Período:124 Reunion:1 Fecha:08/03/2006 HOMENAJE AL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Corresponde considerar el texto acordado en el proyecto de resolución de la señora diputada Di Tullio y otros señores diputados contenido en el expediente 0298-d-2006, sobre Día Internacional de la Mujer.
Por Secretaría se dará lectura.
SR.(SECRETARIO (HIDALGO))
Dice así:
Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
SRA. DI TULLIO, JULIANA (BUENOS AIRES):
Señora presidenta: seré breve en atención a la cantidad de oradores anotados para rendir este homenaje al Día Internacional de la Mujer.
Realmente, me llena de alegría haber podido consensuar con la casi totalidad de los bloques el texto de un proyecto de resolución destinado no sólo a homenajear a la mujer en su día sino también a dar sentido a las razones por las cuales hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer. En realidad, lo que homenajeamos es la lucha colectiva de las mujeres. Ese es el sentido que nosotros queremos remarcar.
También asumimos el compromiso de seguir debatiendo los temas que quedan pendientes de discusión en este ámbito, en la Cámara de Diputados y Diputadas de la Nación.
Esta mañana asistí al Salón Blanco de la Casa de Gobierno, donde se rindió homenaje por el Día Internacional de la Mujer, y escuché con atención las palabras del señor presidente de la Nación dirigidas a todos los argentinos y argentinas que lo miraban y escuchaban a través de la televisión y de la radio, pero también a los hombres y mujeres que estábamos presentes. Él nos dio el mandato de seguir debatiendo aquellos temas que todavía merecen discusión, que aún continúan en tratamiento y que tenemos que seguir considerando para poder enriquecer la calidad democrática de la Argentina.
Sin duda estos temas presentan diferencias de opinión que debemos respetar, pero sin embargo éste es el ámbito propicio para debatirlas y para profundizar la discusión de aquellas cuestiones que ya se han abordado.
Reconocemos la lucha de miles y miles de mujeres que, a lo largo de todos estos años, han ganado batallas que han fortalecido la democracia y nos han fortalecido a todas nosotras y a todos nosotros, porque la democracia es de todas y de todos.
Todas y todos nos hemos visto fortalecidos por la lucha colectiva de esas mujeres, muchas veces anónimas, como hoy señalara el señor diputado Rossi en el marco del homenaje que nos hiciera el señor presidente de la Cámara a todas las diputadas.
Esa lucha anónima es la de las miles y miles de mujeres que la llevan a cabo todos los días en este país, desde que se levantan hasta que se acuestan. Además, miles y miles de mujeres se bancaron con su cuerpo y su sangre la crisis que hace poco más de cuatro años hemos tenido en nuestro país. Allí también se dirige nuestro homenaje, porque esa lucha se inició colectivamente. Esa es la lucha que nosotros y nosotras queremos homenajear.
Este año queremos recordar y rendir homenaje a las miles y miles de compañeras torturadas y desaparecidas que han tenido como símbolo la lucha colectiva en nuestro país. En realidad no era solamente una lucha que hablaba de una parte de la Nación, sino de una Nación y una Patria mucho más grandes. Muchas de ellas perdieron sus vidas y sus hijos, y no por tener proyectos individuales sino por perseguir proyectos colectivos que incluían a todos y a todas.
En ese sentido queremos rendir homenaje a Azucena Villaflor por su carácter de militante y desaparecida, pero además por su carácter de pionera y fundadora de Madres de Plaza de Mayo. En su nombre rendimos homenaje a todas las madres y abuelas de Plaza de Mayo que han sido símbolo de la lucha contra la dictadura militar más sangrienta que ha tenido nuestro país.
Ese es el sentido de este proyecto de resolución: reconocer que la lucha colectiva de las mujeres, centralmente en la persona de Azucena Villaflor, ha significado para la vida de los argentinos y de las argentinas pensar, sentir y tener la esperanza de vivir en un país mucho mejor. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Tiene la palabra la señora diputada por Santa Fe.
SRA. AUGSBURGER, SILVIA (SANTA FE):
Señora presidenta: el 8 de marzo en nuestro país, y en la mayoría de los países del mundo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer como forma de renovar el compromiso de trabajar por el pleno goce de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales de las mujeres en igualdad de condiciones con los hombres.
Hay una larga historia de avances, de retrocesos, de lucha y de pasión que encierra el camino que muchas mujeres han transitado y transitan en el mundo entero por mejorar su calidad de vida. Es a esas mujeres que han luchado a quienes en el día de hoy queremos rendir homenaje.
Cuando uno ve que dentro de pocos días una mujer va a asumir por primera vez la presidencia de un país hermano, en Chile, y escucha que el gobierno español ha
ingresado a la Legislatura nacional un proyecto sobre la ley de igualdad y ha planteado que es la ley más importante para la vida de España después de la Constitución, y cuando uno está aquí y la Vicepresidencia de esta Cámara es ocupada por una mujer, se da cuenta de cuántas transformaciones se han dado.
Sin embargo, todas esas transformaciones y esos cambios no han alcanzado aquí ni en ningún lugar para erradicar totalmente la discriminación hacia las mujeres.
Todos los 8 de marzo escuchamos frases como "Yo nunca fui discriminada, ¿para qué se conmemora un día especial para la mujer?" A nosotros nos parece que quienes ocupamos espacios de representación, quienes asumimos responsabilidades en el Estado no podemos hacernos los distraídos frente a esos datos estadísticos que se divulgan por los medios de difusión que muestran la discriminación hacia la mujer.
En nuestro país, con niveles educacionales altísimos, las mujeres siguen ganando en promedio el treinta por ciento menos que sus compañeros varones. Cada año la violencia de género se gana una cantidad insoportable de mujeres asesinadas por sus parejas. Las muertes por complicaciones de abortos inseguros son la primer causa de muerte materna en la Argentina, y las responsabilidades familiares son todavía casi una exclusividad de la mayoría de las mujeres de nuestro país.
Tal como al inicio de la sesión reclamaba la señora diputada Marcela Rodríguez con su pedido de preferencia, nosotros pensamos que de algún modo esta Cámara está en deuda con los derechos de las mujeres. Digo esto porque si uno repasa las leyes aprobadas en los últimos años, observa que muy pocas de ellas refieren a garantizar los derechos de las mujeres.
