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RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO

Comisión Permanente

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Secretario Administrativo DR. SAADE MARTIN OMAR

Jefe SR. OTTONE IGNACIO

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  • RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO

Reunión del día 05/08/2020

- INFORMATIVA

Aquí comienza la desgrabación de la reunión de Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano del 5 de agosto de 2020:
SR. PRESIDENTE GROSSO Buenas tardes a todos y a todas.

Vamos a dar comienzo a esta reunión informativa de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, con un eje que nosotros creemos fundamental: cómo construimos un camino hacia una ley de humedales.

Voy a hacer una breve introducción. Primero, quiero decir que estamos empezando el tratamiento de este tema. La idea es discutir y debatir, de cara a la sociedad, la construcción de una ley de presupuestos mínimos para la protección de humedales en la Argentina.

Esta reunión informativa generó muchas ganas de participar de varios sectores. Hemos tenido más de cien solicitudes de distintas organizaciones de la sociedad civil, organizaciones ambientalistas, organizaciones sociales y organizaciones de productores y productoras para participar. No participarán todas hoy porque sería imposible, pero trataremos de que todos y todas puedan hacer oír su voz en una serie de reuniones informativas.

Quiero decirles también que el contexto en el que iniciamos el tratamiento de esta ley de presupuestos mínimos para la preservación de los humedales está atravesado por los incendios del delta del Paraná, que impactan en una ciudad muy grande de la Argentina, como es Rosario. Hoy por la mañana, casi como una señal de la naturaleza, el viento nos trajo el humo hasta la ciudad de Buenos Aires. De este modo, la ciudad más poblada del país pudo ser testigo del impacto de estas prácticas.

Por otra parte, deseo manifestar que tenemos mucha vocación de diálogo y de acuerdo; entre todos los partidos políticos que tienen representación en esta comisión vamos a trabajar para ponernos de acuerdo en un dictamen. Hay una preocupación que es transversal en la Cámara de Diputados, y la pueden advertir a través de los expedientes que pusimos a la vista en esta comisión. Hay proyectos de todos los partidos políticos que tienen representación en esta comisión. Hay proyectos del PRO, del Frente de Todos, del bloque Justicialista y del socialismo.

Después vamos a contarles un poco más, pero la idea es iniciar este debate tan necesario. Cada día que pasa es un día perdido. Hemos tenido este debate en otras oportunidades en el Congreso de la Nación, y ha sido postergado creo que tres veces; desde 2013 se está debatiendo. Me parece que es una responsabilidad de uno de los poderes del Estado regular y proteger nuestros humedales, porque, desde el año 2013 hasta acá, la situación está cada vez más complicada, y estos ecosistemas cada vez han sido más atacados y depredados.

Para no hacer más extensa esta introducción, primero vamos a empezar con una serie de especialistas propuestos por diputados y diputadas que presentaron proyectos sobre humedales en el Congreso de la Nación. Después, hablarán organizaciones desde Rosario, que también van a darnos su opinión. Finalmente, escucharemos las opiniones o las preguntas de los diputados y las diputadas que participan de esta reunión.

A continuación, vamos a escuchar a los expositores. En primer lugar, tiene la palabra la señora Elba Stancich, quien es asesora en Agua y Ordenamiento Territorial del Círculo de Políticas Ambientales e integra la agrupación Los Verdes y el Foro de Ecología Política. La invitó la diputada Brenda Austin, vicepresidenta de esta comisión y autora de uno de los proyectos en tratamiento.

Aclaro que el término estipulado es de cinco minutos por expositor o expositora.

SRA. STANCICH Buenas tardes.

Celebro mucho este espacio y este nuevo impulso para retomar esta discusión que, como ya dijeron, tiene aproximadamente ocho años en el Congreso Nacional.

Creo que no hace falta hablar de la necesidad de una ley de humedales. Además, considero que los proyectos de ley que se han presentado dan cuenta de la conciencia de los legisladores de que tengamos una ley de este tipo.

En todo este tiempo, ha habido un aprendizaje que creo es muy valioso, y seguramente podrán hacerse aportes que permitirán nutrir la discusión necesaria para sancionar una ley que resulte efectiva, viable y que realmente proteja a los humedales. Por eso, me parece que, más allá de la necesidad, considero que el debate tiene que ser tal para que los congresales puedan lograr una muy buena ley.

Entonces, con respecto a eso, me voy a referir solamente a cinco puntos que considero críticos y que la ley tiene que contener. Por supuesto no son los únicos, quedan un montón de aspectos afuera, pero me voy a referir a estos cinco.

Primer punto: la definición de humedales. Es un aspecto muy importante, porque esto va a incidir en el inventario y no tiene que dejar lugar a ambigüedades. Considero que, en este aspecto, es sensato adoptar la definición que ya fue consensuada para realizar el Inventario Nacional de Humedales, después de un taller en el que participaron expertos de todo el país y, además, fue adoptada por las provincias a través del Consejo Federal de Medio Ambiente -COFEMA-; o sea que aliento a que se tome esa definición.

En este sentido, también es necesario decir que la definición que adoptó la Convención de Ramsar es una enumeración de tipos de humedales y, por eso mismo, no resulta suficiente para conceptualizar estos ecosistemas a los efectos de que la ley sea operativa.

Segundo punto: Inventario Nacional de Humedales. Este es un instrumento técnico, que debe definirse por un acuerdo científico y tiene que estar comandado por la autoridad nacional de aplicación para que realmente sea un inventario de presupuestos mínimos. Después, por supuesto, la Nación acordará con las jurisdicciones quiénes lo hacen, pero la responsabilidad tiene que estar en la Nación.

En los proyectos presentados, el tiempo para realizar el inventario es de dos a cinco años. Nosotros sabemos que ya tenemos un inventario a nivel regional, que no es suficiente para la toma de decisiones, y tenemos, en algunos sitios de la Argentina, algunos inventarios más profundos -como, por ejemplo, en la zona del delta del Paraná-, que tienen mayor detalle.

En este caso, sería deseable acortar el plazo para la realización del inventario el mayor tiempo posible. Incluso, en algunos sitios en los que, a lo mejor, se requiere urgencia, se pueden establecer áreas prioritarias. De hecho, algunos de los proyectos de ley dicen y apuestan a que la autoridad nacional pueda determinar áreas prioritarias para hacer y acelerar el proceso. En el caso de que por alguna situación se tenga que tomar una decisión rápida y haya que llegar a un inventario nivel cuatro, siempre debe ser la autoridad nacional de aplicación la que lo realice. Pienso que este estudio no se puede dejar en manos del proponente de un proyecto, pero sí esto de acelerar los tiempos del inventario, y para eso, por supuesto, se requiere que haya un presupuesto asignado a tal fin.

Tercer punto: ordenamiento territorial. Diría que el ordenamiento territorial es lo medular de esta ley. Es un instrumento de política pública y gestión ambiental, cuyo marco lo tenemos en la Ley General del Ambiente; y una de las cosas que indica esta norma es que este proceso se tiene que dar de manera participativa. Es decir que esto implica que el ordenamiento se tendrá que hacer con la participación de distintos sectores, ya sea académicos, ONG, sectores productivos, comunidades locales y la sociedad civil en general. Además, tiene que ser aprobado por ley. Al ser aprobado por ley por las legislaturas provinciales también garantiza que se dé un debate entre los representantes políticos que están en las legislaturas.

Otro aspecto importante del ordenamiento territorial, que debería contener la ley, es que la norma explícitamente establezca los criterios de sostenibilidad ambiental para realizar dicho ordenamiento y defina criterios para las categorías de conservación y uso. Si esto se deja librado a cada jurisdicción, podemos correr el riesgo de que, quizás, el ordenamiento resulte -entre comillas- desordenado e incoherente. En algunos casos, por ejemplo, un humedal...

SR. PRESIDENTE GROSSO Resta un minuto de su tiempo.

SRA. STANCICH Entonces, continúo rápidamente.

Otro aspecto para destacar está vinculado con una moratoria. La ley debe tener una moratoria de actividades nuevas. O sea, mientras se realizan el inventario y el ordenamiento, es necesaria una moratoria para que no se vaya modificando lo que se está ordenando. Esta es también una manera de agilizar los procesos en cada provincia.

También es cierto que una moratoria de cuatro, cinco o siete años es medio insostenible. Entonces, acá hay que buscar la vuelta -por decirlo de alguna manera- y ser creativos para ver cómo se puede salvar este punto. Por ejemplo, a través de áreas prioritarias, si hay algún proyecto que es muy necesario para alguna jurisdicción -supongamos un acueducto-, ahí puede hacerse una profundización para acelerar los tiempos, con lo que corresponda, por supuesto, en materia de evaluación de impacto ambiental y estratégico, si hiciera falta.

Para terminar, me referiré a los fondos. La condición para la asignación de los fondos a las provincias es que tengan aprobado el ordenamiento territorial por ley. Además, la ley debería definir, de alguna manera, cuáles son los criterios para distribuirlos.

Finalmente, quiero agregar que esta no es una ley antiproducción. Creo que en algunos sectores hay un temor con respecto a eso. Las actividades que actualmente se realizan sobre los humedales se van a seguir haciendo. Lo único que puede suceder es que, quizás, algunas actividades tendrán que adecuarse a los ordenamientos de la ley. Lo que se busca es justamente mantener estos ecosistemas para que nos puedan seguir dando los servicios que tanto benefician a la sociedad.

SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias, Elba Stancich.

Quiero agregar algunas cuestiones que olvidé mencionar. Estas intervenciones están siendo grabadas para después sumar estos argumentos, sistematizarlos y darles vista a todos los diputados y diputadas en el tratamiento de esta ley.

Dije que habrá otras próximas reuniones; la idea es que podamos juntarnos una vez por semana. Quizás la semana que viene o en diez días, depende de cómo sigamos con la organización, podríamos programar una reunión con productores para analizar el tema; después tenemos pensado reunirnos con urbanistas y desarrolladores inmobiliarios, y seguir con las organizaciones de la sociedad civil. La idea es que todos los sectores involucrados en el tema puedan expresarse y que hagamos los encuentros necesarios para que brinden su opinión.

A continuación, tiene la palabra el segundo orador, Aníbal Faccendini, quien es doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales, magíster en Ambiente y Desarrollo Sustentable, y director de la Cátedra del Agua en la Universidad Nacional de Rosario. Fue invitado por el diputado Germán Martínez, autor de un proyecto vinculado con la protección de los humedales en el delta del Paraná.

SR. FACCENDINI Buenas tardes a todos y a todas.

Gracias por esta participación, señor presidente de la comisión, Leonardo Grosso. También agradezco la invitación del señor diputado Germán Martínez.

Creo que es importante recordar que los humedales son bienes comunes. Hablar de los humedales es hablar de agua, que es un elemento vital y esencial, no es un recurso, sino un bien común. Esto último significa que no puede mercantilizarse; es decir, yo, como cualquier persona, puedo vivir sin este celular, pero no sin agua.

Sabemos que los humedales, en las distintas jurisprudencias del mundo, forman parte de lo que podríamos llamar "los nuevos derechos humanos de la tierra", rompiendo con el homocentrismo o el antropocentrismo.

Recordemos que los humedales abarcan cerca del 22 por ciento del territorio nacional, teniendo en su seno el 40 por ciento de la diversidad biológica. Nos parece increíble, pero sabemos que son grandes reguladores de agua para dosificar las inundaciones y como absorbente o esponja del carbono; es decir, los humedales son vida.

Desde la Cátedra del Agua de la Universidad Nacional de Rosario, junto al Centro Interdisciplinario del Agua, en 2008 presentamos ante la Justicia federal el primer reclamo contra la quema de islas. Pasaron doce años y seguimos con los mismos problemas, pero cada vez más acentuados.

Aparte de lo ambiental -porque creemos que lo técnico y lo jurídico forman parte del ambientalismo inclusivo-, creemos que hay cuestiones técnicas y jurídicas que solucionar.

Sabemos que hay una ley de presupuestos mínimos, pero en algunas provincias no se cumple. ¿Qué hacemos con el problema de los humedales, en general, y con los humedales del río Paraná y del delta de Paraná, que son de los cuarenta y cinco millones de argentinas y argentinos?

¿Se podrá lograr, desde el Estado federal, una ley efectiva, práctica y concreta que se pueda llevar a cabo con la unidad de todos y todas, desde la diversidad y generando consensos? Dejo este interrogante porque hay muchos intereses económicos en juego, muchas sospechas y miedo a que alguien pierda su actividad económica.

Hay que ver cómo concretamos una legislación efectiva y práctica que nos permita evitar la quema de pastizales -en este caso, del río Paraná- y lograr un ambiente equilibrado y sustentable.

Hace más de diez años que planteamos a nivel nacional que el tema del agua sea un derecho humano fundamental, un derecho humano ambiental a que no quemen la isla y traten bien a los casi veintitrés humedales que hay en la Argentina.

A partir de nuestra experiencia es que llegamos a una conclusión. Por un lado, que es necesaria una ley de humedales y presupuestos mínimos. Pero no alcanza con eso, porque los argentinos tenemos un sistema federal que nació -como todos sabemos- en 1853. Es un sistema que nació para unirnos, no para desunirnos. La cuestión es ver cómo lograr una ley de presupuestos mínimos, pero también una ley específica de humedales, porque la quema de pastizales en Entre Ríos y la contaminación en el río Paraná afectan a los cuarenta y cinco millones de argentinos de diferentes maneras.

