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Comisión Permanente

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Reunión del día 05/06/2001

- OIVERA

- En Buenos Aires, a los cinco días del mes de junio de 2001, a la hora 17 y 38:
SR. PRESIDENTE PELÁEZ Damos comienzo a la reunión de la Comisión de Finanzas con la presencia del señor presidente del Banco de la Nación Argentina, doctor Enrique Olivera, del señor vicepresidente de la Institución, doctor Lorenzo Donohoe, y del equipo que los acompaña.

Es de interés de todos los señores legisladores saber cómo está funcionando en la actualidad el Banco de la Nación, que prácticamente se ha transformado en un banco para las pequeñas y medianas empresas. En este sentido, nos gustaría que el señor presidente, doctor Olivera, nos explique brevemente cómo opera la Institución, y luego los señores diputados podrán formular aquellas preguntas que deseen.

Tiene la palabra el doctor Olivera.

SR. OLIVERA Es realmente un gusto poder estar esta tarde con ustedes y conversar sobre el Banco de la Nación Argentina.

Tal como lo manifestó el señor presidente de la comisión, el Banco de la Nación se ha convertido en un banco para las pequeñas y medianas empresas. Esto ha ocurrido en un período sumamente difícil para la economía argentina, en el que el banco pasó de tener una cartera importante de grandes empresas a preocuparse primordialmente por las pequeñas y medianas empresas.

Esa clave en la transformación del banco ha sido, por supuesto, la modificación de la carta orgánica votada por el Congreso de la Nación.

En el mes de diciembre el directrio del Banco reglamentó esa carta orgánica que estableció el período de transición. Como ustedes imaginan es muy difícil descender abruptamente el nivel de asistencia financiera a un conjunto de empresas sin desequilibrarlas financiera y económicamente. En situaciones normales sucede de esta manera y, especialmente, en momentos de emergencia económica.

Por esa razón hemos establecido un período de transición durante el cual el banco va disminuyendo su cartera de grandes empresas, haciendo crecer el resto de las carteras. Con las disposiciones legales, obviamente, no es suficiente para desarrollar una cartera de pequeñas y medianas empresas. Es necesario que la pequeña y mediana empresa tenga rentabilidad suficiente y que sea sujeta de crédito. En las condiciones actuales es difícil hacer crecer en forma importante la cartera de pequeñas y medianas empresas.

Estamos realizando una tarea que empezó con la refinanciación de pasivos que, en estos momentos, se acerca a una contabilización de mil millones de dólares. La mayor cantidad de empresas refinanciadas pertenece al sector agropecuario con una tasa de interés de poco más del 7 por ciento a un plazo de 20 años. Las presentaciones alcanzaron los 1.500 millones. La cifra de 1.200 millones fueron los créditos considerados por el banco pasibles de ser refinanciados. Es posible que la cartera refinanciada vaya acercándose progresivamente a estos 1.200 millones que consideramos aceptables para el banco.

Además de este programa, se encuentra el régimen complementario de deudas para pymes, que se refinancia a diez años y con tasas de cartera general. Cuando di las cifras del total de la refinanciación, incluí este número.

En el cumplimiento de esta cartera de pequeñas y medianas empresas está jugando un papel importante lo que hemos dado en llamar los centros de negocios pymes. Se trata de unidades que se instalan en las sucursales importantes del banco. O sea en grandes ciudades o en aquellas consideradas clave por su ubicación geográfica. Allì hay un responsable que tiene a su cargo armar un programa de estímulo, capacitación y financiación de la empresa pyme. Aproximadamente hay 500 empresas que se han presentado a través de estos centros de pequeña y mediana empresa que, como se imaginarán, tienen seis meses de actividad en promedio. Algunos han sido recientemente inaugurados. Estuve hace poco inaugurando el centro de negocios pyme de Rafaela, provincia de Santa Fe. En este momento hay 16 centros operando en diferentes provincias argentinas. Vamos a inaugurar cuatro más próximamente ubicados en el conurbano bonaerense.

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En lo relativo a las modalidades de financiación para las pequeñas y medianas empresas, hemos traído un listado de las aproximadamente 70 líneas de crédito que están vigentes. Algunas están teniendo un éxito notable, como por ejemplo la de financiación de bienes de capital de producción nacional, a cinco años de plazo y con una tasa del 7 por ciento, en cuyo subsidio participan también las provincias y la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa. Nos estamos acercando a un valor de 100 millones de dólares aplicados a esta línea, que tiene pocos meses de vigencia. Hago mención de ella porque posiblemente es la que permite medir mejor la recapitalización, especialmente la del sector agropecuario.

Un programa importante que tiene como protagonistas a las pequeñas y medianas empresas constructoras es el Plan Federal de Vivienda. Se trata de un sindicato de bancos que es liderado por el Banco de la Nación Argentina. Hasta ahora tenemos el compromiso del Banco de la Ciudad de Buenos Aires y de dos bancos privados que nos han confirmado su participación. El sindicato está previsto en 2 mil millones de dólares para financiar 80 mil viviendas. Hay 15 provincias que han adherido a este programa y se está trabajando en proyectos aprobados por un valor de 100 millones de dólares. Hay provincias en las que ya se empezó a trabajar, una de las cuales es Misiones, donde tuve oportunidad de visitar uno de los barrios que se están construyendo con financiación de este sindicato de bancos. El Banco de la Nación Argentina participa en este sindicato en un 30 por ciento, lo que representa un valor de 600 millones de dólares.

En estos días se está replanteando la línea de financiación de cosecha con seguro agrícola. Hemos tenido algunos inconvenientes, pero la experiencia del año pasado nos permitió mejorar la presentación. Lamentablemente, hemos tenido algún pequeño aumento de costo. No obstante, entendemos que el crédito con seguro agrícola cambia completamente el modo de administrar una empresa agrícola, pues da certidumbre. De esa manera, es posible planificar mejor los aspectos financieros y, lógicamente, todo lo que tiene que ver con la reposición del capital.

Por otra parte el Banco de la Nación Argentina ha desarrollado una línea de banca minorista, principalmente en créditos hipotecarios y personales. Durante muchos años la cartera de banca minorista en el Banco de la Nación Argentina estuvo congelada. Pero desde hace cuatro años han vuelto a concederse créditos de tipo minorista. Y durante el último año y medio ha sido importante la acción desarrollada en esta materia. Algunos préstamos personales han tenido mucha difusión, con un código de descuentos que se están orientando hacia los empleados públicos. El descuento lo hace directamente el ente de la administración pública de que se trate. Y eso ha permitido bajar la tasa de interés a prácticamente la mitad de la que se estaba cobrando a los empleados públicos en otras entidades financieras. Se está cobrando una tasa del 15,8 por ciento por créditos de hasta cinco años de plazo y por montos de hasta 15 mil pesos.

En materia de créditos hipotecarios el crecimiento de la cartera durante el último año también ha sido importante.

SR. MORENO RAMIREZ ¿Cuáles son las tasas y los plazos para los créditos hipotecarios?

SR. OLIVERA Las tasas para los hipotecarios son distintas. Quiero formular una advertencia en relación con este tema, porque uno lee tasas que, en rigor, son recursos publicitarios, ya que para determinar cuánto le cuesta al tomador del crédito hay que agregar a esa tasa el resto de los costos, es decir, los seguros, las hipotecas, etcétera.

Nosotros hemos preferido trabajar con tasas muy transparentes, es decir, no hacer que los costos adicionales financien una parte de la tasa y presentar una más baja que, en rigor, no sea tal.

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Lo que es práctica corriente en los bancos privados es el ofrecimiento de una tasa algo más barata, dependiendo del plazo. Pero luego está la obligación de mantener una cuenta corriente o un conjunto de servicios financieros; si sumamos ese costo a la cuota que hay que pagar, advertimos que la tasa es uno o dos puntos más alta. Estamos trabajando con tasas promedio del 10,5 por ciento, incluso algunas son más baratas. Subrayo el hecho de que no se incluye la obligación de comprar otros servicios financieros, como sucede habitualmente en plaza.

En cuanto a los plazos, son de 10, 20, o 30 años, pero en general el que más se otorga es el de 20 años.

Cabe mencionar también que tenemos una línea joven, en la que la tasa es del 10 por ciento. En ese caso estamos estableciendo un plazo de gracia de 90 días para pagar las cuotas. Se supone que si es un matrimonio recién casado no debiera llegar de la luna de miel y tener que pagar la cuota. Al mismo tiempo han bajado los requisitos de ingresos mínimos para ese tipo de crédito.

SR. LAMISOVSKY ¿Los créditos son en pesos o en dólares?

SR. OLIVERA Es indistinto. Tenemos un listado con la descripción de las distintas líneas de crédito, que está a disposición de los señores diputados.

En cuanto al Banco de la Nación en el mercado, cabe decir que hoy representa el 16 por ciento del nivel de los depósitos y el 14,5 por ciento del nivel de los préstamos. Estas son cifras que prácticamente no tienen antecedentes. El banco ha ido creciendo a lo largo de los años y también de estos últimos meses.

Un aspecto que creo que es interesante tener en cuenta es que el Banco de la Nación tiene el 41 por ciento de los saldos de préstamos otorgados a la producción primaria. El sistema financiero a la producción primaria comparable con la del resto del sistema le está destinando el 9 por ciento de sus carteras. Tendríamos que hacer una comparación entre el 29 y el 9 por ciento. Eso paradójicamente muestra la vulnerabilidad de una parte de la cartera del Banco de la Nación y explica la existencia de un nivel de morosidad más alto que el promedio de la plaza. Son carteras que están desde hace muchos años, que han sido sometidas varias veces a los procedimientos de emergencias agropecuarias. Tenemos el listado de estas emergencias; al observar el mapa del país uno se da cuenta de que hay muy pocos lugares donde no exista emergencia agropecuaria y donde los créditos del Banco de la Nación no hayan sufrido alguna refinanciación o castigo por la situación especial del sector.

Esto lo correlaciono con lo que mencionaba antes acerca de que el Banco de la Nación tiene una proporción de su cartera, mucho más alta que el promedio del sistema financiero, dedicada a la actividad productiva primaria y al sector agropecuario.

SRA. MOSSO ¿Cuál es el nivel de morosidad?

SR. OLIVERA Aproximadamente el 25 por ciento del total de la cartera.

SRA. MOSSO ¿Y el promedio del sistema?

SR. OLIVERA El promedio del sistema debe estar en el 13 o 14 por ciento.

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Estamos hablando de una cartera que durante muchos años sufrió refinanciaciones, pero no del tipo de las realizadas últimamente. Si esta refinanciación se considerara cartera normal, bajaría sustancialmente ese 25 por ciento del que hablé con anterioridad.

SRA. MOSSO Entonces, lo que ha sucedido en los últimos tres años es que ha subido sustancialmente la morosidad indicada, porque según recuerdo, la del Nación y la del sistema estaban más bajas.

SR. OLIVERA La del Nación estuvo siempre en este nivel; la del sistema sí estuvo bastante más baja. La cartera que se refinancia no vuelve a la misma situación, lo que sigue pesando no sólo en la estadística, sino también en la cuenta de resultados, porque implica previsiones.