Una de ellas, sancionada en 2002, es sobre el Plan Nacional de Salud Sexual y Reproductiva; en el año 2004 se sancionó la ley llamada de Parto Humanizado, y el año pasado, la Ley de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes.
No ha sido por falta de iniciativas que no se han aprobado leyes en esta Cámara sobre estos temas, ya que hay muchísimas iniciativas de diputados y diputadas de varios bloques que no han alcanzado el consenso o la voluntad suficientes para ser aprobadas. Menciono, por ejemplo, la ratificación del Protocolo de la CEDAW, el Registro Nacional de Deudores Alimentarios Morosos y proyectos que tienden a brindar una mayor equidad en el ámbito laboral y familiar. Estas son unas de las tantas iniciativas que nunca alcanzaron consenso para poder llegar a este recinto.
En este homenaje también queremos reivindicar a un movimiento de mujeres de nuestro país que es sumamente activo, conformado por militantes políticas, gremiales, sindicales y sociales que han mantenido en la agenda pública y en los medios de comunicación estas reivindicaciones por las que luchamos. Nosotros pensamos que las legisladoras y legisladores de esta Cámara debemos escuchar con mucha más fuerza esos reclamos del movimiento de mujeres y plasmarlos en leyes que concreten esos derechos, que no son más que los derechos garantizados en la Constitución, muchos de ellos incluidos en los tratados internacionales que nuestro país ha ratificado, por todo lo cual tenemos la voluntad de conmemorar en este recinto el 8 de marzo.
En este homenaje podríamos enumerar una larga lista de mujeres que se han destacado en la historia de nuestro país por sus acciones, trabajos y lucha por los derechos de las mujeres. Ante esa larga lista, cada una de nosotras y nosotros se sentiría identificado con alguno que
otro nombre en función de su afinidad política, de una reivindicación particular o de una cuestión generacional. Dado que dentro de muy pocos días se cumplirán treinta años del inicio de la noche más larga y trágica de la Argentina, hemos elegido un solo nombre: las Madres de Plaza de Mayo.
Ellas no eligieron ser militantes sociales ni lucharon por una reivindicación de género, pero con su coraje, su fuerza y su perseverancia -y algunas incluso con su vida- demostraron al mundo que la mitad del género humano tiene un potencial enorme pero es discriminado y excluido.
En este homenaje también queremos renovar nuestro compromiso de trabajar por garantizar los derechos humanos tanto de los varones como de las mujeres. La voz fundamental del movimiento de las mujeres reclama derechos humanos para todos y para todas. Esto contribuye a la construcción de una sociedad más justa, que no será posible si se discrimina a las mujeres y no se les dan las mismas posibilidades que al resto. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE(VACA NARVAJA)
Tiene la palabra la señora diputada por Santa Fe.
SRA. TATE, ALICIA ESTER (SANTA FE):
Señora presidenta: pronunciaré unas pocas palabras porque voy a compartir con mi compañera de bancada, la señora diputada por el Chaco, Olinda Montenegro, el tiempo del que dispongo, razón por la cual solicito la inserción del resto de mi discurso en el Diario de Sesiones.
Como cada año, quienes tenemos representación parlamentaria y hacemos uso de la palabra en esta fecha, tal vez por una cómoda tentación recordamos aquellas conquistas que hemos obtenido, y en consecuencia nombramos íconos de la historia argentina pertenecientes a los diferentes partidos políticos.
En este día quiero distinguir muy especialmente a aquellas mujeres que, ya en democracia, marcaron un camino de lucha que empezó a hacer historia. Así, deseo aludir a aquellas mujeres adolescentes que en la provincia de Catamarca iniciaron las marchas del silencio después del crimen de María Soledad Morales, y que de alguna manera terminaron develando el modo en que el poder feudal opera en muchas provincias argentinas.
También debo recordar a aquellas otras mujeres que participaron de las luchas por la memoria y la justicia después de los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA: caras visibles de esas organizaciones que fueron la voz más firme y más intransigente a la hora de enrostrar al poder de turno su responsabilidad en la impunidad en estos atentados.
Tampoco puedo dejar de mencionar -porque distinguen particularmente a mi provincia- a las mujeres agrarias que reemplazaron a sus maridos en las luchas contra los remates impidiendo las ejecuciones y defendiendo la propiedad de la tierra para quien la trabaja.
En casi todos los casos estos procesos permitieron que muchas mujeres -como decía la señora diputada Silvia Augsburger- trascendieran sus terrenos habituales para invadir el espacio público con formas distintas de construcción y de hacer política.
La crisis económica y el flagelo de la desocupación, que fueron la resultante de un modelo neoliberal que imperó en este país, llevaron al crecimiento del protagonismo de las mujeres por la fuerza, entrenadas durante siglos para resistir de distintos modos, no sólo reclamando sus derechos sino además luchando de todas las maneras posibles para potenciar su creatividad y poder llevar un plato de comida a su mesa.
No me voy a extender en demasiadas consideraciones. Aquí se mencionó que a partir de la ley de cupo se avanzó mucho, lo que es verdad. Hoy tenemos una vicepresidenta y también secretarias en los bloques, así como secretarias parlamentarias. No contamos con presidentas, no tenemos las primeras cabezas pero soplan vientos de cambio en Latinoamérica.
Hoy tenemos una muestra de ello en Chile. Nosotros seguiremos avanzando para que esa tenue brisa que hoy se insinúa en la Argentina pueda cobrar la fuerza necesaria para instalar la verdad, no desde el discurso, sino desde los reclamos que hoy hacemos, y muy bien, las mujeres. Además, para que el protocolo facultativo de la CEDAW sea realmente ratificado, para que no sea un discurso renovado cada 8 de marzo por cada uno de los gobernantes de turno que tenemos.
Creo que ese es el mejor homenaje que podemos hacer a las mujeres. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Tiene la palabra la señora diputada por Chaco.
