Período:128 Reunion:7 Fecha:04/05/2010 MODIFICACIONES AL CÓDIGO CIVIL SOBRE MATRIMONIO


SRA. PRESIDENTA(FADEL) Tiene la palabra el señor diputado por Entre Ríos.


SR. BARRANDEGUY, RAUL ENRIQUE (ENTRE RIOS): Señora presidenta, Honorable Cámara: me siento verdaderamente satisfecho por los términos en que esta sesión memorable se ha llevado adelante, y por ello expreso mi enhorabuena.
Creo que este clima que hoy se ha instalado, donde podemos con absoluta libertad de conciencia asumir las posiciones que nuestra responsabilidad nos indique, se acerca mucho a la idea que con seguridad la mayoría de los legisladores tenemos sobre cómo debe ser un funcionamiento razonable de esta Honorable Cámara. Haciendo uso de este derecho, que más que derecho y responsabilidad es para mí un privilegio, y con la moderación que en la anterior sesión el diputado Vega ofrecía y pedía a los miembros de la Cámara, voy a fijar brevemente mi posición.
Para ser francos, creo que el tema de la igualdad ha sido uno de los que más trabajo ha dado a la cultura de Occidente. Diría yo que casi estamos en presencia de una eterna y permanente aporía, que creo que la aprobación de esta ley, a cuyo favor me expediré al emitir mi voto, nos ayudará a resolver.
Si nosotros ponemos la mirada en el mundo grecorromano, donde todo esto empezó, vamos a encontrar quizás las páginas más sublimes que se hayan podido escribir y pensar acerca de la igualdad. No me refiero solamente a aquellos párrafos de la Moral o Ética a Nicómaco, donde Aristóteles caracterizaba la igualdad como una suerte de igualdad matemática, un justo medio que podía ser corregido mediante la equidad, y concluía diciendo: “Igualdad para los iguales y desigualdad para los desiguales”, en párrafo que la Corte Suprema viene tomando reiteradamente.
Pienso en los estoicos cuyo pensamiento influyó de una manera decisiva, sobre todo a los padres de la Iglesia, donde el cristianismo edificó sus primeros cimientos.
Pienso en aquella idea de un mundo ideal, integrado y gobernado mediante la razón por hombres libres y hombres iguales, donde no existían las instituciones de la familia, la propiedad y el Estado.
Pienso en ellos y cuando hablo de esta aporía también pienso en el monte Taigeto, y en los niños con capacidades diferentes que eran despeñados en Esparta porque no les daba el pinet.
Pienso también en la familia griega y en la familia romana; la primera, con la mujer confinada al gineceo, de donde ella y sus hijos menores no podían salir, mientras el hombre en el androceo hacía política y tomaba aquellas fantásticas decisiones en las que hoy, cuando ebrios de fantasías áticas queremos encontrar ejemplos de democracia, ponemos la mirada.
Pienso también en la promesa incumplida de la modernidad. Todos sabemos que en el pórtico de la modernidad, que está configurado por aquellas palabras fantásticas de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, aparece la igualdad como una cuestión central, y mientras esto ocurría en agosto de 1789, a los pocos meses, antes de terminar el año, Olimpia de Gouges, una de las más célebres marianas, fue decapitada por pedir derechos iguales para la mujer.
Desde allí acometemos a la modernidad y nos ubicamos en nuestro país, donde el problema ha sido exactamente el mismo: igualdad formal, igualdad declarada pero negada en los hechos por brutales, odiosas y perversas desigualdades materiales que no sabíamos cómo corregir y tapábamos con historias y crónicas mentirosas.
Entonces, debemos discutir, no un modelo de familia sino un modelo de Estado, porque este Estado que hacía de la igualdad formal un canon fundante y terminante en el que se agotaban todas sus disposiciones, fue superado en Occidente, y en la Argentina tenemos el orgullo de decir que hemos ubicado desde 1945 a nuestro Estado detrás de estas directivas cuando hemos decidido que la igualdad formal debe ser acompañada por la igualdad material.
Desde allí en adelante surge la cuestión de la mujer, y cuando hablo de esto no me estoy refiriendo solamente a sus derechos civiles. Todos sabemos que hasta 1948 era una incapaz plena de derecho. Tampoco me estoy refiriendo a la capacidad política para intervenir en los grandes debates y posicionarse en la postulación de autoridades en la República Argentina.
Hablo del artículo 67 bis que reformó la ley de matrimonio civil. Todos decían que estaba poniendo término a la familia occidental y cristiana. Hablo del divorcio vinculante, sobre el que se decía exactamente lo mismo, y lo anexo a este tema que ahora estamos discutiendo.
Me niego absolutamente a pensar que la familia cristiana esté en peligro por una disposición legislativa que vamos a tomar y que tiene que ver con la corrección y superación de las diferencias cuando ellas le impiden al hombre realizarse digna y libremente en su plena condición de ser humano.
Señora presidenta: se está terminando mi tiempo y no voy a poder desarrollar algunos de los conceptos que quiero señalar. Pero, a guisa de conclusión, quiero saber si es verdad que estamos dispuestos a poner en juego nuestras convicciones, tal como todos juramos cuando asumimos nuestras bancas, y si es verdad aquello de que en la República Argentina –como dice el artículo 19 de la Constitución Nacional lo que no está prohibido está permitido y, si está permitido, debe ser tutelado por el orden jurídico.
No habiendo escuchado aquí ninguna observación que fundara algún daño, perjuicio o cuestión institucional grave que pudiera derivar de esta demanda de dignidad que un sector importante de conciudadanos nos está reclamando, quiero decir, tal como ya había anticipado, que voy a dar mi voto positivo a la iniciativa consagrada en el dictamen de mayoría. (Aplausos.)


SRA. PRESIDENTA(FADEL) Tiene la palabra el señor diputado por Río Negro.


SR. ALBRIEU, OSCAR EDMUNDO NICOLAS (RIO NEGRO): Señora presidenta: habida cuenta del horario y de lo avanzado del debate en unas pocas palabras voy a tratar de fundar por qué voy a acompañar con mi voto positivo el dictamen de mayoría.

- Aplausos en las galerías.

SR. ALBRIEU, OSCAR EDMUNDO NICOLAS (RIO NEGRO): La norma contenida en la primera parte del artículo 19 es una de las más bellas de nuestra Constitución Nacional, y no me refiero solamente a la forma en que está redactada la exención de la autoridad de los magistrados y la remisión a Dios, como algo que está más allá del debate secular para algunos será Dios, para otros será la propia conciencia o la historia , sino también al contenido de la norma. Se trata de una piedra angular dentro de nuestro sistema político que viene desde el iluminismo para acá y marca un límite claro al Estado, al poder del César y al poder temporal. Preserva la intimidad y la privacidad de los hombres como un ámbito donde el Estado no puede incidir, incluir o meterse de ninguna forma.
Cada uno de nosotros, cada uno de los individuos, cada uno de los habitantes de esta Argentina es dueño de elegir su camino para ser feliz. Cada uno es dueño de elegir el camino por el que ha de conducir su vida. Parafraseando al general Perón –esta es una cita que nos gusta diríamos que “cada uno es artífice de su propio destino”.
Entonces, si reconocemos esta decisión personal y este ámbito privado en donde el Estado no puede ni debe meterse, ¿por qué habremos de oponernos a la institucionalización de esa decisión privada? ¿Por qué habremos de impedir que se exteriorice? ¿Por qué el Estado habrá de impedir que cualquiera de nosotros tome una decisión acerca de su futuro y del camino que, de acuerdo a su conciencia, gusto o elección quiera seguir en la vida?
Creo que existen resabios de autoritarismo en aquellos que retacean este derecho al querer imponer en los demás nuestras propias convicciones, prejuicios e ideas. Por eso, porque creo que debemos ir hacia un país más generoso y tolerante donde todos y cada uno de nosotros tengamos el derecho de ser felices, habré de acompañar con mi voto el dictamen de mayoría. (Aplausos.)


SRA. PRESIDENTA(FADEL) Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba.


SR. VEGA, JUAN CARLOS (CORDOBA): Señora presidenta: quiero anticipar que, a pedido del señor diputado Jorge Mario Álvarez, de la Unión Cívica Radical, voy a cederle dos minutos de mi tiempo.
Quiero hacer dos reflexiones. Una, rápida, es de carácter jurídico. Se ha hablado mucho de derecho, pero el señor diputado Solá pertenece a un club al que no le gusta mucho el análisis jurídico, y yo respeto su postura. Por eso, no voy a hablar de derecho.
La segunda reflexión será de carácter filosófico o epistemológico.
En cuanto a lo jurídico, simplemente quiero decir que la palabra “matrimonio” tiene dos acepciones: es un sacramento y es una figura jurídica. Aquí estamos trabajando una legalidad sobre la figura jurídica y no sobre el sacramento, que lo respeto absolutamente.
La segunda precisión es de carácter filosófico o epistemológico. ¿Desde donde voy a votar yo? Quiero precisar el lugar desde donde voy a dar mi voto afirmativo a este proyecto.

- Aplausos en las galerías.

SR. VEGA, JUAN CARLOS (CORDOBA): Ese lugar en el que me sitúo para votar a favor de este proyecto es el de la ética laica. ¿Qué quiero decir cuando hablo de la ética laica como fundamento de mi posición en este particular debate que tenemos en la Cámara de Diputados de la Nación?
Por lo pronto, la ética laica implica reconocer que la ética no es patrimonio exclusivo de las religiones y que quienes no somos religiosos tenemos derecho a militar en la ética.
En segundo lugar, el concepto de ética laica tratando de definir siempre las palabras que uso significa dos compromisos internalizados en las personas. Ética laica significa un fuerte compromiso con una cultura democrática y de los derechos humanos. Pero estamos hablando de una cultura democrática y no simplemente de la democracia entendida como un sistema de elección de gobernantes por gobernados.
Tocqueville, en su primer análisis sobre la democracia en los Estados Unidos, nos decía que más que un sistema de elección de gobernantes por gobernados la democracia era un sistema de valores. Esta es la cultura de la democracia. ¿Qué valores defiende centralmente la democracia? El valor de juzgar al que piensa distinto que nosotros como un diferente, y no como un enemigo.
La cultura de la democracia nos dice que no se puede tolerar más la dialéctica amigo-enemigo. Hoy estamos legislando sobre personas que tienen orientaciones sexuales diferentes, y esta es la clave de una cultura democrática: respetar al diferente.
¿Qué nos dice la cultura de los derechos humanos? Estamos hablando de los derechos humanos en serio, de los derechos humanos herederos de Auschwitz, de los derechos humanos de las víctimas, pero no de los sesgados políticamente.
¿Y qué nos dicen los derechos humanos? Que son los derechos de los individuos frente a la prepotencia de los poderes estatales y económicos. Los diferentes sobre los que estamos legislando no son pecadores ni culpables: son víctimas y por eso se los defiende desde la cultura de los derechos humanos.

- Aplausos en las galerías.