Hay que buscar la unidad ante la diversidad, porque hay mucho para modificar y requiere un gran esfuerzo. Por eso, planteamos la necesidad de ciudadanizar los humedales del río Paraná y del río propiamente dicho. Esto cuenta con antecedentes en distintos lugares del mundo, como Nueva Zelanda y Colombia. En estos países se logró ciudadanizar a la naturaleza para que sea respetada. Por estas razones, planteamos que haya una ley de humedales que represente, en este caso, al río Paraná y al delta del Paraná, dándole personería jurídica.

El tercer punto es cómo lograr que las provincias acepten los planteos. Para eso, necesitamos generar unidad a través de una jurisdicción conjunta sobre los humedales, dado que muchas veces las provincias no ceden porque se sienten afectadas; si no lo hacemos, tendremos muchos obstáculos. Debemos resolver este aspecto de forma práctica. Lo decimos porque desde 2008 estamos haciendo denuncias ante la Justicia federal de Santa Fe, y también de Entre Ríos.

Creemos que a partir de estos tres instrumentos que mencioné: una ley de humedales para lograr la personería jurídica -en este caso, del río Paraná-, una ley de presupuestos mínimos y una jurisdicción conjunta del Estado federal con los estados provinciales, se puede avanzar hacia una ley efectiva y práctica. De esta manera, evitaremos lo que está pasando con la ley de bosques o con la ley de glaciares que, por distintos motivos que escapan a esta audiencia, hoy no se están teniendo en cuenta muchos aspectos.

Por último, el Estado federal y los Estados provinciales deben tener una perspectiva ambiental, porque no la tienen y es lo que necesitamos para ciudadanizar el río Paraná y otras cuestiones vinculadas con la naturaleza y los humedales. Estos debates son muy buenos y los aplaudo, pero es importante ver cómo generar confianza en otros actores que no piensan como nosotros. De eso se trata.

SR. PRESIDENTE GROSSO Tiene la palabra Javier García Espil. Es abogado y docente de la Universidad de Buenos Aires y posee una maestría en Administración y Políticas Públicas de la Universidad de San Andrés. Fue invitado por el diputado Maximiliano Ferraro, autor de uno de los proyectos de ley sobre humedales.

SR. GARCÍA ESPIL Buenas tardes y muchas gracias por la invitación. Celebro que el Congreso de la Nación retome este debate sobre la ley de humedales, porque ya tiene valiosos antecedentes, y es un tema que hoy vuelve a la agenda pública de la mano de los incendios del delta del Paraná, pero tiene profundas implicancias en todo el territorio de la Nación.

Como recién decía Aníbal Faccendini, creo que hay una amplia coincidencia respecto de la importancia de los humedales, tanto por sus contribuciones en los servicios ecosistémicos que prestan, como también por los valores intrínsecos de su biodiversidad. Asimismo, cabe destacar que hay plena consciencia de la situación compleja en la cual están, con tendencias negativas en la pérdida de su extensión y en la degradación de sus características.

Todo esto nos debería motivar a buscar herramientas que puedan promover su conservación para que el uso y manejo de estos ambientes sea responsable y sustentable. En muchos casos, debemos apoyar estrategias de restauración desde una mirada ecosistémica y en el marco de una agenda de derechos.

Para pasar del diagnóstico a la acción, me gustaría detenerme en cuáles son los instrumentos que nos pueden llevar a una situación mejor que la de hoy, teniendo en consideración que contamos con mucha legislación ambiental y experiencia respecto de otros ecosistemas que deberíamos tomar como aprendizaje para avanzar.

Elba Stancich, recién decía que necesitamos una definición clara, precisa y operativa para delinear bien dónde hay humedales y dónde no, pero también para distinguir quiénes son los sujetos y los territorios alcanzados a los cuales se van a aplicar estas previsiones normativas. En base a una propuesta del doctor Neiff, desde 2016 hay un amplio acuerdo, con aval del COFEMA, donde esta definición operativa fue tomada en varios proyectos de ley, incluso el de Maximiliano Ferraro.

También necesitamos una mejor información para aplicar al ordenamiento del territorio y a la gestión ambiental. Por eso, el Inventario Nacional de Humedales no solamente debería promover la investigación, sino también dar insumos para los decisores de todos los días en cada uno de los municipios de este país. El alcance de este estudio debe tener los niveles tres y cuatro, sobre todo en términos de paisajes de humedales para ordenar el territorio, y en términos de unidades de humedales para decidir respecto de actividades y proyectos.

Para hacer esto debemos contar con un plazo razonable: se habla de cinco años. Necesitamos recursos y que la conducción del proceso sea claramente responsabilidad de la máxima autoridad nacional ambiental. No podemos ser ambiguos en quién será el responsable del estudio, porque después va a dificultar la puesta en funcionamiento y los tiempos de ejecución.

Por otro lado, coincido en que el punto central de esta discusión es cómo llevar esa información al ordenamiento territorial. Sabemos que los humedales son ambientes elásticos que cambian su extensión en el tiempo y también están muy conectados con otros ecosistemas, como los bosques, los glaciares -en algunos casos- y demás.

Si bien los esquemas que usamos en otras leyes pueden ser desafiantes, no podemos limitar la ley a meras expresiones de criterios generales o intenciones, sino que necesitamos un instrumento concreto para ordenar y zonificar nuestro territorio. Los esquemas de semaforización pueden ser útiles, pero debemos complementarlos con esquemas, como los de las autoridades de cuencas para atender no solamente los cambios de uso de suelo, sino también las alteraciones en la dinámica del agua, que es una de las variables críticas cuando hablamos de ecosistemas de humedales.

Por otro lado, este ordenamiento debe ser a través de una ley participativa en la que se decida políticamente el perfil de estos territorios y que esté incentivado para que no sea un proceso que nunca llegue a un fin. También es muy importante que esté condicionado el acceso al financiamiento, al momento de contar con la ley de ordenamiento territorial.

En términos de adecuación de las actividades a estas nuevas previsiones, me parece que es sustancial y necesario que seamos muy precavidos con las actividades que se realicen y se habiliten hasta que el inventario y el ordenamiento estén listos, porque estos procesos pueden llevar mucho tiempo. En este punto, necesitamos suplir dos ausencias: la de información del inventario con algún mecanismo progresivo e intermedio, como puede ser un mapeo preliminar, y lo que tiene que ver con la deliberación pública que se ha dado en el ámbito de una ley. En ese sentido, las evaluaciones de impacto ambiental tienen que ser agravadas en términos de la participación social para esa decisión.

Respecto del financiamiento -para no extenderme demasiado-, quiero decir que no se trata solamente de prever recursos y porcentajes, sino también de asignar esos recursos apropiadamente para aplicar la ley, para fortalecer las capacidades locales, pero sobre todo, para incentivar usos del territorio que sean responsables, que puedan ser rentables y que apoyen prácticas productivas alternativas, como la agroecología, que realizan muchas comunidades originarias, campesinas y de pequeños productores. Para eso, los fondos tienen que llegar de un modo ágil y transparente a los destinatarios finales, y no ser simplemente un objeto de negociación política entre la Nación y las provincias.

Para ir cerrando mi exposición, celebro que esta discusión tenga nuevas instancias en las que se involucren las jurisdicciones, los distintos sectores y la ciudadanía. Ya tenemos hoy en la mesa varios proyectos de ley y también tenemos en los organismos técnicos del Estado, en las organizaciones de la sociedad civil y en las instituciones universitarias y científicas, valiosísimos antecedentes; sobre todo, contamos con una ciudadanía que está esperando respuestas concretas.

Esperamos que esta sea la oportunidad de conseguir una ley, pero que no sea cualquier ley, sino que nos permita un manejo responsable de estos ambientes, apoyando y promoviendo alternativas de desarrollo que tengan en cuenta las limitaciones y la situación crítica que hay a nivel ecológico y climático.

Esperamos que los diputados y las diputadas puedan tomar estos antecedentes, construir acuerdos, y que esta discusión se dé en un tiempo corto, porque la hora de actuar es inmediata. Muchas gracias y quedo a disposición por cualquier consulta.

SR. PRESIDENTE GROSSO Tiene la palabra César Mackler, ingeniero químico, docente de la UTN y de la Universidad Nacional de Rosario. Fue invitado por el diputado Enrique Estévez, autor de uno de los proyectos de ley.

SR. MACKER Buenas tardes y gracias por la invitación.

En algún momento fui representante del comité de alto nivel del Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná o PIECAS-DP.

Hace muchos años también fui representante de la municipalidad de Rosario en la comisión de evaluación de seguimiento del impacto ambiental de la traza Rosario-Victoria. De modo que tendría mucho para hablar de este tema, pero en función del tiempo de que dispongo, voy a dedicarme específicamente al proyecto de ley del diputado Estévez.

En este sentido, para comenzar debemos tener en cuenta que son los recursos naturales los que determinan las potencialidades, pero también, las limitaciones del desarrollo productivo de una región.

Y con respecto a los humedales en particular, es básico tener en cuenta un marco nacional que contemple, por un lado, la continuidad de la prestación de los servicios ecosistémicos de los humedales; por otro lado, la no interferencia en su dinámica hídrica y por otra parte, que las actividades económicas y productivas se adapten a estos ecosistemas y no viceversa.

No debemos modificar estas áreas importantes, proveedoras de tantos servicios ambientales, en función de políticas, planes, programas y proyectos que son diseñados sin tener en cuenta las características del sitio y que proponen modificarlo para su concreción.

Este proyecto de ley que estamos presentando, establece los presupuestos mínimos para la conservación, protección, restauración ecológica y uso racional y sostenible de los humedales y de los bienes y servicios ecosistémicos que estos brindan a la sociedad.

Esta iniciativa fue concebida y elaborada teniendo en cuenta una matriz de marco lógico, a partir de una definición que, si bien resulta congruente con los lineamientos establecidos en el artículo 1° de la ley de Ramsar, y con las definiciones que nombraban Elba Stancich y el doctor, se completa a partir de los conceptos de la economía del paisaje con el objeto de poder establecer parámetros más palpables y, sobre todo, mensurables a la hora de la protección y la utilización racional y sostenible.

Por otra parte, a partir de esta definición de matriz de marco lógico se generaron los objetivos, y de allí, las actividades, mandatos, metas y el nivel de autoridad -nacional o provincial- comprometido para alcanzar los objetivos.

La definición la voy a leer porque, desde nuestro punto de vista es importante: "Entiéndase por humedales a todos aquellos espacios territoriales en los que el agua superficial, o subterránea, de forma permanente, o transitoria, dulce, salada o salubre, se constituye en el principal agente modelador del paisaje, conformando ecosistemas, o mosaicos de ecosistemas, con flujos biogeoquímicos, cuyos rasgos distintivos son la presencia de suelos hídricos, o sustratos con rasgos de hidromorfismo y con una biota adaptada a estas condiciones, comúnmente con plantas hidrófitas; conformando un sistema que expresa una mayor afinidad entre sus componentes ecosistémicos que con cualquiera de las unidades territoriales vecinas o adyacentes.

"Son ecosistemas, o mosaicos de ecosistemas que pueden atravesar cambios espacio-temporales, formas, dimensiones, por inundaciones o por sequías, sin que tales factores modifiquen su condición de humedal."

Respecto de la autoridad de aplicación, la misma está conformada en base a un criterio federal con dos escalas de responsabilidad: una nacional, de coordinación y asistencia, que será el organismo de mayor nivel jerárquico con competencia ambiental a nivel nacional, y otra local, provincial, que implementa y ejecuta.

Este proyecto busca fomentar que, en toda actuación de las autoridades de aplicación, se garantice, por un lado, el principio de igualdad y de no discriminación, con perspectiva de género.

En segundo lugar, la transparencia y la rendición de cuentas. Y en tercer lugar, la máxima publicidad en el acceso a la información y la participación.

Respecto del inventario de humedales, se crea el inventario que identifica los humedales en todo el territorio de la Nación con toda la información necesaria para la protección, el control y monitoreo. Para su elaboración se deberá tener en cuenta, en primer lugar, un método en común, una base metodológica en común en la cual se contemplen, al menos, cuatro escalas espaciales o niveles. Un nivel uno de regiones de humedales, un nivel dos, de sistema de paisajes de humedales, un nivel tres, de unidades de paisajes de humedales y un nivel cuatro de unidades de humedal.

En segundo lugar, el plazo. El inventario deberá estar finalizado en un plazo no mayor a tres años. Las características del inventario incluirán a todos los factores que sean relevantes para identificar los parámetros ecosistémicos requeridos para establecer los mecanismos institucionales que garanticen el cumplimiento de los objetivos de la ley.

En cuarto lugar, el mecanismo de participación.

SR. PRESIDENTE GROSSO Le resta un minuto.

SR. MACKLER De acuerdo, señor presidente.

En quinto lugar, la publicación, tanto del proceso de elaboración como del inventario, deberá estar disponible en el portal nacional de datos abiertos.

En sexto lugar -este punto es importante-, se crea un registro preliminar a los fines de agilizar el proceso participativo en la fase inicial del inventario. Cualquier persona podrá ingresar información de su conocimiento respecto de humedales y los datos que permitan a las autoridades de aplicación su identificación para ser evaluados y determinar la pertinencia o no a fin de ser incorporado al inventario.

En séptimo lugar, la autoridad de aplicación deberá realizar la actualización de cada jurisdicción cada siete años.

Respecto del ordenamiento territorial de humedales, deberá realizarse en un plazo máximo de dos años a partir de la finalización del inventario. Voy a extenderme un minuto más.

Los criterios de ordenamiento se articularán en orden a lo que establece el concepto de la ecología del paisaje, en concordancia con el enfoque ecosistémico y el manejo integrado de las cuencas hídricas y los principios definidos por la Ley General del Ambiente.