SRA. MONTENEGRO, OLINDA (CHACO):
Señora presidenta: quiero decir a las señoras y señores diputados que los homenajes que estamos escuchando son reales. Quizás la mujer que es poeta, que es científica, que es educadora, que es médica o que es política, necesita que nosotros reconozcamos ese trabajo eficiente a través de todos los tiempos.
Pero también vamos a hacer referencia a la otra mujer, a la que cada uno de nosotros conoce en los rincones de las provincias y que quizás no sepa que hoy es el Día Internacional de la Mujer, y que posiblemente no lo sepa porque nadie se lo recordó en su casa ni tampoco se entiende todavía por qué las mujeres siguen soportando la violencia, la postergación y la marginación en sus propios hogares.
Si nos ponemos a analizar la historia, las mujeres fueron las primeras agricultoras que tuvo el mundo, porque los hombres salían a cazar y a guerrear, y las mujeres se quedaban custodiando las semillas, que eran sagradas pues ellas mismas con sus manos tibias hacían los cántaros para guardarlas. Pero siempre sufrieron la postergación y la marginación.
Obsérvese que en los tiempos de la caza de brujas, hasta se decía que las mujeres eran intermediarias del demonio y por eso las quemaban en las hogueras.
¿Cuánto se tuvo que hacer para que la mujer pudiera ocupar un lugar importante? Fíjense que en Francia Christine de Pizan fue la primera que empezó a decir: eduquemos también a las mujeres, porque si educamos a las mujeres -lo decía en el siglo XV- van a tener las mismas posibilidades que los hombres.
El mismo Rousseau en El Emilio, hablando de la educación, decía que a las niñas había que educarlas para que en primer lugar sean sometidas al padre y en segundo lugar a sus esposos.
¡Cuánto tiempo ha tenido que pasar y cuánto ha tenido que luchar la mujer para ir saliendo de ese sometimiento y poder expresarse, poder trabajar y poder ocupar lugares importantes en el mundo!
Por eso, cuando el presidente de la Nación, días pasados, abrió las sesiones ordinarias aquí en el Congreso
y dijo que este año íbamos a tener una nueva ley de educación, yo lo aplaudí fervientemente y le tomé la palabra, porque creo que eso es lo que están necesitando esas mujeres que todavía están postergadas y olvidadas.
Me parece que es muy importante que nos juntemos todos a intentar lo que ya dijeron muchas diputadas que me precedieron en el uso de la palabra: que las que ya hemos logrado una posición hagamos algo por aquellas mujeres que todavía no la han logrado. Recién entonces vamos a poder festejar realmente el Día Internacional de la Mujer.
Agradezco a los señores diputados varones que se han quedado en el recinto para escuchar este homenaje, aunque hasta ahora no he escuchado a ninguno de ellos rendir el suyo. Sí tengo que decir que ayer a la tarde, cuando todas las señoras diputadas nos reunimos aquí para sacarnos la foto para el diario, no había partidos políticos. Las mujeres estábamos mostrando...
SR. CAMAÑO, EDUARDO OSCAR (BUENOS AIRES):
¿Me permite una interrupción, señora diputada, con el permiso de la Presidencia?
SRA. MONTENEGRO, OLINDA (CHACO):
Sí, señor diputado.
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. CAMAÑO, EDUARDO OSCAR (BUENOS AIRES):
Señora presidenta: creo que en el Día Internacional de la Mujer, el mejor homenaje que puede hacer esta Cámara es votar el proyecto de resolución que ha sido puesto en consideración. Si la señora diputada Montenegro mira el tablero, advertirá que si sigue hablando no lo vamos a poder hacer. Por lo tanto, sugeriría que votemos primero el proyecto de resolución y luego continuemos rindiendo el homenaje correspondiente.
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Si hay asentimiento, así se hará.
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Se va a votar el proyecto de resolución.
SRA. MONTENEGRO, OLINDA (CHACO):
Señora presidenta: yo le concedí una interrupción al señor diputado pero estimo que tengo que terminar con mi exposición.
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Si le parece bien, señora diputada, lo podrá hacer a continuación de la votación.
SRA. MONTENEGRO, OLINDA (CHACO):
De acuerdo, señora presidenta.
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Se va a votar el texto acordado en el proyecto de resolución de la señora diputada Di Tullio y otros.
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Queda sancionado el proyecto de resolución.
Se harán las comunicaciones pertinentes.
Continúa en el uso de la palabra la señora diputada por el Chaco. La Presidencia aclara a la señora diputada que le restan tres minutos.
SRA. MONTENEGRO, OLINDA (CHACO):
Decía que cuando ayer estábamos aquí sentadas las señoras diputadas para sacarnos la foto nos dijeron que era la primera vez en la historia de este Parlamento que había tantas mujeres representando a sus respectivas regiones, y me parece que esto es muy importante para ir logrando que la marginación, la violencia y las postergaciones queden de lado y no tengamos que decir como hace más de cincuenta años decía Simone de Beauvoir: que a las mujeres no se las educa sino que se las oprime y se las somete. Es decir, se les cortan las alas y después todos deploran y se lamentan de que la mujer no pueda volar.
Entonces, señora presidenta, vaya este homenaje a todas las mujeres de nuestro país y del mundo, pero muy especialmente a nuestras mujeres que necesitan una mayor
cuota de educación para lograr mayor identidad, mayor libertad y poder involucrarse en todos los momentos en que tengan que tomar una decisión, para que la mujer sea partícipe en la determinación del camino a seguir. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
SRA. MULLER, MABEL HILDA (BUENOS AIRES):
Señora presidenta: en primer lugar, deseo manifestar que después de la gran cantidad de años que llevo en este Parlamento es la primera vez que me toca hablar en oportunidad en que una mujer esté ejerciendo la Presidencia. Esto me llena de satisfacción, por lo que le hago llegar, señora presidenta, mis más sinceras felicitaciones.
Hoy, conmemoramos el Día Internacional de la Mujer recordando aquel trágico hecho que llevó a que un grupo de mujeres que trabajaban en una fábrica fuesen prendidas fuego por el simple hecho de reclamar sus derechos, ya que eran tratadas en forma desigual y discriminada.
A cien años de aquel hecho luctuoso, estamos en condiciones de decir que en algunos lugares del mundo no ha variado esta situación. Todavía existen actos de discriminación, de violencia y de marginación para con la mujer.