SR. VEGA, JUAN CARLOS (CORDOBA): Y termino desde esta ética laica, que reivindico como fundamento de mi voto, diciendo ¿quién soy yo para votar en contra de dos personas que se quieren por el hecho de tener el mismo sexo?

- Aplausos en las galerías.

- Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente 1° de la Honorable Cámara, doctor Ricardo Alfonsín.

SR. VEGA, JUAN CARLOS (CORDOBA): ¿Quién es el Estado, quién es la ley para condenar a la ilegalidad a dos personas que se quieren, que quieren vivir juntas, por el hecho de tener el mismo sexo? La respuesta es nadie tiene ninguna autoridad para tamaña condena legal. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)


SR. PRESIDENTE(ALFONSÍN) Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe, completando el tiempo.


SR. ALVAREZ, JORGE MARIO (SANTA FE): Señor presidente: en primer lugar, quiero agradecer al señor diputado Vega por estos minutos. Sin desmedro de que solicito autorización para insertar un texto, brevemente quiero fijar mi postura.
Cada vez que voto lo hago con convicción personal y con el convencimiento de que es lo mejor para el conjunto de la sociedad. Pero no puedo dejar de reconocer que hoy es una temática muy especial, y a mi entender no se dio el debate que la sociedad requiere en un tema de tanta importancia. Seguramente si este debate se hubiera hecho, muchos de los que vamos a votar de una forma u otra lo haríamos en un sentido inverso.
Hoy, nos encontramos con la disyuntiva de votar, y ante esta realidad he analizado los distintos dictámenes porque no he participado de las reuniones de las comisiones. Estoy convencido de la garantía al derecho a la libertad del individuo; cada uno tiene la libertad de elegir la persona con la que desea estar.
Pero tengo serias dudas en lo que se refiere al régimen de adopción. Pareciera ser que estamos en una antinomia con el dictamen de mayoría y el de minoría: votar el dictamen de mayoría o votar porque no cambie nada.
Hay que cambiar y si no se aprueba el dictamen de mayoría, adelanto mi voto afirmativo por el dictamen que otorga enlace civil.

- Aplausos en las galerías.

SR. PRESIDENTE(ALFONSÍN) Tiene la palabra la señora diputada por San Juan.


SRA. FERRA DE BARTOL, MARGARITA (SAN JUAN): Señor presidente: hemos asistido con no poca satisfacción a este debate que nos ha ocupado gran parte de la jornada de hoy. Los señores diputados se han manifestado desde el fondo de sus convicciones acerca de cuál es el pensamiento que tienen respecto de este proyecto de matrimonio homosexual.
Hemos sido ilustrados, enriquecidos, y yo confío en que afirmemos que la persona es un sujeto social, integrante de un cuerpo social que responde a una serie de componentes que tienen que ver con los vasos comunicantes que le dan fuerza desde lo cultural.
Esos vasos comunicantes generan una red, satisfacen y trascienden a la propia persona para crear el todo social, con elementos fundamentales del mismo cuerpo social, como dije hace un momento.
¿Cuáles son esos elementos fundamentales? Ingresan e interactúan como una red y están garantizados por las instituciones públicas y privadas y por la institución familiar. Esta institución familiar da la continuidad generacional, con los valores que dan sentido y cohesión en orden al bien común.
La figura del matrimonio está identificada en la unión del hombre y la mujer, tal como lo resolvieron desde tiempos ancestrales las sociedades primitivas, asegurando a través de los tiempos la línea de la historia constructora de la identidad de los pueblos y sus civilizaciones.
El Estado de derecho plasmó en normas el desafío que la humanidad conservó como meta respecto del nivel de permanencia, que hoy defendemos en este recinto.
Anticipo mi rechazo al dictamen de mayoría.

- Aplausos en las galerías.

SRA. FERRA DE BARTOL, MARGARITA (SAN JUAN): Este significado cultural de un pueblo es la raíz identificatoria de la Nación. Se afirma que éste se desarrolla de padres a hijos siguiendo algunas coordenadas, la de la descendencia y la de la trascendencia, y la de las relaciones con los otros en el espacio intersubjetivo de la sociedad.
De ellas se nutre la concepción del mundo y de la vida, vigencias de la permanencia del orden natural que hemos venido observando en este espacio y en este tiempo.
Todos estos argumentos son los que motivan mi rechazo al dictamen de mayoría, y solicito autorización para insertar el resto de mi discurso. (Aplausos.)


SR. PRESIDENTE(ALFONSÍN) Tiene la palabra la señora diputada por Río Negro.


SRA.(ROSSI) Señor presidente: voy a tratar de ser lo más breve posible, no repitiendo lo que ya se ha dicho en este recinto. Tampoco voy a realizar un análisis gramatical de la palabra “matrimonio”. La relación de pareja, tanto de homosexuales como de heterosexuales, fundada en el amor, es la expresión de una institución vital para el desarrollo de cada sociedad, que es la familia.
Nos toca el deber de legislar para que dos personas del mismo sexo, que han decidido compartir sus vidas, tengan igual reconocimiento legal de parte del Estado nacional que aquellas que son de distinto sexo.
Por falta de legislación, por vacío legal, hay una situación discriminatoria. Nosotros no podemos permitir ningún tipo de discriminación.
Yo tengo mis creencias religiosas pero estas no me impiden tener la certeza de que vivimos en un Estado laico, y en un Estado laico todos tenemos derecho a la igualdad ante la ley, más allá de nuestras creencias. Ésta es mi convicción democrática.
Es mi deber como legisladora nacional velar por ella, más allá de mis razones personales. No voy a reiterar lo que ya se ha dicho sobre la injerencia de esta ley en el Código Civil, pero es seguro que en nuestro país el ordenamiento jurídico debe actualizarse en concordancia con los nuevos valores y los nuevos modelos de una sociedad moderna.
Deben aceptarse nuevas normas de relaciones afectivas y de convivencia. Y digo “aceptar” porque a nadie escapa la realidad, como otras tantas que existen en nuestro país, sobre la que deberíamos legislar en esta Cámara.
Las parejas de personas del mismo sexo existen y no podemos ignorar esa situación. Lo que hoy estamos tratando es una ley que pretende la igualdad y la inclusión de quienes eligen casarse con una persona del mismo sexo, en pleno ejercicio de sus libertades individuales garantizadas por la Constitución Nacional.
Durante estos días de debate he escuchado diferentes argumentos de por qué no aceptar la unión en matrimonio de personas del mismo sexo. Estos fundamentos van desde las convicciones religiosas, en algunos casos he percibido diferencias generacionales con todo el respeto que esto se merece-, hasta la más grosera discriminación. Esto es lo terrible porque estoy hablando de minorías, y todos y cada uno de nosotros, en mayor o menor medida, cuando decidimos dedicarnos a la política desde diferentes posturas ideológicas, elegimos trabajar para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, de los más vulnerables, y las minorías en general lo son.
No me estoy refiriendo específicamente, como por allí se dijo, a las minorías mediáticas urbanas. También estoy hablando de quienes en el interior del país sufren por sentirse tratados de una forma distinta.
A fin de acortar mi discurso voy a finalizar diciendo que estoy orgullosa de haber participado de este debate, y por supuesto adelanto mi acompañamiento al dictamen de mayoría. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
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SR. PRESIDENTE(ALFONSÍN) Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.


SRA. SATRAGNO, LIDIA ELSA (BUENOS AIRES): Señor presidente: el 3 de diciembre yo era la decana de esta Cámara, quiere decir que era la más vieja. No sé si eso se sostendrá pero lo que sí es bien cierto es que durante tres cuartos de siglo he estado observando lo que pasa en la República Argentina. He visto manifestarse la impiedad a lo largo de los años con los que tienen una diferente preferencia sexual, desde el colegio primario, en los juegos en la plaza, hasta en la pubertad, en los colegios pupilos donde normalmente tanto niñas como niños eran violados por los mayores.
También he visto, en el medio donde me he desempeñado durante tantísimos años, a grandes estrellas del cine, el teatro, la televisión, la radio, hacer esfuerzos desmesurados para ocultar su calidad de homosexuales, para no ser rechazados, para que no se los repudiara.
El doctor Manuel Belgrano solía decir que gobernar es hacer feliz al pueblo que se gobierna. Yo creo que hay argentinos, que sumados se escriben con cifras de siete números, que no son felices, que viven disimulando, que son rechazados por sus familias, compañeros de trabajo, por sus compañeros de equipo de deportes, que son señalados con el dedo. Y para mí las cosas son justas o injustas, no hay “injustitas”; y ésta es una enorme injusticia.
Hace 50 años mi madre, que era una especie de angelito que nunca en su vida había dicho una mala palabra, que jamás hablaba de sexo, en la mesa donde estábamos comiendo de pronto dijo: “Después del 2000 los sexos van a empezar a confundirse”. A mí se me cayeron los cubiertos y dije: “¿Qué estás diciendo, mamá?”. Contestó: “Eso no más”, y siguió comiendo. No creo que lleguen a confundirse por completo, porque si no yo quedaría totalmente afuera. Pero sí creo que esa gente que ha padecido tanto y que ha luchado tanto por su reivindicación, debe tener el reconocimiento que la ley le debe; tienen los mismos derechos que todos los demás. Yo estoy por el voto afirmativo. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)


SR. PRESIDENTE(ALFONSÍN) Tiene la palabra la señora diputada por Catamarca.


SR. MERA, DALMACIO ENRIQUE (CATAMARCA): Hoy es un día en el que no hay discriminación, de modo que no voy a ofenderme en lo más mínimo, señor presidente. (Risas y aplausos.)


SR. PRESIDENTE(ALFONSÍN) Le pido disculpas, señor diputado, sólo leí lo que tenía escrito.


SR. MERA, DALMACIO ENRIQUE (CATAMARCA): Señor presidente: quiero adherir a muchos de los conceptos vertidos por el señor diputado Paroli, de la Unión Cívica Radical, que pertenece al Frente Cívico y Social de Catamarca. Asimismo, quiero dejar en claro que no me parece que hoy estemos discutiendo ni haciendo un juicio de valor sobre la homosexualidad; simplemente creo que estamos discutiendo si un instituto como el matrimonio debe ser reformado, tal como lo prevén los distintos dictámenes, tanto de mayoría como de minoría.

- Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, doctor Eduardo Alfredo Fellner.

SR. MERA, DALMACIO ENRIQUE (CATAMARCA): No comparto la expresión de algunos señores diputados preopinantes en cuanto a que aquí estamos planteando temas relacionados con la igualdad. No comparto que esto tiene una visión de progresismo o de conservadurismo. No comparto que este sea un tema religioso. No obstante, también existe en nuestra Constitución la libertad para profesar el culto. De modo que celebro que aquellos que tienen esa visión, desde el lugar que fuere o la religión que profesen, puedan explicitarlo de esta manera. No considero que se trate de un problema de igualdad o de cercenamiento de elección, ni mucho menos como se ha dicho en varios casos creo que sea un problema de discriminación.
Si usted me permite, señor presidente, voy a contarle un pequeño chiste.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Disculpe la interrupción, señor diputado Mera, pero la Presidencia informa que existe el compromiso de cerrar la lista de oradores a la una de la madrugada, por lo que solicito que redondee su exposición.