En relación con la evaluación ambiental estratégica y con la evaluación de impacto ambiental -que responde a lo que decía Elba Stancich sobre la moratoria-, a partir de la sanción de la presente ley, la autoridad de aplicación competente deberá asegurar la realización obligatoria de la evaluación de impacto ambiental, o evaluación ambiental estratégica, según corresponda, para cualquier política, plan, programa, proyecto o actividad en humedales, considerando efectos acumulativos, sinérgicos y principios de la política ambiental para ofrecer protección durante el período de cinco años, los tres años que dura el inventario y los dos años que dura el ordenamiento territorial.

Por otro lado, determina prohibiciones en toda intervención del ecosistema -ya finalizo- que solamente puedan ser aprobadas mediante una evaluación de impacto ambiental, es decir, una evaluación ambiental. Por ejemplo, la prohibición del uso del fuego, el desmonte, las prácticas que impiden el escurrimiento, etcétera.

Luego habla de la restauración de un proceso participativo para el seguimiento y la evaluación de conservación de humedales y del Fondo Nacional de Humedales. Perdón por la extensión.

SR. PRESIDENTE GROSSO Todos los participantes que hicieron uso de la palabra, si desean pueden enviarnos sus presentaciones para sumarlas al registro de sus intervenciones. Este material se lo haremos llegar a todos los diputados y las diputadas de la comisión, y a quienes lo soliciten.

Para cerrar esta parte correspondiente a los especialistas, cederé la palabra a Julián Monkes, ambientólogo de la Universidad Nacional de Buenos Aires, quien tiene una maestría en Desarrollo Rural, es docente de la Facultad de Agronomía de la UBA, y lo invité personalmente, ya que soy autor de uno de los proyectos de ley de presupuestos mínimos para la protección de humadales.

Tiene la palabra Julián Monkes.

SR. MONKES ¿Se me escucha bien?

SR. PRESIDENTE GROSSO Perfecto.

SR. MONKES En primer lugar, buenas tardes a "todes". Quiero agradecer la invitación para hablar de este tema tan sensible, importante y urgente. Celebro que desde la presidencia de la comisión se abran estas instancias de debate amplio.

Tengo la suerte de ser el último orador y eso me evita entrar en grandes discusiones porque, por suerte, hay un gran nivel de consenso en varios puntos de los diferentes proyectos de ley.

En mi breve intervención me gustaría hacer hincapié sobre algunos elementos que me parece importante destacar. Fundamentalmente, quiero plantear ciertos puntos para abrir un diálogo y construir una ley que realmente sea intersectorial y federal.

Digo esto porque entiendo la ley como un instrumento, como un producto, pero también como un proceso. En primer lugar, cualquier instrumento obviamente no va a salvarnos instantáneamente ni apagará los incendios de forma automática, pero, sin dudas, podrá contribuir a que esta problemática no vuelva a suceder.

Ahora bien, me parece que es importante entender la ley como un proceso, porque justamente, es ese proceso de discusión abierta con otros sectores de la sociedad civil el que nos permite construir una norma que represente al bien común y no únicamente una posición corporativa, propia desde el ambientalismo.

Esto toma aún más importancia cuando hablamos de una ley de presupuestos mínimos para la protección de humedales, ya que nos estamos refiriendo a un cuarto del territorio nacional y también, a sistemas que son muy heterogéneos biológica, biofísica y culturalmente, tal como se ha comentado. Esa especificación, a excepción del proyecto de ley presentado por el diputado Grosso, no la vi tan explícita. Me parece que hay que rescatar esa diversidad.

Así como esa diversidad es importante, también implica o abre la posibilidad de que exista una diversidad de problemas ambientales y de lobbies que operan. Me refiero a la explotación de las turberas en Tierra del Fuego; a la minería en los salares de altura, en Jujuy; a la forestoindustria, en el NEA y también al avance de los emprendimientos inmobiliarios, tanto en Buenos Aires como recientemente en Tigre y Berazategui, y también en los mallines patagónicos.

Entonces, si bien hoy en día el delta del Paraná es el disparador, es decir el tema que ocupa la agenda mediática, es solo la punta del icerberg de esta discusión.

En cuanto a la letra en sí, obviamente no voy a profundizar en cada proyecto por el tiempo acotado del que dispongo, pero sí quiero destacar algunos puntos generales.

En primer lugar, aplaudo enormemente el enfoque basado en la ecología del paisaje. Me parece que la idea del manejo integrado de cuencas es innovadora y distinta a la de los proyectos que se venían presentando años anteriores. También, considero muy valiosa la idea de los cuatro niveles, que se observa en varios proyectos de ley y surgió del inventario nacional que construyeron los investigadores de la UNSAM.

También hay que entender que llegar hasta el nivel tres, si bien te permite normar, hay que considerar que para el cuarto nivel -como ya implica un plazo de hasta veinte años, que es el que nos puede llevar la confección del inventario- sí hay que hacer una evaluación de impacto ambiental por cada sitio específico de humedal.

También cabe destacar que la mayoría de los proyectos de ley se abrieron a utilizar la definición más operativa de los humedales, esa distinción de la ley de Ramsar, que a veces puede ser muy abstracta.

Asimismo, me parece central algunos puntos planteados respecto de cómo armonizar el inventario nacional con los ordenamientos provinciales. Creo que ese es el talón de Aquiles de todos los proyectos de ley de presupuestos mínimos.

Dado que según el artículo 124, el ordenamiento tiene que ser a nivel provincial ¿cómo podríamos pensar un inventario nacional que sea representativo de las provincias? Aquí estoy pensando en la articulación de instituciones como el COFEMA y el INTA, que tienen gran desarrollo territorial.

Por último, quiero destacar los aspectos referidos a los fondos. Los recursos para una ley de este tipo no pueden auto sustentar el programa de conservación, el seguimiento y el mapeo. Justamente, este fondo también tiene que ser un incentivo para promover esas prácticas y formas productivas que "nosotres" creemos que son importantes de llevar a cabo en los humedales.

Esta cuestión fue central en la Ley de Presupuestos Mínimos para la Protección de Bosques Nativos como forma de evidenciar que la política de conservación no entra en contradicción con toda política productiva, solo con aquellas que no se hacen en el marco de la sustentabilidad.

En línea con este aspecto -para ir cerrando y no extenderme tanto-, quiero creer que el objetivo de estas leyes que se vienen presentando no es que se preserve este veinte por ciento del país, que no se haga nada y se construyan desiertos productivos -como ya vienen planteando algunos sectores concentrados del agro-, sino conservar algunas áreas sensibles, pero, sobre todo, planificar la producción en el resto de los territorios de humedales en base al criterio de las funciones ecosistémicas y también a las prácticas y las pautas culturales y productivas de cada zona.

Para hacer eso -insisto con lo que dije al principio-, el eje central radica más en este proceso de construcción de la norma que en la letra fina. Porque este proceso es lo que nos permite abrir un diálogo intersectorial y federal. A nuestro criterio, más allá de que la ley sea perfecta o no -entre comillas- ¿de qué nos sirve, desde nuestro punto de vista, si después no vamos a contar con el apoyo de los actores en el territorio para que se cumpla?

No voy a entrar en toda la cuestión de la quema de Entre Ríos; solamente quiero matizar algunos puntos que se plantearon en la agenda mediática.

Me parece que la práctica del fuego en sí misma, e incluso la ganadería, se ha demonizado demasiado. Considero que más de discutir qué se hace, o la actividad en sí misma, debemos discutir cómo se hace y para qué se hace.

SR. PRESIDENTE GROSSO Le resta un minuto.

SR. MONKES Bien. Decía que justamente estas prácticas deberían estar fuertemente controladas y planificadas en función del bien común y no de la apropiación de los beneficios de unos pocos.

Para cerrar definitivamente, me quiero concentrar en este punto: debemos tener mucho cuidado con agrupar a todo el sector del agro, o a todos los productores, en una misma bolsa. Estoy convencido de que la mayoría de los incendios que estamos sufriendo no fue impulsada por la gente que vive y habita en el humedal. Cualquier persona que produzca y viva en ese sistema de humedal, entiende que estamos en época de seca, que este es un año con una bajante histórica y no actuaría en función de eso, porque estaría poniendo en riesgo su propia vida.

Entonces, me parece que hay que entender que los ecosistemas de humedales son muy heterogéneos, ecológica y culturalmente, y hay que tener en consideración esa heterogeneidad cultural. De manera que es importante complejizar esta mirada para analizar la heterogeneidad de los humedales, y eso puede ser central para esta discusión. Si no, corremos el riesgo de caer en la idea de que la producción, en términos amplios, es el problema, cuando en realidad se trata de que está al servicio de la reproducción de las ganancias y no de la reproducción de la vida.

En síntesis, creo que debemos correr esa línea divisoria y ser muy claros y tajantes; la línea que debería estructurar esta ley de humedales para que interpele a la sociedad toda, y no solo al ambientalismo, radica en comprender que los impactos sobre los humedales caen en los actores más vulnerables de nuestra sociedad.

Entonces, me parece que también tenemos que salir de esos lugares cómodos en los que nos concentramos en procurar la conservación y la defensa corporativa del ambiente y avanzar hacia un ambientalismo de Estado que pueda discutir el modelo productivo, la generación y la distribución de la riqueza, el uso y la protección de nuestros bienes comunes e, incluso, la distribución demográfica porque, insisto, estos humedales representan un cuarto del país.

Lo que suceda con esta ley es muy sensible para la gente que hoy habita los humedales y también para aquellos que están hacinados en las ciudades.

Creo que hoy estamos en ese camino. Celebro esta instancia. Obviamente, es un camino lleno de contradicciones y dificultades, pero me parece que desde aquí podemos construir no sólo el cambio del modelo productivo que soñamos sino también el que necesitamos para salir de esta crisis civilizatoria que estamos viviendo.

Agradezco nuevamente la invitación y les hago saber que quedo a su servicio para cualquier otra instancia de debate sobre esta temática.

SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias, Julián Monkes.

Desde Rosario hará uso de la palabra María Eugenia Schmuck, presidenta del Concejo Municipal de Rosario, quien muy gentilmente abrió las puertas de esa casa legislativa para dar lugar a las organizaciones de la sociedad civil que vienen movilizándose y organizándose en defensa de los humedales, denunciando las quemas que vimos estos meses en los medios de comunicación.

Queríamos hacer esta primera reunión informativa con los especialistas y las especialistas, pero también escuchando las voces de la sociedad civil y de las organizaciones que pelean todos los días para poder construir una mirada sustentable ambientalmente del desarrollo que tiene que encarar la Argentina.

Tiene la palabra la señora María Eugenia Schmuck; asimismo, se encuentra presente el concejal Eduardo Toniolli.



SRA. SCHMUCK En primer lugar, quiero agradecer al presidente de la comisión, Leonardo Grosso, y al concejal Toniolli por hacer posible este encuentro.

Asimismo, quiero agradecer a los referentes de las distintas organizaciones de la sociedad civil aquí presentes, quienes van a exponer su opinión en la temática; a los concejales y concejalas de distintos bloques que nos acompañan hoy en el recinto y, por supuesto, a los diputados y las diputadas nacionales por permitirnos establecer este diálogo.

Me quiero presentar. Como dijo Leonardo Grosso, soy María Eugenia Schmuck, actual presidenta del Concejo Municipal de Rosario. Para nosotros es de vital importancia contar con este espacio, porque desde fines de febrero estamos viviendo una situación muy particular. Me refiero a la quema indiscriminada de las islas. Aproximadamente, un tercio de la ciudad de Rosario es el territorio que ha sido devastado, más lo que eso significa para la flora y la fauna de estos humedales del Paraná.

Hace una semana tuvo lugar una convocatoria masiva aquí en el concejo. Recibimos a varias organizaciones que están nucleadas -como bien se dijo aquí- en la multisectorial por una ley de humedales. A partir de entonces decidimos realizar una sesión en las islas, la cual tendrá lugar el día de mañana si el clima lo permite. Será en el territorio santafesino del Nuevo Rosario, en la escuela "Marcos Sastre".

Es decir que el concejo municipal decidió por unanimidad sesionar mañana allí. Uno de nuestros objetivos era poner en agenda nacional la discusión sobre los humedales, pero como ustedes se nos adelantaron -lo que es buenísimo- mañana vamos a utilizar ese espacio para generar un documento a partir de la versión taquigráfica de esta reunión y de todas las opiniones de las fuerzas políticas que componen la ciudad de Rosario sobre los distintos proyectos que tienen tratamiento legislativo en este momento en el Congreso Nacional. Ustedes podrán utilizar este documento como insumo para esta discusión.

No solamente es simbólicamente interesante que todas las fuerzas políticas nos movamos a esa isla de nuestro territorio para visibilizar este conflicto, sino que también los vecinos y las vecinas de la ciudad de Rosario reclaman que nos pongamos en la cabeza de esta demanda para discutir sobre lo que muchos de nosotros creemos: que estamos en una emergencia ambiental en la zona.

Pienso que puede ser interesante que ustedes tengan como insumo para su discusión -la cual seguramente durará varias reuniones- lo que nosotros discutamos mañana sobre las posiciones y las manifestaciones políticas de cada una de las fuerzas que componen la ciudad respecto de los proyectos en tratamiento.

Simplemente, quiero darles las gracias en nombre de todas y todos. Realmente es inédito que se le brinde a un concejo local este espacio en la Cámara de Diputados; por lo tanto, agradecemos doblemente.

SR. PRESIDENTE GROSSO Gracias, María Eugenia.

Tiene la palabra el concejal Toniolli, quien -entiendo- nos ayudará con los siguientes oradores.

SR. TONIOLLI Gracias, Leo.

Como dijo la presidenta del Concejo, para nosotros y nosotras, es decir, para todos los compañeros y las compañeras legisladores locales y también provinciales -porque aquí está Lucila De Ponti- este espacio es importantísimo porque permite que, de alguna manera, los rosarinos y las rosarinas podamos formar parte de este debate público nacional. Además, entiendo que también harán uso de la palabra legisladores nacionales de distintos partidos políticos.

Hoy están aquí representadas las distintas fuerzas políticas, al igual que sucederá en la sesión de mañana. Pero lo más importante -y por eso tengo el micrófono conmigo- es que harán uso de la palabra representantes de distintas organizaciones de la sociedad civil, de esa enorme movilización ciudadana que -en algunos casos desde hace mucho tiempo y en otros desde hace menos tiempo pero con mucha fuerza- viene intentando poner en agenda esta problemática y la necesidad de la sanción de una ley de humedales.

Yo los iré presentando. La primera intervención será doble; harán uso de la palabra Julieta Bernabé y Fabián Coppiz, quienes integran la multisectorial por la ley de humedales.

Tiene la palabra el señor Fabián Coppiz.

SR. COPPIZ Quiero agradecer al Concejo Municipal de Rosario y a Leonardo por esta invitación.

Venimos en representación de la multisectorial por la ley de humedales. Rápidamente quiero decir que hemos venido como oyentes porque todavía, quizás, no tenemos mucho para expresar ni una voz unificada. Nos estamos organizando.

Esta multisectorial nace a partir de varios reclamos que tuvieron lugar en la ciudad de Rosario. Se armó un abrazo simbólico al río (inaudible) y varias manifestaciones sobre La Florida. La realidad es que como operativamente no pudimos solucionar esto, tres sábados atrás llegamos al corte de puente.

Quiero decirles que hoy venimos como oyentes para trasladar lo que surja de esta reunión a las asambleas que se están dando los sábados en el corte de puente. Si las quieren escuchar, pueden hacerlo en una página web de Rosario en la que se publican todas las voces de las asambleas.

Básicamente quería decir esto. Ahora, continuará exponiendo Julieta Bernabé.

SRA. BERNABÉ Buenas tardes. Hace más o menos tres semanas que trabajo con la multisectorial, pero hace dos años que como ciudadana (inaudible) por este tema de las quemas en las islas. Sinceramente hay que vivirlo para entenderlo. Siempre lo digo.

Tenés que estar en tu casa... (inaudible).

SR. FERNÁNDEZ (E.) Señor presidente: ¿puede pedir que arreglen el sonido así podemos escuchar a los oradores?

SR. PRESIDENTE GROSSO Sí, estamos en eso. Quizás si hablan más cerca del micrófono se escuche mejor.

SRA. BERNABÉ Voy a empezar de nuevo.

Buenas tardes. Mi nombre es Julieta. Hace tres semanas empecé a trabajar con la multisectorial pero hace más de dos años que vengo trabajando en forma independiente, tratando de visibilizar lo que sentimos como ciudadanos en relación con esta temática.

Hace dos años creé una petición pidiendo el fin de las quemas, que fue firmada por más de 90 mil personas. Sumado a esto, he asistido a la Comisión de Ecología y he realizado un relevamiento de salud en la segunda quincena de julio al que contestaron novecientas personas; los resultados fueron realmente espantosos.

La cantidad de problemas de salud que tiene la gente encierra un testimonio de la muerte. Presentan problemas respiratorios, dermatológicos, gastrointestinales, cardíacos y cuestiones anímicas como ataques de pánico. Hay que vivir y hay que estar allí para poder entender lo que nos pasa.

Hoy hablaron de la escuela. Tengo un apego muy grande por la isla, un poco por esto y otro poco por un proyecto. Mi abuelo fue fundador de la escuela "Marcos Sastre" (inaudible) y siempre crecí con el tema de las islas dando vueltas.

Así como se escucha a los productores y se habla de la producción -tenemos un desacuerdo en cuanto a la producción sustentable en el Delta-, me gustaría que con la misma fuerza se escuchara lo que le pasa a la gente.

Se está produciendo un desastre a nivel ambiental y la muerte de muchas especies, sumado a lo que nos está pasando a nosotros. Tenemos un nivel de contaminación del aire terrible que imita (inaudible) cuando fueron esas quemas terribles, que duraron meses. En esa época yo estaba embarazada; hoy mi hija tiene 11 años y me dice "Mamá, abrí la ventana porque no hay aire adentro". Yo le contesto que no es que falta el aire sino que está todo lleno de humo. O sea, mi hija vivió (inaudible) por el humo.

Como bien dijo Fabián, como multisectorial tenemos un camino de (inaudible). Quizás no tengamos muchas propuestas técnicas para hacer pero sí queremos visibilizar lo que nos está pasando como ciudadanos. Me parece que ese es nuestro sentir. Muchas gracias a todos.

SR. TONIOLLI ¿Se está escuchando bien, Leo?

SR. PRESIDENTE GROSSO No. Se escuchó mejor después de chequear el sonido pero no del todo bien.

Tu micrófono se escucha bien.

SR. TONIOLLI Vamos a tratar de que todos los que hagan uso de la palabra hablen bien cerca del micrófono y fuerte.

En segundo lugar, hará su exposición Laura Prol, quien integra el área de humedales del Taller Ecologista de Rosario.

SRA. PROL Muchas gracias por la invitación. Gracias por el espacio, Eduardo y Leonardo.

Taller Ecologista es una de las organizaciones más viejas de Rosario. Estamos trabajando junto a otras organizaciones hermanas de las ciudades de Paraná -Cauce-, La Plata -Casa Río- y Buenos Aires -FARN. Seguimos trabajando sobre distintos temas vinculados con los humedales y, además, elaboramos un documento con aportes para una futura ley sobre este tema.

Al igual que los demás, celebramos la presentación de tantos proyectos en la Cámara de Diputados y en el Senado. Tal como dijeron los oradores preopinantes, es urgente una ley de presupuestos mínimos de humedales.

Nuestro país no es ajeno a las presiones identificadas a nivel mundial que están causando la desaparición y degradación de estos ecosistemas, tales como la agricultura industrial, la minería, la especulación inmobiliaria y las urbanizaciones, entre otras. Esperamos que esta vez el Poder Legislativo logre sortear las presiones que en las oportunidades anteriores frenaron la sanción de esta iniciativa.

Necesitamos una ley acorde a las necesidades y urgencias que requiere el resguardo de los ecosistemas, de las personas que viven en ellos, y de ellos mismos, porque -como decía el expositor anterior- hay poblaciones vinculadas a estos ecosistemas.

Este momento está signado por una pandemia y sabemos que su origen está vinculado con la devastación de ecosistemas -en otro país, pero el punto es el mismo-, y finalmente nosotros, aquí en el litoral fluvial de la Argentina, estamos viviendo los incendios a lo largo del sistema de humedales del Paraná, y particularmente en el Delta.

Comparto tres puntos que nos interesa destacar. Primero, la ley debe tener al menos tres características fundamentales: debe ser una buena ley, es decir que debe comprender a la diversidad de humedales del país, y cumplir con un principio ecosistémico básico: mantener la integridad ecológica de los humedales. Una ley mala no haría más que profundizar su pérdida y degradación. En relación con este principio ecosistémico, consideramos que la ley debe incorporar una visión ecocéntrica, es decir, reconocer que debemos proteger los humedales por su valor intrínseco y no solo por ser recursos aprovechables por la sociedad o por los bienes y servicios que nos prestan. Los incendios y la pandemia de la COVID se relacionan mucho con esta visión de la naturaleza como recurso.

El segundo punto es que la ley debe ser progresista: debe incorporar principios y enfoques ya establecidos -los más recientes en la legislación y en la jurisprudencia- para el resguardo de la salud de los ecosistemas y de las personas, y también para defender los derechos que asisten a las personas que habitan y dependen de estos ecosistemas para su vida. Debemos considerar el principio preventivo ya señalado -estudios y evaluaciones de impacto ambiental, acumulativos, etcétera-, el principio precautorio, la moratoria, y en otro caso los principios de jurisprudencia in dubio pro natura e in dubio pro aqua, que siempre favorecen la conservación de la naturaleza y el agua. Debemos sostener el principio de no regresión, de transparencia y participación, destacando el Convenio 169 de la OIT, sobre pueblos originarios, y el Acuerdo de Escazú, sobre participación, en vías de ser ratificado. Asimismo, se debe perseguir la protección de los bienes comunes, destacando en este caso el fomento de la agroecología y la perspectiva de derechos a la tenencia a la tierra y los territorios, una perspectiva de género, de derechos interculturales y de las comunidades defensoras de los humedales.

El tercer punto es que la ley debe ser aplicable. Otros expositores lo mencionaron y estamos todos pensando lo mismo: la ley debe incorporar todos los arreglos institucionales necesarios para su implementación efectiva por los poderes públicos y por las distintas administraciones estatales, como también por la ciudadanía. En el Delta conocemos bien las consecuencias de la ausencia de estos arreglos que aseguran la aplicación de instrumentos de gestión en el territorio como el PIECAS. En relación con estos arreglos, menciono tres cuestiones: la vigencia de la ley no debe depender de la realización de los inventarios, y la realización de los inventarios no debe estar supeditada a la voluntad de los gobiernos de turno. Los inventarios deben estar institucionalizados como práctica y deben realizarse en un plazo determinado. La ley tiene que brindar mecanismos claros y eficaces para avanzar en el ordenamiento ambiental de los territorios de humedales y con humedales. En este sentido, pensamos que el ordenamiento debe incorporar enfoques; algunos han hablado de enfoque de ecología de paisaje mientras que nosotros nos referimos a escala de paisaje. Además, la ley debe contemplar instancias de participación ciudadana y popular en cada una de sus etapas, desde su reglamentación, pasando por la implementación de inventarios, hasta su implementación.

Finalmente, esperamos que diputados y senadores puedan complementarse en el trabajo que vienen realizando para la sanción de la ley ya que hay proyectos en ambas Cámaras. También esperamos que el Poder Ejecutivo acompañe y empuje esta iniciativa legislativa para cuidar la vida de los ecosistemas y de las personas, siguiendo la política de cuidados que emprendimos frente a la pandemia.

SR. SECRETARIO (BÁRBARO) Tiene la palabra Jorge Bártoli, amante del río y militante de El Paraná No Se Toca.

SR. BÁRTOLI Muchas gracias por la invitación. Represento de la agrupación autoconvocada El Paraná No Se Toca de la ciudad de Rosario, activa desde 2012. Bienvenido el tratamiento de los nuevos proyectos de ley de humedales. No hace falta decir que llegan tarde, sobre las cenizas de lo que ya perdimos, pero por lo menos llega. Como muchas otras ONG colegas, tenemos cicatrices y experiencia suficiente en el tratamiento de los proyectos anteriormente frustrados como para poder aportar nuestra colaboración para que nuestro país cuente con una ley adecuada, (inaudible), integral y con suficiente consenso. También conocemos claramente cuáles son las proposiciones e intereses con los que van a enfrentarse las variables que pueden alterar su espíritu y licuar su contundencia. No es este el momento para que nosotros -particularmente quien les habla- aborde aspectos técnicos específicos, pero sí debemos advertir la necesidad de un régimen penal de coeficientes de (inaudible), así como una moratoria integral y detallada. En este último punto creemos en la necesidad imperiosa de buscar los mecanismos más urgentes para un cese inmediato de las actividades lesivas para estos ecosistemas ya que el fuego a estas horas luce indetenible y no se va a salvar ni siquiera el reloj de arena que marca los tiempos parlamentarios. Cuando tengamos una ley efectiva y aplicable ya no vamos a tener nada para proteger. Esa es la dura realidad de nuestros días.

Estamos atravesando circunstancias naturales excepcionales, pero la mecha que disparó este fuego se encendió hace muchos años. Acá tenemos el PIECAS, un monumental trabajo que insumió al Estado años de recursos y dedicación, pero convertido en letra muerte durante al menos nueve años. Estamos cosechando los frutos de la desidia, el desinterés y el desconocimiento que se ha sembrado durante décadas en estos territorios.

Como rosarinos, además de un grave problema socioambiental generado por el humo, queremos mencionar un solo caso testigo que lo resume todo: la semana pasada la Justicia Federal imputó como responsables del incendio del territorio donde se generaron estos fuegos a una persona en particular, que además de estos tiene construidos catorce kilómetros de terraplenes ilegales y ochocientas hectáreas de isla usurpadas, que pertenecen al patrimonio de todos los rosarinos. Tal es el grado de impunidad que campea en estos territorios y cómo se aprovechas de ellos.

No queremos dejar de mencionar dos problemas gravísimos que hoy son tapados por el humo. Primero, la caza furtiva e indiscriminada que abastece el tráfico ilegal de fauna y que también abastece circuitos comerciales clandestinos de carnes provenientes de especies protegidas en las periferias de nuestra ciudad, tema históricamente ignorado por el "Ministerio de Decoración de Ambiente" de la provincia de Santa Fe.

El segundo punto es el exterminio de peces que -producto de una bajante histórica- a estas horas y desde hace meses se aprovecha para el nefasto negocio de los frigoríficos de pescado de río, abusando de centenares de pescadores que fueron, son y serán pobres mientras este esquema extractivista se sostenga.

Aprovechando el rango legislativo de quienes convocan a esta reunión, queremos respetuosamente reiterarles nuestra exigencia -no solo como ambientalistas sino como ciudadanos- de que se salde con el pueblo la enorme deuda que tienen nuestros dirigentes al mantener vacante el cargo de defensor del Pueblo de la Nación, sin duda uno de los grandes ausentes en estos días de ecocidio.