Existe un informe de las Naciones Unidas que dice que existen 1.300 millones de pobres, de los cuales el 70 por ciento son mujeres. También manifiesta el informe que la mayoría de los analfabetos son mujeres.
Debemos decir que en el mundo la mujer ha hecho lo posible por superarse y participar, con el fin de estar en una sociedad más justa y más equitativa, tanto para sus hijos como para las generaciones venideras.
En la República Argentina contamos con mujeres que hicieron historia, participando en instituciones políticas, sociales, económicas y educacionales. Contamos con mujeres que han sido reconocidas por su lucha. Sería muy injusto de nuestra parte si en este reconocimiento que efectuamos a las mujeres que marcaron nuestra historia por su lucha no mencionáramos a Eva Perón. (Aplausos.)
Las mujeres argentinas tuvimos gracias a Eva Perón el reconocimiento cívico; también gracias a Eva Perón tuvimos la posibilidad de elegir y ser elegidas; este Parlamento nacional tuvo la primera tanda de mujeres cuando la mujer votó por primera vez. En este Parlamento estuvieron sentadas veinticinco mujeres. Entonces, ¿cómo no vamos a reconocer a esa mujer que nos dio la posibilidad de luchar?
No solamente estoy hablando de las mujeres políticas, sino de todas las mujeres argentinas: las trabajadoras, las amas de casa, las profesionales y las científicas, que tienen la posibilidad de participar en los distintos acontecimientos que se producen en esta sociedad. Y esto ha sido así porque Eva Perón nos lo permitió.
¡Oh casualidad! Otro gobierno justicialista -el del doctor Menem- promulgó la ley de cupo. Fue así como las mujeres tuvimos la posibilidad de tener mayor representación en esta Cámara.
Debo manifestar que ingresé en esta Cámara en la primera tanda posterior a la promulgación de la ley de cupo. En este recinto éramos treinta y cinco mujeres; antes de esa normativa sólo había doce. ¡Hoy tenemos la suerte de que en la Cámara de Diputados el 33 por ciento de sus representantes sean mujeres, y un 40 por ciento formen parte del Senado de la Nación! (Aplausos.)
Rememorando aquel trágico hecho de Nueva York quiero efectuar un reconocimiento a otra ley que votó este Parlamento nacional. Me estoy refiriendo a la ley de cupo en los sindicatos. Sin duda que este también es un logro.
Debo decirles que en esta lucha no solamente está la lucha de las mujeres políticas. Es la lucha de todas las mujeres argentinas, como las científicas, las profesionales y esa señora del común de nuestro pueblo que sale a la madrugada a trabajar dejando su cría en casa y vuelve muy
tarde a la noche: la anónima que aporta para esta Argentina que pretendemos grande para todos. Vaya también nuestro reconocimiento hacia esas mujeres que viven en el anonimato.
Las mujeres representan un 40 por ciento de la fuerza laboral de nuestro país. Sin embargo, la mujer trabajadora cobra un 34 por ciento menos que el hombre. Por ello es evidente que pese a los logros obtenidos aún nos falta mucho por hacer.
Quienes permanentemente luchamos desde nuestro lugar por lograr espacios de poder y decisión para la mujer debemos bregar para que esto se concrete. Además, un espacio de decisión no debe ser otorgado en forma permisiva o por excepción. Quienes estamos aquí tenemos que tratar de ocupar esos espacios de poder para mejorar la calidad de vida de nuestra gente.
Tengo la firme convicción de que el mensaje que permanentemente nos debe identificar a las mujeres es el de unirnos, organizarnos y participar. Desde los espacios que ya hemos logrado y desde los que aún nos resta adquirir podemos contribuir a conformar un modelo superador de democracia que tenga por objetivos principales una distribución equitativa de la riqueza, un aprovechamiento racional de nuestros recursos naturales, una participación equilibrada del poder y la resolución de las necesidades materiales de la sociedad argentina, con independencia del sexo. Considero que éste debe ser nuestro compromiso, pues hay muchas expectativas puestas en nosotras.
Creo que no debe alegrarnos el hecho de que hoy haya ochenta y cinco diputadas en este cuerpo. Sí debería contentarnos cuando a la finalización de su mandato cada una pueda volver al distrito que representa y explicar lo que votó en este recinto para mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo.
Para finalizar, quiero dar lectura de palabras de esa gran mujer que representa a todas las argentinas en el país y en el exterior, y que a pesar de haber sido escritas cincuenta años atrás tienen una gran actualidad: "Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor numérico e inerte dentro de la sociedad. Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política del destino de su país, que es, en definitiva, el destino de su hogar." Eva Perón. (Aplausos. Varios señores diputados rodean y felicitan a la oradora.)
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
SRA. RODRIGUEZ, MARCELA VIRGINIA (BUENOS AIRES):
Señora presidenta: seré breve pues ya se ha dicho mucho en reconocimiento de las mujeres que han trabajado por los derechos humanos.
Estoy convencida de que debemos efectuar un reconocimiento de nuestros propios incumplimientos y deficiencias en términos de proteger los derechos de las mujeres.
El Congreso de la Nación ha incumplido su obligación constitucional. Tras la reforma constitucional de 1994, el inciso 23 del artículo 75 encomienda al Congreso de la Nación legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, en particular para las mujeres.
De lo que recuerdo, el primer proyecto integral sobre igualdad de oportunidades fue presentado por la señora diputada Carrió en 1996, y si bien fue reiteradamente reproducido nunca ha sido tratado. Lo cierto es que esta obligación no ha sido cumplida. El protocolo facultativo de la CEDAW data de muchos años; sin embargo, tampoco ha sido tarea asumida por este Congreso.
Increíblemente en el año 2006 todavía no tenemos una ley para prevenir y sancionar el acoso sexual. Graves violaciones a los derechos humanos que enfrentan las mujeres, como la violencia en el ámbito familiar, siguen sin tener una respuesta legislativa adecuada. Aunque este Congreso ha aumentado la pena para una serie de delitos, los más graves, de homicidio o lesiones, cometidos contra las mujeres no tienen lugar en el ámbito callejero sino en el hogar, y por manos de conocidos, compañeros, esposos, amantes, concubinos o como quieran llamarles. Sobre este tema no hemos dado ninguna respuesta, salvo pocas excepciones como la reforma del Código Penal en materia de los denigrantemente llamados delitos contra la honestidad y la ley de salud sexual y reproductiva.
