Expresar su más enérgico repudio y dolor ante el atentado terrorista ocurrido en la península del Sinaí, Egipto, el día 24 de noviembre de 2017, en el cual han perdido la vida 305 personas y 128 resultaron heridas, y manifestar solidaridad para con sus familiares y el pueblo de egipcio.

Señor presidente:

Desde que el ejército derroco en julio 2013 al presidente Mohamed Morsi, afiliado a los Hermanos Musulmanes, el Sinaí se ha convertido en el principal foco de violencia en Egipto. En la frontera occidental con Libia operan también grupos yihadistas que mantienen lealtad a Al Qaeda.

Los milicianos de Provincia del Sinaí, la filial local del ISIS, han multiplicado los atentados contra militares y policías y los ataques contra civiles que trabajan para el Estado con el objetivo de sembrar el terror en la región. El Sinaí quedó semidesmilitarizado tras la salida de las tropas de Israel, al poner fin a la invasión de la Península que mantuvo entre 1967 y los acuerdos de paz de 1979, cuando el Gobierno de El Cairo reconoció al Estado hebreo.

Los yihadistas de la región prometieron lealtad al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) a finales de 2014 y establecieron la llamada Provincia del Sinaí del Califato en la península que limita con Israel y Gaza, y con el canal de Suez.

El pasado viernes 24 de noviembre de 2017 305 personas perdieron la vida y 128 resultaron heridas tras el atentado terrorista efectuado por un grupo de hombres armados contra una mezquita en el norte del Sinaí egipcio, ataque dirigido contra los fieles que asistían a la gran oración semanal. Con estas cifras, este atentado se convierte en el tercero más mortífero del año.

El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, declaró tres días de luto nacional por las victimas que ha dejado el atentado. Así mismo, se decretó estado de

emergencia en los hospitales cercanos a la localidad, debido a la gran cantidad de víctimas que fueron trasladadas tras el ataque.

Nuestra obligación es condenar la violencia terrorista cada vez que esta aparezca y nuestro compromiso con la acción diplomática permanente en todos los foros multilaterales en pos de encontrar soluciones a este flagelo que no tiene fin, y la defensa de los derechos humanos como principio para luchar contra quienes buscan imponer sus ideologías por medio del terror.

Expresamos nuestras condolencias y nos solidarizamos con el pueblo egipcio, como así con los familiares de las víctimas.

Según lo expuesto, es que solicitamos la aprobación del presente Proyecto de Declaración.