Período:127 Reunion:3 Fecha:18/03/2009 CONVOCATORIA A ELECCIONES DE DIPUTADOS NACIONALES PERÍODO 2009-2013 Y SENADORES DE LA NACIÓN PARA EL PERÍODO 2009-2015 PARA EL 28 DE JUNIO DE 2009
(CONTINUACIÓN)
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. PEREZ, ADRIAN (BUENOS AIRES):
Señora presidenta: no hace mucho tiempo -el 1º de marzo- asistimos en este recinto a la inauguración del período de sesiones ordinarias por parte de la señora presidenta de la Nación.
Al escuchar su discurso tuve la sensación de que no había mayor correlato entre lo que la presidenta decía que sucedía en el país y lo que efectivamente estaba ocurriendo en la calle. Y lamento decirles que en el día de hoy me pasa algo bastante parecido: siento que no hay ningún correlato entre lo que estamos discutiendo hoy aquí y el reclamo de la ciudadanía.
Hoy, tenemos una marcha muy grande que está viniendo desde la plaza de Mayo hasta el Congreso de la Nación que pide que los diputados traten el tema de la seguridad. También tenemos productores en el interior de todo el país que nos están reclamando que tratemos lo relativo a la producción en el interior y las retenciones para reactivar la economía; tenemos obreros que siguen reclamando porque la retracción económica ha generado un proceso muy fuerte de suspensiones y despidos en los últimos tiempos, y el Parlamento que decide discutir el adelantamiento de las elecciones.
Me parece que lo grave es que nos ponen esta discusión en un lugar cada vez más alejado de lo que le pasa a la gente.
Además, el Parlamento empieza a jugar una especie de juego de la oca, dando tres pasos hacia adelante y decidiendo luego darlos hacia atrás. Digo esto porque en el año 2004 nosotros tomamos una decisión absolutamente saludable que fue impulsada por el gobierno nacional y que tuvo el apoyo de todos los bloques parlamentarios. En aquel momento decidimos terminar con la especulación y la manipulación que habían hecho todos los gobiernos de todos los colores políticos respecto de la fecha de las elecciones.
Teniendo en cuenta lo que pasaba en el resto de los países, y fundamentalmente en los más serios del mundo, nos dimos cuenta de que había que fijar una fecha para las elecciones nacionales que fuera inamovible, que diera certeza y previsibilidad y sobre todo que no otorgara una ventaja al gobierno sobre el resto, porque él es el único que sabe cuándo va disponer la elección y cuándo ésta se va a correr, anticipar o alejar de acuerdo con su conveniencia electoral. Este fue un avance, y se obtuvo por consenso.
Es cierto que las reformas del Código Electoral Nacional requieren una mayoría calificada. También es cierto que el espíritu de esa norma es que las reformas de reglas de juego en materia electoral tienen que ser apoyadas por algo más que un partido político.
En 2004 avanzamos con un consenso absolutamente amplio. El señor diputado por la provincia de Tucumán me decía que no había unanimidad, y es cierto, porque hubo veinte diputados que no votaron a favor, pero la mayoría de aquella Cámara votó a favor de la iniciativa.
Cuando nosotros presentamos hace algún tiempo el proyecto de boleta única, el señor diputado Landau dijo que no podía haber reforma del sistema electoral en un año electoral. Disiento profundamente con aquella afirmación. Puede haber reforma del sistema electoral siempre, aun en un año electoral. Lo que no puede haber es reforma del sistema electoral y de las reglas de juego de la elección con el único apoyo de un partido político. Eso es lo que no se puede dar y es lo que nos está proponiendo el oficialismo.
Tengo poco tiempo, y está bien que así sea porque la posición de mi bloque ya fue expresada por los señores diputados preopinantes.
Sólo quiero plantear dos cuestiones. Está muy claro que la crisis existe, pero también está muy claro que la existencia de la crisis ha servido únicamente como excusa al gobierno para adelantar las elecciones, y no es una razón valedera.
Todos sabemos que este gobierno a medida que pasa el tiempo tiene mayor nivel de descrédito social. Esto es efectivamente así. Nadie ignora que próximamente, fundamentalmente a partir del segundo semestre, todos los indicadores económicos tenderán a definirse. Todas las estimaciones indican que habrá menor recaudación, más vencimientos de deuda y menor cantidad de exportaciones. Estas son las dos razones: la situación económica y la propia situación de descrédito que han llevado al gobierno a adelantar las elecciones.
La verdad es que si el gobierno quisiera recuperar crédito social tendría que venir a este Parlamento a proponer medidas que tengan que ver con lo que le pasa a la gente. Mucho se habló hoy acerca de a quién le conviene esta nueva fecha de elecciones, es decir, a qué fuerza política. No sé a qué fuerza política le conviene ni a cuál le deja de convenir. Solo sé que a este país en nada beneficia que adelantemos las elecciones.
