Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional para que, a través de los Organismos que correspondan, haga llegar al Poder Judicial de la provincia de Neuquén nuestra preocupación por que, en el proceso judicial seguido por la trágica muerte del docente Carlos Fuentealba, se actúe con la mayor celeridad, eficacia e independencia, garantizando que las acciones que han originado este lamentable y repudiable hecho no permanezcan impunes.

Señor presidente:

El próximo 4 de abril se cumple un año de la represión de Arroyito, en la provincia de Neuquén, ordenada por el entonces gobernador Jorge Omar Sobisch, en la cual, un efectivo de la policía provincial hirió de muerte al docente Carlos Fuentealba.

Se trataba de una pacífica manifestación de trabajadores de la educación, luego de más de 30 días de lucha, sin respuesta a sus reclamos.

Este hecho ha sido repudiado por la sociedad argentina en su conjunto, por la brutalidad y el desprecio por la vida manifestado en tal acontecimiento, con pocos precedentes en nuestro país.

Se hace imperioso que quienes han sido responsables de tan aberrantes acciones y tomaron decisiones que habilitaron la trágica muerte, rindan cuenta ante la justicia. De este modo se demostrará, ante la comunidad, que tales actos no deben quedar impunes.