SR. MERA, DALMACIO ENRIQUE (CATAMARCA): Un día una persona le pregunta a otra por qué era antijudío, antisemita, y la respuesta fue: “Por una razón muy obvia. ¿Decime quién hundió el “Titanic”? El primero respondió: No sé quién hundió el “Titanic”. “Pues, Iceberg”, respondió. Con esto quiero decir que la discriminación tiene un motivo único, que es la ignorancia, y esta ley, se apruebe o no se apruebe, el día de mañana no va a terminar con los ignorantes.
Simplemente creo que el legislador, en su tiempo, planteó el instituto del matrimonio con un hombre y una mujer y ni siquiera especificó la sexualidad que éstos debían tener. Pensó en el hombre y la mujer porque es la garantía natural de la procreación y de la supervivencia del Estado al mantener la población.
Es por ello que creo que tantos derechos de las minorías pueden, como es el caso que nos ocupa, concebirse y contenerse perfectamente en otros institutos.
Por los motivos expuestos, mi voto va a ser negativo respecto del dictamen de mayoría. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)


SR. PRESIDENTE(FELLNER) De acuerdo con lo votado por la Honorable Cámara, vamos a proceder al cierre de la lista de oradores por parte de los distintos bloques políticos.
Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. MILMAN, GERARDO FABIAN (BUENOS AIRES): Señor presidente: en primer lugar, quiero expresar la satisfacción de que hoy, a partir de la iniciativa de un conjunto de veintidós legisladores, llevamos adelante esta sesión por primera vez con el aporte, a la hora del quórum, de todos los bloques políticos. Además, algunos diputados que hace mucho no vienen, hoy están aquí cerca y participan de esta sesión.
El bloque del GEN no cree que esta sea una cuestión de conciencia. Consideramos que se trata de una discusión ideológica. La ideología es el conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, una colectividad o una época. La ideología puede buscar tres objetivos principales: mantener la realidad existente, lo que se denomina ideología conservadora; volver a las realidades previas, lo que se considera una ideología reaccionaria, o intentar modificar una situación social, lo que significa una ideología progresista.
Nuestro bloque adhiere a esta ideología progresista y por eso absolutamente todos sus legisladores vamos a votar afirmativamente el despacho de mayoría.

- Aplausos en las galerías.

SR. MILMAN, GERARDO FABIAN (BUENOS AIRES): Dice la Declaración Universal de los Derechos del Hombre: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos...”
Quiero citar dos prestigiosas organizaciones en estas ciencias, la Asociación Americana de Psicología y la Asociación de Psiquiatría Americana, que en un escrito presentado ante el Tribunal Supremo de California señalan: “La homosexualidad no es un trastorno ni una enfermedad, sino una variante normal de la orientación sexual humana. La inmensa mayoría de gays y lesbianas viven vidas felices, sanas, bien adaptadas y productivas. Muchos gays y lesbianas mantienen relaciones permanentes con personas del mismo sexo. En términos psicológicos esenciales, estas relaciones son el equivalente de las relaciones heterosexuales. La institución del matrimonio permite a los individuos un rango de beneficios que tiene un impacto favorable en su bienestar físico y mental. Un gran número de niños está siendo criado actualmente por lesbianas y gays, tanto de parejas del mismo sexo como madres y padres solteros. La investigación empírica ha mostrado de manera consistente que los progenitores homosexuales no se diferencian de los heterosexuales en cuanto a habilidades parentales, y que sus hijos no muestran ningún déficit comparado con hijos criados por progenitores heterosexuales.”

- Aplausos en las galerías.

SR. MILMAN, GERARDO FABIAN (BUENOS AIRES): En el año 1867, en la provincia de Santa Fe, el gobernador Nicasio Oroño promulgó la ley de matrimonio civil utilizando las facultades que se habían reservado las provincias hasta tanto la Nación ejerciera la facultad de legislar los códigos de fondo.
La reacción intolerante llevó a que se coloque la foto del gobernador y la ley de matrimonio, y se simule un fusilamiento en la plaza pública. Esto se convierte en revuelta y asonada, y Nicasio Oroño es derrocado y la ley derogada.
En 1888 se sancionó la ley de matrimonio civil. Los argumentos en esa época contrarios al matrimonio civil y por la existencia sólo del matrimonio religioso, que figuran en los Diarios de Sesiones, fueron que conspiraba contra la filosofía social, la familia como institución, las bases de la civilización nacional y convertía a la mujer en sierva e instrumento de placer.
En 1954, en ocasión del debate de la que fuera la primera ley de divorcio vincular, número 14.394, se esgrimieron exactamente los mismos argumentos. Esta ley fue derogada por la dictadura en 1956 por medio de un decreto ley.
En 1986, en la discusión de la ley de matrimonio que incorpora el divorcio vincular también se utilizaron casi exactamente los mismos fundamentos, sumados al de que “la ley de divorcio engendra el divorcio” y la problemática que este acarrea a los hijos.
Sin duda, cuando se tomaron estas decisiones se adoptó una posición filosófica ilustrada como sociedad civil, y la historia nos demuestra que no fue una decisión desacertada; fuimos kantianos por un momento.
Muchos filósofos plantearon esta discusión. Descartes decía que el espíritu no tiene sexo. El propio Hobbes dijo que la más natural de las sociedades, la familia, está compuesta de relaciones basadas en el mismo principio que el más artificial de los estados instituidos: ese principio es el consentimiento de las partes. Así ponía en entredicho el carácter natural de la institución familiar, y de paso la sumisión, por las mismas leyes de la naturaleza, de mujeres e hijos al padre, y brindaba los primeros elementos para señalar el carácter contractual de la familia y sus diferentes tipos, según la organización social en la cual estuviese inscripta.
La naturaleza es una y la misma para todos. Es el poder y la cultura lo que la diferencia hasta el punto de que de dos actos semejantes decimos con frecuencia que uno es permitido a una persona y el otro prohibido, no porque sea distinto el acto, sino el autor.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) La Presidencia sugiere al señor diputado que vaya redondeando su exposición.


SR. MILMAN, GERARDO FABIAN (BUENOS AIRES): Quisiera citar algunos datos. Actualmente, los países que tienen ley de matrimonio homosexual son los Países Bajos, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, algunos estados de los Estados unidos y el Distrito Federal de México.
Hay encuestas en la Argentina, por supuesto probabilísticas, que arrojan diversa información. Por ejemplo, la consultora Carlos Fara & Asociados dice que el 54 por ciento de la opinión pública está a favor del matrimonio de homosexuales; por su parte, la consultora Analogías, más reciente, dice que ese porcentaje asciende al 66,3.
Por lo expuesto, no comparto los fundamentos vertidos en contra de esta norma por el argumento procreativo y ello por su parcialidad, ya que las leyes que prohíben el matrimonio entre personas del mismo sexo no prohíben el matrimonio entre ancianos o personas estériles.
Quiero terminar con una frase de Marguerite Yourcenar en Alexis o el Tratado del inútil combate: “No sabiendo vivir según la moral ordinaria, trato, por lo menos, de estar de acuerdo con la mía. Es en el momento en que uno rechaza todos los principios cuando conviene proveerse de escrúpulos...: te pido perdón, lo más humildemente posible, no por dejarte, sino por haberme quedado tanto tiempo.”

- Aplausos en las bancas y en las galerías.

SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. CUCCOVILLO, RICARDO OSCAR (BUENOS AIRES): Señor presidente: desde el bloque del Partido Socialista venimos a dar el total apoyo a este dictamen de mayoría, destacando fundamentalmente que es un trabajo de nuestros compañeros, como el ex diputado Di Pollina y más recientemente la compañera Augsburger, fruto del esfuerzo y la militancia al servicio de la aprobación de esta iniciativa.
Estuve escuchando distintas exposiciones: me pareció importante la del señor diputado Felipe Solá, con la que estoy en total acuerdo por las emociones que me generó; rescato también la intervención del señor diputado Roy Cortina que dio fundamento a los irrefutables avances científicos, históricos y sociales del ser humano; la señora diputada Chieno abundó en datos estadísticos acerca de la vida familiar y el niño, y la señora diputada Puiggrós habló desde el conocimiento de las distintas construcciones de la vida familiar.
Algunos pensamos quizás que la vida transcurre siempre igual, pero la construcción social, el matrimonio y los estados son construcciones culturales, y no siempre fueron iguales. No fueron iguales hace treinta, cincuenta o cien años, y mucho menos hace doscientos o mil. Por lo tanto, cuando hablamos de la familia como una cuestión eterna no es así; solamente sucede en las películas. Muchos diputados y diputadas han avanzado sobre las cuestiones de los derechos y la igualdad. Yo me pregunto qué aporte puedo hacer. La verdad es que quiero avanzar en mi condición de padre de un hijo gay, un hijo que entiendo que debe tener igualdad de derechos que el resto de mis hijos.
Tengo tres hijos: dos varones y una mujer. Uno de mis hijos varones es gay, un ser humano que yo considero que tiene igualdad de derechos y de sentimientos que el resto de mis hijos. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
El señor diputado Solá habló de hipocresía; por eso sentí que me identificaba mucho con su pensamiento y sus emociones. En general trato de no ser duro porque creo que las cuestiones culturales son muy difíciles de transformar, y entiendo a quienes no están de acuerdo con este proceso.
Conversando con algunos de mis compañeros les decía que la verdad es que hubiese querido que quienes hoy están en desacuerdo con este proyecto tuvieran mayores fundamentos desde lo científico, es decir, fundamentos concretos. Reconozco en muchos de mis colegas, quizás en todos, una gran sinceridad y una gran militancia en sus convencimientos, pero entiendo que no hay elementos científicos concretos ni emotivos que avalen su posición en la vida cotidiana.
Este hijo mío tiene los mismos derechos que el resto de la sociedad. Seguramente habrá muchos hijos, hermanos y padres que están en su misma situación. Cuando nos turnamos para cuidar a mi nieto, mi hijo mayor no piensa que el que irá a cuidarlo en los días que tenemos asignados es un tío gay que puede contagiar o deformar al niño. La verdad es que no siento que piense así. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
Entonces, señoras diputadas y señores diputados, haciendo una referencia al respeto que tengo por las diferencias, porque entiendo que las culturas a veces tardan siglos en modificarse debido a que son muy resistentes, pienso que el matrimonio es una institución cultural armada por el ser humano y que se fue modificando a lo largo de los tiempos. Solamente hay que estudiarlo, hay que leerlo, hay que investigarlo y despojarse de ciertas cuestiones emotivas o fundamentalistas.
Es desde este punto de vista que quiero hablar: desde el punto de vista de la igualdad de derechos, de lo cotidiano. La señora diputada Satragno nos hablaba muy correctamente del sufrimiento de quienes viven esta situación, del sufrimiento de las familias. Yo me he encontrado con madres que tenían dificultades para expresar la situación de su hija o de su hijo.
Recientemente la madre de un activo dirigente gay, amiga mía, me contó que hace pocos años se encontró con esa realidad y le costaba enormemente aceptarla, pero seguramente le costaba más por el qué dirán desde afuera, por cómo podía ser juzgado desde afuera. Entonces, cuando decimos, por ejemplo, que si es gay es buen trabajador, estamos haciendo una discriminación, porque ese buen trabajador tuvo que hacer mérito desde la infancia para que no lo noten diferente y tuvo que sufrir desde la infancia... (Aplausos en las bancas y en las galerías.) ...para cubrir las diferencias que pudiera haber tenido en una sociedad que lo discriminaba.
Por eso me parece que esto es un gran avance de la sociedad argentina hacia la igualdad.
Este debate serio que hemos dado en esta Cámara con quienes no están de acuerdo con esta iniciativa es un gran avance. Hoy puedo parafrasear a Alejandro Rossi, quien en la comisión decía algo así como “Hoy me siento un poco mejor porque creo que hemos avanzado; más allá de que pensemos distinto podemos sentirnos un poco más iguales.”
El bloque del Partido Socialista, respetando el trabajo que ha hecho Silvia Augsburger y el que hiciera Vilma Ibarra en el otro dictamen, así como el de tantos otros diputados y diputadas, adelanta su apoyo al dictamen de mayoría. (Aplausos prolongados. Varios señores diputados rodean y felicitan al orador.)