Este país lo único que necesita es que haya un Parlamento y un gobierno dispuestos a tocar los temas que le preocupan a la gente, como reactivar la economía, incentivar a los sectores productivos para que no ordenen despidos ni suspensiones, tener políticas de protección e inclusión social en un contexto de incremento cada vez mayor de la pobreza y tener políticas en materia de seguridad, ante una población que se siente cada vez más insegura.
De modo que vamos a votar en contra porque entendemos que a esta crisis económica y social, que efectivamente existe, hay que darle propuestas y medidas concretas en lo político, económico y social, y lo que no hay que hacer es agregar a una crisis económica y social una situación de crisis institucional absolutamente innecesaria. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Tiene la palabra el señor diputado por la Capital.
SR. PINEDO, FEDERICO (CIUDAD DE BUENOS AIRES):
Estoy tironeado por dos voces contradictorias, señora presidenta.
SR. DEPETRI, EDGARDO FERNANDO (BUENOS AIRES):
¡Las de Felipe y De Narváez! (Risas.)
SR. PINEDO, FEDERICO (CIUDAD DE BUENOS AIRES):
No son la de Felipe y la de De Narváez, sino otras. Una me dice que cuando los políticos se pelean, los que no son políticos, los representados, sienten que ese no es un negocio de ellos, y en verdad la utilidad de la gente no es la pelea de los políticos por cosas que parecen de políticos.
Entonces, esa voz me dice "tratá de hablar de los temas de la gente", pero no pateando la pelota afuera, como diciendo que los temas electorales son aquellos que a la gente no le importan, porque la verdad es que los temas electorales son el sustento de la democracia y por supuesto a la gente sí le importan.
Hay otra voz que me dice "contestale a Néstor Kirchner", que ha iniciado su campaña electoral, que es la campaña de la división, del enfrentamiento, de la descalificación, de la ruptura, de la polarización, para buscar el cachito de votos que les quede para tratar de sacar la primera minoría, aun perdiendo en la elección por escándalo frente a la oposición.
Voy a ir por la primera voz: la presidenta dijo que estamos frente a una crisis muy grave, y crisis muy grave quiere decir que desde el año pasado a éste bajó el 30 por ciento la principal producción argentina, que son los granos; bajó un millón de cabezas la producción ganadera argentina; 23 mil millones de dólares se fugaron en un año, que es más de lo que se fugó antes de la salida del gobierno de de la Rúa.
Una crisis importante significa que las expectativas de los consumidores son de una caída del 30 por ciento de la actividad, que cae el 50 por ciento la producción de automotores. Eso implica despidos, suspensiones, que la gente vuelva a tener miedo de perder su trabajo. Eso es una crisis.
La presidenta dice que estamos en crisis; es verdad, y cuando planteó el adelantamiento de las elecciones como un mecanismo para la salida de la crisis, lo único que se podía entender era su frase: "Dejemos de pelear los políticos porque la pelea entre políticos no nos ayuda a salir de la crisis. Por eso hay que adelantar las elecciones."
Mauricio Macri, en una conferencia de prensa en la que lo acompañé, dijo que si la presidenta de su país pide unidad nacional para salir de la crisis y lo convence de que eso es verdad, que es eso efectivamente lo que quiere, entonces nosotros vamos a estar.
Lamentablemente, no nos convencieron de eso, sino de lo contrario.
En el día de ayer, cuando el oficialismo preveía que los votos que tenía en esta Cámara serían suficientes para aprobar este proyecto, el ex presidente Néstor Kirchner inició su campaña electoral. Lo hizo de una manera que no sé si le conviene a la Argentina para salir de la crisis.
La inició cortando la conversación con las entidades agropecuarias, enfrentándose con los medios de comunicación -que reflejan el poder de la gente de expresarse y criticar a los gobernantes- y descalificando a los adversarios políticos, como Mauricio Macri.
¿Cuánto nos va a costar esta política de división y enfrentamiento? A lo mejor, Néstor Kirchner obtiene su pequeña primera minoría. ¿A qué costo?
- Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, doctor Eduardo Alfredo Fellner.
SR. PINEDO, FEDERICO (CIUDAD DE BUENOS AIRES):
¿Cómo adelantan las elecciones diciendo que en octubre será un desastre, cuando ellos gobiernan de aquí hasta octubre? Este era el temor del diputado De Narváez, a quien le agradezco su actitud de respetar intereses superiores, ofreciendo a los argentinos una perspectiva de gobierno, de esperanza y de cambio que permita transformar la Argentina en la que estamos inmersos. Así apoyó el consenso de nuestro bloque.
Nosotros estamos preocupados de verdad por la crisis. Por eso, propusimos a la presidenta que llamara a una mesa de diálogo nacional para que los técnicos de la oposición y los funcionarios que ella designara hicieran propuestas sobre inseguridad, desempleo, inflación y producción, que son los problemas que debemos afrontar para salir de la crisis. Por supuesto que no recibimos ninguna señal de preocupación ante esta propuesta.