Evidentemente, en los últimos años ha habido pocos avances significativos en materia de legislar en relación con la verdadera igualdad de oportunidad de trato de las mujeres. Por lo tanto, más allá de lo que digamos y de lo que podamos señalar todos los 8 de marzo, lo que corresponde es que legisladoras y legisladores cumplamos con nuestra obligación constitucional de sancionar las leyes que sean necesarias.
Ese fue el motivo que nos impulsó a solicitar una serie de preferencias para tratar diversas iniciativas. Seguramente habrá otros proyectos valiosos presentados por otras colegas que también merecen ser considerados por esta Cámara. Que este homenaje no quede en meras palabras vertidas todos los 8 de marzo mientras seguimos incumpliendo con nuestra verdadera función. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Tiene la palabra la señora diputada por Córdoba.
SRA. LEYBA DE MARTI, BEATRIZ (CORDOBA):
Señora presidenta: la señora diputada Müller tenía razón al señalar que seríamos injustos si no reconociéramos la trayectoria y el camino que muchas mujeres supieron abrir para que otras pudieran llegar más fácilmente.
Si bien la ley mal llamada de cupos que permitía la participación de las mujeres en estos recintos se sancionó en la época del presidente Menem, fue un proyecto de dos mujeres radicales: Margarita Malharro de Torres y Florentina Gómez Miranda... (Aplausos.) ...que hoy todavía vive.
Como lo señaló la señora diputada Montenegro, la foto que pudimos tomarnos en el día de ayer no tenía color político. Estas son las verdaderas luchas que nos unen y muestran el camino para que podamos ser más fuertes y cada día más.
Ojalá algún día las mujeres no necesitemos de leyes para poder desempeñarnos en la sociedad, y nos respeten nuestros derechos. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Tiene la palabra la señora diputada por San Luis.
SRA. TORRONTEGUI, MARIA ANGELICA (SAN LUIS):
Señora presidenta: en nombre del interbloque Provincias Unidas quiero expresar nuestro orgullo de que sea una mujer la vicepresidenta 1ª de esta Honorable Cámara. Asimismo, quiero agradecer particularmente al señor presidente, señor diputado Balestrini, quien ha cedido su lugar a fin de que este momento importante de la sesión sea presidido por usted.
Conmemorar el Día Internacional de la Mujer es reconocer la historia de la lucha por nuestros derechos; es entender que en este reclamo que aún necesita oídos atentos y voluntades expresas, está la esencia de nuestro ser, la
inmensa capacidad de amar, y en pos de ese amor a la humanidad toda, el diario hacer de las mujeres para construir un mundo mejor.
En nombre de las mujeres de San Luis, mi querida provincia, a quienes tengo el honor de representar, deseo rendir un homenaje a todas las mujeres argentinas. Por ello me voy a permitir leer de nuestro máximo poeta, el puntano Antonio Esteban Agüero, algunos versos de su poema Digo el llamado.
Se trata de un poema que destaca la formación del ejército libertador del General San Martín en Las Chacras, provincia de San Luis, donde el aporte de los hombres fue muy importante en cantidad y en calidad como soldados.
Estos versos dicen así: "Y hasta había mujeres que llegaban/ con vestidos de pardas estameñas/ al umbral de Dupuy a decirle:/ Vuestra Merced conoce mi pobreza/ Yo no tengo rebaños, ni vacadas,/ ni un anillo de bodas,/ ni siquiera una mula de silla,/ pero tengo este muchacho cuya barba empieza."
Así, las mujeres de mi noble tierra aportaron sus hijos a la Patria. Será por esto que en la sangre llevamos desde nuestra historia la fuerza y el coraje, el trabajo y el talento -cuando la adversidad nos toca-, y, por sobre todo, el amor constante para engrandecer nuestra provincia.
Debo decir con orgullo que las mujeres de San Luis hemos sido siempre reconocidas y valoradas en todos los ámbitos de la vida de nuestra comunidad. Desde la política, a la que abracé desde muy joven, debo destacar que especialmente desde 1983 un hombre puntano se ocupó de ofrecer a las mujeres los espacios más destacados: los lugares de decisión.
Estoy hablando de quien fue cinco veces gobernador de la provincia y ex presidente de los argentinos: el hoy senador nacional Adolfo Rodríguez Saá, quien al conformar sus gabinetes, siendo gobernador, nombró la mayor cantidad de mujeres como ministras, y junto con ellas construyó la grandeza de San Luis.
En mi provincia el aporte de la mujer es respetado y considerado por el hombre con la naturalidad de quien comprende y comparte inteligencia y visiones que se complementan, sin mezquindades ni egoísmos.
De esta manera creemos firmemente que progresan y se engrandecen los pueblos. Como mujer peronista y en nombre de la rama femenina del Partido Justicialista de San Luis, que tuve el honor de presidir como la primera mujer en su historia, rindo homenaje a la gran mujer de la Argentina, nuestra inmortal compañera Evita, por su militancia ejemplar y su generosa entrega.
Convoco humildemente a todas mis compañeras para que sigamos unidas y abrazadas a la pasión revolucionaria de Eva Perón, construyendo la grandeza de nuestra Nación y la felicidad de nuestro pueblo, como nos legara el general Perón. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE(BALESTRINI)
Tiene la palabra la señora diputada por Córdoba.
SRA. MORANDINI, NORMA ELENA (CORDOBA):
Señora presidenta: tal vez porque fuimos educadas para susurrar, tuvimos que levantar la voz y gritar para ser escuchadas. Confío en que hoy, como nos asisten los argumentos, no tendré que levantar demasiado la voz para ser escuchada.