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


SRA. MICHETTI, MARTA GABRIELA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Señor presidente: no pensaba hablar porque estoy un poco enferma, pero estuve escuchando todos los discursos en mi despacho. No pensaba hacer uso de la palabra porque mi posición ha sido muy bien expresada por el señor diputado Pinedo, aunque no en calidad de presidente de nuestro bloque que como todos los demás ha respetado las distintas posiciones, y de hecho vamos a votar todos de diferente manera sino como firmante del dictamen de minoría.
Quiero decir que estoy absolutamente convencida de lo imprescindible que resulta respetar, reconocer y trabajar por los derechos de los homosexuales y de las parejas homosexuales. En este sentido creo que nuestro deber como legisladores nacionales, representantes de la sociedad, es actuar en consecuencia. Por eso, hemos presentado una alternativa de reconocimiento de los derechos civiles de las parejas del mismo sexo en el dictamen de minoría.
Quiero agradecer muy especialmente a quienes han venido hoy a escuchar las distintas posiciones expresadas en este recinto porque reconozco que han respetado –valga la redundancia- todo lo que han escuchado.
En algunos momentos hubo expresiones que habrán sido muy duras de escuchar, por más respetables que sean todas las posiciones. Me refiero a quienes sostienen las dos posiciones opuestas; ambos han sido muy respetuosos. No hemos escuchado insultos ni palabras autoritarias ni cosas que nos hayan hecho sentir mal por opinar de una u otra manera, así que en ese sentido quiero agradecer muchísimo la postura que han tenido de total respeto a todos.
Coincido con mi compañera Laura Alonso en la necesidad de separar absolutamente la postura religiosa de la necesidad de legislar y de tomar posición sobre las reglas de juego de la República. La República reconoce las diferencias y las contiene, y en ese sentido creo que es muy necesario que separemos nuestras convicciones religiosas, porque en todo caso debemos tratar de practicar esos valores todos los días. Muchas veces por nuestras propias vulnerabilidades y debilidades no nos sale tan bien en última instancia ese es el testimonio que tenemos que dar de nuestros valores , pero a la hora de generar normas y reglas de juego de la República –insisto- creo que hay que separar muy bien las convicciones religiosas de las republicanas.
Desde el punto de vista de lo que para mí son factores culturales voy a enumerar cuatro o cinco cosas que me parece que todavía indican si se quiere una duda, una inquietud, una polémica o una controversia, que a mi modo de ver no fue saldada lo suficiente para que podamos avanzar en votar el proyecto contenido en el dictamen de mayoría sobre el matrimonio homosexual.
Voy a hablar de alguna manera desde los factores o la dimensión cultural. En primer lugar, hace algunos años, cuando yo era chica, en la escuela todavía era muy fácil estigmatizar a los hijos de padres separados porque eran una minoría y se constituía en una forma de señalamiento el hecho de que en esos colegios, sobre todo en los religiosos, algún niño tuviera sus padres separados.
Hoy, es absolutamente imposible, no existe y de hecho, en la mayoría de los cursos, los niños tienen más padres separados que los que no los tienen.
En mi caso, que siempre pensé que tendría un matrimonio para toda la vida, no lo pude tener. Así que creo que la realidad se impone y hoy no hay ninguna manera de estigmatizar a un niño por tener sus padres separados.
Cuando yo era chica viví aquello de manera bastante fuerte y sigo insistiendo que, sobre todo en los colegios religiosos, lamentablemente se da esa situación.
Por otro lado, en casi todos los discursos, tanto los que tienen que ver con el proyecto de mayoría y lo apoyan, como los que no, se habló de la controversia, de la polémica y de la dificultad que existe sobre el tema de la adopción. Se hizo hincapié sobre ese tema.
De una manera u otra se trató el asunto en forma separada. Se puso el acento sobre ese tema. En algunos casos, también se nombró y se habló de que en muchas comunidades y, en general, en la sociedad hay una aceptación bastante clara de los derechos civiles de las parejas homosexuales, pero todavía existen dudas, inquietudes y controversias en cuanto a la adopción.
También se habló de la poca cantidad de países en los que se ha avanzado en términos de la legalización del matrimonio homosexual y de la adopción en parejas homosexuales, en paridad con las parejas heterosexuales. Asimismo se habló de la larga discusión que en cada uno de estos países se ha mantenido, incluso en aquellos que ya lo aprobaron.
Obviamente, en mi grupo de pertenencia y de amigos, como todos, tengo conocidos que han decidido conformar su vida a través de la elección de convivir con su pareja homosexual.
En esta cuestión debo ser muy clara. Hablé mucho con ellos a partir de este proyecto, y no sólo por eso, porque es un tema que me interesaba analizar y profundizar mucho por haber sido educada de una manera determinada.
Algunos me pidieron que votara la unión civil y otros me han dicho que de ninguna manera vote la unión civil, porque es discriminatoria, y me pidieron que vote el matrimonio para las parejas homosexuales.
Haciendo una enumeración de estas cuestiones siento que definitivamente en el tema de la adopción, por lo menos desde mi punto de vista, no se cuenta con la madurez suficiente, desde la dimensión cultural de la sociedad, como para aceptarlo en un debate en el cual estamos hablando de los derechos de las parejas homosexuales y en el que no se dio una discusión más profunda y más extensa, fundamentalmente en lo relativo a los derechos de los niños, que a mi entender son prioritarios...

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

SRA. MICHETTI, MARTA GABRIELA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): ...y están en primacía sobre los demás. Por eso, me gustaría hacer mención a lo que dijeron uno o dos diputados en el sentido de sentirse orgullosos de que el país estuviera a la vanguardia en este tema, y asimismo que forme parte de esos ocho países que hoy tienen legalizado el matrimonio y, por lo tanto, la adopción en las parejas homosexuales.
En verdad, yo tengo que decir que mi posición en ese caso es la de no ser vanguardista, porque me parece...

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

SRA. MICHETTI, MARTA GABRIELA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): ...que en esta cuestión estamos hablando de los derechos de los niños y, en el caso de estos derechos, definitivamente preferiría que trabajemos un poco más profundamente.
En mi caso particular, me falta tranquilidad para poder aceptarlo en este debate, tal como se ha dado. Quizás sea por ser diputada nueva o por ser una diputada que entró hace poco y no haber participado del debate anterior.
Por todo ello voy a votar, en caso de que no tenga los votos el proyecto de la mayoría, por el proyecto de la minoría, y espero que todos los señores diputados estemos sentados para poder mostrar nuestra postura y hacernos cargo responsablemente de nuestras convicciones.

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


SRA. CARRIO, ELISA MARIA AVELINA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Señor presidente: me voy a hacer cargo de lo que a lo mejor es difícil hacerse cargo, pero no voy a hablar del derecho, porque el derecho respalda absolutamente la igualdad de derechos. Esto no es de ahora, sino que aparece con el artículo 19 desde hace mucho tiempo.
Tampoco tengo que explicar que enseñaba derecho constitucional en la universidad a los 23 años; incluso, aquí hay ex alumnos, y era ilícito que alguien ayudara a otra persona a tener su sexo. Los finales de derecho constitucional en la Universidad del Nordeste eran sobre todo por el derecho a la identidad y a la autonomía en esta materia.
También es cierto que durante 40 años –o, por lo menos, 20 de mi vida- no tuve ninguna tensión sobre la igualdad de los derechos.
Durante esos 20 años yo no creía en Dios, sino en que cada uno construía su vida; había leído profundamente a Sartre, era existencialista, enseñaba filosofía y no tenía ninguna de las tensiones que tuve hasta después de mi conversión.
En verdad, hoy estaría votando absolutamente y en su totalidad esta ley. Eso sí: nunca creí en la familia nuclear. Porque yo creo que todos aspiramos a tener una familia, pero la familia nuclear es moderna, individualista y egoísta.
Creo en la familia ampliada, aquella en la que también es familia el que está en la casa, aunque no tenga vínculo de sangre. Nosotros en el interior conservamos muchísimas tradiciones familiares, donde tenemos hermanos y hermanas que no son de sangre, que tienen sus padres y sus madres, pero que vivieron en nuestras casas y que hoy tienen títulos universitarios, mucho más que nosotros. Yo creo en esa familia.
Creo en la familia que tiene los amigos, en la que puede y debe tener derechos, y creo que la mejor familia –esto es lo que hay que legislar es una familia mucho más amplia, aunque diversa y rica, no sólo con fundamentos en el matrimonio heterosexual o en la pareja homosexual, sino que creo que puede haber distintos casos, como se da en el conurbano, con madres que están criando a los hijos de un marido que tuvo esos hijos con otra mujer y él se los dejó.
Me pregunto qué son esos hijos. Si no tienen vínculos de sangre, ¿no son familia? Yo hablé con la comunidad, no tengo que mostrar nada, porque lo he hecho como presidenta de esta fuerza política, que es la única en la Argentina que hizo de la diversidad sexual, ideológica y de creencias una bandera.
Si aquí hay sentadas mujeres, jóvenes, hombres y personas de distinta identidad sexual, en este Parlamento y en todos los Parlamentos de la Argentina, es por la Coalición Cívica.
Nosotros los hemos incluido, no mandándonos la parte haciendo discursos, y mi bloque mayoritariamente va a votar este matrimonio, y el miembro informante de mi bloque...

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

SRA. CARRIO, ELISA MARIA AVELINA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): ...es una persona que tiene una identidad sexual diferente y habló por la mayoría. Yo sólo hablo a título personal, pero quiero expresar esta tensión.
Yo comparto el proyecto de Alicia Terada sobre la unión familiar y mantengo enormes diferencias con otras personas que se han expresado desde las convicciones religiosas, las que también quiero expresar. Dios no es de los heterosexuales; Dios es de todos y nos ama a todos.

