidente: en el año 2005, siendo legislador provincial, voté afirmativamente en Santa Fe el proyecto de ley que establecía la prohibición del consumo de tabaco. Lo hice en el entendimiento de que estábamos sancionando una ley de protección de la salud de las personas. Hoy, sin agregar mayores consideraciones y coincidiendo con la mayoría de las argumentaciones vertidas en este recinto -especialmente con la exposición del señor diputado Obeid-, en aras de dar cumplimiento a los principios de economía parlamentaria simplemente adelanto el voto afirmativo del Partido Demócrata Progresista, al que represento. (Aplausos.)


SR. PRESIDENTE(AGUAD) Tiene la palabra el señor diputado por Salta.


SR. WAYAR, WALTER RAUL (SALTA): Señor presidente, señores diputados: en primer término, adelanto mi apoyo al proyecto en consideración, que establece claramente la prohibición de la venta de tabaco a menores. En muchos casos lo hace prohibiendo la publicidad y estableciendo lugares libres de humo.
Se está legislando respecto de un uso social -llamémoslo así-, que tiene su origen en una producción primaria que luego es industrializada y cuyo resultado es un consumo masivo por parte de distintos sectores de la población. Comparto y apoyo, pues para eso está el Estado, o sea este Congreso, que se quiera regularizar y poner normas.
Como anécdota quiero contar que nunca en mi vida he probado un cigarrillo, nunca he fumado, nunca he estado cerca del tabaco, pero sí he sufrido la consecuencia de tener que ir a lugares de trabajo, de diversión, y muchas veces hasta de deportes, y tener que bancarme a los fumadores, al humo del cigarrillo y a la nicotina, con el daño que esto hace a los fumadores denominados “pasivos”.
Por lo tanto, apoyo gustosamente esta ley regulatoria, pero quiero dejar también algunas cosas claras. La producción del tabaco, producción primaria, producción ancestral en esta parte del continente, es un tema; el cigarrillo, el tabaquismo y el daño a la salud es otro.
Vamos a seguir apoyando y pidiendo el apoyo y el acompañamiento de los señores legisladores cada vez que tengamos que defender el Fondo Especial del Tabaco. Una cosa es producir y otra cosa es industrializar o generar el tabaquismo.
Hasta que no haya instrumentos ciertos y concretos para lograr, justamente, lo que decía el señor diputado Obeid, o sea, articular otras producciones que puedan reemplazar la cantidad de mano de obra que da en las provincias de nuestra región esta producción, seguiremos acompañando a nuestros productores, a nuestros trabajadores y a nuestros obreros.
Por eso, quiero dejar expreso que apoyar y acompañar vehementemente este proyecto de ley que regula, no significa que estemos a favor del acuerdo de la Organización Mundial de la Salud en este aspecto, porque muchas veces no son más que lobbies que hacen otros países productores para evitar que nuestro tabaco, que es de muy buena calidad, compita con sus producciones, y no están pensando justamente en la salud de los seres humanos de la Tierra sino en sectores e intereses económicos de algunos.
Por lo tanto, dejando claramente establecido lo que es la producción, lo que es la industrialización y lo que es apoyar esta ley de regulación, adelanto mi voto positivo.


SR. PRESIDENTE(AGUAD) Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.