Dicen que los hombres van detrás de tres sonidos: el tintinear de las monedas, el rugido de los aplausos y el gemido de las mujeres. Desde que escuché esta sentencia hace muchísimos años recreo siempre esta pregunta: y las
mujeres, ¿detrás de qué sonidos vamos? Ya nos ganamos nuestro dinero, hemos aprendido a no tener miedo del micrófono y podemos elegir a nuestros hombres o a quienes nos saquen nuestros gemidos. Entonces, ¿cuál es el sonido que seguimos? ¿El llanto de nuestros hijos? La respuesta personal que me he dado es que creo que vamos detrás del sonido que menos ruido hace: el de la libertad. Pero me temo que así como la libertad dinamizó el debate en otros países y democratizó a las sociedades con alegría, en el nuestro no fue la libertad la que nos ha obligado a saltar. Ha sido la tragedia, la de las madres que debieron abandonar el protegido lugar del hogar para ir a la plaza pública e increpar al poder para saber dónde estaban sus hijos.
Dicen que no hay nada más subversivo que una madre que llora a su hijo muerto. Por eso los griegos las escondían. Primero fueron las Madres de Plaza de Mayo y después, como se dijo aquí, fue la madre de María Soledad -quien increpó a un poder de provincia-, la madre del soldado Carrasco -la que en realidad consiguió para todos nuestros jóvenes que cayera la obligatoriedad del servicio militar-, las madres de las víctimas de la policía, las madres del dolor. Siempre es el dolor el que está en la plaza y no la alegría de construir un país democrático en el que nos respetemos todos.
Creo que la vida se ha burlado de mí, porque tengo que reconocer que en su momento me opuse al cupo femenino. Siempre decía y argumentaba: ¿de qué sirve tener el número si van a seguir siendo designadas las amantes, las amigas, las esposas, ese modelo femenino arcaico de la mujer que llega a la política porque un hombre poderoso le dio cabida?
En homenaje a tantísimas mujeres que hay aquí debo reconocer con vergüenza que me equivoqué, que gracias al cupo ha mejorado la calidad de la representación. Me conmueve formar parte de este recinto, donde hay tantas mujeres que han hecho camino para todas nosotras. Podemos reconocernos, como se ha dicho acá, sin otra bandería o partido que el hecho de ser mujeres. Podemos darnos cuenta de que lo que sentimos en forma solitaria nos pasa a todas. Me refiero, por ejemplo, a empezar a preguntarnos si realmente queremos el poder o si la forma en que la mujer debe ejercerlo es como siempre se hizo y como lo padecemos.
Por eso me daría mucho orgullo pertenecer a un Parlamento que efectivamente pueda, mediante nuevas leyes, democratizar la participación femenina, algo que en el mundo democrático desarrollado ya está institucionalizado desde hace muchísimas décadas.
Sin embargo, también confío en que no sea sólo el número el que ponga faldas y mujeres y haga democrático a este Congreso en la apariencia, sino que efectivamente el hecho de que las mujeres estemos en este lugar sirva para cambiar la forma salvaje de hacer política, para que podamos respetarnos, que las mujeres no seamos descalificadas por las apariencias físicas, con todos aquellos estereotipos femeninos que impiden e impidieron a tantas mujeres formar parte del espacio público.
Confío en que podamos instalar una nueva forma de hacer política porque de lo contrario seguiremos siendo nada más que un número.
Si me permiten, como se trata de un homenaje, quiero homenajear en este caso a aquellos hombres que constituyeron la retaguardia de las madres en duelo. Para ellas, el pañuelo blanco; para ellas, el reconocimiento de la sociedad; para ellas, los aplausos en los plató de la televisión. Pero para ellos, los padres -y aquí quiero homenajear al mío-, quedó la bolsa de pan, la retaguardia doméstica. Algunos hombres son patriarcas que sólo ven como mujer a aquella que da los hijos, pero también hay mujeres que dicen que el hombre no llora y que impidieron a tantos
padres asociarse públicamente en el dolor. Y fue por esos padres en la retaguardia que todas las mujeres que homenajeamos hoy aquí han podido ser un ejemplo para nosotras y un ejemplo para el mundo. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Tiene la palabra la señora diputada por la Capital.
SRA. MARINO, ADRIANA DEL CARMEN (SAN JUAN):
Señora presidenta: voy a ser muy breve. Por supuesto adhiero al proyecto presentado por mi compañera de bancada Juliana Di Tullio, pero quiero hacer mínimamente algunas puntualizaciones.
También adhiero al homenaje que hiciera la diputada Tate a la senadora Malharro de Torres y a Florentina Gómez Miranda. Quiero adherir fervientemente a ese homenaje y formular además algunas consideraciones.
Me hice amiga de Florentina Gómez Miranda armando la movilización de las mujeres peronistas aquí enfrente cuando Florentina pedía el tratamiento con preferencia de su proyecto.
Me hice amiga de Florentina Gómez Miranda y de María Teresa Morini cuando fuimos convocadas por el Consejo Nacional de la Mujer, creado durante el gobierno Justicialista, y que fuera presidido por Virginia Franganillo. Todas las mujeres fuimos convocadas.
Acompañé esas iniciativas con fervor, pero tendríamos que reeditar esa capacidad que tuvimos las peronistas de ser muy generosas y apoyar proyectos de amigas y compañeras de otras fuerzas políticas. Tendríamos que reeditar esas épocas en las que poníamos nuestra capacidad de movilización al servicio de todos los proyectos que considerábamos que eran importantes para sumar a la causa del mejoramiento de la condición y la liberación de la mujer.
Recuerdo muy bien cuando el presidente Alfonsín comenzó con charlas y reuniones y las amigas radicales nos convocaban para la reforma constitucional. Las mujeres peronistas volvimos a llenar los salones de esta Cámara para incorporar a esa iniciativa de reforma constitucional los primeros antecedentes. Buscábamos otras Constituciones -como la de Brasil- para introducir modificaciones en nuestra Carga Magna que afortunadamente luego fueron incorporadas en la reforma de 1994.
Tuvimos esa posibilidad, que fue recreada por mujeres de todos los partidos. Por eso rindo homenaje también a Virginia, a las mujeres del Consejo Nacional de la Mujer, a Marcela Durrieu, que después siguió con la aplicación de la ley. Ese es un espíritu que deberíamos ahora poder recrear aquí junto a los varones.