La agrupación que represento ha hecho de la educación ambiental una bandera enarbolada todos los días, e instamos a quienes tengan la capacidad de potenciar la (inaudible) de nuestros bienes naturales y la necesidad de preservarnos en armonía con ellos a asumir con fuerza esta tarea, incluyendo esto dentro de las leyes propuestas, teniendo como objetivo a la enorme masa de jóvenes que se suma en estas horas de desastre al pedido de un ambiente sano. Ellos -a quienes con toda alegría tengo sentados junto a mí- son finalmente los esperados brotes verdes que hoy nos marcan el camino. Ojalá los ciudadanos comunes, legisladores, funcionarios, científicos e investigadores comprometidos con el pueblo, organizaciones colegas y también aquellos que habitan nuestros humedales, desarrollando actividades que preservan la biodiversidad y los beneficios ecosistémicos, podamos emprender hoy un camino conjunto del cual podamos dar cuenta con orgullo ante quienes nos sucedan.

SR. SECRETARIO (BÁRBARO) Tiene la palabra Eduardo Spiaggi, responsable de la cátedra de Biología y Economía de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Rosario, también coordinador del Observatorio del Sur de esa universidad.

SR. SPIAGGI Primero quiero agradecer mucho a la Presidencia del Concejo por la apertura de este espacio y a la Cámara de Diputados, que también me permite opinar.

No quiero repetir porque estoy de acuerdo con mucho de lo que se ha dicho, y comparto gran parte de lo que ha dicho Jorge, de El Paraná No Se Toca. Hace trece años que recorremos el territorio con la Universidad, con el Taller Ecologista, con el INTA y con distintas instituciones. Lo que vemos es desidia y abandono de parte del Estado. Con los técnicos del INTA pensamos que si los 300 o 400 millones de pesos que se han gastado hasta ahora para intentar apagar el fuego -que no se ha podido- se hubieran gastado en ordenar el territorio, no hubiéramos llegado a esta situación.

Entonces, saludamos el movimiento que hay ahora respecto de la ley. ¿Necesitamos una ley? Sí. ¿Necesitamos una ley buena? Claro. Pero la ley sola no va a alcanzar si no hay políticas públicas que acompañen a la ley con presencia en el territorio y con recursos. En algún momento hay que enfrentar al poder; los poderosos son los que terminan aprobando las leyes. Si no, miremos la ley de bosques, totalmente pasada por arriba en Salta y Santiago del Estero.

¿Necesitamos una ley? Sí. ¿Necesitamos una buena ley? Sí. Ojalá esa ley sea participativa y que haya muchos más espacios para que esta ley se sancione con consenso y participación.

También pienso en el contexto de pandemia. Soy veterinario y trabajo en agroecología. La pandemia está bastante claro que es una zoonosis (inaudible) para avanzar en las zonas boscosas y para atacar la biodiversidad, y para fabricar esos amontonamientos industriales que son las factorías de cerdos y de aves que hoy predominan como forma de producción.

¿A qué voy con esto? A que si nosotros pospandemia vamos a hacer arrancar los motores de la economía con los mismos motores que tenemos hasta acá, estaremos en un problema. Necesitamos cuidar la naturaleza, los ecosistemas y su funcionamiento. Basta de hablar de desarrollo sustentable y de priorizar siempre la economía. Es importante actuar ya, para que esos motores funcionan y esas dimensiones (inaudible).

Los humedales son como los riñones de la biosfera, del planeta vivo. (inaudible) Los humedales son soy un paisaje lindo para los sectores urbanos, un territorio de vida, donde hay pescadores, productores y puesteros. En general, los puesteros no cuentan en esta historia. Los puesteros están muy mal pagos, viven en ranchos miserables, en condiciones muy indignas. Son territorios de vida, no son solo un paisaje, son territorios que perfectamente pueden aportar a la producción.

La ganadería en el delta sí se puede hacer, estamos convencidos de que se puede hacer, pero con reglas claras y con un Estado presente, marcando las políticas públicas.

Creo que tanto los granaderos que tienen tierras privadas en las islas, como los agricultores que tienen tierras privadas en tierra firme, no son los dueños de los bienes comunes. No podemos hacer cualquier cosa. Debemos tener seriedad en el modo de producción, que no dé lo mismo contaminar que no contaminar; que no dé lo mismo quemar que no quemar.

Es decir, no estamos poniendo en discusión la propiedad privada, pero no se puede hacer lo que uno quiere con un bien que no es solo privado. Los suelos no son privados. Los actuales dueños de esos territorios son administradores de un bien que hoy es de la humanidad y que pertenece a toda la sociedad Argentina. Sin atacar la propiedad privada, pero sin dejar hacer cualquier cosa, tenemos que avanzar a programas, a legislaciones que nos hagan ir hacia ese camino. Si la ley de humedales va en ese camino, será bienvenida. La tomo como un inicio de la discusión de los modelos de producción que vamos a tener en nuestro país.

Sinceramente, repito que si vamos a hacer arrancar a la economía de la misma manera que nos trajo hasta acá, vamos a seguir teniendo este problema, no solo con las quemas, sino teniendo gente intoxicada. Ustedes saben que en los peces del Paraná ya se están encontrando restos de microplástico en la mayoría de las muestras que se han tomado.

Tenemos que hacer un cambio de timón en nuestro nivel de desarrollo. ¿Es fácil? No, no es fácil. De ninguna manera es fácil, pero creo que esta ley podría ser uno de los inicios para repensar nuestro modelo de desarrollo, inclusive, en las ciudades. Creo que si como rosarinos, miramos al Paraná solo desde una lancha cuando vamos a pasear o cuando nos llega el humo tenemos un problema.

Tenemos que apropiarnos de ese humedal, pero con mucho sentido, respetando este servicio y la cultura que hay ahí.

Con esto termino y reitero que estamos a disposición para aportar a estos debates en lo que necesiten. Nuevamente, agradezco la invitación.

SR. RINALDI Me acerco así me pueden escuchar en Buenos Aires.

Muchas gracias al diputado Grosso por darnos esta oportunidad de estar en esta casa y a María Eugenia por abrirnos las puertas del Concejo Municipal (Inaudible.) y están invitados los compañeros, grupos de amigos. Hago mías parte de esas palabras que dijo Eduardo, Jorge, Laura, los compañeros jóvenes de la Multisectorial por una Ley de Humedales. Siempre es difícil ser el último porque ya dijeron un montón de conceptos que quería decir yo.

Quiero decir que nosotros en el Concejo tenemos los pies al lado -a escasos metros- nada más y nada menos del río Paraná, pero no solamente del río Paraná, sino que tenemos a escasos metros una de las cuencas de agua dulce más fabulosas del Planeta. La segunda, después del Amazonas que es la cuenca del Plata, esta que nos pasa por al lado. Si nosotros decimos que es el río Paraná y sus islas, nos quedamos cortos. Esto es parte de la segunda cuenta de agua dulce más importante de Sudamérica: la cuenca del Plata, que comienza en unos humedales más explosivos y hermosos, allá en el Brasil profundo y que termina con un reducto de células que va bajando a la par del río Paraná con un último mosaico hasta la Ciudad de La Plata.

Miren si no es enorme y fabuloso lo que estamos viendo, pero lamentablemente estamos vivenciando cómo esta cuenca va sufriendo tremendos problemas.

Desde nuestro punto de vista y como ONG orientada a la comunicación, nos cruzábamos por primera vez en la década de los 90 a las islas a testimoniar cómo en ese momento empezaba parte de la degradación del humedal.

Remarco la década de los 90, la década posterior a que recuperamos la democracia porque ahí los rosarinos hicimos un redescubrimiento de las islas. Obvio que había gente que cruzaba y que conocía ese tesoro, pero no eran muchos.

En la década de los 90, empiezan a proliferar los bares, los que teníamos aquí en frente ¿Se acuerdan? Nosotros nos cruzábamos y en ese momento a través de un documental que se llamó Las islas, paraíso en peligro empezamos a decirles: "cuidado, porque si no ordenamos lo que se viene con estos humedales, se va a ir degradando".

El río se encargó, y con un proyecto del que todavía tienen que darnos muchas explicaciones, que se llamó Hidrovía Paraná Paraguay, se llevó puesto los boliches. Las islas se empezaron a descascarar a partir de una Hidrovía Paraná Paraguay mal hecha, metiendo bisturí a fondo en el río y llevando parte de los humedales.

En la década siguiente, se produce otro hecho histórico para esta Ciudad de Rosario, y se lo decimos también a los de Buenos Aires por si hay alguien que no conoce este sector. Nosotros estamos en la Ciudad de Rosario y todo el balcón que vemos enfrente, con el río mediante, constituye las islas de jurisdicción entrerriana. Ahí necesitábamos un puente, una conexión vial, anhelada desde décadas atrás. La hicieron, ¿cómo la hicieron? Bastante fulera porque nosotros les decíamos: "cuidado cuando hagan esa conexión vial porque puede seguir degradando a los humedales".

Es esas épocas, militaba dentro del querido Taller Ecologista y ahí había un informe que llevaba por título Quemar por dinero. Porque nosotros sabíamos que la conexión vial es fabulosa y puede hacer que los pueblos estén más interconectados. ¿Quién se puede oponer a que esto suceda? Un necio. Pero nosotros les decíamos: "Háganla bien". Hicieron un gran terraplén que lo único que hizo fue planizar el humedal y llevar más vacas de las que había, o ¿nunca hubo vacas en el humedal? Seguro que las había, pero nunca de la forma astronómica e infinita que el puente o esta conexión vial permitió.

Esto lo señalaba el Taller Ecologista en ese informe y lo señalábamos también con documentales como Humedales, los últimos santuarios, que hicimos posterior a Las islas, paraíso en peligro. Esa degradación, lamentablemente, se profundizó.

Hoy nos encuentra aquí nuevamente clamando por las quemas. Quemas ancestrales, dicen algunos, sí probablemente una vieja costumbre y no muy buena costumbre.

Pero incendios de los arquitectos del 2007 y 2008 hicieron hacer ese PIECAS que recién Jorge Mackler mostró. Un gran amigo patagónico, que ama esta zona, un involucrado en la construcción de ese PIECAS-DP -porque estaba en el área política de ambiente en esos años-, y que quiero nombrar, es José María Musmeci, vicepresidente de la Fundación Patagonia Natural en Puerto Madryn. Él fue uno de los que sobrevoló esta zona y de los que más trabajó para que ese PIECAS nazca; pero ahí está, como dijo Jorge, durmiendo el sueño de los justos. Después de esos años 2007 y 2008, nuevamente estamos reclamando.

Me parece que la diferencia es que estas no son quemas o costumbres ancestrales. Acá ha habido manos criminales, acá ha habido manos que evidentemente han prendido fuego para generar un malestar. Y claro que lo han generado, sobre todo este año donde todos tenemos que estar adentro por la pandemia y vos ves que los humedales se incendian. Aquí hubo intenciones siniestras, y hay intenciones siniestras de seguir provocando lo que se está provocando.

Para finalizar, estamos hablando de una ley de humedales que necesitamos y que venimos clamando desde esa lejana década de los 90. Nosotros lo hacemos desde las ONG -en mi caso, la que hoy me toca conformar-, desde el Taller de Comunicación Ambiental.

Nuevamente, gracias por la invitación y vamos por la ley de Humedales.

SR. PRESIDENTE GROSSO Gracias todo Rosario. Gracias, Eduardo, Lucila, María Eugenia, a cada uno y cada una de los expositores y expositoras. Quédense en la reunión porque ahora vienen las exposiciones de las señoras y señores diputados que también quizás puedan hacerles preguntas a ustedes.

Voy a ser muy breve. A los diputados y diputadas les pido que se vayan anotando para hacer uso de la palabra. Mientras señalo dos o tres cuestiones como para retomar lo que se dijo en cuanto a que es un problema no resuelto.

Me parece que todos los que hablamos en esta reunión acordamos que el Estado tiene que intervenir. Y que no hay más tiempo también es parte del acuerdo que sobrevoló cada una de las intervenciones.

Le sumo a eso que hay una oportunidad y que es el planteo con el que arrancamos la reunión. Hay una oportunidad por el nivel de transversalidad en este caso, y en el Congreso políticas que plantean la necesidad a través de los distintos proyectos de los diputados y las diputadas que voy a volver a nombrar: Germán Martínez, del Frente de Todos; Enrique Estévez, Socialista; Graciela Camaño, Consenso Federal; Brenda Austin, de la Unión Cívica Radical, Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica; y quien les habla, del Frente de Todos, tenemos proyectos al respecto.

Esto es mucho consenso político en el Congreso y creo que tenemos que estar los diputados y diputadas a la altura de las circunstancias para seguir escuchando a las organizaciones, a los sectores productivos, a los científicos y científicas.

Asimismo, he leído algunos de los chats que han planteado organizaciones que están participando. Vamos a seguir la semana que viene y la otra y vamos a construir otros encuentros para que nadie se quede sin hacer oír su voz, como dijimos antes.

Estamos atravesando una situación muy particular y todo esto es remoto porque un tercio de la población mundial está confinada por un virus de origen zoonótico. Eso lo discutimos en una reunión informativa de esta comisión hace unos meses.

Si no tenemos en cuenta el nivel de esta crisis para repensar esa nueva normalidad con perspectiva ambiental, ecologista con perspectiva de un desarrollo donde dejemos de sentirnos dueños del Planeta para empezar a sentirnos parte, vamos a volver a estar en problemas. Si no somos conscientes del problema que estamos llevando adelante hoy, que estamos atravesando, vamos a volver a estar en problemas.

Por lo tanto, invito a todos los diputados y diputadas, a todas las organizaciones a seguir trabajando. El activismo social es muy importante.

Recién veía, me pasaba y le pasaba a algunos diputados y diputadas, que ahora hay un "tuitazo" y es tendencia en Twitter el pedido de una ley de humedales.

Acordemos, trabajemos, construyamos los consensos, escuchemos a todos y a todas, absolutamente, y establezcamos esta ley que llega tarde, pero que en definitiva tiene que llegar. Trabajemos para que la ley de humedales tenga en su orden del día, el 2020, y que este año sea el año de sanción de la Ley de Humedales en el Congreso.

Muchas gracias a todos. Vamos a pasarle la palabra a los diputados.

Tiene la palabra el señor diputado Germán Martínez.

SR. MARTÍNEZ Gracias, presidente. Espero que se escuche bien.

Realmente, quiero ante todo felicitarlo por la iniciativa. Era necesaria e imprescindible. Además, creo que nos motivó a todos con esta idea de una construcción participativa de una ley y de lo que también transmitió alguno sobre una ley como proceso. Sinceramente, soy de la idea de que nunca los debates se dan en el mismo lugar, en las mismas condiciones. Sin lugar a dudas, este tema se ha venido debatiendo en otras circunstancias, pero me parece que hay condiciones que como usted dijo presentan una enorme oportunidad.

Quiero arrancar sencillamente reivindicando la tarea que en este mismo momento están realizando las casi noventa personas que están implicadas en los operativos de combate al fuego en la zona de las islas, frente a la amplia zona que va, por poner un límite, desde Villa Constitución hasta San Lorenzo, pasando por Rosario. Se está realizando una tarea interagencial enorme, pero todos sabemos las dificultades que está teniendo.

Específicamente, mucho se ha hablado de lo que está pasando en la zona de las islas del Paraná desde el mes de marzo pasado. Varios ya lo describieron a la perfección, especialmente las organizaciones de la Ciudad de Rosario, así que no quisiera profundizar en eso. Sin embargo, quiero señalar que se ha provocado un enorme malestar social y desde mi punto de vista, cuando existe fuerte consenso en el rechazo y en el repudio, allí también hay un germen en el que comienzan a gestarse las condiciones para pensar y construir un consenso afirmativo que genere un escenario de solución al problema.

En tal sentido, creo que todos debemos ayudar a caracterizar bien el debate porque quizás, quienes estamos tan metidos en la situación de la ciudad de Rosario y de toda esta franja, pensamos que el problema -en muchos casos- está relacionado con el tema de los pastizales que hoy está muy visibilizado.

Personalmente, propongo a todos que nos imaginemos una hipotética situación en la que el tema de los pastizales desapareciera mañana. Me pregunto si están resueltos los problemas ambientales que afectan a la zona de las islas, al delta y a los humedales; definitivamente no es así.

Aquí se habló de la pesca, de la caza furtiva, de los residuos sólidos, del combustible de las embarcaciones e incluso de los terraplenes y diques artificiales, que se construyen y modifican los lugares en donde los peces se reproducen. Por lo tanto, creo que debemos dar una respuesta integral y que el camino que estamos iniciando para ello es el correcto.

Además, así como usted lo manifestó, señor presidente, y varios insistieron en el mismo sentido, creo que necesitamos una buena ley. En mi opinión, la solución o la alternativa que propongamos debe tener la misma magnitud y debe ser proporcional al problema. No hay nada peor que dar una respuesta chica a un problema grande y creo que debemos desarrollar una tarea en la que todos podemos aportar.

Si bien no pertenezco a esta comisión, agradezco que me hayan invitado a participar porque creo que el espíritu es el que vivimos hoy, evitar adjetivaciones que personalicen la discusión y que constituyan antinomias innecesarias. Considero que debemos buscar la mejor solución posible en la que todos podamos hacer nuestro aporte.

Finalmente, así como lo mencionaron varios señores diputados, creo que tenemos que reconocer que en la zona de las islas, del Delta del Paraná y de los humedales también hay argentinos que viven, se educan y desarrollan actividades productivas. En alguna oportunidad ha pasado que, por el establecimiento de algunas medidas protectoras, se terminó con órdenes de desalojo para la población de un determinado lugar y creo que nadie quiere eso. Por el contrario, queremos una respuesta clara desde lo ambiental pero con la gente dentro -como suele decir nuestro presidente de bloque.

Por lo tanto, tenemos una tarea por hacer para compatibilizar dos cosas que se plantearon aquí: la aplicación de estándares de protección elevados y la vida cotidiana de los argentinos que viven, se educan, se desarrollan y producen en ese lugar.

Como autor de un proyecto distinto, en el que no planteé la cuestión de la ley de presupuestos mínimos para la protección de los humedales, sino que directamente propuse la creación de una reserva natural de uso múltiple, creo que ya llegará el momento de analizar -en nuestro caso- cada iniciativa y que es muy importante el paso que estamos dando. En ese sentido, es preciso que demos todos los debates e invitar a todos los participantes que sea necesario.

En lo personal -digo esto para mí pero también para todos los autores de proyectos- considero no debemos enamorarnos de nuestros propias iniciativas sino contribuir al debate. Doy la bienvenida a que hoy tengamos un trending topic y que el hashtag de la ley esté dando vueltas por las redes sociales; sin embargo, estamos discutiendo mucho más que eso.

Señor presidente, usted al igual que yo, pertenece a un movimiento político que tiene como una de sus principales consignas que donde existe una necesidad hay un derecho. Considero que el puente entre la necesidad y los derechos es contar con una buena legislación, con políticas públicas eficaces y celebro que podamos avanzar en ese sentido. Muchas gracias.

SRA. CAMAÑO Gracias, señor presidente, colegas y participantes que hoy nos visitan en esta eco charla.

Nuestro presidente de comisión muy imaginativamente desde hace algunos meses nos está imponiendo el estudio del ambiente y hoy venimos a esta reunión en una circunstancia muy particular, no a mirar el ambiente desde una perspectiva más cómoda sino desde un apremio, desde un dato de la realidad y desde un grito.

En lo personal, no me pondría tan contenta por ser hoy trending topic, ya que ello me recuerda que en dos oportunidades dejamos caer en la Cámara de Diputados la sanción que fue dada por el Senado. Por lo tanto, cuando comienzan a pasar estas cosas con los proyectos de ley, los intereses ocultos triunfan por sobre aquellos que podemos pensar en otros intereses más comunes.

Anoche a las dos de la mañana votamos una ley por la que recuperamos un 35 por ciento de límites de la plataforma submarina argentina, fue el fruto del trabajo de veinte años de un grupo de científicos y del personal de la Cancillería que nos llenó de orgullo. Sin embargo, resulta muy paradójico que esa misma cantidad, ese 35 por ciento, represente lo que fuimos perdiendo de humedales desde 1971 hasta 2015.

En realidad, en materia de normas no tenemos tanto débito en el Parlamento. De hecho, los humedales cuentan con la protección de un marco protectorio indirecto, como es la ley por la que en 1991 adherimos a la Convensión de Ramsar. Sin embargo, no contamos con una ley individual y desde mi punto de vista, el inconveniente va mucho más allá de una norma relativa a los humedales.

En tal sentido, tenemos una ley de bosques, otra de glaciares, otra de ambiente y una enorme cantidad de legislación que fuimos confeccionando como si fueran picadas en el monte, porque un grupo de diputados se lo proponía y, a como diera lugar, iba hacia adelante hasta que se sancionaba la norma.

Considero que en relación con este tema pasa algo mucho más importante, más serio y que como representantes del pueblo nos supera. Aquí tenemos la necesidad -como bien dijo el presidente- de hacer un cambio cultural significativo porque estamos imbuidos de una cultura antropocéntrica. Para nosotros el hombre es el centro de la escena, lo que nos impide ver que en ella no está solo, sino que existe una biodiversidad increíble compuesta por el ambiente, los animales y los vegetales, y en la que solamente todos los seres vivos en consonancia podremos llegar a tener armonía en el vivir.

Nos falta mucho para darnos cuenta de esto y con un agravante: no lo entendemos y no tenemos una conciencia distinta. Por eso necesitamos cambiarla no solo como comunidad y sociedad -donde ya se advierte que hay un cambio- sino que a nivel legislativo también debemos tener la capacidad de ver a la hora de analizar la legislación.

Asimismo, este proceso antropocéntrico hace que en el Código Penal solamente se castigue cuando la cuestión está vinculada con el hombre. Entonces, todos los tipos penales tienen eficacia si afectan en algo al hombre. Por lo tanto, debemos construir una cultura jurídica y legislativa y aquí hay un trabajo muy grande. En ese sentido, la sociedad lo ha comprendido antes que el legislador y antes que el juez.

En tal sentido, en la medida en que quienes estamos interesados por este tema sigamos insistiendo, y la naturaleza cada vez más nos siga demostrando que es necesario el cambio, pasaremos de la cultura antropocéntrica a la cultura ecológica que necesitamos. Ello hará posible una convivencia ambiental sin el tipo de situaciones que tenemos porque, en definitiva, cuando analizamos este tema también debemos considerar a quién beneficia y a quién perjudica. La verdad es que hasta aquí, con el paso de los siglos, podemos advertir que beneficia a muy pocos y perjudica a demasiados.

Como legisladores necesitamos una conciencia y una cultura distinta en el marco de toda la legislación que producimos. Hoy estamos tratando este proyecto de ley de humedales y personalmente me siento en falta, no siento alegría. Somos trending topic porque la gente nos dice que hay algo que no hicimos; es real, no lo hicimos y debemos proponernos hacerlo. No hay demasiado para discutir.

Mucha gente sabe sobre este tema y esta tarde ustedes nos han brindado un abanico de ideas y posibilidades para hacer una excelente norma. Considero que para lograr una buena ley de humedales debemos intentar comprometer a todo el Congreso -no solo a una Cámara- para desde el punto de vista penal, tener la capacidad de proponer una norma que permita que no sigamos teniendo frustraciones y comencemos a tener responsables.

Señor presidente, estamos para la discusión. Hemos hecho un aporte legislativo y creo que debemos poner primera marcha en este tema, para dar cumplimiento a algo que es un clamor de la gente que día a día lo sufre en carne propia, mucho más de lo que está sufriendo con el humo y los pastizales.

El hecho de hacer sufrir al ambiente lo pagamos todos los días. Todos sabemos cuáles son las leyes que hacen falta y cuál es la severidad con la que debemos legislar para que esas leyes se cumplan.

Muchas gracias a todos los que nos acompañaron hoy. Nuestro compromiso estuvo, está y seguirá estando.

SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias, señora diputada.

Tiene la palabra la diputada Austin.

SRA. AUSTIN Gracias, señor presidente, por la organización de esta primera reunión informativa. Como bien mencionó, ella será el inicio de un camino en el que nos hemos propuesto escuchar y recibir a todas las voces, las de quienes vienen desde hace mucho tiempo peleando por tener una ley de humedales, las de quienes creen que eso pone en riesgo su actividad productiva, las de los pobladores, de las ONG, y las de quienes desde la academia y la investigación científica vienen ayudando a construir esos consensos.

Celebro que estemos eligiendo este camino de reuniones informativas porque creo que sirven para fortalecer el proceso de participación ciudadana, para nutrir los proyectos de ley que vamos a aprobar y también para generar los consensos. Además, en el caso de no lograrlos, sirven para que finalmente luego de ese proceso de debate, tengamos en claro cuáles son los puntos y redacciones que nos diferencian -o que no podemos armonizar- para luego expresarlos en el recinto, como corresponde al Congreso de la Nación.

Señor presidente, sé que usted asumió el compromiso, pero quiero reiterar un pedido para que, además de estas reuniones informativas, con una amplia y vasta agenda -que toca de manera transversal este tema, pero no específicamente el de los humedales-, la comisión también se reúna para empezar a dictaminar y dar giro a muchos proyectos relacionados con lo que estamos discutiendo.

Hablamos en aquella primera reunión informativa del impacto de la pandemia y su origen zoonótico, así como de la importancia de discutir, por ejemplo, aspectos vinculados con el tráfico ilegal de las especies y la legislación de las reservas naturales en la Argentina. Es decir que se planteó una serie de iniciativas, y ni hablar de la última, que tiene que ver con los desmontes.

Entiendo que en este caso nos merecemos este proceso de diálogo democrático profundo, escuchando todas las voces y permitiendo la participación de diputados y diputadas de otras comisiones.

Dicho esto, quiero plantear lo siguiente. Seguro que a muchos de los que han sido autores de proyectos -en mi caso, fui autora junto con los diputados Ximena García y Gustavo Menna del bloque de la UCR, aunque nos han acompañado con la firma más de veinte diputados de nuestro interbloque- les han llegado pedidos, cartas y comentarios. Y lo primero que quiero poner sobre la mesa es que no tengo ninguna duda de que es un mandato de esta Cámara de Diputados, así como del Senado y del Congreso en general, discutir una ley de presupuestos mínimos que proteja a los humedales. El artículo 41 de nuestra Constitución Nacional es muy claro al respecto. Es muy sabio, ya que establece que no es posible proteger al ambiente si no tenemos un marco protectorio idéntico en todo el país.

Esto último me parece importante dejarlo claro. Es importante que esté claro también en la delimitación de los roles y funciones de la autoridad de aplicación, entendiendo que la competencia del Congreso de la Nación es fijar los presupuestos mínimos de protección ambiental, en este caso de los humedales. Obviamente, corresponde a las provincias el dictado de las leyes que lo complementen.

También quiero decir que nuestra Constitución es muy sabia en cuanto establece que al daño ambiental le sigue la obligación de recomponer y reparar. Es una dimensión que muchas veces está ausente de la discusión. Como ya dijimos en torno a los desmontes, nos merecemos revisar los marcos normativos para ver si allí hay algo que ajustar.

