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LEGISLACION GENERAL

Comisión Permanente

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Secretario Administrativo DR. TRIANTAFILO GUILLERMO

Miércoles 16.00hs

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Reunión del día 01/12/2020

- 111PLENARIO IVE_2DA PARTE_01-12-2020 TT

- En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, al primer día del mes de diciembre de 2020, a la hora 15 y 51, comienza la reunión virtual de las Comisiones de Legislación General, de Legislación Penal, de Mujeres y Diversidad y de Acción Social y Salud Pública, llevada a cabo bajo el formato de videoconferencia.
SRA. PRESIDENTA MOREAU Damos por iniciada la segunda ronda de expositores sobre el tema en consideración.

Agradezco a los expositores presentes y les solicito que hagan silencio en la sala porque de lo contrario se escucha con mucha dificultad.

La idea es escuchar a cuatro expositores y luego comenzar con la ronda de preguntas; puede ser por Cisco Webex o a través de los grupos de Whatsapp de las comisiones, en caso de que los tuvieran y todos estén conectados. Cada uno de los expositores tiene siete minutos para hacer uso de la palabra.

Doy la bienvenida, y me alegra mucho que sea parte de este debate por su calidad humana y por lo que representa, al Padre Pepe Di Paola, sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires, cura villero.

Padre Di Paola.- Muchas gracias por la invitación a compartir este momento, queridos hermanos y hermanas.

Como curas villeros, todavía estamos trabajando duro en este tiempo de pandemia, siguiendo inclusive las indicaciones que el presidente -siempre asesorado por científicos- ha recomendado.

Muchos vemos con tristeza que, a pesar del arduo trabajo que en la Argentina desde distintos lugares venimos realizando, el número de muertos haya llegado a los casi 40 mil. En medio de esta dolorosa situación, vemos con sorpresa -y también con cierta indignación- el apuro del Poder Ejecutivo por sancionar rápidamente la ley del aborto.

Traigo a este recinto un intercambio de cartas donde el Papa Francisco me dio su opinión sobre el tema. Él me decía que, en su opinión, la deformación en la comprensión del aborto nace principalmente en considerarlo un tema religioso. Y continúa diciendo: "El asunto del aborto no es esencialmente religioso, sino que es un problema humano previo..."

SRA. PRESIDENTA MOREAU Padre: le pido por favor si puede alejarse un poco del micrófono porque lo escuchamos con mucho retorno.

Padre Di Paola.- Les comentaba que el Papa Francisco me decía que la deformación en la comprensión del aborto nace principalmente en considerarlo un tema religioso. Él continúa diciendo: "El asunto del aborto no es esencialmente religioso; es un problema humano previo a cualquier opción religiosa. El tema del aborto debe ser tratado científicamente", y subrayó la palabra científicamente. Francisco me recalca esto porque sostiene que muchos creen que el "no al aborto" es una postura opinativa, no científica. En todo caso, que sea en una discusión científica donde se decida si hay vida o no.

Los estudios de embriología nos muestran que en la tercera semana de embarazo ya está diseñada... (Inaudible.)

Escucho ruidos, no sé si ustedes me escuchan.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Nosotros lo escuchamos con alguna dificultad. Pido a los señores diputados que chequeen que todos sus micrófonos estén apagados.

Padre Di Paola.- Los estudios de embriología muestran que en la tercera semana de embarazo ya está diseñado todo el organismo y late el corazón. Sabemos que el embrión posee un ADN único y su secuencia se mantendrá al nacer y durante toda su vida. Por eso, el análisis genético de cada embrión permite conocer mucho sobre el futuro de la persona.

Además, la ciencia puede leer la totalidad de la secuencia genética del ADN de un sujeto mucho antes de su nacimiento. Así, lamentablemente, los países capitalistas que han aprobado el aborto han depurado, con un pensamiento cuasi nazi, al 90 por ciento de los niños por nacer con Síndrome de Down.

El presidente dice que ha enviado este proyecto al Congreso porque había hecho una promesa y la quiere cumplir. Sería interesante que nos dijera ante quién se comprometió, o a quién le prometió en tal caso. Al pueblo, seguramente no; al pueblo de la villa, menos, y tampoco al de las provincias del interior.

Como curas y religiosos de villas y barrios populares aprendimos de los vecinos a amar y a cuidar la vida. Los lazos de amor que se generan entre los más pobres nos muestran que toda vida vale. La madre, ya no solo la de su hijo... (Inaudible.)

- Expresiones incomprensibles por dificultades en el audio.
SRA. PRESIDENTA MOREAU Por favor, padre, espere un minuto.

Alguien está haciendo interferencia. Puede continuar, le pido disculpas.

Padre Di Paola.- Los lazos de amor que se generan entre los más pobres nos muestran que toda vida vale. La madre, ya no solo la de su hijo sino también la de los chicos y las chicas del pasillo. Es la experiencia de la villa. La vida comunitaria abraza y da vida.

Como contracara, vemos la hipocresía de una sociedad que niega al pobre, por ejemplo, la posibilidad de adopción por no tener un título de propiedad. Parte de esta hipocresía es plantear que el aborto es una necesidad de los pobres y decir que lo hacen por ellos.

Creo que sería suficiente para cualquier funcionario hacer fila en un centro de salud o atenderse en los hospitales provinciales y nacionales para darse cuenta de qué necesitan verdaderamente los pobres, y especialmente las mujeres pobres.

La legalización del aborto admite como conducta legal la eliminación de una vida invocando una respuesta superior. Pareciera que retrocedemos a las razones de Estado o a los destinos manifiestos. Nos preguntamos si el próximo paso será la eliminación de los ancianos disfrazada con el eufemismo de la muerte digna, consumando la exclusión de los más débiles.

Después del "Nunca Más", muchos se preguntaban cómo se pudo haber llegado a tal grado de deshumanización. La respuesta es que se llega cuando se decide justificar la eliminación de la vida o la violación de la integridad física o moral por una razón superior. Es en este punto donde esas justificaciones se tornan hipócritas en quienes deciden.

Al haber vida estamos ante una flagrante violación de los derechos humanos. Nos suena en nuestro interior la voz de nuestro guía en derechos humanos, Adolfo Pérez Esquivel, quien en 1982 ante una pregunta del padre Javier Gafo en uno de sus libros dijo: "Quien justifica el aborto, justifica la pena de muerte, y yo estoy en contra de la pena de muerte y en contra del aborto".

Ser progresista significa defender la vida y nada más. Cuando hace dos años destacamos la innegable vinculación entre la legalización del aborto y las políticas de la usura internacional, varios medios de comunicación vinculados al oficialismo nos atacaron duramente, pretendiendo desvincular la propuesta llevada al Congreso con la aprobación de irracionales préstamos que solo sirvieron para garantizar la fuga de riquezas y lo producido del trabajo argentino.

Frente a esta ofensiva, durante las últimas semanas el Ministerio de Economía tomó medidas que podrían calificarse como estabilizadoras o promercado. En estas gestiones hubo hechos de muy difícil calificación como mera coincidencia.

Por una parte, el Ministerio de Economía anunció que solicitaría al FMI un acuerdo de facilidades extendidas, el que -como se sabe- trae aparejado que el país deba aceptar no solo inspecciones y controles de gestión, sino también imposiciones de diverso carácter.

En el momento en que arriba la misión negociadora del FMI se anuncia, en forma apresurada y contradiciendo manifestaciones anteriores, uno de los principios que impulsa fuertemente el sistema de la usura internacional: la legalización del aborto. En fin, la misma historia que vivimos hace dos años.

En América Latina resuena el famoso grito "No matarás" del mártir monseñor Romero, de El Salvador, cuando exhortaba a no reprimir a su propio pueblo y con el mismo fervor agregaba: "Si sentimos la represión porque nos mata a jóvenes y a gente que ya es grande, lo mismo es quitar la vida de las entrañas de la mujer".

Señores diputados y senadores: no se coloquen en el lugar de Dios. Dejen que la ciencia hable seriamente y dense el tiempo para tomar una decisión correcta. Gobiernen para los pobres y no para seguir a capitalistas ilustrados. Hagamos entre todos un país donde se ame la vida, un país donde podamos sentirnos cómodos y que alguna vez el papa Francisco pueda llegar a visitar.

Que Dios los bendiga.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Tiene la palabra la doctora Nelly Minyersky, abogada representante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Luego hablarán Rodolfo Barra, exministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y Estela Díaz.

SRA. MINYERSKY Señora presidenta: es para mí un honor, un orgullo, un placer, una gran alegría y una gran responsabilidad estar hoy acá.

Quiero agradecer a los diputados y diputadas que me han honrado con la invitación y a las decenas de miles de compañeras y de mujeres que han luchado durante décadas por todos los derechos que hemos ido conquistando y por todos los derechos que nos otorga hoy en día nuestra Constitución Nacional y todos los tratados de derechos humanos que la integran. Hablo en nombre de ellas.

Después de 2018, que fue un momento épico, nos encontramos hoy aquí. En aquel momento también me dirigí a los señores diputados y a las señoras diputadas diciéndoles que tenían la posibilidad de entrar en la historia porque lo que estamos haciendo es una ampliación de derechos; no obligamos a nadie. Pero tampoco queremos que nos obliguen en las cosas más íntimas de nuestra vida ni que nos cercenen los derechos y las libertades.

Los diputados y diputadas honraron aquel momento porque el proyecto de despenalización y legalización de la interrupción voluntaria del embarazo fue aprobado por la Cámara de Diputados.

De todas maneras, yo creo que no es que se perdió cuando la otra Cámara no lo votó, sino que se despertó a la juventud. Porque el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo es mucho más que eso: es tener autonomía, libertad e igualdad. Todo ello, sin creerse con derechos a cambiarle la vida a otras personas que piensan diferente.

Quiero recordar también, como lo ha hecho el famoso jurista Ferrajoli, que estamos construyendo derecho y ciencias médicas.

Tenemos que dejar de lado nuestras creencias y nuestra moral. Morales hay muchas. También existen muchos hechos en la vida que pueden ser considerados pecado para determinadas morales y no por eso el derecho los tiene que proteger y asegurar.

El derecho tiene un mandato mínimo, que es mantener la paz, la seguridad y el principio de lesividad consagrado en el artículo 19 de nuestra Constitución Nacional.

Entonces, invito a todos a despojarnos de nuestras subjetividades -que son muy respetables- y a pensar que estamos legislando para millones. Aquellos que no comparten estas ideas no están obligados a practicarlas. En cambio, si se niega el derecho al aborto, a la interrupción voluntaria del embarazo y a la educación sexual integral, se obliga a muchas mujeres a cambiar su proyecto de vida y a entrar en el campo del delito. Esa es la gran diferencia.

Por suerte, estamos frente a tres proyectos: el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito que se trató en 2018, el proyecto que envió el Poder Ejecutivo y el que presentó la exdiputada Araceli Ferreyra. Es decir que estamos frente a proyectos de gran altura, minuciosos, que toman en cuenta y tienen como plataforma nuestra Constitución Nacional y los derechos humanos que incorporó en 1994.

En 2018 expliqué -está en un video- por qué considero que el artículo 19 del Código Civil y Comercial no es un impedimento para una ley que despenalice el aborto. Como tengo poco tiempo, no quiero redundar en esto e invito a los señores diputados a que lo vean. No los voy a aburrir con lo mismo.

Pienso que las notas de Savigny y del propio Vélez Sarsfield en el Código Civil anterior ratifican que ese artículo está puesto nada más que para preservar un derecho que de todas maneras queda sin existir si el nasciturus -como decía mi querido Vélez Sarsfield- no nace con vida.

El Código Civil y Comercial de 2015 también habla de la persona, pero de una persona de tipo jurídico. Y cuando habla del derecho sucesorio, el derecho de quien va a nacer después de la muerte del padre no está en el mismo artículo que tienen los herederos.

Es decir que sobre el embrión o el feto todavía la humanidad en conjunto no tiene una definición única. ¿Por qué? Porque la embriogénesis, el embarazo, es un proceso.

Contestando en parte al Padre que me precedió en el uso de la palabra, quiero decir que justamente por eso las leyes, el proyecto del Ejecutivo y el proyecto de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito tienen momentos distintos.

Hasta la semana 14 prevalece la voluntad, la autonomía y la libertad de la mujer. ¿Por qué? Porque durante su desarrollo, el embrión va tomando distintas características y tiene más derechos. Por eso se delimitan los derechos. Por eso se dice que tiene que existir una violación o un riesgo grave en la salud. Esto existe en nuestro país desde 1921 y nunca se declaró inconstitucional ese artículo.

No es que despreciamos al embrión o al feto. Les recomiendo la lectura de la Observación General 36 del Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas y la recomendación de la CEDAW a las que hoy se refirió Vilma Ibarra. Allí se explica que frente a este dilema prevalecen siempre -como ya lo dice el artículo 86 del Código Penal- la autonomía, la voluntad y la salud de la madre.

No estamos hablando de cualquier aborto sino, por ejemplo, del caso de una mujer que fue víctima de violación. ¡Y no me digan "que siga el embarazo y después lo dé en adopción"! Esto es algo sobre lo que solamente podemos opinar las mujeres que hemos estado embarazadas. No es sencillo. El embarazo no es así nomás. Es un proceso con muchas implicancias. Instar a tener un hijo y entregarlo creo que no es ético.

Estamos hablando de un proceso en el cual, en un momento dado, prevalece un elemento y, en otro momento, prevalece otro.

Entonces, seamos honestos y digamos que nuestro Código Civil nunca le dio el mismo valor porque nunca fue un homicidio.

Desde ese punto de vista, el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Artavia Murillo y el fallo en el caso "Baby Boy" avalan la interpretación de vida de la declaración en relación a la Convención Sobre los Derechos del Niño.

Estos dos proyectos -el de Araceli es un poco distinto, por eso no lo mencionaré ahora- tienen apoyatura y base constitucional. Esto queda claro en los fundamentos de ambos proyectos.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Doctora Minyersky: vaya finalizando porque ya se cumplieron los siete minutos.

SRA. MINYERSKY Perdón, pero es un tema tan importante que resulta imposible ser breve; necesito dos o tres minutos más.

Esta es la ley más discriminatoria. Respeto profundamente lo que dijo el padre; pero, lo cierto es que nosotros tenemos un mandato constitucional desde la convención que dice que una norma, aunque no sea discriminatoria en su enunciado, puede serlo en los efectos que produce. Esta ley es discriminatoria.

A pesar de lo que diga el Papa Francisco -a quien respeto-, me pregunto: ¿quiénes son las mujeres que mueren? ¿Quiénes son las chiquitas violadas y embarazadas?

Hoy me enteré de una noticia: forzaron a una niña de diez u once años violada, abusada, con sus padres presos, a que pariera mellizos. Esos son los temas que tenemos que encarar, temas horrorosos que nos preocupan.

Para concluir, no quiero dejar de decir que nuestro proyecto de ley coincide en un 90 por ciento con el enviado por el Poder Ejecutivo. Dado que hoy fue descrito suficientemente, no hablaré de esas coincidencias.

No obstante, difiere en tres temas que detallaré muy sucintamente. Uno es la objeción de conciencia.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Nelly, le pido que vaya concluyendo.

SRA. MINYERSKY Sí, señora presidenta.

El proyecto de la campaña no plantea la objeción de conciencia, ya que consideramos que es un instrumento presente en todas partes del mundo: en Uruguay, en Italia y también en nuestra provincia, Salta, no hay un hospital que no sea objetor de conciencia. Por eso, la campaña no la acepta.

Sin embargo, pido a los señores legisladores que, de ser necesario, sean muy estrictos y claros en la redacción para que nunca prevalezca el derecho del objetor de conciencia sobre el derecho a la salud de la mujer.

Deseo agregar -perdónenme, con esto concluyo- que despenalizar el aborto tiene un efecto fundamental en toda nuestra sociedad. Va mucho más allá de "aborto, sí, aborto, no"; surte efecto sobre las relaciones sexuales que, en nuestro país, son lícitas. Fuente de placer y de reproducción, hasta ahora han sido tratadas como algo negativo por todos los instrumentos de poder y cubiertas con un velo negro, un velo de tristeza. La sexualidad y su represión, hasta ahora han sido sinónimo de muerte, sacrificio, inhibición y falta de goce. Esto se encuentra respaldado por una última investigación...

SRA. PRESIDENTA MOREAU Yo sé que es antipático, pero le pido que cumplamos con el tiempo porque tenemos otros expositores esperando para hacer uso de la palabra.

SRA. MINYERSKY Perdón, diputada, ¿me permite un minuto más?

Hay una persona, una colega que murió hace varios años, que fue una pionera, de las primeras que instaló este tema en la Argentina. Solamente leeré algunos de sus pensamientos: "No nos equivoquemos: nuestra reivindicación no es solamente una respuesta a la muerte de las mujeres, por no tener la posibilidad de poder efectuarse un aborto en condiciones asépticas en un hospital público. Es algo mucho más profundo que toca a la igualdad, a la democracia, a la libertad.

También decía: "...nadie puede sustituirnos en las decisiones que nos implican, porque tienen relación con nuestra vida, con nuestros sentimientos, con nuestra responsabilidad como seres humanos y sin embargo nunca fuimos consultadas, como si no fuéramos ciudadanas". Estas son palabras pronunciadas por Dora Coledesky en 2004.

Muchísimas gracias por esta oportunidad; les deseo el mejor de los éxitos.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Muchas gracias.

Yo sé que es muy antipático lo que me toca hacer; pero, realmente, debo pedir tanto a los expositores como a los diputados que cumplan con los términos acordados. Si no, nos desorganizamos y no podremos escuchar a todos los oradores.

Tiene la palabra el doctor Rodolfo Barra, exministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

SR. BARRA Buenas tardes, señoras diputadas y señores diputados.

Creo que previo a todo el debate y a la definición del proyecto, es necesario tener conciencia de que el ordenamiento jurídico argentino debe definirse concluyentemente en relación con la humanidad del por nacer. ¿A partir de qué momento, entre la concepción y el nacimiento, se es ser humano? Antes de ese momento, conforme con el artículo 19 de la Constitución, el aborto es una conducta privada; después, el aborto importa dañar a un tercero, que es lo que prohíbe el artículo y, por lo tanto, lo somete a la autoridad de los magistrados.

En el ordenamiento jurídico las normas deben ser armónicas, integradas o integrales. Cuando la ley 26.061, sobre los derechos de las niñas y los niños, obliga a todas las autoridades de la Nación a defender la vida y la integridad física del niño bajo los parámetros de la "máxima exigibilidad" -dice la ley- y del "interés superior del niño", y su aplicación en un régimen que el legislador ha denominado "de prioridades", nos exige definir cuándo un ser vivo puede ser calificado como niño. Este es el punto central. Para ser niño, es necesario ser humano; fundamentalmente, un ser vivo, de vida propia, de ADN humano y con evolución físico-psíquica en el tiempo: generación, crecimiento, declinación, muerte.

La respuesta acerca de la existencia de la vida humana es religiosa, filosófica, jurídica y, fundamentalmente, médica. La Academia Nacional de Medicina, entre otras instituciones de prestigio, ha sostenido reiteradamente que, a partir de la concepción, tal ser vivo es un ser humano.

No conocemos pronunciamientos científicos en contrario. Pareciera que se escamotease el debate sobre este tema crucial.

También este Congreso, con distintas integraciones, se ha definido por la humanidad del por nacer. Así se ha establecido en la ley 23.849 -el legislador lo manifestó expresamente-; se aborda en el artículo 19 del Código Civil y Comercial; también se trata en nuestro Código Civil original y, sesenta años más tarde, lo expresó el legislador en el Código Penal todavía vigente.

Fundamentalmente, lo ha hecho el constituyente en el artículo 75, inciso 23, cuando definió que el niño, desde el embarazo, tiene derecho a la protección integral por parte de las autoridades; siquiera a la asistencia social destinada a su saludable desarrollo intrauterino. Claro que, si lo matamos, no lo podemos asistir.

El mencionado artículo 75, inciso 23, también protege al niño en situación de desamparo: todo niño al que le va a ser quitada la vida -la intrauterina, inclusive- está desamparado. Podríamos pensar en los desamparados solo desde un punto de vista económico-social; pero, el artículo 75 de la Constitución nos obliga a asistirlos. Sin embargo, no es lo que estamos haciendo; en relación con esto, recién hemos escuchado las palabras del padre Pepe.

Por otra parte, la Convención Americana sobre Derechos Humanos declara que se es ser humano desde la concepción. Admite excepciones a la intensidad de la protección de la vida, aunque veda la arbitrariedad en la decisión de privación de la vida. Es decir, veda el aborto a voluntad. Esto se encuentra expuesto en su artículo 4.

El Preámbulo de la Convención sobre los Derechos del Niño admite la calificación de "niño" al por nacer, mientras que, en su artículo 1, deja librado a los Estados la determinación del término inicial. La Argentina se decidió por el momento de la concepción.

Ambas convenciones forman parte de nuestra Constitución. Durante el debate en la Convención Constituyente -yo tuve el honor de integrar ese cuerpo- quedó claro que en los dos casos -también en el del artículo 75, inciso 23- nos referimos al problema del aborto, y que aquellas dos normas convencionales lo impiden al declarar que se es niño desde el momento de la concepción.

Es necesario integrar el artículo 19 del Código Civil con la ley 26.061, y ambos con la ley 23.849, que es una ley vigente que nadie declaró inconstitucional y que es la que hace vigente a la Convención sobre los Derechos del Niño, siempre teniendo por supuesto presente el artículo 75, inciso 23. ¿El proyecto actual que estamos discutiendo modifica el artículo 19 del Código Civil? ¿Podemos decir que se es persona entonces a partir de la semana catorce del embarazo? ¿El Congreso puede decir expresamente y explícitamente esto corrigiendo el artículo 19 del Código Civil que se es persona solo a partir de la semana catorce del embarazo?