SR. BONACINA Con respecto a la previsión, me gustaría saber cómo fue la evolución del patrimonio neto durante los diez últimos años y si en dicho período se previsionó realizando ajustes de acuerdo con pautas reales del movimiento del banco o si se siguió utilizando pautas más livianas.

SR. OLIVERA No recuerdo de memoria los datos de los últimos diez años, pero sí le puedo decir que durante los tres últimos años que he estado analizando, el ritmo de previsión fue sumamente alto. El señor vicepresidente del Banco puede darle algunas cifras.

SR. DONOHOE El Banco de la Nación previsionó 800 millones de pesos en los últimos cuatro años.

SR. OLIVERA Si no recuerdo mal, el último año se previsionaron 280 millones de pesos. Es muy difícil hacer comparaciones con el sector privado. Para previsionar 280 millones de pesos para deudas -la mayor parte de ellas bastante antiguas-, hay que afectar resultados. A pesar de ello, durante los primeros cuatro meses del corriente año el Banco ha ganado dinero.

SR. BONACINA ¿Cuál ha sido la evolución producida desde el momento que ustedes asumieron hasta el presente?

SR. OLIVERA Yo asumí hace muy poco, y en consecuencia, supongo que usted querrá conocer cómo fue el período anterior. El año pasado terminó prácticamente en equilibrio; los primeros cuatro meses de este año han tenido una rentabilidad razonable. Al 30 de abril, el resultado es de 14 millones de dólares de utilidad, aunque en rigor de verdad, es de 34 millones. Digo esto, porque hay 20 millones de dólares en concepto de aporte del Banco al Tesoro nacional, que se hace con prescindencia de los resultados del Banco. Desde mi punto de vista, esto es un error, porque cuando el Banco no gana dinero, tiene que realizar este tipo de aportes con su capital.

SR. FRIGERI Eso fue modificado. En la ley se estableció expresamente que el Banco Nación no podía ser afectado sin considerar el resultado del balance. Un banco que compite en el mercado no puede realizar aportes. En uno de los cuatro artículos que posee la ley se estableció que el Banco de la Nación pagaría de acuerdo con el resultado del balance. Es más, se determinó que pagaría el 50 por ciento, en lugar del 100 por ciento como sucedía con anterioridad.

SR. OLIVERA Lo que menciona el señor diputado suena como música para nuestros oídos. Hemos planteado la cuestión al gobierno nacional en su momento y se nos remitió a la ley de presupuesto. Me encantaría que su interpretación fuera la que prevaleciera.

SR. SNOPEK Solicito a la Presidencia que nuestro invitado termine la exposición para luego hacer las preguntas, de lo contrario podremos estar mucho tiempo.

SR. OLIVERA Quiero aprovechar la presencia del subgerente General de Administración, doctor Propato, para que nos aclare sobre estos 60 millones de dólares que son motivo de preocupación especial.

SR. PROPATO El aporte al Tesoro está fijado en la ley de presupuesto. En algún momento hubo compromisos de parte del Ministerio de Economía de no hacerlo efectivo pero finalmente fue incluido en dicha ley. En consecuncia, el banco entregó esos 60 millones.

El resultado del año 2000, mencionado por el señor presidente, antes del aporte al Tesoro, fue de 61 millones de pesos. Prácticamente el Estado en este caso, se apropió del ciento por ciento del resultado del ejercicio. En el ejercicio anterior, el Estado se apropió de más de ese resultado porque provocó un quebranto al banco que fue una transferencia neta de patrimonio de la entidad.

SR. FRIGERI A pesar de lo que decía el señor diputado, quiero aclarar algo sobre esto porque es un tema central. Si a una institución como el Banco Nación, sobre la que todos conocemos el rol que tiene que cumplir, le fijamos los aportes que tiene que hacer por un sistema ajeno a su propia contabilidad, estamos procediendo mal. De aquí que en las modificaciones a la carta orgánica del Banco Nación, que fueron criticadas por ser muy pobres -parecía que estábamos cumpliendo un hecho sin importancia porque la modificación no era completa ya que faltaba su participación con las pymes-, se incluyó un artículo donde se fijaba que la transferencia del Banco Nación a sus dueños, el Estado nacional, debía surgir del resultado del balance que fijaba las ganancias. Pero sólo una parte podía ser transferida. Creo que el Senado modificó la relación del 50 % que debía ser transferido para tomar el monto total. Debemos prestar atención a esto porque alguna ley no estamos cumpliendo.

SR. OLIVERA Apenas asumí en el banco pregunté de qué se trataba el tema del aporte al Tesoro. Hicimos una consulta al Ministerio de Economía, quien respondió que debíamos continuar con el aporte porque la ley de presupuesto pevalecía respecto de leyes anteriores.

SR. FRIGERI Se tendría que haber vetado. No puede funcionar una institución si alguien le quita las ganancias por afuera de su balance.

SR. SNOPEK Esta es una de las inquietudes importantes que tenía anotada para hablar con el señor Olviera.

En rigor de verdad deberíamos estudiar rápidamente si hubo veto al artículo a que se referían los diputados Frigeri y Mosso. Si no hubo veto, la ley de presupuesto simplemente en una columna enuncia lo que se espera recaudar y del otro, hasta dónde se autoriza a gastar al Poder Ejecutivo. De un lado hay una previsión -que se ha transformado en una especie de esperanza o sueño- y del otro lado una autorización para gastar hasta determinado monto.

No puede ser en manera alguna motivo de una imposición del Poder Ejecutivo al Banco Nación respecto a la cuantía de lo que tiene que aportar. La ley especifica prima sobre la ley general; soy ingeniero y economista y no abogado, y no puede argüirse que una ley de presupuesto obliga a poner los recursos.

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La ley de presupuesto dice: "Soñamos con que el Banco Nación va a ganar mucho dinero, y en consecuencia desde allí podrá poner hasta tanto".

Entonces, creo que habrá que ver esto, que es muy importante. ¿Por qué digo que es muy importante? Porque más allá de todas las consideraciones acerca de si corresponde o no la privatización -o la privatización de hecho- del Banco de la Nación Argentina, hay algo que es muy significativo: si los argentinos estamos pidiendo a esa institución que refinancie deudas para impedir que ocurran ciertas cosas -por ejemplo, la eventual traslación al sector privado de hipotecas sobre una numerosa cantidad de terrenos argentinos- y que preste a las pymes que tienen mayor riesgo, simultáneamente le estamos diciendo que tiene que aportar según cual sea el resultado. Esa sería una cosa. Pero si le estamos diciendo al banco que tiene que aportar a pesar del resultado, eso sería algo muy distinto, porque lo que estamos haciendo es conducirlo algún día a la quiebra o desaparición, ya no por la vía de una decisión política, sino de hecho.

Evidentemente, ambas cosas son incompatibles; no podemos hacerlas simultáneamente, sino que debemos elegir una: podemos decidir que el banco funcione, o bien, que aporte al Tesoro y, entonces, se pierda la entidad.

En esta Cámara de Diputados hemos tomado la segunda decisión, es decir, que el banco funcione, lo que implica acotar claramente qué es lo que puede aportar el Tesoro. Este último tendrá que salir a colocar los títulos y demás, pero no puede liquidar al banco. Esta es una decisión política adoptada por una amplia mayoría en el Congreso Nacional. Y le digo más: no sé si han quedado muy pocas voces en contrario respecto de este tema. Todos los partidos políticos con representación parlamentaria y bajo distintos gobiernos a nivel nacional hemos decidido que esto tiene que ser así.

Consecuentemente, habrá que estudiar rápidamente este tema, pues nos parece que vamos por mal camino si con el argumento de que es algo que está en el presupuesto le sacamos dinero al Banco de la Nación Argentina. A nuestro juicio, este no puede ser el argumento, pues reitero que la columna I del presupuesto nacional es nada más que una ilusión o esperanza de recaudación, mientras que la II es una autorización máxima de gasto.

SR. OLIVERA El artículo 5° de la carta orgánica del Banco de la Nación Argentina establece: "De las utilidades líquidas y realizadas que resulten al cierre del ejercicio, una vez efectuadas las amortizaciones y deducidos los castigos, provisiones y previsiones que el directorio juzgue convenientes, se destinará: el porcentaje que fije la autoridad competente para el fondo de reserva legal; y el remanente a aumentar el capital y a los demás fines que determine el directorio."

SR. SNOPEK O sea, cero. Eso es lo que redactamos aquí.

SR. OLIVERA No se imagina el grado de coincidencia que tengo con usted.

SR. DONOHOE Pero debe haber sido vetado, porque este es el texto que publicó el banco incluyendo todas las modificaciones de la ley. O sea que debe haber sido vetado porque este es el texto ordenado.

SR. SNOPEK Vamos a tener que averiguarlo rápidamente.

SR. PROPATTO Señor presidente: quisiera efectuar una aclaración respecto del presupuesto y de las observaciones sobre las dos columnas.

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De 1982 en adelante, al aprobarse la ley de presupuesto de la Nación, sistemáticamente se incorporó un artículo que abarcaba a los entes autárquicos o descentralizados con recursos propios; se establecía que debían transferir el monto dispuesto al Tesoro en el curso del ejercicio. Es decir que con independencia de las dos columnas hubo un artículo específico que estableció todos los años una transferencia al Tesoro. En este caso, por ejemplo, para cada uno de los bancos oficiales.

SR. FRIGERI Ese fue el argumento que utilizamos para aprobar la ley.

Existe una ley específica que dispone que el Banco Central le haga cumplir su carta orgánica; de lo contrario tiene que irse el Directorio.

Si hay una carta orgánica aprobada por ley nadie puede exigir que se haga algo que no se debe.

No estoy diciendo con esto que se tenga que ir nadie, pero creo que estamos todos de acuerdo en que si existe la obligación de mantener un marco competitivo en una plaza financiera dura como la actual, y existe la limitación de tener que pagar aparte de las ganancias reales del balance, se están limitando bastante las posibilidades de éxito.

El legislador, por medio de esta ley, quiso brindar todas las herramientas necesarias.

SR. DONOHOE Este texto es el que la asesoría legal del banco, a partir del dictamen de la ley, adopta como carta orgánica. En la publicación entonces está incorporado el nuevo despacho de las comisiones consultivas.

Consideramos que se debe haber vetado la ley. Este es el texto que tomamos como estatuto.

SR. PRESIDENTE PELÁEZ Tengo en mi poder el decreto 775/00, por medio del cual en el artículo 1º se observa el artículo 5º del proyecto de ley registrado bajo el número 25.299. En el texto de la Cámara de Diputados se dispone que el 50 por ciento se destina a aumentar el capital del banco; el 25 por ciento a un fondo de subsidio para las tasas de interés de crédito destinado a micro, pequeñas y medianas empresas; y el 25 por ciento al Tesoro Nacional.

El texto aprobado por el Senado dispone que el 50 por ciento se destina a aumentar el capital del banco; el 25 por ciento a un fondo de subsidios para las tasas de interés de créditos destinados a micro, pequeñas y medianas empresas; y el 25 por ciento a un fondo de subsidio para las tasas de interés de crédito destinado a provincias y municipalidades. Es decir que el Senado lo aprobó con una modificación.

