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RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO

Comisión Permanente

Of. Administrativa: Piso P01 Oficina 149

Secretario Administrativo DR. SAADE MARTIN OMAR

Jefe SR. OTTONE IGNACIO

Martes 14.30hs

Of. Administrativa: (054-11) 6075-2132 Internos 2132/2133

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  • RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO

Reunión del día 13/08/2020

- INFORMATIVA

- Aquí comienza la desgrabación de la reunión de Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano del 13 de agosto de 2020:
SR. PRESIDENTE GROSSO Hola a todos y a todas. Gracias por estar presentes en esta nueva reunión.

Damos inicio formalmente a esta segunda reunión informativa que denominamos "Hacia una ley de protección de humedales en la Argentina". Este debate lo iniciamos la semana pasada, con la presencia de una serie de expositores y expositoras vinculados con organizaciones científicas, especialistas y, también, organizaciones ambientales.

En este encuentro queremos abordar el tema de los humedales y la producción, ya sea la producción sobre los humedales como en los humedales. Para ello, contamos con la presencia de una serie de invitados e invitadas vinculados con este tema. El primer bloque se referirá a la producción y, posteriormente, nuestra compañera, Lucía Figueroa, presentará a los y las especialistas.

Quiero recordar a todos y a todas que tenemos un tiempo establecido para cada exposición, que se los iré marcando, porque la idea es que se escuchen todas las voces y profundicemos el debate.

Tal como lo manifestamos en la primera reunión de comisión, luego se transcribirán las intervenciones de cada uno y cada una, para que los diputados y las diputadas ponderen todo eso a la hora de debatir este proyecto de presupuestos mínimos de protección de humedales.

Estoy muy contento por estar llevando a adelante esta segunda reunión informativa de la comisión con la buena noticia de que por unanimidad de todos los bloques que tienen representación política en el Senado se acaba de sancionar el Acuerdo de Escazú. Luego, lo tendremos que trabajar en esta comisión y, posteriormente, en la Cámara de Diputados.

Por otro lado, también tenemos la triste noticia de que sigue el humo sobre nuestras ciudades y hoy nuevamente, casi como una nueva señal de la naturaleza, el viento norte nos trajo el humo de los incendios en el Delta del Paraná. Vamos a redoblar la apuesta y el esfuerzo para que este debate sea serio y todos y todas nos comprometamos en elaborar la mejor ley posible.

En primer término, comenzaremos con el bloque de expositores que se referirán al tema de la producción.

Tiene la palabra el señor Jorge Temporetti, de la Federación Agraria Argentina.

SR. TEMPORETTI Señor presidente: gracias por la invitación. Saludo a todos los participantes de esta reunión y a los demás integrantes de la comisión.

Comienzo mi exposición compartiendo la expectativa que genera la posibilidad de contar con una vacuna, para quienes hoy nos estamos convocando de esta manera. Esto demuestra que cuando existe una decisión política, las respuestas se obtienen en plazos que, a veces, parecen difíciles de cumplir.

Entendemos que es imprescindible que haya algún tipo de protección de todas las zonas de humedales que tienen una diversidad muy grande. Por eso entiendo que uno puede opinar desde algún aspecto, pero es difícil hablar de una legislación en general.

La Federación Agraria viene participando en el tema hídrico desde 1982 o 1983, en plena gran inundación, con una documentación que se ocultaba, cuando en aquella época se inundaba el Paraná. Luego, en 2008 y 2009, hemos estado en algunas luchas relacionadas con esas gigantescas secas, y hoy vuelve a surgir el tema por los incendios.

Cabe precisar que ya Florentino Ameghino expresaba que había que tomar medidas para morigerar los extremos, tanto de sequías como de inundaciones, haciendo las reservas. Voy a expresarme sobre lo que conozco, que es la Cuenca del Río Paraná. En ese sentido, lo que se ha hecho es todo lo contrario. Entiendo que en todo lo que hace a las grandes cuencas y ríos -creo que hablar de la Cuenca del Plata es algo monstruoso-, si no se revierte el desastre que se está realizando con la deforestación será muy difícil que tenga eficacia sobre estos elementos.

También sé que los glaciares y las playas de mar son considerados humedales. Creo que en cada ámbito debería haber un abordaje específico, pero es muy difícil pensar seriamente en el futuro si no se adoptan medidas sobre lo que está pasando, que está agravando las consecuencias de los grandes extremos hídricos -que siempre tuvo el Paraná-, que constituyen el marco necesario para que se produzcan, por ejemplo, los incendios; lo mismo digo respecto de las inundaciones.

En 2016 tuvimos una inundación inédita. Por la lluvia caída -esto lo tendría que explicar la gente que está en el tema- no tiene justificación los niveles que alcanzó el agua en nuestra zona.

Es muy difícil sintetizar en esto, pero puedo darles a modo de ejemplo un dato de la provincia de Entre Ríos, registrado entre los años 1995 y 2003. En el departamento de Rosario del Tala, en 1995 había 98.598 hectáreas de bosques nativos; en 2003, esa superficie había descendido a 28.272 hectáreas. Esa diferencia fue registrada en tan solo ocho años, situación que después generó tremendas inundaciones. Estamos hablando de la cuenca del rio Gualeguay.

Menciono esto como un ejemplo práctico, con la intención de graficar cuál es la situación, pero eso es algo que ocurre en todos lados. Como saben, hubo inundaciones terribles en La Plata y en Luján que han costado vidas. Entonces, creo que ese es el fondo de la cuestión.

La otra preocupación que puedo citar es que si se sanciona una ley sobre esta materia, esta debe estar enmarcada en una política de soberanía nacional. De no ser así, las leyes terminan siendo letra muerta; cuando hay intereses poderosos, realmente quedan dormidas.

Concretamente, para darles un ejemplo, en este momento ya hay leyes que se refieren al tema de las quemas. La ley de humedales no va a cambiar la situación de los incendios. Es decir que hay leyes, pero no se aplican.

En este sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación acaba de emitir una resolución por medio de la cual exige el cumplimiento de las leyes. Por lo tanto, el marco que se dé a la norma deberá tener una forma o estructura específica que brinde las herramientas necesarias para que realmente se cumpla, como cualquier otra que defienda nuestro ambiente, que es nuestra casa.

Comúnmente uno escucha opiniones donde lo que interesa es la diferencia que se hace en el momento. Pero cuando se reflexiona un poquito, nos preguntamos: ¿qué queda para los que vienen después, para los que siguen, para quienes van a tener que vivir en ambientes contaminados?

Los que tuvimos el pequeño privilegio de andar por otros lugares en el mundo, sabemos que los alemanes no desmontan y que los franceses cuidan sus glaciares; por eso, siguen teniendo agua pura.

Creo que debemos contar con una normativa que nos permita tener ese tipo de elementos, que cuente con la iniciativa política y la flexibilidad suficiente para que las limitaciones que pueda haber o los cambios que a veces ocurren con el tiempo puedan corregirse con cierta agilidad.

En cuanto al tema de los requisitos y exigencias, como el estudio de impacto ambiental, yo no tengo ninguna duda de que un isleño...

SR. PRESIDENTE GROSSO Le queda un minuto.

SR. TEMPORETTI ...no está prendiendo fuego, sea de la actividad que fuera.

SR. PRESIDENTE GROSSO Le queda un minuto.

SR. TEMPORETTI Puede ser que alguien que hace inversiones piense, por ejemplo: "Bueno, si yo quemo ahora, crece el pastito y para septiembre puedo hacer engorde".

También puede haber otras especulaciones que tienen que ver con este tipo de hechos y que sin la sequía no estarían produciéndose. Pero claro, como va a haber sequía, así como también inundaciones, es justo preverlo.

Para finalizar, quiero señalar algunas cuestiones referidas a las exigencias para quienes realmente residen, trabajan y viven acá. No puede ser igual el estudio de impacto ambiental, el esfuerzo o la exigencia para quien reside en el lugar y hace proyectos propios de la vida de un pequeño o mediano productor, que para quienes hacen grandes inversiones y transformaciones. Estos últimos -como está ocurriendo acá, en la ruta 45-, están utilizando los taludes de la misma ruta para hacer sus defensas, sus diques monstruosos e incluso llegan a tapar los puentes, cuestión en la que lamentablemente el Estado no participa.

SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias, Jorge Temporetti. El tiempo es tirano, ya lo sé.

Es el turno ahora de Adrián Mendizábal, productor foresto-industrial del Delta del Paraná, quien hará uso de la palabra en representación de la región Delta y Pampeana de la Asociación Forestal Argentina.

SR. MENDIZÁBAL Ante todo, agradezco la posibilidad de participar en esta reunión.

Les daré mi visión sobre el Delta, no solo como territorio, sino como comunidad socioproductiva. En el caso de mi familia, llega a este paraje en 1869, siendo yo la cuarta generación de los que aquí moramos. Al mismo tiempo, otras familias fueron afincándose en distintos ríos y arroyos, en general agrupándose de acuerdo con el origen de la inmigración. Lo hicieron incentivados por una política de colonización, que en ese momento promovía la ocupación de los territorios despoblados, con el objeto de cultivar esas tierras.