El oficialismo ha dicho que es necesario romper las reglas de juego electorales, fijadas por ley, para salir de la crisis. A esta altura del partido, después de tantas roturas de reglas de juego de parte del oficialismo, estamos ante la absoluta convicción de que la única manera de salir de la crisis es recuperar las instituciones y las reglas de juego.
Estamos absolutamente convencidos de que para salir de la crisis hay que hacer lo que decía el padre del progresismo económico, el inglés Keynes, después de la crisis del 30: invertir, invertir e invertir, lo que es muy difícil cuando la gente escapa por miedo a sus gobernantes.
Hay que revertir el miedo para que se invierta el propio patrimonio en emprender una aventura productiva que dé empleo en el país. Ello se logra con reglas claras, dando confianza y garantizando a la gente que el fruto de su trabajo es suyo y no del ex presidente Néstor Kirchner.
Voy a terminar contestando a Néstor Kirchner una pregunta que ha hecho a todos y, especialmente, a nosotros. Kirchner se pregunta por qué le dicen a él que está mal que adelante las elecciones -no sabía que era presidente Néstor Kirchner- y no se lo dicen a Macri cuando hace lo mismo.
Es muy sencillo, señor ex presidente: en un caso, un señor respeta las reglas de juego y cumple con la ley que le indica que tiene que fijar la fecha de las elecciones, y debe tratar que los vecinos que lo votaron discutan sus políticas. En el otro caso el otro señor en lugar de respetar las reglas lo que quiere es violarlas; es decir, cambiar las leyes que están establecidas, y que son reglas de juego, para obtener un beneficio que ha resultado no de interés nacional sino meramente partidario.
Por las razones expuestas, adelanto nuestro voto negativo al proyecto de ley en consideración. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE(FELLNER)
Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba.
SR. AGUAD, OSCAR RAUL (CORDOBA):
Señor presidente: esta noche hemos escuchado casi todos los argumentos.
Hace un tiempo se viene dando en este Parlamento una discusión que es muy importante y que en realidad ha jerarquizado a la Cámara de Diputados de la Nación. Escuché decir por ahí que el debate está garantizado. En este momento, quiero invocar a Ernesto Sanz, presidente del bloque de mi partido en el Senado, quien anoche durante la entrega de premios parlamentarios se refería exactamente a esto: estamos pasando el tiempo discutiendo pero no debatiendo, y creo que tiene razón. El debate exige altitud de miras y posiciones personales.
Una señora diputada dijo hoy que el debate se da en el Parlamento y no con el Ejecutivo. Es cierto, en la medida en que el debate genere cambios en las leyes que se proponen, porque si no se puede cambiar ni una coma no existe debate sino una discusión.
Es necesario que los argentinos nos escuchemos, porque los presidentes de bloque y los legisladores de la oposición representamos a más del 50 por ciento de los argentinos. Es un problema de representación.
También es cierto que en casi todas las provincias y hasta que llegó el presidente Kirchner la regla era que quien gobernaba fijaba la fecha de las elecciones. Se trataba de un acto arbitrario, una mala práctica. Sin embargo, el país evolucionó y Kirchner dictó una regla de juego fundamental.
Cuando hay una elección nacional lo que se discute es el poder; no estamos discutiendo pavadas, estamos discutiendo la distribución del poder. Kirchner fijó una regla de juego que debió ser inalterable, salvo circunstancias excepcionales. A los cinco años su mismo gobierno violó esa ley. Me dicen que es legítimo porque se va a dictar otra norma, pero no tiene legitimidad política ni moral ya que para cambiar una regla de juego hace falta consenso.
Entonces, en primer lugar, no nos gusta que nos atropellen; a los argentinos no les gusta que los atropellen, y desde esta bancada estamos representando a los ciudadanos que no quieren ser atropellados.
Por otro lado, objetamos de falsas las razones que se han dado para esgrimir esta violación de la norma. Voy a decirlo con mucha claridad, porque no sabemos exactamente cuál es la razón o si existe más de una, pero se esgrimieron razones económicas. Expondré los fundamentos por los cuales hay que descartar las razones económicas; es más, el adelantamiento de las elecciones agravará la crisis.
Pensamos que en realidad esto es un atajo por problemas electorales. Esa es una hipótesis de la que se ha hablado todo el día en este recinto. Recuerdo que en la crisis del 30 el país quiso salir adelante con el pacto Roca-Runciman. ¿Cuál es el pacto que se esconde detrás de esta ley que quieren aprobar hoy? ¿No será que el país va a celebrar un pacto con el Fondo Monetario Internacional y se necesita ganar tiempo? En este recinto he dicho que no hay que pagar la deuda sino que hay que renegociarla. Es decir que no me quejo. Para el gobierno sería vergonzante por las cosas que ha dicho del Fondo Monetario Internacional, pero es muy probable que ese pacto se tenga que celebrar después de junio.