SRA. RODRIGUEZ, MARCELA VIRGINIA (BUENOS AIRES): Señor presidente: voy a ser muy específica porque comparto algunas de las cosas que se han dicho en relación con los avances en cuanto a la prevención, y también los límites, así como respecto de algunas de las deficiencias de esta ley, pero me voy a centrar específicamente en una.
Antes que eso quiero recordar a un compañero que dijo: “Recordemos la negra historia que han tenido las iniciativas parlamentarias”. Todos la conocemos, y todos los que estamos acá desde hace muchos años y también los medios de comunicación sabemos que el lobby de las tabacaleras ha sido terrible.
Ahora bien, lo cierto es que la mayoría, si no todos, los representantes van a decirme: “la verdad que esta vez no hubo el mismo lobby”. Y yo creo que es cierto. Ahora, si no hubo el mismo lobby, la pregunta es por qué. ¿Porque no lo perjudica? Y no lo perjudica porque en realidad hay un artículo que es el artículo clave, por lo menos para quienes somos adictos, que tiene que ver con los ingredientes.
Así lo ha dicho claramente uno de los compañeros: se ha cedido. Se lo tenemos que decir a la población: se ha cedido. No podemos engañar a la población. Como fumadora no permito que otras personas que han padecido y que el Estado no protegió sus derechos antes y no lo está haciendo ahora, sean además engañadas por este Congreso.
El artículo 15 del proyecto regula exactamente los límites de contenido de alquitrán, nicotina y monóxido de carbono, que son los ingredientes más dañinos en cuanto a toxicidad y adicción. En relación con el alquitrán, para el primer año se establece un límite de 10 miligramos y para el segundo, de 11. Mi proyecto establece un límite de 0,4 miligramos. En cuanto a la nicotina, el límite que se fija es de 1,1 miligramos para el primer año y 1 para el segundo, y para el monóxido de carbono, 11 miligramos para el primer año y 10 para el segundo.
He realizado un estudio de mercado muy casero respecto de los productos que se venden en un kiosco y les puedo asegurar que lo que se está vendiendo ahora es mucho menos adictivo que los límites que se establecen en este proyecto.
Por ejemplo, en este paquete de cigarrillos que tengo en mi mano se informa que cada cigarrillo contiene 7 miligramos de alquitrán, 0,5 de nicotina y 7 de monóxido de carbono, cuando el proyecto establece límites superiores.
En otro paquete de cigarrillos los ingredientes son: 7 miligramos de alquitrán, 0,5 de nicotina y 7 de monóxido de carbono. Disculpen que la letra es tan chica que tengo que usar una lupa para leerla, dada mi presbicia.
En este otro paquete el contenido es de 10 miligramos de alquitrán, 0,6 de nicotina y 10 de monóxido de carbono. Se trata de cantidades más bajas que las establecidas en el proyecto.
En este otro ejemplo la composición es de 7 miligramos de alquitrán, 0,7 de nicotina y 7 de monóxido de carbono. Y el que más contiene en todo el mercado tiene 12 miligramos de alquitrán –apenas uno más que lo que se propone aquí, 0,8 de nicotina y 11 miligramos de monóxido de carbono.
Esto significa que la media de todos los productos del mercado tiene un porcentaje menor de ingredientes que lo que establece el proyecto, con lo cual aquí estaríamos permitiendo que la industria tabacalera venda productos más adictivos. Este es el caso de una de las tabacaleras, donde para conocer el contenido tuve que usar una lupa. La otra industria tabacalera, la de los cigarrillos más vendidos –no necesito decirles qué marca es, ni siquiera pone la composición de los ingredientes para que la gente pueda saberlo.
Nosotros vamos a votar una ley y la gente va a pensar que ponemos límites reales a los ingredientes.
El proyecto más serio que existe, el de Harvard, dice que entre 1997 y 2005 se subió el nivel de nicotina en un 11 por ciento y a partir de ese momento fue constante –aunque fluctuanteel aumento.

- Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, doctor Eduardo Alfredo Fellner.

SRA. RODRIGUEZ, MARCELA VIRGINIA (BUENOS AIRES): Pero la posibilidad que en este momento tienen las industrias de no poner en los atados de cigarrillos siquiera cuáles son los ingredientes, impide a quien es adicto saber por lo menos cuáles tienen menos ingredientes que dañen.
Lamentablemente, quizás no sea la más inteligente, pero como representante del pueblo no quiero ceder ante los más poderosos. Creo que acá estamos para hacer frente a los más poderosos de la Nación que hacen daño a nuestra población, y en la consideración en particular propondré la modificación de este artículo.


SRA. BERTOL, PAULA MARIA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Pido la palabra para una interrupción.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Para una interrupción tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


SRA. BERTOL, PAULA MARIA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Señor presidente: después de escuchar a la diputada Marcela Rodríguez no quisiera que quede duda alguna sobre la decisión y el trabajo que muchos de nosotros hemos llevado adelante, tanto en el Senado como en esta Cámara de Diputados.
Por eso, quisiera aclarar que si bien los topes máximos que establece el artículo 15 en algunos casos son superiores a los que en la actualidad contienen distintas marcas de cigarrillos, lo importante no es la cantidad que contenga el cigarrillo de cada sustancia sino la cantidad de cigarrillos que se consume.
Por otra parte, por supuesto me hubiera gustado que la medición y los miligramos fueran otros, menores, pero como señalé en mi exposición, esta fue la ley posible, no es la “ley milagro”.
También quisiera agregar que, según el artículo 16, el Ministerio de Salud podrá intervenir en el control de la cantidad de nicotina en el tabaco basándose en estándares internacionales. Quería aclarar este punto, señor presidente, porque me parecía muy importante.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Salta.


