Expresar repudio y solidaridad con la Comunidad Cristiana de Egipto por el brutal atentado terrorista producido el viernes 26 de mayo de 2017 en Egipto, perpetrado por el autodenominado Estado Islámico (ISIS) donde perdieron la vida 29 personas.

Señor presidente:

La minoría cristiana egipcia volvió a padecer otro ataque, 47 días después del doble atentado en Domingo de Ramos que acabó con la vida de 45 personas en dos iglesias al norte del país. Este brutal ataque sucede luego de que el gobierno egipcio decretó el Estado de Emergencia durante tres meses

El Estado Islámico realizó una emboscada a un micro repleto de cristianos, en su mayoría niños, que se dirigían en una zona desértica en la provincia de Minya a unos 300 kilómetros al sur de El Cairo camino al Monasterio de San Samuel. Hombres con capuchas y máscaras obligaron a los cristianos que acudían a un monasterio a bajar del micro y les ordenaron renegar de su fe, ante la negativa les dispararon fríamente a la cabeza.

Esta nueva matanza contra la comunidad cristiana en la provincia egipcia con mayor número de fieles se registra un mes después de la visita del Papa Francisco a El Cairo. El Pontífice hizo referencia al ataque: "Deseo expresar nuevamente mi cercanía al querido hermano el Papa Teodoro II y a toda la nación egipcia, que hace dos días sufrió otro acto de violencia feroz”.

El Consejo de Seguridad de la ONU condenó en los términos más enérgicos el atroz y cobarde ataque terrorista. Hizo un llamamiento a juzgar a los perpetradores, organizadores y financistas de estos actos y urgieron a los Estados a cooperar activamente con el Gobierno de Egipto para que se concrete la rendición de cuentas. El Consejo reitera que cualquier acto de terrorismo es criminal e injustificable, independientemente de la motivación, el sitio donde ocurra o quienes lo lleven a cabo.

El terrorismo y el extremismo violento son amenazas globales que traspasan las fronteras geográficas y no reconocen ningún tipo de límite, lo que hace urgente abordar sus causas de manera oportuna.

Este acto de barbarie constituye un duro golpe a los conceptos libertad, diversidad, pluralismo e igualdad que atentan con nuestro modelo de convivencia. Por este motivo, nos solidarizamos con las víctimas y expresamos nuestro más enérgico repudio a quienes pretenden utilizar el odio y la violencia.

Nuestra obligación es condenar la violencia terrorista cada vez que esta aparezca y nuestro compromiso con la acción diplomática permanente en todos los foros multilaterales en pos de encontrar soluciones a este flagelo que no tiene fin, y la defensa de los derechos humanos como principio para luchar contra quienes buscan imponen sus ideologías por medio del terror.

Según lo expuesto, es que solicitamos la aprobación del presente Proyecto de Declaración.