No quiero extenderme. Solo quiero decir que es obvio que tenemos un compromiso en torno a la protección de los humedales. Todos conocemos la importancia que tienen en términos de su biodiversidad y de la cantidad de servicios ecosistémicos que ofrecen, y de las condiciones únicas que requieren de un marco normativo propio para su protección.

Pero también entiendo que todos los proyectos que están a la vista para ser discutidos establecen y reconocen que hay distintos tipos de actividades. Debe pensarse en una estrategia para categorizar, que nos permita dialogar con los entornos donde estos humedales están situados, con el fin de pensar actividades que, bajo una lógica de sostenibilidad y sustentabilidad, puedan seguir llevándose adelante.

Hemos aprendido mucho en nuestro país gracias a la ley de bosques, tanto por las cosas que han fallado como por las que han salido bien. Me parece que tenemos que aprender de esos procesos.

En tercer lugar, está la participación de las comunidades. Esto a algunos sectores les genera temor. Pero entiendo que la ley general de ambiente es mandatoria en este sentido. La invitación a participar a las comunidades significa que los pobladores, los pueblos originarios, las organizaciones sociales y los ciudadanos de a pie deben abrazar la defensa del ambiente porque tienen una visión integral y sistémica: son los productores. Utilicemos también estos espacios para proponer y promover la generación de esos consensos.

Quiero decir también que suscribo las cosas que han dicho algunos de los expositores. Me refiero a esto de pensar bajo un enfoque de derechos, de entender que cuando hablamos de los marcos normativos no solamente tiene que estar el ser humano en el centro, sino que debemos tener una visión mucho más integral, que tienda efectivamente a proteger el ambiente como sujeto de derecho y a nosotros como parte de ese ambiente.

Para ir finalizando, quiero recoger una intervención de una de las personas que habló desde el Concejo Deliberante de Rosario, que rescató la importancia del principio in dubio pro aqua y del principio in dubio pro natura. Se trata de dos principios que nosotros recogimos en el proyecto que presentamos que han sido reconocidos por el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a los que nuestra Cámara de Diputados les ha dado media sanción el año pasado a partir de un proyecto que presentamos para incluir en la ley general de ambiente. Creemos que es importante y urgente que el Senado lo trate.

Entonces, nos parece que resulta necesario un marco de interpretación bajo este principio precautorio, que una vez que se daña es muy difícil de recomponer y reparar.

Por último, muchas veces en estos procesos nos encontramos con obstáculos. Y aparecen las voces de las provincias que, presuntamente, se sentirían afectadas. Creo que hay que reconducir la conversación, que hay que buscar el modo de que todas las voces sean escuchadas.

Tampoco podemos obviar, y esto es un pedido a los diputados y diputadas de esta comisión -y de aquellas que nos están acompañando-, que ha sido la Cámara de Diputados la que en dos oportunidades ha bloqueado el avance de esta ley. El Senado, donde se expresó la vocación de las provincias en dos oportunidades -en 2013 y 2016-, logró avanzar con esas medias sanciones que, sin embargo, no lograron convertirse en ley. Es decir que la mirada de las provincias está puesta sobre la mesa. Hace falta que nosotros, desde la Cámara de Diputados, recojamos el guante y hagamos también nuestra tarea.

Están claros los puntos sobre los que hay que discutir: inventario, definición, ordenamiento territorial, recurso, incentivo, compensación. Para ello, vamos a tener que poner nuestro esfuerzo y nuestra vocación de escucha y de diálogo genuino.

Muchísimas gracias, señor presidente y expositores.

SR. PRESIDENTE GROSSO Tiene la palabra el diputado Enrique Estévez.

SR. ESTÉVEZ Voy a retomar algunas de las cosas que dijo mi compañera de interbloque, la diputada Graciela Camaño, de quien uno siempre aprende.

Vuelvo sobre algo central que ella dijo cuando mencionó el rol de este Congreso. Estoy contento, más allá de que sea una deuda pendiente. Digo esto porque he tenido la oportunidad de hablar con muchos diputados y diputadas, empezando por el presidente de la comisión y siguiendo por diputados y diputadas de mi provincia, y pude ver que en esta oportunidad el Congreso, si bien con algún retraso, está tomando una demanda de la ciudadanía sobre un elemento que viene sucediendo en la realidad desde hace muchos años, pero que claramente en el último tiempo ha empeorado de manera significativa.

En este sentido, es importante destacar una cosa que planteaba uno de los expositores al principio, quien decía que estamos frente a un debate social con una diversidad cultural. Está claro que las soluciones que tenemos que encontrar en este debate se alcanzan con todos, porque esta sociedad somos todos. Somos los que conocíamos los humedales, o los que a veces íbamos a la isla, pero no teníamos una real dimensión de qué eran esas islas, de qué importante eran para nosotros y de qué es lo que implicaba para nuestro país un humedal. Más del 20 por ciento de nuestro territorio nacional forma parte de los grandes reservorios de agua dulce.

Como sociedad tenemos que dar un mensaje claro de que tenemos que cambiar nuestro vínculo con la naturaleza. Es un debate de conciencia. Esto también lo decía la diputada Camaño. Es un debate de nuestra educación, de pautas culturales que tenemos arraigadas, como en tantos otros temas que naturalizamos, pero que están mal.

Este es un debate que nos tiene que englobar a todos. Por eso es muy importante una cosa que el presidente de esta comisión mencionó: la opinión de los productores. Y que sea un gran debate. Que opine el INTA, el Conicet, nuestras universidades nacionales y, obviamente, las organizaciones de la sociedad civil. Pero no solamente que opinen: que tengan participación real en la ejecución de la ley de humedales cuando sea sancionada por este Congreso.

En la Argentina tenemos una tradición, representada en las dos caras de una misma moneda. Por un lado, tenemos leyes de vanguardia, pero, por el otro lado, estas leyes nunca se pueden aplicar. Esto va más allá de la responsabilidad que tenga un gobierno u otro. Esta es una limitación del Estado argentino, que también tenemos que debatir. Hay temas centrales, como este, que no lo va a poder resolver mágicamente un gobierno. Necesitamos efectivamente construir un acuerdo democrático lo más amplio y heterogéneo que nos permita a la sociedad tomar una definición.

Por eso es importante no caer en falsas dicotomías. No hay que estigmatizar a los productores, en este caso de la ganadería, pero en algunos casos pueden ser las urbanizaciones o la minería. No nos olvidemos que en nuestro país hay humedales desde Tierra del Fuego hasta Jujuy.

En cualquier país del mundo esta biodiversidad y estos recursos naturales serían cuidados con muchísimo recelo, porque estamos hablando de que nosotros queremos abordar una temática por lo que está pasando hoy y lo que viene pasando desde hace mucho tiempo. Pero en este tema particular, como en tantos otros, tenemos que legislar también para el futuro. Si no, lo que nos va a pasar es lo que nos pasa hoy, cuando nos da mucha bronca ver una foto de nuestra Patagonia o de nuestra Cordillera con una montaña desierta, cuando hace veinte, treinta o cuarenta años era un glaciar.

Nosotros queremos que nuestros hijos y que el futuro del mundo tenga la oportunidad de vivir, ver y conocer estos humedales. El 40 por ciento de las especies del mundo nace en estos humedales. Es un tesoro en nuestras manos que no tiene precio y que tenemos que cuidar entre todos y todas.

Muchas gracias, señor presidente. También agradezco a César por haber aceptado la participación en esta instancia. Estamos absolutamente a disposición para trabajar junto con la sociedad en este tema.

SR. PRESIDENTE GROSSO Tiene la palabra la diputada Rosa Muñoz.

SRA. MUÑOZ Estamos debatiendo un tema más que importante. Es una deuda que tenemos los diputados con la sociedad.

Cuando escuchaba las exposiciones, pensaba en cómo las organizaciones y la gente común se juntan para defender la naturaleza. En estos momentos de pandemia la naturaleza nos está dando una gran lección. Como decía Graciela Camaño, es necesario trabajar en la concientización ambiental. No solamente de parte de quienes trabajamos en este proyecto y somos responsables de darle a la nuestra patria las leyes necesarias, sino también desde la sociedad.

En las reuniones pasadas escuchamos hablar de deforestación y esto también tenía que ver con el cuidado del ambiente. Con este tema de los humedales -según escuché de los diferentes disertantes- nos pedían una ley aplicable, progresista, con ordenamiento territorial y con presupuesto. Yo tuve la oportunidad de trabajar en mi provincia con la ley de bosques siendo legisladora. Espero que no se repita lo de la ley de bosques y que el tema no se ignore.

En mi provincia, Chubut, tenemos humedales muy importantes, como la Península de Valdés -declarada Patrimonio de la Humanidad-, la Isla Escondida, el Cabo Dos Bahías o la Bahía Bustamante, donde no solo los recursos forestales, sino los animales, también son más que importantes.

Por eso creo que, al leer los proyectos presentados por cada uno de los diputados, se observa que están sentadas muchas de las bases para comenzar a trabajar. También comparto que hay que hacer participar al conjunto...

Expresiones incomprensibles por dificultades en el audio.
SRA. MUÑOZ ...la experiencia de los que la viven, de los que la pelean y de los que trabajan.

Por eso felicito a los señores diputados porque cuando uno analiza los proyectos observa que todos tienen algo importante para incluir.

También comparto lo que dijo una de las diputadas preopinantes, Brenda Austin o Graciela Camaño, sobre que tenemos que trabajar con las dos Cámaras y hacer reuniones para tratar de que este proyecto realmente tenga un final feliz, que contemple los pensamientos de las dos Cámaras y que también dé respuestas a la comunidad.

Gracias, señor presidente.

SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias, señora diputada.

Tiene la palabra el diputado Maximiliano Ferraro.

SR. FERRARO Muy buenas tardes a todos y a todas. Muchísimas gracias, señor presidente, por la invitación y la disposición por parte de la comisión a quienes somos autores de los proyectos. Yo no integro esta comisión; entonces, quería agradecer y celebrar esta instancia.

Por supuesto, también quiero sumarme al agradecimiento a todos los expositores y todas las expositoras que estuvieron dando sus opiniones y sus aportes.

En primer lugar, me gustaría comenzar destacando -y creo que es transversal a cada uno de los expositores que fui escuchando- que en este momento nos encontramos ante una oportunidad histórica de saldar una deuda de larga data en materia de legislación ambiental en el Congreso de la Nación y, particularmente -como también lo manifestó la diputada Camaño-, en la Cámara de Diputados.

La verdad es que esta deuda tiene que ver claramente con el ordenamiento de nuestro territorio como un instrumento de política pública y gestión ambiental en lo que marca nuestra Ley General del Ambiente y que persigue la finalidad de garantizar un desarrollo sostenible a través del uso racional de nuestros recursos naturales.

Tanto en esta reunión, como en la historia del debate de este proyecto sobre humedales, por supuesto, vamos a coincidir -y mucho se ha hablado y se sostiene- en la importancia que tienen los humedales como ecosistemas ricos en biodiversidad y prestadores de importantes servicios ambientales, como es la regulación hidrológica, la estabilización climática, la provisión del hábitat para la vida silvestre o lo que es también muy importante el almacenamiento de carbono.

En ese aspecto es muy evidente -y basta con ver las noticias o el contexto que estamos atravesando en la actualidad con las quemas en el delta del Paraná para entenderlo- que estos ecosistemas están en peligro y necesitan que pongamos atención y resolvamos esta cuestión para que puedan ser preservados mediante una gestión ordenada y un uso racional.

En ese sentido quería compartir con ustedes, ya que no soy miembro de esta comisión, que el proyecto que he presentado está basado en el anteproyecto en el que ha trabajado el diputado "Cali" Villalonga, quien ha terminado su mandato. Y, a su vez, es un proyecto que ha recibido aportes de distintos sectores y también de distintos actores de la sociedad civil.

Como en el resto de los proyectos se trata de presupuestos mínimos de protección ambiental y se prevén principales herramientas que pueden ser identificadas también en los otros cuatro proyectos presentados por mis colegas como el suyo, señor presidente, el de la diputada Austin, de la diputada Camaño, del diputado Estévez, pero también en el proyecto de la senadora nacional Gladys González, quien preside la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable en el Senado de la Nación.

En primer lugar, está relacionado con la realización del Inventario Nacional de Humedales, que es una herramienta esencialmente informativa y que creemos que debe estar en la cabeza de la autoridad nacional de aplicación. Ese inventario debe estar seguido de un ordenamiento ambiental del territorio, el cual debe ser llevado adelante por las distintas jurisdicciones en un proceso que, por supuesto, sea participativo y según ciertos parámetros que claramente están establecidos en la ley y que, en el caso particular de nuestro proyecto, lo establecemos en el anexo. Por supuesto que debe ser aprobado por las distintas legislaturas donde se encuentra la representación de todas las fuerzas políticas, pero a su vez agranda la participación de los distintos actores comprometidos, como son los sectores productivos y actores de la sociedad civil.

Este ordenamiento, según mi opinión, debe ir acompañado necesariamente de un período de moratoria, como lo dijeron varios expositores anteriormente. Vale aclarar que eso no implica parar las actividades, sino simplemente no autorizar nuevas o la ampliación de las existentes hasta tanto no se hayan aprobado sus ordenamientos.

Finalmente, me gustaría rescatar del proyecto -que también está presente en algunos otros- la importancia de la creación de un fondo de compensación, que pueda ser distribuido entre las distintas jurisdicciones que hayan aprobado ese ordenamiento territorial y que de alguna manera sea destinado para el monitoreo, los programas de asistencia técnica financiera y la capacitación e implementación de buenas prácticas. De alguna manera de esta forma se incentiva a que las jurisdicciones verdaderamente aceleren el proceso de aprobación de sus respectivos ordenamientos territoriales, algo que necesitamos para esta ley de presupuestos mínimos.

Ahora bien, y voy terminando señor presidente, el hecho de contar con una ley de humedales no significa que todos los humedales que se creen van a convertirse en áreas protegidas. Yo soy de los que cree que no debemos caer en el falso dilema de extractivismo versus preservacionismo. Considero que se puede producir sin destruir; ese debe ser nuestro horizonte para la recuperación económica verde: que la recuperación esté atada claramente a una agenda verde, pero que sea con desarrollo.

En este sentido, el proyecto establece tres categorías de conservación similares a las de la Ley de Bosques en las que, a modo de ejemplo, en las zonas verdes habilitamos la producción intensiva, como la ganadería o la arrocera, siempre y cuando se observen esas buenas prácticas y la preservación de los servicios ecosistémicos. Asimismo, como usted sabe, las áreas amarillas también permiten actividades de bajo impacto, como la ganadería en las islas, la apicultura o el turismo sostenible.

Este ordenamiento territorial debe brindarnos tranquilidad, ya que estamos hablando de establecer reglas claras para planear inversiones en el largo plazo, sabiendo lo que se puede y no se puede hacer en un determinado espacio.

Por supuesto que se deben tomar todos los recaudos para garantizar el uso racional y sostenible, brindar seguridad jurídica y evitar cualquier tipo de incertidumbre sobre si una actividad está permitida o no, lo que podría ser objeto de una medida cautelar, algo que ocurre con muchísima frecuencia en este tipo de legislaciones.

Creo, señor presidente, que no debemos tenerle miedo a este proyecto. Bienvenido este debate que estamos comenzando en esta comisión. Trabajemos -y creo que es el espíritu de todas y todos los que estamos acá- para lograr el mejor texto posible.

Este proyecto, por supuesto, tiene que ser trabajado no solamente por los diputados y diputadas, sino que debe ser un trabajo conjunto con los distintos actores involucrados, como les decía al principio, que tiene que ver con las organizaciones de la sociedad civil y la participación del sector productivo, y que contemple claramente la realidad socioambiental de nuestro territorio.

Esperamos que este proyecto nos permita sentar las bases y unifique parámetros para obtener información ambiental de calidad y que pueda ser aplicada, tanto en el diseño de las políticas públicas que necesitamos, como en el uso racional de nuestros recursos por parte del sector productivo.

En ese aspecto me parece que el trabajo de esta comisión es una clara invitación a pensar en este proyecto de ley de humedales como parte de una agenda de desarrollo sostenible y de un sistema de consumo mucho más responsable. De esa manera podremos sentirnos mucho más orgullosos y orgullosas de que este es el camino correcto, el más justo y el que le debemos a las generaciones futuras.

Ojalá que encontremos los acuerdos, no solamente de manera transversal entre las distintas fuerzas políticas, sino también entre los actores involucrados en este tema. Muchas gracias.

SR. PRESIDENTE GROSSO Gracias, señor diputado. Quedan dos legisladores anotados.

Tiene la palabra el señor diputado Eduardo Fernández.

SR. FERNÁNDEZ (E.) Gracias, señor presidente. Voy a tratar de no repetir lo que ya han dicho porque me parece que ha habido muchos aportes, y los principales son los de los exponentes que nos enriquecen.

Quiero ratificar la importancia de que esta comisión encabezada por Leo Grosso haga este tipo de actividades. El espíritu que existe en esta comisión mucho tiene que ver con la preocupación que han manifestado todos los legisladores.

Creo que vamos a sancionar un muy buen proyecto. Particularmente acompaño al proyecto del diputado Leo Grosso, ya que creo que aporta cuestiones importantes. Por supuesto, también tenemos el proyecto de la diputada Graciela Camaño, que tiene mucha experiencia y hace de docente en la Cámara -yo que soy nuevo la escucho y trato de no meter la pata-, y el de la diputada Brenda Austin, que también tiene experiencia.

Quiero decirle al presidente que en este tipo de actividades nos están escuchando a través de distintas redes lo que estamos debatiendo acá, y que es muy importante abrir estos espacios de debate.

Está escuchando gente de Córdoba; yo soy diputado por Córdoba, y si bien como lo expresaba el señor diputado Martínez, los rosarinos y las zonas de los humedales y de las islas tienen una importancia enorme, también existe gran preocupación por las áreas naturales protegidas, y cuando hagamos el inventario en el este y noroeste de la provincia de Córdoba tendremos datos más precisos. Hay guardabosques que me dicen que van a contribuir con aportes para el proyecto, que serán bienvenidos porque este será el proyecto que queremos aprobar.

También quiero decir que yo estoy en el sector productivo; integro la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, justamente, porque provengo de Córdoba, una provincia muy castigada. Lo que decía la diputada Brenda Austin de una forma, pero también lo hacía la diputada Camaño, es que tenemos una Ley de Bosques y evidentemente en nuestra Córdoba -y ya ingresó un proyecto de resolución sobre ese tema- estamos muy preocupados porque las áreas naturales protegidas figuran en el mapa y tienen el color que corresponde, pero no tienen recursos ni equipamiento. Entonces, en nuestra Córdoba, donde durante este invierno está haciendo más de 30 grados y sopla viento norte nos estamos quedando con muy pocos bosques y da pena ver lo que está sucediendo con los incendios.

Entonces, tal como lo han manifestado varios de los señores diputados, este tema que estamos tratando corta transversalmente a toda la política ambiental en el marco del impulso de un desarrollo productivo.

En estos días, productores, agropecuarios e industriales de agroalimentos le están presentando al presidente de la Nación un plan para incrementar la producción. Nosotros queremos un equilibrio. Es decir, yo quiero que haya más producción, pero defiendo el medio ambiente -no como dijo uno de los expositores, teniendo en cuenta solamente el lado ambiental- porque se trata de una cuestión integral. No hay futuro si no cuidamos nuestro patrimonio.

Quiero agradecer nuevamente y decir a los que están participando y enviando mensajes -que seguramente el señor diputado Grosso estará leyendo- que esta es una comisión abierta y marchamos firmemente hacia un proyecto de ley. En este sentido, vamos a capitalizar la experiencia de los señores diputados y de los señores senadores que han hecho este camino. Queremos que los expositores sepan que existe predisposición en todos los integrantes de la comisión para avanzar decididamente escuchando a todos.

Gracias, señor presidente, y lo vuelvo a felicitar por la iniciativa.

SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias.

Tiene la palabra el señor diputado Benedetti.

SR. BENEDETTI Señor presidente: voy a ser muy breve. Yo no soy integrante de esta comisión. De cualquier manera, le quiero agradecer, así como también a la vicepresidenta, la señora diputada Austin, el criterio y la apertura con la que están encarando este tema.

Me parece sumamente importante escuchar todas las voces, porque ellas nos enriquecen. Hoy hemos escuchado exposiciones muy valiosas para abordar esta iniciativa. Coincido respecto de los conceptos que se han señalado aquí, y también con la apreciación de que es imperioso que la abordemos y que se sancione la mejor ley posible. Hay experiencia, hay distintas miradas, y no tengo dudas de que en este camino que ustedes han comenzado encontraremos el justo medio para sancionar la mejor ley.

En este sentido, como entrerriano, quiero ofrecer voces desde mi provincia. Frente a Rosario tenemos la ciudad que se llama Victoria, que es una ciudad insular también, que abarca algo así como medio millón de hectáreas. Es muy importante tener en cuenta también esa mirada y esos puntos de vista. Dejo plasmada esta inquietud para una próxima reunión.

Consideramos que esta iniciativa también podría haber tenido giro a la Comisión de Agricultura y Ganadería, porque más allá de que el fin principal es el ambiente creo que tenemos que encontrar alguna situación de equilibrio entre el bien principal, que es cuidar el ambiente, y las actividades productivas. Esto también lo señalaron varios legisladores y expositores.

En este sentido, creo que el ambientalismo y la producción no pueden ser antagonistas, pues el mundo demanda producciones y ambientes sustentables. Creo que tenemos una enorme posibilidad para encontrar caminos de encuentro, a fin de sancionar la mejor ley.

No quiero ocupar más tiempo, señor presidente. Le agradezco y reitero que amplíe todo lo posible, porque se va a lograr el mejor dictamen.

Sr. Presidente (Grosso).- Muchas gracias, señor diputado.

Tiene la palabra la señora diputado Gaillard.

SRA. GAILLARD Señor presidente: quiero felicitarlo por tomar la iniciativa de trabajar sobre este tema.

Cuando, en su momento, presidí la Comisión de Acción Social y Salud Pública íbamos a trabajar en el tema de agrotóxicos y recuerdo que estaba en el aire esta contradicción del medio ambiente y la producción.

Me parece que este debate es muy bueno, por la convocatoria para escuchar a los especialistas, a todos los actores, a la gente del territorio y a los funcionarios de las distintas provincias involucradas, para lograr un proyecto que contemple todo.

Considero que no es bueno que se haga la guerra entre el medio ambiente y la producción. Por eso destaco que está muy bien planteada la reunión de hoy. Hay que buscar el equilibrio, que se puede lograr si escuchamos a todos y, particularmente, conocer cuáles son las necesidades de cada uno de los sectores, teniendo en cuenta la preservación del medio ambiente.

Creo que no hay que enamorarse de un proyecto. Coincido con Germán en que tiene que sancionarse la mejor iniciativa, que es aquella que contemple los intereses de todos, el cuidado del medio ambiente, que no afecte a la producción y que se desarrolle de manera sostenible.

Me parece muy importante lo que manifestó la señora diputada Camaño respecto de la conciencia ambiental. Más allá de que se sancionen las mejores leyes, tenemos que deconstruirnos y dejar esa mirada antropocéntrica para tener una mirada ecológica.

Como entrerriana, quiero señalar un tema que a nosotros también nos preocupa y no nos gusta en absoluto. En ese sentido, agradezco al señor presidente porque esta reunión sirvió para desandar algunos preceptos respecto de rosarinos contra entrerrianos, y esa cuestión bilateral que se estaba dando. La verdad es que nosotros somos parte de la región centro; amamos Santa Fe, amamos Córdoba y estamos trabajando para engrandecer nuestra región y salir del "porteñocentrismo" o de la mirada unitaria que tiene nuestro país.

Por ello, esta comisión nos permitirá trabajar en conjunto, para arribar a la mejor solución. La provincia de Entre Ríos tiene actualmente en tratamiento un proyecto de ley provincial sobre regularización dominial. Como ustedes saben, nos pertenece el 70 u 80 por ciento de las tierras, pero muchas de ellas están en manos de gente de Rosario. Por ello, no hay una solución lineal, sino que hay que escuchar todas las voces y lograr la mejor ley que contemple a todos.

Hablo en nombre de mis compañeros, de Mayda -quien estuvo escuchando toda la reunión- y de Blanca, que hoy tenía otra actividad. Estamos para colaborar y trabajar en el logro de la mejor ley, que cuide el medio ambiente y que permita que los productores sean escuchados en este trabajo, que Leo ha comenzado, como iniciativa maravillosa desde la comisión. No hay que esconder nada, hay que hablar de todo y alcanzar la mejor ley; y creo que eso es posible. Muchas gracias.

SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias, señora diputada. Cabe mencionar que la señora diputada Gaillard es presidenta de la Comisión de Legislación Penal. Considero que es muy importante la participación de todos y de todas, por los temas que se conversaron aquí.

Para terminar la reunión, Lucía Figueroa, una compañera de trabajo de esta comisión, leerá los nombres de las organizaciones que estuvieron presentes. Muchas gracias a todos, a todas y a todes.

SRA. FIGUEROA Señor presidente: voy a leer la lista de las organizaciones que participaron y nos acompañaron. Dice así: Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible; Secretaría de Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca; Partido Verde; Juventud Partido Verde; Red del río Luján; Guardianes del Iberá; MNCI; La Vía Campesina; Amigos de la Tierra Argentina; Asociación por la Justicia Ambiental; Congreso Urbano Ambiental de Escobar; Asociación UPVA, de Ramallo; FAU-UCU; colectivo social Todos por Nuestros Arroyos; Organizaciones de Ambientalistas Autoconvocados; Vecinos por los Humedales de Concepción del Uruguay; Cooperativa Apícola Apinoc; Greenpeace Argentina; Jóvenes por el Clima Argentina; Alianza por el Clima; Isla Verde; Prosperar; Conciencia Ecológica; Agenda Ambiental Eco House, Fundación Sustentabilidad sin Fronteras; Fundación Ambiente y Recursos Naturales, FARN; Periodistas por el Planeta; Frente Sindical de Acción Climática; Área ambiental de ATE Capital y de la Fundación Germán Abdala; Frente Ambiental de la Secretaría de la Juventud de APL; Red de Universitaries por el Cambio Climático; Federación Argentina de Espeleología; Centros de Estudios Prospectivos de Cuyo y Corrientes contra el Cambio Climático.

SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias a todes. Trataremos de reunirnos todas las semanas, aunque quizás puede retrasarse una reunión por cuestiones de agenda. La semana próxima trataremos los humedales y la producción, la producción en los humedales, humedales en vivienda y vivir en los humedales o en los entornos.

También queremos trabajar el aporte de la comunidad científica y universitaria que viene desarrollando e investigando esta cuestión. Hoy se expuso parte de ese aporte, pero queremos sumar aún más. Por supuesto, cabe reiterar que las distintas organizaciones siempre van a tener la voz para seguir sumando perspectivas y experiencias.

Muchas gracias a todos y a todas.

Aquí finaliza la desgrabación de la reunión de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano del 5 de agosto de 2020.