¿Será esa la razón? ¿Será la razón electoral o serán ambas las que justifican el cambio de fecha? Sea esa, la otra o las dos juntas, no es el motivo económico.
La señora presidenta dijo expresamente lo siguiente en su discurso: "Sería casi suicida embarcar a la sociedad, de aquí hasta octubre, en una discusión permanente de posicionamientos, cuando el mundo se cae a pedazos y los pedazos de ese mundo se nos pueden caer encima; sería casi suicida."
Entonces, la presidenta dice que el mundo se cae a pedazos, y que tengamos cuidado porque se nos pueden caer encima, con lo cual está diciendo que en la Argentina no hay crisis, que ésta puede llegar a venir y que por lo tanto hay que tomar medidas para evitarlo.
Voy a darle una mala noticia a la presidenta. La crisis está instalada en la Argentina, pero no es una crisis global sino doméstica. Hace más de un año que venimos diciendo esto. Por eso, es necesario el debate, por eso es necesario que nos escuchemos.
Si ustedes leen y releen los discursos que desde esta bancada se han pronunciado hace más de un año, se van a encontrar con las cifras que a continuación voy a citar.
Desde septiembre de 2007 dejó de crecer el empleo en la Argentina, o sea, dejaron de crearse nuevos empleos. Por eso dijimos: luz amarilla en el tablero, hay un dato complicado.
En los tres primeros meses del año cayó la producción industrial en un 8,1 por ciento; bajaron un 20 por ciento las ventas minoristas; en el último trimestre hubo un descenso del 1 por ciento, y esto sigue demoliendo riqueza. Asimismo, la venta de maquinarias agrícolas en el interior del país descendió un 80 por ciento. En febrero se consumió un 25 por ciento menos de energía industrial que el año pasado e igual cantidad de gas industrial. Por eso, no tuvimos que soportar apagones este verano.
Esta es una crisis doméstica. Según la UOM y el SMATA se han perdido 50 mil puestos de trabajo en la Argentina. ¿Y la crisis, señora presidenta? Estamos frente a una crisis local que se va a agravar fuertemente cuando ingresen los aires de la crisis global que van a traer mayor recesión en el consumo y en el aparato productivo del país.
No somos apocalípticos ni tremendistas. Simplemente, es una lectura de la realidad que venimos haciendo desde hace más de un año.
Anoche, en un programa de televisión, una diputada del oficialismo me preguntó si creía que estábamos peor que con Menem. Le contesté que no; peor no. Menem destruyó el aparato productivo de la Argentina. Nos dejó sin industria y sin puestos de trabajo. Este gobierno alentó la producción y la industrialización del país. El tipo de cambio alto mejoró los saldos exportables. Es cierto. Con esa medida junto con los precios internacionales el país creció. Es cierto. También bajaron los índices de pobreza y la desocupación. Mejoraron muchísimos índices en nuestro país.
Mientras eso sucedía, desde esta banca le dijimos: eso es simulado, es un espejismo si no se convierte en desarrollo. ¿Qué haría que el crecimiento se convirtiera en desarrollo? Lo veríamos cuando se detuvieran las causas que alentaron el crecimiento. Ahora nos encontramos en ese gran escenario. Paró el viento a favor. Ya no hay más precios internacionales.
Cambiando de tema, quiero aclarar que ese griterío que se escucha desde afuera es el de la marcha de la seguridad. ¿Saben cuál es la respuesta al
reclamo de seguridad? Recursos económicos. No hay otra manera. Alguien dice que hay que terminar con la exclusión, pero sin recursos económicos nadie termina con la exclusión. Hay que terminar con el narcotráfico, pero sin recursos económicos es imposible. Hay que equipar a la Policía, hay que comprar radares, pero no se puede hacer sin recursos económicos.
Hace falta una decisión. Si el gobierno no está decidido a poner recursos económicos, o no los tiene, no habrá seguridad. No hay magia, está todo inventado.
Se calmó el viento a favor. ¿Cómo verificamos si todo eso se convirtió en desarrollo? El barco tiene que seguir avanzando. La mala noticia es que el barco se detuvo, es decir que el crecimiento no logró convertirse en desarrollo.
La presidenta cambió el discurso productivista del señor ex ministro Fernández por un discurso fiscalista. En los hechos éste es un gobierno que empleó políticas fiscalistas y no políticas productivistas. Si hubiera hecho lo que decía, el barco no se habría detenido, pero se cayeron los precios internacionales y el tipo de cambio se derrumbó por la inflación.
Frente a estas circunstancias muy complicadas, porque además viene la crisis externa, pregunto por qué el adelantamiento de las elecciones va a perjudicar al país. Porque la presidenta, que reconoce que la crisis está instalada y se va a instalar con más agudeza, nos pone a discutir el tema electoral desde mañana, no desde julio, agosto o septiembre.