SR. VILARIÑO, JOSE ANTONIO (SALTA): Señor presidente: solicito la inserción de mi discurso en el Diario de Sesiones en aras del tiempo y a efectos de que podamos votar este proyecto de ley y atender esta deuda que tiene el Congreso de la Nación. Nueve distritos ya cuentan con leyes en este sentido y más de veintiséis ciudades han dictado ordenanzas contra el tabaquismo.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Neuquén.


SR. QUIROGA, HORACIO RODOLFO (NEUQUEN): Señor presidente: en el mismo sentido, solicito autorización para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones, aclarando que desde luego estoy a favor del proyecto, y considerando que, en mi opinión, estamos adoptando una decisión muy importante. Hoy, tengo la misma sensación que tuve cuando siendo intendente de la ciudad de Neuquén establecimos la prohibición para fumar en lugares públicos. Entiendo que este es un avance importante para preservar la salud pública en la búsqueda del bienestar general y del interés común.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Se va a votar si se efectúan en el Diario de Sesiones las inserciones solicitadas y a solicitar en el curso de la presente sesión por los señores diputados.

- Resulta afirmativa.

SR. PRESIDENTE(FELLNER) Quedan autorizadas las inserciones solicitadas.


SRA. RODRIGUEZ, MARCELA VIRGINIA (BUENOS AIRES): ¡Pido la palabra!


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.


SRA. RODRIGUEZ, MARCELA VIRGINIA (BUENOS AIRES): Señor presidente: propondré modificaciones en los artículos 15 y 16, por lo cual no tendría objeción a que se votara hasta el artículo 14, y que luego de mis propuestas de enmienda se aprobará el resto del articulado.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.


SR. ROSSI, AGUSTIN OSCAR (SANTA FE): Señor presidente: como han expresado muchos oradores, estamos llegando al final de un camino que nos ha costado bastante. En el trascurso de estos años, distintas iniciativas han quedado fuera de tratamiento parlamentario y no han llegado a su fin.
La postura de nuestro bloque es tratar de concluir con este tema hoy. Cualquier modificación que se le haga al articulado significará que el objetivo principal, que es tener una ley de estas características en la Argentina, no se cumplirá.
Por eso, nosotros proponemos una única votación en general y en particular. La única oposición que he escuchado es la de la señora diputada Rodríguez –lo digo respetuosamente. Creo que este tema se puede seguir analizando y, en todo caso, sancionar una ley complementaria, pero pienso que lo más atinado es que se haga una única votación en general y en particular y que quede asentada la posición de la señora diputada Rodríguez.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Dado que la señora diputada Chieno actuó como miembro informante, la Presidencia le pregunta si aceptará las modificaciones ha proponer por la señora diputada Rodríguez.


SRA. CHIENO, MARIA ELENA PETRONA (CORRIENTES): No se aceptan las modificaciones, señor presidente.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) De todas maneras, señora diputada Rodríguez, lea las modificaciones que propone a fin de que queden asentadas.


SRA. RODRIGUEZ, MARCELA VIRGINIA (BUENOS AIRES): Con respecto al artículo 15, propongo que quede redactado de la siguiente manera: “La composición de los productos elaborados con tabaco que sean cigarrillos o cigarritos destinados al comercio en el mercado nacional, deben ajustarse a los estándares prescriptos por esta ley. A estos fines, los productos mencionados deben emanar como máximo: a) siete miligramos (7 mg.) de alquitrán por cigarrillo o cigarrito, a partir del primer año de vigencia de la presente ley, y seis miligramos (6 mg.) de alquitrán por cigarrillo o cigarrito a partir del segundo año de vigencia de la misma; b) cinco décimas de miligramos (0,5 mg.) de nicotina por cigarrillo o cigarrito, a partir del primer año de vigencia de la presente ley, y cuatro décimas de miligramo (0,4 mg.) de nicotina por cigarrillo, a partir del segundo año de vigencia de la misma; c) siete miligramos (7 mg.) de monóxido de carbono por cigarrillo o cigarrito, a partir del primer año de vigencia de la presente ley, y seis miligramos (6 mg.) de monóxido de carbono por cigarrillo o cigarrito, a partir del segundo año de vigencia de la misma.” Y la redacción de este artículo continúa tal cual está en el proyecto en consideración.
Propongo estos valores porque se corresponden con la media del mercado. Cabe aclarar que el problema no es solamente el aumento de los niveles sino que dicho aumento lleva al aumento del consumo.
En relación con el artículo 16, al que se refirió la señora diputada Bertol, quiero decir lo siguiente. El artículo dice que el Ministerio de Salud “podrá basarse”, pero creo que no puede ser algo discrecional. Por eso propongo la inclusión del artículo 15 bis que diga: “Los fabricantes deberán proveer a la autoridad de aplicación y al público la composición mencionada en el artículo 15 de los productos elaborados con tabaco que sean cigarrillos o cigarritos destinados al comercio en el mercado nacional”.
Así, el artículo 16 del texto original quedará redactado de la siguiente forma: “El Ministerio de Salud, basándose en estándares aceptados internacionalmente, establecerá: a) los métodos de verificación de los estándares conforme lo normado en el artículo 15; b) la información, además de la comprendida en el artículo 15 bis, que los fabricantes deberán proveer a la autoridad de aplicación y al público acerca de los ingredientes utilizados en los productos elaborados con tabaco, de modo tal que queden protegidos los secretos industriales y de fórmulas de los fabricantes; c) la prohibición del uso de determinados ingredientes, siempre que se demuestre, de acuerdo a criterios científicos y estándares internacionales, que los mismos incrementan la toxicidad total inherente de los productos bajo análisis.”
También iba a proponer la inclusión de un artículo 15 bis, que por la rapidez no leí, referido a la obligatoriedad de la inclusión de los componentes en los atados de cigarrillos.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora miembro informante.


