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Comisión Permanente

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Reunión del día 10/08/2004

- REF. SECTOR AGROPECUARIO - BNA

- En Buenos Aires a los diez días del mes de agosto de 2004, a la hora 17 y 19:
SR. PRESIDENTE FRIGERI Damos comienzo a la reunión, en la que tenemos previsto tratar un expediente que cuenta con despacho de la Comisión de Agricultura y Ganadería, relativo al tema de la refinanciación del sector agropecuario con el Banco Nación.

Nos acompañan en la reunión, por CONINAGRO, su presidente, Mario Raiteri; y su vicepresidente, señor Fernando Groino; el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, señor Benito Legerén; el vicepresidente de CARBAP, Horacio Buitrago; el miembro del Consejo Directivo de CARBAP, Alfredo Rodees y el representante de la Confederación Rural Mendocina, Mario Leiva.

La comisión ya ha sometido a estudio el despacho de la Comisión de Agricultura y Ganadería, relativo al refinanciamiento de las deudas desde enero de 1996 hasta el 21 de diciembre de 2003. En él también se establece que la reglamentación va a determinar cuál es el pequeño y mediano productor y que los deudores que quieran cancelar el saldo de deuda en las condiciones de la ley también lo harán sin intereses ni actualizaciones adicionales si lo pagan al contado.

El artículo 4° del proyecto se refiere al pago en el número de cuotas que resten pagar de acuerdo con el compromiso original.

El artículo 5° le pone una limitación al compromiso de pago, al decir que no podrá exceder el 25 por ciento del ingreso bruto que haya percibido el deudor y su grupo familiar.

El artículo 6° permite la aplicación del CER, e indica que si por aplicación del CER tres cuotas consecutivas dan un monto superior al 25 por ciento del ingreso bruto familiar se prolongará el cronograma de pagos.

El artículo 7° tiene una limitación en cuanto al período de pago, que es de menos de 20 años. Si el período de pago excede de 20 años, el deudor queda liberado de pagar dichas cuotas. Esa liberación está ligada al artículo 8°, a través del cual se crea un fondo fiduciario. Para ello el deudor pondrá un 1 por ciento anual sobre el saldo del crédito -que está cubierto por el tope del 25 por ciento sobre el ingreso del grupo familiar- y el Banco de la Nación, por cada cuota que cobre, pondrá otro 1 por ciento.

El artículo 10 dice que pasados los 20 años, si los dineros del fondo no fueron usados o quedaron excedentes, dicho excedente será utilizado para dar ayuda a microemprendimientos de carácter agropecuario.

Yo creo que es redondo. La idea es escucharlos a ustedes, y con posterioridad invitaremos también a las autoridades del Banco Nación para que nos digan de qué manera se puede aplicar. Ninguno de los presentes pretende que el Banco de la Nación se funda. Lo que intentamos es que eso ocurra dentro de este esquema.

SR. LEGERÉN Señor presidente: les agradezco la invitación. Éste es un tema muy importante que se viene arrastrando desde hace demasiado tiempo y por el que mucha gente está preocupada. Todos los días tenemos noticias de gente que llama a nuestras entidades, también vemos avisos de remate o nos enteramos de remates que se están dando.

En ese sentido, creo que el proyecto puede solucionar la situación de esta gente que tiene los pasivos atrasados.

Quisiera comentarles también que ayer tuve noticias -que coinciden con las de algunas otras entidades- acerca de una reunión que va a convocar el Ministerio de Economía para el 23 de agosto. Allí se va a considerar la posibilidad de que el Banco Nación realice una refinanciación que disminuya la tasa del 18,75 por ciento. Es totalmente imposible trabajar con esa tasa; éste era el problema más serio que tenían las entidades. La idea es disminuirla haciendo cargo de un 3 por ciento, respectivamente, a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, al Banco de la Nación Argentina y a las provincias en las que el productor tuviera el campo.

Esto que en su momento nos había informado el presidente, luego se lo ratificó a CONINAGRO. Finalmente, el señor Miguel Campos nos dijo ayer que se convocó a una reunión para el 23 de agosto.

De cualquier manera, me parece que este proyecto tiene características muy positivas para esta clase de refinanciación -por el tipo de plazo y la manera de ajustar-, ya que le puede brindar una salida al productor que está en una situación difícil. Creo que esto es justo, porque salvo los casos puntuales de aquellos que no quisieron cumplir con sus obligaciones, la mayoría de los productores que pertenecen al campo padecieron la crisis sin merecerlo. Para ellos, perder el campo es perder todo.

En nombre de las Confederaciones Rurales Argentinas quiero decirles que nos parece muy loable que los diputados hayan presentado este proyecto. Se los agradezco y, desde ya, lo apoyamos.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Tiene la palabra el señor Raiteri.

SR. RAITERI Les agradecemos mucho la invitación que nos han hecho, especialmente a la diputada Alarcón, quien desde el principio tomó un decidido partido en este tema.

Nosotros participamos en varias reuniones cuando era mucho más confuso determinar cómo se les iba a dar una salida a estos productores. Ustedes saben que en un principio, después de 2002, se establecieron una serie de medidas de recomposición de pasivos, pero lamentablemente hubo sectores que quedaron afuera porque no le coincidieron los primeros ingresos con las posibilidades que se les brindaba en ese momento de cancelar o reprogramar. Por eso, queremos resaltar la gestión que se realizó desde la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados. También queremos agradecerle al diputado Frigeri por habernos recibido en el día de hoy.

Si bien compartimos el proyecto -y por eso después quisiera ir a algunos aspectos puntuales del mismo, aprovechando que están los equipos técnicos presentes-, también debo ser sincero y decirles, como ya les anticipó nuestro colega Benito Legeren, que estamos teniendo otro tipo de contactos. Nosotros mismos estuvimos reunidos la semana con el presidente de la Nación, quien volvió a reiterar allí que no debe existir ningún tipo de remate de propiedades. Además, en esa reunión se manifestó que ya estaban comprometidos casi todos los gobernadores con el aporte del 3 por ciento. Como es sabido, el subsidio de la tasa sería de un 3 por ciento para el caso de la Secretaría de Agricultura y de otro 3 por ciento para el caso de Banco Nación.

Una de las dificultades que teníamos era que las provincias no contestaban con la debida rapidez si iban a hacer ese aporte o no. Fue la presidenta del Banco Nación quien dijo en aquella reunión que la mayoría de los gobernadores habían asumido el compromiso. Por su parte, el presidente Kirchner manifestó que, de existir una dificultad comprobada en alguna provincia, iba a pensar de qué manera intervenía. Además -repito-, volvió a decir que los remates no se deben efectuar y que se debe salir adelante rápidamente. Conocemos la fecha que ha mencionado Legeren: el anuncio final se haría el 23 de agosto.

T.4

La presidencia del Banco hoy está dando una conferencia sobre este tema. Ayer salieron publicados en algunos medios nuevos edictos de remates. La pesidenta del Banco hoy por la mañana me reiteró que el área de Legales ha cursado telegramas para que esto no ocurra. Todos la hemos alertado sobre lo que está pasando en los sectores medios del banco.