Así, en algunos años el Delta fue capaz de abastecer de frutas y verduras a toda la metrópoli. A la par, se desarrolló un cultivo de mimbre y forestación como insumo necesario para el embalaje de la primera producción, la que se replicó, a su vez, en una industria que ocupó a tejedores de mimbre, una industria periférica en las ciudades cabecera y otras también en el propio territorio.

Este desarrollo fue tan interesante para el Estado, que en poco tiempo se propusieron y se hicieron canalizaciones. Hacia finales de 1800 y principios de 1900, se construyeron los principales canales en el Delta con el objeto de mejorar la navegación para acercar las grandes distancias y también para favorecer en la vera de dichos canales el afincamiento de nuevos moradores. Más tarde, todos los pueblos ribereños organizaron sus puertos porque había que recibir la producción. Esa es un poco la historia del desarrollo de la zona donde vivo.

Visto en perspectiva, y conociendo los pocos medios que hubo en aquel entonces, estos pioneros tuvieron que introducirse con canoas y sin propulsión. Recién después de un tiempo tuvieron barcos de vapor, y más tarde llegaron a lo que hoy se conoce como las lanchas colectivas, incluso con varios servicios por día. Así que, como les decía recién, años más tarde en todos los distritos ribereños se construyeron las cabeceras para el arribo de todos estos pobladores y de las producciones que les he mencionado.

En las primeras décadas de 1900 se radicaron en las zonas del Delta bonaerense alrededor de 30.000 personas. Se fundaron diversos clubes: sociales, de remo, de fútbol; hubo una vida social bastante desarrollada. Las escuelas funcionaban en viviendas que cedían los propios pobladores.

Como hecho destacado, podemos señalar que en 1936 los isleños organizaron un congreso, en el que hubo ponencias y propuestas que de alguna manera intentaron transformar en políticas públicas. En ese entonces también formaron una asociación civil, que es la de mayor trayectoria que se dio en el Delta, que es el Consejo de Productores del Delta y que al día de hoy sigue vigente.

El mérito de ese congreso, que se desarrolló un 31 de octubre, fue que se instituyó esa fecha como "Día del Isleño", celebración que cala muy hondo en el sentimiento de sus habitantes. Cada año se festeja con mucho entusiasmo, a veces cambiando los lugares en los que se celebra. Esto fue reconocido por varios decretos de las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe.

Luego, en los años 50, hubo una gobernación que quiso desarrollar el Delta e instaló decenas de escuelas -a las que yo fui- con edificios nuevos. Asimismo, un municipio como el de San Fernando instaló tres hospitales con equipamiento de primer nivel y lanchas ambulancias.

Volviendo al aspecto productivo, se dio un crecimiento continuo de la forestación, lo que permitió abastecer a más de 200 aserraderos que luego se instalaron en los partidos vecinos al Delta. Todo ello sirvió no solo para contener la producción frutícola local, sino también a la de otros lugares del interior del país.

Por su parte, el desarrollo papelero se dio a través de Celulosa Argentina -que vino por los años 50-, que se instaló en la ribera de Zárate, también para abastecerse de la producción de maderas que se obtenían del Delta.

También hubo otros desarrollos, como la producción de tableros de partículas y demás con muchas otras fábricas. Hacia finales de los 70, llegamos a la primera planta de producción de papel para diario, que también vino con una tecnología para usar madera de fibra corta, abasteciéndose de la producción del Delta.

Sin embargo, se necesitaba que todos esos cultivos que nuestros antecesores desarrollaron en el Delta fueran más competitivos y eficientes. Por eso, en su momento la provincia, a través del correspondiente ministerio -que creo que se llamaba Ministerio de Asuntos Agrarios-, daba asesoramiento a los pobladores y también instaló viveros en el propio Delta. Eso después se potenció, porque a finales de los 50 se instaló el INTA Delta, que trajo una mayor carga de capacitación y apoyo tecnológico y tuvo un vínculo muy estrecho con los productores.

SR. PRESIDENTE GROSSO Le queda un minuto.

SR. MENDIZÁBAL Se concretaron muchísimos convenios de investigación y desarrollo entre el INTA y diversos productores y empresas. Entre ellos, con la propia institución que represento hoy.

La Asociación Forestal Argentina ha celebrado convenios para la elaboración de manuales de buenas prácticas. Ya hoy estamos aplicando un protocolo de conservación de la biodiversidad para paisajes forestales del bajo Delta del Paraná. También debemos destacar que en el medio las empresas más grandes tienen certificaciones internacionales para producir. Por lo tanto, no solo se investigó para producir más y mejor, sino para hacerlo en armonía con el ambiente.

Un ejemplo de ello fue la cada vez más difundida práctica del sistema silvopastoril, que no solo implicó un mejor uso del suelo, sino también una mengua en el riesgo de incendio por la reducción de las masas combustibles.

SR. PRESIDENTE GROSSO Vaya cerrando, por favor.

SR. MENDIZÁBAL Sí, señor presidente. Me falta un poco. Lamentablemente, quizás no pueda redondear el concepto. Pero de alguna manera lo que quiero decir es que acá hubo toda una etapa de un desarrollo productivo incentivado por el Estado que los productores recibimos y al cual le dimos forma.

Quiero recordar que también en el año 2009, allá en nuestra tradicional Escuela Primaria N° 10, la expresidenta en compañía de gobernadores y del jefe de Gabinete hizo el lanzamiento del segundo tramo de la ley de promoción forestal, motivándonos incluso a seguir produciendo.

Como les decía, se produce madera con la forestación y ganado en los sistemas combinados, y se elaboran productos a partir de la miel. La nuez Pecán también está adquiriendo preponderancia en este momento. O sea que hay diversidad de cultivos.

Mientras tanto, el Estado siempre interactuó y sostuvo la educación y la salud, y también ha contribuido con infraestructura en la medida de lo posible. Igualmente, en los casos en que no fue posible recibir la ayuda del Estado, la comunidad supo organizarse y realizar obras como el tendido de la luz eléctrica. Dimos allí el puntapié inicial, y después todos los productores traccionamos y llevamos la luz a todo el Delta. Hoy ya está en manos de distribuidores, pero esto sucedió después de más de treinta años.

SR. PRESIDENTE GROSSO Su tiempo ha finalizado.

SR. MENDIZÁBAL Con esto quiero marcar que los territorios sobre los que se quiere legislar son variados y muy diversos, y que aun en el propio Delta no es todo igual. Nadie está más interesado que nosotros en preservar el suelo, en el que desde hace 150 años, por experiencia propia y por apoyo tecnológico, hemos podido producir. Con esto creemos dar demostración de la sostenibilidad de nuestros emprendimientos.

Por ejemplo, hace veinte años nos dimos un ordenamiento con el Municipio de San Fernando y así se crea la Reserva de Biosfera. Justamente, en esa reserva lo que más se tiene en cuenta es a la población local. Por eso quiero destacar que es fundamental la participación de los actores socioeconómicos en el dictado de cualquier norma que tenga implicancia en el territorio.

Por otro lado, observé comentarios sobre el tema de la calidad del agua, la posible contaminación y demás cuestiones. Al respecto, debo decir que nosotros bebemos de esa agua y creemos que, si hay que mirar alguna contaminación, debemos estar atentos a las grandes ciudades que puedan tener algún posible descontrol...

SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias Adrián. No quiero cortar tu discurso, pero estás pasado de tiempo.

SR. MENDIZÁBAL Digo lo último. Creo que no se debe mezclar el tema del humo y las quemas de estos días con la necesidad de un ordenamiento. Digo esto porque el ordenamiento es algo serio a lo que debe prestársele atención. Sabemos que en el tema de las quemas hay leyes que se tienen que cumplir, que quizás no se están cumpliendo; pero esto no es una responsabilidad nuetra.

Los esperamos en el territorio. Queremos invitarlos a recorrerlo...

SR. PRESIDENTE GROSSO Señor Mendizábal: hay catorce oradores anotados para hacer uso de la palabra. Agradecemos mucho tu participación. Ya son diez minutos y medio de discurso...

SR. MENDIZÁBAL Muchas gracias.

SR. PRESIDENTE GROSSO Tiene la palabra la señora Miriam Sotelo, representante del pueblo guaraní de Corrientes de la comunidad Yahaveré.

SRA. SOTELO Agradezco al señor presidente de la comisión y al resto de los participantes.

Mi participación es como CPI. Como verán estoy bajo el cielo de Yahaveré, en el Iberá, con un poquito de lámpara porque está anocheciendo. Agradezco mucho poder participar en este espacio como CPI y como miembro de la comunidad Yahaveré, que habita en el medio del corazón del Iberá, que es desde donde les estoy hablando.

Me siento muy orgullosa de poder formar parte de este espacio y de ser la voz en nombre de todas las comunidades indígenas de Corrientes.