SRA. CHIENO, MARIA ELENA PETRONA (CORRIENTES): Señor presidente: a esta Cámara le ha costado mucho llegar a un consenso, y como hemos podido advertir en toda la historia que se ha relatado aquí, hace muchos años que estamos tratando de sancionar una ley con respecto a este tema.
Lo que podemos hacer es comprometernos con la señora diputada Rodríguez a que en el futuro inmediato vamos a analizar esos artículos y a proponer algunas modificaciones. Pero creo que lo prioritario en este momento es votar a fin de contar con un marco regulatorio para este tema. Muchas veces hemos visto proyectos que quedaron pivoteando entre el Senado y la Cámara de Diputados y finalmente no pudieron ser convertidos en ley.
Por los motivos expuestos, es que no aceptamos ninguna modificación. El proyecto se va a votar exactamente como está presentado y nos comprometemos a estudiar los cambios que sean necesarios. (Aplausos.)


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. PIEMONTE, HECTOR HORACIO (BUENOS AIRES): Señor presidente: quiero aclarar que el bloque de la Coalición Cívica va a aprobar esta iniciativa en general y va a votar en contra del artículo 15 durante el tratamiento en particular.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


SRA. BERTOL, PAULA MARIA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Señor presidente: a fin de ser breve solicito autorización a la Presidencia para insertar en el Diario de Sesiones algunas interpretaciones respecto de la letra del articulado para que queden como antecedente, en caso de dudas en materia judicial.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) La inserciones ya han sido autorizadas por la Honorable Cámara, señora diputada.
Se va a votar en general en forma nominal.

- Se practica la votación nominal2011/129OE04_01_R06.pdf.

- Conforme al tablero electrónico, sobre 184 señores diputados presentes, 182 han votado por la afirmativa, registrándose además una abstención.

SR.(SECRETARIO (HIDALGO)) Se han registrado 182 votos afirmativos y ninguno negativo.

aquí votacion nominal

SR. PRESIDENTE(FELLNER) Se deja constancia del voto afirmativo de los señores diputados Arena, Michetti, Córdoba, Solá y Cardelli.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


SRA. MICHETTI, MARTA GABRIELA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Señor presidente: ya que estamos aprobando esta iniciativa, quiero manifestar lo siguiente. Es bastante desagradable el olor a humo de cigarrillo que siento en este lugar, porque usted no permite cerrar las cortinas del recinto. Por lo tanto, solicito al señor presidente que autorice a cerrar dichas “cortinitas”, considerando que este es el momento oportuno.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Con la colaboración de los señores diputados, por medio de la sanción de esta ley, vamos a cumplir con sus deseos, señora diputada.
Trataremos de cambiar los ceniceros de las bancas por algo para poner lápices. (Risas.)
Se van a votar en un solo acto los artículos 1° a 41 del dictamen.

- Resulta afirmativa.El artículo 42 es de forma.

SR. PRESIDENTE(FELLNER) Queda definitivamente sancionado el proyecto de ley.
Se comunicará al Poder Ejecutivo y se dará aviso al Honorable Senado. (Aplausos.)



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