SR. FRIGERI A todos nos preocupa el Banco de la Nación, dada la importancia que tiene en el sistema financiero argentino; creo entonces que la razonabilidad de lo que se propone en el recinto y se vota por mayoría en Diputados impone que en la próxima sesión solicitemos un pedido de preferencia para que se modifique nuevamente la carta orgánica del Banco de la Nación. No puede ser que un banco actúe en un mercado donde alguien, con muy buena voluntad, le fije qué fondo debe derivar, independientemente de la rentabilidad del banco.

Considero que se le está sacando al Banco de la Nación toda posibilidad de crecer y ser eficiente. Tenemos la obligación de solicitar con tratamiento preferencial la modificación de la carta orgánica del Banco de la Nación.

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SR. SNOPEK Es muy importante la moción formulada por el señor diputado Frigeri. Sinceramente, creo que dadas las condiciones por las que atraviesa nuestra economía es muy difícil que el Banco de la Nación pueda continuar sin un mecanismo inverso al que hoy se está aplicando, es decir, sin un mecanismo de capitalización.

Es muy difícil dirigir un banco destinado a una cartera compuesta por pequeñas y medianas empresas que, como todos sabemos, son las que tienen el mayor índice de nacimiento pero también el mayor índice de defunción. Además, estas empresas tienen serias dificultades de rentabilidad, sobre todo, cuando una parte significativa de esta cartera está representada por el agro, cuya rentabilidad es muy baja o prácticamente cero.

En este sentido, nuestra política no puede ser errática ni incoherente. Desde mi punto de vista, se impone hacer un esfuerzo fiscal -como tantos que ya hemos realizado- a fin de mantener al Banco de la Nación en funcionamiento. Por ello, apoyo la moción del señor diputado Frigeri.

SR. BONACINA Esta reunión me lleva a pensar en la situación política y económica en la que se produce este veto. Desde mediados del año 2000 hasta ahora se han llevado a cabo conversaciones con los representantes del Ministerio de Economía y del Banco de la Nación para que de común acuerdo se propiciara alguna medida, pero después todo terminó en un veto del Poder Ejecutivo. Si ahora vuelve a suceder lo mismo, estaremos utilizando el recinto para algo totalmente inconducente. Debemos mantener conversaciones con los distintos representantes para trabajar en forma conjunta, pero sin pisarnos los cayos.

SRA. MOSSO Quisiera introducir una visión distinta. Si bien es cierto que casi por unanimidad se produjo en la Cámara de Diputados la tibia modificación de la Carta Orgánica -que desde mi óptica poco servía-, también es verdad que no creo que el Banco de la Nación se funda por hacer un aporte al Tesoro.

En primer lugar, el Banco de la Nación, como tantos otros entes autárquicos de nuestro país, es propiedad de todos los Argentinos. Esto significa que si arroja utilidades, no es descabellado que aporte parte de sus recursos en un país que tiene un importante déficit fiscal. Sí creo que no es correcto que dicho aporte al Tesoro se realice cuando el Banco tiene pérdida, porque ello no correspondería a un buen funcionamiento del Banco.

Quiero recordar también que no es descabellado que el Banco Nación o cualquier otro ente aporte plata al Tesoro. Hay que recordar que durante los años de inflación e hiperinfalción, el Tesoro nacional, o sea el bolsillo de todos los argentinos, ha tenido que pagar los errores y problemas de los bancos estatales, en cifras gigantescas que se miden en miles de millones de dólares. Esto ocurrió no sólo con el Banco Nación, sino con todos los bancos provinciales. Quienes están acá recordarán cuando, a través de los resdescuentos del Banco Central, se financiaban las pérdidas de los bancos provinciales y posteriormente esto se transformaba en déficit e inflación.

Esto lo digo porque me parece que es importante que tengamos una visión del banco. Si bien creo que debe replantearse el punto de entregar dinero al Tesoro si no se lo gana, también es verdad que esperamos que el Banco Nación, como otros bancos de provincia, apunten a una mejora sustancial en sus cuentas, en su morosidad y en sus incobrables porque en definitiva es dinero de los contribuyentes. Una de las razones por las cuales la Argentina tiene un problema serio de crecimiento y falta de inversión es la falta de confianza. Todos estos puntos se miran a la hora de evaluar al país.

Quiero plantear el tema al señor presidente del Banco. Yo soy vicepresidenta de la Comisión de Finanzas. Cuando veo que durante todo el año 2000 se le esta afectando por ejemplo muchísimos recursos de aporte a las provincias, empiezo a pensar si no nos encontraremos con casos como el BANADE donde hay una disminución fuerte del patrimonio neto del banco que signifique un aumento de la deuda o un déficit directo en las provincias. No están muy lejos los años en los que se hablaba de que el déficit cuasi fiscal era más alto que el déficit fiscal. Quiero transmitir mi inquietud para que esto no pase. Luego voy a hacer una pregunta sobre los montos que están prestando al sector privado y público. Tengo miedo de que esto pueda transformarse en el futuro en un gasto enorme que no estamos considerando sobre el presupuesto público que signifique un boomerang para la economía argentina que no está en condiciones de asumir ni un centavo más del déficit actual. Como se sabrá este pasó de 4 mil a 7 mil millones de pesos y tal como vamos, proyectando de enero a la fecha, llegaremos a un nivel de entre los 10 y 12 mil millones de pesos.

Tampoco es cuestión de hacer un planteo en el sentido de que el banco debe estar librado a su voluntad sin tener un control estricto del Ministerio de Economía y del gobierno nacional. Luego pueden ocurrir estas cosas que significarían muchísimas más pérdidas que si fuera previsto oportunamente.

SR. OLIVERA Compartí esta posición cuando estuve en la Comisión de Finanzas hace varios años.

El Banco Nación financia a las provincias mayormente como consecuencia de los acuerdos federales que han sido suscriptos entre la Nación y las provincias. La reforma de la carta orgánica afortunadamente establece ciertas condiciones para financiar a las provincias.

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Y la financiación que hemos dado es contra la coparticipación federal. Eso quiere decir que desde el punto de vista del banco -no desde el punto de vista más general- hay seguridades razonables. Pero obviamente el problema debe plantearse en términos de presupuestos nacionales o provinciales. En esto hemos sido especialmente cuidadosos, y los aproximadamente 3 mil millones de pesos que están orientados hacia las provincias tienen coparticipación federal.

SR. PRESIDENTE PELÁEZ Tiene la palabra el señor diputado Figueroa.

SR. FIGUEROA Señor presidente: quiero decir que si estamos de acuerdo con que debemos insistir en el proyecto de ley sancionado, que fue modificado por el Senado, el procedimiento legislativo debería consistir en la insistencia en la sanción de este artículo y no en la elaboración de una nueva iniciativa que pueda correr la misma suerte que la anterior. Entendí que el señor diputado Frigeri habló de la elaboración y presentación de un nuevo proyecto. Vamos a insistir en el que ha sido vetado, pues si no vamos a correr un riesgo.

SR. PRESIDENTE PELÁEZ Luego vamos a conversar sobre eso.

Tiene la palabra la señora diputada Correa.

SRA. CORREA Señor presidente: en Mendoza se inició un proyecto piloto llamado Fideicomiso de Uvas Finas. Creemos que es algo muy propicio, pero el Banco de la Nación Argentina no está cumpliendo con el espíritu original de la iniciativa. Quiero explicar que el fideicomiso es una relación entre el gobierno municipal, la provincia, los productores de uvas finas y los bodegueros exportadores de dichas uvas. De esa forma, los pequeños productores que decidieran efectuar una reconversión y tener uvas finas en sus predios iban a recibir créditos del Banco de la Nación Argentina. Luego las bodegas iban a retener las cuotas de esos créditos a cuenta del precio. Y las garantías que teóricamente se habían mencionado estaban dadas por los valores de los predios.

Sin embargo, por reclamos de la gente el banco estaría aplicando las mismas reglas usuales de patrimonio -y esta es una denuncia concreta que tenemos- y no el valor del predio, que es de 10 mil pesos por hectárea.

Entonces, se está desdibujando una iniciativa muy importante para el desarrollo regional a raíz de que la política del banco consiste en pedir a los productores una serie de garantías que no constituyen el proyecto futuro que ellos están desarrollando con nuevas tierras.

SR. OLIVERA Estamos muy al tanto de ese tema. Viajé personalmente a San Rafael para poner en marcha ese programa, que creo que es absolutamente indispensable porque el tipo de uva que estaban cultivando estos productores no tenía un precio razonable para garantizar la rentabilidad en el tiempo.

Ese programa está en marcha. Y yo diría que llegó un poco tarde, pues nos hubiera gustado poder estar cuando las necesidades eran más acuciantes. Lo hemos reproducido en varios lugares del país, no con uva, sino con otro tipo de cultivos, porque el secreto de esto es permitir que los productores que no son sujetos de crédito puedan recibir el dinero a través del fideicomiso.

En este caso las cosas están facilitadas por el hecho de que hay tres bodegas que son las compradoras de estos productores y las que actúan operativamente en el programa. Afortunadamente, el subgerente del Area Comercial del banco, señor Juan Carlos Fabrega, que es mendocino y tiene una bodega, se encuentra a mi lado, por lo que puede referirse a este tema.

SRA. CORREA La denuncia que tengo es precisamente de la gente del fideicomiso, en el sentido de que las garantías que se le están solicitando no responden al espíritu original. Y por supuesto que la provincia no está subsidiando la parte que le corresponde en cuanto a las tasas. Pero eso no es culpa de usted; yo estoy hablando de las garantías.

SR. PRESIDENTE PELÁEZ Tiene la palabra el señor Fabrega.

SR. FABREGA Señor presidente: este fideicomiso recién empezó a funcionar en agosto, y una buena parte de los productores no pudieron llevar a cabo la implantación de la vid teniendo en cuenta el avanzado tiempo para poder preparar sus tierras y adecuar la implantación.

Hay 29 productores que recibieron créditos contra una garantía hipotecaria cedida a un fideicomiso del productor. Solamente se ha pedido esto como garantía. No se les ha solicitado un monto adicional, aún cuando sabemos que el valor de la tierra, especialmente en San Rafael, no debe ser superior a 3 mil ó 4 mil pesos por hectárea -esto lo digo sin temor a equivocarme- y cuando nosotros estamos apostando entre 13 mil y 17 mil pesos por hectárea, según sea con protección antigranizo o sin ella.

T.12

En este aspecto quiero mencionar que se ha tendido no sólo a financiar una parte del proyecto sino que en estos casos se está financiando hasta el ciento por ciento de la inversión.

Quiero dejar en claro un tema importante. Existen algunos productores que por normas del Banco Central no tienen acceso a este crédito. Son los que de acuerdo a la norma A467 del Banco Central no cuentan con el patrimonio mínimo requerido. En ese caso no podemos otorgar el crédito.

Pero quiero dejar en claro que hay como garantía propiedades que tienen un valor que está en el orden de los 3 o 4 mil dólares, con un financiamiento que se hace por etapas y que llega hasta 17 mil dólares.