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

SRA. CARRIO, ELISA MARIA AVELINA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): En segundo lugar, ¿qué es ser natural? ¿Qué quiere decir? ¿Qué quiere decir ser no natural? ¿Es no natural o no normal tener una condición sexual diferente? ¿Qué me quieren decir? ¿No es natural alguien que nació hermafrodita? ¿No es natural alguien que tiene un deseo y un rasgo erótico y ama a otra persona de su mismo sexo? Claro que es natural. Lo que pasa es que la vida es diversa, difícil y compleja, y nosotros no le podemos poner recortes permanentes.
Yo voto como cristiana. Es mentira que uno se puede separar. Yo estoy exponiendo a título personal; y no puedo separarme, porque no puedo ir al Santísimo a la mañana y venir a la noche acá y decir otra cosa, con lo cual lo que puedo expresar es mi tensión.
Yo les quiero recordar a los que invocan tanto a la Iglesia que la verdadera familia, la familia cristiana, es lo opuesto a la familia nuclear. La familia del Evangelio es lo opuesto a la familia nuclear. El Evangelio dice que si quieres tiempo para enterrar a tu padre y a tu madre, no sirves para el Reino de Dios. Y cuando María se le acerca y le dice: “Acá están tu hermano y tu madre”, Jesús le contesta: “Mis hermanos son todos”.
La familia de Jesús es María Magdalena. ¡Díganme dónde la ponen los católicos a María Magdalena! De acuerdo con la ortodoxia de la conducta, María Magdalena no tendría que ser santa, sino que tendría que estar condenada a la marginalidad.

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

SRA. CARRIO, ELISA MARIA AVELINA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Él vino a sanarnos a todos, señor presidente, y el primer mandamiento es ese amor. Nosotros deberíamos respetar algo que, efectivamente, es un misterio. Yo sé que muchos dicen que se trata de la libertad, pero nadie quiere ser minoría ni vivir su vida escondiendo lo que es. Como decía un amigo mío psicoanalista en Corrientes: “Hay que ser muy macho para ser homosexual en Corrientes.”

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

SRA. CARRIO, ELISA MARIA AVELINA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Recuerdo a Alexis, la famosa obra de Marguerite Yourcenar, donde él dice: “La vida es difícil”. Es difícil para todos, pero más difícil ha sido para un grupo de personas que sólo por ser diferentes han sido castigadas, marginadas y sometidas a la vergüenza. ¿Y saben por qué hay muchas personas gays en las grandes ciudades? Porque son los hijos y las hijas de las clases medias de provincia, que vienen a Buenos Aires a vivir su libertad, porque en su provincia no lo pueden hacer.

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

SRA. CARRIO, ELISA MARIA AVELINA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Yo misma he tenido que hablar con muchos amigos para que bendigan las uniones de sus hijos. Ellos viven bien acá, pero quieren poder pasar la Navidad junto a sus familias, quieren que sus sobrinos sepan que no contagian, quieren que sus padres les den la bendición y no los escondan. Y la humanidad les tiene que pedir mucho perdón.
Pero no ha sido la Iglesia –salvo la Inquisición la que más los persiguió, sino que fue la modernidad. Los edictos más cruentos contra los homosexuales son de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Es la época victoriana.
No me hablen tanto de la Declaración de los Derechos Humanos, porque es la modernidad. En la Edad Media, a la que todo el mundo ve como siglos oscurantistas, el tema de los hijos no existía. Eran todos creyentes, todos aportaban a las iglesias y, además, siempre había una hija o un hijo, porque el gran problema de la Iglesia eran los bienes. Es cierto que hizo una gran contribución para evitar la endogamia, porque todos se casaban entre hermanos. Entonces, la Iglesia ayudó mucho a evitar la endogamia, pero sí se quedaba con los bienes. Por eso, fue la gran señora feudal.
Pero ahí la familia era otra cosa. Como se consideraba pecado tener relaciones sexuales con una mujer cuando ésta amamantaba a su hijo, los hijos no eran criados por el mamá y la papá –como dijo una señora diputada acá , sino por las nodrizas, que además les daban la leche, para que la señora con el señor pudieran tener relaciones sexuales; y veían a sus hijos muy pocas veces a lo largo de su vida.
Si dentro del mismo siglo ustedes toman, por ejemplo, la historia de Rousseau, van a ver cuántos hijos eran abandonados en los hospicios.
La familia nuclear es moderna, pero nosotros tendríamos que poder superarnos hacia una familia mucho menos individualista, mucho menos cerrada y mucho más amplia.
La tensión que yo tengo no es por los derechos. Si faltara mi voto para que esos derechos existan, yo con un enorme dolor votaría afirmativamente.

- Aplausos y manifestaciones en las galerías.

SRA. CARRIO, ELISA MARIA AVELINA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Pero yo quiero expresar mi tensión. Yo no estoy en contra de la unión familiar, pero la palabra “matrimonio” es un sacramento; remite a un sacramento, como la eucaristía. Y yo no quiero dejar de respetar a mi Iglesia. Creo absolutamente en la separación de la Iglesia y el Estado, y creo que la palabra matrimonio no tiene que estar en el Código Civil, porque es una palabra que, nos guste o no, está en la religión.
Es un dilema; yo no puedo decidir. Daría mi vida di mi vida intelectual, pero también daría el resto al reconocimiento e inclusión de esto. Al mismo tiempo, lo que más quiero y en lo que más creo en el mundo es en lo que creo que no está en el mundo.
Señor presidente: voy a pedir permiso para abstenerme, con el absoluto convencimiento de que esto no elude. Yo hubiera podido votar en contra y quedar bien con la Iglesia; hubiera podido votar a favor y quedar bien con la comunidad. Pero yo no quiero quedar bien con nadie. Yo sólo quiero explicar la tensión y solicitar permiso para mi abstención, que favorece absolutamente a que la norma sea sancionada.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Su pedido será puesto en consideración de la Cámara antes de la votación, señora diputada.
Tiene la palabra el señor diputado Erro, quien compartirá su tiempo con la señora diputada Storani.


SR. ERRO, NORBERTO PEDRO (BUENOS AIRES): Señor presidente: antes de entrar en el tema de fondo quiero resaltar dos aspectos y formular una moción de orden.
El primer aspecto que quiero destacar es la importancia que tiene para muchos bloques políticos el haber dado libertad de acción a sus miembros para tratar un tema de conciencia, cuando muchas veces desde la sociedad se marca un aspecto crítico, justamente cuando hay disciplina partidaria. Creo que es un momento histórico el que se vive en la Cámara de Diputados, donde seguramente en pocos momentos, cuando se pase a la votación, se va a ver que los integrantes de muchos bloques van a tener visiones diferentes.
El segundo aspecto que quiero rescatar es el marco de amplia participación en el que se ha desarrollado, en el seno de las comisiones de Legislación General y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, el tratamiento del tema que hoy nos convoca. De esas reuniones han participado muchas organizaciones y diferentes personas que nos acercaron su opinión con respecto a esta cuestión. Algunas de esas reuniones se realizaron el año pasado con la antigua integración del cuerpo, y otras se efectuaron este año con su nueva composición.
Antes de pasar a la cuestión de fondo, me quiero referir también a una de orden reglamentario, porque una vez que concluya el debate la Presidencia pasará a la votación del tema en discusión. En ese momento se podrán plantear dos situaciones: en primer lugar, que, sometido el dictamen de mayoría a votación del plenario, arroje un resultado favorable, con lo cual, una vez aprobado por esta Cámara, el proyecto deberá ser girado al Honorable Senado para su posterior tratamiento y consideración.
En segundo término, puede plantearse la situación de que una vez votado el dictamen de mayoría, el resultado sea desfavorable. Al respecto, me puse a analizar el reglamento interno de la Honorable Cámara, específicamente los capítulos XVI, de la discusión en general, y XXI, de la votación, y me encontré con que no marcan el camino a seguir.
Por ello, investigué la forma en la que deberíamos manejarnos, y así me encontré con que solamente existen dos precedentes en esta Cámara que se dieron en temas de vital importancia que se consideraron en su momento. Uno de ellos fue el envío de tropas al Golfo Pérsico y el otro, el acuerdo con Chile por el tema de los hielos continentales.
Desde el punto de vista formal, se planteó una situación similar a la actual: la existencia de un dictamen de mayoría y varios dictámenes de minoría.
¿Qué se hizo en esos casos? Se rechazaron los dictámenes de mayoría y se sometieron a votación los distintos dictámenes de minoría, en el orden que les corresponde de acuerdo con el número de firmas.
El Orden del Día Nº 197, en el que se publica el tema que hoy nos convoca, respeta ese criterio: incluye en primer término el dictamen de mayoría, que toma como antecedente las iniciativas oportunamente presentadas por las señoras diputadas Ibarra y Augsburger, cada una de las cuales fue acompañada por un importante número de diputados; luego figura el primer dictamen de minoría, con mayor cantidad de firmas, que ha sido suscripto por los señores diputados Amadeo, Rucci, González y Pinedo; después consta el segundo dictamen de minoría, suscripto por la señora diputada Terada y, finalmente, se incluye el último dictamen de minoría, que corresponde al del señor diputado Merlo.
Ese es el criterio imperante en esta Cámara de acuerdo con los usos y costumbres, por lo que solicito que en su momento se proceda de esa manera durante la votación.
Por otra parte, adelanto que voy a compartir mi tiempo con la señora diputada María Luisa Storani, que se encargará de fundamentar una visión diferente a la mía. En mi caso represento la opinión de un grupo de diputados de la Unión Cívica Radical que no estamos de acuerdo con el dictamen de mayoría, pero que avalamos el primer dictamen de minoría, que contempla la figura del enlace civil.

- Aplausos en las galerías.