Para terminar debo decir a los compañeros y compañeras que son nuevos que si bien coincido con Marcela Rodríguez en el sentido de que tenemos que pasar a los hechos y no quedarnos solamente en las palabras, en estos años hubo algunos avances. Por ejemplo, obtuvimos dictamen en la Comisión de Legislación del Trabajo en relación con la reforma de la ley de contrato de trabajo para mejorar el sistema de licencia por maternidad para mujeres, haciendo extensivo sus alcances a los hombres.
Fueron el compañero diputado Ubaldini -en ese momento presidente de la Comisión- y el actual diputado Recalde, quienes trabajaron activamente junto a otros legisladores varones para llevar adelante el proyecto de modificación de la ley de contrato de trabajo en relación con la licencia por maternidad, contemplando también la importante misión de la paternidad y la necesidad de licencia que tiene el padre al momento del nacimiento.
Ese es un tema que se puede retomar con su historia y sus antecedentes al igual que otros proyectos, como el vinculado con la ley de educación sexual que obtuvo dictamen en la Comisión de Educación -y se cayó-; no recuerdo si también lo obtuvo en la Comisión de Familia, Mujer y Minoridad.
Tenemos trabajo a medio camino que podemos retomar a la brevedad. El proyecto de reforma de licencias todavía está vigente y espero que entre todos -porque no es un tema fácil- podamos abordarlo y sancionarlo este año en esta Cámara. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Tiene la palabra la señora diputada por Santa Cruz.
SRA. GUTIERREZ, GRACIELA BEATRIZ (SANTA CRUZ):
Señora presidenta: simplemente, deseo solicitar la inserción del texto de mi homenaje, que está dirigido a todas las mujeres de ayer, hoy y mañana, y sobre todo a las legisladoras presentes en este recinto.
SR. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Gracias, señora diputada.
Se autorizan las inserciones solicitadas.
Tiene la palabra la señora diputada por San Juan.
SRA. FERRA DE BARTOL, MARGARITA (SAN JUAN):
Señora presidenta: este homenaje es sobre la conmemoración de un acontecimiento que convirtió al 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer. Además, este homenaje tiene que ver con proyectar la figura de la mujer desde lo cotidiano de la vida familiar, de su vida de trabajo y profesional, tanto en el ámbito público como privado, y también desde lo político, lo social, lo económico y lo religioso.
Con esto queremos significar que en este homenaje también queremos recuperar la tradición de la existencia de la mujer en la historia argentina, como líder en muchas situaciones que tienen que ver con el crecimiento y el progreso de cada día en la construcción de esta sociedad en la que vivimos.
Esta instancia de recuperación de la memoria, esta tradición de la mujer argentina, está enraizada en los acontecimientos que hacen a la vida, a la revolución y a la independencia, y seguramente todas las provincias tenemos nombres que pueden simbolizar esta instancia de heroicidad y de grandeza. A partir del siglo XX comenzamos a instalar todas las luchas reivindicatorias en favor de la mujer.
Como diputada nacional por la provincia de San Juan quiero hacer presente aquí que la mujer sanjuanina votó tempranamente en este siglo XX. Ya lo había hecho en el siglo XIX con la primera Constitución provincial, pero nada más que para las elecciones municipales. Pero en el siglo XX, con la Constitución provincial del año 1927, el voto se hizo universal para hombres y mujeres en igualdad de condiciones.
De más está decir que esto les valió ser objetos de calumnias y de tratos peyorativos. El diario "La Prensa" de Buenos Aires lo dijo con todas las letras: "Lo único que faltaba, las mujeres votando".
Sería ilustrativo recordar los debates de la Legislatura sanjuanina en los cuales los representantes del Partido Socialista, conjuntamente con los representantes de las fuerzas del bloquismo, que respondían a fuerzas de la autonomía provincial, debatieron ampliamente el sentido que tenía la participación de la mujer.
Pero esta reivindicación de la mujer a nivel provincial recién sería consagrada y tendría un sentido de carácter nacional cuando la posibilidad de elegir y ser elegida estuvo contenida en la ley 13.010, inspirada en un proyecto nacional liderado entonces por el general Juan Domingo Perón y por Eva Perón. No de otra manera podríamos comprender que en esa decisión de elegir y ser elegida, tal cual lo decía esa ley, estaba enraizado todo el proyecto nacional de grandeza para el país y de una participación igualitaria para todos.
En una oportunidad, Eva Perón había preguntado a la gente que la acompañaba en su viaje por Europa qué querrían ser en el futuro. Ella contestó en ese diálogo que querría pasar a la historia, y realmente lo hizo.
Pasó a la historia como sólo pueden hacerlo aquellos que renacen en la memoria de cada uno de los protagonistas que viven ese momento. A ella la han mencionado varios de los señores diputados que hicieron uso de la palabra. La figura de Eva Perón ha pasado a la historia a través de las permanencias que la propia historia da a cada contenido nacional, social, popular y revolucionario del que participa la mujer; pero también existe un impulso de cambio toda vez que es necesario optimizar los niveles de calidad de vida de la mujer. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Tiene palabra la señora diputada por La Pampa.
SRA. OSORIO, MARTA LUCIA (LA PAMPA):
Señora presidenta: hoy es el Día Internacional de la Mujer, época ya sembrada por obreras que germinaron en cada una de ellas para ser llevadas a un futuro promisorio, como emblema de holocausto y de redención, de humildad y de grandeza, de sacrificio y de esperanza.
Desde tiempos remotos hay nombres cincelados en el corazón de cada mujer, pertenecientes a distintas épocas. María, madre de Jesús; Magdalena, logrando un mejor mundo para ella. Siempre hubo mujeres puntales, mojones, antorchas. Transportémonos a nuestra historia. Bibiana García, la cacica tehuelche; Micaela Bastidas, sublevando el Alto Perú; Macacha Güemes, luchando incansablemente por la emancipación; de Entre Ríos, Delfina; Evita, de los pobres de Argentina, de América, del mundo; Alicia Moreau de Justo -la silenciosa, la sabia- reivindicando los derechos de la mujer.