SRA. CORREA La inquietud proviene de denuncias de los propios productores, que dicen que no pudieron acceder a esos créditos.

SR. CORFIELD Quiero referirme a un tema que han planteado hace unos momentos, a la modificación de la carta orgánica.

Comparto la opinión del señor diputado Bonacina. Creo que deberíamos tener un diálogo entre las autoridades del banco, el Ministerio de Economía y la propia comisión, ya que se trata de un tema establecido en el presupuesto, que hemos tratado entre todos en el recinto.

Varios integrantes de esta comisión también formamos parte de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Creo que sería oportuno tratar la modificación de la carta orgánica, que nosotros aprobamos oportunamente, cuando ingrese el presupuesto de 2002, cuando podamos establecer cuáles son los valores que consigna el Estado nacional. A partir de allí podremos modificar la carta orgánica conforme a la propuesta que tengamos. Hoy, en el medio del río, no podemos cambiar de caballo y modificar lo que nosotros mismos aprobamos por medio de la ley de presupuesto. Creo que se estaría dando una mala señal respecto a la aprobación de una ley tan importante como es la ley de presupuesto. No por ello dejamos de reconocer la importancia que tiene también la carta orgánica del Banco de la Nación.

SR. FRIGERI Quiero separar lo que es a mi criterio un hecho político.

Me parece razonable que consultemos lo que queramos, pero estamos hablando de un banco que compite en un mercado competitivo. Tenía una norma incoherente, puesto que se estaban pagando utilidades que no resultan de su balance. Creo que esto no merece discusión alguna.

Queremos un Banco de la Nación que sea de fomento, que esté en los lugares donde no están otros bancos y que no le preste al Estado -cuando el negocio fue prestarle al Estado. Hoy tal vez preste porque las provincias no pagan, porque entramos siempre en el ciclo inverso, pero cuando el negocio era brillante, en la década del 90, fue la banca privada la que prestó al Estado. Hoy estamos con tres años de recesión, con una cartera de incobrabilidad que cada vez es mayor. Por eso es necesario que el banco aumente el capital con ganancias; si no, puede desaparecer.

Me parece bárbaro que el Estado tenga derecho a cobrar algo, pero que el porcentaje resulte del balance y no de la magia del ministro de Economía, que puede decir que quiere 60, 70 o 100. Cuando se votó, el ministro Cavallo y su bloque también votaron a favor. Creo que como diputados tenemos que mantener nuestra posición. Queremos que el Banco de la Nación subsista.

Se puede decir que aumentó la incobrabilidad, que el sector público aumentó la participación en los créditos más de lo necesario, pero debemos dar las herramientas necesarias, ya que estamos pidiendo que atienda zonas y empresas que no atiende nadie. No le pongamos más límites en un mercado que hoy es sumamente competitivo.

T.13

Les pido que recapacitemos y consultemos a quien sea. No puede ser que le pidamos a una empresa que compita en el mercado y destine sus utilidades independientemente de los resultados de su balance.

Creo que el Directorio del Banco debe pregonar la mística de su personal. Si un banco tiene ganancia, crece como banco; parte del éxito de una institución como el Banco de la Nación reside en la mística de la gente en su actitud diaria.

Creo que esta pelea vale la pena y hasta el propio ministro Cavallo debe entenderlo así, porque cuando se sancionó esta norma, su bloque no votó en contra.

SR. OLIVERA Quisiera hacer algunos comentarios finales. En primer lugar, el banco tiene un carácter federal. El sistema destina al interior del país el 21,8 por ciento de los préstamos totales; en cambio, el Banco de la Nación presta casi el 40 por ciento. La captación es exactamente al revés: nosotros captamos en la Capital Federal algo menos que el resto del sistema.

En segundo término, es importante tener en cuenta que el gobierno nacional ha puesto en marcha un conjunto de medidas arancelarias, monetarias y fiscales expresadas sectorialmente a través de convenios de competitividad. Nosotros hemos planteado -y así también nos lo han subrayado muchos de nuestros clientes- la conveniencia de modificar algunas normas del Banco Central. Digo esto, porque se da la paradoja, o mejor dicho contradicción, de que los planes de competitividad permiten mejorar el horizonte de rentabilidad de las empresas, pero con las regulaciones actuales los bancos no pueden dar a esas empresas el capital de trabajo que necesitan para aprovechar la coyuntura favorable. En este sentido, hemos conversado sobre el tema con el ministro de Economía y con el presidente del Banco Central. Asimismo, la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina -ABAPPA- ha planteado el tema y la Unión Industrial también es consciente de la existencia de esta contradicción. Creo que es oportuno que los señores diputados estén al tanto de esta situación.

SRA. MOSSO ¿A qué regulación se refiere?

SR. OLIVERA Se trata de varias regulaciones. Le voy a dar un ejemplo, aunque a veces el razonamiento analógico no sea el mejor. Hace muy pocos días, una empresa deudora importante del Banco de la Nación y de otros bancos del sistema se presentó en convocatoria de acreedores. Esta empresa, como consecuencia de los acuerdos de competitividad y de diversas condiciones del mercado, vio modificadas sustancialmente sus perspectivas de rentabilidad y de crecimiento, y por consiguiente, de su ocupación de mano de obra. Si no se le puede dar un crédito -está calificada 5 en la convotaria-, se esteriliza el tremendo esfuerzo de tipo fiscal que se está haciendo para crear mayores condiciones de rentabilidad. Este es un ejemplo de una empresa del sector metalúrgico.

Si la señora diputada está de acuerdo, le puedo hacer llegar un trabajo realizado por ABAPPA, en el que figuran los ítem principales relacionados con este tema.

En tercer lugar, quisiera referirme a un tema muy trascendente para el Banco, que no me gustaría que no se ponga en conocimiento de los señores diputados, máxime cuando está presente en la Comisión de Finanzas de esta Cámara la plana mayor de la institución.

Nosotros estamos trabajando para incursionar en otras líneas de negocios en las cuales la banca internacional está muy activa y genera una rentabilidad importante, lo cual los coloca en una posición competitiva adicionalmente mejor. Algunas de esas líneas de negocios requieren un know how que el banco no tiene. En consecuencia, el banco está planteando la posibilidad de asociarse con terceros que puedan aportar el capital necesario y el know how. De hecho hay un proyecto para solucionarlo.

Esto lo vinculo con lo que planteó el señor diputado Frigeri hace instantes en el sentido de lo impropio que es hacer aportes al Tesoro sin que provengan de utilidades. Es muy probable que esas operaciones del banco, que no son inmediatas pero que toman su tiempo, produzcan ganancias de capital. Es importante que esas ganancias de capital capitalicen al banco, de lo contrario una parte de esas operaciones estratégicas para fortalecer las espaldas del banco, en este mercado tan competitivo, podrían llegar a complicar. Me parece importante que la Comisión de Finanzas esté al tanto de la situación.

SR. MORENO RAMIREZ Quiero hacer un comentario respecto a la captación de pequeños ahorristas que compren bonos o letras del Tesoro en virtud del convenio suscripto entre el Banco de la Nación y el Ministerio de Economía por el que se exime del cobro de la comisión del agente y del porcentaje de custodia. ¿Qué expectativa tiene el banco? ¿Es posible, aproximadamente, conocer el porcentual de captación de pequeños ahorristas con esa operatoria?

SR. OLIVERA Es un acuerdo que hemos hecho con el Ministerio de Economía a fin de que el pequeño ahorrista pueda invertir en títulos públicos. Hemos fijado el límite máximo en 100 mil pesos de inversión, individualmente considerada, y las comisiones las paga el Ministerio de Economía al banco, pero no las paga el ahorrista.

En la primer colocación de letras, el banco captó 4 millones de dólares y en la segunda 11 millones. Estoy convencido de que en la próxima licitación va a captar sustancialmente más. Es un problema de la cultura del inversor argentino, que ha olvidado la posibilidad de invertir en títulos públicos para orientar sus ahorros.

Para dar una idea de la importancia que tiene esta operatoria para el pequeño inversor, cuando se hizo la primer licitación de LETES, se pagó una tasa del 12,44 por ciento a 90 días y lo que se estaba pagando a plazo fijo era alrededor del 7 por ciento. Esos cinco puntos antes se los llevaba el gran inversor, hoy se puede democratizar.

SRA. LEYVA DE MARTI Quiero preguntar si están funcionando dos instrumentos importantes que nosotros planteamos en la ley de pyme. Uno es el FOGAPYME y otro el FODAPYME. Uno de los problemas más importantes que tienen las pymes son el acceso al crédito, por el nivel de exigencia en las garantías que solicita el banco y por la saturación del mercado.

El otro día salió una nota en un diario de Córdoba, donde el presidente de APYME se quejaba de la falta de crédito que tiene el sector a pesar de los certificados de garantía, que son muy costosos y muy exigentes.

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Nosotros habíamos planteado estos resortes en la ley de la pequeña y mediana empresa, que no está reglamentada respecto de algunos artículos. Pero me parece que sería muy importante que el banco -cuya carta orgánica modificamos- fuera una entidad que ayudara a las pymes y pudiera implementar este sistema de créditos a través de fiduciarios y también de certificados de garantía para facilitar el acceso al crédito.

SR. OLIVERA Como bien ha señalado la señora diputada Leyba de Martí, en este momento no está implementado ese programa. Lo que el Banco de la Nación Argentina ha hecho es convertirse en el principal accionista -en realidad, esa no es la palabra correcta- de una sociedad de garantía recíproca. Ha aportado 15 millones de dólares y está realizando operatorias con el apoyo de la sociedad de garantía recíproca. Hace quince días estuve en Tucumán, donde hicimos un programa de financiación para el sector citrícola con la participación de Garantizar, que es una sociedad de garantía recíproca.

De manera tal que es cierto lo que señala la señora diputada Leyba de Martí, pero ese programa todavía no está vigente.

SR. PRESIDENTE PELÁEZ Tiene la palabra la señora diputada Mosso.

SRA. MOSSO Señor presidente: quisiera formular dos preguntas al doctor Olivera. En primer término, el año pasado, cuando se modificó la carta orgánica del banco, si mal no recuerdo se estableció un límite de un millón de pesos para el otorgamiento automático de créditos y la posibilidad de conceder créditos por un monto superior con la autorización expresa del Directorio. Consecuentemente, me gustaría saber si se han otorgado esos créditos por un monto mayor y, en caso afirmativo, cuántos han sido.

En segundo lugar, me preocupa un poco el tema de las provincias. En ese sentido, respecto de los 3 mil millones de pesos en concepto de préstamos a las provincias, quisiera saber qué porcentaje representan del monto total de créditos del banco y cuál es el rango de tasas en función de las cuales están siendo otorgados a las provincias.

SR. OLIVERA Voy a comenzar respondiendo a su segunda pregunta. Estos créditos representan el 20 por ciento sobre el total de los activos. Pero si tomamos en cuenta solamente los préstamos, son el 27 por ciento.

Como dije anteriormente, son créditos con garantía de coparticipación federal. Y la tasa es similar a la que se está cobrando en plaza, que fluctúa de acuerdo a la evolución que registre la tasa de referencia y con seis puntos de spread.