Estamos a treinta kilómetros del pueblo de Concepción. Siempre se transitó a caballo y en canoas en tiempos de crecida de agua. Hoy se lo hace a través del tractor, en camionetas y algunos tienen moto, porque estamos en un tiempo de seca. Los parajes más afectados son Ñu-Puhy, Carambola, Plumero, Gallo Sapucai. Se vive el día a día en constante contacto con la naturaleza. Para nosotros la protección del medio ambiente es algo explícito que se lleva en nuestra cultura y en nuestra forma de relacionarnos con el ambiente. La común armonía con el entorno es propia del guaraní.

La oradora se expresa en idioma guaraní.
SRA. SOTELO Sabemos que somos parte de esta tierra. No somos sus dueños y es por eso que la respetamos y la amamos. Por eso luchamos el día a día. Vemos toda esta naturaleza que nos rodea -que es tan importante y significativa para nosotros-, que nos permite luchar por la tierra. No debemos nada de ella. Es de ahí de donde sacamos la madera, la leña, el junco para construir las casas y la recolección de la miel, porque también somos productores apicultores. Es aquí donde nos bañamos, donde mi hijo chapotea en el agua y donde la cultura guaraní es parte de este ambiente desde el cual les estoy hablando. Repito: lo hago en representación de la comunidad de Yahaveré y del resto de las comunidades de Corrientes. Para nosotros la protección de la naturaleza y su cuidado nunca fueron un problema. Mis abuelos les han enseñado a mis padres y éstos me han enseñado a mí. Me refiero a don Lacho y a Susi Leiba, lugareños de Yahaveré y del Iberá. Ellos me han enseñado a mí y a mi hijo, que quien ama el estero le encanta chapotear en el agua. Con el paso del tiempo fuimos modificando nuestra forma de vida porque así lo ha requerido este ecosistema. La reserva se creó en el año 83 y a partir de allí se ha prohibido la caza. Entonces, nosotros fuimos modificando nuestra forma de vida. Aunque seamos una comunidad estereña e isleña tenemos la necesidad de mejorar esa calidad de vida por la que todos luchamos.

¿Quién no ama su lugar? ¿Quién no lucha por ese espacio que tenemos aquí? ¿Quién quiere irse de su casa? ¿Quién quiere abandonar ese espacio tan significativo como son los Esteros del Iberá por el cual luchamos? Si hubiera una mirada más atenta a las comunidades tal vez habría muchos más pobladores. Hubo comunidades que fueron despoblándose de los esteros. Sin embargo, ha habido un avance contra nuestros territorios modificando el ecosistema, el ambiente, las tierras, los cursos de agua, poniendo terraplenes, alambrados, prohibiciones de paso. ¿Desde cuándo un poblador tiene que pedir permiso para entrar a su casa? Esto es lo que les ha sucedido a las comunidades indígenas de Corrientes y a los campesinados, despoblándolos de sus propias casas, de sus territorios y de sus tierras.

Asimismo, no estamos de acuerdo con que las aguas que llevan nuestras canoas sean excluidas para arroceras, forestales o para los grandes productores de ganado ¿Desde cuándo tenemos que permitir eso? Toda el agua que se saca de las lagunas y de los esteros está contaminada por agrotóxicos. En nuestra provincia han muerto niños a raíz de los agrotóxicos. Desde las comunidades indígenas siempre luchamos para que eso se deje de usar. Ponemos el cuerpo y el corazón cada vez que los intereses económicos extractivos y comerciales vinieron -y aún vienen- a querer hacer lo que les parezca en nuestros territorios. Eso no va a cambiar. Vamos a seguir luchando y poniendo el pecho frente a los que quieran destruir el ambiente y nuestro bello ecosistema.

Considero que tiene que existir una ley que conozca la existencia del problema, que viralice la problemática de un territorio, incluso estero adentro. Nosotros haremos todo para frenar cada proyecto que signifique la destrucción del ambiente.

Los legisladores que nos representan tienen que hacer valer nuestros derechos. Continuaremos en armonía con el ambiente, con nuestros animales, con nuestras chacras, produciendo miel, leche y queso, entendiendo los ciclos de seca e inundación con los que siempre hemos vivido.

De este debate debe quedarnos algo en claro: nosotros ya elegimos qué forma de vida queremos. Nos decidimos por la agroecología y la soberanía alimentaria, porque son los pilares de nuestra producción. Somos hijos de la tierra, parte de ella y nada hará que eso cambie. Hoy, los legisladores son los que deben decidir para proteger nuestras leyes y no solamente nuestra forma de vida sino también la de todos los argentinos. Muchas gracias.

La oradora se expresa en idioma guaraní.
SR. PRESIDENTE GROSSO A continuación, van a compartir el tiempo José Volante y Gerardo Mujica, pertenecientes al grupo de humedales del INTA.

SR. VOLONTE Quiero comentarles cuál es el grado de incumbencia que tiene el INTA en la problemática de los recursos naturales y el medioambiente. Este organismo tiene un compromiso muy fuerte con el estado del medioambiente. Esta nueva etapa comenzó hace ocho meses en una cartera compuesta por 96 proyectos nacionales, de los cuales 23 están vinculados directamente con recursos naturales y cambios climáticos. Entre esa amplia lista de proyectos se encuentra uno vinculado directamente con los humedales.

Se trata de un proyecto de humedales que abarca todo el territorio nacional y tiene dos grandes componentes. Un componente de mapeo de humedales y uno relacionado con las buenas prácticas agropecuarias en humedales. El primer componente de mapeo surge de una necesidad de la localización de áreas que pueden tener la probabilidad de ser un humedal. Nuestra aproximación técnica tiene la característica de dirigirse a detectar áreas con probabilidad de inundación, de suelos hídricos y de vegetación hidromórfica. De esa forma, armaríamos un mapa nacional de probabilidad de hallazgo de humedales. Creemos que este mapa puede ser un gran aporte a la gestión y al ordenamiento del territorio. Este mapa va a comprender desde Tierra del Fuego -con las turberas- pasando por la Patagonia -con los mallines-, con las vegas altoandinas, los madrejones del interfluvio del Bermejo y el Pilcomayo y, finalmente, abarcará los bajos submeridionales, el Delta del Paraná y todos los esteros correntinos.

Quiero remarcar que además de este proyecto de humedales hay otras iniciativas vinculadas a éste que tienen que ver con gestión integrada de cuencas, dinámica de uso de suelo, interacción de las napas con los sistemas productivos, prevención y evaluación de emergencias y desastres agropecuarios, evaluación y monitoreo de biodiversidad de sistemas agropecuarios. Hay una red de cartografía de suelo y evaluación de tierras. Todos estos proyectos aportan al conocimiento y van a servir como información para la toma de decisiones.

Voy a darle la palabra a mi compañero Gerardo Mujica.

-Luego de unos instantes.
SR. VOLONTE Lamentablemente, Gerardo Mujica no está conectado.

De todos modos, quería comentarles que también se encuentra el señor Miguel Taboada, quien tenía una introducción sobre suelos hídricos e hidromórficos, que podría llegar a aclarar algunas dudas sobre esta temática.

SR. PRESIDENTE GROSSO El señor Taboada está anotado para hacer uso de la palabra dentro de unos instantes.

SR. VOLONTE Entonces, voy a redondear mi exposición.

Quiero recalcar que nuestra institución -que es técnica- está vinculada al Ministerio de Agroindustria. Por ello, tenemos las directrices de ese ministerio. Asimismo, estamos vinculados con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Desde la gestión anterior hemos comenzado a trabajar en estas temáticas. Además, con esta nueva gestión, vamos a poder brindar un sistema de soporte para la toma de decisiones.

Nuestra mirada es la producción y la conservación, donde tratamos de introducir el concepto de que no hay producción sustentable sin la conservación del nivel de provisión de servicios ecosistémicos y la biodiversidad.

Desde el INTA estamos tratando de erradicar ese mensaje de dicotomía entre la producción y la conservación. Hay un error fundamental en creer que se puede disociar la producción de la conservación.

Necesitamos introducir la intensificación ecológica como un concepto necesario para la intensificación productiva.

Este es el mensaje que yo quería transmitir y les dejo el saludo de las autoridades del INTA que han delegado en nosotros la responsabilidad de traerles este mensaje.

Quedamos al servicio de la sociedad para llevar la mayor cantidad de información posible para resolver este tema tan controversial para algunos sectores.

SR. PRESIDENTE GROSSO Tiene la palabra José Jacobsen, presidente de la Cooperativa Agrícola Productores del Delta, de Villa Paranacito, Entre Ríos.

SR. JACOBSEN Señor presidente: soy productor forestal y ganadero, presidente de la Cooperativa Agrícola Productores del Delta de Villa Paranacito, Entre Ríos.

Vivo en las islas, soy nacido y criado acá. Mi familia se estableció en este lugar hace aproximadamente cien años.