En nuestros días, por decisión del presidente de los argentinos, doctor Kirchner, se ha promovido y llevado a cabo la elección de mujeres destacadas por su capacidad y conocimientos en distintos ámbitos institucionales. Las doctoras Elena Highton y Carmen Argibay, miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación; Felisa Miceli, a cargo del Ministerio de Economía; Nilda Garré, titular del Ministerio de Defensa, y hoy estamos gozando en este recinto de una vicepresidenta 1ª de la Cámara de Diputados, la licenciada Vaca Narvaja.
Así, cada una de nosotras somos el cofre de esperanzas y metas, de luchas y logros, que usaremos como herramientas que destruya cerrojos, que corte cadenas, para la redención total de esta aliada de Dios, la mujer.
Este es mi regalo en tu día, mujer; a Eva Perón, y en ella, a todas las mujeres del mundo.
¡Mujer! Yo te saludo / desde todos los vientos /desde todas las olas / desde todas las cumbres / ¡paloma mensajera! / vertiente entre las piedras / el universo todo / te establece, su reina. / Alarido rebelde / que traspase este mundo / masticando injusticias / repartiendo coraje / destruyendo tabúes / ensamblando utopías / con tu pincel de sueños / construyendo paisajes. / Ángel guardián atento, / experta de vallados / dispuesta a asumir roles / que la lucha le pida, / tu férrea voluntad, / velando en la porfía, / de ser luz en tu casa, / y ser faro, en la vida. / Atalaya de todo / y del Señor, aliada, / te admiro en el milagro / de los hijos paridos / por la matriz del cuerpo / o la matriz del alma, / vas llenando tu alforja, / de semillas y trinos. / Conquistadora innata / de mundos percibidos / restaurando la tierra / y regalando cielos /como el árbol das sombra / y en tus ramas, hay nidos, / obrera que incansable / lo vences al olvido. / Mujeres
alcemos la Bandera,/ de la unión entre todas/ de las conquistas viejas / otras lides ganemos/ construyamos futuro/ y mostremos constantes/ ¡que todos podemos!/ Mujer ¡Yo te saludo!/ desde todos los vientos/ desde todas las olas/ desde todos los tiempos./ Este mundo en penumbras/ que tu luz siempre alumbre,/ te saludo mujer/ desde todas las cumbres." (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Tiene la palabra el señor diputado por Corrientes.
SR. GALANTINI, EDUARDO LEONEL (CORRIENTES):
Señora presidenta: en pocas palabras voy a tratar de referirme al motivo del homenaje que está realizando esta Cámara.
Creo que como pocas veces en este recinto la dimensión de las palabras ha sido tan pequeña en cuanto a la grandeza del tema que se trata de homenajear, como es a lo largo de todos los tiempos la lucha que ha venido llevando adelante la mujer para conquistar sus derechos, los derechos cívicos, los derechos de la humanidad y la permanente lucha que todavía vienen realizando las mujeres de nuestra patria y del mundo, cargando esperanzadamente sus hijos al hombro.
En el caso de la Argentina, se trata a veces de la desesperanza del desempleo, cargando a sus hijos en los comedores barriales y en la desesperanza de la violencia.
Las señoras y señores diputados que me precedieron en el uso de la palabra se refirieron a adalides de estas luchas y a militantes consagradas universalmente.
La señora diputada Di Tullio nombra en su proyecto de declaración a cientos de mujeres anónimas que a lo largo de la historia han luchado por sus derechos.
En estos momentos quiero rescatar a dos de esas mujeres anónimas. Se trata de mujeres de mi pueblo, Monte Caseros, en la provincia de Corrientes. Una de ellas es la joven Nilda Rodríguez, nacida el 9 de noviembre de 1955, y que en diciembre de 1973, con medalla de oro, después de haber fundado asociaciones civiles y culturales en Monte Caseros, partió a estudiar medicina a la Universidad de La Plata.
Rápidamente en los claustros universitarios la entusiasmaron las luchas sociales por una patria mejor. Hace pocos días, el 16 de febrero, se cumplieron veintinueve años desde que la vimos por última vez en nuestra ciudad. Nilda tenía menos de ventiún años cuando desapareció y nos dejó a los casereños el ejemplo de sus luchas, una calle con su nombre y la esperanza de seguir luchando por lo que ella creía.
Quiero agregar a otra mujer anónima, también de mi pueblo, que se llamaba Rosa Benavídez, analfabeta, madre de cuatro hijos, enferma, que arrastraba, además de sus hijos, una enfermedad pulmonar crónica.
En algún momento de la vida de Rosa Benavídez también la luz de la esperanza le hizo ver que si ella luchaba por sus derechos tal vez sus hijos iban a tener una vida mejor.
Así fue que empezamos a ver a Rosa Benavídez participar permanentemente de las reuniones de las asociaciones barriales de su pueblo y de las comisiones de la Asociación Cooperadora de la salita de primeros auxilios. Integró el primer curso para madres cuidadoras que el municipio de Monte Caseros ponía como herramienta para muchas mujeres.
Pero el 21 de diciembre de 2001 la incomprensión y el odio de quien hasta ese momento fuera su marido, cansado de no encontrarla nunca en su casa porque ella estaba luchando por sus derechos, hicieron que la encerrara en su casilla con sus cuatro hijos e incendiara la casa. Como resultado de ese hecho, fallecieron Rosa y sus cuatro hijos, el mayor de los cuales tenía sólo 12 años; en ese momento Rosa tenía 29 años.
En estas dos historias trágicas quiero simbolizar el derrotero que a lo largo de la historia vino haciendo la mujer para luchar por sus derechos. Hoy, en mi pueblo, hay una plaza que se llama Rosa Benavídez y una calle que se llama Nilda Rodríguez. Por supuesto que a mí me hubiese gustado mucho más no tener que contar estas historias ni tener una plaza con el nombre de Rosa ni una calle con el nombre de Nilda. Me hubiera gustado tenerlas a ellas para que nos sigan enseñando cómo luchar por la paz y por la igualdad entre el hombre y la mujer. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA(VACA NARVAJA)
Efectivamente, los derechos de las mujeres son un tema para todas y para todos.
De esta manera queda rendido el homenaje de la Honorable Cámara al Día Internacional de la Mujer.
No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la sesión.