SR. PRESIDENTE FRIGERI ¿Cuándo hablamos de remates, estamos hablando de vivienda única?

SR. RAITERI No, hablamos de campos.

SR. PRESIDENTE FRIGERI La situación se torna muy difícil cuando se habla de un crédito otorgado a un campo con hipoteca, que luego no tenga garantía de hacer la ejecución hipotecaria; en ese caso está propiciando que nadie pague un peso. No puede ser algo general; tiene que prever algún requisito especial, como por ejemplo que esté en emergencia o sea vivienda única.

SR. RODES Hasta que no se defina el nuevo sistema de refinanciación, que podría hacerse a través de este proyecto o de una mejora sustancial del plan que actualmente tiene el Banco de la Nación Argentina -como bien explicaban los presidentes de las entidades-, no se le puede pedir a un productor que ha sufrido dificultades por más de una década que sufrague una tasa del 18,8 por ciento. Esa tasa no existe en el mercado.

Entonces, aquel que no había cancelado, se encontraba con la dificultad de que la misma tasa lo llevaba a fundirse y el productor se encontraba con la dificultad que la misma le llevó a vender.

Por eso, cuando hablamos de la limitación de las ejecuciones, no estamos vulnerando la seguridad jurídica sino que pedimos un compás de tiempo a los efectos de que se sancione esta ley o haya una mejora sustancial en el plan diseñado por el banco.



SR. SOLMI En las provincias de Entre Ríos y de Río Negro se firmó un acuerdo en el que las provincias cumplen un rol, se forma un fideicomiso -que no entiendo para qué está- que es distinto al del proyecto. Hay unos cuantos puntos que no están claros.

Se establece el compromiso de la provincia respecto del subsidio de la tasa, también el compromiso de la Secretaría de participar en el subsidio de la tasa y el compromiso del banco de bajar de ese 18,75 por ciento a una tasa más razonable.

Sin embargo, también deja de lado cuestiones que vinimos reclamando las entidades en esta refinanciación, como es el repago atado a un flujo de fondos.

SR. RAITERI La semana pasada manifestó la presidenta del banco que tenían la intención de tomar en cuenta el flujo de fondos para definir el monto de los pagos.

SR. PRESIDENTE FRIGERI ¿Estamos hablando de stock de deuda? Lo pregunto porque estoy algo confundido. Según escuché, en el banco de la Provincia se está pensando en lanzar líneas de crédito con el mismo esquema -aquí tendría cierta injerencia el FOGABA-, que por ejemplo podría ser menos cuatro, menos cuatro y menos tres.

SR. RAITERI Me refiero a lo que hemos conseguido en las gestiones que todas las entidades estamos realizando de una manera u otra.

SR. RODES Son dos cosas distintas: una cosa es lo que piensa el banco administrativamente, y otra lo que establece este proyecto.

Si vamos a diferenciar, el primer punto es el plazo. El proyecto en discusión prevé un plazo de veinte años, cosa que el sector ya tenía. Varias provincias argentinas suscribieron planes muy similares en la década del 90 con los dos bancos oficiales que tenían veinte años de validez, y que en el caso del Banco Nación estarían venciendo en 2018.

Esos planes se sustentaban en un título público -de los denominados cupón cero- que preveía esa refinanciación que le daba al productor la posibilidad de salir comprando un título que por capitalización extinguía la deuda. Con el efecto producido por el default esa refinanciación en el Banco Provincia perdió toda validez. ¿Qué dijo el banco ante? Que se cambiara la refinanciación a veinte años por una a ocho años, pero ya estamos viendo que a muchas economías regionales no le alcanzan ocho años.

En esto podemos ver la diferencia que existe entre una ley y una norma administrativa porque lo que hizo el Banco Provincia a través de una ley provincial, la 12.421, tiene vigencia y los productores de la provincia de Buenos Aires han tenido un plan sustentable con el Banco de la Provincia que prevé estos plazos de financiación que hoy establece la norma que estamos tratando.

Bajo las características actuales el Banco Nación no está brindando esta posibilidad de plazo que hoy esta proponiendo este proyecto de ley. Esto hay que dejarlo en claro.

Por otro lado, el plan de régimen de reinserción productiva tuvo importancia en muchas provincias, sobre todo en el sudeste de Buenos Aires, que es una zona muy castigada. Inclusive políticas activas del gobierno provincial trataron de sustentar ese bono. Los gobiernos provinciales cooperaron en constituir ese bono del cual nació la refinanciación, que por los plazos que prevé esta ley sería sustentable.

La otra diferencia que puede tener esta ley con lo que puede estar elaborando el banco es que brinda sustentabilidad a las explotaciones. Digo esto porque limita un porcentaje del ingreso a honrar la deuda. Esa limitación conjuga con el ideario de las cuatro entidades que sostenemos que la deuda agropecuaria debe ser pagada en función de la producción y la rentabilidad y no en base a la venta de activos -en este caso la tierra-, porque eso produce el desarraigo que ha llevado al sector a perder cien mil productores según el último censo agropecuario.

Como dije, el proyecto conjuga con nuestro ideario. Quizás desde el punto de vista financiero hay que hacerle algunas mejoras que no han sido tenidas en cuenta. Una de ellas es fijar la tasa de interés, porque si bien el proyecto prevé veinte años, no podemos pretender que sean veinte años a la tasa actual de cartera activa del Banco de la Nación del 18 por ciento.

SR. BREARD El proyecto habla de CER para los veinte años.

SR. PRESIDENTE FRIGERI El CER convive con la tasa de interés.

Cuando no hay CER la tasa de interés es distinta y cuando hay CER la tasa de interés es como si fuera moneda dura, porque es mucho más baja. De manera que no es que una excluya a la otra.

SR. BREARD Pero en este caso le ponemos CER sin interés.

SR. RODES Nosotros, con espíritu de colaboración, planteamos ante esta comisión, que es la especialista en la materia, las dudas que nos genera el proyecto.

La tasa tiene que estar referenciada, bien explicitada y tiene que ser pagable.

SR. BREARD No tiene tasa.

SR. PRESIDENTE FRIGERI El proyecto no habla de tasa pero si el día de mañana se lo modifica está claro que tiene que ser una tasa razonable.

SR. RODES Los títulos de canje de deuda van a tener cláusula CER. No nos olvidemos de que hace unos meses no sabíamos si la permanencia del CER estaba extendida o no en 20 años. Creemos que en el proyecto habría que considerar algún parámetro que fije la tasa y evitar posteriormente encontrarnos con una sorpresa.

Otro tema que nos genera duda, y creemos que se podría colaborar desde la Comisión de Finanzas, es que no hay duda del monto a cancelar; es el monto al 3 de febrero de 2002, al que no se le aplica CER y hay 180 días para cancelar la deuda. Para aquellos que, por lo abultado de la deuda, no lo puedan hacer, el proyecto prevé la financiación.

Yo creo que ahí podría haber una conjunción entre lo que hace el banco y lo que dice esta ley, que es una desindexación de deuda mediante una circular del banco que hoy está aplicando -la 14.825-, que establece un nuevo monto de deuda y donde no se produce el anatocismo de intereses.