Estoy a 20 kilómetros de la localidad más cercana, Villa Paranacito y para llegar al pueblo tengo que hacer 2 kilómetros en lancha, luego tomar mi vehículo y hacer unos 18 kilómetros por camino de tierra. Este camino lo construyó un consorcio de vecinos con la ayuda del gobierno provincial. Para acceder al pueblo hay que cruzar con una balsa, también administrada por el mismo consorcio caminero.

Nuestra principal producción es la forestación, algo de ganadería y ahora están comenzando también importantes emprendimientos de nuez pecán.

La cooperativa que integro está por cumplir 90 años y es una de las más antiguas de la provincia, cuenta con unos 250 socios activos, todos pequeños productores. Estamos afiliados a la Federación Agraria y la principal actividad que realiza la cooperativa es la comercialización de madera.

Tenemos también una planta de craqueo y secado de nuez pecán, que se instaló también con el apoyo del gobierno.

La mayoría de los trabajos en esta planta y en la recolección los realizan las mujeres isleñas.

El consejo de esta cooperativa es ad honorem.

Se interrumpe el audio.
SR. JACOBSEN Comencé exclusivamente con producción forestal y con el tiempo, con el solo fin de evitar riesgos de incendios, puse algo de ganadería. El resultado fue muy bueno porque las vacas mantienen libre de ese material combustible, que se va formando año tras año al secarse el pasto durante el invierno.

Son varias generaciones que venimos trabajando en el delta.

Es evidente que no hemos degradado el ambiente en ningún aspecto en todos estos años. Por eso, consideramos que debemos ser incluidos y partícipes en la toma de decisiones, proyectos y cualquier reglamentación que influya en nuestro sistema de vida o producción, porque nadie conoce ni cuida el delta como un isleño.

Personalmente, invito a que vengan a conocer nuestro sistema de vida dentro de las islas, así pueden corroborar que somos un pulmón para las ciudades cercanas con nuestra forestación.

En el caso de los incendios, la única forma de minimizarlos es con producción. Los campos abandonados, que en algunos lugares son muchos, son fáciles presas de daño. Por lo mismo, insisto en la instalación de proyectos productivos, con mejor sistema de transporte, comunicación y salud para fomentar el arraigo familiar.

De haber un cambio, debe ser con mayor apoyo a los productores isleños, tratando de evitar regulaciones que los obstaculicen.

En pleno centro de este valle fluvial se encuentra la ciudad más cercana, capital del departamento, Villa Paranacito, con más de 3.000 habitantes, que también debe ser tenida en cuenta dentro de la mira de los proyectos.

Un cambio equivocado en las reglamentaciones podría arruinar una zona y, en consecuencia, provocar la emigración.

Por estas razones, antes de elaborar cualquier proyecto, es primordial tener un conocimiento consensuado y exhaustivo de la vida de los pobladores de la región y sus sistemas de trabajo, para evitar de esta forma dejarse llevar por falsos conceptos y provocar la decadencia de una zona productiva y con un gran potencial, si lo sabemos aprovechar.

Esta es mi humilde y respetuosa opinión como habitante de toda la vida en estas islas. Muchas gracias. Este es el planteo que quería hacer.

SR. PRESIDENTE GROSSO Tiene la palabra Analía Esperón, productora, hija de isleños, transportista de animales y miembro del partido FE, de San Nicolás.

SRA. ESPERÓN Buenas tardes. Agradezco la invitación a Leonardo Grosso y a Pablo Ansaloni, presidente del partido FE.

La verdad es que me siento tocada con toda esta situación porque yo estoy en lo que son las islas de las Lechiguanas, departamento de Gualeguay. Soy la cuarta generación de productores ganaderos en el delta y la tercera de transportista fluvial, ya que manejo un barco de hacienda de cinco jaulas.

No solamente he visto la seca y los incendios, también he visto las inundaciones y todas las cosas por las que pasa la gente de las islas.

Con el compañero Pablo Ansaloni, hace rato que estamos viendo de qué manera hacer visible que es necesario que se sancione la ley de humedales, pero con criterio.

He estado en contacto con gente como Miguel Taboada y el ingeniero Juan Borus, con quien hemos hecho un trabajo de relevamiento del caudal del río Paraná. También he estado con Darío Ceballos, responsable de la Estación Experimental Agropecuaria Delta, del INTA, a quien he invitado, porque todo lo que es el delta medio, que arranca desde Arroyo Seco hasta Baradero, es lo que conozco y es la zona que navego con mi familia. Soy única hija y hago esto de toda la vida, desde mi bisabuela que hacemos esto.

Siempre estamos buscando la solución. Cuando lo escuchaba a Adrián Mendizábal de todo lo que es la zona sur

del Delta, la verdad es que tienen todo. Tienen seguridad, que yo no la tengo en esta zona.

En una zona tan grande como el departamento de Gualeguay y parte de lo que es Victoria, tenemos la Comisaría 3°, que tiene diez policías repartidos en dos guardias.

Cuando hablamos de arraigo rural, yo, como mujer, no puedo irme sola. No puedo agarrar la lancha e irme a la isla. Tengo que estar con mi familia o con alguien porque es un riesgo. El delta entrerriano sigue siendo tierra y agua de nadie.

Si bien en su momento hubo muchas producciones y se llenó de vacas porque la soja valía muchísimo, no se hizo un planteo de emergencia. Yo he visto cómo los trabajadores, los isleños con producción propia, cuando llegaba la creciente no tenían dónde llevar los animales. ¿Y si tenía que sacarlos dónde tenían que andar? En los caminos rurales. Tenían que vender toda la hacienda o gran parte de ella o arrendar un campo para tener dos o tres crías. Una locura. No hay acceso cuando viene una emergencia como la que estamos viviendo ahora.

¿Qué hacemos ahora que no tenemos pastura? Yo he llevado cantidad de declaraciones juradas de todos los compañeros cuando se produjo la inundación, porque dijeron que desde la provincia de Entre Ríos se iban a dar los subsidios a Paraná. Me bajaba del barco, me iba hasta Paraná, presentaba las declaraciones juradas y nunca nada.

El delta medio es una zona muy grande, muy extensa y abarca muchas hectáreas. ¿Tiene potencial? Sí, muchísimo, pero con gente que sabe y que va a dar los fundamentos, como la gente de INA, para hacer una ganadería a largo plazo y con absorción de carbono. Es decir, con el cuidado ambiental que esto conlleva.

Rubén Quintana y Roberto Bo -que lo veo aquí- han estudiado toda la zona con el INA y se puede hacer una producción sustentable.

De lo contrario, estamos en la misma. ¿Qué tipo de carne comemos? ¿Comemos el ganado que come grano en un hacinamiento o un ganado con el tiempo y plazo de producción sustentable? Tenemos la mejor carne del mundo, pero ¿producimos para eso? No.

Un responsable de todo lo que es la parte ganadera, Ignacio Iriarte, tiene una palabra súper fundamentada.

La verdad es que los fundamentos se los dejo a los científicos. Lo que he buscado siempre es el aprendizaje para llevarlo a la zona.

La UATRE me ha dado la posibilidad de formar parte del programa de alfabetización rural y he enseñado a leer y a escribir -ni más ni menos- a un montón de gente de las islas que vive en barrios de San Nicolás, de Ramallo o de San Pedro.

No tenemos herramientas en el delta. Ha sido una lucha de toda la vida. Yo me he capacitado con toda la gente que he podido.

También he tratado de mostrar todo lo que lo que nos falta. Por ejemplo, en lo que es la flota fluvial yo tengo un barco que pasa las inspecciones y que tiene el certificado nacional de seguridad, pero cuando me voy a lo que es el río Paraná Pavón, que yo tengo un recorrido de doce horas de lo que es puerto de San Nicolás hasta puerto Ruíz, veo cualquier tipo de embarcaciones, son latas. No tenemos un tráfico fluvial decente.

Cuando ustedes escuchan que en las inundaciones se dieron vuelta campana, todo eso existe porque no hay regulación ni control ni seguridad.

¿Cómo vamos a promover el arraigo rural si no tenemos las herramientas de conectividad o de seguridad? Si hablamos de la oportunidad de género, una mujer sola no puede ir a vivir a la isla en esta zona de acá.

Entonces es necesaria una ley de humedales, una ley de reordenamiento territorial y ver quién es quién, porque el ganadero siempre pesca, pero los pescadores nómades están en esta situación de todo lo que es la quema de pastizales, lamentablemente.

Ha hecho frío en estos tiempos. Entonces, cómo no vas a permitir que un pescador nómade, que se está ganando la vida, haga un fuego. Sí, pasa. Y pasa esto de la quema de los pastizales. Pero muchos son involuntarios. Puede haber vandalismo, aunque aclaro que más allá de la zona de Rosario, desconozco.

Los fundamentos los dejo en manos de Rubén Quintana, del Instituto Nacional del Agua, con Juan Borus, de la gente de INTA Delta, de Diego Ravelli y de Darío Ceballos. Pero por favor, vean a conciencia y hagan un relevamiento de los isleños. Esto es fundamental para ver cómo viven y el buen vivir para crear un ambiente seguro. Muchas gracias por el tiempo.