El artículo 19 declara que la existencia de la persona humana comienza con la concepción, y nuestra Constitución en la Convención Americana sobre Derechos Humanos de Costa Rica declara que persona es todo ser humano, así que no podemos darle ninguna interpretación distinta. El concebido es un ser humano, por lo tanto, un niño a los efectos de la ley 26.061, cuyo interés superior debe ser protegido desde la concepción, incluso de manera prioritaria en supuestos de contradicciones, que viene muy a propósito de este debate.

La ley determina que los derechos del niño gozan de -estoy citando- "prioridad en la exigibilidad de la protección jurídica cuando sus derechos colisionen con los intereses de los adultos." Esto lo establece el artículo 5°, apartado 2, de la ley sobre la defensa de los derechos del niño. Se trata entonces, en favor del niño, de una prioridad absoluta que implica, dice la ley -y cito de nuevo-, "protección y auxilio en cualquier circunstancia".

El artículo 21 del Código Civil y Comercial de la Nación prescribe que si no nace con vida se considera que la persona nunca existió, pero lo hace en referencia a la adquisición de derechos, especialmente para no alterar las expectativas sucesorias. Obviamente, el legislador ha pensado en un no nacer con vida no provocado. Si lo matamos antes, no podrá nacer con vida. Acá hay un problema de contradicción lógica. Entonces, el legislador tendría que haber dicho: "Si no nace con vida, salvo que la madre lo aborte", pero así como lo estamos planteando, no hay lógica.

La idea tan singular de decir que si hay aborto se interrumpe la adquisición de los derechos del niño, pondría exclusivamente en la voluntad de la madre la adquisición de los derechos de su hijo. Este absurdo significa el aborto: poner exclusivamente en la voluntad de la madre la vida de su hijo.

Así lo ha considerado la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso "Sánchez" del 2017, en el que se consideró comprendido en el régimen de la ley 24.411, de reparación a las víctimas de la persecución de la dictadura, al feto asesinado junto con la madre en el caso "Sánchez" por un acto de barbarie en la represión.

El actual proyecto de ley, al permitir el aborto sin causa durante las primeras catorce semanas de embarazo, contradice el sistema integrado por el Código Civil y Comercial de la Nación, la ley 26.061 y el artículo 75, inciso 23 de la Constitución. Permite desbaratar la consolidación de la adquisición de derechos por parte del por nacer al impedirle, por medios artificiales, químicos o quirúrgicos y sin causa justificante, nacer con vida. Sobre todo, aprueba matar a un ser humano sin causa de inimputabilidad, sin razón. De la misma manera, dicen "no es delito", de la misma manera que no es delito matar una mosca o hacerse una cirugía estética. Lo que está permitido es libre. Lo que no es delito es absolutamente libre.

Entonces, tenemos un aborto en esas primeras catorce semanas que se realiza por la exclusiva discreción de la madre. La madre que puede estar impulsada por infinidad de razones. Cuando está impulsada por una razón socioeconómica allí tiene que estar el Estado... (inaudible)... la obra que están haciendo los curas villeros para asistir. Por tanto, el debate es un debate...

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Doctor Barra, disculpe, se ha pasado tres minutos del tiempo establecido. Le pido que, por favor, redondee y cierre su exposición.

SR. BARRA Concluyo: antes que un debate jurídico o una estructura de un proyecto de ley, es un debate científico, como dijo el padre Di Paola, es decir, una cuestión médica. ¿Es ser humano o no es ser humano? ¿Y desde cuándo es ser humano? Muchas gracias.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Tiene la palabra la señora Estela Díaz, ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires. Tiene siete minutos para hacer uso de la palabra.

SRA. DÍAZ Muchas gracias. Agradezco la invitación para participar de este debate. En primer lugar, quiero reconocer y agradecer al presidente de la Nación, Alberto Fernández, el compromiso electoral con este tema y el cumplimiento de la palabra empeñada al presentar este proyecto de ley. Asimismo, quiero felicitar al equipo redactor. Es un excelente proyecto que recoge los principales debates de estos años; es absolutamente afín, coherente y compatible con el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Legal, Seguro y Gratuito y con la sanción del año 2018. Además, es muy minucioso a la hora de pensar las respuestas que eviten los obstáculos que sistemáticamente se han colocado para impedir el acceso a la salud sexual y reproductiva, y que bastante se explicó este tema en la presentación.

Al mismo tiempo, es significativo que se promueva a su vez el debate de la ley de los mil días porque mejora el alcance de las políticas públicas frente a las decisiones reproductivas o no de las mujeres. Una política activa y de calidad, tanto para quienes quieran continuar un embarazo, como para quienes hayan decidido interrumpirlo. Las que militamos por los derechos humanos de las mujeres siempre defendimos una maternidad deseada, querida, buscada y cuidada. Estas dos iniciativas van en ese sentido.

Junto a la educación sexual integral en todo el sistema educativo, el Programa de Salud Sexual y Reproductiva y la formación desde la Ley Micaela para todo el Estado son parte de una perspectiva integral que nos permitirá dar un salto de calidad en el derecho a la salud, a la vida, a la no discriminación, a la igualdad para las mujeres y las personas gestantes. Asimismo, es un tema de justicia social, tal cual señaló el ministro Ginés González García.

Lo que ya no puede eludirse es la importancia de este debate. El negacionismo histórico respecto a los efectos adversos de la ilegalidad y la clandestinidad del aborto ha ocultado toda su dimensión para la vida cotidiana de las mujeres. Por eso, quiero hablarles muy rápidamente de tres temas. En primer término, la sexualidad. En segundo lugar, la responsabilidad en la decisión y, en tercer término, la importancia y alcance del tema.

En primer lugar, claramente es un tema de sexualidad. Nelly Minyersky lo mencionó hacia al final de su intervención. Sabemos que tenemos capacidad de gestar entre 30 y 40 años desde los 12 o 13 a los 50. Un dato que nos confirma que muy excepcionalmente la genitalidad ligada al coito es ejercida para reproducirnos. Por más que existan todas las políticas preventivas, en 30 o 40 años algo puede fallar y efectivamente falla porque, además, hablamos de relaciones humanas.

Entonces, siempre será necesario tener, junto a las políticas integrales y preventivas, acceso a la práctica del aborto en condiciones seguras. Lo que resulta inaceptable es negar el debate respecto a la sexualidad y transformar a la gestación en una obligación o en una condena por tener sexo. Esto es considerar a las mujeres instrumentos de la reproducción humana, más allá de nuestra propia voluntad y proyecto de vida.

El segundo aspecto, la responsabilidad en la decisión. Escuchamos algunos agravios y expresiones que son dolorosas cuando las mujeres abortan. Desde irresponsables hasta asesinas, genocidas y antipatria.

Se afirma que si tuviste relaciones, te la banques. Que las mujeres interrumpen un embarazo por irresponsabilidad. En la inmensa mayoría de los casos, es exactamente lo contrario. Las mujeres sabemos de la enorme responsabilidad que supone cuidar de otros. El 75 por ciento de las tareas de cuidado familiar, comunitario, social, las hacen las mujeres. No solo cuidan a los hijos y a las hijas, sino también a las personas enfermas, a los ancianos, a nuestras comunidades. Por esta experiencia de vida, decidir gestar o no hacerlo, es un acto de responsabilidad con nosotras y con el futuro. Estamos ante la enorme oportunidad de dejar atrás una ley que además de ineficaz es profundamente injusta en términos de género.

El tercer aspecto es la escala y la dimensión. La primera resolución que adopté como ministra de las mujeres en la provincia, junto al Ministerio de Salud, fue el protocolo ILE derogado por la exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. De enero a junio de este año se realizaron -solo en el subsistema público- más de cinco mil interrupciones legales del embarazo. Del total del país, el 40 por ciento de los egresos hospitalarios por complicaciones por aborto, son de la provincia de Buenos Aires. Eso significa un costo para el sistema de salud.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Estela, le queda un minuto para cerrar.

SRA. DÍAZ Entonces, esto supone un costo altísimo que se reduciría de manera inmediata. La interrupción voluntaria reduce el costo de las consecuencias de la clandestinidad, se hacen menos abortos porque se opera en el posaborto para la anticoncepción y no hay repitencia como la clandestinidad obliga. En los casos en que los embarazos se producen en contextos de violencia de género, posibilitan la oportunidad de intervenir.

Pocas leyes tienen la oportunidad de hacer un cambio tan significativo en la vida y en la salud de las mujeres de manera inmediata. Este proyecto salva vidas. Tienen la oportunidad de dejar atrás la injusta y humillante clandestinidad del aborto. Como vivimos en una sociedad desigual, resulta ineludible pensar estas experiencias con la responsabilidad que tiene el Estado. Si siempre estuve comprometida con estos temas como militante social y feminista, hoy, como ministra, tengo una responsabilidad mayor, porque es el Estado el que debe dar respuesta.

Diputados y diputadas: como uno de los poderes del Estado, hoy se les presenta una oportunidad histórica: sancionar una ley que de manera inmediata salva vidas y cuida la salud de las mujeres. Una ley no obliga a las personas, solo garantiza derechos. Es justa y necesaria.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Gracias, Estela.

Cerramos este bloque de expositores. La única pregunta que hemos recibido a través de los medios habilitados, es de la diputada Romina Del Plá para el Padre Pepe. Quiero aclarar que esta Presidencia lee las preguntas y no hace propias las opiniones personales que los diputados puedan verter en las preguntas. Asimismo, pido que las opiniones las expresemos al momento del debate entre los diputados. La diputada pregunta: "Dentro de la Iglesia Católica, el abuso de curas contra niños y niñas es una epidemia. Hoy, sin ir más lejos, fue detenido un cura que estaba a cargo de numerosos niños, tanto en La Plata como en Misiones. Estando en riesgo miles de niños escolarizados como muestran los numerosos casos de abusadores en instituciones como Próvolo o San Vicente de Paúl, ¿por qué elige hablar de un tema que no hace a su religión ni a su género, y hace silencio sobre un tema que sí está en sus manos resolver; cuáles son las razones políticas que lo promueven?"

Diputada Del Plá, con todo respeto, me parece que no tiene que ver con el tema puntual.

Padre, tiene la palabra.

- Luego de unos instantes:

SRA. PRESIDENTA MOREAU Si se vuelve a conectar, le damos el espacio para contestar la pregunta. Si no, se la enviaremos por mail.



SRA. AUSTIN Yo tengo una pregunta, la escribí en el chat de WebEx de la Comisión.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Ya me la alcanzan. La diputada pregunta: "Quisiera preguntarle a Nelly Minyersky qué opina de las afirmaciones de Barra respecto a la restricción constitucional o convencional que invoca para avanzar en el debate de ley." Los expositores tienen tres minutos -como mucho- para contestar la pregunta.

Tiene la palabra Nelly Minyersky.

SRA. MINYERSKY No pude escuchar claramente.

El doctor Barra se refirió a interpelaciones de la Convención de los Derechos del Niño en cuanto a derecho convencional. Supongo que eso es a lo que se refirió. Puede ser que también se haya referido a la interpretación del Pacto de San José de Costa Rica sobre el tema de la concepción.

Con relación al tema de la Convención de los Derechos del Niño, recordemos que cuando se ratifica durante el gobierno de Menem, se hicieron tres observaciones de distinto carácter y entidad jurídica a nivel de derecho internacional. Una es la reserva. La reserva califica y obliga al país y a los otros Estados a mantener esa posición. O sea, es una técnica que está fijada por todo el sistema de derecho internacional, en especial por la Convención de Viena que es el tratado madre de interpretación.

En relación con esas manifestaciones, una es una clara reserva que es con respecto de la adopción internacional. En cambio, en cuanto al tema de las restricciones en cuanto a los derechos reproductivos, la Convención de los Derechos del Niño protege a los niños desde el nacimiento hasta los 18 años. Es interesante observar qué pasa ahora con el límite de imputabilidad de los 16 años. Que se fijen distintas edades, no quiere decir que el derecho de protección no es debido. Es debido hasta los 18.

En cuanto a las expresiones acerca del tema de planificación familiar y otros temas similares, hizo una declaración. La declaración es una manifestación que no tiene influencia en la validez y la aplicación de la norma. No le quita su estructura jurídica. Asimismo, el Pacto de San José de Costa Rica establece en el artículo 4 el derecho a la vida. Expresa que se tiene derecho a la vida desde el momento de la concepción en general. Para interpretar ese "en general", hay que ir a la fuente. No porque yo lo exprese o porque podría pensarlo doctrinariamente, sino porque los tratados se interpretan de acuerdo a lo que fija el mismo tratado, como lo establece el Pacto de San José de Costa Rica en el artículo 29, y la madre de los tratados, la Convención de Viena. Entonces obliga a buscar la historia, las discusiones previas, averiguar la ratio legis.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Nelly, vamos cerrando, por favor.

SRA. MINYERSKY Cierro con esta frase. Ahí está toda la discusión previa que acredita que, en general, se relativiza el concepto porque ya Uruguay, Brasil y, en ese momento, la Argentina tenían las causas de justificación del aborto.

Quiero señalar algo que planteé en el Senado: no hay ningún tratado de derecho internacional que se refiera al embrión ni al feto. Cuando se habla de "persona", los instrumentos se refieren a los seres humanos, es decir, una vez que han nacido. El nacimiento es el hito expreso, fundamental y trascendental para que devengamos en seres humanos; la cuestión no es solamente si hay vida o no. Muchas gracias y disculpe.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Muchas gracias, Nelly.

Le insisto a los diputados con que manden las preguntas en tiempo, y a los expositores con que por favor cumplamos con los tiempos. Al minuto seis de la exposición les vamos a avisar.

Yo sé que todos van a enojarse conmigo porque es muy antipático cortarles el uso de la palabra, pero es lo que acordamos. Tenemos la intención de que todos puedan participar.

Tiene la palabra el doctor Martín Olivera. Perdone por la demora.

SR. OLIVERA Buenas tardes a todos. ¿Puedo compartir pantalla, por favor?

Se interrumpe el audio.
SR. OLIVERA ¿Me escuchan bien?

SRA. PRESIDENTA MOREAU Lo escuchamos perfectamente.

SR. OLIVERA Voy a compartir pantalla.

Luego de unos instantes:
SRA. PRESIDENTA MOREAU Ahora no lo escuchamos.

Luego de unos instantes:
Se proyecta una presentación de Powerpoint.
SRA. PRESIDENTA MOREAU Ahora estamos viendo el Powerpoint.

Luego de unos instantes:
SRA. PRESIDENTA MOREAU No se lo escucha bien. Pruebe apagar la cámara y solamente prender el micrófono.

Luego de unos instantes:
SRA. PRESIDENTA MOREAU No tiene buena conexión, doctor.

Le propongo a las autoridades de la comisión que sigamos con el próximo orador y, mientras tanto, el Departamento de Informática se comunicará con el doctor para ver si pueden resolver la cuestión. Volverá a hablar cuando nos den el okay.

Tiene la palabra la diputada mandato cumplido, exintendenta y exsecretaria de Salud de Rosario, Mónica Fein.

SRA. FEIN Buenas tardes a todas y a todos.

En primer lugar, quiero agradecer esta invitación para sumar mi voz a este debate. Espero que en mi participación pueda expresar las voces de muchas mujeres y también de varones que estamos convencidas y convencidos de que ampliar derechos siempre es el camino.

Fui intendenta de la ciudad de Rosario hasta diciembre del año pasado y también fui diputada nacional. Pude adherir con mi firma al proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Desde 1997 hasta 2001, y también en 2003, fui secretaria de Salud en la ciudad de Rosario.

Viví desde la decisión política y desde la participación junto a las organizaciones de mujeres, vecinas, vecinos y equipos de salud cómo se construyó y consolidó un modelo de salud que tiene 30 años igualando oportunidades en el acceso a una salud integral, universal y gratuita. El sistema de salud de Rosario que llevamos adelante se basa en la concepción de garantizar derechos con una mirada territorial y participativa. Permítanme aquí nombrar a un estadista que lo pudo pensar y llevar adelante y que nos dejó este año. Me refiero a Hermes Binner.

En Rosario, los centros de salud no están a más de 15 cuadras de cada familia y garantizan su atención integral. A su vez, construyen vínculos, respeto y encuentros de saberes. Se acompaña a cada niño, niña, mujer y familia en todo el proceso de salud.

En materia de salud sexual y reproductiva, hay acceso a todos los métodos anticonceptivos y un acompañamiento a todas las mujeres y personas gestantes. Nuestras maternidades públicas son ejemplo de parto respetado y humanizado; nuestras neonatologías de primer nivel permiten el acompañamiento de la familia durante la internación. Existen programas, como el de Equidad Educativa, que acompañan a toda mujer menor embarazada -entre 13 y 18 años- para que termine sus estudios y para que también tenga herramientas para enfrentar situaciones de violencia.

Rosario tiene equipos interdisciplinarios en los territorios que luchan todos los días contra la desigualdad, que promueven derechos, que defienden la vida en cada proceso de atención y que trabajan con intersectorialidad y con clínica contextualizada. En este contexto, respetamos la visión integral de la salud sexual y reproductiva.

En la ciudad, hace más de veinticinco años que hay acceso al Programa de Salud Sexual y Reproductiva; este es un derecho conquistado por las mujeres. En plena crisis del año 2001 -cuando no teníamos dinero para nada-, mientras discutíamos si en los centros de salud iba a haber leche para menores de un año y antibióticos, las mujeres exigieron anticonceptivos. ¡Es un derecho ganado por las mujeres en la ciudad!

En el año 2004, siendo secretaria de Salud de esa ciudad, llegó una niña de 13 años -que habíamos cuidado desde su nacimiento- violada por su padrastro y con un embarazo, que fue detectado por su pediatra. Su equipo de salud y su madre pedían respuestas ante tanto dolor.

Hace dieciséis años, un grupo de mujeres autoconvocadas nos acercó el primer Protocolo de Interrupción Legal del Embarazo. Fue un año después de que en Rosario haya tenido lugar el primer Encuentro Nacional de Mujeres. Las escuchamos, trabajamos juntas y, con decisión política, avanzamos.

Desde el año 2007, Rosario tiene una ordenanza que permite aplicar el Protocolo de ILE con el fin de evitar peligros para la vida o la salud de la mujer. En el año 2012 garantizamos el Misoprostol en todos los centros de salud; más de cincuenta en la ciudad. Desde el año pasado, la provincia de Santa Fe fabrica en su laboratorio público Misoprostol gratuito para entregar a todos los efectores de salud.

Quiero dar tres indicadores de este proceso. En primer lugar, hemos logrado disminuir la internación por complicaciones por abortos. En segundo lugar, hay una tasa menor de embarazo en adolescentes; venimos bajando la fecundidad en mujeres menores de 19 años. Y, por último, hemos evitado muertes maternas; en estos últimos diez años, solo lamentamos dos muertes maternas.

Las estadísticas de Rosario demuestran que cuando el Estado está presente y escucha, acompaña y no culpabiliza, juzga ni abandona a las mujeres para que aborten en la clandestinidad, no aumenta el número de interrupciones legales del embarazo. Cuando una mujer no tiene acceso a la información, a métodos anticonceptivos oportunos ni a la interrupción legal del embarazo, se la somete a una situación de violencia. Todas y todos sabemos que cuando hay recursos económicos esa interrupción se da en las clínicas privadas; cuando no hay recursos, esas situaciones se dan en lugares clandestinos y se pone en riesgo la vida de las mujeres. Eso es desigualdad y eso es violencia.

Quiero decir que, durante la pandemia, en nuestra ciudad se garantizó el acceso a la anticoncepción, a los métodos medicamentosos, a la ligadura tubárica...

SRA. PRESIDENTA MACHA Mónica, te queda un minuto.

SRA. FEIN Quiero reconocer a esos equipos que nunca cerraron su centro de salud, que compartieron su whatsapp, que se acercaron con la medicación a todas las familias que atienden y que, pese a todas las dificultades, siguieron garantizando derechos. La salud, como derecho, es una concesión que se compromete en todas las circunstancias.

En cuanto a la objeción de conciencia, Rosario realizó una entrevista con cada profesional y, por supuesto, que se respeta ese derecho. Gracias a concursos, sabemos que no hay ninguna institución que planteé objeciones de conciencia porque también queremos garantizar el derecho de las mujeres y cuerpos gestantes.

Hace muchos años aplicamos el Plan de Mil Días y esto nos ha permitido disminuir la tasa de mortalidad infantil, focalizarnos en la estimulación temprana y acompañar el desarrollo de niñas y niños de nuestra ciudad.

Por esta razón, vengo a dar cuenta de una ciudad que emprendió un largo recorrido por las mujeres, por las organizaciones de mujeres y por un gobierno que, con su decisión y el gran compromiso de sus equipos, genera una política pública sanitaria que garantiza derechos; cuando se dan estas condiciones, se transforma la vida de la gente.

Finalmente, quiero ratificar mi apoyo al proyecto de interrupción legal del embarazo presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, ya que sintetiza nuestra lucha de ser autónomas, libres y sin tutela para construir nuestra vida.

Espero que nuestro sistema de salud, como el de Rosario, lo pueda llevar a cabo puesto que se está haciendo en nuestro país.

Soy socialista y hemos estado presentes en todas las luchas dentro de la organización...

SRA. PRESIDENTA MACHA Mónica, se agotó el tiempo.

SRA. FEIN ... presentando proyectos en el debate. Cuando llegamos al gobierno, impulsamos los derechos de las mujeres y avanzamos en ese sentido.

Hoy vengo a contarles esta experiencia en la que se demuestra que el camino siempre es ampliar derechos en pos de salvar vidas.

SRA. PRESIDENTA MACHA Mónica Fein, se ha cumplido el tiempo.



SRA. FEIN Una vez más, todas las mujeres vivimos una historia de lucha y de conquista. Espero que sea la última para exigirles hoy a ustedes, diputadas y diputados, que sea ley. Muchas gracias.

SRA. PRESIDENTA MACHA Muchas gracias, Mónica Fein.