SRA. MOSSO ¿Y eso más o menos cuánto está dando ahora?

SR. OLIVERA Depende de los momentos. En algún momento era el 12 por ciento. Ahora debe estar más alto y ya empezó a empezar a bajar. No puedo darle el dato con exactitud porque los índices vienen retrasados.

En cuanto al otro aspecto, la carta orgánica estableció dos límites. Uno de un millón de pesos, cuando el banco era el único financista, y otro de 5 millones de la misma moneda, cuando tenía el 50 por ciento. Lo que el banco hizo es establecer una reglamentación de la carta orgánica, especialmente en lo relativo a las autorizaciones que puede dar el Directorio con calificación de calificadoras de crédito. Sobre esa base el banco ha ido armando su programa de reducción de la exposición en las grandes empresas. Pero en aquellas grandes empresas en las que el crédito es rentable exigimos la calificación de dos calificadoras.

SRA. MOSSO Sí, eso también está contemplado en la ley.

SR. OLIVERA Exactamente. Exigimos la calificación de dos de las cinco calificadoras que tiene autorizadas la Comisión Nacional de Valores.

SRA. MOSSO ¿Y han otorgado préstamos?

SR. OLIVERA Sí.

SRA. MOSSO ¿Qué montos tienen superiores a un millón de pesos o de 5 millones de la misma moneda?

SR. OLIVERA No se lo puedo decir de memoria, pero puedo hacerle llegar la información.

SRA. MOSSO Me gustaría tenerla.

SR. OLIVERA Son los créditos grandes.

SR. PRESIDENTE PELÁEZ Tiene la palabra el señor diputado Frigeri.

SR. FRIGERI Señor presidente: recién se habló de la posibilidad de dar al pequeño ahorrista del banco un nuevo menú de opciones, consistente en participar en los títulos públicos hasta 100 mil pesos. Me parece que es una medida interesante para captar clientes y favorecer al pequeño ahorrista. No sé si se analizó cómo afectaría esto a la tasa pasiva, porque esto va a competir con los plazos fijos, que son más baratos.

SR. OLIVERA Puede competir con nuestros plazos fijos.

De estas dos operaciones, la mitad de los inscriptos no eran clientes del banco. Para aquellos que eran clientes del banco, una canibalización entre uno y otro producto.

SR. DONOHOE Desde el punto de vista macro, Economía intenta evitar que los bancos colocadores de LETES tomen al 6 por ciento y le coloquen al Estado nacional al 12 por ciento. De esa forma, el banco que ve fugar los depósitos va a evitar tener una cartera que le compita. El Banco Nación hace de testigo, pero es una buena medida para que no arbitren los tres grandes bancos tomadores de precios.

SR. OLIVERA Por ahora es una luz amarilla.

SRA. MOSSO Recién mencionaron la sociedad de garantía recíproca. Quiero hacer una pregunta de evaluación. La del Banco Nación existe desde hace mucho tiempo, pero no ha tenido un funcionamiento aceptable, más bien estuvo parada.

¿Le da la impresión de que va a funcionar bien el sistema de garantía recíproca? Yo creo que es difícil que funcione en la Argentina.

SRA. OLIVERA Es un instrumento útil pero de difícil manejo por diversas razones.

Cuando hablamos de instituciones vinculadas a las finanzas y a la economía en nuestro país debemos tener en cuenta que es difícil hacer un juicio separado de la emergencia que vivimos en los últimos tres años. Algunas instituciones pueden ser muy buenas, pero en nuestro país se convierten en bastante complicadas como consecuencia del entorno macro.

Hay un punto que me gustaría transmitir a los señores diputados. Queremos que las pymes cuenten con instrumentos que documenten los créditos que tienen contra las grandes empresas, generalmente compradoras de sus insumos. Creo que es un tema importantísimo. Va a bajar enormemente la tasa de interés. Tal cual está planteada hoy la factura conformada, sin su entrega obligatoria, se convierte en un instrumento prácticamente inocuo. Si queremos apoyar a las pequeñas y medianas empresas es necesario establecer la obligatoriedad de la documentación. No necesariamente me refiero a la factura conformada ya que puede ser otro instrumento. Eso va a hacer bajar la tasa de interés que se le cobra a las pymes.

SR. BONACINA Quisiera que me ordenaran las ideas. Siendo el mercado financiero tan dinámico y habiendo cambiado desde el lunes las condiciones para el país, estamos ante un cuadro donde el mundo le ha dado un período de gracia a la Argentina para poder recomponer su situación.

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Tenemos en la Argentina un mercado interno que quizá quiera también recibir esos beneficios que le ha dado el mercado financiero internacional. Existe un contexto donde la falta de bancos oficiales de provincia es también un hecho que pone al Banco de la Nación al frente de una responsabilidad mayor ante toda una República. Quizá antes se subdividía la tarea, más allá del resultado de la gestión crediticia. También ante pequeñas y medianas empresas agropecuarias, comerciales, pequeñas industrias del interior, que ven al Banco de la Nación como una herramienta útil del pasado, que hoy está aguantando situaciones. Esto es lo que se traslada el hombre común que accede al Banco de la Nación y que lo ve como a una institución que lo soporta pero que no le da la inyección para poder salir de su situación. Entonces vemos cómo las pymes no pueden salir a competir.

Indudablemente el Banco de la Nación está haciendo un esfuerzo, pero quizá no se traslade a los hechos.

Surge el episodio de esta empresa metalúrgica, por ejemplo, que ve un horizonte de expectativas de rentabilidad económica que la aliviarán financieramente. La solución llega al Directorio o a cuadros gerenciales, pero indudablemente el pequeño y el micro empresario no pueden estar a la altura de las decisiones. Llega quizá a los cuadros gerenciales formados en momentos donde había que recuperar el crédito, conscientes de que también por otro lado, si había que previsionar toda esa cartera, el Banco de la Nación quedaba sin capital y había que cerrarlo.

Todo este contexto de posiciones, muchas veces encontradas, indudablemente tornan difícil la instrumentación de una política. ¿Cuáles son las herramientas que hoy el Banco de la Nación elabora o proyecta para enfrentar este nuevo cuadro de situación macro? Sin lugar a dudas, para ser coherentes, el Banco de la Nación tiene que bajar tanto al productor que tiene 5 hectáreas como a aquel hombre o mujer que tiene su fábrica de escobas.

Reitero que se trata de un apoyo provincial que en su momento se pudo dar desde el gobierno de provincia.

SR. OLIVERA Esta pregunta se vincula con lo que comentaba anteriormente en cuanto a la necesidad de modificar regulaciones del Banco Central. Este es un tema que por donde uno lo mire resulta patente.

El señor diputado Volando seguramente conoce muy bien la dificultad que tiene el Banco de la Nación de financiar a aquellos que han sido refinanciados por el bono. Es un contrasentido. Muchas veces la refinanciación con el bono a 20 años ya reestablecía una certidumbre financiera en el horizonte de operaciones que los haría merecedores de crédito, pero dejaron de ser sujetos de crédito. Esto que ocurre para el sector agropecuario pasa también para el sector comercial e industrial. Mientras las regulaciones actuales permanezcan así, será muy difícil para ese tipo de clientes poder ser atendidos de acuerdo a sus necesidades.

Por supuesto esto requiere de un delicado equilibrio. No es cuestión de suprimir regulaciones que hacen a la salvaguarda de la solidez del sistema financiero, pero creo que todo tiene su punto justo. Soy un convencido de que la solidez del sistema financiero tiene más que ver con la calidad de sus activos -es decir, con la salud de sus clientes- que con los encajes u otras cuestiones, que si bien son útiles, lo son algo menos de lo que es la situación de la cartera. Admito que es necesario tener un equilibrio apropiado entre los dos reclamos, el de poder dar más créditos y el de no darlos mal.

SR. BONACINA Estoy de acuerdo, pero si fuéramos a una estrictez, y si hubiera normas internacionales similares para el Banco Central, no nos tendrían que haber dado el megacanje. Ese sería entonces el paso siguiente, que nuestro Banco Central se adapte a las condiciones reales de la economía.

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De lo contrario, este esfuerzo macro que está haciendo el gobierno para oxigenarse no llegará a las pymes. Si no hay pymes, no podremos tener una economía dinámica.

Debemos analizar claramente cuáles son las medidas concretas e inmediatas que deben adoptarse, porque el tiempo se nos está agotando. Nosotros vamos a las provincias y decimos que el Banco de la Nación promociona el apoyo a las pymes, ayudándolas con deudas anteriores, pero así solo no pueden subsistir.

SR. OLIVERA Es importante hacer una reflexión sobre las pymes. Desde mi punto de vista, existe un cliché que no creo que sea válido en su totalidad. Las pymes no tienen crédito; el problema es mucho más general: no tienen rentabilidad. En consecuencia, aumenta el riesgo, sube la tasa, se incrementa aún más el riesgo, desaparece el crédito y conjuntamente desaparecen las pymes como sujetos posibles de crédito.

Mientras no se produzca una modificación de las condiciones en las que operan las pequeñas y medianas empresas, en algunos casos el crédito les permitirá sobrevivir, pero en otros, se convertirá en un salvavidas de plomo dado que la tasa de interés en nuestro país no es compatible con empresas que terminan sus balances apenas en equilibrio. Las tasas de interés desequilibran los balances.

Es un error pensar que esto se puede resolver con medidas exclusivamente financieras. Las pequeñas y medianas empresas deben recuperar la rentabilidad, que en muchos casos no tiene que ver con políticas macroeconómicas, sino con fenómenos externos, como la caída de los precios internacionales. Si comparamos el valor de los commodities con el de ocho años atrás, hoy representan la mitad o la tercera parte.

En aquellos casos en los que las empresas han recuperado su rentabilidad, no tiene sentido que no se les permita el crédito; sería un pecado difícil de perdonar.

SR. PRESIDENTE PELÁEZ Están anotados para hacer uso de la palabra los señores diputados Curletti, Snopek, Lamisovsky, Briozzo y Frigeri, luego de lo cual se cerrará la lista de oradores.

Tiene la palabra la señora diputada Curletti.

SRA. CURLETTI Voy a traer específicamente la voz de los sectores rurales y de las economías regionales del norte de nuestro país, dejando un poco de lado las cuestiones técnicas.

Por otra parte, deseo aclararle a la señora diputada Mosso que el Banco de la Nación -institución que hemos defendido a través del primer proyecto de ley que prohibía su privatización- tiene una función fundamental íntimamente relacionada con el sector productivo de la Argentina. Dicha función consiste en propiciar el desarrollo sustentable en todo el contexto nacional, y en un sentido federal, brindar medidas particulares para todos y cada uno de los sectores, contemplando las asimetrías inter e intraregionales.

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Esa es la concepción que va a guiar mi breve exposición.

Como decía, vengo desde el Norte, donde probablemente cada 15 ó 20 días aparecen los diarios con estos titulares que indican el suicidio de productores como consecuencia de sus deudas. La culpa no es exclusivamente del Banco de la Nación Argentina -y quiero dejar esto en claro-, sino de todo el sistema. Es el resultado de una década de haber dejado atrás a los sectores productivos y de haber dejado de contemplar la vocación con que los productores asumen la realización de esta Patria.