Entonces, ese productor no va a cancelar todo, que va a tomar los 20 años, creemos que se debería llevar, mediante circulares del banco, el recálculo y ahí sí tener los 20 años que la ley fija. Creo que hay algunas consideraciones de emergencia y de flujo de fondos que estuvimos trabajando conjuntamente con las entidades.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Cuando consultamos sobre esto a las autoridades del Banco de la Nación, nos dicen que tuvieron plantes de refinanciación en 1996, 1997, 1998, 1999, 2000, 2001 y 2002, es decir que prácticamente en todos los años hubo planes de refinanciación al sector. Se está discutiendo si las tasas de interés no fueron lo suficientemente adecuadas o los planes no eran acordes.

Aquí hay un tema que creo que a nadie se le escapa y es que nadie quiere quedarse con la tierra. Si alguien tuvo que esperar cuando una cosecha falló fue el Banco de la Nación, que lo hizo siempre, hasta que el Banco Central cambió las normas, y permitía que el crédito hipotecario no lo mandara a previsionar a pérdidas; esta fue una balla larga, pero el Banco Nación esperó.

Al tomar el valor del ingreso bruto del grupo familiar que tomó el crédito, se genera un hecho hacia la deuda pasada y hacia la deuda nueva. Yo me hago el siguiente planteo: como es un sector que a veces puede tener ingresos y a veces no tiene ingresos y hay que esperarlo igual hasta que tenga una cosecha. Esto hay que analizarlo bien. Hay que tener en cuenta que se le va a prestar al sector y como la deuda la paga de acuerdo con su ingreso, hay que prestarle de acuerdo con el ingreso.

El tema es complejo, no hay ningún fondo que lo cubra. Si el sector tiene ingresos, paga; y si la cosecha falla, no puede pagar. Creo que el espíritu es el correcto, se va a pagar de acuerdo con los ingresos, pero esto no soluciona el problema de fondo, que sinceramente no sé si tiene solución.

SR. LEGERÉN Se podría volver a considerar el ingreso, o en su defecto el activo.



SR. SOLMI Cuando uno analiza los créditos de los bancos, no va a tomar riesgo sin analizar el flujo de fondos. ¿Cuál es el negocio de los bancos? Normalmente, es darle el paraguas cuando no llueve y sacárselo cuando llueve. Es cierto que el Banco de la Nación tuvo muchos plantes de refinanciación. El primero que recuerdo fue la cédula hipotecaria. El Banco de la Nación tenía un montón de deudas, es decir de activos prestados a productores, en descubiertos, cuenta corriente o en créditos prendarios.

Entonces, ¿qué hizo? Dio la cédula hipotecaria. Al productor que debía 50 se le indexó la deuda y el banco mejoró la garantía, porque se trataba de cédulas hipotecarias. Luego, como ya explicó anteriormente Alfredo Rodes, comenzó el plan de reinserción productiva mediante un bono a veinte años. ¿Qué le dijo el banco al productor? "Yo a vos te voy a regalar plazo, por lo tanto firmá por un buen recálculo de deuda", porque el recálculo era sustancioso. Entonces, como el productor compraba a plazo no le preocupaba tanto cuánto se abultaba su deuda; por eso firmaba a 20 años. Pero, luego vino el default. Ese bono, que no salió al mercado, también fue "defaulteado", a diferencia de lo que ocurrió en el Banco Provincia, que lo emprolijó y lo sacó adelante. El Banco Nación no lo hizo. Ese bono causó estragos en el interior del país debido a que el Banco Nación no cumplió con los compromisos.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Porque allí se cambiaron las tasas de interés.

SR. SOLMI Allí cambió todo: cambió el título -que estaba hecho en dólares-, el plazo -que se fue a ocho años-, la tasa de interés y la forma de capitalización. El banco se veía necesitado de dinero porque estaba en plena época de corralitos y amparos. ¿Y qué privilegió? Las cancelaciones anticipadas. Por eso, quien tenía dinero obtenía unos descuentos fabulosas. Por el contrario, los productores con problemas -fundamentalmente los de las economías regionales- fueron los más perjudicados, porque estaban obligados a refinanciar a una tasa inédita, como es la del 18,75 por ciento. Lo único que hacía esa tasa era inflar un activo que no existía o, en otras palabras, devengar un interés que no se podía cobrar nunca. A nuestro juicio, ése era un error del banco.

Luego, como también mencionó Rodes, el banco sacó la refinanciación de la circular 14.825, que establecía unos requisitos de ingreso francamente incomprensibles, sobre todo para aquellos productores de las economías regionales, ya que pedía un plazo de treinta meses de mora. Es decir que el banco establecía la obligatoriedad de una antigüedad de mora. Hay economías que, como la del vino, fueron alcanzadas por la crisis en un tiempo menor a los treinta meses de antigüedad de mora. Por ejemplo, el vino se pagaba 7 centavos durante el año anterior a que saliera la refinanciación. Ese sector empezó a tener problemas en 2002, pero cuando nosotros quisimos refinanciar su deuda no pudimos hacerlo, porque no tenía la antigüedad de mora necesaria. Por tanto, no se hicieron los recálculos de desindexación de la deuda. Si bien es cierto que el Banco Nación puso en marcha varios sistemas de refinanciación, ninguno se adecuó a las necesidades del sector. Además, todos fueron inconsultos.

SR. PRESIDENTE FRIGERI ¿Si la crisis y la devaluación surgieron en 2002, por qué la refinanciación se hizo a diciembre de 2003? ¿Hubo otros casos después?

SR. SOLMI En septiembre de 2003 sale la refinanciación de la circular 14.825, que pedía treinta meses de antigüedad de mora, que es anterior a la crisis.

SR. PRESIDENTE FRIGERI ¿Y los créditos otorgados en 2002?

SR. SOLMI No entran ni entraban.

SR. BREARD Lo que ellos dicen que hay que tener en cuenta corresponde al tercer punto a modificar de la ley de emergencia agropecuaria. La emergencia agropecuaria sustenta la categoría bancaria. Por lo tanto, no podemos hablar de mora cuando existe emergencia agropecuaria. Entonces, si bien el decreto 1.387 -o la ley 25.190- generó un período de emergencia bajo categoría 1, hay que tener en cuenta que la mora estaba latente. El Banco Central sustenta esa categoría para beneficiar al productor en una época determinada, pero eso no significa que haya que evadir las circunstancias, porque si no dejaríamos a muchas provincias en una situación delicada, ya que si han estado en emergencia durante dos o tres años se encontrarían en categoría 1 -en ese caso no figuran en mora-, pero con el riesgo de que al caer la emergencia esa gente realmente quedaría en mora.

SR. ASSEFF Eso no lo establece la ley sino una disposición del Banco Central.

SR. PRESIDENTE FRIGERI La disposición salió para evadir normas del Banco Central y no tener que previsionar ese crédito. El crédito se mantenía en una categoría, como un efecto "invernadero", pero debía ser considerado como que estaba en mora.