Desde mañana nosotros vamos a perder la oportunidad de dictar medidas preventivas, de ponernos de acuerdo para paliar la crisis. Desde mañana empezamos la campaña electoral. Esto va a agravar la crisis, ¿y saben cuándo lo van a saber? El 29 de junio, cuando pasen las elecciones.
No quiero pensar lo que puede pasar si al gobierno le va mal en las elecciones o si el ex presidente Kirchner pierde en la provincia de Buenos Aires. El panorama va a ser muy desalentador.
¿Pero por qué se asumen estos riesgos? ¿No es más fácil convocar al país a debatir cómo se sale de la crisis, hacerlo entre todos? Yo vengo proclamando la necesidad de que la presidenta convoque a la unidad nacional.
Muchos me preguntan para qué sirve. Los que preguntan esto creen que la unidad nacional es sentarse a una mesa, tomar café, darse la mano y despedirse con un abrazo. El país tiene enorme cantidad de intereses superpuestos, distintos, enfrentados. La unidad nacional supone un programa, un proyecto que trate de instalar todos esos intereses en beneficio de la Nación.
Los sectores existen y subyacen en el seno de la sociedad. Lo que no debe ser corporativo es el gobierno, que debe tener en la mira el interés de la Nación, el interés superior de la Nación. Para eso hace falta emplazar todos los interese en pugna.
Ese es el arte de la política. La política no es otra cosa que emplazar los distintos intereses que subyacen en la sociedad en beneficio de la Nación. Por eso erramos con el campo. El error de la 125 tiene que ver con la incapacidad de articular los intereses en pugna.
El país se quedó sin actividad económica. Todos estos indicadores que hemos dado y muchos más hablan de una baja en la actividad económica, y esto tiene que ver con decisiones equivocadas y fiscalistas.
Los recursos en manos del Estado no sirven si no son aplicados para apuntalar el sector productivo, que da trabajo y salarios. Y convenzámonos de una vez por todas que el trabajo lo da el sector privado y no el sector público. No sirven los cordones-cunetas ni las alcantarillas, ni los asfaltos; que los hagan los intendentes.
Lo que sirve es apuntalar el crédito, la inversión, la certidumbre, dar certeza al que quiere invertir. El poderoso es el sector privado; el gobierno no tiene recursos económicos para enfrentar la crisis.
Estos son los problemas que tenemos que resolver en el país. Desgraciadamente, estoy convencido de que nosotros vamos a tener un mal escenario después de las elecciones de junio. Ya empezamos a discutir los problemas electorales y nos vamos a olvidar de los problemas del país porque estamos discutiendo poder.
Para terminar, quiero decir que el fracaso de las políticas que hasta ahora se aplicaron se puede resumir diciendo que el gobierno no ha logrado generar la confianza y la certidumbre que la toma de decisiones y las inversiones necesitan. Créame, señor presidente, que este es el punto más flojo del gobierno.
Quiero citar lo que decía hace mucho tiempo Napoleón -un guerrero si los había-, quien textualmente afirmaba: "En política generar confianza es más difícil y más importante que el éxito".
No le quiero desear suerte al gobierno porque sería dejar librado el destino de la patria a un hecho fortuito. Pero pido y ruego que el Creador ilumine a la señora presidenta para que su inteligencia le permita leer la realidad que padecemos y la realidad que se avecina. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE(FELLNER)
Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.
SR. ROSSI, AGUSTIN OSCAR (SANTA FE):
Señor presidente: antes de empezar a hablar del tema en consideración quiero brevemente rendir un homenaje al señor diputado Nieva, quien hoy deja su banca para ocupar un cargo en la Auditoría General de la Nación. Él ha sido un muy buen diputado y seguramente en el nuevo lugar que le toca desempeñar seguirá actuando con las mismas convicciones que supo defender acá. (Aplausos.)
Estamos llegando al final del debate; se han dicho muchísimas cosas, algunas interesantes y destacables y otras me parece que imbuidas de una mirada cortoplacista o más pequeña.
La presidenta de la Nación tomó esta decisión de enviar al Parlamento argentino un proyecto de ley para modificar la fecha de las elecciones nacionales para el año 2009 como un hecho de excepción, por única vez, teniendo en cuenta, como dice en como dice en el mensaje que acompaña el proyecto, fundamentalmente lo que hoy es obvio en todo el mundo.
El mundo vive la crisis económica más importante desde la crisis del 30. Es una crisis de magnitud cuya extensión nosotros no conocemos. No sabemos dónde y cuándo puede terminar. No sólo no lo sabemos nosotros sino que en general los líderes del mundo y los dirigentes que gobiernan los países más importantes tampoco transmiten sensaciones y niveles de certeza.
Por suerte la crisis encontró a la Argentina con una economía fortalecida. Hizo bien la señora presidenta cuando definió aquello del "efecto jazz". Se intentó ridiculizar o subalternizar esa definición, pero la verdad es que de esa manera la señora presidenta encontró la forma de precisar el origen de la crisis.
Tenemos obligación de aportar propuestas para que la crisis afecte lo menos posible a nuestra gente. Pero queda en claro que no nos debemos hacer cargo de su origen, porque él se encuentra en el centro del mundo, es decir, en el centro del poder mundial.
Sabíamos que terminada la primera etapa -la de la crisis financiera- en forma inmediata se iba a iniciar la segunda, que es la recesión económica de los países centrales. También sabíamos que la Argentina se iba a ver afectada por la reducción del intercambio comercial, porque la crisis iba a repercutir en el comercio internacional del que viene participando nuestro país en los últimos cinco años.
La Argentina creció mucho en los últimos años. Algunos dicen que fue gracias al viento de cola, pero lo cierto es que nuestro país lleva creciendo entre ocho y nueve puntos anuales en forma consecutiva en los últimos cinco años.
Ese crecimiento tuvo dos componentes: el externo, por el aumento de las exportaciones, y el interno, por el incremento del mercado interno a partir de un aumento del consumo. Podríamos decir que cada uno de esos componentes incidieron por partes iguales en el crecimiento económico del país.
El gobierno sabía que el comercio internacional se vería afectado por la crisis. Por eso apostó -en mi opinión con absoluta certeza- a seguir desarrollando el mercado interno. Así, todas las medidas económicas adoptadas por el gobierno nacional apuntan a alentar el consumo como una forma de sostenimiento del mercado interno.
Por otro lado, quienes se refirieron al tema de la desocupación aportaron cifras sobre la pérdida de empleo que no me constan. Personalmente, podría aportar los datos de hace dos semanas que maneja el Ministerio de Trabajo de la Nación. En la Argentina hay 35 mil trabajadores a los que el gobierno nacional asiste con 600 pesos por mes para el pago de sus sueldos. Son los trabajadores pertenecientes a las empresas que se incorporaron al programa REPRO -Reconversión Productiva-, por el que el Estado nacional se compromete a aportar recursos propios para pagar el sueldo de los trabajadores. Como contrapartida las empresas no pueden despedir a nadie durante los meses que participan del programa.
Entonces, queda claro que hemos tomado medidas directas para sostener el empleo. Para nosotros el trabajo es el valor más preciado; es el que admite menos discusión. En los últimos años la Argentina ha generado empleo como pocas veces en una etapa histórica. Hablamos de más de 3,3 millones de puestos de trabajo que se generaron en nuestro país.
La verdad es que advertimos el inicio de la crisis, que no es nuestra sino heredada. Frente a ello adoptamos una serie de medidas que nos parecían las más acertadas para el sostenimiento de la economía.
No estamos de acuerdo con la devaluación, porque sabemos que además de generar una transferencia de ingresos de los sectores asalariados al de los exportadores, no resuelve el problema de falta de crecimiento económico. Es mentira que nuestro país no exporta más por el nivel del tipo de cambio; en realidad si se deja de exportar es por la recesión en la que cayeron los países centrales.
Tenemos suerte de que el precio de nuestras principales commodities no bajaron en la misma magnitud que lo hicieron los de otros países. Reitero que nuestros productos industrializados y de valor agregado no tienen problema con el tipo de cambio sino que enfrentan un problema de mercado, porque el mundo está en recesión.
En ese escenario y con la convicción de que a pesar de todo lo que se hizo la crisis empieza a aparecer en la vida cotidiana de los argentinos, la señora presidenta pensó que era absolutamente innecesario, imprudente y poco conveniente que existiera un escenario electoral tan extendido.
Íbamos a tener un escenario electoral no solamente extendido, sino que todos los meses la gente iba a tener que ir a votar. Además de lo que había ocurrido en Catamarca, estaban las elecciones de la provincia de Santa Fe, las elecciones que ya habían sido establecidas por el jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y faltaban fijar las elecciones en la provincia de Corrientes. O sea que de acá a octubre íbamos a tener elecciones todos los meses.
Si alguien considera que ese iba a ser un escenario político apto para que las medidas que pudiera tomar el gobierno ante una situación de crisis tuvieran efectividad y contundencia, la verdad que no nos parecía algo atinado.
Todos sabemos -lo han dicho muchos diputados con total sinceridad- que las elecciones generan tensiones lógicas.
Los dirigentes políticos estamos obligados a reafirmar nuestras propias identidades. La reafirmación de nuestra identidad aumenta las distancias, incrementa las divergencias y esto es lo que en general ocurre en un proceso electoral.
El otro elemento, además de la crisis, fue explicado con mucha claridad y de manera ejemplificadora por el señor diputado Mariano West. No sólo se había establecido una fecha fija para las elecciones nacionales en 2004. La verdad es que el espíritu de la medida -tal como la describieron los medios de comunicación y el señor diputado West- tenía un carácter unificador de las elecciones.
¿Se podía hacer con todas las provincias? No. Sabemos que algunos estados provinciales tienen impedimentos, pero la idea era que no comenzara la campaña electoral en marzo para culminar en octubre. En todo caso, que la campaña electoral comenzara en junio o julio para terminar en octubre. Esto no era posible, porque la mayoría de las elecciones fueron establecidas para el primer semestre del año.
De ahí que nos pareciera absolutamente lógico y racional que la elección nacional también fuera en el primer semestre.
Tenemos en cuenta la situación internacional, que seguramente va a afectar a nuestra economía, porque lo cierto es que vamos a tener un segundo semestre del año con el horizonte electoral despejado.
Todos los que gobernaron saben perfectamente que cuando hay elecciones a veces es difícil resolver las pequeñas cosas. Cuando hay elecciones, no sólo son difíciles los consensos entre los dirigentes y los partidos políticos, sino también entre el gobierno y los sectores sociales. Todo se complica un poco más.
Además, al haber propuesto al Congreso el adelantamiento de las elecciones, logramos mantener el espíritu del acuerdo de 2004.
Para nosotros se trata de una decisión de sentido común, pensada con la mirada puesta en los argentinos. No está hecha a favor ni en contra de nadie. Ciertamente, más allá de las cuestiones especulativas personales, nadie puede decir si el adelantamiento de las elecciones va a favorecer o a desfavorecer al gobierno, o si va a favorecer o desfavorecer a la oposición.
Lo cierto es que la reforma la pensamos porque entendemos, por sobre todas las cosas, que esta crisis -no es la palabra más adecuada, pero no encuentro otra en este momento- por suerte no la generamos nosotros. Tampoco se nos puede imputar. Por ella no se puede hacer responsable al gobierno que se fue ni al que vendrá ni al oficialismo ni a la oposición. Tampoco se puede hacer cargo de ella a ningún sector social.
Es una crisis originada en el centro del mundo, que tiene efectos en todos los países y que la verdad debería encontrar a los argentinos manejando mayores niveles de consenso y de acuerdos, como para tratar que sus efectos no golpeen a los sectores de menores recursos y más desprotegidos de nuestro país.
Eso es lo que buscamos hacer. Lo buscamos con absoluta honestidad. La verdad es que algunas críticas nos parecen desproporcionadas. Tal como he dicho en muchos programas periodísticos, no entiendo el doble estándar de calificación. Es cierto que los gobernadores y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tienen la discrecionalidad que les da una determinada ley. Si quieren terminar con esa discrecionalidad, les sugiero el envío de una iniciativa a la Legislatura porteña a fin de que ésta fije por ley una fecha para todas las elecciones, así como tenemos una fecha para las elecciones nacionales. En todo caso, esa discrecionalidad también podría haber sido utilizada para fijar una fecha de elecciones más cerca de octubre; lo mismo en el caso de otros lugares o jurisdicciones.
Entonces, es absolutamente cierto esto que decimos: lo que es bueno para los otros, ¿por qué es malo para nosotros? Lo que es válido para los otros, ¿por qué no es válido para nosotros?
Quiero aclarar lo siguiente porque, si no, no voy a cumplir con un compromiso que asumí con todos los bloques que nos acompañaron. Es mentira que solamente el bloque del Frente para la Victoria quiere aprobar este proyecto de ley. Hay seis o siete bloques políticos que apoyan esta iniciativa. Pregunto: ¿eso no vale para el consenso? ¿Siempre se recurre a la doble descalificación?
La verdad es que en algún momento aspirábamos a tener un arco de apoyo un poco más amplio; por suerte no me entusiasmé demasiado porque en ese caso me hubiese llevado una sorpresa. Recuerdo cuando nos cargaban con el tema de la mayoría automática; pareciera que ahora existe la minoría automática... (Aplausos.)... y que hay bloques de la oposición que les impiden a sus diputados opinar diferente y votar de la manera en que piensan. Algunos de esos diputados se fueron de este bloque porque se quejaban de que no tenían la suficiente libertad de pensamiento. La verdad es que resulta bastante contradictorio ese tipo de pensamiento, señor presidente. (Aplausos.)
Como decíamos, nosotros venimos a tratar este proyecto de ley porque nos parece conveniente que todo el proceso electoral concluya el primer semestre del año. Creemos que el segundo semestre del año va a tener un clima político y social mucho más tranquilo en la Argentina.
Es mentira que decimos que con el adelantamiento de las elecciones vamos a superar la crisis. No creemos esto. Simplemente, pensamos que este año es conveniente comprimir el proceso electoral.
Por otra parte, hay algunos que hablan de plebiscito. Todos sabemos que el voto que se emite en las elecciones intermedias siempre tiene una mirada de apoyo, de acompañamiento o de condena hacia quienes gestionan, tanto a nivel nacional como provincial. En esto estamos absolutamente de acuerdo, y obviamente en todas las elecciones intermedias a las que nos hemos sometido aspiramos a obtener el voto favorable del conjunto de la sociedad argentina.
Si bien hubo buenos discursos, quiero destacar uno que lamentablemente fue expresado en un momento en el que estábamos unos pocos diputados en el recinto. Me refiero al discurso del señor diputado Delich, quien dijo con mucha claridad que quizás sería bueno que en esta campaña electoral, habida cuenta de que todos reconocemos la existencia de la crisis, empecemos a ver cuáles son las recetas que tiene cada uno para enfrentarla.
Nosotros tenemos una receta: nos alejamos de los ajustes y de la pérdida del empleo, tratamos de preservar fundamentalmente el crecimiento económico, seguimos llevando adelante nuestro plan de obra pública, mantenemos la movilidad jubilatoria y les aumentamos los haberes a los jubilados, no hemos suprimido las paritarias -queremos que las siga habiendo y que los trabajadores tengan el instrumento para luchar por la readecuación de sus salarios, manteniendo así el poder adquisitivo-, seguimos creyendo que el fortalecimiento del mercado interno es una alternativa importante. Asimismo, estamos convencidos de que es fundamental el rol anticíclico del Estado ante una retracción del sector privado, que la obra pública puede mitigar muchísimas cosas que el sector privado no puede resolver y eso es lo que estamos haciendo hoy desde nuestro gobierno humildemente, con muchísimo respeto por todos y con muchísimo trabajo. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE(FELLNER)
Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. LANDAU, JORGE ALBERTO (BUENOS AIRES):
Señor presidente: solicito que se vote en forma conjunta en general y en particular el proyecto en consideración con las modificaciones propuestas en mi discurso como miembro informante que fueron acordadas al elaborar el dictamen de mayoría de la comisión, especialmente con la señora diputada Vilma Ibarra.
En consecuencia, solicito que antes de que se pase a la votación se lea por Secretaría el proyecto con las modificaciones introducidas.
SR. PRESIDENTE(FELLNER)
Si hay asentimiento así se hará.
SR. PRESIDENTE(FELLNER)
En consecuencia, por Secretaría se procederá a la lectura de las modificaciones efectuadas al dictamen de mayoría.
SR.(SECRETARIO (HIDALGO))
El artículo 1° quedaría redactado de la siguiente manera: "Fíjase, por única vez y con carácter excepcional, el día 28 de junio de 2009 como fecha para las elecciones de diputados nacionales para el período 2009-2013 y, en los distritos que corresponda, para las elecciones de senadores de la Nación para el período 2009-2015."
El artículo 5° diría así: "Suspéndese, por única vez, lo dispuesto en el artículo 53 último párrafo del Código Electoral Nacional, aprobado por la ley 19.945 (t.o. por decreto 2.135 del 18 de agosto de 1983) y sus modificatorias, para la elección de diputados y senadores nacionales a celebrarse el 28 de junio de 2009."
En el anexo I, el antepenúltimo cuadro quedaría así: "Límite para la designación de autoridades de mesa" corresponde al plazo "8 de junio de 2009", y la norma aplicable es el artículo 75 del Código Electoral Nacional.
SR. PRESIDENTE(FELLNER)
La Presidencia informa al cuerpo que, tal como lo ha manifestado el señor miembro informante de la comisión, este proyecto requiere una mayoría especial de acuerdo con el artículo 77 de la Constitución Nacional, y que en uso de la facultad reglamentaria del artículo 41 hará uso de su derecho a emitir su voto.
Tiene la palabra el señor diputado por Santiago del Estero.
SR. OLIVA, CRISTIAN RODOLFO (SANTIAGO DEL ESTERO):
Señor presidente: solicito que se proceda a la autorización de las inserciones en el Diario de Sesiones de los discursos de los señores diputados que no pudieron hacer uso de la palabra por haberse cerrado la lista de oradores.
SR. PRESIDENTE(FELLNER)
Si hay asentimiento así se hará.
SR. PRESIDENTE(FELLNER)
Se harán las inserciones solicitadas .
Se va a votar nominalmente en general y en particular el dictamen de mayoría de la Comisión de Asuntos Constitucionales recaído en el proyecto de ley por el cual se fija de modo excepcional la fecha de las elecciones nacionales de diputados y senadores para el próximo 28 de junio de 2009 (expediente 0002-pe-2009).
- Se practica la votación nominal.2009/127OE02_01_R03.pdf
- Conforme al tablero electrónico, sobre 253 señores diputados presentes, 136 han votado por la afirmativa y 109 por la negativa, registrándose además 8 abstenciones.
SR.(SECRETARIO (HIDALGO))
Se han registrado 136 votos por la afirmativa y 109 por la negativa.
- Puestos de pie los señores diputados y el público asistente a las galerías aplauden celebrando la votación afirmativa.
SR. PRESIDENTE(FELLNER)
Queda sancionado el proyecto de ley.
Se comunicará al Honorable Senado.
No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la sesión.