SR. PRESIDENTE GROSSO Tiene la palabra Ana Fiol de Taller Flotante y del grupo feminista Orilleras del Río, de Victoria, Entre Ríos.

SRA. FIOL Buenas tardes y muchas gracias.

Me llamo Ana y vengo a hablar en representación de Taller Flotante que es una organización que trabaja con las culturas del río y de Orilleras, que es una organización feminista de Victoria, Entre Ríos.

Hoy traigo a esta reunión la voz de las mujeres de los humedales del Delta del Paraná.

Somos un río feminista. Somos un proyecto de articulación de las voces, de las historias de vida y de las luchas de las mujeres de nuestro río -nuestras luchas-, desde Diamante hasta el Río de La Plata. Somos un río invisible de mujeres que sostenemos en el cotidiano la vida de las comunidades y sufrimos en carne propia el avance del extractivismo.

El cuidado de nuestro humedal nos convoca directamente, y sabemos cómo cuidarlo, ya que vivimos en él y resistimos las subidas, las bajantes, las mareas y el fuego. Nuestras comunidades han sufrido también el desplazamiento, que ha quebrado las familias y nos ha despojado de nuestros oficios.

Somos maestras, huerteras, artesanas, curtidoras, dulceras. Hemos sufrido por años ante el arrasamiento de los agronegocios, al que ahora específicamente se suma de manera grosera el negocio inmobiliario.

Para nosotras, la quema es hoy el emergente de la situación estructural del modelo agroindustrial extractivo. Para seguir arrasando con la tierra tienen que continuar desplazando a las poblaciones isleñas.

Pareciera que las mujeres no existiéramos en los humedales. Se habla del lanchero, del pescador, del acopiador, del puestero y del ganadero cuando, en realidad, somos nosotras, con nuestras familias, las que sostenemos la vida, al igual que en todas las comunidades. Generamos arraigo y producimos la vida cotidiana.

Una vez que las mujeres nos vamos corridas de la isla con nuestros hijos debido al extractivismo, las amenazas y el fuego, avanza el capital despiadado y el territorio queda despoblado, despojado de esa vida colectiva y comunitaria que garantizamos las mujeres en los humedales.

Traigo aquí esas voces y esas vidas porque no es posible legislar sin las voces de las poblaciones, de las comunidades isleñas.

Nuestro territorio no está vacío. Acá estamos.

Las mujeres debemos ser escuchadas para diseñar y proponer las políticas públicas. El Estado debe administrar a partir de lo que nosotras tenemos para compartir sobre el manejo y la propiedad de la tierra, el ambiente, la salud, la educación, las escuelas isleñas y flotantes, la forma de evitar que los jóvenes se vayan o desarraiguen, la navegabilidad, la productividad -que apoyamos, ya que somos mujeres productoras- y sus cuidados.



No estamos de acuerdo en apoyar ni dar espacios para seguir pensando en la tierra como un recurso natural ya que, desde este ámbito, se han garantizado los agrotóxicos, las quemas, la depredación de los peces y de diversas especies.

Los acuerdos político-empresariales nos llevaron a este desastre que ha convertido el humedal en una zona de sacrificio.

Nosotras queremos leyes democráticas, inclusivas y de cuidado que garanticen todos los derechos de nuestras comunidades y que estén basadas en el ecofeminismo, que respeta a la tierra y al humedal como sujetos de derechos pero, principalmente, que pone en el centro la vida. Muchísimas gracias.

SR. PRESIDENTE GROSSO Gracias, Ana.

Tiene la palabra Emilio Spataro, coordinador del programa Bosques y Biodiversidad de Amigos de la Tierra Argentina. Es el último orador del bloque de los productores y productoras.

Luego comenzaremos con la exposición de los especialistas.



SR. SPARATO Buenas tardes, señoras y señores diputados, expositores y público presente. Agradezco la invitación.

Una vez más, al igual que en los últimos ocho años, vengo a dar mi testimonio en pos de una ley de humedales en la Argentina. En dos instancias esta iniciativa fue aprobada por el Senado; sin embargo, aún no tenemos ley.

Es claro que algo ocurre, y lo que ocurre es que hay sectores corporativos que, deliberadamente, vienen bloqueando su sanción; y lo hacen con muchísima efectividad, con la misma efectividad que demuestran para escapar de sentencias judiciales desfavorables y seguir destruyendo nuestros humedales. Así es, señor presidente de esta comisión: son efectivos en destruir y perpetrar su impunidad.

Un puñado de organizaciones de la sociedad civil llegó a una propuesta de ley de humedales en 2012, luego de varios conflictos que vale la pena recordar y que continuaron durante ocho años.

La lista es larga. Hubo once conflictos socioambientales a lo largo de quince años y solo en tres provincias, todos en humedales. Para mencionar tres de ellos, recordaría la demolición del terraplén en Yahaveré, en Esteros del Iberá; la demolición del barrio privado Amarras, en Gualeguaychú; y la reciente situación de emergencia en el Delta, donde intervino la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con fallo a favor de los demandantes.

La lista sería aún más larga si sumamos los conflictos socioambientales por la destrucción de humedales en el Área Metropolitana de Buenos Aires, en el litoral atlántico y en el resto del país.

¿Cuántos años y conflictos más son necesarios? ¿Cuántos humedales más deben ser destruidos para tener una política pública nacional de defensa de los humedales?

En cada conflicto, son las y los pobladores de los humedales y sus vecinos quienes asumen la defensa del bien común, amparados en la Constitución Nacional, pero dejando su tiempo, poniendo dinero de su bolsillo y dedicando esfuerzo para batallar contra los poderes reales para que se cumpla la ley general del ambiente y no se destruya. En cambio, quienes destruyen los humedales cuentan con plena disponibilidad de recursos y estructuras para continuar con sus ilícitos, ya que su propio modelo de negocios está basado en el despojo ambiental y los conflictos son solo una eventualidad a atender.

Es significativo notar que estas corporaciones han cooptado un buen número de áreas de decisión en las provincias. Por ello, es fundamental entender que aquí no hay antagonismo con la producción; el antagonismo es con la renta.

Desde hace más de sesenta años, cuando surgió el ecologismo como movimiento moderno, los sectores corporativos intentan plantear el antagonismo entre ambiente y producción. En un principio, tuvieron el beneficio de la duda porque los impactos ambientales eran conjeturales; ahora, están probados. La evidencia científica es abrumadora, todos los ámbitos de gobernanza global lo reconocen. El mundo se nos va al tacho, y los impulsores de la destrucción de la biodiversidad están plenamente identificados.

En 2019, la IPBES publicó un informe acerca de los cinco principales impulsores de la pérdida global de biodiversidad que amenaza con la extinción masiva de un millón de especies. El principal impulsor es el cambio de uso de la tierra y, luego, el uso y la explotación de los recursos naturales. Ante esta situación, la sola constitución de áreas protegidas no es una solución.

En los últimos treinta años ha aumentado significativamente la cantidad de áreas protegidas, pero ello no evitó la pérdida de biodiversidad.

Hace diez años, el prestigioso hidrólogo Carlos Tucci advirtió en un estudio que los impactos sinérgicos combinados de la problemática ambiental en la Cuenca del Plata nos iban a llevar a un problema de considerable magnitud.

Señores diputados: es claro que existen modelos productivos capaces de satisfacer y abastecer a las poblaciones humanas con bienes y servicios sin sobrepasar la capacidad de carga de los ecosistemas. También está demostrado y es reconocido por la Convención sobre Diversidad Biológica que son las comunidades locales y los pueblos originarios quienes viven efectivamente en armonía con la naturaleza. Y a ello podemos agregar métodos como la agroecología, la pesca artesanal y las formas de producción ancestrales y tradicionales.

Se debe sancionar una ley que fortalezca y apoye esas prácticas en los humedales. Por supuesto, aún falta ir más allá.

La sustentabilidad es un desafío de toda la sociedad, pero la responsabilidad es de los dueños de los medios de producción y del Estado. Los dueños de los medios de producción deben reconvertir sus sistemas para priorizar el bien común y el respeto de los límites que imponen los factores ambientales antes que un crecimiento de los márgenes de ganancia cortoplacistas.

El Estado debe marcar el rumbo de la política pública en gestión de humedales con reglas claras que ordenen el territorio y que restrinjan el uso según los límites naturales de la capacidad de carga de cada ambiente, con información pública y con una participación que esté garantizada.

Este es un desafío posible, y la forma de comenzar en nuestra región es a través de una ley de humedales. Para ello es necesario escuchar a las comunidades locales que viven en los humedales y a los científicos que, con vocación y dedicación, han generado información metodológicamente robusta, con ciencia basada en datos.

A quienes no deben oír cuando sigilosamente vayan por los pasillos y despachos es a los representantes de los sectores corporativos que no quieren esta ley. Ellos lo han demostrado en cada oportunidad. No debaten de frente; no vienen a aportar nada; no vienen a reconocer que necesitan cambiar urgentemente su forma de producción.

Se trata de entidades reconocibles: la Asociación Forestal de Corrientes, la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz y la Sociedad Rural Argentina.