SR. LEIVA Quienes expusieron hasta ahora fueron muy claros al explicar lo que funciona como una especie de zaranda administrativa, que hizo el banco para intentar solucionar el tema de los pasivos. Lo único que hizo el Banco Nación para enfrentar las deudas fue darle posibilidades a aquellos que tenían mayor poder económico.

T.8

Esto produjo una asimetría. Por eso hay que dejar en claro algo que nadie dijo: ninguna medida de refinanciación del Banco de la Nación Argentina tuvo un carácter político frente a la deuda, que sí contempla esta ley.

Cada vez que el Banco de la Nación Argentina sacaba una resolución, era de un diseño y de una geometría financiera hecha por especialistas que ni los mismos gerentes entendían. Esto provocó que los gerentes aumentaran su poder discrecional sobre el cliente.

Entonces, si bien a estos últimos no les remataron las fincas, se vieron obligados a venderlas para salir de la deuda; o sea que se quedaron sin su bien. Eso ha producido asimetrías en el interior.

Por eso, celebro que estemos discutiendo este proyecto, porque prácticamente los considero como familiares producto del tiempo que llevamos debatiendo esta cuestión. También lo celebro porque no sé qué va a hacer el gobernador de Mendoza para ponerse de acuerdo con Rodríguez Saá, que para el Banco de la Nación Argentina tienen una zona en común.

Creo que debemos poner blanco sobre negro en esta situación. Hoy los productores agropecuarios, pequeños y medianos productores del interior del país han ido a firmar su sentencia de muerte, en más de un caso a cinco años -porque no lo tomaban a ocho años- a tasas del 18,5 por amenaza de remate de su finca. Tenemos un problema a corto plazo con esa gente porque no van a poder pagar. Si somos conscientes de que en muchos casos y en muchos créditos tomados en 2002, que no pudieron ser beneficiados por la mora que tenía que tener el productor -esa disposición premiaba a quien no había pagado nunca-, los productores tuvieron que vender sus bienes para salir del banco. Muchos malvendieron su finca para salir del banco para quedarse con algo.

A esta discusión hay que sacarle el tecnicismo y darle un cariz político, que contiene la ley, que es que aquel productor que pueda salir de este agobio, que es la deuda con el Banco de la Nación Argentina, lo haga con trabajo y no rematándole sus bienes.

SR. RAITERI Aquí hay una paradoja: al estar tan devaluadas las propiedades, que constituyen los activos fijos de los deudores, las posibilidades que dio el banco para cancelar se equiparaban. En su momento hubo cancelaciones que resultaban favorables, con lo cual quienes contaban con los recursos las pudieron hacer. Pero quienes no entraron en esa operatoria sufrieron el efecto inverso, ya que al mejorar la situación del sector sus activos se revalorizaron, pero no su capacidad de trabajo y de crédito. Si su bien se valorizaba, el banco empezaba a decir que no podía renunciar a lo que efectivamente tenía que cobrar.

La mejora del sector fue en contra de esa gente que lo único que tenía era el bien y no pudieron seguir trabajando.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Mejoraron las garantías.

SR. ASSEFF Nosotros peleamos mucho por el régimen de reinserción productiva. Como la tasa de interés del bono -que se había "defolteado"- era del 2 por ciento, le pedimos al banco que intercediera ente el Ministerio de Economía para que mejorara esa tasa, llevándola al 8,25, ya que eso iba a permitir que el bono pudiera madurar en el término de veinte años. Lo que planteábamos no tenía ningún costo para el Estado, ya que ese mismo bono lo podría haber negociado. Lamentablemente obtuvimos una negativa; tengan en cuenta que era sistema que en su momento tuvo 800 millones de dólares.

SR. RODEES Eran 1.100 millones y se colocaron 890 millones de dólares, que después el banco "defolteó".

SR. ASSEFF Había muchísimos productores que tenían su endeudamiento regularizado por el término de veinte años.

Al caerse esto lo que hacen en la propuesta es llevarlo a una tasa del 18,70 en ese momento y a un plazo de seis años, sin tener en cuenta lo que establecía una disposición del Banco Central, que decía que todo crédito pesificado, aplicándole el CER, no utilizaba la disposición 3.507, que establecía que tenía que tener una tasa de interés no mayor al 3,5 por ciento en el caso de personas físicas. No dieron lugar a eso. El banco siguió refinanciando a esos plazos y las quitas que le hacían era en función de las garantías. Es decir, si tenían una garantía fuerte las quitas eran insignificantes. Incluso, sabiendo que muchos de estos productores sobrevaluaron su deuda para poder entrar en el régimen de reinserción productiva.

Por ello, para nosotros era y sigue siendo muy importante defender el régimen de reinserción.

Independientemente de esto, y como dijo Mario Raiteri, es importante que los plazos sean en función de los flujos de fondo -como se ha acordado con la presidente del banco- y no sólo por la tasa de interés. Esto va unido con lo que es el proyecto de ley que habla en veinte años y en el fideicomiso.

Los dos proyectos, tanto la propuesta que hoy tiene el Banco Nación como este proyecto de ley pueden coordinar acciones porque ninguno tiene inconvenientes sobre el otro.

Independientemente de la tasa y de las cosas que ha mencionado Rodes, nos preocupa el tema de los créditos de consumo, porque interpretamos que en esto también incluye a los créditos de tipo personal. En ese sentido tenemos que tener cuidado, porque la ley de emergencia agropecuaria daba créditos de hasta 10 mil pesos de tipo personal -eran créditos de devolución o para producir- que tendrían que estar contemplados dentro de la ley.

De modo que sería importante evaluar todos los créditos que han sido otorgados para poder incorporarlos y refinanciarlos a través de este proyecto.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Si tomamos el poder de ingreso del grupo que tomó el crédito, afecta tanto al crédito personal como al crédito productivo, por más que la ley excluya al crédito personal, ya que la persona tiene un solo ingreso de donde sacar.

SR. LEGERÉN Quisiera saber si analizaron la cuestión de las garantías, ya que estaba leyendo el proyecto y no veo nada sobre el tema. Lo planteo porque como decía Mario Raiteri es uno de los problemas que se presentaron con el Banco Nación.

Cuando las garantías eran pocas no se daba la refinanciación, y cuando había muchas garantías el Banco Nación tampoco aceptaba refinanciar porque consideraba que podía venderse una parte de los bienes para pagar la deuda.

Es un tema a considerar porque puede suceder que dejen de lado a algún productor por el asunto de las garantías. De manera que no tendría que modificarse el régimen de garantías.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Si tiene garantías las va a tener que poner.

SR. LEGERÉN Sí, pero justamente lo que pasó con el Banco Nación es que como las garantías eran muchas no le daban la refinanciación, ya que lo consideraban ejecutable; por otro lado, si tenían pocas garantías tampoco le daban la refinanciación porque el crédito superaba el monto de la garantía.

Este es un problema que puede excluir a muchísimos productores. Por eso creo que habría que establecer que se presenten las mismas garantías que dieron origen al crédito.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Generalmente cuando se refinancia un crédito no se toman las mismas garantías. Si hay más garantías hay que ponerlas.

No vamos a decirle al banco lo que tiene que hacer.