Pero a lo largo y ancho del país, especialmente en las economías regionales, aún cuando distintos programas de financiamiento han tenido como principal objetivo el reposicionamiento del sector agropecuario, la deuda se sigue incrementando. Y la solución para los pequeños y microproductores agropecuarios no ha llegado porque están excluidos del sistema y de toda capacidad, con excepción de la única que los alentó hasta ahora, que es la de seguir subsistiendo sobre la base de lo único que saben hacer, que es sembrar y esperar.

La deuda de un productor, que en 1992 era de 100 pesos, al 30 de diciembre del año pasado ascendía a 340 pesos, sin haber dejado de sembrar y de tener la esperanza que mínimamente tiene el sector agrario y sin saber cómo se pudo haber incrementado tanto en un proceso de convertibilidad.

SR. FIGUEROA ¿Me permite una interrupción, señora diputada, con el permiso de la Presidencia?

SRA. CURLETTI Sí, señor diputado.

SR. PRESIDENTE (Peláez).- Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado Figueroa.

SR. FIGUEROA Señor presidente: no quiero polemizar, pero he sido senador de la Nación durante nueve años, y en 1990, a raíz de una iniciativa mía, fue creada en el ámbito del Senado de la Nación la Comisión de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa. Durante veinte años, desde 1970 hasta 1990, solamente hubo trece leyes, decretos y resoluciones orientadas a apoyar a la pequeña y mediana empresa. Desde que se creó esta comisión en el Senado de la Nación se generaron setenta leyes, decretos y resoluciones para las pymes. Y tengo el orgullo de decir que por iniciativa mía y con la firma de veintiséis senadores se ha creado la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa con rango de ministerio.

Por lo tanto, me parece que decir que durante la década pasada desde el Estado no se ha trabajado por las micro, pequeñas y medianas empresas a través de los grandes congresos que se han realizado -estamos hablando de la creación de las sociedades de garantía recíproca, con un aporte importante del Banco de la Nación Argentina- no es propio de una reunión de este nivel.

Pido disculpas a la señora diputada Curletti, pero yo, que he trabajado tanto en estos años, no puedo aceptar que se diga que no se ha hecho nada.

SR. PRESIDENTE PELÁEZ Continúa en el uso de la palabra la señora diputada Curletti.

SRA. CURLETTI Señor presidente: el sector agropecuario, al que me refiero y que ha sido objeto de un proyecto que hemos presentado quince diputados en la Comisión de Finanzas, en la que están congregadas las voluntades de legisladores de distintos partidos políticos, tiene como objeto subsanar este error, para lo cual hace referencia al recálculo de la deuda agropecuaria.

No voy a explicitar la iniciativa porque es comprensiva de un conjunto de medidas que hacen al sector, pero quisiera pedir al señor presidente de esta comisión y al distinguido grupo de funcionarios del Banco de la Nación Argentina que nos acompaña que conformemos una comisión para estudiar si esta solución que planteamos es válida. Presumo que puede haber otra que sin perjudicar al Banco de la Nación Argentina también lo sea. Y debemos abocarnos al análisis de esta deuda, que de alguna manera también se está constituyendo en una deuda de todos y cada uno de los diputados que estamos aquí, porque estoy segura de que cuando volvemos a nuestras provincias tenemos esta demanda y nos sentimos impotentes ante ella.

Me voy a permitir plantear a las autoridades del Banco Nación algo doméstico en mi carácter de ex maestra rural. Me duele mucho, cuando tengo que recorrer el interior de mi provincia ver a los pobres productores ajados y dolidos que nos dicen que los personeros de justicia van hasta a las 7 de la tarde a decirles que los van a ejecutar. Sé que esto los excede porque va a la parte humana. ¿Quiénes son las personas que están dirigiendo los bancos? Me consta que hay buenos y malos gerentes. A veces visitan las chacras diciendo que tienen dos o tres días para que los ejecuten. Tendríamos que ver si se puede humanizar el trato del banco y de los abogados que tienen que llevar los escritos a los productores.

Si bien esta no es una función del banco, pido ayuda porque yo no puede hacer nada. Es muy grave ver a un productor no dormir en toda la noche. Solicito al presidente de la Comisión de Economías Regionales que tiene datos sobre el tema, que formemos una comisión para tratar este asunto cuya solución si es política, ya se la hemos planteado al ministro de Economía y sobre la que nos responderá en unos días. De esta forma ayudaremos al banco que amamos y queremos fortalecer y a nosotros mismos, porque no tendremos la culpa de ver que en los diarios siguen dando cuenta del suicidio de productores agrícolas.

SR. OLIVERA Somos conscientes de lo que está planteando la señora diputada. Creo que es un caso tremendamente doloroso que tiene que ver con un fabricante de maquinaria agrícola pero no tiene relación con el banco.

Los miembros del directorio estamos tomando contacto con los productores para ver qué es lo que podemos hacer. Llega un punto donde no tenemos más remedio que ordenar una ejecución porque nuestra responsabilidad es el patrimonio de la entidad. Tratamos de ser lo más prudentes en el sentido de priorizar aquellas ejecuciones de gente que puede pagar y que por alguna razón no lo hace. La semana pasada el vicepresidente del banco estuvo en su provincia y estoy seguro de que puede hacer algún comentario.

SRA. CURLETTI En este momento estoy sumando las voces de las otras provincias del NEA. El doctor Donohoe estuvo presente allí y estoy ampliamente satisfecha por la respuesta que tuvo. Agradezco personalmente lo del Chaco, pero queda el resto del país.

SR. DONOHOE Cuando me preguntaron dije que me daba vergüenza y que era dramático el tema del Chaco.

Por expresa preocupación del presidente del Banco las ejecuciones rurales que estamos realizando son exclusivamente aquellas en las que hay una demanda de un tercero a la que el banco no puede oponerse.

En otros casos existe abandono del campo o de la deuda. Aquí tenemos una refinanciación a veinte años. Si el productor no se acerca, no habla y propone, obviamente el banco tiene una política. Tenemos una recesión productiva, nos queda una parte del universo donde estamos trabajando buscando algunos otros mecanismos como dación en pago, leasing, etcétera.

Lo que es cierto es que el banco debe armar una solución integral para todo el país y trabajar en la base de datos, que es muy importante. Una vez que haya hecho esto último podrá tener soluciones jurídicas como la dación en pago, etcétera.

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Nosotros en la mesa agropecuaria lo hemos señalado. Estamos trabajando como primera medida en lo que es convocatoria, después avanzaremos en otros temas, con la dificultad que significa la problemática de El Chaco o Santa Cruz, que tienen realidades específicas.

Tenemos que ir desglosando la cartera para no equivocarnos y no dar soluciones injustas. Hay una preocupación cierta del banco; no será el banco el que fomentará que la gente deje el plan, pero sí es cierto que en la economía argentina hay una cultura de que el banco es un aporte de capital, y el banco no es un aporte de capital. El banco tiene que recuperar la cartera para poder seguir prestando. De lo contrario, cuando abramos la caja y tengamos solo papeles, nos quedaremos sin banco. Trabajamos para tratar de integrar a la mayor cantidad de productores a este régimen y buscar soluciones, pero se debe dar también la señal de que el banco está vivo. Es un equilibrio muy difícil de mantener.

La primer señal que dio el banco es tener un proyecto a 20 años. En ese momento hablaremos de otras alternativas, pero debemos dar una señal importante.

El banco tiene que seguir trabajando. En los últimos ocho años casi no ha ejecutado, pero es un banco al que, como dice el señor diputado Frigeri, no debemos dejar que se le caigan los brazos. Es un equilibrio muy delicado. Tenemos que lograr esa meta sin perjudicar a nadie.

SR. SNOPEK Soy presidente de la Comisión de Economías y Desarrollo Regional de esta Cámara. En la comisión algunos señores diputados han manifestado su preocupación sobre el esquema financiero global, no específicamente haciendo referencia al Banco de la Nación, pero evidentemente es un elemento componente del sistema financiero argentino. Algunos diputados sugirieron que transmitamos al presidente del Banco de la Nación, que hoy concurre a esta comisión, la preocupación respecto a la refinanciación que hace el banco.

Si bien esta refinanciación es muy significativa -los números, aunque no con tanta precisión, los conocíamos-, es necesario tener en cuenta que muchos de estos acreedores del banco quedan, en rigor de verdad, en razón de sus calificaciones, fuera del sistema. Por consiguiente, la refinanciación termina siendo solamente una suerte de dolor a largo plazo, una curación temporaria que no impide la gangrena. Si el productor no puede entrar en el sistema financiero porque su calificación no mejora, le resultará más difícil pagar esa refinanciación que lo que hubiera resultado a lo mejor el parto de una sola vez, quedando luego liberado.

Recién la señora diputada Curletti contaba con toda sencillez y dolor lo que les pasa a los chaqueños. Cabe decir que en realidad no solo le pasa a los chaqueños sino a muchas zonas de la Argentina, donde las condiciones de rentabilidad de la producción, básicamente las agropecuarias, no son las mejores.

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El Banco no tiene una solución única para esto ni es posible que aporte todas las soluciones. Pero no hay ninguna duda que se trata de un elemento importante.

Por ello es que le solicito colaborar con nosotros para la mejora de la calificación de las empresas que representan al sector agropecuario en un 30 por ciento de los préstamos que otorga el Banco. De lo contrario, en un futuro también vamos a hipotecar el Banco, porque si dichas empresas no pueden entrar en el circuito financiero, reequiparse y obtener financiamiento para las próximas tareas, el mal no sólo será para ellas sino también para el Banco, que ha confiado y refinanciado, pero que no obtendrá el correlato del progreso de los productores.

Esta es una de las preocupaciones que los integrantes de esta comisión me han pedido que le transmita al señor presidente del Banco de la Nación, y así lo hago cumpliendo con el deber que me impone el reglamento.

Asimismo, quisiera hacerle un pedido personal. Resulta que uno se dedica a estudiar cómo se distribuyen las cargas y los beneficios en esta Argentina tan contrastante que tenemos. Así observamos que hay zonas pintadas de blanco, con alrededor de 20 mil dólares de producto bruto geográfico por habitante por año, y otras zonas pintadas de negro, con 2 o 3 mil dólares de producto bruto geográfico por habitante por año, cuando tal vez ambas zonas trabajen exactamente igual.

Al analizar los flujos interregionales de recursos, es decir, cuántos bienes y servicios salen y entran de cada región, cuál es el flujo de capital saliente y entrante, y hacemos la composición de lugar, llegamos a la conclusión de que en muchas zonas de la Argentina esto es negativo, porque los bancos toman más dinero del que llevan y prestan. Me refiero al circuito financiero global, y no específicamente al Banco de la Nación Argentina.

El pedido concreto que formulo consiste en que los representantes del Banco de la Nación realicen un seguimiento especial de esta cuestión. En la Argentina hay sucursales en las que no se presta absolutamente nada, sino que están sólo para realizar pagos, para crear cuentas especiales del Estado nacional, provincial o municipal o para pagar a los jubilados. Y no creo que esto se deba a una instrucción del directorio, sino a que a lo mejor algunos agentes del Banco no han entendido que para funcionar hace falta competir en el mercado; tal vez estén necesitando algún entrenamiento adicional.

Es necesario monitorear de cerca la evolución de los flujos interregionales de recursos financieros. De lo contrario, vamos a tener siempre una Argentina desequilibrada.

SR. OLIVERA Compartimos plenamente lo que acaba de manifestar el señor diputado, porque el Banco de la Nación es federal por definición. Tanto tenemos presente lo que usted señala, que a través de un gráfico medimos en forma permanente, provincia por provincia, la participación en los préstamos y en los depósitos. Para elaborar estos gráficos contamos con información desagregada que nos permite seguir de cerca lo que sucede.

Retomo lo que manifesté con anterioridad acerca de la rentabilidad de la producción.

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Muchas veces la línea de préstamos de alguna provincia no crece, pero no por mala voluntad del banco, sino porque los productores dejaron de ser sujetos de crédito debido a que en esa provincia hubo algún problema especial -por ejemplo, una emergencia- o por el precio del commodity. Un ejemplo de esto último está dado por el caso del algodón. He participado intensamente en las negociaciones para el convenio de competitividad respecto del algodón; sabemos las dificultades que tienen que ver con el precio. Otro ejemplo es el de la yerba mate en Misiones, donde la participación del productor en un precio que es cada vez menor también lo es. Y podríamos tomar ejemplos prácticamente en todos los lugares del país. El otro día escuché la buena noticia de que estaba subiendo el precio del azúcar. Es la primera vez que escucho a los productores tucumanos transmitir un poco de optimismo para el futuro.

SR. PRESIDENTE PELÁEZ Tiene la palabra el señor diputado Lamisovsky.

SR. LAMISOVSKY Señor presidente: no sé si el doctor Olivera dispondrá de la información. Hablemos de porcentajes. Antes trabajaban predominantemente con las grandes empresas. Me gustaría saber qué porcentaje de composición tenía la cartera de préstamos de las grandes empresas y de las pymes antes de entrar en vigencia la nueva carta orgánica del Banco Central. Asimismo, quisiera saber cuáles son esas empresas. Evidentemente, el préstamo en las grandes empresas aumenta la capacidad de riesgo. Esta es una apreciación.

SR. OLIVERA Esa es una apreciación. Se trata de algo opinable. Lo que sí puedo suministrarle son las cifras, que las tenemos aquí.

SR. LAMISOVSKY ¿En porcentajes?

SR. OLIVERA Son valores absolutos. En diciembre de 1999 teníamos, dentro de las grandes empresas, 1.377 millones de pesos. Y en marzo de 2001 tenemos 827 millones de la misma moneda.

SR. LAMISOVSKY ¿Qué cartera tenían?

SR. OLIVERA La cartera, en cambio, pasó de 10 mil millones a 12 mil millones de pesos. Esto quiere decir que habiendo bajado lo correspondiente a las grandes empresas, eso fue cubierto por las pequeñas y medianas, como así también por el sector público.

SR. LAMISOVSKY Sobre un total de 10 mil millones de pesos, 1.377 millones no representan un porcentaje significativo. Creía que era bastante mayor.

SR. OLIVERA No. Tradicionalmente el Banco de la Nación Argentina ha tenido una cartera orientada hacia la pequeña y mediana empresa. Y le digo más: cuando uno analiza de qué manera está cubierta la cartera morosa, se sorprende. Porque tenemos una cartera morosa que, en cifras redondas, es de 2.800 millones de pesos.

SR. LAMISOVSKY ¿Categoría 5?

SR. OLIVERA No, categorías 3, 4 y 5. Pero podemos confrontar ese monto con las garantías hipotecarias que tiene el banco. De acuerdo con la estimación que acabamos de actualizar, la institución tiene garantías hipotecarias por un valor de aproximadamente 5 mil millones de pesos.

O sea que el problema del banco, como tal, no es de carácter económico, sino eventualmente financiero, porque si la gente no paga la institución no tiene liquidez para afrontar sus compromisos. Pero el problema es fundamentalmente de los productores. El banco no está ejecutando desde hace bastante tiempo, salvo los casos que comentó el doctor Donohoe hace unos minutos.

SR. LAMISOVSKY Entonces, quiere decir que la diferencia entre 10 mil millones y 1.377 millones de pesos ha sido prestada a grandes empresas.

SR. OLIVERA No, está en los sectores público, financiero y privado.

SR. DONOHOE Toda la baja del crédito para el sector de las grandes empresas fue destinada a la banca privada.

SR. LAMISOVSKY Sí.

SR. BRIOZZO Quiero hacer una pregunta breve referida al subsidio a la tasa de interés y al problema que viene apareciendo en la Argentina en los últimos cinco años en relación con la subutilización de subsidios por parte de las instituciones que licitan determinados montos. Lo que ocurre, concretamente, es que cinco o seis bancos licitan los montos, tienen la línea de crédito y se ha comprobado que no los ofrecen o trabajan poco con esto y los devuelven.

Esto lo digo porque me parece que tiene que ver con la afirmación general de que el problema de las pyme es la falta de rentabilidad. Tengo alguna diferencia con esta afirmación. A menos que se tome en un sentido general y se considere que vivimos en un país con tres años de recesión, donde sólo pueden tener ganancias las empresas que tienen un mercado cautivo o una ventaja similar.



SR. OLIVERA Me refería a la falta de rentabilidad no por ser pyme sino por la situación que están atravesando. Creo que las pymes en relación al capital pueden tener una rentabilidad muy superior, es la experiencia internacional, respecto a las grandes empresas.

SR. BRIOZZO A veces veo un diagnóstico compartido, un poco apocalíptico, que incluso es compartido con otras cámaras. A veces se habla de la destrucción del aparato productivo.

Cuando uno se mete en lo micro ve las cosas. Hace años que vengo trabajando a nivel de desarrollo territorial o local. En el partido de San Martín, en la provincia de Buenos Aires, hace más de cinco años que tenemos un observatorio. Allí hacemos una observación de las pyme de San Martín y de otras regiones. Uno se encuentra con pymes que se han reconvertido, que son eficientes y que no caen dentro de esa generalización. El problema con que se encuentran es que los bancos no tienen una estructura que les permita hacer una evaluación correcta que les permita determinar con precisión y seleccionar a pymes competitivas, rentables y reconvertidas, o simplemente evalúan por sector y, por ejemplo, al sector textil no le prestan. Generalmente todas entran en la misma categoría y en la generalización del conjunto.

A veces digo que es el problema que tenemos. Hay una demanda en el territorio y a veces una oferta del Estado nacional y provincial que no se junta con esa demanda. Por eso hablaba del subsidio de las tasas de interés.

El otro día concurrió el secretario Pyme y planteó como una forma de resolver este problema que se haga una asociación entre los bancos y entidades territoriales de base que permitan detectar esta situación. Por lo tanto, se debe hacer una asociación entre los bancos -que tienen una mirada más general- y alguna entidad territorial de base -que apunta a lo micro- que detecte rápidamente quiénes son sujeto de crédito y están en situación de tomarlo. De esta forma, la oferta, a nivel macro, llega al destinatario.

SR. OLIVERA Habría que incorporar en el análisis también el riesgo fiscal que no es un problema menor.

Coincide en que generalizar es peligroso tanto en materia de pyme como probablemente en cualquier otro orden de la vida.

Tenemos agotadas las líneas de subsidios. Sabemos que hay otras entidades donde esto no ocurre y que pueden dedicarse a prestar a las pyme.

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Prestar a las pymes está visto en el ambiente financiero como un negocio riesgoso. Creo que es por eso que los señores diputados y senadores han querido que el Banco de la Nación ocupe ese lugar. De lo contrario, ¿quien las financia?

Quisiera hacer un comentario que tiene una vinculación con lo que mencionábamos, aunque no muy estrecha. El Banco de la Nación es el agente financiero de Mendoza y Catamarca. Nos hemos presentado en la licitación para ser agente financiero de Entre Ríos. Esto nos permite un volumen mayor de negocios en la región, y consiguientemente poder incursionar en sectores donde los riesgos también son más altos. Podemos tener cautivos sectores donde los riesgos son más bajos y la rentabilidad más alta.

Esto lo quería comentar para señalar el hecho de que otros bancos se concentran, especialmente en las provincias, en los segmentos de más altos ingresos y menor riesgo y no en la pequeña y mediana empresa; ello implica contar con estructura para poder evaluar y asumir más riesgos.

Esta es la función que tiene el Banco de la Nación. La asumimos sabiendo que implica más riesgo, una estructura diferenta y una evaluación de riesgo mucho más precisa. Estamos incorporando un sistema de scoring para que sea automática la evaluación del riesgo, consiguientemente del crédito, para la pequeña y mediana empresa.

SR. BRIOZZO ¿El banco tiene agotado el monto de subsidio a la tasa?

SR. OLIVERA Sí.

SR. DONOHOE La articulación que usted nota son las agencias de negocios del banco en todo el país. La misión principal de esas agencias de negocios es la articulación de esas necesidades y su presentación ante el banco. Esa es la función principal de las agencias.

SR. OLIVERA Seamos claros. Las agencias de negocios tienen un promedio de vida de seis meses. Es decir que esa tarea que señalan se está empezando a hacer. Mientras tanto se hacía a través de sucursales, con todas las limitaciones que eso implica, fundamentalmente por problemas de especialización.

SR. FRIGERI Quiero mencionar dos temas.

Uno se refiere a algunos comentarios que se han planteado en cuanto a que en la década del 90 no hubo política para las pymes. No estoy de acuerdo con eso, porque en realidad no había créditos en la década del 90.

Me tocó ser presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires y recibí un premio por prestar a las pymes a un año de plazo para bienes de inversión, y con un 80 por ciento de interés. Es un disparate. Esto se hizo, aunque no fue suficiente. Pero esa es otra historia, que no es lógico plantear en este momento.

El otro tema que quiero mencionar es que creo que en nuestro país a veces nos va mal porque no hacemos lo pequeño; nos falta lo mínimo. En su momento hemos presentado un proyecto de ley que aprobó la comisión, referido a la refinanciación de pasivos a las pymes. Recordarán que se habilitó por un mes; salió en noviembre y se agotó en enero. Esto lo firmó ABA Y ABAPPA y se lo dieron al ex presidente del Banco Central, Pedro Pou. Se aprobó en comisión pero no salió nunca. Si una pyme se anota en un plan de refinanciación, paga tres cuotas y cambia la categoría. Nadie es tan tonto para pagar tres cuotas, más tres, más tres. Si no, nunca tiene oportunidad de salir adelante.

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La propuesta del Banco Central en ese momento fue la de esperar cinco años para otorgar préstamos de refinanciación a veinte años. Me pregunto qué pyme vive cinco años con categoría 5. Y la ley no se sancionó, porque no lo discutimos; lo importante era hacer la reclasificación.

Con respecto a las normas del Banco Central, comparto el criterio sustentado por el presidente del Banco de la Nación en el sentido de que es necesario mantener un equilibrio. Si alguien va a un banco y dice que no puede pagar, no se le puede prestar; esto es evidente. Pero creo que el Banco de la Nación, como cualquier otro banco público, debe atender a cada cliente de a uno y tratar de solucionarle el tema.

Asimismo, debemos mencionar que algunas normas del Banco Central fueron dictadas cuando el país era creíble. En este sentido, hubo normas que nos vinieron muy bien, por ejemplo, cuando se produjo el efecto Tequila. Gracias a las normas de encaje y de participación del Banco de la Nación y del Banco Provincia, que actuaron como prestamistas de última instancia, la crisis del sector financiero fue corta y no tan aguda.

En la actualidad el sistema financiero argentino ha cambiado. Me pregunto si hoy vale la pena tener el 33 por ciento de encaje, cuando la banca ha sido extranjerizada en su gran mayoría. Si nos mantenemos rígidos en este tipo de políticas, lo que fue bueno en los años 1993, 1994 y 1995, hoy puede resultar una traba muy fuerte.

En este sentido, debo hacer una crítica. Las asociaciones empresarias no se manejan del todo bien. Tanto ABA como ABAPPA probablemente algún día elijan autoridades que no tengan nada que ver con un banco, sino que sean profesionales. Cuando éstas vayan al Banco Central, irán con el banco como mochila. Muchas veces no podrán pedir lo que quieren, porque del otro lado...

Hay cosas muy insólitas alrededor de todo esto. El año pasado se levantaron los previsionamientos de los créditos hipotecarios del campo. Hay una norma que establece que si a los 90 días no se paga, hay que previsionar el 2,5 por ciento; a los 120 días, el 25 por ciento; a los 180 días, el 50 por ciento; y al año, el 100 por ciento. Si un productor tiene un campo, lo hipoteca con el Banco de la Nación en 100 mil dólares y tiene una cosecha mala, se lo espera para la segunda cosecha, pero el Banco tiene que comenzar a mandar a pérdida y luego remata. Creo que el período de dos años se postergó a cuatro. La lógica hubiera sido que si la garantía cubría el crédito, se esperara para que la pérdida fuera menor.

Estas son las pequeñas cosas que no hicimos. Cuando votamos aquel día esta norma, creíamos que estábamos votando la factura conformada obligatoria, no la voluntaria. Me imagino a una pyme yendo al supermercado con una voluntaria; la echan y no la dejan entrar más. Estos son los pequeños detalles que hacen que nos vaya mal.

Hay ciertas normas del Banco Central que debemos respetar, pero existen algunas otras que no tienen sentido, porque el sistema cambió.

Me permito hacer una última reflexión. Si nosotros tenemos una norma que nos obliga a previsionar el 2,5 por ciento a los 90 días, el 25 por ciento a los 120 días y el 50 por ciento a los 180 días, ¿qué pasa a los tres años de recesión? ¿No se alarga la cadena de pagos? Antes nos sobraba tiempo; hoy nos falta. Y nos damos cuenta de todas estas cosas, pero no las cambiamos.

Tenemos que concertar algunos temas a través de la fuerza política, que tiene la obligación de gobernar este país. De lo contrario, parecerá que estamos paralizados.

SR. VOLANDO Señores representantes del Banco de la Nación: he asistido a este debate con mucha miga durante más de dos horas. Y digo que he asistido con mucha miga, en virtud de que la participación de los colegas ha sido muy sensata y profunda, con una verdadera vocación de encontrar soluciones.

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También lo fueron las respuestas de los señores presidente y directores del banco respecto de una crisis gravísima que afecta a varios sectores, si bien el debate ha estado concentrado en el sector agropecuario.

Ahora bien, esto realmente me preocupa, porque ¿qué es lo que hemos vivido? ¿Fracasos de cosechas y precios que se han venido totalmente abajo? No. Si analizamos la última década podemos apreciar que el país ha producido mucho y que durante varios años seguidos -incluido el presente- los precios han sido récord, registrándose una producción de muy buena calidad. Sin embargo, hay miles de productores -y así lo va a indicar el próximo censo- que han perdido sus explotaciones y desaparecido, mientras que otros, tal como se ha señalado aquí, tienen enormes endeudamientos, los que les genera un gran stress. Como bien dijo la señora diputada Curletti, hay gente que se suicida. Pero otros no lo hacen, sino que van muriendo de a poco a raíz del stress que provoca esta situación, que no es de ayer, sino que tiene ya varios años.

Toda esta situación se da en una Argentina cuyo progreso y riqueza estaban en el sector agropecuario, que es el que hoy está peor y, además, sin perspectivas. ¿Por qué señalo esto? Sé que ustedes me van a retar, pero quiero ser honesto; no sería leal a mi propia conciencia si no lo dijera.

En este debate -respecto del cual he dicho que tiene muchas migas, pues hay que gente que sabe mucho más que yo de Economía- no se ha señalado ninguna distorsión; parecería que todos estamos trabajando bien y que las cosas vienen mal, es decir, como si alguien nos hubiera maldecido o el diablo hubiese metido la cola. Sin embargo, hay una distorsión tremenda. Esto me duele pero no me sorprende. ¿Cómo podría sorprenderme de que la economía agropecuaria estuviera bien si tuviésemos una paridad cambiaria pareja? Pero resulta que estamos comprando a un peso y vendiendo a 50 centavos. Sé lo que ustedes pensando: que quiero la devaluación. No soy un hombre inteligente, pero tampoco tan estúpido, porque el endeudamiento en dólares es tremendo y lo único que realmente nos faltaría para pegarnos un tiro sería devaluar. Pero mientras se mantenga esta situación cambiaria, es decir, esta sobrevaluación de nuestro peso, no habrá una solución.

He escuchado con mucho interés las distintas opiniones. Y cuando uno busca un común denominador se encuentra con que manteniendo este tipo de cambio la gente, trabajando intensamente, reacondicionando las empresas y haciendo sacrificios de todo tipo, no solamente no gana, sino que pierde. Entonces, es evidente que hay algo que no funciona bien. Y esta es la tremenda distorsión existente.

Hace algunos años -yo era más joven pero no iba al colegio-, cuando hablábamos con algunos economistas tradicionales se hacía referencia a la necesidad de tener un tipo de cambio libre, con una paridad de equilibrio que, para evitar que nos metieran la mula, se decía que tenía que jugar libremente. Pero resulta que la República Argentina tiene un tipo de cambio congelado, con un peso absolutamente sobrevaluado. Y paralelamente, cuando miro a los países vecinos y del resto del mundo compruebo que en ellos hay un tipo de cambio libre y no existió el fenómeno de la hiperinflación, por lo menos no en una forma tan grave.

Evidentemente, ¿qué perspectiva tenemos con este tipo de cambio totalmente congelado? Yo tengo familia, trabajo, conozco, ando y converso con la gente. Y a veces pienso cuál es la perspectiva. ¿Producir más? No, porque aquí está demostrado que cuanto más produce uno menos le cierran los resultados. Es decir que la cosa no viene por ahí. Vamos a ir incorporando tecnología. ¿Qué esperamos? ¿Que el valor de la tonelada de trigo llegue nuevamente a 180 dólares?

Eso fue un accidente. El precio del trigo históricamente a valores internacionales no es tan malo como se ha dicho. No es el precio de la producción que arrastra a esta situación.

Todos los argentinos debemos hacer un mea culpa. Con este tipo de cambio sobrevaluado, con esta brecha cambiaria, no hay ninguna alternativa para la República Argentina. Estamos arrastrando a todo el país. En la ciudad de Buenos Aires, la gente se queja y con razón. Pero apelo a los amigos y diputados del interior; esto es una gloria respecto al interior donde la situación es dramática.

¿Qué ocurría en el interior? Había fábricas, se trabajaba, la plata que iba al productor por la carne, el algodón y el trigo se volcaba a la gente. De esta manera se hizo grande el país. No eran hombres ni técnicas extraordinarias sino se evitaban distorsiones. No podía dejar de señalar esto. Me voy habiendo escuchado muy buenas razones; un debate con gran altura y espíritu. Conozco a esta gente y sé que quienes han hablado lo hicieron de todo corazón. Pero me voy dolido porque no estamos buscando, viendo ni reconociendo la tremenda distorsión que tenemos en materia cambiaria. Esto nos ha llevado en definitiva a esta situación.

La Argentina ha tenido suerte de que estos cortes de ruta no han explotado. No tenemos un seguro de que esto no va a explotar. Si yo tuviera 18 años estaría en el piquete gritando y haciendo algo más. Hay que ver la pobreza y la miseria de la gente que trabaja de la mañana a la noche, sirviendo al país y siendo cada vez más pobre. No se empobrece aquel que no produce y trabaja. Veo cómo los productores se capacitan en el INTA. ¿Qué productor no se asesora con un contador, un veterinario, un ingeniero agrónomo y hasta un economista, los más grandes? Allí termina no sólo el analfabeto que pierde su explotación sino el que está asesorado por profesionales capacitados. ¿Todo esto no nos llama la atención y nos nos hace reflexionar?

No estoy hablando de devaluar, pero admitamos y comprendamos que la distorsión cambiaria no es del 2 o 3 por ciento, o sea algo pasajero. Estamos comprando a un peso y vendiendo a 50 centavos. ¿Qué tasas de interés más baja se puede tener que la del Banco Nación? ¿Vamos a reducir el costo de los insumos? Son esfuerzos positivos, pero son una cosa mísera al lado de la distorsión tremenda que existe. Mientras no corrijamos la distorsión, creo que las posibilidades de la Argentina y del productor agropecuario son bastante remotas.

Pensemos en esto. Puedo estar equivocado. Pero no sería franco si dijera que no veo dentro de este esquema cambiario la solución. No me interesa decir quién nos trajo a esto, no busco responsables ni culpables.

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No busco culpables, sino el problema. El problema está y no veo que se estén adoptando medidas para contrarrestarlo. Ahora comenzarán a aplicarse las medidas de competitividad, y todo el mundo sufre esta situación. Se le van a ir a las barbas al gobierno, al ministro de Economía. Pero, ¿las leyes de competitividad alcanzan para todos? ¿A todos se les puede bajar los impuestos? ¿A todos se les va a dar condiciones especiales? Francamente lo dudo.

Valoro la existencia del Banco de la Nación, al que defiendo. Menos mal que está el Banco de la Nación, el Banco de la provincia de Buenos Aires y que algunos bancos quedan todavía, pero ni siquiera vendiendo el Banco de la Nación nos podemos salvar. La situación es muy grave.

Luego de haber escuchado este debate tan importante, con el que ha aprendido mucha gente, debo decir que no vemos y no encontramos el camino, pero tampoco parece que no lo queramos ver.

Esta es una distorsión tremenda que no sólo nos ataca a nosotros sino a todo el desarrollo nacional.

SR. PRESIDENTE PELÁEZ Damos por finalizada la reunión.

Quiero agradecer la presencia del señor presidente, del señor vicepresidente del Banco de la Nación y de todo su equipo. Hemos tenido una excelente reunión. Nos han dejado una serie de inquietudes que analizaremos en la comisión.

Les quiero agradecer a todos su presencia.

- Es la hora 19 y 58.