Por su culpa hace ya ocho años que no tenemos una ley de humedales. Ellos quieren seguir expandiendo sus monocultivos sobre los humedales, extinguiendo el venado de las pampas -que pierde su hábitat frente a los pinos en los malezales del Aguapey- y que el Estado siga subsidiando su destrucción -como lo ha hecho en los últimos veinte años con la ley 25.080-. Todo ello, sin generar empleo ni crear valor. Por eso tienen a más del 60 por ciento de sus trabajadores en negro, incluidos los trabajadores esclavos.

Esto es lo que pasa en los humedales de Corrientes, destruidos por la codicia de unos pocos.

¿Cuántas pandemias más necesitamos para entender que en esta dirección las corporaciones nos llevan derecho a la edad media?

Cuarentena y lavado de manos, dos medidas de la época medieval en pleno Siglo XXI, en plena revolución digital.

Aún estamos a tiempo de iniciar y lidiar una transición ordenada hacia otro modelo de producción.

Señor presidente: para finalizar, quiero decir que esta iniciativa debe frenar la destrucción de los humedales y que la sociedad que vive en las cuencas -como la del Paraná-, que están siendo destruidas -sobre todo, la alta cuenca-, tengamos una oportunidad de futuro, no solo para nosotros sino para las generaciones venideras.

Seguiremos luchando siempre, empujando una ley de humedales que limite efectivamente su destrucción.

La ley de humedales será una ley del Congreso o una ley del territorio, pero nunca más puede haber intereses corporativos que primen sobre los bienes comunes.

Nunca más terraplenes, canales, quemas, urbanizaciones, megaminería y monocultivos en los humedales. Muchas gracias.

SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias, Emilio.

Tiene la palabra Lucía Figueroa, colaboradora de la comisión y quien organiza estos encuentros con muchos de ustedes. Ella presentará el segundo bloque de esta reunión, que será con los especialistas y las especialistas.

SRA. PRESENTADORA (FIGUEROA) Tiene la palabra el primer expositor de este segundo bloque, Fernando Miñarro, licenciado en Ciencias Biológicas, con especialidad en el área de Ecología. Forma parte de la Fundación Vida Silvestre Argentina.

SR. MIÑARRO Buenas tardes.

Muchísimas gracias por la invitación. Es un placer estar aquí hoy junto a todos y poder poner en discusión este tema que, como ya han dicho, se viene discutiendo hace largo tiempo.

Quisiera hacer algunos aportes en relación a lo que consideramos que debe incluir esta ley. En este sentido, ya se han señalado -especialmente Emilio en su intervención- varias cuestiones clave.

Está claro que estamos hablando de sistemas socioecológicos muy complejos, con diversas aristas que es necesario abordar.

No está en discusión, como ya se ha dicho aquí, que la producción debe estar presente en este tipo de ecosistemas. Por eso necesitamos una ley que no solo identifique a nivel nacional toda la diversidad de humedales muy complejos que tenemos -vinculados con diversos aspectos sociales y productivos- sino que también debemos entender que la producción -la actividad humana que estamos abordando en este espacio- sin regulación genera dos problemas muy importantes: la pérdida y la degradación de los ecosistemas.

Al mismo tiempo, tenemos la oportunidad de frenar esa conversión y de revertir esa degradación a través de lo que todos conocemos como la implementación de buenas prácticas que ayuden, justamente, a compatibilizar las actividades productivas con la conservación. El término "conservación", desde nuestro punto de vista, justamente aborda y contiene algo que es clave: el uso sustentable.

En este sentido, necesitamos contar con un inventario que identifique cuanto antes la diversidad de humedales que tenemos y trabajar en su ordenamiento territorial para entender cuál es ese uso sustentable que necesitamos ordenar. También debemos entender dónde necesitamos crear áreas protegidas, que efectivamente aportan una serie de servicios ecosistémicos para la sociedad y para las comunidades que viven en estos sistemas, pero también para la actividad productiva es importante que esto también se entienda. Y como decía recién Emilio, hay una palabra clave que tiene que ver con la capacidad de carga; entender que estos sistemas tienen una cierta capacidad de carga para que efectivamente podamos implementar buenas prácticas que ayuden a la producción y a la conservación.

Este ordenamiento territorial también tiene que tener tiempos cortos. Estamos ante una urgencia y esos tiempos, tanto del inventario como del ordenamiento que tiene que abordar la ley, se bajan si le ponemos decisión política y recursos económicos. Eso es clave.

Ahí toma mucha relevancia el fondo que la ley debe tener para que esto ocurra y también, como venimos conversando, necesitamos incrementar con fuertes recursos la investigación, el desarrollo y la extensión de este tipo de respuestas sobre cuáles son esas buenas prácticas que, en muchos casos, ya se conocen, y que se abordan y desarrollan desde institutos de investigación, universidades y desde el propio INTA, como también contaba José Volante.

Por otra parte, estamos en la década de la restauración. Para mí esto es clave y es una oportunidad para que el sector productivo también comprenda que son actores claves en esta necesidad de restaurar estos humedales, esos ambientes que han sido degradados por distintas actividades productivas. No me queda duda de que hay actividades como la ganadería, por ejemplo, que se pueden compatibilizar con la conservación de estos sistemas, y hay diversas pruebas en las que hemos venido trabajando.

Finalmente, la promulgación de esta ley, que contemple programas que permitan incrementar e incentivar estas investigaciones y el rol de las buenas prácticas es clave.

También es clave entender que por encima de este ordenamiento de los humedales necesitamos una ley integral de ordenamiento territorial para la Argentina. Lo que hoy presiona y sucede en el Delta tiene que ver también con la falta de ordenamiento territorial ambiental; por ejemplo, en la llanura chaco-pampeana. Se ha mencionado cómo la falta de ordenamiento por el avance de la agricultura en estos ecosistemas hizo que la ganadería se viera presionada y desplazada hacia el humedal de una manera diferente a la que se venía haciendo.

Entonces, la actividad ganadera no se adaptó al funcionamiento del Delta con sus bajantes, con sus inundaciones, donde los propios productores movían ese ganado respetando la dinámica de ese ecosistema, sino que se empezó a intervenir sobre la dinámica natural de ese ecosistema para poder sostener una ganadería a lo largo de todo el año, con indicamientos, etcétera y estamos convirtiendo, afectando y transformando esos ecosistemas con su principal (inaudible) natural, que es el funcionamiento hidrológico es estos ecosistemas.

Por lo tanto, también es clave entender que esta ley de humedales es solo una pieza de algo más grande que necesitamos, que es el ordenamiento ambiental del territorio integral para que justamente los impactos no se vayan corriendo de una región a otra.

Muchas gracias por el tiempo, aunque hay muchas cosas más para decir.

SRA. PRESENTADORA (FIGUEROA) Vamos a presentar al segundo orador, Juan José Neiff, profesor en ciencias naturales, en ecología acuática continental y doctor en biología, investigador principal, miembro del Comité Científico Técnico de la Convención Internacional de Humedales en representación de la región neotropical 2006/2008, director del Centro de Ecología Aplicada del Litoral 1985-2015.

SR. PRESIDENTE GROSSO Juan está sin cámara. Pasamos al siguiente orador y si vuelve lo volvemos a presentar.

SRA. PRESENTADORA (FIGUEROA) En tercer lugar está en la lista Marcial Bugnon, que es ingeniero agrónomo, magister en desarrollo local, productor del distrito La Brava, departamento de San Javier, provincia de Santa Fe, miembro de la Alianza del Pastizal, y subsecretario de Planificación y Gestión de la Municipalidad de San Javier.

SR. BUGNON Muchas gracias por la invitación. Más allá de mi función hoy en un municipio que tiene que ver con la temática que abordamos de una planificación estratégica de ordenamiento territorial, en este caso...

SR. PRESIDENTE GROSSO Marcial, disculpame, se escucha muy bajo, ¿podés hablar más fuerte o cerca del micrófono?

SR. BUGNON Digo que voy a dar una referencia más bien como productor agropecuario.

Mi región es el noreste de la provincia de Santa Fe. Comprende en gran medida humedales. Más del 70 por ciento de la superficie de esta región está ocupada por pastizales, cañadas, esteros y demás, que podemos determinar que son los humedales, igual que mi establecimiento agropecuario, que se encuentra en el distrito La Brava. Es una empresa familiar de 1.200 hectáreas, con 12 empleados. Estamos en conjunto con mi familia, tercera generación de productores, realizando actividad ganadera como actividad principal, fundamentalmente lo que es la cría vacuna.

Básicamente, solo 30 hectáreas son cultivables, el resto, es decir más del 95 por ciento de la superficie, son campos naturales, y mayormente campos bajos, con cañadas y esteros, con un altísimo potencial productivo, tanto en cantidad como en calidad de forraje, que nada tienen que envidiar en ciertos momentos del año y bajo ciertas condiciones a pasturas que se desarrollan en suelos agrícolas.