SR. ERRO, NORBERTO PEDRO (BUENOS AIRES): Hecha esa aclaración debo señalar que, así como el dictamen de mayoría señala que hubo un avance en el mundo en materia de aceptación de la legislación global para reconocer la existencia del matrimonio entre personas de un mismo sexo, lo cierto es que de los 198 países de la Tierra esta figura se ha legalizado sólo en 8. Ellos son los Países Bajos, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia y Portugal.
En nuestro país hubo un incipiente reconocimiento de esa situación. En el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a través de la sanción de la ley 1.004, que habla de unión civil. Esa es una figura distinta a la contemplada en el dictamen de minoría, ya que la norma sancionada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires tiene un alcance limitado a lo local. Lo mismo ocurre con las legislaciones vigentes en la provincia de Río Negro y en las localidades cordobesas de Río Cuarto y de Villa Carlos Paz. En estos últimos casos esta legislación está vigente sólo para los empleados de la administración pública local.
Por lo tanto, de aprobarse el criterio sustentado en el primer dictamen de minoría, la figura del enlace civil tendrá un alcance nacional, que reconoce la mayoría de los beneficios, aunque considera al citado instituto como un acto jurídico diferente al del matrimonio civil.
Con respecto al tema de la adopción debo señalar que efectivamente –tal como lo indicó la señora diputada Vilma Ibarra- ha ido evolucionando a través del tiempo. No fue receptado por Vélez Sarsfield, pero hubo una evolución. El instituto de la adopción, que contemplaba la situación de los padres que no podían tener descendencia, ha ido evolucionando y hoy ubica por encima de todo la prioridad del menor y, fundamentalmente, de los menores desamparados.
En ese sentido, cabe recordar lo que plantea la Convención sobre los Derechos del Niño, que claramente expresa: “Reconociendo que el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión...”
Además, nuestro Código Civil y la ley de adopción establecen que el criterio que debe imperar es el del interés superior del niño, y en ese sentido los jueces hoy tienen que decidir.
Asimismo, el proyecto contenido en el dictamen de mayoría contempla la reforma de varios artículos del Código Civil y de dos leyes importantes: la 18.248, ley del nombre, y la 26.413, de Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. Esas reformas tienen como objetivo permitir el matrimonio entre personas de un mismo sexo.
Lo que estamos tratando no es una cuestión menor ni de forma. Es importante que hayamos dado este debate, porque se está propiciando la modificación de la institución matrimonial. Tan importante es que hubiese sido conveniente someterlo a consulta popular en el ámbito de la sociedad argentina.

- Aplausos en las galerías.

SR. ERRO, NORBERTO PEDRO (BUENOS AIRES): Numerosos tratados internacionales apoyan este criterio. Concretamente, hablamos de cinco tratados internacionales.
Por ello, muchos diputados radicales compartimos el criterio de otorgar beneficios a las parejas de un mismo sexo, que básicamente están relacionados con el tema de la seguridad social, esto es la asistencia sanitaria, pensión a la viudez, el derecho a la habitación, como así también los derechos hereditarios, derechos de alimentos y derechos migratorios.
Para finalizar, entendemos que eso tiene que implementarse a través de una figura distinta que preserve la del matrimonio civil. Esa figura es el enlace civil. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.


SRA. STORANI, MARIA LUISA (BUENOS AIRES): Señor presidente: me siento muy honrada de poder debatir este tema tan trascendente en este recinto. No sólo se requiere quórum para debatir este tema, se necesita de un ambiente especial para abordarlo, y debo reconocer que en la presente sesión se ha podido lograr un clima de respeto y profundidad.
Es la primera vez que en la historia de nuestro país se debate en el Congreso de la Nación la igualdad jurídica de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales.
Un pequeño grupo de países España, Sudáfrica, Portugal, Canadá, Holanda y Bélgica aprobaron ya esta iniciativa. Esto motiva que varias de las argumentaciones contrarias planteen por qué nosotros deberíamos hacer vanguardia en un tema que el mundo entero todavía no avala; sería casi un ejercicio de superficialidad de nuestra parte, con tantas urgencias que existen en Argentina. Lo mismo nos decían a los radicales con la ley de divorcio y de patria potestad compartida, en la vuelta a la democracia en 1983. Es que en la búsqueda de la libertad no hay “etapismos”. Las desigualdades son desigualdades, no existen unas sobre otras, y debemos reconocer la trayectoria histórica en la Argentina del movimiento de mujeres y de los movimientos homosexuales, acompañados por un grupo grande de ciudadanos que han hecho posible que este debate se lleve adelante.
Alentamos desde el Congreso de la Nación una política participativa y próxima a los ciudadanos y a las ciudadanas. En las comisiones propiciamos una discusión profunda, abierta y plural, sensible a todos los problemas de la sociedad. Buscamos soluciones que hagan efectivos los principios de libertad para que toda persona pueda llevar a cabo su proyecto de vida, de igualdad de condiciones para que todas las personas puedan desarrollar sus capacidades y potencialidades y de solidaridad para que todas las personas tengan aseguradas sus necesidades básicas y puedan acceder plenamente a sus derechos.
En épocas de falta de diálogo y de crispación permanente, desde la Unión Cívica Radical, un partido laico que tiene una historia en la lucha por la libertad, la igualdad y la no discriminación, dimos un debate profundo e importante dentro de nuestro bloque y hoy tendremos diferencias con algunos de nuestros correligionarios.
La calificación de anormalidad para otras formas del amor ya ha sido desterrada desde hace tiempo por la ciencia, la historia y la biología. La discusión de las definiciones de lo normal y lo patológico en las sociedades parte del origen de la sociología, ya quedó saldada hace tiempo. Lo normal o lo anormal son una construcción social, cultural y de valores que nada tienen que ver con lo científico.
Pero hoy no quiero hablar de esto sino de la igualdad de derechos. El artículo 19 de la Constitución Nacional protege que las personas podamos construir nuestra vida privada con quien queramos y del modo que queramos. Cada uno tiene la capacidad de discernir qué es lo mejor.
El artículo 16 de la Constitución Nacional dice que el Estado debe proteger la libertad y la igualdad de las personas.
La Constitución como Carta Magna está por encima de los códigos. El doctor Gil Domínguez decía: “Desde 1853 en adelante, en forma gradual, se ha ido desarrollando el Estado constitucional de derecho. Esto es, que aquello que regula, que une al Estado con el derecho, aquello que hace posible la interpretación del Estado con respecto al derecho en las relaciones verticales y horizontales de una sociedad, es la Constitución. Una Constitución que tiene fuerza normativa; una Constitución que se aplica a todos aquellos espacios de relación.
El techo del ordenamiento jurídico argentino, no es el Código Civil o el Código Penal, es la Constitución.” Es una deuda que tenemos con los ciudadanos que han estado discriminados, porque ya en 1994 con la reforma de la Constitución Nacional hemos incorporado tratados y pactos internacionales de derechos humanos en el artículo 75, inciso 22. Estos pactos son la Declaración Americana de los Derechos del Hombre, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención Americana sobre los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Todos estos pactos y tratados contemplan el derecho a contraer matrimonio y se refieren al matrimonio entre contrayentes sin hacer ninguna especificación respecto del sexo.
Sabemos que existe un gran prejuicio que sostiene que los niños adoptados por parejas homosexuales sufrirán y tendrán una formación deficiente y anómala. Se ha hablado mucho de esto en este debate, pero quiero recordar algunas cifras.
En la Argentina tenemos el 30 por ciento de los hogares conducidos por mujeres. Son hogares monoparentales, sin la figura paterna. Pregunto si estos niños son anormales. Aunque ya lo dijo la señora diputada Chieno, es importante recordar que las cifras son alarmantes. El 90 por ciento de los abusos sexuales infantiles se dan en la construcción intrafamiliar, y estas cifras provienen del estudio de las familias heterosexuales. Que los padres sean hetero u homosexuales no presupone nada de por sí. Cada pareja es única y ésta es una construcción que cuando se da con amor puede salir bien, y cuando se da sin amor puede salir otra cosa. Es decir que todos estamos bajo la lupa de lo que podemos llegar a construir.
Hay un mito que aquí se ha aclarado pero yo quisiera brindar algunos datos más específicos con respecto a la adopción. Los artículos 315 y 317 de la ley de adopción 24.779 específicamente establecen que cualquier ser humano –heterosexual, homosexual, travesti puede presentarse a adoptar. La última palabra para entregar un niño en adopción la tiene el juez, y éste debe tomar en cuenta el interés superior del niño, que contempla la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, incorporada en la ley 26.601, de protección integral de los derechos del niño.
Nosotros propulsamos el matrimonio civil para que estas parejas puedan adoptar y tener el estatus legal de co-adoptantes para la protección legal de los niños.
Quiero volver a lo que decía con respecto a la vuelta de la democracia en el gobierno del doctor Raúl Alfonsín, donde también se marcaban otras prioridades.
Acabábamos de recuperar la democracia y los partidos políticos nos comprometíamos en esa difícil labor. Encaramos el juicio a las juntas militares, otro hecho inédito que casi ningún país del mundo llevó adelante. Había que poner en marcha un Estado devastado por la barbarie militar. Teníamos que encarar una situación económica muy difícil. Sin embargo, nos animamos a plantear la ley de divorcio.
Nos decían que todas las parejas iban a divorciarse y con el tiempo se demostró que bajó la estadística de los divorcios. Una parte importante del partido de oposición de aquel entonces, el justicialismo, no nos acompañó, unos por dogma y otros nos señalaban el poco sentido de la oportunidad.
Nosotros argumentamos, y no nos equivocamos, que la garantía de los derechos para los ciudadanos y las ciudadanas no se logra por etapas; es obligación garantizarlos siempre que tengamos en cuenta la libertad, la igualdad y la solidaridad.
Señor presidente: yo fui elegida en las últimas elecciones del 28 de junio de 2009. Muchos de los ciudadanos que me votaron lo deben haber hecho con la convicción de que yo iba a defender estos derechos. O sea que estoy muy contenta porque el electorado que me eligió sabe que estoy llevando adelante este tema con convicción. Adelanto mi voto positivo al dictamen de mayoría. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.


SR.(ROSSI) Señor presidente: como muchos otros bloques, el nuestro también tiene entre sus integrantes posiciones diferenciadas. Gran parte de nuestros diputados va a acompañar el despacho de mayoría, y un grupo de diputados ya ha expresado que se manifestará en contra. En este caso, abusando de mi rol de presidente de bloque, voy a representar con mi discurso solamente a los diputados que vamos a votar afirmativamente el despacho de mayoría.
Siento como en algunas otras oportunidades en los últimos tiempos –dos en este Congreso y una en la Casa de Gobierno que estamos dando un paso trascendente. La sensación que tenía esta mañana cuando me levanté fue la misma que sentí el día que veníamos a votar la estatización de las AFJP. La verdad es que entendía y sentía en ese momento que estábamos desarmando una de las trampas más difíciles desde el punto de vista financiero que nos había dejado la década del 90.
Lo mismo sentí cuando vinimos a tratar la nueva ley de medios de comunicación audiovisual. Sentía que era un tema postergado durante muchísimos años en la Argentina, que siempre andaba por los suburbios de la democracia, que en algún momento había habido algún intento pero nunca una decisión política trascendente de cambiar un sistema claramente injusto y monopólico, una situación que en silencio tolerábamos desde la política sabiendo que había un poder que estaba por afuera, que no tenía ningún tipo de legitimidad social ni de legitimidad electoral. Sabíamos que existía, que siempre estaba y al cual había que respetar. Empezaba a ser desmontada aquella vieja frase de que “para hacer política hay que arreglar con...” De lo contario, no se podía hacer política en la Argentina.
Creo profundamente que cuando uno avanza en ese tipo de decisiones no piensa en uno mismo o en su pasado sino en una Argentina y una sociedad distintas que pretende diseñar.
Cuando uno participa de estas sesiones siempre existen tensiones por ver si conseguimos los votos y todo lo que rodea al rol del diputado, por lo que a mí en términos personales me cuesta aflojar los sentimientos. No me pasó eso el día que escuché a la presidenta de la Nación anunciar la decisión de avanzar con la asignación básica universal, porque sentí con muchísima alegría que empezábamos a construir una Argentina distinta y una sociedad distinta, que empezábamos a generar nuevos derechos y a otorgárseles a los que no los tenían.
En esta sesión siento que con la sanción del dictamen de mayoría vamos a igualar derechos. Estamos dándoles derechos a los que no los tienen, y lo estamos haciendo de la manera más genuina en que desde la política se puede avanzar.
Siento también que cualquier otro camino que hubiésemos elegido no habría resuelto el problema, pues lo que se proponía como alternativa no clausuraba la discusión. La unión civil es un estadio intermedio, y además con todo el debate previo sobre este tema, ya las palabras no representan lo mismo. No es lo mismo la unión civil sancionada por la Legislatura de la provincia de Buenos Aires en el año 2000, que debatir sobre ella en este Congreso de la Nación en el año 2010. Hay diez años más de lucha, de demandas y de reclamos. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
Las palabras en sí mismas representan cosas: las palabras incluyen o excluyen, integran o aíslan, mantienen el statu quo o significan un avance. A pesar de la buena voluntad de algunos, no era lo mismo hablar de unión civil que de matrimonio. Era seguir estigmatizando, era seguir diciéndoles “son distintos, ustedes pueden hasta acá, el resto está reservado para nosotros, para ustedes es esto”. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
Yo me alegro por todo este debate, por todas las expresiones y los puntos básicos de coincidencia. Cuando uno llega a una situación como esta hay que cristalizar la decisión política lo más alto posible.
No es que hace muchos años pasaban cosas gravísimas, no es que fue en los siglos XVII, XVIII o XIX. En los 80 los homosexuales en el mundo fueron declarados la primera población de riesgo del HIV y volvían a recibir la estigmatización del conjunto de la sociedad.
En el año 1994, monseñor Quarracino –en su momento presidente de la Conferencia Episcopal , en un programa que tenía en la televisión pública, decía y lo voy a leer porque, si no, no se termina de dar verdadera magnitud al debate : “Yo pensé si no se puede hacer acá una zona grande para que todos los gays y lesbianas vivan allí; que tengan sus leyes, su periodismo, su televisión y hasta su Constitución; que vivan como una especie de país aparte, con mucha libertad. Podrán hacer manifestaciones día por medio, podrán escribir y publicar. Yo sé que me van a acusar de propiciar la segregación. Bueno, pero sería una discriminación a favor de la libertad, con toda caridad, con mucha delicadeza y misericordia. También tengo que añadir que así se limpiaría una mancha innoble del resto de la sociedad.” Esto, señor presidente, era dicho hace quince años por el principal vocero de la jerarquía de la Iglesia Católica argentina.
A eso se opuso algún grupo de diputados y en ese momento se opuso fuertemente la Comunidad Homosexual Argentina. Relatar la historia de los inconvenientes de la CHA para conseguir su personería jurídica en la Argentina de entonces es toda una historia en sí misma. Fueron inumerables las distintas negativas para que la Comunidad Homosexual Argentina pudiera obtener su personería jurídica. Ese pensamiento existe. Ahora quizá esté más escondido y tal vez no tenga la posibilidad de salir a la luz.
Entonces, lo importante es que cuando existen estas instancias de avance y estos niveles de consenso nosotros consolidamos nuestros máximos de libertad y de igualdad de derechos. Tenemos que animarnos claramente a ir por todo lo que se puede hacer. (Aplausos prolongados.)
Por eso, es necesaria la coincidencia de la mayoría, que es en lo que mayoritariamente vamos a acordar, pero seguramente si hubiésemos logrado mayor nivel de consenso sería mucho más contundente.
Las mayorías, es decir, nosotros, los heterosexuales, tenemos que tener sabiduría y coincidencia para poder integrar a las minorías. Es muy injusto decir: “Yo tengo el poder y yo desde mi poder te digo: ‘vos no podés’”. Es inexplicable cuando uno se para ante alguien e intenta explicar por qué no, o intenta explicar la diferencia entre unión civil y matrimonio, y termina diciendo: “¿Y unión civil por qué? Porque sí.”, porque no termina de haber argumentos, salvo el de la imposición, salvo en el fondo del decir...

- Aplausos en las galerías.

SR. ROSSI, AGUSTIN OSCAR (SANTA FE): “...Yo no quiero que seas igual que yo. Yo siento que soy distinto”. Esto es lo que tenemos que sacar de cada uno de nosotros para construir una sociedad más democrática, más justa y más igualitaria.
Todas las situaciones conllevan a este tipo de cuestiones. Las personas con discapacidades tienen que luchar contra las barreras arquitectónicas para sentirse iguales. Luchan, tienen sus organizaciones, y nosotros, a veces, después de muchísimo tiempo, tenemos la sensibilidad de incluirlas, de integrarlas y de romper esas barreras, aunque a veces tampoco lo terminamos de hacer.
Los que son parte de una minoría sexual tienen el derecho. Nosotros, si nos dimos cuenta de que existe un problema, tenemos el deber de otorgarles ese derecho. Tienen posibilidad de gozarlo.
La historia no empieza aquí ni tampoco termina hoy. Eso lo han dicho muchos oradores, y es así. Cada vez que un homosexual se “desnuda” frente a la sociedad, es todo un momento de tensión, porque ya es prejuzgado. Ellos lo definen como “salir del armario”: le dicen a sus amigos, a sus compañeros de trabajo, que son homosexuales, lo que implica toda una tensión.
¿Saben cómo se expresa la tensión en los seres humanos? Con nervios, con angustia, con transpiración en las manos. Le preguntan: “¿Por qué te pasa todo eso?” Porque tienen miedo al rechazo, porque permanentemente están buscando niveles de aceptación. Y tienen miedo al rechazo porque vienen de una historia de sojuzgamiento. Esta es la verdad.
Le decía recién a un grupo de compañeros que habría que haber terminado el debate después del discurso del señor diputado Cuccovillo, porque cuando más que un discurso hay un testimonio... (Aplausos prolongados.)... las cosas se simplifican muchísimo.
Pero tengo que decir al señor diputado Cuccovillo que él tiene la suerte de poder decirlo. ¿Cuántos padres se niegan a reconocer que tienen hijos homosexuales? ¿Cómo ayudamos nosotros a esos padres? ¿Cómo les resolvemos el problema a ellos, que son heterosexuales? No piensen en los homosexuales. Piensen en los padres de los chicos homosexuales, que son heterosexuales. (Aplausos.)
¿Cómo hacemos? ¿De qué manera? ¿Marcándoles nuevamente que tienen hijos distintos, que tienen que seguir escondiéndolos, que tienen que meterlos dentro del placard nuevamente? La verdad es que me parece muy injusto, pero más injusto me parece porque todos sabemos y nos damos cuenta de qué estamos hablando, porque en algún momento quizás los dogmas, las convicciones, todas las cosas podrían haber tenido un peso. El oscurantismo podría haber tenido un peso.
Pero ahora todos sabemos de qué se trata y la verdad es que tampoco se trata de algo tan alejado. Viven con nosotros. Son hijos de nuestros amigos. Suben al ascensor con nosotros. Viven en el mismo edificio de departamentos. ¿Por qué discriminarlos? ¿Por qué no darles una mano? ¿Por qué no ponerlos al frente de la situación? ¿Por qué no dar un ejemplo contundente y avanzar hacia adelante? No se puede cristalizar en situaciones de desigualdad cuando uno tiene la potencialidad de ir para adelante. Es así. No le den más vueltas a la cosa.

- Aplausos en las galerías.

SR. ROSSI, AGUSTIN OSCAR (SANTA FE): Señor presidente: voy dar lectura a dos extractos del libro Historia de la homosexualidad en Argentina, de Osvaldo Bazán. El primero de ellos es una parte del discurso de Alicia Pierini, cuando cerraba el debate sobre la unión civil en la Legislatura porteña.
Dice así: “Como cristiana me guío por la luz del Evangelio, por el ejemplo de Cristo. El Evangelio me enseña que Dios es amor y que no condiciona al amor, mientras sea tal. El Evangelio me enseña a amar al prójimo sin imponerle condiciones a ese prójimo. En mi conciencia puse, en uno de los dos platillos de la balanza, a la enseñanza de la doctrina de la Iglesia, que es mi Iglesia, a la que pertenezco, que sé que está en contra de este proyecto explícitamente. Y en otro platillo puse mi propia fe. Decidí correr los riesgos de la fe, porque creo que esa es una conducta cristiana. En el Evangelio encuentro la Verdad Trascendente y el amor de Cristo, mientras que en la historia de la propia Iglesia he visto muchas veces el error humano. Entonces, por razonamiento jurídico, por convicción progresista, y también desde mi fe, mi voto individual es afirmativo.” (Aplausos prolongados.)
Para terminar, voy a leer el epílogo de este libro de Osvaldo Bazán, donde está incluida la anécdota a la que hizo referencia Alejandro cuando habló, y que contaba Luis Cigogna.
Voy a leer algunos de los párrafos. Discúlpenme si la lectura resulta desordenada, pero me parece importante.
Dice así. “Y algún día, finalmente, se habrá de saber la verdad tan celosamente guardada: la homosexualidad no es nada. No lo era en un principio y no lo será en un futuro. Cuando saquemos del medio todos los incendios y todas las torturas y todas las mentiras y todo el odio y toda la ignorancia y todo el prejuicio, descubriremos que no hay nada.
“Aprendimos a mentirnos primero...”, habla de ellos, los homosexuales, “...a mentir después. A escondernos, a desvalorizarnos, a despreciarnos. A no confiar en nuestra familia más cercana (sostengo que es imposible para cualquier heterosexual, incluso el más abierto, saber lo que eso significa. Los nenes negros, los nenes judíos, siempre tuvieron en su casa un lugar en donde resguardarse de las estúpidas ofensas externas. El primer lugar en donde un nene homosexual es ofendido es su propia casa. Tu hijo, ¿cuenta con vos?). A no hablar. A aceptar resignadamente que las cosas son así. A avergonzarnos de cada gesto íntimo.
“No era nada y después fue pecado (no fue Dios, fue un grupo de personas el que lo decretó) y después fue una enfermedad (tan arbitraria que un día dejó de serlo) y también fue un delito (usado siempre discrecionalmente). Y después fue todo junto: pecado, enfermedad y delito. ¿Cómo reaccionar teniendo en contra la religión, la ciencia y el Estado?
“El día en que nació el concepto de `orgullo gay´, comenzó a frenarse la injusticia.”
Osvaldo Bazán hace una ironía: “El mundo está demasiado raro: los hijos gay son los que tienen que terminar entendiendo a sus padres. ¿Cómo pueden pedir eso?”
Termina diciendo que sueña con este diálogo: “ Viejos, quería decirles que estoy de novio. -¡Qué alegría, nene! ¿Con un chico o con una chica?” (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
Con muchísima alegría adelanto mi voto afirmativo y el de muchos compañeros de mi bloque. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)


SR. PRESIDENTE(FELLNER) La Presidencia solicita el asentimiento de la Honorable Cámara para autorizar las inserciones de los discursos de los señores diputados que no pudieron hacer uso de la palabra y las solicitadas o a solicitar.

- Asentimiento.

SR. PRESIDENTE(FELLNER) Se procederá en consecuencia.
De acuerdo con el artículo 197 del reglamento, es necesario el asentimiento de la Cámara para autorizar las abstenciones.

- Asentimiento.

SR. PRESIDENTE(FELLNER) Quedan autorizadas las abstenciones.
Se va votar en general el dictamen de mayoría de las comisiones de Legislación General, y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia recaído en el proyecto de ley sobre modificaciones al Código Civil sobre matrimonio (Orden del Día N° 197).


- Se practica la votación nominal2010/128OE04_01_R07.pdf.

- Conforme al tablero electrónico, sobre 241 señores diputados presentes, 126 han votado por la afirmativa y 110 por la negativa, registrándose además 4 abstenciones.

SR.(SECRETARIO (HIDALGO)) Afirmativos, 126; negativos, 110.



SR. PRESIDENTE(FELLNER) Queda aprobado en general. (Aplausos prolongados en las bancas y en las galerías.)
Se deja constancia de que el señor diputado Irrazábal ha votado por la afirmativa.
Si hay asentimiento de la Cámara se van a votar a mano alzada los distintos artículos.

- Asentimiento.

SR. PRESIDENTE(FELLNER) Se procederá en consecuencia.


SR. LOPEZ ARIAS, MARCELO EDUARDO (SALTA): Pido la palabra.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Salta.


SR. LOPEZ ARIAS, MARCELO EDUARDO (SALTA): Señor presidente: tal como expuse en ocasión de la votación en general, mi posición era a favor del enlace civil porque creía que era una propuesta mejor.
No sería coherente de mi parte votar a favor de un articulado que no comparto, pero tampoco quiero votar en contra de la concesión de derechos que son realmente legítimos. Por lo tanto, pido permiso para abstenerme.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Entiendo que la posición de la Cámara para la votación en general es extensiva a la votación en particular.
Se va a votar el artículo 1°.

- Resulta afirmativa. Sin observaciones, se votan y aprueban los artículos 2° a 24.

SR. PRESIDENTE(FELLNER) Señora diputada Ibarra: usted iba a proponer una modificación a un artículo. Si lo señalavotaremos todos de corrido en un solo acto. ¿Cuál es el artículo que propone modificar?


SRA. IBARRA, VILMA LIDIA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): En el artículo 42 hay un aporte que ha hecho el señor diputado Vega...


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.


SR. FAVARIO, CARLOS ALBERTO (SANTA FE): Señor presidente: quiero hacer dos observaciones con respecto a los artículos 31 y 34. Esto lo iba a hacer durante su tratamiento en particular pero, si ahora se va a votar la totalidad de ellos, pido autorización para hacer la observación previa a la votación.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Exponga las observaciones, señor diputado.


SR. FAVARIO, CARLOS ALBERTO (SANTA FE): Señor presidente: al margen de la postura que hemos sostenido en la votación, y atendiendo al resultado de la misma, creo que es nuestra obligación hacer los aportes que modestamente estimamos necesarios para mejorar la norma en consideración.
Con respecto al artículo 31 voy a proponer la derogación del inciso 2° del artículo 1.807 que aquí se está reformando. ¿Por qué digo que corresponde su derogación? Porque este inciso regía cuando la administración y disposición de la totalidad de los bienes gananciales correspondía al marido. Pero eso ha sido tácitamente reemplazado en 1968 por el nuevo sistema de administración y disposición de bienes establecido en los artículos 1.276 y 1.277 del Código Civil. Es decir que ahora para disponer la venta o donación, así como para gravar un inmueble, se necesita el asentimiento del otro cónyuge. Por lo tanto, este inciso 2° está total y absolutamente desnaturalizado. En su momento hubiese correspondido la derogación, lo que se omitió en la ley de reforma al Código Civil.
Abonando la postura que sostengo, Belluscio y Zannoni en su Código Civil comentado dicen que la disposición del inciso 2° del artículo 1.807 ha quedado superada por el artículo 1.277, introducido por la ley 17.711, de la cual constituye un claro antecedente extendido ahora a todos los actos de disposición de bienes registrables, incluso a los actos onerosos.
En consecuencia, está claro que el inciso 2° del artículo 1.807, que se intenta reformar, ha sido reemplazado desde el año 1968 por el nuevo sistema del Código Civil. Entonces, creo que estaríamos salvando la omisión en la que incurrió la ley 17.711 si, lisa y llanamente, se deroga el inciso 2°, que ahora se intenta reformar.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


SRA. IBARRA, VILMA LIDIA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Señor presidente: es muy sencillo lo que tengo para decir.
En la comisión tuvimos un acuerdo ya que existen muchas modificaciones de distintas leyes vinculadas a cuestiones de género y demás. Nosotros lo único que hacemos acá es llevar adelante una adecuación del actual artículo 1.807 que dice que no pueden hacer donaciones el marido sin el consentimiento de la mujer, o autorización suplementaria del juez, de los bienes raíces del matrimonio. Nosotros planteamos: “…el cónyuge, sin asentimiento del otro o autorización suplementaria del juez”. Queda exactamente igual que el Código Civil, donde se menciona al marido, sin autorización de la mujer, es decir un cónyuge sin autorización del otro.
No hemos revisado cada una de las modificaciones de la ley 17.711 porque esa es una revisión completa del Código Civil, que no es el sentido de esta ley. Por eso, la comisión trató sólo las adecuaciones. Donde menciona al hombre y a la mujer, hacemos referencia al cónyuge. Todas las demás adecuaciones vinculadas a temas de fondo, podemos tratarlas en otras leyes. Este fue el acuerdo de la comisión, vamos a dejarlo asentado de este modo y vamos a pedir que se vote tal como se acordó en la comisión, para no ir discutiendo temas de fondo del Código Civil en el medio de un tratamiento en particular, que fue lo que quisimos evitar.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Señor diputado Favario: las observaciones han quedado asentadas y la comisión no acepta la modificación.


SR. FAVARIO, CARLOS ALBERTO (SANTA FE): No, señor presidente. Al margen de lo que expresa la señora diputada, me parece que es evidente que lo que ella dice ha desaparecido de la normativa legal.
El artículo 1.276 vigente establece que cada uno de los cónyuges tiene la libre administración y disposición de sus bienes propios y de los gananciales adquiridos con su trabajo, etcétera. Por lo tanto, el inciso está absolutamente de más y se insiste en una redacción que ha sido superada por la redacción posterior.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) De todas maneras, el reglamento dice que al no ser aceptada la observación por el miembro informante de la comisión, se continúa con la votación.
Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


SRA. HOTTON, CYNTHIA LILIANA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Señor presidente: teniendo en cuenta el gran debate que se desató en relación con el tema de la adopción, quiero pedir, si es que los tiempos lo permiten, poder votar nominalmente el artículo 17.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) La Presidencia anunció que se votaba a mano alzada, y así continuamos.
En consideración los artículos 25 a 41 inclusive.

- Resulta afirmativa.

SR. FAVARIO, CARLOS ALBERTO (SANTA FE): Pido la palabra, señor presidente.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.


SR. FAVARIO, CARLOS ALBERTO (SANTA FE): Señor presidente: deseo hacer una observación con respecto al artículo 34, que sustituye al artículo 3.969 del Código Civil. Allí se dice: “La prescripción no corre entre cónyuges, aunque estén separados de bienes, y aunque estén divorciados por autoridad competente”. Propongo que diga: “...o se haya declarado su separación personal”, sustituyendo la última parte a partir de: “...y aunque estén divorciados...”. Esto es, señor presidente, en razón de que el dictamen de comisión está ignorando la sanción de la ley de divorcio número 23.515. Es decir que el divorcio vincular produce la ruptura del vínculo que antes no se daba y por eso existió la necesidad de incluir el divorcio no vincular en el artículo 3.969.
Ahora, cuando hay divorcio, hay ruptura del vínculo y no basta la reconciliación sino que hay que volver a casarse para reestablecer el vínculo. Justamente esto es lo que hay que modificar acá. Hay que establecer como condición para que no corra la prescripción que se haya declarado la separación personal. No el divorcio, porque el divorcio, al producir la ruptura del vínculo, hace que la prescripción corra, conforme opinión de Bossert y Zanoni en Manual de derecho de familia. Acá se está ignorando la ley de divorcio vincular, a la que se hizo referencia esta noche en varias oportunidades.
En tal sentido, porque me parece que el error es evidente, solicito simplemente la sustitución de la última parte del artículo 3.969 para que diga que la prescripción no corre entre cónyuges si hubo declaración de separación personal.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


SRA. IBARRA, VILMA LIDIA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): El actual artículo 3.969 del Código Civil dice que la prescripción no corre entre marido y mujer, aunque estén separados, etcétera. La modificación planteada señala que la prescripción no corre entre cónyuges, aunque estén separados, etcétera.
Con esto quiero señalar que las materias de fondo respecto de la prescripción podemos tratarlas separadamente mediante otro proyecto. Hay muchas modificaciones en las que estamos trabajando en relación con el Código Civil y la adecuación, por ejemplo, del género, que presenta graves problemas. Esta cuestión –reitero vamos a tratarla en forma separada. En este sentido, llegamos a un acuerdo entre todos los bloques para efectuar las adecuaciones necesarias a fin de no distinguir entre sexos, ya sea uno u otro. Por lo tanto, mantenemos el texto previsto ya que consideramos que lo demás puede tratarse en otro proyecto de ley.


SR. FAVARIO, CARLOS ALBERTO (SANTA FE): ¡Sancionan mal para corregir después!


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Sugiero a la señora diputada Ibarra que proponga la modificación al artículo 42.


SRA. IBARRA, VILMA LIDIA (CIUDAD DE BUENOS AIRES): Respecto del artículo 42, que es una cláusula complementaria, actualmente consta de dos párrafos. El señor diputado Vega hizo una propuesta que fue apoyada por el señor diputado Pais, que consiste en agregar lo siguiente: “Ninguna norma del ordenamiento jurídico argentino podrá ser interpretada ni aplicada en el sentido de limitar, restringir, excluir o suprimir el ejercicio o goce de los mismos derechos y obligaciones, tanto al matrimonio constituido por personas del mismo sexo como al formado por dos personas de distinto sexo.” Este es el texto que se agrega como último párrafo del artículo 42.


SR. PRESIDENTE(FELLNER) Con las modificaciones propuestas, se va a votar el artículo 42.

- Resulta afirmativa.

- El artículo 43 es de forma.

SR. PRESIDENTE(FELLNER) Queda sancionado el proyecto de ley.
Se comunicará al Honorable Senado. (Aplausos prolongados y manifestaciones en las bancas y en las galerías.)
Según lo acordado oportunamente, la Presidencia invita a la Honorable Cámara a pasar a cuarto intermedio hasta las 14.

- Se pasa a cuarto intermedio a la hora 2 y 43 del día 5.

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