Continúa en el uso de la palabra Martín Olivera Ravasi, médico especialista en Ginecología y Obstetricia del CEMIC, UBA.

SR. OLIVERA RAVASI Hola...

Se interrumpe el audio.
SRA. PRESIDENTA MACHA Martín, se escucha distorsionada tu voz. Vamos a ver si resolvemos el tema del sonido y, mientras tanto, continuamos entonces con otra expositora.

Tiene la palabra Ursula Bassett, doctora en Ciencias Jurídicas, profesora titular de la UCA y de la Universidad Austral.



SRA. BASSET Agradezco que me hayan invitado a participar de esta reunión.

Mi campo de trabajo es el derecho de familia y los derechos humanos. Este año tengo a mi cargo una investigación sobre nuevas discriminaciones contra la mujer. Asimismo, en los últimos diez años, he leído y participado en debates sobre varios proyectos. Debo decir que este proyecto me impresiona, tal vez porque me encuentra en un momento en el que estoy pensando desde mi lugar de mujer.

En primer lugar, creo que involuntariamente -de eso no cabe duda- este proyecto está peligrosamente moldeado por una matriz patriarcal, puesto que dice empoderar a la mujer otorgándole el derecho a decidir. Y quizás debemos leer un poquito más allá.

En efecto, el modelo de mujer que subyace al proyecto es aquella dueña de su cuerpo, como el hombre; el modelo del hombre puede elegir no cargar con el peso de la filiación porque la deposita fuera de su cuerpo, es decir, en la mujer. Sin embargo, la paradoja reside en un problema de profunda crisis de identidad del feminismo: si el modelo de mujer independiente copia o emula al del hombre, ocupar lugares de los hombres, ejercer profesiones de los hombres, etcétera; o si el feminismo elige valorar su identidad de mujer orgullosa de su diferencia.

Fíjense que es un proyecto que silencia a la mujer puesto que no figuramos en ninguna parte y ni siquiera se nos nombra.

Évelyne Sullerot, una de las primeras feministas francesas y firmante del Manifiesto de las 343 Brujas -que ustedes recordarán- a favor del aborto en la década del 70 en Francia y que desembocaría en la Ley de Simone Veil, decía que la difusión gratuita y amplia de métodos anticonceptivos había recuperado para la mujer el dominio absoluto de su cuerpo. Además, refirió que la discusión sobre el aborto empezaba a desdibujarse puesto que implicaba adueñarse o no del cuerpo; de decidir o no.

Si la mujer queda embarazada, no es una cuestión de sí-no o de fatalidad, sino de responsabilidad. Se mencionó aquí que la responsabilidad de la mujer era un ataque y agravio hacia ella. Sin embargo, la responsabilidad fundamental que queremos es aquella en la que los padres asumen las consecuencias de sus actos. La mujer merece el mismo trato que el hombre, no es menos que él ya que posee la misma posición y derecho para ser igual de responsable.

En segundo lugar, la cuestión de fondo apunta a si queremos resolver los problemas de las muchas mujeres o si pretendemos votar una ley de aborto que, en buena medida, los esconde y revierte el peso de muchas oscuridades sobre ellas.

Hablemos de las presiones. En una sociedad machista que ensaya responsabilizar a los hombres por los hijos -infructuosamente muchas veces-, sabemos de las presiones que reciben las mujeres para abortar. En Argentina se pueden reclamar alimentos durante el embarazo. Explíquenme cómo evitamos esas altamente efectivas presiones para abortar con este proyecto que tenemos ahora. Al contrario, ¿en qué sentido hablamos de ser libres para decidir si no hay opciones ni conserjerías integrales? ¿Cómo se imaginan que serán las presiones veladas y el mobbing laboral a las embarazadas?

Este es el problema de crear un derecho en lugar de despenalizar en situaciones. Despenalizar es la respuesta para la mujer desesperada ante circunstancias terribles; crear un derecho es una respuesta para las mujeres fuertes, no para las desesperadas, no para las que sufren violencia y no para las que sufren intimidación.

¿A quién queremos proteger? Pensemos en las niñas. Entre paréntesis, fíjense que no solamente es necesario modificar la declaración interpretativa al artículo 1° de la Convención de los Derechos del Niño, sino varios artículos del CCC, y me pongo a disposición. Adviertan que hay una contradicción con el artículo 644 así como está regulado, por lo que el proyecto no resultaría operativo. Sin hablar, claro está, de las muchas otras contradicciones que ya he detallado en otras exposiciones. En conclusión, para ser prolijos habría que realizar varias modificaciones al Código Civil.

Los problemas. Por un momento, pensemos en el embarazo infantil y adolescente citado hace instantes.

Según un estudio del Fondo de Población de Naciones Unidas de 2020, nacieron 94.000 niños hijos de adolescentes menores de 20 años, y 2.493 hijos de adolescentes y niñas menores de 15 años. Según los datos del Ministerio de Salud de 2019, el porcentaje de repitencia -es decir, varios embarazos- de niñas menores de 15 años, es del 5,1 por ciento. ¿Se soluciona con el aborto? Recién se dijo que sí, yo digo que no.

Muchas veces se agrega un tópico: una adolescente que no sabe cuidarse o quiere quedar embarazada -esto lo reflejan los estudios del Banco Mundial o lo conoce cualquiera que se desempeñe en políticas sociales- va a quedar embarazada varias veces. Podemos inducirla a abortar varias veces y, de esta forma, parecerá que las cifras de las estadísticas disminuyen. ¿Cuántos abortos les vamos a realizar durante las adolescencias?

El problema es el embarazo, no el aborto posterior. No debería quedar embarazada; no soluciona el problema, más bien es posible que lo agrave. El problema es de fondo. ¿Y si atacamos las raíces y no las consecuencias?

Otra cuestión más grave aún: el deleznable y aberrante escándalo al abuso sexual infantil y adolescente, que resulta una herida para siempre en la vida de las mujeres. ¿Cómo nos lo permitimos?

Ya lo dije en una exposición anterior y, aunque me costó que me sacaran en Página 12 -no me importa-, ahora todos sabemos que es así. Según la letra de este mismo proyecto, el referente afectivo, que es la pareja de la madre -porque esto también es patriarcal y hay mujeres más machistas que los hombres-, lleva a la nena embarazada a abortar, todo sigue como antes y sigue abusando de ella. Por favor, solucionemos esta aberración.

Que no se permita de ninguna manera un proyecto de ley firmado por ustedes que visibilice o facilite el abuso. Sin conserjerías, sin entrevistas multidisciplinarias, sin acompañamiento, estamos dejando a esa niñita abusada sola, y les puedo mencionar casos que tuve oportunidad de conocer. En un estudio de 2016, CLADEM afirma que la mayoría de los casos quedan impunes.

¿Por qué no hay proyectos para evitar esto? ¿Por qué no trabajar en mecanismos de detección temprana? Yo pensé que en el transcurso de esta pandemia -luego de tanto sufrimiento y soledad- íbamos a ponernos a trabajar en positivo.

Pensemos también en la creciente y dramática cifra de niños sin cuidados parentales. Hay tantos casos que ocurren a diario. Si consultan en los juzgados, verán que hay situaciones dramáticas: niños atados o dejados solos en casa.

Son situaciones que ustedes no se imaginan, y si se las imaginan o las conocen, es hora de atacarlas. El fracaso del sistema es inapelable.

Pensé que trabajaríamos en el sistema para mejorar la adopción, como está haciendo Uruguay, o para pensar cómo hacer más efectivo el cobro de los alimentos, que golpea a las mujeres solas en los sectores híper vulnerables. En todos los casos estamos hablando de niños con vidas dolorosas, a veces horribles. Nos dicen algunas voces extremas que solucionar el problema es que no nazcan, que un niño no querido por sus padres es una carga para el Estado y la sociedad. Pienso que es posible la resiliencia; se la debemos: que de algo feo -no ser querido- podemos hacer algo muy lindo si pensamos en términos de justicia social y vulnerabilidad.

Pienso en mejorar la adopción y me da ilusión. ¿De verdad es mejor que no nazcan y que solo tengan derecho a la vida los elegidos, entre comillas? ¿De verdad hay libertad para elegir cuando las madres pueden optar por abortar y no pueden elegir dar en adopción durante el embarazo, o no se les provee información sobre alternativas, que es una obligación internacional de la Argentina, según el caso I.V. contra Bolivia sobre consentimiento informado de la mujer? Cuando se les cierran todas las puertas y la única que se les deja abierta es la del aborto, ¿eso es libertad?

Yo les hablo sobre todo a las mujeres, a las que creen que uno entra en la política para hacer un país mejor. Cambiar el país es que no haya abusos, que ninguna niña ni adolescente quede embarazada nunca, que haya responsabilidad -que yo creo que es digno, que es una cuestión de dignidad y no una ofensa-, que acompañemos a los vulnerables y que demos opciones. Agrego: yo no creo que sea "inético" dar en adopción y me parece muy triste estigmatizar a las mujeres que quieren hacerlo. Me parece que la mujer que quiere dar en adopción tiene una responsabilidad enorme que asume con dolor, pero para darle una esperanza a su hijo; no creo que haya que estigmatizarlas.

Quiero que haya responsabilidad, que acompañemos a las vulnerables, que demos opciones, que no cerremos puertas y que consideremos cuidar la vida como un valor, no como algo disponible, y que eso nos lleve a trabajar en el fondo de las cuestiones.

No me gusta un proyecto que oculta los traumas, que colabora para silenciar los abusos, que deja solas a las mujeres desesperadas y que les da derecho a las fuertes -que ya los tienen. Lo que más me duele es que el proyecto no tiene sensibilidad hacia el sufrimiento de la mujer.

Ojalá este proyecto no sea impuesto sobre los argentinos, que nadie cante victorioso porque se le impuso al otro, sin dar espacio a un debate democrático de discutir alternativas. Ojalá podamos pensar como hermanos en una misma tierra cómo solucionar los problemas de fondo que tenemos ante los ojos. Honestamente este proyecto en lo central no responde a eso.

Muchas gracias a todos por su tarea y su servicio a todos los argentinos. Desde luego, estoy a su entera disposición. Gracias.

SRA. PRESIDENTA MACHA Muchas gracias.

Tiene la palabra Hernán Munilla Lacasa, doctor en Ciencias Jurídicas, profesor de la UCA.



SR. MUNILLA LACASA Muchas gracias por la invitación y muchas gracias por permitirme dar mi opinión sobre el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo.

De los legisladores se espera que observen y respeten la ley suprema de la Nación, los tratados internacionales de derechos humanos en ella incorporados y las demás leyes vigentes que componen el ordenamiento jurídico del país. Como no puede ser de otro modo, ese conjunto normativo se encarga de reconocer que la vida es el derecho primero y más importante del cual dependen todos los demás derechos de las personas.

La ciencia ya se ha expedido al señalar que hay vida desde la unión de los gametos femenino y masculino, y que esa vida es diferente a la de la mujer que la gesta. Por lo tanto, esa vida se protege desde la concepción en el seno materno. No lo digo yo, lo dice el preámbulo de la Convención de los Derechos del Niño; el artículo 4°, inciso 1, de la Convención Americana de Derechos Humanos, y el artículo 2º de la ley 23.849 en cuanto establece que se entiende por niño a todo ser humano desde el momento de la concepción. También lo dice el artículo 19 del Código Civil y Comercial de la Nación, y el artículo 75, inciso 23, de la Constitución Nacional expresamente dispone la protección del niño desde el embarazo.

Consecuentemente, el Código Penal, el digesto de la norma que se encarga de castigar aquellas conductas que atentan contra los bienes jurídicos más esenciales de las personas, dedica el primer capítulo del primer título a punir los ataques contra la ley. Inmediatamente después de regular el delito de homicidio, el Código Penal tipifica el delito de aborto. Ese es el lugar destacadísimo que le ha asignado el codificador y que le sigue asignando el proyecto bajo estudio. El aborto consiste en destruir a la persona por nacer mientras se encuentra en el seno materno.

De los legisladores también se espera que sean coherentes con las propias normas que dictan. El proyecto del Poder Ejecutivo, como dije, mantiene por un lado la punición del delito de aborto. Esto significa que los autores de la iniciativa consideran que la persona por nacer es un ser diferente de la madre que lo aloja transitoriamente en su vientre y que es un sujeto de derecho que merece tutela jurídica. A tal punto, prevé una pena de 3 a 10 años de prisión si el aborto se comete sin consentimiento de la mujer, con un agravante de 15 años si se produce su muerte, y una pena de prisión de tres meses a un año si se comete con el consentimiento de la mujer. Es más, se prevé la misma pena, de prisión de tres meses a un año, para la persona gestante que luego de la semana 14, siempre que no mediaren los supuestos del artículo 86, causare su propio aborto o consintiera que otro se lo cause.

Por lo tanto, según la lógica del texto analizado, y para que quede bien claro, el proyecto afirma que hay vida humana desde el primer momento distinta de la vida de la mujer y que merece cobertura legal incluso en el Código Penal.

Sin embargo, el proyecto incurre en una incoherencia intrínseca al establecer que la mujer tiene derecho a suprimir indiscriminadamente esa vida -como dijimos, diferente a la suya-, hasta la semana 14 inclusive.

Quiere decir entonces, siguiendo siempre la lógica de la propuesta legal, que la vida de ese ser único, inocente e indefenso, su suerte, su viabilidad y su futuro dependen exclusivamente de la voluntad de la mujer hasta que tenga 14 semanas de gestación. Hay vida sí, pero prevalece el consentimiento de quien la cobija en su seno. En otras palabras, la vida del embrión, tutelada penalmente, queda subordinada a lo que decida la madre; solo cuenta su deseo, lo cual refleja por añadidura una inaceptable desigualdad de género porque la voluntad de quien aporta la mitad de los cromosomas -el padre- no se tiene en absoluto en cuenta.

El proyecto es inconsistente: hasta la semana 14 la voluntad de la mujer es soberana frente a la vida de ese ser que lleva adentro, al punto que puede eliminarlo impunemente, pero de un día para el otro -en la décimo quinta semana-, la vida del embrión vuelve a adquirir cobertura legal ante ella, pues ya la tenía frente a los terceros según el artículo 85, inciso 1, y quien cause su aborto, aun si fuera la madre, será punible en los términos de los artículos 85, inciso 2, y 88 del proyecto.

Es inconsistente también porque no plantea ningún agravante, como existe actualmente, cuando se causa un aborto con el consentimiento de la mujer y se produjera su muerte después de la semana 14. En otras palabras, el médico que provoca un aborto clandestino en el cual muere la mujer solo será castigado con una pena de tres meses a un año y ni siquiera será inhabilitado, pues también se suprime esa pena actualmente prevista en el artículo 86.

La vida humana, la vida de todos nosotros, nuestra vida, no puede depender solo del deseo de las mujeres embarazadas -ya hemos señalado que al padre no se lo tiene en cuenta-, ni tampoco comienza, como la ciencia lo ha demostrado y el propio proyecto lo reconoce, a partir de la semana 15. Hay vida desde el primer momento.

Este Congreso no debería reconocer el derecho de suprimir otra vida, a excepción, claro, de los supuestos de no punibilidad contemplados en el artículo 34 del Código Penal. Un delito reconocido como tal, incluso por el propio proyecto, se transforma inauditamente en un derecho que pretende legalizarse y que el Estado debería garantizar.

Las razones que explican la punición del aborto a partir de la semana 14, con prescindencia de quien lo cometa, son exactamente las mismas que explican su punición antes de esa semana.

Por otra parte, resulta altamente cuestionable crear un nuevo delito en el artículo 85 bis, es decir, consagrar una mayor intervención del derecho penal para castigar con prisión e inhabilitación a quienes dilataren injustificadamente, obstaculizaren o se negaren a practicar un aborto en los casos previstos en el proyecto.

El nuevo delito, que es una amenaza que refuerza la obligación que pesa sobre el personal de salud a ofrecer el aborto según los términos del artículo 5° del proyecto, afecta la libertad de actuación profesional del médico. Adviértase que cualquier expresión en sentido contrario a la voluntad de abortar de la paciente, como podría ser comentar la existencia del proyecto de Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo, podría ser considerada una forma de violencia contra la mujer en los términos de la ley 26.485.

Será casi imposible para un profesional de la salud ofrecer alternativas cuando enfrenta tan serias amenazas y cuando el proyecto propone una tipificación tan amplia de las conductas que van a ser sancionadas. Si el objetivo de la iniciativa es terminar con el aborto clandestino, esta propuesta no es la solución. Es responsabilidad del Estado encontrar una solución que respete nuestro sistema constitucional. El aborto legal no va a terminar con la falta de educación, con la pobreza ni con las muertes maternas.

En cuanto a las causales de no punibilidad del aborto posteriores a la semana 14, deberían acotarse las amplísimas causales del artículo 86 incluidas en el proyecto del Ejecutivo que comienza con la equívoca y desconocida fórmula "No es delito", y establecerse como única excepción la no punibilidad del aborto indirecto, que se realiza con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre en tanto ese peligro no puede ser evitado por otros medios.

En torno al aborto proveniente de una violación, me permito concluir con una acertada reflexión del jurista Alberto Bianchi, también convocado a estas reuniones conjuntas: "¿Qué es lo que el aborto borra de la violación y qué es lo que no borra? Si con el aborto la mujer pudiera borrar toda huella de la violación, como si no hubiera ocurrido, si pudiera restaurar completamente el daño físico y psíquico infligido, no dudaría en considerar que el aborto es una solución que compensaría los derechos de la mujer violada con los de su futuro hijo. Pero sabemos perfectamente que el aborto borra de la violación únicamente al ser en gestación. No restaura ni el daño físico ni el psíquico que la mujer haya sufrido. Al contrario, agrega un sufrimiento más: el haber abortado. ¿Tiene sentido entonces el aborto?"

Señoras diputadas y señores diputados: pido que rechacen el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo y propongan una solución que, en sintonía con el bloque constitucional, respete las dos vidas.

Las políticas públicas deben tener como objetivo inexcusable la preservación de la vida de cada ser humano. Pretender una salud pública integral cuyo objetivo prevea regular la eliminación de los seres humanos más inocentes, constituye una contradicción en sí misma y un agravio a la dignidad humana.

SRA. PRESIDENTA MACHA Tiene la palabra la señora María Luisa Storani, diputada nacional mandato cumplido, parlamentaria del Mercosur. Tiene siete minutos para exponer.

Ahí la veo, pero está muteada.

Luego de unos instantes:
SRA. PRESIDENTA MACHA Como evidentemente tiene problemas con el sonido, pasamos al próximo orador.

Tiene la palabra el doctor Ricardo Gil Lavedra, excamarista federal, exministro de Justicia, diputado nacional mandato cumplido, exjuez ad hoc de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

SR. GIL LAVEDRA Buenas tardes, presidenta. Muchas gracias.

Nuevamente el Congreso de la Nación está tratando un proyecto de ley sobre interrupción voluntaria del embarazo. Esto demuestra que la recuperación de los derechos de la mujer, discriminada en su condición de sujeto de derecho durante siglos, es irreversible e indetenible. El tratamiento de este tema no terminó en 2018, sino que simplemente se postergó y estamos nuevamente reunidos.

Por supuesto, como el debate de 2018 ha sido muy intenso y exhaustivo, y muchos asuntos ya fueron discutidos, la reiteración en estas reuniones será breve.

Entiendo que se me convocó para hablar de las consideraciones estrictamente legales del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo.

Voy a centrar mi posición en cuatro puntos fundamentales. En primer lugar, a mi juicio y con todo respeto a los colegas preopinantes, no hay cepo constitucional ni convencional alguno que impida legislar en esta materia.

Segundo, esta es una cuestión de política legislativa.

Tercero, ¿cuál es la ponderación de derechos que está en juego?

Cuarto, hay una ficción que normalmente se utiliza en ese tipo de debates.

Pasando al tratamiento en particular del primer punto, ni la Constitución Nacional ni los tratados internacionales de derechos humanos disponen que deba criminalizarse a la mujer que se realiza un aborto temprano. De hecho, la Constitución dispone en muy pocos casos que alguna conducta debe ser considerada delito: la compraventa de personas, la traición a la patria, la sedición y la corrupción; pero no el aborto.

Desde ya que la vida debe tutelarse desde la concepción. Pero esta protección no es necesariamente penal; esta tutela a la vida del por nacer no es absoluta. El tema está saldado tanto por nuestros tribunales internos como por los internacionales.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el caso "Baby Boy", la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el conocido caso "Artavia Murillo", nuestra Corte Suprema en el caso "F.A.L", y la Corte de Estados Unidos en el famoso caso "Roe contra Wade" de la década del 70, establecieron que la protección de la vida es incremental. Es decir que a medida que progresa el embarazo, se elevan las expectativas de vida del por nacer. Pero en todos los casos hay que confrontar esta tutela con los derechos de la madre en lo que hace a su salud, su autonomía y su dignidad.

En las primeras semanas de gestación prevalece la voluntad de la madre de no serlo y no proseguir con el embarazo. Luego, cuando se aproxima el término, obviamente predomina la del feto. Fíjense que todos los organismos encargados de interpretar y aplicar estas convenciones, han hecho recomendaciones a la Argentina respecto de la necesidad de que promueva el acceso al aborto seguro. Me refiero al Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, al Comité de Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer -CEDAW-, al Comité de los Derechos del Niño y al Comité de Derechos Humanos en 2019. Les recomiendo que lean la observación general número 36 de 2019 del Comité de Derechos Humanos acerca de cómo esta protección debe ser incremental y no hay colisión en este caso.

Por supuesto la Corte Suprema ya resolvió en el caso "F.A.L." que la ley que adhirió a la Convención de los Derechos del Niño es una cuestión interpretativa y no se ha efectuado una reserva. Esto también lo dijo claramente Nelly Minyersky. Repito que, en términos de las decisiones de los organismos internos e internacionales, el tema está saldado. En consecuencia, se trata de una cuestión legislativa. El legislador tiene que decidir cuándo castigar y cuándo no. Además, cuando decide penalizar, tiene que hacerlo recurriendo a razones objetivas y no por prejuicios ni sentimientos religiosos o morales.

Hasta ahora la criminalización ha fracasado, no ha tenido ningún efecto preventivo y, sobre todo, ha privado a los sectores más vulnerables de los derechos de acceso a la salud. Además, ha tenido un efecto grave en la salud pública por la cantidad de abortos clandestinos.

También quiero comentar que hemos visto casos horrendos de chicas que abortaron y se les aplicaron penas. Además de las que abortaron sin saberlo.

Aunque la criminalización fuera baja, su mantenimiento impide la llegada al sistema de salud y, en consecuencia, evitar el número de víctimas.

Nadie duda de que el aborto es un hecho indeseable y nadie quiere que se recurra a las interrupciones. Pero, ¿cuáles son las políticas más eficientes para lograrlo? ¿Criminalizar a la mujer o establecer políticas eficaces de educación sexual integral? No se trata de penalizar, sino de evitar los embarazos no deseados.

El tercer punto apunta a que no solamente la no penalización es una cuestión de oportunidad, sino el derecho de la mujer. Entonces, pasando a la ponderación de derecho, mantener la penalización del aborto temprano viola los derechos de la mujer al menos en tres dimensiones. Primero, la inviolabilidad, ya que no puede utilizarse el cuerpo de la mujer sin su consentimiento. Segundo, la autonomía, porque la mujer tiene derecho a elegir su propio plan de vida sin interferencia estatal, a decidir ser madre o no. La causal de violación, contenida en el Código Penal desde 1921, es un caso de autonomía. La mujer violada decide no ser madre y en este caso sin duda prevalece la voluntad de la mujer. ¿Qué diferencia hay entre el caso del sexo forzado, como es la violación, y el sexo consentido, si la voluntad de la mujer es la misma? ¿Qué estamos penalizando si es consecuencia del caso del sexo consentido? ¿Estamos penalizando la sexualidad de la mujer? Tercero y último, la dignidad. Si la obligamos bajo amenaza penal a continuar con el embarazo, estamos cosificando a la mujer, la transformamos en objeto, en cosa, en mero aparato reproductor sin derechos.

Señora presidenta: para ser escrupuloso con el horario y respetuoso con ustedes, que tienen sobre sus espaldas la jornada de ayer, solo me quiero referir a un último tema.

En todo este debate hay una gran ficción y a mí me gustaría recurrir a un ejemplo, el que hace Platón en La República sobre el mito de la caverna. En el mito de la caverna hay un grupo de prisioneros que están encadenados en una caverna mirando hacia el interior, detrás de ellos hay una hoguera y les pasan figuras que ellos ven reflejadas en el fondo de la caverna. Ellos no ven la realidad, ven sombras, lo que les parece que es la realidad. En consecuencia, no saben bien qué es, ven nada más que una ficción de la realidad.

En el debate del aborto pasa lo mismo: se intenta parificar a un embrión con un niño ya nacido. Un embrión no es un chico, como una semilla recién plantada no es una planta; en ambos casos pueden llegar a serlo en el futuro, obviamente, pero aún no lo son. Creer que lo son es como las sombras de la caverna de Platón.

El derecho positivo también trata diferente al feto o al embrión respecto del chico recién nacido. Fíjense que cuando el Código Penal habla de homicidio dice "el que matare", y cuando habla de aborto dice "el que causare un aborto". Si se piensa que la expectativa de vida del embrión es un derecho absoluto, el embrión tendría que tener derechos sucesorios aunque el embarazo no llegara a término. Fíjense que el propio Código Civil lo sujeta a la condición de que nazca con vida, como si no hubiera existido. No hay legislación en el mundo occidental que contemple esta hipótesis y no la contempla porque es un falso presupuesto inicial: el embrión no es un chico.

SRA. PRESIDENTA MACHA Ricardo, se cumplió el tiempo del que disponía para hacer uso de la palabra.

SR. GIL LAVEDRA Necesito solo 30 segundos para finalizar mi exposición.

Tratar de asimilar al embrión con un niño nacido o en gestación muy avanzada es un argumento retórico con envoltorio legal. Se trata de presentar la interrupción temprana del embarazo como un crimen horrendo y sangriento. Por eso están las imágenes de los bebés clamando por sus vidas, que no son verdaderas.

Hoy en día los abortos no son quirúrgicos, no salen pedazos de chicos por la vagina. Se utiliza simplemente una pastilla que provoca una pérdida. Ahora, por medio de esta ficción, se procura mantener la criminalización a toda costa lesionando los derechos de las mujeres y provocando un grave problema de salud pública.

Resulta una actitud hipócrita escudarse en la ficción de que se están asesinando niños y dejar las cosas como están. La criminalización no evita los abortos, pero los arroja al campo de la clandestinidad.

La ley que ustedes están tratando, sobre interrupción del embarazo temprano, no procura que haya más abortos, sino que los que existan sean legales, seguros y gratuitos.

Para terminar, espero, señores diputados y señoras diputadas, que ustedes no hagan como los prisioneros de Platón, sino que se den vuelta para ver la realidad, que miren para atrás y vean la realidad. Lo que tienen que ver es a las mujeres y los graves problemas de salud pública que están involucrados en esto. Vean, por favor, que la mujer no es un útero y que su función social va mucho más allá de la reproducción; vean que es necesario devolverle su derecho de decidir sin trabas a ser o no ser madre. Yo también quiero que sea ley. Gracias, señora presidenta.

SRA. PRESIDENTA MACHA Muchas gracias.

Vamos a comenzar ahora con un bloque de preguntas; tenemos dos. La primera de ellas es para Mónica Fein. Les recuerdo que tienen tres minutos para responder cada una de estas preguntas.

Entonces, la señora diputada Dina Rezinovsky le pregunta a Mónica Fein lo siguiente: en 2016, la mortalidad por aborto inducido fue del 12,39 por ciento de la mortalidad materna, 30 muertes de 242; en 2017, 9,40 por ciento; en 2018, fue del 7,39 por ciento. Dado que desde 2005 las muertes por aborto vienen disminuyendo en un 60 por ciento y las que aumentan de forma alarmante son las causas obstétricas indirectas y directas -esto es del Ministerio de Salud, 2020-, ¿por qué tendríamos que invertir recursos estatales en legalizarlo, sobre todo en este contexto de crisis sanitaria?

Se ha dicho que esta ley no obliga a nadie a abortar, pero son conocidos los testimonios de mujeres argentinas obligadas a abortar por su entorno, incluso, en un contexto de ilegalidad. ¿Cuál es la solución que propone para esas mujeres en un contexto favorable al aborto como lo es la legalización? ¿Cómo se van a evitar los abortos forzosos con la legalidad? Por ejemplo, Lorena Fernández, referente de la Villa 31, expositora en contra de la legalización en la Cámara de Diputados en 2018.

SRA. FEIN En primer lugar, como expuse claramente, la disminución del aborto tiene que ver con información, con acceso a la anticoncepción y, por supuesto, con un cambio del paradigma de la salud sexual y reproductiva.

Los abortos han producido menos consecuencias, menos muertes desde que se incorporó el Misoprostol -mecanismo medicamentoso para terminar con los abortos. Obviamente, el acceso al Misoprostol -como lo expliqué- en todos los centros de salud, dentro de las causales que hoy lo permiten, lleva a evitar consecuencias de la interrupción del embarazo.

Obviamente, son las mujeres las que deben decidir. En eso está lo que decía antes: los equipos, el territorio, el conocimiento, el diálogo. No son mujeres anónimas las que llegan al centro de salud, sino que tienen una historia clínica, una historia de vida que es conocida por el equipo que las tratan, que sabe de qué trabajan, cuántos hijos tienen y con quién conviven. En ese diálogo de confianza, se da la decisión de esa mujer de continuar con su embarazo o de interrumpirlo.

También se necesitan políticas activas como las que tenemos para acompañar los embarazos complejos. Hoy, en Rosario, nosotros detectamos precozmente las enfermedades intrauterinas y derivamos a la mujer a realizar su parto al lugar que mayor especialización tiene para recibir a ese niño o niña, según la patología que diagnosticamos en su embarazo. Eso significa una concepción integral, es decir, acompañar en toda su concepción.

La verdad es que siempre, en equipos interdisciplinarios, cuando la mujer define interrumpir su embarazo, tiene que hacerlo sola; ningún hombre a su lado puede acompañarla para decir que debe interrumpir el embarazo. Es la mujer la que, en un diálogo de confianza, de respeto, de trabajo, de historia construida en un equipo de salud, decide y plantea su situación para interrumpir un embarazo.

Esto no significa más recursos; todo lo contrario, se bajan los recursos de internaciones con complicaciones por abortos clandestinos. En los centros de salud en los que se accede al Misoprostol -vuelvo a decir que Santa Fe tiene producción pública de Misoprostol y garantizado en todo el sistema de salud-, han disminuido las complicaciones por aborto y, por supuesto, las internaciones.

Creo que es el camino que quiero mostrar: construir un sistema de salud que respete la decisión de la mujer y que la acompañe, obviamente, en todas sus decisiones y en todos sus procesos. Gracias por cederme el uso de la palabra.

SRA. PRESIDENTA MACHA Muchas gracias. Tenemos una pregunta para Úrsula Basset de parte de la diputada Victoria Rosso.

La diputada le consulta cómo considera que deberíamos legislar en este o en otros proyectos para garantizar el acompañamiento a toda mujer embarazada y/o que decida abortar, ya que hizo mención a que no se incluye esta perspectiva en este proyecto.

Respecto al Programa de "Los mil días", ¿considera que sí está garantizado este acompañamiento?

SRA. BASSET Gracias por la pregunta, señora diputada Rosso. El problema de fondo radica en la raíz de la libertad de consentir de la mujer. En este sentido, lo que decía Mónica Fein describe un poco lo que yo estaba señalando.

Hay mujeres que vienen decididas, que son fuertes, con las que está todo bien. A mí no me preocupan esas mujeres, a mí me preocupan las que están presionadas, las que fueron violadas, las que son intimidadas. Esas necesitan acompañamiento. Dejarlas solas y darles una sola salida no cumple con los requisitos que nosotros necesitamos para el consentimiento médico informado, que significa dar alternativas.

Por otra parte, también es profundamente inhumano, y nuevamente saquemos a la mujer fuerte. No seamos ingenuos, hay mujeres que vienen vulnerabilizadas y en realidad sucede algo evidente: la presión del hombre no está en la consejería, sino en la casa, afuera, en el noviazgo.

Mónica: no me hagas así con la cabeza cuando hablo porque es muy feo. Después me contestás. Es feo. Si no compartimos la visión, tal vez es porque tenemos distintas vivencias. A lo mejor tenemos miradas diferentes. A lo mejor venís de la salud pública; te conozco porque nos hemos visto alguna vez en Rosario. Como vengo más del derecho de familia, de la parte de violencia y de las mujeres maltratadas, tal vez tengo otra vivencia.

No quiero dejar sola a la mujer que viene desde ese lugar y en esa posición. Es decir, me parece que necesita una consejería, al igual que hay en Francia y Alemania, que le baje todas las opciones y que le dé libertad de verdad, o sea que no le deje solo una salida, sino un espacio que la empodere para no sentirse intimidada en esa situación.

Creo que esto es necesario en todos los casos, en todos los embarazos vulnerables o en conflicto. Me parece que todo embarazo vulnerable o en conflicto debe ser acompañado por el Estado, pero el proyecto de ley le brinda una sola alternativa.

Para mí, es bueno que la mujer decida. En varios debates dijimos, y muchos coincidimos -incluso los que están a favor del aborto-, que el aborto es un mal y no un bien. Si estamos de acuerdo en que el aborto es un mal, no hay que convencer a la mujer, sino hay que darle alternativas distintas. Gracias.

SRA. PRESIDENTA MACHA Muchas gracias a todas las personas que participaron hasta ahora.

A continuación, hará uso de la palabra Andrea Imbroglia, profesora y licenciada en Relaciones Internacionales por la USAL, maestranda en Cooperación Internacional por la UNSAM, pastoral caritativa por la Conferencia Episcopal Argentina.

Tiene la palabra la licenciada Imbroglia.

SRA. IMBROGLIA Señora presidenta, señoras diputadas y señores diputados: vengo en representación de la Conferencia Episcopal Argentina. Como algunos saben, es el organismo rector de la Iglesia Católica, la que coordina su enorme trabajo con las personas y comunidades pobres fundamentalmente a través de Cáritas Argentina.

En Cáritas somos más de 3.500 grupos de trabajo y 32.000 voluntarios que viven en comunidades muy pobres a lo largo de todo el territorio nacional. Soy parte de este equipo de miles de mujeres y hombres presentes todos los días en los barrios vulnerables para sostener y acompañar la vida de millones de personas en situación de pobreza. Por eso, hablo en nombre de estas personas.

Señoras diputadas y diputados: nadie puede decirnos lo que piensan y viven las mujeres en situación de pobreza ante un embarazo porque nosotros estamos ahí, las acompañamos poniendo el cuerpo en el territorio, sin ningún tipo de condición. Les aseguro que quienes quieren arrogarse su representación y dicen que las mujeres pobres quieren el aborto, no las conocen o faltan a la verdad.

El aborto no es un pedido de las comunidades vulnerables. Lo afirmamos desde la realidad de los territorios y no desde algunas ideologías, la religión o los escritorios. Desde la realidad de esos territorios, las mujeres piensan, sienten y miran el aborto y todo lo que lo rodea como una gran crueldad. Así evaluarán a las legisladoras y los legisladores.

Si el Congreso de la Nación que ustedes integran pretende defender los derechos de las personas en situación de pobreza, primero tiene que priorizar y respetar tanto la vida de la niña o niño por nacer como la de su madre.

Por eso, quiero decir claramente que legalizar el aborto implica como Poder Legislativo y como Patria sancionar antiderechos de personas en situación de pobreza.

La realidad humana que está esperando nacer en el vientre de las madres es indiscutidamente un ser humano y vulnerable sin voz. Son vidas humanas por más que tengan una, tres, catorce o veinte semanas de gestación; son personas por naturaleza, por código genético y, además, porque así lo define la Constitución.

Hoy escuchamos estupefactos a un funcionario que dijo aquí mismo que acá no hay dos vidas. No nos da el tiempo para explicar esto. Sí hay vida, bien humana y es una persona. Esto es lo que intuyen, saben y defienden en su inmensa mayoría los pobres. Si en cualquier sentido algún legislador tuviese dudas de que se trata de personas, ni por ley ni por sentido común puede eliminarlas por esa duda. ¿Cómo vamos a suprimir personas con esta crueldad porque molestan o no coinciden con mi proyecto de vida?

Las sociedades se organizan y crean los Estados para reconocer y cuidar los derechos de las personas, sobre todo de las más vulnerables. No se puede eliminar miles de vidas. ¿Podrán hacerse cargo quienes voten y apoyen una iniciativa como esta? A las mujeres pobres que quieren abortar, por favor, envíenlas con nosotros, que nos ocuparemos y estaremos a su lado. En Cáritas nos dedicamos todos los días a recibir la vida como viene, con fragilidades, desaciertos y pobreza.

Asistimos a personas que viven vidas rotas o quebradas. Por supuesto, siempre estamos junto a las mujeres que están en situación de pobreza que sufren por embarazos inesperados. Se acercan a nosotros, pero también salimos a buscarlas. Acompañamos a las que piensan continuar con su embarazo y a las que dudan de hacerlo. No solo tenemos buenas intenciones con ellas, las sostenemos, les ofrecemos una respuesta concreta, organizada y accesible. No están solas.

Les decimos a ustedes que ellas no están solas. Son madres en las barriadas más pobres y olvidadas. Las conocemos por su nombre y conocemos sus historias. Somos testigos de cómo es posible acompañar y sostener en las situaciones límites y también de cómo es posible multiplicar dispositivos comunitarios para sostener y cobijar a las mujeres y la vida por nacer especialmente en sus primeros mil días de vida.

Por supuesto, desde Cáritas no dejaremos tampoco de acompañar a algunas mujeres que se acercan luego de abortar; jamás les soltaremos la mano pase lo que pase. Para ellas también tenemos espacios organizados de escucha y acompañamiento.

También vemos en directo la pesada carga que genera el hecho de pensar en un aborto para una mujer que reconoce y vive la profundidad del sentido de la vida. Observamos que abortar es un drama. Mis compañeros y compañeras de Cáritas y todas las mujeres y hombres que soñamos con una Argentina para todos y todas queremos un país que respete la dignidad de las personas.

La palabra dignidad en su etimología significa valor. Sigamos siendo la Argentina que trabaja en el respeto al valor de las personas por sus derechos y su salud, que empieza con respetar la vida especialmente de los vulnerables, indefensos y pobres, dentro y fuera del vientre materno.

Señoras y señores diputados: de aprobarse el aborto estaríamos frente a un brutal retroceso como sociedad. ¿Cuál será el siguiente límite moral si ahora se permite la eliminación de algunas personas que molestan? ¿Se atreverán a avanzar sobre más personas vulnerables, sobre ancianos, sobre personas improductivas?

El aborto no es un pedido de las comunidades pobres del país. Por eso les pedimos, señoras legisladoras y señores legisladores, que por favor cuiden la vida de todas las personas en todas sus dimensiones y que no legalicen su eliminación. Toda vida vale igual que la de todos nosotros, que pudimos nacer y por eso estamos aquí. Muchas gracias.



SRA. PRESIDENTA CARRIZO Tiene la palabra la señora Storani, diputada nacional mandato cumplido y parlamentaria del Mercosur.

Luego de unos instantes:
SRA. PRESIDENTA CARRIZO Cuando María Luisa Storani resuelva los problemas de conexión, la volvemos a llamar.

Tiene la palabra la señora Silvia Oizerovich, médica ginecóloga y excoordinadora del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable de la Nación.

SR. OIZEROVICH Agradezco a la Cámara de Diputados permitirme estar hoy aquí compartiendo con todos y todas ustedes.

Traigo no solo mi voz, sino también la de muchos profesionales de la salud que trabajan día a día para ampliar los derechos de la salud sexual y reproductiva. Soy médica obstetra y ginecóloga; hice mi residencia en el Hospital General de Agudos "Doctor Ignacio Pirovano", de la Ciudad de Buenos Aires, donde comprendí la importancia de prevenir los embarazos no intencionales y el aborto en condiciones inseguras.

Permítanme partir desde una experiencia personal. En una de las tantas guardias que contribuyeron a mi formación, atiendo a una mujer joven que estaba internada por un aborto espontáneo; su abdomen era doloroso. Mientras analizábamos qué le ocurría, veo que el color de su piel vira hacia el amarillo. A quienes no son médicos, les explico que esto marca una falla hepática que probablemente termine en una falla renal. En ese momento, todos y todas comenzamos a correr. El resto de la historia la pueden imaginar: mujer joven con hijos pasando sus días en la terapia intensiva del hospital.

Como especialista en ginecología infanto-juvenil, luego de haber presidido entidades como la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto-Juvenil, la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción y la Dirección Nacional de Salud Sexual y Reproductiva tuve el honor de recorrer cada una de las provincias de nuestro país; tanto sus capitales como lugares alejados. Al escuchar los relatos de las mujeres, de las hijas y de los hijos que quedaron, tuve en claro cuál es el marco legal que debemos garantizar y el camino a seguir.

La cuestión del fondo del debate que estamos llevando adelante en el Congreso consiste en definir si estamos a favor de dejar a las mujeres a la deriva y en la clandestinidad, realizando prácticas inseguras y desprotegidas para su salud -lo que sucede cotidianamente en cada rincón de nuestro país- o si les vamos a garantizar un derecho que incluya una problemática tan importante como el acceso al aborto seguro y gratuito.

Se trata de un tema de salud pública, porque aquellas muertes que se producen por abortos inseguros y clandestinos son evitables. Independientemente de que sean cuarenta y tres, treinta y cinco o una, lo fundamental es que son evitables. Por eso, el acceso al aborto seguro y gratuito es un tema ineludible del campo de la salud en general, pero también de la salud sexual y reproductiva en particular.

Esta cuestión no es nueva en el Parlamento, ya que hace dieciocho años se sancionó la ley 25.673, de salud sexual y procreación responsable, que dio origen y sentido a la política pública nacional al brindar acceso a la información, a la educación y a la anticoncepción; desde ahí partimos.

En este sentido, desde la Dirección Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable se recorrió un largo camino y se implementaron políticas de salud para garantizar los derechos sexuales y reproductivos de toda la población. Asimismo, se implementaron políticas públicas para garantizar el acceso a la interrupción legal del embarazo de acuerdo con los mismos parámetros de otras prácticas médicas, respetando los estándares de calidad, accesibilidad, confidencialidad e información científica actualizada.

A principios de 2019 se concretan la compra y distribución de misoprostol en las provincias por parte del Ministerio de Salud de la Nación. Garantizar el acceso a la atención de la salud y a la medicación necesaria para un aborto seguro, mejoró la seguridad de las mujeres. El porcentaje de complicaciones con el uso correcto de la medicación es mínimo. No se necesita una ecografía para esto, si la técnica es correcta.

En 2019 también se actualiza y publica el Protocolo para la Atención Integral de las Personas con Derecho a la Interrupción Legal del Embarazo, que tiene en cuenta el Código Civil y las últimas actualizaciones médicas para garantizar un abordaje integral y mejorar la atención de las personas en situación de aborto.

Todo lo que se logró implementar desde las políticas públicas nacionales y provinciales para garantizar el acceso a la interrupción legal del embarazo es fundamental; pero, no es suficiente porque necesitamos una ley de interrupción voluntaria del embarazo, tema que justamente se está tratando en esta Cámara.

Un dato concreto lo dan los llamados al 0800 Salud Sexual, la línea de atención gratuita del Ministerio de Salud de la Nación. En 2019, del 43 por ciento de los llamados, el 83 por ciento de las secuencias -las situaciones concretas que necesitan una solución y que, por lo tanto, conllevan un seguimiento- fueron por aborto.

Si bien un porcentaje de estas situaciones se resuelve en el subsistema público de salud, porque responde a las causales de interrupción legal del embarazo, el resto de los llamados no tiene respuesta y forma parte de los abortos realizados en condiciones inseguras y clandestinas, que son riesgosos y, fundamentalmente, pueden derivar en una muerte evitable.

SRA. PRESIDENTA CARRIZO Pido a la señora Oizerovich que redondee su exposición.

SRA. OIZEROVICH No quiero terminar mi exposición sin hablar del Near Miss Materno, expresión con la que se hace referencia a lo que pasa con aquellas mujeres que casi mueren por una causa relacionada con el embarazo. En líneas generales, en un gran porcentaje ocurre por abortos en condiciones inseguras.

¿Qué significa el Near Miss Materno? Parejas que van al hospital a ver cómo están sus mujeres, que terminan perdiendo sus trabajos, e hijos que no concurren a la escuela porque también deben ir al hospital a visitar a su madre. Esta situación se podría haber evitado con el acceso a tiempo a un aborto seguro.

Por todo esto, esta ley es fundamental: para garantizar los derechos consagrados en nuestro país y el resto del mundo, y para evitar muertes y secuelas prevenibles generadas por los abortos en condiciones inseguras. Además, hay que tener en cuenta que no todas las mujeres corren los mismos riesgos, ya que las más expuestas son las más humildes y vulnerables; las otras mujeres lo resuelven con procedimientos seguros.

Otra cuestión muy importante es que, si el aborto se realiza dentro del sistema de salud, al momento del alta la mujer tiene la opción de retirarse con un método anticonceptivo eficaz. Las mujeres y las personas con capacidad de gestar esperan vuestra decisión para mejorar su calidad de vida y su atención en salud.

Pido a los legisladores y las legisladoras que, en una situación tan difícil y vital como esta, podamos contar con su apoyo para la sanción de esta ley.

SRA. PRESIDENTA CARRIZO Tiene la palabra la señora María Elena Critto, socióloga e investigadora en temas de salud de la mujer en la región.

SRA. CRITTO Ante todo, saludo a los diputados, las diputadas y todos los presentes. Muchas gracias por invitarme.

Hoy voy a hablar sobre el aborto en la Argentina. Concretamente, sobre mitos versus estadísticas oficiales porque creo que toda ley merece estar fundamentada bajo evidencia científica.

Sabemos que, respecto del aborto, existen ciertos mitos. Hoy vamos a focalizarnos en tres de ellos. El primero es que la muerte por aborto es una prioridad de salud pública.

Veamos qué nos dicen las estadísticas oficiales del Ministerio de Salud de la Nación. En 2018 -último año con estadísticas disponibles- tuvimos ciento sesenta y dos mil defunciones de mujeres, de las cuales ocho mil fueron de mujeres de 15 a 44 años. El aborto representa el 0,2 por ciento de las defunciones femeninas en edad fértil y ocupa el puesto 58° en el ranking de causas de muerte. Si vamos al total de defunciones de mujeres femeninas de todas las edades, el aborto está en el puesto 72° del ranking y representa el 0,01 por ciento del total de las defunciones.

A continuación, hablaré de la mortalidad materna. La Argentina tiene registros confiables en la materia. Los invito a leer los informes de la OMS y de otros organismos que los califican como de buena calidad.

Por otro lado, de las doscientas cincuenta y siete muertes maternas de 2018, treinta y cinco fueron por aborto en general. Esto incluye todo tipo de abortos, de los cuales diecinueve son abortos médicos, abortos no identificados, otros abortos e intentos fallidos. En esos diecinueve podrían entrar las muertes por abortos clandestinos, que representan el 7 por ciento de las doscientas cincuenta y siete muertes maternas prevenibles de 2018. Son prevenibles si se trabaja en condiciones hospitalarias óptimas, esto es, en diagnósticos precoces, seguimientos y tratamientos adecuados, en atención prenatal y posnatal, en acceso a emergencias obstétricas calificadas, en información y prevención.

La tasa de mortalidad por aborto en general, si incluimos todas las causas, de 2001 a 2018 disminuyó un 62 por ciento. Hoy, sin aborto legalizado, la Argentina tiene una de las tasas de mortalidad por aborto más bajas del mundo: cinco muertes por aborto cada cien mil nacidos vivos.

El segundo mito es que hay un gran número de hospitalizaciones por abortos clandestinos.

Las estadísticas oficiales confirman que los egresos hospitalarios por aborto incluyen todo tipo de abortos. Son el 10 por ciento de las hospitalizaciones por maternidad y han disminuido en un 43 por ciento desde 2005 hasta 2016. En el gráfico que vemos en pantalla, la línea naranja de abajo indica que un gran porcentaje de egresos hospitalarios por aborto son por aborto espontáneo.

El tercer mito es que la legalización del aborto permite reducir la mortalidad materna. Veamos las estadísticas de nuestros países vecinos. De 1990 a 2015, Chile logró disminuir significativamente la mortalidad materna en general, y la mortalidad materna por aborto en particular, con la penalización de esa práctica; es decir, sin su legalización.

El caso de Uruguay también muestra cómo bajaron la mortalidad materna y la mortalidad materna por aborto antes de la ley de sancionada en la materia; es decir, hasta 2011. Se puede observar que, por el contrario, luego de la legalización del aborto hay una tendencia creciente de la mortalidad materna y de los abortos realizados.

Los estudios internacionales confirman que la mortalidad materna disminuye cuando se trabaja en la educación, en el acceso a la salud calificada universal, en las mejoras en las condiciones de vida y en la información. La legalización del aborto no tiene efecto causal en la disminución de la mortalidad materna. Los invito a leer la evidencia científica en más de ciento ochenta y un países.

En resumen, las estadísticas oficiales dan luz sobre los mitos del aborto.

Si hablamos del primero, que la muerte por aborto es una prioridad de salud pública, las estadísticas muestran que el aborto representa el 0,2 por ciento de las defunciones femeninas en edad fértil; ocupa el puesto 58° en el ranking de causas y el 72° en el de total de defunciones femeninas. El aborto representa el 7 por ciento de las doscientas cincuenta y siete defunciones prevenibles del año 2018.

La tasa de mortalidad materna por aborto en general ha disminuido significativamente en la Argentina y en la actualidad es una de las más bajas del mundo.



SRA. PRESIDENTA CARRIZO María Elena: te aviso que te queda un minuto, como para que vayas redondeando.

SRA. CRITTO Voy cerrando, entonces.

Respecto del segundo mito, que hay un gran número de hospitalizaciones por abortos clandestinos, las estadísticas oficiales confirman que los egresos hospitalarios incluyen todo tipo de abortos. Constituyen el 10 por ciento del total de las hospitalizaciones por maternidad y vienen disminuyendo significativamente. Un gran porcentaje de ellas son por aborto espontáneo.

En relación con el tercer mito, que la legalización del aborto permite reducir la mortalidad materna, los estudios internacionales y la evidencia científica confirman que la legalización del aborto no tiene un efecto causal en la disminución de la mortalidad materna. En cambio, esta sí disminuye cuando se trabaja en la educación de la mujer, el acceso a la salud universal y calificada durante el embarazo, el parto y el puerperio, en las mejoras sanitarias y de las condiciones de vida, y en la información para la prevención y control de la fertilidad.

Los datos oficiales de la Argentina, Uruguay y Chile indican que es posible disminuir la mortalidad materna en general, y la mortalidad materna por aborto en particular, sin legalización. Los invito a leer las estadísticas oficiales y, por supuesto, quedo a disposición para ampliar lo antedicho.

Sigamos trabajando en mejorar el acceso universal a los servicios de salud calificados para la embarazada, en reducir la mortalidad materna, en la prevención, y en el acceso a la información y a la educación.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD La próxima expositora es la señora María Luisa Storani. Luego, procederemos a leer las preguntas. La mecánica de trabajo es la siguiente: cada cuatro expositores, se leen las preguntas. Aquellas que no hayan sido realizadas oportunamente, serán remitidas por mail al expositor para que la responda, por la misma vía, al diputado que la haya formulado. Así se hizo con el señor diputado Grande, quien hizo una pregunta a Úrsula Basset, y con la señora diputada Rezinovsky, quien planteó una inquietud al señor Ricardo Gil Lavedra.

Pido a los expositores que hagan uso estricto del tiempo, que es de siete minutos.

Luego de unos instantes.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Mientras la señora María Luisa Storani resuelve un problema técnico, tiene la palabra la señora Mabel Bianco.

SRA. BIANCO Ante todo, quiero celebrar este día y este momento porque estamos retomando un diálogo fundamental para considerar, por un lado, estos dos proyectos de ley que mandó el Poder Ejecutivo, y, por otro lado, los presentados en el Congreso respecto solamente a la IVE.

Digo "fundamental" porque están referidos a problemas que afectan la salud y la vida de las mujeres. Pero no se limitan a las mujeres, sino que son para toda la sociedad. Esto es lo que debemos entender: un problema vinculado a la salud de una mujer, sea por un aborto o por una causa relacionada con el embarazo, el parto o el puerperio, afecta a toda la familia y a la sociedad en sí.

Tenemos que celebrar que estemos hablando, específicamente en relación con la IVE, de proyectos de ley que permitirán ampliar derechos, porque contar con una legislación en ese sentido es fundamental para una buena democracia.

También hay que decir que, entonces, lo que estamos teniendo actualmente frente a la IVE es una situación en la cual estamos aplicando violencia a las mujeres.

¿En qué casos? En los de mujeres y niñas que necesitan interrumpir el embarazo y que, por omisión de la ley, están obligadas a actuar en una forma que no les permite cubrir esa necesidad. Eso es violencia, pero aquí no se dice. Es una forma de violencia que tenemos que eliminar porque además ejerce una coerción sobre esas mujeres a las que, por otro lado, no se les asegura ni permite el ejercicio que otras, que tienen recursos económicos -a las cuales dicen, con gran hipocresía, que no vemos o no sabemos- solucionan el problema. En cambio, aquellas que no disponen de esos recursos -no me refiero solo a los económicos, porque también puede haber pobreza de recursos sociales- no pueden acceder.

Entonces, aquí estamos planteando la necesidad de ampliar derechos para todas por igual. Esto no es menor.

Por otro lado, creo que estamos escuchando algunos argumentos preocupantes. En primer lugar, el aborto ocurrió, ocurre y va a seguir ocurriendo; es algo que las mujeres y los grupos, cuando lo deciden, lo realizan. No estamos discutiendo aborto sí o aborto no; estamos discutiendo clandestinidad o aborto seguro. Esa es la base del debate; pero, aquí no se dice que la que mata y enferma es la clandestinidad.

Por omisión, porque no se les garantiza un derecho, se obliga a las mujeres a recurrir a la clandestinidad. Esto es necesario eliminarlo, porque hay sufrimiento y también un problema de enfermedad, de muerte y de riesgo que viven las mujeres y que no lo podemos seguir tolerando.

Hemos escuchado que, en realidad, se niega el derecho que las mujeres y todas las personas tienen a esa decisión en pro del derecho del feto; pero, también hemos escuchado que eso no existe. Si han querido decir a las mujeres, o a las mujeres que abortan, asesinas, no lo podemos permitir. ¡Por favor, esto es terrible! Sin embargo, aquí se dijo eso.

Debemos ser cuidadosos, y entender que estamos frente a un tema demasiado delicado y que nadie tiene derecho a juzgar porque no estamos hablando de aspectos teóricos; son aspectos vivenciales que, en determinado momento y bajo ciertas circunstancias, una mujer o una niña pueden necesitar. Por más que nunca hayan estado a favor del aborto, en ese momento lo necesitan. Entonces, encima no podemos decir a esa mujer, o a esa niña, que es una asesina.

Aquí también se ha hablado del abuso sexual en la infancia. ¡Claro que esto nos preocupa! Algunas de las que venimos militando, llevamos muchos años de trabajo para eliminarlo; pero no es igual y no lo están promoviendo todos de la misma manera. En este punto debo decir que la ley de educación sexual integral fue boicoteada, negada por los mismos sectores que ahora niegan esta norma.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Doctora Bianco: le queda un minuto de tiempo.

SRA. BIANCO Celebramos que se esté planteando reforzar la educación sexual integral porque es la que va a permitir, a las niñas y a las mujeres, decidir. Esto no es menor.

La ley de salud sexual y reproductiva, que después de diez años se consiguió sancionar en 2002, fue muy criticada, muy boicoteada, como hoy dijo el ministro de Salud, pese a que todos sabemos que es la única forma de avanzar. Por eso decimos: educación sexual para decidir, métodos anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir, porque no queremos que siga habiendo muertes y sufrimiento.

Entonces, es mentira que no queramos acompañar a las mujeres que eligen seguir con su embarazo y que tienen todo el derecho de hacerlo. Justamente, para eso se impulsa la ley de los mil días. Celebramos que estemos hablando de todo esto, y creo que es aquí donde debemos reconocer que no se puede plantear la cuestión como entre ricos y pobres porque, en realidad, nos afecta a todos.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Gracias, Mabel. Se ha cumplido su término para hacer uso de la palabra.

SRA. BIANCO El problema es qué recursos tenemos. La gran injusticia social que conlleva la pobreza es que solamente queda elegir entre la vida y la muerte. Esto, no lo queremos más. ¡Vivas nos queremos! Por eso, necesitamos una ley.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Quiero recordarles que, si un expositor no cumple con el término para hacer uso de la palabra, debemos restárselo a otros. Entonces, les pido por favor que lo respeten.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Se cierra el bloque de expositores para dar comienzo a la lectura de las preguntas. Pido a los expositores del siguiente bloque, Ernesto Beruti, Mario Sebastiani, Osvaldo Carnival y María Luisa Storani, que se vayan preparando.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Antes de pasar a las preguntas, saludamos y agradecemos la presencia del señor presidente de la Cámara de Diputados, doctor Sergio Massa, quien pasó para ver cómo se desarrollaba el debate. Creo que todos y todas estamos de acuerdo en que, hasta el momento, la reunión se está realizando muy bien.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD La primera pregunta, dirigida a la señora Imbroglia, es de la señora diputada Silvia Lospennato: ¿considera usted que no hay mujeres vulnerables entre las cerca de cuarenta mil que, según registra la estadística oficial, son hospitalizadas en el sistema público por complicaciones derivadas de abortos? Si considera que hay mujeres vulnerables en ese grupo, ¿en qué porcentaje lo estima? O, al revés, ¿cuántas mujeres, de esas cuarenta mil, cree que no son vulnerables?

La segunda pregunta, de la señora diputada Morales Gorleri, también es para la señora Imbroglia: las mujeres en los barrios ¿encuentran dispositivos de contención integral en casos de embarazos no deseados? ¿Cáritas tiene dispositivos o programas de acompañamiento en estas situaciones?

Tiene la palabra la señora Imbroglia, quien dispone de tres minutos para responder.

SRA. IMBROGLIA En primer lugar, la tarea de Cáritas no es el manejo ni la construcción de estadísticas. Alguien ya se ha referido al tema de las estadísticas. Nuestra función es estar en el territorio acompañando a las personas, a las mujeres en situación de vulnerabilidad.

Con respecto a la siguiente pregunta, Cáritas, por supuesto, tiene un programa de primera infancia. Se acompaña a las mujeres embarazadas y a sus hijos hasta los seis años. Se visita a las mujeres en sus casas y se las contiene. Capacitamos a las mismas madres y a las mujeres de los barrios, quienes se acercan a las casas de las mujeres embarazadas y las acompañan, les dan pautas de contención y van con ellas a los controles de salud que corresponden -prenatales y posnatales-.

Por su parte, más allá de este programa, junto a los hogares del Abrazo Maternal se articulan dispositivos -generados por el equipo de sacerdotes de las villas- no solo para acompañar a las mujeres, sino también para brindarles un espacio para estar durante el día, donde pueden almorzar y merendar. Se les da contención y acompañamiento en cada situación y, cuando la madre no puede criar al niño, se articula rápidamente -esa es la intención- con el sistema judicial la forma de dar al niño en adopción.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD La señora diputada Banfi pregunta a la doctora María Elena Critto: ¿Cómo cuantifica, en sus gráficos sobre mortalidad por todo tipo de aborto, la práctica del aborto voluntario en la clandestinidad?

SRA. CRITTO En la Argentina, toda muerte materna siempre es certificada por profesionales de la salud, más allá de que se produzca en el domicilio o en el hospital público o privado. Los profesionales de la salud siempre certifican todas las defunciones.

Ahora bien, en nuestro país contamos, desde hace muchos años, con un sistema de registro de muy buena calidad -está calificado por la OMS como muy bueno y utilizable- que incluye tres códigos que permiten registrar la muerte por un aborto clandestino: "otro aborto", "aborto no especificado" e "intento fallido de aborto". De ese modo, se garantiza la confidencialidad de las pacientes.

Sin embargo, el diagnóstico médico para un aborto clandestino o espontáneo es el mismo. Cuando llega una mujer con un aborto, los médicos no le preguntan cómo fue. Hacen el mismo tratamiento en ambos casos, por lo que no hay posibilidades de diferenciación en ese sentido.

En cuanto al subregistro de la muerte materna -tema que se mencionó-, cabe decir que en la Argentina se hacen estudios al respecto. El último es de 2014. En ese momento, se hizo una investigación de muy buena calidad; se tomaron todos los certificados de defunción de mujeres en edad fértil y se analizó si esas defunciones podían deberse a muerte materna. En ese estudio se encontró que el subregistro era de un 14 por ciento a nivel nacional.

Entonces, en cuanto a la pregunta de si hay muertes clandestinas no certificadas, debo decir que no hay muertes maternas que no estén registradas. En la Argentina, el sistema de códigos contempla un registro que permite asentar ese tipo de muerte. No sé si respondo con esto a la pregunta.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD La señora diputada Rezinovsky formula una pregunta a la doctora Silvia Oizerovich. Teniendo en cuenta que la ciencia no es arbitraria y debe ser categórica y taxativa, ¿cuántas células se requieren para poder decir que estamos frente a un individuo de la especie humana y por qué? ¿Es importante que se responda en células y no en semanas?

SRA. OIZEROVICH Creo que se equivocaron de especialista para esto. Hablamos de semanas de gestación. Me parece que esta pregunta la debiera responder el doctor Alberto Kornblihtt.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Tengo una pregunta de la señora diputada Najul para la doctora Critto. ¿Se pueden hacer estadísticas, mezclando todo, sobre cuántas mujeres y de qué edades fueron hospitalizadas o fallecieron por abortos cuando es sabido que hay subregistros en la Argentina, lo que quedó evidenciado en la pandemia?

SRA. CRITTO Como explicaba recién, el sistema de registro de mortalidad materna en la Argentina, desde 1996 tiene un seguimiento y una búsqueda intencionada de la muerte materna. Incluso, en el certificado de defunción se incluye una pregunta respecto a si, durante el último año, la mujer podría haber estado embarazada. Hay equipos en el Ministerio de Salud de la Nación, en los ministerios provinciales y en el Registro Civil que justamente se ocupan del registro de la muerte materna.

Por su parte, hay estudios en nuestro país sobre el subregistro de la mortalidad materna. El último es de 2014, y allí se informa que es de un 14 por ciento a nivel nacional. Por supuesto, hay desigualdades entre las distintas provincias; de aquí que el desafío sea, justamente, trabajar en la mejora de los registros para poder tomar decisiones sobre la base de la situación real del país en general y de cada una de las provincias.

Entonces, en cuanto al subregistro, el sistema de registro de mortalidad materna en la Argentina está calificado desde 1990 por la OMS y por diferentes organismos internacionales como de buena calidad y utilizable. Es decir que no se utilizan encuestas de estimaciones sino los registros de mortalidad materna.

Estos registros son utilizables y son los mismos que usa la Organización Mundial de la Salud. No utilizamos estimaciones porque hay un buen sistema de registro de mortalidad materna. Como les dije hace unos momentos, nuestro sistema además permite, a través de distintos códigos, garantizar la confidencialidad médico-paciente ante la posible mortalidad por un aborto clandestino.

De todos modos, hay dificultades para distinguir entre un aborto clandestino y un aborto espontáneo. Los médicos hoy no tienen forma de diferenciarlo; sin embargo, podríamos considerar que los códigos utilizados incluyen justamente el aborto clandestino al agregar los ítems: "otro aborto", "aborto no especificado" e "intento fallido de aborto".

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Muchas gracias. Pasamos a la última pregunta para esta ronda de expositores.

La diputada Rezinovsky formula una pregunta a la señora Mabel Bianco: usted es fundadora de FEIM, una organización que desde 2008 hasta 2016 recibió 23.000 dólares de la IPPF, la red de clínicas proveedoras de abortos más grande del mundo. Según los reportes financieros de dicha organización, hay unas cuarenta y seis mil clínicas en el mundo -versus treinta y seis mil tiendas de McDonald's- donde se practican abortos -en los Estados Unidos se cobran hasta 1.500 dólares durante el primer trimestre-. ¿Podría explicarnos por qué su organización está vinculada financieramente con instituciones que viven del negocio del aborto legal?

Mabel: tiene tres minutos para hacer uso de la palabra.

SRA. BIANCO En primer lugar, debo decir que, en los treinta y un años de vida que tiene FEIM, nunca llegó dinero de organizaciones que tuvieran algún tipo de conflicto.

En cuanto a lo que se dice de IPPF, nosotros tuvimos una ayuda muy escasa. En ocho años no llegamos a 24.000; es decir, serían algo así como 4.000 dólares por año y no nos daba para hacer toda la tarea que desarrollamos en FEIM. Quiere decir que nosotros no vivimos de eso.

Además, IPPF no se dedica meramente a hacer abortos, sino que promueve todo lo que tiene que ver con la salud sexual y reproductiva. En nuestro caso, fue toda una ayuda para promover los métodos anticonceptivos y seguir brindando nuestro apoyo.

Nosotros tuvimos un proyecto muy importante que involucró a más de cuatrocientas organizaciones de la sociedad civil para la implementación de la ley de salud sexual y reproductiva. Luego, este apoyo se cortó, pero fue fundamental para lograr que se conociera una necesidad para el país. Sin embargo, al ser una ley nueva, exigía un gran control. Eso es lo que hace FEIM. Este organismo, hasta ahora, nunca recibió dinero de ningún tipo de organización que haga cosas raras, como sí sucede en otras, que lo hacen en este país. Quedo libre de esto, y es algo que pueden verlo, porque no se oculta a los ojos de nadie. Si hubo interés de mancharnos, no hay forma de hacerlo con esto; busquen otra forma.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Antes de pasar al próximo orador, quiero informar que voy a leer una pregunta de la señora diputada Lospennato dirigida a Andrea Imbroglia. Dice así: "Quiero saber si la expositora cree que entre las 40.000 mujeres hospitalizadas no hay personas vulnerables, ya que ellas no abortan. Así que me gustaría saber de qué nivel socioeconómico son esas mujeres que atiende el hospital público."

Tiene la palabra la señora Andrea Imbroglia, representante de Cáritas Argentina.

SRA. IMBROGLIA Insisto: mientras haya una mujer que necesite de nuestro acompañamiento, vamos a estar ahí al lado. No tenemos estadísticas, porque no trabajamos sobre estadísticas; trabajamos con personas. Las acompañamos antes, durante y después. Estamos y ellas saben que estamos. Nos conocen a nosotras, tanto como nosotras a ellas. No sé cuál es la respuesta que la diputada espera que dé. No conozco el sistema de salud pública. No vengo de ese mundo. Mi mundo es el barrio, el pueblo, las mujeres pobres con las que trabajamos, y todas sus familias con los dispositivos y programas que generamos. Reitero: no sé cuál es la respuesta que quiere que dé.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Tiene la palabra el doctor Ernesto Beruti, jefe del Servicio de Obstetricia del Hospital Universitario Austral. Luego será el turno de Mario Sebastiani, médico obstetra del Hospital Italiano de Buenos Aires.

SR. BERUTI Muchas gracias por la invitación. Yo voy a referirme, en estos breves minutos, a mi experiencia respecto del embrión humano. Luego, me centraré en dos puntos de la ley -sobre todo el artículo 4°- y, finalmente, plantearé un pequeño concepto, para aclarar lo de mortalidad materna, que tan brillantemente expuso María Elena Critto.

Hace treinta y siete años que estoy especializado en obstetricia. Los primeros diecisiete años transcurrieron en un hospital público, más precisamente en la Maternidad Sardá, con una gran cantidad y volumen de partos anuales, entre seis mil y siete mil. En los últimos veinte años me vengo desempeñando en una institución privada que es el Hospital Universitario Austral.

Durante todos estos años, he tenido cientos de veces en mis manos embriones de todas las edades gestacionales, producto de pérdidas espontáneas de embarazos de las pacientes que he atendido. He tenido embriones tan pequeños, como de seis semanas, hasta la tragedia de atender a una mujer que perdió a su bebé, pocas horas o días antes del parto. En todos los casos, he podido comprobar lo mismo: hay allí un ser humano en plena etapa de maduración y desarrollo. Si nosotros no hacemos nada y dejamos que este proceso siga su evolución natural, vamos a tener, en el ciento por ciento de los casos, salvo alguna circunstancia patológica generalmente por causas médicas, un niño plenamente desarrollado, luego de nueve meses. Esta es la razón más importante de mi convicción a favor de la vida humana. A mí esto no me lo contó nadie, no lo leí, no me lo dijeron; lo viví personalmente, al igual que todos mis compañeros de residencia, cuando comenzamos a trabajar en la Maternidad Sardá.

Si ustedes pudieran ver un embrión real de dos meses de embarazo, verían nítidamente los miembros, los brazos, las piernas, la cabeza, el tronco. Podrían contar exactamente los cinco dedos de la mano y de los pies. Verían dos puntos negros que son los ojos, y se empiezan a ver los rasgos faciales de la cara y de la boca. Si esto no es un ser humano, entonces ¿qué es? Cuando nosotros estamos en presencia de todos estos embriones que hemos visto, estamos convencidos de que la vida humana está presente. Si ustedes pudieran ver lo que vimos nosotros, creo que más de uno cambiaría de opinión.

Es clarísimo que, desde el primer instante de la concepción, comienza una vida humana; y nosotros la hemos visto. Con mi experiencia durante todos estos años como médico obstetra, he podido comprobarlo, y la certeza absoluta de que estamos en presencia de un ser vivo totalmente indefenso y que no podemos eliminarlo, ha constituido la razón más fuerte de mi convicción.

Entiendo que la mayoría de la gente que quiere legalizar el aborto lo hace porque busca el bien de las mujeres que están viviendo una situación dramática. Esto yo lo vivo a diario en el ejercicio de mi profesión. Pero no se puede privilegiar la libertad sobre la vida.

El embrión humano existe desde el inicio, y la prueba está en todas esas situaciones que todos los obstetras pudimos ver. Los médicos obstetras somos los que estamos en contacto con el embrión humano. Entiendo que hay mucha gente a favor de esta ley, pero esto es una evidencia tan abrumadora, que no podemos negarla. A veces nos preguntamos por qué no se acepta esta evidencia, que es tan contundente. ¿Por qué no se acepta que es un ser humano vivo, cuyo corazón empezó a latir a los 28 días de vida? Nosotros no tenemos ningún derecho a eliminar la vida humana. A lo largo de todo el año 2018, cuando escuchaba las distintas ponencias, todo esto se tapaba. El embrión molesta, y no tiene buena prensa. Entiendo todas las posiciones, respeto a los que no piensan como yo, pero el embrión humano es una realidad.

Un artículo de Julián Marías de hace unos años decía que es una realidad viviente, está viviendo. No es una cosa a las dos semanas, a las diez, a las doce o a las veinte. Es un ser humano, desde el momento de la gestación, y eso uno puede comprobarlo experimentalmente, simplemente mirándolo.

Por eso, esta experiencia con el embrión, a lo largo de todos los años en el ejercicio de mi profesión, ha sido la razón más fuerte de mi convicción. No he encontrado ninguna razón, a pesar de que entiendo muchas de las situaciones dramáticas por las que vive la mujer que ha hecho un aborto, que sea más fuerte que esto. La vida humana se impone.

Por otra parte, quiero hacer referencia al artículo 4° del proyecto de ley. Dicho artículo señala que toda mujer embarazada o persona gestante puede solicitar la interrupción de su embarazo hasta la semana catorce del proceso gestacional, inclusive. Pero después plantea que, más allá de ese plazo, la mujer puede solicitar la interrupción de su embarazo en los casos de violación -bajo la firma de una declaración jurada- y de que esté en peligro su vida o su salud integral. Acá viene el problema.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Doctor Beruti: le resta un minuto; vaya redondeando su exposición.

SR. BERUTI Correcto.

Salud integral refiere, de acuerdo con... (inaudible) ... a todas aquellas pacientes que tienen una completa salud física, psíquica y social, no solamente la ausencia de enfermedad. ¿Qué significa salud psíquica o social?

Por ejemplo, que una mujer a las treinta semanas de embarazo, si se peleó con su marido y este la deja, diga: "Este embarazo, desde el punto de vista psíquico, me produce una gran alteración. Entonces, yo no lo quiero más." Pero ¿ustedes vieron alguna vez lo que significa un bebé de treinta semanas, lo que equivale a siete meses de gestación? Ya llora, patalea, se mueve, abre los ojos.

Señores legisladores: ¿van a permitir que por una causal psíquica o social se puedan eliminar bebés nacidos?...

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Doctor Beruti: su tiempo se ha agotado.

SR. BERUTI Por favor, no pasen a la historia como los que impidieron el nacimiento de miles y miles de seres humanos.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Muchísimas gracias, doctor Beruti.

Daremos ahora la palabra a María Luisa Storani, cuya intervención quedó pendiente del bloque anterior por problemas de sonido.

Luego de unos instantes:
SRA. PRESIDENTA GAILLARD Me comunican que la señora Storani ya se retiró.

Tiene la palabra el doctor Mario Sebastiani, médico del Hospital Italiano.

SR. SEBASTIANI Señores legisladores: hoy se vuelve a discutir la despenalización del aborto. En los treinta y siete años que llevamos de democracia lo hemos mantenido penalizado, con lo cual uno diría que no hemos ampliado los derechos. Otro aspecto que quiero señalar es que no hemos legitimado el trabajo de los equipos de salud. Sin embargo, no estamos cruzados de brazos.

Trabajamos con las estrategias del Código Penal, del fallo FAL y de la Guía Técnica para la Atención Integral del Aborto No Punible. Por lo tanto, estamos acompañando a las mujeres.

He escuchado hasta el cansancio lo difícil que es hablar del aborto. Pero es curioso que no hemos discutido lo difícil que es mantener el aborto penalizado. ¿Por qué lo hemos tenido penalizado? Analicémoslo, porque la lógica era que penalizándolo, de alguna manera, habría menos abortos. Además, así se cuidaría la salud y la vida de las mujeres.

Vamos al primer tópico: disminución del número de abortos. Nuestros cientistas sociales han demostrado que tenemos tres veces más abortos que en los países en los cuales esa práctica está despenalizada. Reitero: tenemos tres veces más abortos que en los países en los cuales se ha despenalizado.

Pero lo curioso es que, además, no tenemos una cifra de casos. ¿Ustedes saben cuántos abortos ha habido el año pasado o el anterior? No lo sabemos. Pero si "googlean" los datos de Italia, España, Francia, Inglaterra o Canadá, van a saberlo con precisión. Al parecer, nos gusta mantener en el limbo el número de abortos. Permítanme, de alguna manera, interpretar a nuestra sociedad: pone debajo de la mesa el número de abortos o, en todo caso -lo que es peor-, lo pone debajo de la alfombra.

Ahora bien, si no sabemos a qué edad se producen los abortos, cuáles fueron las condiciones sociales y las causas, ¿cómo hacemos para establecer políticas públicas para que disminuya el número de casos? Seamos claros: la cifra de abortos se disminuye con educación formal, con educación sexual integral y con anticoncepción universal. No tiene nada que ver la penalización con la disminución del número de abortos.

Se habla de cuidar la salud de las mujeres, ¿pero no es torturar la cifra decir que ha habido miles y miles de internaciones por complicaciones del aborto? ¿Por qué? Porque es clandestino. ¿Por qué? Porque es peligroso.

No es faltar a la verdad decir que en estos treinta y siete años de democracia hemos tenido no menos de 3.000 muertes maternas. Pero, curiosamente, ¿qué es lo que ha pasado? Estas muertes, además, no pertenecen quizás a personas de clase media.

Digo esto porque en el Hospital Italiano he visto solamente una paciente internada en terapia intensiva por complicación de un aborto. En cambio, en el Hospital Municipal Raúl Larcade de San Miguel, este tipo de complicaciones casi diría que era una cosa cotidiana. He ido a visitar otras provincias en nuestro país, y en los hospitales públicos esto es algo cotidiano.

La defensa de las dos vidas es un eslogan sonoramente extraordinario. Sin embargo, las consecuencias han sido lamentables.

Por eso, señores legisladores, independientemente de vuestras situaciones morales, vuestras religiones o vuestros ethos, los invito a dar vuelta la página.

¿Qué quiere decir "dar vuelta la página"? Tratar de resolver esta situación. ¿Por qué? Por la salud pública, sí. Efectivamente, por la salud pública, pero no pidiendo disculpas, ni diciendo: "Ay, el aborto es malo, y porque vamos a mejorar la salud pública lo vamos a despenalizar". No, no. Lo vamos a despenalizar por la dignidad de las mujeres. ¿Para qué? Para que puedan ser libres y puedan diseñar sus proyectos de vida.

Por eso, les pido que no hagan esto pidiendo disculpas, sino que, independientemente de vuestras creencias, puedan dar vuelta la página para esta situación.

El aborto es un acto de responsabilidad. Ninguna mujer sale corriendo y dice: "Sáquenme esto de encima". De ninguna manera. Toda mujer tiene pensamientos ambivalentes, "quiero-no quiero". Pero cuando toma esta decisión, lo hace con responsabilidad.

Además, quiero decir algo que he publicado en una revista de bioética de la Universitat de Barcelona: el aborto -y pido disculpas por decirlo siendo hombre- es un bien social, porque permite a la mujer -repito- diseñar su proyecto de vida.

Con ello, pido a los señores legisladores que traten en esta oportunidad histórica de dar vuelta la página y pensar no solo en que hay que resolver la cuestión de la salud, sino también la vinculada con la dignidad de las mujeres.

SRA. PRESIDENTA GAILLARD Gracias, doctor Sebastiani.

Tiene la palabra el señor Osvaldo Carnival, pastor principal de la Iglesia "Catedral de la Fe" y vicepresidente de Relaciones de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina.

SR. CARNIVAL Muchas gracias por la oportunidad de ser escuchado en este día.

Definitivamente, el proyecto es inoportuno porque es imprudente. Nos expone a defendernos de lo que considerábamos injusto en las calles, arriesgando nuestra salud. ¿Acaso suponían que nos quedaríamos en casa esperando que lo voten?

El proyecto es inoportuno porque divide. El presidente dijo que debíamos estar juntos contra el enemigo invisible que nos ataca, pero debemos acabar con el River-Boca.

Para la sociedad esta discusión no es prioritaria. Estudios de diversas consultoras explican que este tema figura en décimo lugar, detrás de inseguridad, pobreza, pandemia, inflación, economía, corrupción, y podría seguir.

Hay dos conceptos en los que quiero centrarme. En primer lugar, el aborto mata.

Una de las experiencias más sublimes que Dios nos da, en esta vida, es ver a un hijo llegar al mundo. Yo tuve la oportunidad de presenciar el parto de uno de mis hijos. Seguramente, muchos de ustedes también han tenido esa oportunidad.

Por otra parte, es claro que hay muchas posturas acerca de cuándo se inicia la vida. Pero de lo que todos podemos estar seguros es que, si no se interrumpe el ciclo de la vida, un hijo nacerá. Si se lo interrumpe, en cualquiera de sus estadios, indefectiblemente eso constituirá un aborto, y un aborto siempre será un asesinato.

En otras palabras, se trata de una mamá asesinando a su hijo con la ayuda del Estado. Creo que ahora queda más claro que no se trata de un asunto de salud pública, si nos damos cuenta de que el embarazo no es una enfermedad, es decir, no es una patología.

El objetivo que tiene la salud es preservar la vida y no interrumpirla. Interrumpir es matar.

El segundo concepto principal es que hay una mayoría celeste que le dijo y le dice "no" al aborto y que rechaza este proyecto. Es un valor democrático y constitucional respetar a las mayorías.

Quiero contar a todos ustedes -quizás algunos ya lo saben- que este último fin de semana, el sábado 28 de noviembre, se movilizó la mayoría celeste en todo el país, en 528 ciudades, donde participaron millones de argentinos que le dicen "no" a este proyecto de ley.

¿Ustedes saben que la mayoría de las provincias a las que representan son integradas por ciudadanos que defienden la vida? Esa mayoría celeste es evidente.

Yo no sé cuántos de ustedes miraron el chat desde el mediodía, pero puedo decirles que está lleno de corazones celestes; hay miles y miles en este mismo momento.

Gracias a todos por acompañarme en esta tarde. Es claro que se trata de una lucha entre una mayoría federal celeste que crece, contra una minoría verde circunscripta en Buenos Aires.

El crecimiento celeste ha sido exponencial en estos últimos dos años.

En 2018 la movilización fue en 117 ciudades, y en 2020 se han multiplicado a 528. Este crecimiento se debe a la tremenda incomprensión que se siente.

En contraposición, hay un descenso verde. El número de mujeres participantes cada día es menor, quizás porque hay muchos derechos que en esa lucha ya se han obtenido y han significado verdaderos avances, de los que me siento totalmente gratificado porque las hemos acompañado: la batalla contra la violencia de género, la inequidad salarial, la violencia doméstica. Luchamos a la par en la reivindicación de derechos.

Un detalle importante que muchos no saben es que nuestras congregaciones están compuestas por un 65 por ciento de mujeres. Ellas pelean por esas mismas causas, pero no en el punto del aborto.

Diputados y senadores: se ha despertado un gigante en 2018 y la gente tiene un nivel de conocimiento y compromiso mucho mayor. No olvida y no olvidará. No se trata de una advertencia o una provocación; es una simple descripción muy profunda de lo que sucede.

Me pregunté por qué tengo hoy la oportunidad de hablar con ustedes y no fue así en 2018. No tuve duda en encontrar la respuesta: esto es el fruto de la visibilidad de la mayoría celeste. Por eso, afirmo de manera contundente que somos una mayoría celeste que crece, contra un sector verde de Buenos Aires que decrece día a día. Tenemos presencia federal en todas las provincias, en cada ciudad y en cada pueblo, por pequeño que sea.

Finalmente, no puedo dejar de hablarles como pastor: la vida le pertenece a Dios. Necesito recordárselo, sobre todo, a los que en él creen. Dios es quien determina la hora de nacer y de morir, y prohíbe meterse en ese territorio.

Señores senadores y diputados: les desanimo a desafiar este poder. Dios solo defiende la vida. Estas intromisiones del poder humano en el manejo de la vida no son gratuitas, traen siempre consecuencias.

Desde el plano humano les digo: en 2018 prometieron comenzar la tarea de asistir a las mujeres en situación de vulnerabilidad. No lo hizo el Estado; la política no lo hizo. La Iglesia Evangélica, en estos dos años, abrió más de doscientos veinte centros de contención en todo el país. Junto a mi esposa hemos tenido que acompañar a cientos de mujeres... (inaudible) ... por haber abortado, pero nunca encontré una mujer que se arrepintiera de haber tenido que... (inaudible).

Escuchen bien: la gente les dará la espalda, créanme, hoy, en 2021, y en los próximos cincuenta años. No habrá lista sábana que los oculte. En este tema me he dado cuenta de que no hay olvido.

Para cerrar, grandes líderes son aquellos que pueden comprender el sentido creciente de las mayorías y ponerse al frente de la propia gente a la que representan. Dios bendiga a la Argentina.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Quiero decir algo, porque es la primera vez que lo escucho en toda la tarde. Nosotros hemos planteado que hay dos palabras que estábamos intentando erradicar, más allá de las diferencias que tenemos sobre el tema: antiderechos y asesinatos. Somos legisladores representantes de la ciudadanía de un Estado laico que está dando un debate. Aceptamos las visiones de todos quienes quieran darlas, pero con respeto por unos y por otros.

Hice hoy una observación a la señora diputada Del Plá, porque le hizo una pregunta al padre Pepe que me parecía que también tenía términos que no correspondían. Por lo cual, no es que soy imparcial, sino que marco las dos cosas.

Tiene la palabra el señor Adolfo Rubinstein, médico especialista en epidemiología y salud pública, exministro de Salud de la Nación.

SR. RUBINSTEIN Buenas tardes a todas, a todos y a los señores legisladores. Es un honor volver a estar presente en una reunión tan importante como esta, así como lo hice en la reunión informativa en 2018, cuando era ministro de Salud.

Básicamente, quisiera repetir, de alguna manera, algunos de los conceptos que expuse en aquella oportunidad. Después de casi un siglo, desde que se tipificaron las causas de abortos no punibles en el Código Penal, de innumerables presentaciones de proyectos para sancionar una ley de IVE en los últimos años, y de que el expresidente Macri habilitara el debate legislativo en 2018, de algún modo el aborto se encara de lleno en la agenda social y política del país con una fuerza incontenible, luego de esa sanción en Diputados y del posterior rechazo en el Senado, con obstáculos recurrentes en muchísimas provincias para la interrupción legal del embarazo. Evidentemente, el aborto sigue siendo una asignatura pendiente en la agenda sanitaria y social de nuestro país.

A diferencia del proyecto que se debatió en 2018 -que fue presentado por la campaña y habilitado por el Poder Ejecutivo para que comenzara a discutirse abiertamente en la sociedad y en nuestro Congreso un tema que había estado barrido bajo la alfombra durante décadas, un tema tabú-, esta vez, es el Poder Ejecutivo quien envía el proyecto al Congreso. Se aduce que más allá de que la legalización de la IVE expresa la necesidad de garantizar el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, es también una cuestión de salud pública. Creo que este es el punto que traté de visibilizar en exposiciones en diputados y en el Senado en 2018, tratando de representar la voz de la salud pública.

La ley de IVE no es asunto de creencias, valores, actitudes, juicios o prácticas; cada persona como individuo obviamente es libre de decidir. Tampoco es solo una cuestión de derechos, sino que es una cuestión de que el Estado, como garante de un bien público, como es la salud, no se desentienda de las consecuencias sanitarias del aborto clandestino. En este sentido, como sociedad, tanto en 2018 como ahora, intenté hacer valer esa voz para hacernos, de algún modo, las siguientes preguntas que todos los días nos interpelan: ¿cuáles son las consecuencias para la salud de las mujeres -y también de las familias- del aborto en condiciones inseguras? ¿Qué pasa con las complicaciones y las muertes maternas en los países donde el aborto se legalizó? ¿Qué ocurre con el número de abortos en los países que lo legalizaron?

Las consecuencias del aborto ilegal para la salud de las mujeres son clarísimas. El número total de abortos ilegales en nuestro país se desconoce, obviamente como lo planteó recién el doctor Sebastiani. Pero hay estimaciones basadas en estudios previos, que también fueron revisadas en nuestra gestión, que arrojan un número aproximado de 350.000 abortos ilegales por año, o sea un aborto ilegal cada casi dos recién nacidos vivos.

En cuanto a las hospitalizaciones por abortos complicados en hospitales públicos, que representan aproximadamente el cincuenta por ciento de las camas, si bien vienen disminuyendo afortunadamente en los últimos años, todavía suman casi 40.000 al año. Si uno extiende este dato a las estimaciones en todo el sector privado, estábamos arriba de los 60.000 abortos clandestinos, es decir, complicaciones por abortos clandestinos en la Argentina.

Respecto del emergente más temido, que son las muertes materas por el aborto ilegal e inseguro -afortunadamente, también están bajando en nuestro país-, todavía rondan las veinte muertes anuales. Probablemente, este número sea aún un poco mayor, porque sabemos que existen serios déficits en la certificación y en el registro de las causas de muerte cuando no se registran como muertes maternas, justamente porque el aborto es ilegal.

En los países en donde el aborto es legal, las muertes maternas se reducen entre diez y cien veces respecto de los países que tienen leyes restrictivas como la Argentina. Hoy en casi todos los países desarrollados a los que nosotros queremos parecernos -y en nuestra región encontramos a Uruguay, nuestro país vecino-, el aborto es legal. Incluso, países muy católicos -como Italia, España e Irlanda- también lo han legalizado. La evidencia es contundente en el sentido de que en los países con leyes restrictivas la proporción de abortos inseguros aumenta dramáticamente: tres de cada cuatro abortos.

Finalmente, los países que legalizaron el aborto, más allá de un aumento inicial en algunos de ellos, redujeron su frecuencia a casi la mitad entre 1990 y 2015, sin que hubiera cambios significativos en los países con aborto ilegal o restringido. Inclusive, en una comparación de un escenario de aborto ilegal versus aborto legal, que realizamos en el Ministerio de Salud de la Nación durante mi gestión y qué presenté en el Senado en 2018, estimamos una reducción del 98 por ciento de las hospitalizaciones. Esto se debe a que el aborto legal es fundamentalmente farmacológico y se realiza en las primeras semanas, por eso bajan las complicaciones.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Doctor: le resta un minuto de su tiempo.

SR. RUBINSTEIN También estimamos una reducción del 92 por ciento de las muertes y del 84 por ciento de costos para el sistema de salud.

En conclusión, el aborto existe y no podemos ni debemos soslayarlo más. No se trata de que algunos defienden la vida mientras que otros defienden la libertad de decidir, porque eso es una falsa opción. Todos defendemos la vida y todos defendemos la libertad de decidir, porque son valores que están muy enraizados en las sociedades modernas, como el respeto, la tolerancia y la equidad.

Es lamentable que esto se plantee como una guerra entre celestes y verdes, como recién alguno de los expositores lo ha hecho, ya que pretenden hablar desde creencias que no todos tenemos. No vivimos en un Estado confesional; la Argentina es un Estado laico que respeta a los que creen y a los que no creen.

Señores legisladores: es hora de avanzar y resolver este tema que sigue irresuelto después de un siglo. Como dije en el año 2018 y repito ahora: que sea ley.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Tiene la palabra el doctor Miguel Ángel Schiavone, médico rector de la UCA.

SR. SCHIAVONE Señora presidenta: muchas gracias por la invitación. Muchas gracias por llegar a la mente de todos ustedes y, especialmente, por llegar a sus corazones.

En medio de una pandemia que está afectando profundamente a nuestro país, con indicadores de morbimortalidad vergonzantes y dolorosos, el Poder Ejecutivo nacional envía al Congreso de la Nación un proyecto de ley para tratar la interrupción voluntaria del embarazo, argumentado que es un problema de salud pública.

Los informes técnicos, refutando esta afirmación, ya fueron presentados una y otra vez, tanto en el anterior debate en el Congreso de la Nación como en medios de comunicación y ámbitos académicos. Pero los argumentos técnicos no modifican las decisiones políticas; estas se acomodan de acuerdo con las encuestas o las ideologías cerradas, lamentablemente.

El problema de fondo, es decir, la causa raíz que no se resuelve, es concretamente la pobreza. Las muertes maternas y la mortalidad infantil, así como las muertes causadas por tuberculosis, sífilis congénita, Chagas y sarampión, son nada más que un emergente.

Impusieron el aislamiento social reconociendo las graves falencias del sistema de salud pública, que no se resolvieron ni se resolverán solamente con más camas de terapia intensiva o respiradores. El problema es mucho más profundo y no se trata en ningún debate.

Aprobaron asignaciones sociales de "emergencia" reconociendo la escandalosa cifra de pobreza que alcanza a más del 40 por ciento de la población. Pero en lugar de resolver los problemas de fondo, se descarta a los más débiles y a los grupos vulnerables con medidas de ajuste y de muerte. Se condenan a los jubilados a la extinción, así como se sentenciarán a los neonatos a no nacer.

La fórmula letal para ocultar el problema es ponerlo debajo de la alfombra y perpetuar la pobreza económica, educativa, sanitaria, social y espiritual que nos está asfixiando.

Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Salud de la Nación -que siempre publica mal y tarde- se registraron 257 muertes maternas, como bien se dijo; de ellas 33 son por aborto y no todos criminales. Me pregunto ¿qué está haciendo la salud pública para evitar las otras 224 muertes maternas no vinculadas al aborto?

Esta pregunta se hizo en este recinto a uno de los expositores, quien contestó evasivamente. Son 224 muertes evitables durante el embarazo por hipertensión arterial, hemorragias posparto, desprendimiento de placenta, sepsis y otras complicaciones del puerperio.

El 60 por ciento de las mujeres que asisten sus partos en hospitales públicos no realiza los controles obstétricos durante el primer cuatrimestre del embarazo. Estos controles son cruciales para un embarazo y parto seguro.

Continuando con este análisis de mortalidad materna, también deberíamos analizar la mortalidad infantil. Se debería considerar, asimismo, el binomio madre e hijo. Según el Ministerio de Salud se registraron 7.262 muertes en menores de 5 años; 768 de estos niños no recibieron atención médica durante su enfermedad o lesión. ¡Sí! Se trata de 768 niños, según informa el propio Ministerio de Salud. Me pregunto qué está haciendo la salud pública al respecto y qué está diciendo que hará.

Más dolorosa es la muerte de 14 menores por desnutrición. ¿Habrá que incorporar al programa Remediar el medicamento "comida"?

En el último anuario estadístico publicado a la fecha, se registraron 2 muertes por tétanos, 156 por hepatitis y 3 por coqueluche. ¿Dónde están los planes de vacunación de la salud pública? Se notificaron 10.449 casos de tuberculosis y 297 personas fallecieron por esta causa.

Se informaron 22.428 casos de sífilis, valor que casi triplica las cifras de años anteriores. También se registraron casos de sífilis congénita, lo que es una vergüenza para la salud pública.

Fallecieron 1.294 mujeres por cáncer de cuello de útero. ¿Dónde están los programas preventivos y el Papanicolau del cual se habla tanto? Además, murieron 1.199 por cáncer de ovario.

El Ministerio de Salud, en ese mismo anuario, considera reducibles -¿a lo mejor evitables?- el 55 por ciento de las muertes neonatales y el 64 por ciento de las muertes postneonatales. Fíjense la dialéctica: "muertes reducibles" en vez de "muertes evitables".

¿No serán éstos los temas de la salud pública? ¿No deberíamos estar debatiendo cómo se organiza, financia y gestiona nuestro sistema de salud para evitar estas muertes? Tenemos un sistema de salud carente de eficiencia y de equidad, sin políticas de recursos humanos, que no garantiza calidad y que tuvimos que emparchar a las apuradas en medio de una pandemia. Como siempre, hacemos emparches permanentemente.

Para resolver el problema de los barrios carenciados solamente cambiamos su nombre a "barrios populares". Ahora, para resolver el 50 por ciento de la población infantil por debajo de la línea de pobreza intentamos aprobar el proyecto de ley sobre aborto. Nos falta la eutanasia de los ancianos y listo.

Todos a producir y consumir, el resto que "estorba" hay que descartarlo. Estamos "construyendo" una sociedad basada exclusivamente en el consumo.

Me extraña que aquellos que se denominan progresistas apoyen una ley...

SRA. PRESIDENTA MOREAU Doctor: le queda un minuto de su tiempo.

SR. SCHIAVONE Sí.

Decía que me extraña que aquellos que se denominan progresistas apoyen una ley que descarta a los más débiles para que quienes producen y consumen no se "distraigan" en atenderlos y en cuidarlos. Mujeres y hombres, todos impulsados a trabajar y consumir, todos inducidos a desarrollar el egoísmo como la forma y el medio para su realización personal.

Si nos comparamos con países limítrofes, la mortalidad materna tanto en Chile como en Uruguay era menor a la de la Argentina mucho antes de la legalización del aborto en esos países. Además, nuestros vecinos registran menores tasas de mortalidad infantil y mejores indicadores sanitarios con un gasto en salud per cápita también menor.

Finalmente, los que valoramos la vida humana, desde su concepción hasta la muerte natural, nos sentimos profundamente dolidos y agraviados por este proyecto del ley; pero aquellos que trabajamos y conocemos el sistema de salud y sus debilidades persistentes, así como quienes tenemos información sobre las estadísticas de salud pública, nos sentimos estafados intelectualmente por los argumentos falaces de quienes dicen conducir el sistema de salud argentino, que presentan la mortalidad materna como un problema de salud pública.

Muchas gracias por el tiempo, que creo que es similar al otorgado a los otros expositores. Aguardo las preguntas si las hubiere.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Tiene la palabra María Luisa Storani.

SRA. STORANI Señora presidenta: creo que ahora me escuchan porque ese tema ha sido una lucha de toda la tarde.

Muchas gracias a las cuatro comisiones y a la Cámara de Diputados por esta invitación a participar en esta reunión informativa, donde hablamos de un tema político, de derechos humanos, de salud pública.

En 2018 fue nuestro primer intento, que tuvo un debate increíble en la Cámara de Diputados, aprobamos el proyecto y hoy continuamos. ¿Qué pasó en estos dos años? Hubo un terrible impacto sobre situaciones de niñas embarazadas obligadas a parir y tener el baby shower. Esto es lo que ha ocurrido en la Argentina desde 2018 hasta 2020.

Por eso, celebro que el gobierno nacional haya enviado el proyecto, pero quiero destacar la lucha de años de la campaña nacional por el derecho al aborto libre, seguro y gratuito de mujeres que iniciaron mucho antes de 2007 estas marchas de quizás veinte personas donde se pedía el aborto legal.

En 2007 se presentó el primer proyecto de la campaña y todos los años se siguió con este trabajo increíble, de formación a nivel regional a instancias federales. El tema es político, de derechos humanos y de salud pública. Por eso los legisladores tienen la posibilidad de planificar un sistema de (inaudible) derechos humanos.

Desde el punto de vista de los derechos humanos es muy alta la cantidad de estándares internacionales que plantean que el aborto tiene que ser parte de los derechos humanos de las mujeres. Cabe mencionar a los tratados, que a su vez tienen un comité de vigilancia, para que los Estados cumplan con todas sus funciones. Esto es muy importante porque esos seis comités señalan que debe cumplirse con el derecho al aborto seguro y legal.

Me refiero al Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, en su Recomendación N° 35; el Comité de los Derechos del Niño, para evitar la morbimortalidad de las niñas y asegurar el acceso a servicios por aborto; el Comité de Derechos Humanos, en su Recomendación N° 6 y Recomendación Nº 8; el Comité de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, conformado por expertos de las Naciones Unidas, que son los que controlan el derecho a la salud de las mujeres y explican permanentemente la necesidad de la despenalización del aborto.

Asimismo, el Comité contra la Tortura, que va mucho más allá, porque no solo condena que las mujeres que piden ayuda postaborto sean obligadas a declarar en la Justicia, sino que se considera como violencia de género que la mujer no pueda tener acceso a un aborto seguro. Al considerarse como violencia de género se vincula con la tortura, los malos tratos, el trato cruel o degradante. Finalmente, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, en su Recomendación Nº 25.

Todos estos tratados están incorporados a la Constitución Nacional, tenemos leyes, recomendaciones, observaciones, declaraciones, pero en la Argentina seguimos con la deuda de la salud sexual y reproductiva de las mujeres argentinas.

Tenemos el caso testimonio de Belén y, cotidianamente, hay miles de chicas como Belén en todas las provincias. La Argentina tiene que dar este debate y asumir que se está hablando de un tema que tiene que ver con la autonomía y la libertad de las mujeres, pues todos vemos estas situaciones diariamente.

Quiero mencionar algunas cifras, porque me enorgullece el trabajo de los legisladores radicales, quienes han trabajado intensamente por los derechos humanos. En este sentido, quiero recordar a Florentina Gómez Miranda, que fue una de las pioneras que presentó la iniciativa sobre la despenalización del aborto hace muchos años y era una dirigente de mi partido.

En la Argentina hoy tenemos 2.350 niñas que son madres entre los 10 y los 14 años. Si vamos a tomar la estadística de niñas que tienen entre 15 y 19 años hay 85.000 y son madres entre seis a ocho niñas por día. Estos son los casos que tenemos incorporados en las causales del artículo 86 del Código Penal. ¿Qué ocurre? No se respeta la interrupción legal del embarazo, que ya fue ratificada, ordenada y recomendada por Carmen Argibay en 2012 cuando, a través del fallo FAL, se modifica el artículo y se redacta un protocolo.

Hoy tenemos dieciséis provincias que han adherido al protocolo de ILE, tenemos seis provincias que no tienen ningún protocolo y tres provincias que tienen protocolos propios. No podemos seguir con esta terrible desigualdad.

Quiero decir a los legisladores que hubo algunos planteos sobre la vulneración de los derechos de las mujeres de los barrios populares y no respetamos el primer derecho de las mujeres, que es la autonomía para decidir en libertad.

Por el contrario, tomamos siempre la misión tutelar de decidir por ellas, por el bien que consideramos nosotros y no tomamos en cuenta su decisión respecto de cuál es su bien. Yo deseo que se apruebe la interrupción voluntaria del embarazo.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Tiene la palabra Fishel Szlajen, rabino y doctor en filosofía.

SR. SZLAJEN Señora presidenta: es un honor para mí haber sido convocado nuevamente en este ámbito y, por supuesto, para este tópico.

En la biología y la zoología, tanto la mecanicista como la vitalista, más allá de los cambios madurativos fenotípicos -como la organogénesis y el antropomorfismo, entre otros-, desde la concepción existe una individualidad humana por su propio genotipo, siendo aquellos cambios en grado y accidente, pero no en naturaleza y sustancia.

Es decir que son cambios acordes a las etapas madurativas que acontecen en un ser humano concebido. Su criterio de objetividad es debido a que todo embrión es un organismo vivo humano como sujeto, funcionando por sí mismo, sin perder su nivel estructural hasta su muerte y con fuerza inherente de crecimiento y desarrollo, diferente a la mujer que lo alberga.

Es un ser humano actual, no potencial, y todo ello está respaldado por la actual bibliografía embriológica y genética. Así, desde la concepción y hasta la ancianidad y muerte hay un proceso continuo de vida humana, individualizada, no existiendo un punto de inflexión objetivo en lo ontológico del ser humano. Esto es debido al propio genotipo del embrión, más allá de su evolución fenoménica.

De hecho, esta última evolución fenoménica y madurativa continúa en la infancia, adolescencia, adultez y ancianidad sin que a nadie se le ocurra matar a ninguno de ellos en función de algunas de dichas etapas madurativas cuando resulte conflictivo con los intereses de otros.

Luego, dado este reconocimiento genotípico fundacional y constitutivo del ser humano, la bioética -ya sea deóntica, principalista o personalista- responde negativa y contundentemente a la pregunta sobre la facultad que tiene un ser humano nacido, con categoría jurídica de persona, para matar a otro ser humano concebido por relaciones sexuales consentidas, pero cuya concepción no fue deseada y resulta conflictiva con los intereses de sus genitores.

Así, legalizar la matanza de un ser humano que no amenaza la vida de otro, basándose en criterios fenoménicos o determinadas semanas postconcepción resulta antojadizo, careciendo de fundamento racional, científico, moral y bioético, por no haber ningún cambio en la ontogénesis de dicha entidad como ser humano.

Consecuentemente, el aborto a demanda no es compatible con un eventual derecho al propio cuerpo, por no ser una cuestión del sujeto para consigo mismo sino, primordialmente y tal como es harto visto en cualquier ecografía, son dos vidas humanas distintas donde una se aloja natural y transitoriamente dentro de otra durante nueve meses.

Esta indiferenciación ontológica entre ser humano y persona compatibiliza también con el obrar en legítima defensa, frente a patologías donde el embrión o feto amenace certeramente la vida de la mujer que lo alberga, priorizando la vida de ésta última por considerarse preexistente.

Similar criterio para la permisión del aborto en caso de violaciones, en las que el ser humano concebido es producto de un acto criminal, no consensuado y que amenaza psicofísicamente la vida de la mujer. Pero todo ello ya está actualmente legislado.

Desde lo bioético en cualquiera de las escuelas mencionadas legalizar el aborto a demanda, es decir, garantizar desde el Estado la matanza arbitraria de un ser humano no deseado, pero concebido por acto sexual consensuado entre adultos, es vulnerar uno de sus principios básicos, como el de proteger toda vida humana y su dignidad, prohibiendo matar a todo ser humano por utilidad, beneficio o satisfacción de intereses.

Más aún (Inaudible)... y bajo el similar desconocimiento de la vida humana como proceso continuo, también se dará lugar para legalizar la eutanasia, dado que bajo el sentido racional de la vida no hay diferencia entre un ser humano por nacer y un comatoso de grado 1 al 4, por cuanto ninguno de ellos actualiza ciertas predicadas características constitutivas y diferenciales del humano, no siendo sino criaturas funcionales desde lo biológico.

Sin embargo, a diferencia del comatoso, el embrión sí tiene el potencial de actualizar todas y cada una de las características ausentes en aquel, conforme avancen las etapas de su natural desarrollo, concluyendo así en una situación contradictoria, aunque con mayor racionalidad, respecto de matar a un comatoso o a un feto.

Luego, desde lo bioético, nuevamente aquí se patentiza no solo lo infundado, sino lo peligroso de los selectivos criterios madurativos o funcionales para determinar arbitrariamente la legalización de la matanza de un ser humano por ser conflictivo con los intereses de otro. Ello ocurre cuando se vulnera el principio de protección y dignidad de la vida humana.

Desde la macroética la legalización del aborto a demanda es otro síntoma de un hombre encorvado sobre sí mismo, una mismidad en la que el interés y el deseo del individuo es prioridad, tergiversando mediante fórmulas retóricas la manifiesta y patente realidad, con el fin de no obstaculizar su arbitrariedad y antojo, despojándose de su responsabilidad aun a costa de la vida ajena, cosificándola.

Así, también se falsea la ley, la que pasa de ser una restricción habilitante para la vida de todos a un instrumento que avale los deseos e intereses de unos por sobre la vida de otros, de los más indefensos en este caso, cumpliéndose lo advertido por el padre de El contrato Social, Jean-Jaques Rousseau, cuando nos advirtió que cuando la violencia de la pasión prevalezca sobre el horror del crimen, en el deseo del mal también se encontrará un derecho.

Como conclusión, desde la bioética no hay distinción ontológica ni ontogenética entre ser humano y persona. Ello lleva a resolver las diferentes realidades en cuestión de la siguiente forma. En primer término, permitiendo abortar en caso de violación; en segundo lugar, obligando a abortar en caso de que, por causa del feto, la vida de la mujer embarazada peligre; y por último, prohibiendo, pero no necesariamente penalizando criminalmente el aborto por embarazo no deseado, producto de relaciones sexuales consentidas.

Sobre este último punto, la propuesta bioética radica en un Estado presente, tanto de forma preventiva para evitar el embarazo indeseado, con efectivas campañas anticonceptivas y de educación sexual, como ante el hecho un curso, garantizando medidas de contención a la mujer o pareja en conflicto con su embarazo.

Sin embargo, nunca se debería validar desde el Estado la resolución de un conflicto entre seres humanos eliminando a uno de ellos, porque en dicha instancia el Estado no solo se desentiende del problema, dejando que el más fuerte se imponga ante el más débil (inaudible.)... regresando a un estadio primitivo, preestatal, cuna de la ley del más fuerte y, por ende, despojándose de su primordial e histórica función que es la de garantizar todas las vidas humanas bajo su espectro de poder.

Por todo ello, señoras y señores legisladores, desde la bioética no acuerdo con este proyecto de ley, dado que lejos de resolver el problema, lo agrava en todo sentido.

Los llamo a resolver estos conflictos con herramientas del siglo XXI, incluyendo a todos, con responsabilidad y sin eliminar a nadie...

SRA. PRESIDENTA MOREAU Doctor, estamos con el tiempo cumplido.

SR. SZLAJEN Muchísimas gracias.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Doctor Sebastiani, le quiero pedir disculpas porque sé que le dijeron que nos debía contestar por el chat, y usted contestó por donde debe hacerlo, por mail. Le pido si puede aguardar un ratito, ya que hay un par de preguntas de parte de los diputados, así lo pueden escuchar.

Tiene la palabra el doctor Daniel Gollán, ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires.

Luego de unos instantes:
SRA. PRESIDENTA MOREAU Si les parece, mientras nos comunicamos con el doctor Gollán, daremos lectura a las preguntas que desean realizar en la comisión.

Doctor Sebastiani, tengo una serie de preguntas para usted: ya que el proyecto de la diputada Victoria Rosso para el artículo 86 habla de salud integral, ¿cómo lo interpreta?

SR. SEBASTIANI Exactamente...

SRA. PRESIDENTA MOREAU Le hago la ronda de preguntas y usted después contesta, doctor.

La misma diputada pregunta: ¿considera que deberíamos seguir contemplando en el Código Penal la pena a quien aborta luego de la semana catorce?

El doctor Yedlin le pregunta: basado en su experiencia o en la literatura, ¿en qué proporción se complican las interrupciones de embarazo antes de la semana catorce?

La diputada Massetanni, para el doctor Sebastiani: teniendo en cuenta que este proyecto no tiene límite temporal para solicitar un aborto en función del concepto de salud integral, ¿cómo se realiza el mismo, por ejemplo, en la semana treinta? Aclaro que la pregunta es técnica.

La diputada Karina Banfi le pregunta al doctor Sebastiani: ¿qué podría decirnos sobre cómo afecta a una mujer tener que practicarse un aborto, sabiendo que está haciendo algo prohibido y puede ir presa? En su experiencia, ¿cómo ve la dignidad de esa mujer?

SR. SEBASTIANI La primera pregunta es con respecto a la salud integral y cómo la interpreto yo, y cómo invito a todos los equipos de salud a interpretarlo. La respuesta es que es un bien biopsicosocial, como indica la Organización Mundial de la Salud.

Esto me parece que hay que dejarlo bien en claro. Porque lo que no me gustaría es que algunos iluminados establezcan las "tablitas" de quién puede y quién no puede interrumpir el embarazo: si es por una situación relacionada con una malformación o si es debido a su situación económica. No: las mujeres piden, y nosotros acompañamos.

¿Por qué digo que las mujeres piden? Porque ya lo dije en mi alocución: las mujeres cumplen un acto de responsabilidad, han sopesado distintas variables antes de saber si interrumpen o no interrumpen.

Después se me preguntó: ¿cuáles son las complicaciones antes de las catorce semanas? Prácticamente, anecdóticas, tanto para la Organización Mundial de la Salud, como para todos aquellos que hayan estudiado sobre el tema. El papel que tienen en las complicaciones del aborto durante el primer trimestre drogas como el misoprostol y la mifepristona son muy raras.

En otra pregunta se me pone un caso de la semana treinta. La primera cosa que yo aclararía es que me hubiera gustado contar con un proyecto de ley, o con distintos proyectos de ley, que interpreten al aborto como lo que es. El aborto se da filosóficamente antes de la viabilidad, motivo por el cual hay países que llevan el aborto hasta las veintitrés semanas. Cuando hay viabilidad, no hay más aborto, porque uno no puede comprometer al equipo de salud, a la neonatología, a que reciba a un recién nacido, que sea vital y quedarse de brazos cruzados. Por ello, el aborto es hasta que hay viabilidad.

Quiero que sepan, los legisladores y los que nos están escuchando, que en los países donde está despenalizado, el aborto en el segundo trimestre no alcanza al 2 o 3 por ciento. ¿Por qué? Porque se detectan ecográficamente algunas malformaciones que ya están preanunciando una vida misérrima para ese bebé en el caso de nacer. Y si alguien me pone contra las cuerdas y me señala: "No, pero vamos a hacer un aborto a las treinta semanas", le diría que no: un aborto a las treinta semanas no se puede hacer. Lo que se hace en otros países es provocar una asistolia dentro del útero. ¿Para qué? Para que cuando nazca este producto de la concepción, nazca muerto y no haya una situación muy compleja en el equipo de salud.

Asimismo, me han preguntado por la vivencia de las mujeres. La experiencia con nuestros colegas en la Argentina y la experiencia internacional indican que las mujeres, en términos generales, están tranquilas después de abortar.

¿Por qué? Porque han tomado una decisión que ha sido ponderada adecuadamente. Esto ha sido estudiado. Así se estudió el grupo de mujeres en el que se practicó un aborto en comparación con el de mujeres que no tuvieron acceso al aborto, y se las cotejó en un lapso de dos, cuatro y seis años. Esta es una publicación que se realizó en una de las mejores revistas internacionales de medicina. ¿A quién le fue peor? A las mujeres que fueron obligadas a mantener un embarazo en contra de su voluntad.

Señora presidenta, creo haber contestado todas sus preguntas.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Gracias, doctor.

Quiero decir que todas las ponencias quedarán publicadas en la página de la Cámara.

La diputada Massetani me pide que aclare que fue ella la que contestó en el chat que, en realidad, las respuestas deben ser orales. Es verdad, pueden contestar por vía oral o por mail. Pero bueno... unanimidad.

Tiene la palabra el doctor Daniel Gollán, ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires.

SR. GOLLÁN Señora presidenta: ¿se escucha bien?

SRA. PRESIDENTA MOREAU Se lo escucha perfectamente, doctor.

SR. GOLLÁN Señora presidenta: en primer lugar, gracias por la invitación en un día como hoy, que es el Día Mundial de la Lucha contra el HIV Sida.

En segundo lugar, quiero reconocer este nuevo llamado para dar una opinión acerca de este tema. En ese sentido, repito una vez más lo que venimos diciendo desde hace muchos años los médicos que interpretamos y vemos esta problemática desde el punto de vista de la salud pública. Cuando se puso en agenda el debate en la Argentina y desde antes también, la mayoría compartimos un criterio común de ver este problema como de salud pública, aunque obviamente tiene otras aristas.

Estuve en las anteriores intervenciones hablando desde la situación nacional. Creo que esto ha sido bastamente desarrollado. Repito, quisiera decir una vez más que visto desde el punto de vista de la salud pública, este es un problema que acarrea la mortalidad de mujeres.

En la provincia de Buenos Aires, de la que soy ministro, hubo 79 muertes, entre los años 2014 y 2018. Asimismo, en la provincia de Buenos Aires hay más de 17.000 mujeres y 50.000 en todo el país que todos los años entran a los hospitales públicos por haberse practicado un aborto inseguro.

Lo que fuimos aprendiendo a lo largo de la historia es que una cuestión era el deseo y otra, la realidad. Una cuestión era lo que sucedía fácticamente acá y en todo el mundo con este problema y que lo único que podíamos hacer para detener estas muertes absolutamente innecesarias -incluida la cantidad de mujeres que quedan con secuelas y, a veces, con mutilaciones- era encarar el problema y darle un viso de realidad.

Entonces, el viso de realidad - sucede lo que ya todos sabemos- es reconocer que de los cientos de miles de mujeres que anualmente practican un aborto en la Argentina solo las que no pueden pagar un aborto seguro son las que terminan en los hospitales, internándose a causa de haberse practicado un aborto en malas condiciones.

La enorme mayoría de las personas que fallecen son porque no pudieron acceder a un aborto seguro. Con lo cual, obviamente, este es un tema que es un evento frecuente y está probado absolutamente en el mundo que, más allá de la legalidad, menos legalidad o ilegalidad completa, no cambia la circunstancia de la decisión de una mujer de hacerse un aborto; cuando ha decidido hacerlo, lo práctica.

Entonces, la verdad es que nos encontramos ante una situación que, cuando debe tomar decisiones el legislador o el funcionario, tiene que actuar -a mi modo de ver- con un criterio desde la responsabilidad y no desde la convicción personal, religiosa o de lo que sea; más allá de que se sostenga, cuando uno va a realizar un acto de gobierno tiene que desembarazarse de algunas cuestiones personales y pensar en el bien común superior.

En este caso, el bien común superior, indudablemente, es evitar esta mortalidad, es decir, evitar esta cantidad de mujeres que ingresan a los hospitales después de un aborto. Lo demás no se modifica. Se podría discutir este tema si realmente fuera modificable, pero está absolutamente constatado que eso no se modifica.

Además, celebró que se dicte otra ley para dar respuesta a todas aquellas mujeres que por algún motivo especial quieren interrumpir su embarazo, pero que resuelto ese motivo, y haciéndose cargo el Estado de darle todo el resguardo necesario, decidan no hacerlo, porque me parece que complementa bien aquellos casos de mujeres que se ven compelidas a hacer un aborto a veces por una situación económica absolutamente angustiante, y créanme que en los hospitales donde trabajo hace 32 años lo hemos visto continuamente. No es una cuestión de retórica o de teoría.

Así que nosotros consideramos que tenemos que avanzar en esta ley, que no hacerlo implica perder la oportunidad de salvar vidas de mujeres que la pierden en forma absolutamente innecesaria y absurda. Además, pensamos que tenemos que continuar evitando este problema de salud pública que acarrea que miles y miles de mujeres tengan que practicarse un aborto en forma clandestina e insegura.

Este año en la provincia de Buenos Aires hemos empezado a dar respuesta a la otra cuestión que estaba muy postergada y que también producía abortos clandestinos, que eran aquellos casos en los que eran abortos legales que se enmarcaban claramente dentro de la ILE. En lo que va del año hemos podido realizar 7.000 tratamientos a mujeres y se está organizando cada vez más un sistema para que se pueda acceder al derecho de las mujeres que estén en condiciones y quieran hacer un aborto dentro de lo que se encuadra en el marco legal, pero también esto estaba negado.

No quiero usar más el tiempo porque sería repetitivo. Sé que todos los que me han antecedido en el uso de la palabra tienen esta posición médico sanitarista, con todo tipo de incumbencias y especialidades, y han repetido lo mismo y las mismas cifras, pero me parece que llegamos a un momento en el que tenemos que pensar si queremos hacer algo que realmente sirva para resolver este problema o no. Pero si decidimos que no lo vamos a hacer, dentro de un tiempo nos volveremos a encontrar en la misma situación.

Hay un dilema que me parece que deberíamos poner en juego: aquellos que se oponen y que llevan a que sigan produciéndose todas estas situaciones de deterioro y de muerte en la salud de las mujeres, en su momento deberían preguntarse si después de tantos años de oponerse lograron parar esta situación y evitar que esto sucediera.

Esto también tiene que formar parte...

SRA. CAMPAGNOLI Doctor, vaya redondeando su exposición.

SR. GOLLAN Ya termino.

Simplemente quiero plantear que debemos tener muy presente que, si hay una realidad que no vamos a poder cambiar, nos asociamos directamente para que esta situación siga produciéndose, que es lo que como funcionarios y legisladores no deberíamos hacer.

SRA. CAMPAGNOLI Tengo una pregunta para el pastor Carnival de la diputada Dina Rezinovsky. ¿Está presente el pastor Carnival?

- Luego de unos instantes.
SRA. CAMPAGNOLI Entonces, formulamos la pregunta al doctor Sebastiani de parte de la diputada Victoria Morales Gorleri. ¿Está presente el doctor?

SR. SEBASTIANI Aquí estoy.

SRA. CAMPAGNOLI La pregunta es la siguiente: "Usted dice que la salud integral es a mero requerimiento o consideración de la mujer. En la ley esa excepción no tiene plazo y usted afirma que no se debería abortar cuando hay viabilidad de la vida extrauterina. Sin embargo, en esta ley no hay límites. ¿Cuál es su opinión?".

SR. SEBASTIANI Creo que el planteo de la ley es correcto porque aborto -repito- es viabilidad.

Sin embargo, si fuésemos al extremo de una interrupción del embarazo a las 30 semanas, en los países donde se permite se hace una asistolia intrauterina para que no nazca vivo, ya que no es posible decir al área de neonatología o a cualquier equipo de salud que no haga nada y que ese bebé se muera; de ninguna manera. Por esa razón, se hace una asistolia prenatal de manera que esta situación ética y emocionalmente conflictiva no suceda.

Además, en el caso de un aborto a las 14 semanas -y si pudiéramos permitirlo más adelante-, hay una cantidad de embriones o fetos que, aun naciendo con vida, no van a sobrevivir porque no tienen la capacidad.

En ese caso, se crea otra situación muy complicada en las salas de parto, con el personal de enfermería, los médicos y el área de neonatología porque estos bebés nacen, pero mueren inmediatamente. Sin embargo, su corazón puede estar latiendo, digamos, durante una hora, dos o tres, y esto crea una situación muy complicada emocionalmente en la sala de parto.

SRA. CAMPAGNOLI La siguiente pregunta es para el doctor Gollan, de la diputada Dina Rezinovsky.

Dice así: "Doctor, viendo la experiencia de países del primer mundo como Italia, donde el aborto es legal hace más de 40 años y que año a año aumenta la cantidad de médicos objetores de conciencia hasta el punto de que hoy, según el Ministerio de Salud, siete de cada diez ginecólogos son objetores y existen jurisdicciones que no cuentan con médicos dispuestos a realizar abortos, ¿cómo pretenden garantizarlo a lo largo y a lo ancho de nuestro país sin vulnerar el derecho humano a la objeción de conciencia?".

SR. GOLLAN Nosotros estamos organizando nuestro sistema de salud en la provincia de Buenos Aires -en realidad, todo el sistema de salud- sobre la base de redes de hospitales. Dichas redes están organizadas en regiones sanitarias. Por lo tanto, cualquier problemática vinculada a la salud, que deba atenderse en un hospital público, se sostiene como red al igual que su solución.

Es decir, si en algunas instituciones hay profesionales que hacen objeción de conciencia, el Estado resuelve el problema dentro de la red sanitaria. Ya no concebimos más al hospital como una cuestión individual, apartado del conjunto de los demás efectores de salud, sino como un dispositivo en su conjunto que debe resolver este problema.

SRA. CAMPAGNOLI Muy bien. Muchas gracias, doctor.

¿Podría decirme el equipo técnico si hay más preguntas?

Aquí tenemos tres preguntas para el doctor Rubinstein y las hago juntas. Las formulan las diputadas Brenda Austin y Karina Banfi.

La primera: "¿Qué opinión tiene respecto al tema ESI y prevención de embarazos no intencionales? Fue algo que surgió como un compromiso claro luego del debate anterior, que posteriormente no se acompañó en el Congreso e incluso se intentó obstruir el avance y la implementación de las ILE ya receptadas en nuestro marco normativo."

La segunda: "¿Cree que impacta tener estadísticas de los abortos que se practican? ¿Cómo sería ese impacto en la salud pública?".

Y la última: "Según su opinión, ¿por qué como funcionario y como profesional de la salud debería preocuparse por el aborto, si hay causas de muerte más frecuentes, como dice el doctor Schiavone?".

SR. RUBINSTEIN La primera pregunta sobre la ESI y la prevención del embarazo no intencional, es una pregunta muy atinada. La verdad es que cuando terminó el debate en 2018 y se rechazó finalmente el proyecto de ley en la Cámara de Senadores, había un consenso total, aún entre los que podríamos llamar, entre comillas, verdes y celestes, en que ciertas cosas habían quedado consagradas. Por ejemplo, la educación sexual integral, la prevención del embarazo adolescente, la interrupción por causales legales del embarazo y la anticoncepción responsable.

Sin embargo, en los dos años subsiguientes eso no ocurrió. Particularmente, en muchas provincias del norte argentino, se fueron produciendo permanentemente obstrucciones a cada uno de esos consensos que se habían logrado.

Con lo cual, lo que realmente ocurrió es que incluso aquellas cosas que hasta ese momento se respetaban, por ejemplo -repito-, la interrupción legal del embarazo, tuvo enormes obstrucciones, aun cuando las causales hubieran sido tipificadas en el Código Penal desde hace prácticamente un siglo.

Ese es un problema irresuelto. Por eso hay que tomar el toro por las astas. Repito, no es una cuestión de creencias, no es una cuestión de actitudes o prácticas. Es una cuestión de salud pública y de derechos.

La segunda pregunta, sobre el impacto en las estadísticas, es lo mismo que si yo les dijera que el infarto agudo de miocardio es ilegal. ¿Cuál sería la credibilidad de las estadísticas sobre infartos de miocardio?

Claramente, las estadísticas de aborto clandestino están escondidas bajo muchas otras causas de muerte o en muchas otras causas de egresos hospitalarios. Esto es así, simplemente, porque los médicos no pueden registrar de manera libre que se trata un aborto provocado, de un aborto ilegal o de una internación por una complicación de un aborto provocado. Esto ya se ha visto. Hay estudios de mortalidad materna y estudios, entre comillas, de autopsias (Inaudible) donde esto se ha confirmado.

En cuanto al tercer punto, sobre las causas de muerte, lamentablemente es un argumento muy esgrimido por algunas personas que objetan que uno considere al aborto como un problema de salud pública, fundamentando que hay muchas más mujeres que se mueren por enfermedades cardiovasculares, cáncer o por otras condiciones. Esto es un absurdo. Es lo mismo que si yo dijera que, en realidad, uno no debe preocuparse por la mortalidad de los chicos debido a enfermedades genéticas o por enfermedades raras porque son muy infrecuentes.

Es mortalidad evitable. Son internaciones evitables, más allá de toda la complejidad que implica el problema del aborto en nuestro país. Así que, definitivamente, es un tema del cual hay que ocuparse.

SRA. PRESIDENTA CAMPAGNOLI Muchísimas gracias doctor.

Por último, tengo una pregunta de la diputada Romina Del Plá para el doctor Sebastiani.

Dice así: ¿en su experiencia, la legalización del aborto, aumentará o disminuirá los abortos que se practican actualmente en nuestro país?

¿Qué consecuencias podría tener la legalización en la cantidad de abortos clandestinos que se practican?

SR. SEBASTIANI Señora diputada Del Pla y señores legisladores: lo que vamos a saber es cuál es el número de abortos. ¿Cómo puede ser que estemos en un país donde no sepamos cuál es el número de abortos?

En medicina hay que saber cuál es el número de cánceres, de infarto agudo de miocardio, de los problemas dermatológicos, etcétera.

Con esto, vamos a saber cuántos abortos se practican y nos vamos a hacer cargo de ellos. Pero, además de saber cuántos abortos se realizan, vamos a actuar sobre edad, condicionamientos sociales y las necesidades de las mujeres.

Vamos a disminuir el número de abortos porque no lo vamos a tener más debajo de la alfombra. Nos vamos a hacer cargo del número de abortos que tenemos, sean muchos o no sean tantos.

El otro aspecto es que tiene que desaparecer el aborto clandestino. De alguna manera, yo diría que ya no hay en nuestro país, salvo en las situaciones más periféricas de la sociedad, como por ejemplo en las que vimos hace unos días en ocasión de la toma de tierras, porque hay gente que vive cayéndose de la sociedad. A esta gente hay que darle una mano no solo en lo que respecta al tema del aborto, sino con cualquier otro tema que haga a las necesidades básicas que están absolutamente insatisfechas.

Por lo tanto, tiene que desaparecer el aborto clandestino que hoy está relegado en estos casos. ¿Por qué? Porque el aborto clandestino es el que mata todavía en esta situación. El aborto medicamentoso no mata; protege a las mujeres.

Si quieren disminuir el aborto lo que tenemos que hacer, repito, es tener educación formal, donde nos va muy mal y educación sexual integral, donde no sólo no hemos sabido organizarla, sino que hay algunos que pusieron el palo en la rueda porque dijeron que la educación sexual tenía que estar relegada a la casa. Yo comprendo que tiene que estar relegada a la familia, pero también tiene que estar relegada en el Estado y en los institutos educacionales. ¿Por qué? Porque tenemos el 16 por ciento de embarazos adolescentes. Más de 100.000 personas nacen en el país de mujeres que tienen menos de 19 años. Nosotros tenemos tres o cuatro veces más embarazos adolescentes que países muy similares al nuestro.

Repito: el aborto legal no disminuye el aborto. Lo que va a hacer es enfrentarnos a esta situación con toda claridad para poder trabajar al respecto.

Muchas gracias por la pregunta.

SRA. PRESIDENTA CAMPAGNOLI Tengo otra pregunta más para usted, doctor Sebastiani.

La diputada Morales Gorleri dice: "Quedé preocupada con su explicación. Mencionó algo así como asistolia. ¿En qué cosiste? ¿Se da a partir de las 30 semanas?

Doctor Sebastiani, a mí me pareció entender que es algo que se suministra durante el embarazo para que el bebé no nazca con vida. Pero explíquelo mejor usted.

SR. SEBASTIANI A través de la administración de algunas drogas, se produce la asistolia. Es decir, la muerte del bebé. ¿Para qué? Para que no nazca con vida.

¿Cuántas veces sucede esto? Es absolutamente anecdótico, señora diputada.

Piensen ustedes que el aborto del segundo trimestre es de escasamente el 2 por ciento y probablemente no sea necesario recurrir a estas situaciones.

Como concepto, lo importante es que el aborto es cuando no hay viabilidad. Cuando hay viabilidad no puede nacer un recién nacido y que todo el equipo de salud esté cruzado de brazos. Eso es inadmisible.

La asistolia es algo absolutamente anecdótico. Sería anecdótico en nuestro país, en el mundo y no hace al meollo de la situación de esta reunión a la que ustedes nos han convocado.

SRA. PRESIDENTA CAMPAGNOLI Muchas gracias a usted, doctor y a todos los expositores.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Gracias a todos los expositores que pasaron hoy por acá.

Repito que las exposiciones se van a poder ver en la página de la Cámara de Diputados a través de Diputados TV.

Les agradezco a todas las autoridades de comisión que participaron en el día de hoy.

También agradezco a todos los trabajadores de la Cámara que, con muy pocas horas de sueño, algunos casi ninguna, estuvieron trabajando todo el día acá.

Mañana a las 10 de la mañana retomamos el debate. Vamos a volver a estar trabajando en dos jornadas, una de 10 a 13 horas y otra desde las 14 a las 19 horas, aproximadamente.

Quiero hacer una aclaración para los expositores del día de mañana. Les va a estar llegando a su casilla de e-mail la posibilidad de enviar un video, algo que hoy, lamentablemente no pudimos hacer. En este sentido, les pido disculpas a quienes tuvieron problemas de conectividad.

Aquellos que así lo quieran pueden grabar un video de siete minutos, que es el tiempo que tienen los expositores para exponer y luego estar conectados en el momento de las preguntas.

Esto es por si alguno tiene problemas de conexión o mala señal de wifi. Hoy tuvimos dos casos. María Luisa lo pudo subsanar, pero hubo un caso en que no se pudo.

SRA. PRESIDENTA CAMPAGNOLI La idea es que ustedes lo graben y nos lo envíen para que se transmita. Después se conectan para el momento de las preguntas.

SRA. PRESIDENTA MOREAU Muchas gracias a todos. Nos veos mañana.

Queda levantada la reunión.

Es la hora 19 y 46.