Entonces, en primer lugar, quiero remarcar eso, que estamos hablando de ambientes altamente productivos, pero siempre que se haga un manejo razonable, racional, que nos permita producir de una muy buena manera carne vacuna, que es demandada y que es un orgullo para los argentinos en el mundo.

El manejo racional lo hacemos y lo hemos estado trabajando junto con la Alianza del Pastizal, a través de la fundación Vida Silvestre y Aves Argentinas; hemos desarrollado algunas técnicas de manejo para poder producir carne en estos ambientes de una manera compatible con la conservación. Hemos desarrollado algunas experiencias que tienen que ver con el manejo superficial del agua, incluso hemos participado como un módulo demostrativo y hemos realizado pequeñas obras de retención de agua para pequeños bordos, predios, con retenciones de agua a través de franjas empastadas, como clausuras permanentes, cierres en zonas donde hay erosión hídrica, y así hemos podido mejorar no solo la productividad de pastizales, por ende de carne, sino que hemos podido ver -y, además, han participado especialistas en el tema- el auge y la proliferación de aves y de otras especies animales que se han podido aumentar en estas condiciones.

Quiero decir que estos son manejos artesanales que tratamos de hacer con la utilización del agua, y la presencia o ausencia de agua en nuestros campos determina fundamentalmente la posibilidad de tener o no tener pasto, y de tener o no tener producción ganadera.

Por eso, para nosotros es fundamental poder hacer estos manejos. Los suelos son salinos, tenemos muchísimas limitaciones y en la mayor parte de los campos no contamos con agua apta para el consumo animal. Entonces, tenemos que retener agua para ese consumo, es decir, esto tiene todo un trabajo artesanal.

En cuanto a los problemas (inaudible) no son marginales. Son ambientes que con una planificación y una producción racional, cuidando los recursos, son altamente productivos, con muy buenos índices de producción de carne. Entre los problemas que presentan esos ambientes es que son muy inestables, y esto tiene que ver con que las épocas de lluvia o de sequía, que son cada vez más frecuentes; también con la erosión hídrica, que padecemos luego de esos períodos secos, cuando vienen grandes lluvias, por eso hacemos clausuras en las zonas cercanas...

SRA. PRESENTADORA (FIGUEROA) Queda un minuto

SR. BUGNON También es muy difícil el mantenimiento de estas mejoras.

En síntesis, como productor ganadero pienso que es muy importante que en una ley de humedales se contemple que se puedan realizar planes de manejo de producción, en este caso, ganadero o integral, (inaudibles) por ejemplo, que estén monitoreados por los organismos pertinentes. Se pueden aplicar -ya se habló acá- buenas prácticas ganaderas, porque se trata simplemente de hacer bien las cosas y poder demostrarlo.

También quiero decir que en el marco de la Alianza del Pastizal estamos trabajando desde hace tempo en valorizar las carnes producidas en estos ambientes. Creo que es una enorme oportunidad esta ley para, en adelante, poder valorizar las carnes producidas en los humedales de la Argentina; no sé si a través de una denominación de origen, tomando tal vez el ejemplo de lo que están haciendo Aves Argentinas y la Fundación Vida Silvestre con las carnes del pastizal, las carnes de bosques, pero creo que tenemos un enorme potencial para poder ofrecer al mundo y a nuestros consumidores carnes de una altísimo valor nutritivo. Está comprobado por estudios científicos que es una carne mucho más sana que la producida en los sistemas de confinamiento, y al mismo tiempo poder conservar nuestra biodiversidad en estas tierras.

SRA. PRESENTADORA (FIGUEROA) Continuamos con la siguiente oradora, que es Patricia Kandus. Ella es docente e investigadora de la UNSAM.

SRA. KANDUS Buenas tardes a todos. Muchas gracias por la invitación.

La conservación de los humedales como política de desarrollo sustentable se encuadra en términos de su contribución a la vida, a la conservación del patrimonio natural y cultural y al mantenimiento de ciclos naturales imprescindibles para nuestra actividad cotidiana.

En ese sentido, considero sumamente valiosa la posibilidad de promover una legislación nacional sobre los humedales en el marco de un debate amplio como este. La existencia de los humedales en nuestro planeta se halla seriamente comprometida. Como bien lo mencionaron antes, los modos de producción no sostenibles, no cualquier modo de producción, sino los modos de producción no sostenibles, como el agrícola industrial desmedido, la megaminería y la especulación inmobiliaria, que privilegian miradas sectoriales con rentabilidad a corto plazo por sobre el bien común, llevan a la degradación y pérdida sistemática de esos ecosistemas, y junto con ello se lleva puesta la salud pública y la justicia social.

7 3

Echandi

RN

justicia social.

Creo que ningún productor de nuestro país que vive de su trabajo, debería temer por una ley nacional de presupuestos mínimos sobre los humedales basada en racionalidades que privilegien la solidaridad humana y ambiental.

Los humedales son usados y deben ser considerados como ecosistemas. No sé si se registran humedales sin utilizar. El problema es cómo se usan.

Entiendo que una ley de presupuestos mínimos enmarcada en políticas públicas para el bien común, debería establecer políticas de conservación y sostenibles de los humedales compatibles con el mantenimiento de la biodiversidad y las funciones que desarrollan estos ecosistemas, orientando la gestión en un marco de concertación y articulación federal, intersectorial y participativa.

Los reclamos hechos de buena fe por algunos actores claves de la gestión ambiental impulsando el tratamiento de una ley de presupuesto mínimos, si bien tenía expectativas en particular sobre la gestión del Delta del Paraná y la zona litoral en general, dejan aún pendiente una mirada integral que contemple la diversidad de problemáticas vinculadas a la gestión de los humedales en todo el país. Esta mirada holística e integrada debería primar en un proyecto normativo como el que estamos discutiendo.

¿Qué se espera de la ley de presupuestos mínimos de conservación y uso sustentable de los humedales? ¿Cuáles son los criterios básicos o mínimos de conservación y gestión que aplican en general para todos los humedales del país? ¿Cuáles son los criterios específicos que deberían establecer las provincias en un marco de articulación federal? ¿Cómo contemplará la ley de humedales las variaciones regionales y provinciales en lo que respecta a la diversidad de humedales de sus usos en los programas de capacitación para su gestión? ¿Qué herramientas esenciales deben figurar en la ley y cuáles deberían estar en la reglamentación? ¿Cómo se vincula o articula esta norma con otras preexistentes que ya regulan y ordenan los humedales como el Código de Minería, las leyes de presupuestos mínimos de bosques y de glaciares? ¿Cómo debe quedar expresada en la ley la articulación entre la gestión nacional, el COFEMA, y la gestión provincial o municipal? ¿Cómo se insertan los humedales en instrumentos de gestión como el ordenamiento ambiental del territorio en su conjunto y cómo se armoniza con los ordenamientos territoriales vigentes en algunas provincias?

Los proyectos presentados, a mi juicio, deben revisar el concepto, dado que aún pecan de una mirada estática de la gestión plasmada en la semaforización de los humedales, sin comprender el papel de esos ecosistemas en el contexto del paisaje ni la estrecha relación que tienen esos ambientes con los ecosistemas que los circundan.

Por eso, ¿cuáles son las implicancias y los alcances de los límites de los humedales? El país tiene una larguísima trayectoria en esto, y la Academia y esta gestión hemos trabajado junto a las organizaciones de la sociedad civil. No se trata de aplicar un algoritmo fácil o un rápido mapeo, sino de temas conceptuales profundos que atraviesan el inventario. Hay una larga trayectoria en este país y a nivel mundial sobre el tema.

Estas y otras cuestiones estructurales de la ley deberían ser discutidas y conceptuadas con el espíritu de lograr un marco regulatorio aplicable que compatibilice el trabajo y conocimiento actual en materia de humedales y que permita lograr el objetivo de conservar los humedales para el desarrollo sostenible de nuestro país.

Antes de finalizar mi participación me gustaría reflexionar acerca de algo que considero fundamental: la creación en el marco de la ley de un programa de conservación y uso sustentable de los humedales. La elaboración e implementación debería ser coordinada por la autoridad nacional de aplicación con participación por supuesto del COFEMA.

Este programa nacional debería mínimamente establecer los criterios para el inventario y para todas las actividades de conservación de los humedales. Por otra parte, el programa debería tender al fortalecimiento de las autoridades de aplicación fomentando su inserción en el ordenamiento ambiental del territorio y garantizar la participación ciudadana, informando y educando para la valoración y conservación de los humedales. No podemos conservar lo que no conocemos. Esto depende de una fuerte articulación entre el Estado nacional y las provincias.

Creo que la ley de presupuestos mínimos es un paraguas a partir del cual podemos pensar en cada lugar y en cada provincia de este país federal, y cómo ordenar los territorios en el contexto del paisaje y valorar los humedales en esos paisajes en función de la interacción con las distintas actividades.

SRA. PRESENTADORA (FIGUEROA) Muchas gracias, Patricia.

A continuación, hará uso de la palabra el último orador, el licenciado Roberto Fabián Bo, investigador responsable del Grupo de Investigación en Ecología de Humedales de las Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y miembro de la Fundación Humedales.