SR. ASSEFF Sería bueno que en lo que respecta a las tasas de interés utilicemos las disposiciones que el mismo Banco Central ha determinado, como, por ejemplo, si se trata de un crédito al que se le aplica el CER, utilizar la tasa del 3,5 por ciento, como lo manifestó en la Comunicación 3.507.

SR. BORSANI Realmente creo que en esta Cámara tenemos la oportunidad de avanzar un poco más en lo que son las tradicionales refinanciaciones a las que usted hacía referencia cuando dijo que cada tanto viene una refinanciación.

Yo creo que las condiciones del pasivo agropecuario actual son excepcionales, porque se dan una serie de sumatorias de problemas que vienen de bastante tiempo atrás, que podemos decir que se inician con la recesión, que comenzó en 1998. Recordemos que teníamos un tipo de cambio fijo, recordemos las retenciones, los bajos precios de las commodities, la crisis económica de fines de 2001 y la salida desordenada de la convertibilidad con la pesificación asimétrica, etcétera.

SR. RETIERI Diez años terribles de una economía equivocada.

SR. BORSANI Exactamente. Esto ha determinado que el endeudamiento sea excepcional, a punto tal que el sector agropecuario está con casi 1.400 millones de pesos de pasivo con el Banco de la Nación, de los cuales la mitad son francamente incobrables.

Por lo tanto, entendimos que luego de conversar con las entidades y ver inclusive que ha fracasado el diálogo con el gobierno, el Banco de la Nación y el Ministerio de Economía, y habiendo observado que el presidente había dicho que se iba a lograr una solución y se iba a refinanciar y el ministro también lo dijo y después desde el Banco parecía que no había una correlación hacia los hechos, vimos que era necesario presentar un proyecto que habilitara al Banco a tomar o a hacer una refinanciación de tipo excepcional, conforme esta cuestión.

Para ello nosotros tomamos como referencia otra condición excepcional que se dio hace mucho tiempo, hace más de 20 años; cuando comenzó el período democrático en 1983, los deudores hipotecarios estaban en una condición muy similar por la recordada Circular 1.050 del Banco Central. Hubo una refinanciación de este tipo, es decir que la cuota no podía superar más del 20 o 25 por ciento del ingreso que tenía el grupo familiar, que se podían hacer tantas cuota, que llegara a los 20 años y si superaba los 20 años el Fonavi se hacía cargo del resto y se resolvió un problema de una excepcionalidad importante y grave.

Nosotros entendimos que debíamos hacerlo sustentable. El Banco no puede perder ni descapitalizarse, porque entendemos que es una herramienta muy importante para el desarrollo agropecuario y económico del país. Para nosotros es fundamental el hecho de no querer perder al Banco como elemento vital; por eso entendimos que con el CER estabamos custodiando y evitando esa descapitalización. Asimismo, el CER es bastante superior a la tasa pasiva que tiene el propio Banco Nación. Entonces, eso está de un modo garantizado.

Si ustedes creen que es necesario incorporar además del CER alguno otro punto de tasa de interés, para que el planteo sea consistente desde el punto de vista técnico, lo podemos hacer.

Tenemos tasa y tenemos actualización, pero tiene que ser algo absolutamente razonable en cuanto al planteo, porque de eso se trata, se trata de un banco de fomento. Estamos frente a una condición excepcional, sabemos que cualquier nuevo préstamo que se tome en esta época de resurgimiento y de reactivación económica, es una situación distinta, pero, en este caso, estamos hablando de deudas ya muy viejas. Hoy en día, quien toma un préstamo con una economía dinamizada, exportando, con un tipo de cambio distinto al que teníamos, es otro el riesgo y yo creo que es otra la situación.

Por lo tanto yo creo que la comisión debería insistir en el mismo sentido que viene de la Comisión de Agricultura, más allá de aquellas incorporaciones técnicas que la propia comisión -por la propia especificidad que tiene en las cuestiones de asuntos financieros- les pueda hacer.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Me alegro de que haya flexibilidad para que algunas cosas se modifiquen. Además, quiero aclarar que yo no tomo las décadas políticas como tal. Por ejemplo, durante los años 1994, 1995 y 1996 la actualización de maquinaria agrícola fue espectacular.

SR. GIOINO Claro, porque hubo precios internacionales extraordinarios.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Pero los hubo, entonces cuidemos la década.

- Varios asistentes hablan a la vez.
SR. PRESIDENTE FRIGERI Sin dudas estamos discutiendo sobre un sector que fue muy beneficiado con la devaluación. Este sector aumentó los activos y cotizó las mercaderías a otros precios, al margen de si el negocio era la exportación o no. En definitiva, mejoró totalmente su perfil.

SR. LEGEREN Eso corresponde sólo a una parte del sector.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Debo aclararle que los hemos esperado muchas veces. Además, quisiera contarle que cuando se declaró en emergencia la provincia de Buenos Aires había zonas que llevaban diez años consecutivos en emergencia por inundaciones; estaban en medio de un río. Decíamos: "Por favor, córranse del río porque ya llevan diez años". Incluso a veces la emergencia no era tal.

Todas estas cosas quizás las podamos solucionar en el futuro con participación más activa de las entidades. La idea es crear un fondo manejado por las entidades, porque la plata que se invierte en estas cosas es mucha y no rinde.

Estas cosas fueron deformando una realidad. Ahora estamos en un planteo que exige que dejemos el pasado de lado, pero acá hay un bono que se cayó y que originó algunos males.

SR. LEGEREN Discúlpeme, señor presidente, pero me parece que nos estamos yendo de tema. Nosotros fuimos convocados para hablar del proyecto, pero usted habló de los beneficios de la devaluación, para lo cual deberíamos entrar en otro tema totalmente diferente. En este sentido, debo decirle que la devaluación la compensaron bastante bien -¿se les ocurre con qué?- con las retenciones a las exportaciones. Entonces, pongamos las cosas en su lugar. Creo que eso fue bueno en su momento, porque era necesario para lograr la paz social del país. Pero el endeudamiento de esta gente no surgió porque no aprovecharon la devaluación, sino que viene de muchos años de deterioro. Esta es una mochila que le quedó a las empresas chicas.

Hay que buscar una salida para hacer crecer al país y para sacarlo adelante. Hoy en día es el sector agropecuario el que está sacando el país adelante. Entonces, o aprovechamos la oportunidad o seguimos echándonos la culpa entre nosotros, como solemos acostumbrar.

Varios asistentes hablan a la vez.
SR. RAITERI Pido disculpas porque mi intervención originó esta discusión, pero el diputado se equivocó cuando dijo que empezamos a andar mal desde 1998, porque empezamos a andar mal en 1992.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Tiene la palabra el señor diputado Alonso.

SR. ALONSO El criterio de los miembros de la Comisión de Agricultura, a la que también pertenezco, fue unánime respecto del despacho del proyecto de ley que estamos considerando. En esta Comisión de Finanzas cumplo un rol diferente, que lógicamente requiere de otro tipo de enfoques sobre las cosas.

Me parece que no sirve estar haciendo continuamente consideraciones sobre el pasado. Además, pienso que las generalizaciones nunca son justas, y esto corresponde tanto a las décadas pasadas como a las que están por venir. Es necesario evaluar las cosas con independencia de criterio y profundizar los análisis para llegar a conclusiones objetivas.

Esta es una oportunidad que no se debe perder para encontrar una solución definitiva a lo que ha quedado como remanente de los deudores del Banco de la Nación Argentina y del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Creo que la fuertísima reducción de nuestros pasivos tuvo que ver con acontecimientos sobrevenidos en febrero de 2002. Considero que hay que valorar que cuando se pesificó, teníamos una soja de 16 pesos y cancelamos con una soja de 50 pesos; también debemos valorar que quienes estaban en la categoría 3, 4, 5 o 6 pudieron cancelar con la compra de bonos, cuyo valor nominal estuvo inicialmente en 39 y que luego ascendió a 61. Es decir, un productor que debía 100 mil dólares -que en ese entonces eran 100 mil pesos-, en un momento necesitaba seis mil quintales de soja para cancelar la deuda, pero luego pudo cancelarla con dos mil quintales.

Muchos productores que estaban en mora -a pesar de ser trabajadores honestos y eficientes- pudieron cancelar sus deudas con esos dos mil quintales en lugar de hacerlo con seis mil, porque el marco internacional -no sólo el nacional- así lo determinó. Pero hubo productores de economías regionales o de menor escala dentro de las economías tradicionales que más allá de su actitud y de las condiciones favorables, no lo pudieron hacer -a pesar de las condiciones favorables- porque no tuvieron las posibilidades.

Me parece que estamos viviendo en una instancia donde hay que hacer cualquier esfuerzo para que no quede un solo productor más fuera del derrotero productivo.

Comprendo, y lo digo de esta forma, que hay algunos que quizás no merecen esto -porque los hay-, pero creo que la mayoría lo merece -aquí generalizo-, porque trabajó toda una vida y sería doloroso que el esfuerzo de varias generaciones no fuera contemplado.

Comprendiendo la responsabilidad que tenemos en el ámbito de la Comisión de Finanzas, creo que hay que buscar la forma de plantear el tema con amplitud. Pero hay otra responsabilidad que se debe cumplir, y tenemos que encontrar la forma de que se llegue a buen puerto

Entonces, aprovechando lo que planteó el autor del proyecto, si es necesario mejorarlo, estamos predispuestos a hacerlo.

SR. MARCONATO Simplemente quiero hacer dos preguntas. ¿Tienen la certeza de cuál es la cartera que queda afuera del sistema? Cuando digo esto, también me refiero a la cartera que nunca estuvo en ningún sistema de refinanciación. No sé si cuentan con estos datos, pero sería interesante tenerlos.

Por otro lado, a partir de lo que expresó el diputado en relación al tipo de cambio y cómo se fueron cancelando las deudas con el equivalente en quintales, creo que también hay que analizar el tema de generalizar esta deuda o tener el análisis en las economías regionales.

Este es un tema puntual. No es lo mismo la zona sojera donde hay una situación histórica a través del tiempo en la producción que han obtenido, que determinadas zonas del campo con algunas economías regionales que vienen sufriendo, más allá de la crisis desatada en lo económico financiero.

Esta es una reflexión, que me parece que tiene que ver también con equilibrar algunos esfuerzos que han hecho productores del sector. Como se dijo, muchos lo debieron hacer obligados por estar cerca de los remates y otros porque indudablemente -esto lo digo con alguna autoridad por ser asesor de explotaciones agropecuarias- el concepto de pago lo tienen permanentemente en cuenta.

Creo que a esa parte del sector hay que privilegiarla. Pero si cuenta cuentan con la información, me interesaría saber cuál es el porcentaje de la cartera involucrada en esta propuesta.

SR. RODES Nos estamos refiriendo a un sector residual. Para que tengan una idea, cuando se cae la convertibilidad el sector agropecuario debía al sistema financiero 6 mil millones de pesos-dólares, de los cuales 2.800 eran atendidos por el Banco Nación. De manera que el 50 por ciento de las necesidades de financiamiento del sector agropecuario las llevaba adelante el Banco de la Nación Argentina.

¿Cómo está compuesta esa cartera al día de hoy? Los 3 mil millones de pesos-dólares de aquél momento, a valor constante, ajustados por el CER y un poco de tasa de interés implicarían hoy más de 5 mil millones de pesos. El sector debe al Banco Nación en cartera activa y de mora al día de hoy 2.800 millones de pesos. Quiere decir que ha hecho un ponderable pago al banco; es reconocido en todo el sistema público y privado que es el sector que más deuda canceló. Y hago también mención a lo que dijo el diputado, en el sentido de que aquellos sectores de pampa húmeda que tuvieron un beneficio de devaluación y tuvieron muchas oportunidades por decreto, sin refinanciaciones, de pagar.

Entonces, ¿a quién nos estamos refiriendo con este proyecto? A un sector que tiene 1.400 millones en mora que todavía no alcanzó a regularizar. De ellos seguramente 700 ya encontraron una solución, de manera que tenemos un sector residual de 700 millones de pesos en un estado de quiebra latente y que de no existir una ley como esta no podrían salir de esa situación.

SR. MARCONATO O sea que estamos hablando de un 30 por ciento del sector, de los cuales un 50 por ciento estarían en condiciones de ser refinanciados.

SR. RODEES Sí, pero de los 2.800 millones de cartera agropecuaria del Banco Nación 1.400 son categoría uno y el banco incluso desea prestarle más plata. No nos olvidemos que hoy el Banco Nación tiene 24 mil millones de pesos en depósitos. Es decir que el Banco Nación es más grande que el banco Provincia, el Río y el City juntos.

El Banco Nación tiene 24 mil millones de pesos en depósitos y acá estamos hablando de un problema que atañe a infinidad de productores agropecuarios y que está mensurado nada más que en alrededor de 700 millones de pesos.

SR. PRESDIENTE (FRIGERI) Tiene la palabra el señor diputado Zimmerman.

SR. ZIMMERMAN Señor presidente: en primer lugar quiero agradecer la participación de las entidades y de los equipos técnicos que vinieron a enriquecer un proyecto que tiene el acompañamiento unánime de la Comisión de Industria.

Esta es una oportunidad para discutir un tema central de la producción y del desarrollo argentino, de manera que coincido con las palabras de los diputados que me presidieron en el uso de la misma.

Es en ese marco que tendríamos que enriquecer algunas cosas como por ejemplo definir con claridad lo que tiene que ver con el crédito al consumo que fue un aporte importante.

También hay que ver que no es lo mismo la actividad ganadera que la soja ya que los pedidos son diferentes. Otra cuestión para analizar es la tasa de interés, porque si bien el proyecto prevé la aplicación del CER, a lo mejor se necesita fijar una pequeña tasa de interés para que no existan interpretaciones futuras porque no existe una tasa.

Por otro lado entiendo al señor presidente Frigeri en el sentido de que tenemos que ver cómo podemos defender a nuestro Banco Nación para que pueda existir como instrumento de financiamiento y de apoyo hacia delante porque a partir de esto, seguramente, el resto de los sectores van a hacer una demanda y tienen la misma oportunidad de hacerlo.

Creo que este ha sido un balance muy positivo. De todas maneras tenemos que ver cómo podemos acompañar el proyecto con estas características para que los productores del campo en su conjunto puedan contar con una ley que les facilite la reprogramación.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Tengo dos preguntas. El tope de veinte años, ¿tiene alguna razón? Si yo tengo una deuda y le doy plazo, puede darse el caso de que el ingreso del grupo familiar no alcance. Si estoy diez años en emergencia, ¿se cancela a los veinte años?

El otro punto es que la ley no tiene monto. No es endeudamiento hasta una determinada cifra. Sabemos que el objetivo final es no rematar a nadie y, además, el Banco de la Nación no se caracterizó por rematar a nadie. Tal vez mate distinto, pero no te remata.

El Banco Nación va a estar mejor si la empresa paga, si paga en 25 años, en 20 o en 10, pero paga. Este agujero que al Banco Nación le hacen hoy esos 700 millones se suman a los cerca de 4 mil millones de pesos de capital del Banco.

Resumiendo mis inquietudes son si a los veinte años se cae y el tema de que no tenga monto la deuda. ¿Puede ser una deuda de 300 mil o de cinco millones?

SR. BORSANI Nosotros hemos dejado abierto a la reglamentación la categorización de la interpretación que el Banco, o la autoridad de aplicación, tiene que hacer respecto de qué es pequeño o mediano. Esto es a modo de darle flexibilidad y porque, en definitiva, la entidad financiera conoce muy bien la cartera y conoce muy bien cómo está la situación de los distintos segmentos del sector agropecuario y en tal sentido pueda actuar y tener la flexibilidad correspondiente.

Digo esto porque si tomamos productores agropecuarios y los referimos a distintas economías regionales nos vamos a encontrar con panoramas diferentes. Les voy a poner el caso de la provincia de Mendoza, que es la provincia de la que yo provengo. Allí, el 75 por ciento de los productores tiene una superficie de menos de 5 hectáreas, por lo que no es comparable a lo que puede ser la provincia de Buenos Aires, la provincia de La Pampa o inclusive otras economías regionales donde también el minifundio es la moneda corriente.

Entonces, no se puede llegar a ese nivel de especificación, por lo que yo creo que tiene que ser una norma general y, además, debemos confiar en el Banco de la Nación en el sentido de que va a saber arbitrar y aplicar esto. En definitiva le damos herramientas al banco para solucionar un problema excepcional.

También le damos las facultades al banco, y a la autoridad de aplicación, en este caso el Ministerio de Economía, como para arbitrar en la cuestión.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Respecto del plazo de veinte años, ¿se anula la deuda con ese fondo?

SR. ASSEFF No se deja de pagar la deuda. El productor es el que deja de pagar y es el fideicomiso el que se hace cargo de la deuda.

SR. SOLMI Es como un seguro de pagos.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Hay cosas de la ley que uno no las quiere tocar, porque uno dice que si dan una tasa de interés del 18 por ciento no se sobrevive, si no refinancian no se sobrevive. Hay cosas más manejables. Lo importante de estas leyes no es solamente aprobarlas sino qué cuando van tomando trascendencia pública y uno trata de no meterse, porque estamos colocando en una mala situación al Ejecutivo porque si no sale la ley, defraudamos a un montón de gente, porque hay expectativas por todos lados. Lo importante es que la ley salga.

SR. ASSEFF Lo importante es aclarar que el fideicomiso, es el fondo que está hecho con aportes que se van haciendo con los mismos intereses que pagan los productores. Al finalizar los veinte años no es que se haga un corte, sino que el productor deja de pagar la deuda y el fondo fiduciario se sigue haciendo cargo, porque después de veinte años le dejamos el endeudamiento a los nietos, más o menos.

SR. BORSANI De esa forma se transformarían en deudores eternos. Hay que darle la perspectiva de que el productor sienta que lo puede dominar y que, en definitiva, lo va a pagar. Sino no la cree nadie.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Si la situación sigue así la vamos a tener que pagar a treinta años.

SR. SOLMI El porqué de los veinte años es una cuestión razonable. El productor no se olvida a los veinte años de que tiene que pagar, ya que ha contratado un seguro. Si su producción no da a basto como para cumplir a los veinte años, el seguro va a ser el que pague esa deuda. Y si un productor no logró pagar la deuda a veinte años es porque el banco se equivocó al momento de prestar el dinero.

En su gran mayoría los bancos han prestado la plata mediante un análisis del flujo de fondos. En este gran descalabro que se produjo en el Banco Nación, en el que los productores han ido honrando sus deudas en la medida que pudieron, ya que lo primero que piensa un productor es sacarse el problema de encima, para poder mantener su chacra y su producción al día. Aquel que no lo ha hecho no es porque no quiso. Nadie está especulando: ¿quién lo va a hacer con una tasa del 18,75 por ciento? En realidad, ese productor está siendo perjudicado día a día. Es una sangría; da miedo ver cómo como disminuyen cada mes. Además, a la tasa del 18,75 por ciento hay que agregarle las multas y los punitorios. Es un escándalo cómo aumenta esa tasa.

El Banco Nación, fundamentalmente la línea, ha dado muestras de que manejó muy mal la situación de los productores, más allá de que haya habido voluntad política de parte del directorio en reiteradas gestiones, la línea ha sido siempre un obstáculo. Cada acuerdo que quisimos hacer con un directorio quedó frenado por la línea.

No creo que las entidades estemos forzando a una situación en la que se tenga que poner en venta al Banco Nación. La propia línea fue la que instaló el concepto de que el Banco Nación debía ser una entidad de desarrollo. En otros países, el banco nacional efectivamente funciona como una entidad de desarrollo, pero en la Argentina, con una tasa del 18,75 por ciento, ¿que entidad de desarrollo puede haber?

Nuestra entidad, junto con otras que nos han estado acompañando, ha juntado firmas para evitar la privatización del Banco Nación. Y lo vamos a seguir defendiendo a muerte. Lo que ocurre es que estas situaciones han llegado al extremo en el que incluso muchos funcionarios del mismo banco están ofreciendo en venta los campos. Hay abogados del banco que han llegado a embargar hasta los juguetes de los deudores. Estas situaciones que están en el límite del entendimiento humano, nos fuerzan a impulsar medidas drásticas, como lo es este proyecto de ley.

SR. PRESIDENTE FRIGERI Durante los primeros días después de la devaluación el Banco Central estuvo prestando a una tasa del 60, 70 u 80 por ciento. Entonces, lo que faltó en esa crisis tan profunda que vivió la Argentina fue agilidad y adecuación. Lo que yo arreglé ayer lo tengo que arreglar de vuelta, porque si no lo que no quiero provocar lo termino provocando: te saco de la cancha productiva. De esa manera, no voy a cobrar y voy a terminar en un remate.

Lo que dijo el señor Solmi es cierto: quien durante la crisis del 98 cosechó en la Argentina lo hizo gracias a la banca pública, ya que la banca privada se retiró totalmente. Y esa banca privada no le hubiera preguntado nada al deudor: hubiera hipotecado a la primera de cambio. Estas cosas ya las sabemos. Por eso, si bien vamos a seguir defendiendo al Banco Nación, también vamos a pedirle que tenga mayor agilidad.

Tiene la palabra el señor diputado Zottos.

SR. ZOTTOS Para desasnarme un poco, quisiera retomar el tema del stock de la deuda. En primer lugar, me gustaría conocer la distribución geográfica de la deuda. También quisiera saber cuál es el volumen de hectáreas que están garantizando esas deudas.

Por otra parte, tengo la información de que el 80 o 90 por ciento de las deudas que los productores agropecuarios han contraído con el Banco de la Nación Argentina son de un monto promedio de 100 mil pesos. Quisiera corroborar si estas cifras y porcentajes son reales, porque me parece importante saber cómo está compuesta la deuda con el Banco Nación.

Tenía conocimiento de que más o menos el 80 por ciento se encuentra debajo de los cien mil pesos.

Sobre el otro tema que estaba tocando hace un rato, me quedaron algunas dudas: ¿cúales son las condiciones del recálculo de la deuda original y los plazos de pago que deben presentarse para determinarse si la nueva propuesta oficial estaría al alcance de los deudores morosos?

SR. SOLMI Con respecto a la última pregunta, le podría decir que es sobre la vigentes, que siempre fue sobre flujo fondo, aunque en la práctica no se da. Esto lo determina el gerente cuando van a financiar la deuda. Hemos realizado el intento de presentar el flujo fondo donde se determinaba que la capacidad de pago es de mayor cantidad de años y no es aceptada la propuesta. En la práctica lo del flujo de fondos no se cumple.

Los dos convenios que he visto, en las provincias de Río Negro y de Entre Ríos se establecieron plazos de diez año y de ocho, respectivamente. Es decir que stán divorciados de la capacidad de pago del producto. Este proyecto establece plazos máximos de veinte años con una capacidad de pago adaptada al flujo fondo.

Sobre el resto de sus dudas podría informarle el señor Rodees que tiene más conocimiento sobre el particular.

SR. RODEES En cuanto a las garantías pudo haber variado, pero el número no dice mucho. El Banco de la Nación tenía hipotecadas 12 millones de hectáreas del país. La provincia más hipotecada era la de Santa Cruz. Estos datos se pueden manejar de una forma u otra.

Uno no puede regular como propietario del campo, las garantías. Es decir, que no nos dice mucho el número de hectáreas involucradas. De esos 12 millones, un 1,2 millones estaban en la provincia de Buenos Aires. Es un banco que se manejó con garantías reales.

Por otro lado, uno se puede preguntar por qué una ley y no una reglamentación del banco. Porque cuando un gerente se encuentra con que una garantía supera la deuda, el deber de funcionario público lo obliga a que no pueda haber una quita de intereses. Esta ley le va a ser más útil al Banco de la Nación Argentina para ir en ayuda de los productores, porque los campos valen por las garantías.

En cuanto a provincias endeudadas, por el movimiento económico, la provincia de Buenos Aires es la que tiene mayor deuda, pero la del Chaco está igual. Esto nos habla del drama de la explotación del algodón. La provincia de Entre Ríos tiene su deuda bien consolidada porque el gobierno provincial avaló la compra de tres cuotas del bono cupón cero y que permitió que todos blanquearan sus deudas. Se blanquearon deudas importantísimas porque se les dijo que iban a tener veinte años para pagarla. Pero resulta que luego por el default se defolteó también ese bono.

En cuanto al rango, nunca se sabe qué toma en cuenta el banco. Digo esto porque en aquellas provincias patagónicas, donde hubo dictados de emergencia permanentes, la deuda se siguió devengando, tenemos en explotaciones de poco valor, deudas muy grandes que nacieron de importes muy chicos, porque esos saldos contables se pudieron seguir devengando.

SR. ASSEFF Las deudas de origen sí son menores a 100 mil, pero por todos los intereses que tienen se hicieron los recálculos. ¿Hay que ver en qué momento se consolidaron las deudas?

SR. RODEES Cien mil pesos de 1992, pueden ser quinientos mil pesos, porque se potencia el 350 por ciento por tasa de cartera general del banco y a eso hay que aplicarle el CER. Por eso el banco, dentro de esa circular, prevé una normativa distinta.

SR. CURRÁS Señor presidente: soy secretario gremial de la Federación Agraria Argentina.

Comparto totalmente lo que estaban diciendo y creo que debemos partir de la base de que ha quedado una cartera residual en el Banco de la Nación Argentina y es allí donde debe tomarse una fuerte decisión política para solucionar el problema.

¿Por qué digo esto? Porque no estando ajenos a la situación que vive el país, estamos pidiendo un 75 por ciento de quita para el pago de la deuda externa. El sector agropecuario no está fuera de esto y ha sufrido de la misma manera.

Sin embargo me genera dudas cuando se dice que dejemos que el banco mida la situación de cada uno de los productores. Esto es algo que venimos corrigiendo porque dicen que seleccionan a los productores por su monto. Hay deudores con cien hectáreas de campo que sacaron 60 o 70 mil pesos, están debiendo 450 o 500 y dicen que son productores grandes.

Creo que a veces se comete el error de mirar a todos los productores como si fueran de soja y se olvida que hay economías regionales. En las zonas de emergencia como Chaco, parte de Córdoba, el centro oeste de la provincia de Buenos Aires que durante años ha estado afectada por sequías y además vieron pasar el precio de la producción de la soja por no tener dinero para empezar a producir o porque los campos no estaban preparados.

Por ello es importante tomar una fuerte decisión política sobre el tema. Y aclaro que queremos defender al Banco Nación Argentina como institución, pero queremos ver qué políticas va a aplicar porque no sirve tener un banco estatal que se maneje como un privado.

Este proyecto es importante aunque haya cosas sobre el mismo para discutir, no digo que no, pero hay una realidad muy diferente a la que se ve en el sector agropecuario y esto lo marca. Estoy de acuerdo en que el que tuvo soja y pudo pagar lo hizo, pero hay una parte del sector agropecuario que no puede terminar de resolver su deuda. Para esa parte del sector debe existir una fuerte decisión política que hoy está en manos de los señores diputados y de las entidades.

Este es el fuerte compromiso que hay que tomar. Después discutiremos si la culpa de esto la tienen los que se fueron, los que están o los que vendrán. Lo que me parece que tenemos que atacar es el problema que hoy está atravesando el sector.

Por otro lado, el supuesto de que el Banco de la Nación Argentina no ejecuta lo creía hasta la semana pasada cuando remata 300 hectáreas de campo de productores que han estado sumamente inundados.

Me parece que algunos funcionarios debieran ir más al interior y conocer qué es lo que le pasó al sector agropecuario donde el jefe de hogar salía para ver si podía mandar a los chicos al colegio y darles de comer. El verdadero interior está mucho más allá de la General Paz. Hay que caminar kilómetros para conocer cuál es la realidad.

SR. PRESIDENTE FRIGERI No habiendo más oradores damos por finalizada la reunión.