Tiene la palabra el señor Bo.

SRA. PRESENTADORA (FIGUEROA) Muchas gracias, Roberto.

Pido disculpas porque me salteé a un expositor, Miguel Angel Taboada, quien es ingeniero agrónomo y Magister Scientiae en Ciencias del Suelo egresado de la UBA, y doctor en Eco y Agro sistemas del Instituto Nacional Politécnico de Touluse, director del Instituto de Suelos del INTA desde 2009 e investigador principal del Conicet.

SR. TABOADA Agradezco la invitación. Quiero saludar a los colegas y amigos que están en la reunión.

Vengo en representación del INTA, al igual que José Volante y otro colega más, que ya hablaron, por lo que solamente adicionaré algunos conceptos.

Es importante que sepan que el INTA no está solo en el Delta y en la provincia de Buenos Aires, sino en todo el país, y nuestra problemática de estudio son los humedales de todo el país. Si ustedes van a cualquier rincón del país, no les quepa la menor duda de que encontrarán tres cosas: un Banco Nación, una iglesia y una sede del INTA.

Fuera de este detalle colorido, voy a dividir mi presentación en tres ejes. Primero, resaltaré algo que dijo Roberto Bo sobre la importancia de los humedales y el cambio climático. Segundo, me referiré a cuáles son los suelos de humedal. Tercero, me enfocaré en cómo debe ser la gobernanza de los humedales. Toda la explicación la haré rapidito en cinco minutos.

En primer término, les comento que recientemente participé del estudio "El cambio climático y la tierra", realizado por IPCC, que resalta la oportunidad que tenemos con los humedales. Los humedales son estratégicos no solo porque sirven para adaptarnos al cambio climático, sino fundamentalmente porque son reguladores de inundaciones. Aunque esto lo sabemos todos, ahí es donde se genera una oportunidad en estrategias de mitigación del cambio climático. Es decir que contando con determinadas soluciones basadas en la naturaleza y en el manejo de los ecosistemas, realmente podemos realmente ganar carbono o, por lo menos, no perderlo. Entonces, el drenaje de los humedales es tirar una bomba de metano a la atmósfera y contribuir al calentamiento global.

Tenemos una oportunidad importante y abogo no por la estrategia defensiva de conservar los humedales -sin duda, todos los presentes estamos de acuerdo-, sino por el pase a una estrategia ofensiva en el mejor sentido de la palabra. Hoy el cambio climático nos da la oportunidad de ganar carbono y de capitalizarlo de alguna forma para los pobladores locales.

En segundo lugar, acerca de qué es un suelo de humedal, la definición dice claramente que los suelos de humedal son aquellos que están depositados en suelos hídricos o sustratos orgánicos hídricos. Realmente la definición es más larga, pero no la voy a leer entera. Luego, la persona que quiera puede conectarme para hablar mucho más sobre este tema.

Entonces, ¿qué es un suelo hídrico? Básicamente es el suelo con una napa freática alta, que si no está ocupado por agua todo el año, sí lo está gran parte. Por lo menos los sueleros, como soy yo, cuando hacemos un pozo y está inundado, vemos el suelo con una tonalidad gris oscura o verde olivácea. Esos son los llamados suelos gley, los suelos hídricos que hay que conservar.

¿Qué superficie ocupan los suelos hídricos en la Argentina? Según los datos del Instituto, tomados por los reconocedores del suelo que estuvieron antes que yo, ocupan el 12 por ciento del territorio continental argentino. Esto significa que de las 286 millones de hectáreas que tiene el territorio argentino -esperen que me guío con el machete-, el 12 por ciento, es decir 34 millones de hectáreas, están cubiertas por humedales. No debemos confundir esto con un concepto más amplio, que son los suelos hidromórficos -disculpen por el lenguaje complicado-, inherentes a los campos bajos. ¿Qué es esto? Es el suelo donde la napa freática aparece solamente una parte del año, es decir que ni por asomo está inundado todo el año.

Entonces, los suelos hidromórficos ocupan el 23 por ciento de las 286 millones de hectáreas del territorio continental argentino, es decir, la friolera suma de 66 millones de hectáreas. Si quieren, lo paso a palabras más fáciles. Para quienes transitan la ruta 2, las zonas de Chis Chis, Adela y Las Encadenadas son ambientes de humedal. En cambio, toda la depresión del Salado no es un ambiente de humedal. En general, estos ambientes de campos bajos acompañan a los humedales y suelen ser áreas buffer o áreas a proteger.

Todo esto es muy importante, porque algunas iniciativas consideran que un 23 por ciento de la superficie del país es humedal. Entiendo que ahí estamos incurriendo en un error porque esa cifra es una enormidad, ya que prácticamente estaríamos hablando de más de la quinta parte del país cubierta por humedales. Eso no es realista porque los humedales son aquellos ambientes cubiertos por suelos hídricos.

La tercera parte de mi presentación tiene que ver

con aspectos de gobernanza. En este sentido, desde el INTA defendemos a los pobladores y a los intereses de la producción. No quiero caer en palabras comunes, pero obviamente tenemos que defender la producción sustentable, es decir, la producción que no agreda a la naturaleza, sino que la acompañe. Me refiero a que de alguna manera estos sistemas defiendan las formas de vida de pobladores y familias que llevan cientos de años -en algunos casos hasta trescientos o cuatrocientos años- viviendo en estos lugares. Por ello, es fundamental preservar estos sistemas de vida.

Me parece que las soluciones basadas en la naturaleza nos dan una oportunidad adicional que ya no son defensivas, como eran antes, sino que permiten a los pobladores tener otros ingresos, por ejemplo, a partir de los mercados de carbono. Por ello, abogamos por formas de gobernanza totalmente participativas en las que no solamente esté presente el COFEMA, sino también el Consejo Federal Agropecuario. La idea es que se escuchen todas las voces, todos lo que se llaman actores socioeconómicos que están presentes en el lugar.

Hablé muy rápido y espero no haber usado términos muy raros. Por supuesto, estoy dispuesto a ampliar las explicaciones a quien quiera conectarse conmigo. Muchísimas gracias a todos.

SRA. FIGUEROA Muchas gracias a todos los expositores y expositoras de este segundo bloque, y también del primero.

Antes de darle la palabra a "Leo" Grosso, queremos agradecer una vez más, como en cada reunión, la participación de las organizaciones que nos acompañan en este debate. Paso a nombrarlas: Secretaría de Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca; Red del Río Luján; MNCI Vía Campesina; Amigos de la Tierra Argentina; El Paraná no se Toca; Asociación por la Justicia Ambiental; Congreso Urbano Ambiental de Escobar; Cooperativa Apícola Apinoc; FAU-UCU Concepción del Uruguay, Entre Ríos; Colectivo Social Todos por Nuestros Arroyos; Organización de Ambientalistas Autoconvocados; Guardianes del Iberá; Vecinos por los Humedales de Concepción del Uruguay; Greenpeace Argentina; Jóvenes por el Clima Argentina; Juventud Partido Verde; Isla Verde; Conciencia Ecológica; Agenda Ambiental; Eco House; Corrientes contra el Cambio Climático; Frente Sindical de Acción Climática; Espacio de Conciencia Legislativa de la Secretaría de Juventud de APL; Secretaría de Relaciones de Pueblos Originarios CTA Autónoma; Juventud UPCN; Red de Universitarios por el Cambio Climático; Federación Argentina de Espeleología; Centro de Estudios Prospectivos de Cuyo; Cooperativa de Consumo Forestal y Servicios Públicos del Delta; y Consejo de Productores del Delta. Además, nos acompañaron el presidente de la Federación Económica de Corrientes y representante por CAME; el director de la Sociedad Rural Argentina; la directora ejecutiva de la Asociación Forestal Argentina; y los señores Jerónimo Batista, Elba Stancich, Aníbal Faccendini, César Mackler y Javier García Espil.

Me faltó nombrar dos instituciones: Partido Verde y Circuito Verde.

Se producen problemas de conectividad y se interrumpe momentáneamente el audio.
Luego de unos instantes:
SR. PRESIDENTE GROSSO Vamos a cerrar porque no logramos conectarnos. Quizás puede hablar en una próxima reunión cuando mejoremos la conexión.

Agradezco a todos y a todas por haber participado y próximamente volveremos a reunirnos.

La semana pasada teníamos anotadas a más de cien organizaciones que querían participar y de a poco vamos invitando a todas las organizaciones para que puedan expresarse. Cumpliremos el compromiso de escuchar a todas las voces para construir los acuerdos necesarios y consensuar la redacción de un proyecto de humedales. Esperamos que este año podamos sancionar una ley sobre presupuestos mínimos de protección de humedales.

Reitero el agradecimiento a todas y todos. La semana que viene tendremos el próximo encuentro para seguir debatiendo, opinando y escuchando todas las voces para luego redactar el proyecto de ley.

De este modo, damos por finalizada la reunión.

- Fin de la desgrabación de la reunión de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano.