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Comisión Permanente

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Reunión del día 26/08/2010

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En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los 26 días del mes de agosto de 2010, a la hora 11 y 27:
SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Damos comienzo a la reunión de la Comisión de Finanzas.

Agradecemos la presencia de las organizaciones que hoy nos visitan. Ellas son RADIM, APYME, CGERA y CAME.

Como es habitual, en las últimas reuniones tenemos más invitados que diputados. Y lo vuelvo a decir para que el mensaje llegue. No necesitamos quórum porque no está previsto dictaminar, pero sí deseamos con mucha urgencia adentrarnos en estas cuestiones y de ahí el cronograma que hemos dispuesto para el funcionamiento de estas reuniones. La idea es aprender e instruirnos lo más que podamos antes de emitir dictamen respecto del tema en cuestión.

En la última reunión contamos con la presencia de las asociaciones vinculadas con los usuarios y consumidores. Fue bastante claro el reclamo que hicieron quienes nos acompañaron en dicha reunión vinculado con el funcionamiento del sistema financiero. Estamos en el medio de la dolorosa situación de seguridad, más precisamente, de las salideras bancarias. Ya tenemos un despacho con un proyecto de ley que podría ser más ambicioso que fue analizado en la última convocatoria. El secretario me ha informado que fue despachado por la Comisión de Seguridad Interior. Allí sí hubo una respuesta rápida de parte de los señores diputados.

Esperamos que esto siga avanzando y que le demos tratamiento a otros proyectos a fin de contribuir para que estas cosas sucedan con menos frecuencia o que directamente no sucedan.

Asimismo, debemos destacar el tratamiento de los dos proyectos de ley en torno al funcionamiento de la UIF y del autolavado de dinero. Por ello, el trabajo de esta comisión será bastante intenso en las próximas semanas.

Vuelvo a hacer un llamado a la participación de la mayor cantidad posible de diputados. Hoy, de acuerdo a la respuesta que tuvimos en los distintos despachos, la asistencia sería perfecta, cosa que no se está manifestando en la práctica.

En primer término, le vamos a ceder el uso de la palabra a RADIM, es decir, la Red Argentina de Microfinanzas. Nos acompaña el presidente de la institución, señor Julián Costábile; el señor vicepresidente, Eduardo Ramos Mejía y el señor Javier Lombardi.

Nuestros invitados tienen mucha experiencia en este sector pues se desempeñan en tres instituciones de microfinanzas brindándoles préstamos de bajo monto a microemprendedores informales y de bajos recursos.

Por lo menos en dos de los tres proyectos de ley que tenemos en consideración hay una referencia directa a las instituciones de microcrédito. Hay vocación de canalizar parte del ahorro bancario hacia los préstamos a microemprendedores. Nos parecía que ésta era la transición justa para pasar a los consumidores individuales y eventualmente después a las pequeñas y medianas empresas.

De manera tal que para mí es un gran gusto tener aquí a la gente de RADIM, a quienes conozco personalmente, con quienes venimos trabajando hace ya varios años desde la Fundación Andares, para que ustedes expliquen a este auditorio qué es lo que hacen, en qué consiste el microcrédito y cuáles son las trabas que ustedes encuentran hoy en la canalización del ahorro hacia los microemprendedores.

Y como hacemos con otros invitados, también queremos escuchar su apreciación respeto de lo que han podido ver de los proyectos que estamos discutiendo y cuáles podrían ser sus recomendaciones para que los sectores que ustedes representan tengan una participación más plena en la intermediación del ahorro, que es uno de los problemas que tenemos hoy en la Argentina, con una bancarización tan baja como de un 30 por ciento.

Sin más introducciones, salvo que algún diputado quiera agregar algo, voy a dar la palabra a Julián Costábile, presidente de RADIM.

SR. COSTÁBILE Agradecemos la invitación. Para quienes representamos a RADIM es realmente un honor poder estar aquí para contarles qué es lo que hacemos, cómo están funcionando las microfinanzas en la Argentina, y para ponernos a disposición para lo que consideren necesario que comentemos sobre este tema.

Para nosotros ha sido una sorpresa muy grata que en los diferentes proyectos de ley en los que se trata el tema del sistema financiero por primera vez en la Argentina se comience a hablar del tema de las microfinanzas, es decir, que se piense en el sistema financiero incluyendo también al eslabón más pequeño, aquella señora o señor que hace algo en su casa, lo vende puerta a puerta, o tiene un pequeño comercio o una actividad apenas formalizada o aún sin formalizar, pero que está trabajando para ganarse lo que necesita para el día a día. Por eso vemos muy positivo que esto se incluya dentro de la discusión.

RADIM reúne un grupo de entidades de microfinanzas, y lo que hacemos básicamente es acercarle un crédito a esa gente, ese señor o esa señora que por falta de garantías, de balances, de avales o de una historia crediticia, está por fuera del sistema pero tiene un proyecto, algo para hacer, algo para invertir, una máquina para comprar, que necesita incrementar su mercadería, que tiene sus ideas y su empuje. Y lo que hacemos todas las entidades que estamos en RADIM es abordar esa situación, llegar a esa persona, analizarla, evaluarla, ver su situación, confiar en ella y darle un crédito. Simple y sencillamente, eso es lo que hacemos.

¿Qué es lo que caracteriza a las entidades nucleadas en RADIM? Estamos llegando a un promedio de diez años de antigüedad -el tema aún es nuevo en la Argentina-, y nos hemos reunido en esta red porque compartimos ciertos valores y principios, uno de los cuales es que al crédito no lo vemos meramente como un producto financiero sino que tiene que ser una herramienta de promoción humana; tiene que ser algo que permita salir adelante a esa persona y su familia. Ese es un pilar para todos los que estamos en RADIM.

Otro pilar de trabajo que tenemos es el del profesionalismo y la sustentabilidad. Quiere decir que las entidades que estamos nucleadas en RADIM hacemos microfinanzas con la visión de que la persona a la que llegamos es parte de la solución y no parte del problema. No le regalamos nada, sino que le damos un crédito.

Pero lo interesante es que la gente que recibe estos créditos responde de esa manera, o sea cumple con el pago de sus cuotas. No es un regalo ni un asistencialismo, es verdaderamente un financiamiento. Le damos un crédito para que ellos puedan hacer su actividad y nos lo puedan repagar.

En este sentido, las entidades que estamos nucleadas en RADIM venimos trabajando con mucho esfuerzo, con muchas dificultades. Saben que el concepto no es fácil en diversos sentidos. Llevamos prestados con mucho orgullo en estos diez años más de 600 millones de pesos en diversas provincias del país, como Salta, Jujuy, Chaco, Santiago del Estero, Capital y Gran Buenos Aires. Hablamos de préstamos que en promedio son de 2.000 o 2.500 pesos. Tal vez no es un volumen tan importante para el sistema financiero, pero si uno lo mide en la cantidad de personas que esto contempla, puedo decir con mucho orgullo que le hemos dado financiamiento a las personas, que ellas respondieron y lo hemos hecho de manera sostenida.

SR. PINEDO ¿Podría repetir la cifra?

SR. COSTÁBILE Hemos desembolsado 600 millones de pesos en estos diez años.

SR. PINEDO ¿Y a cuántas personas ha cubierto?

SR. COSTÁBILE Actualmente estamos llegando a 40 mil personas. La cartera activa está en el orden de los 100 millones de pesos. El desembolso se va acumulando. Tengamos en cuenta que estos créditos muchas veces son de corto plazo y de menor plazo que los del sistema financiero.

Quienes trabajamos en el tema, las entidades que estamos en RADIM, vemos que hay una serie de cuestiones que funcionan como una barrera o mochila que nos cuesta sobrellevar. Me refiero a aspectos como las cargas fiscales que afecta al microemprendedor como a la falta de un demarco regulatorio adecuado. Por esto hoy lleguemos a 40 mil personas. Pero todos somos conscientes de que en el país hay muchas más personas que podrían estar recibiendo un crédito de este tipo y usarlo para mejorar sus condiciones. Hay estimaciones que dicen que en la Argentina hay entre 1,5 y 2 millones de microemprendedores. Sin embargo, si bien decimos con mucho orgullo que podemos llegar a 40 mil personas también decimos que nos falta un camino enorme por recorrer. Pensamos que por lo menos hay un millón de personas que son sujeto de crédito, por lo cual 950 mil personas que podrían estar teniendo esta herramienta, hoy no la tienen. Ante esta situación se puede ayudar creando un mejor entorno legal, un mejor marco regulatorio que propicie que nos levante algunas de las barreras que tenemos este tipo de entidades, como el acceso al fondeo. Para nosotros no es fácil acceder a fondos para prestar. Me gustaría que mi colega comente y nos diga qué podemos hacer sobre aspectos como el marco regulatorio.

Es un tema nuevo que en la Argentina no está promocionado ni regulado al nivel que creemos que debería estar para llegar a más personas. El tema central del mensaje que queremos traer es que hay un enorme potencial para llegar a más gente, creemos que la gente usa bien el crédito. Los invitamos a que conozcan nuestras comunidades, que vengan, que hablen con las clientas y clientes para ver cómo usan sus créditos y así se ve con toda claridad el enorme potencial que tiene para un pequeño comerciante o feriante estos préstamos de dos o cinco mil pesos. Lo que hay que hacer es llegar a más gente y no tener barreras como es las que nos afectan muchas veces.

A continuación Javier Lombardi va a comentar las barreras con las que nos enfrentamos generalmente.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Sería bueno para el auditorio que expliquen la diferencia entre un préstamo de una institución de microfinanzas y un préstamo bancario, para que entendamos que son dos cosas diferentes y concretamente por qué no lo hacen los bancos y por qué sí lo hacen ustedes.

SR. LOMBARDI Señor presidente: quiero agradecer a la comisión por esta oportunidad.

Hay claras diferencias de lo que es el sistema financiero tradicional y el sistema de microfinanzas. Me voy a apoyar en algunas definiciones de Muhammad Yunus con respecto al sistema de microfinanzas. Básicamente, el sistema de microfinanzas es un sistema que se basa en las relaciones, en la construcción de vínculos -no en transacciones-, en la construcción de un capital social, en la construcción de la confianza, que creo que es lo más importante que tenemos al momento de celebrar cualquier tipo de contrato.

Entendemos a la economía informal, justamente, como aquella que carece de información para construir una propuesta de crédito, mientras que la base en la que se apoya el sistema financiero formal es la información que tiene sobre cada uno de nosotros y sobre la que construye la capacidad de crédito.

La microfinanza es un trabajo de terreno, de abordaje territorial profundo, de acercarse al emprendedor al cual apoya, entender la lógica de su vida, las carencias que tiene -no solamente en términos económicos, sino en términos de emprendimiento-, es entender la realidad de vida y a las amenazas a las que se ve expuesto como grupo familiar.

También entendemos que el microcrédito dirigido a este sector es un crédito que, además, impacta en la unidad familiar, que es el núcleo y la célula de cualquier sociedad que intenta desarrollarse por sí misma.

Las microfinanzas creo que tienen dos objetos fuertes, distintos y complementarios, un objeto social y un objeto de sustentabilidad. Hablo de sustentabilidad porque generar cambios en nuestros sectores de menores recursos, los más desfavorecidos requiere de tiempo y de las instituciones que se dediquen profesionalmente -como mencionaba recién Julián- para generar cambios en la sociedad.

Creo que el impacto que tenemos en nuestras familias lo podemos vivir. Es una vivencia personal y profesional muy agradable ver de qué manera nuestro trabajo impacta y cambia la vida de las personas y creo que lo podemos resumir en cuatro grandes esferas. Las microfinanzas crean empleo a través del autoempleo de la unidad familiar; mejoran el nivel activo y el ingreso de la familia; es una herramienta poderosa que contribuye a la reducción de la pobreza; y, finalmente, contribuye al mejoramiento de las personas.

La metodología de trabajo -como comentaba recién- es mucho trabajo de terreno. El 80 por ciento es trabajar en los barrios, trabajar en zonas rurales, entendiendo la realidad de las personas, entendiendo cuáles son las necesidades, tener la capacidad de adaptar nuestra oferta -que es muy limitada y reducida todavía- de servicios financieros, que básicamente se reduce a microcréditos, pero entendiendo que tienen otras necesidades adicionales, como es el ahorro, es seguros, mejorar su vivienda. En realidad, es todo aquello que tenga que ver con mejorar su calidad de vida.

Ese es el desafío que tenemos planteado en esto. Es un objetivo social, porque nos moviliza socialmente, es poder inferir en una mejor sociedad para todos, y tiene un objetivo de sustentabilidad.

Esto requiere de una interpretación ad hoc y que tenga una identidad propia. Esa es una de las cuestiones fundamentales. Llevamos diez años trabajando en la Argentina, hay mucho por hacer, pero es necesario que tengamos una identidad propia.

La realidad es que nuestras instituciones se van emparchando con figuras jurídicas que no nos terminan de generar la base que necesitamos para crecer exponencialmente como la Argentina lo merece.

En términos laborales debo decir que, para el derecho, estamos dentro del convenio colectivo de comercio. También tenemos restricciones en lo impositivo. Es una fuerte carga laboral, porque es un trabajo basado en las personas que requiere de un enorme componente humano. No solamente hablamos del costo laboral per se, sino también de lo que significa todo el abordaje en territorio. Ese es un desafío enorme.

Estamos trabajando con comunidades excluidas, marginadas y donde nosotros nos movilizamos para llegar a ellos. Ese es uno de los ejes principales que nos diferencian de cualquier sistema financiero formal: abordamos la realidad de la gente en el territorio.

Le voy a ceder el uso de la palabra al señor Eduardo Ramos Mejía, vicepresidente de RADIM.

SR. RAMOS MEJÍA Agradezco la invitación que nos han formulado.

A mí lo que me gustaría es poder cambiar la cabeza. Uno vive en un mundo de oportunidades. Todos los que estamos acá tenemos acceso al crédito. En el mundo empresarial se expresa que el dinero más caro es el que no se consigue. Y nosotros trabajamos con personas que no tienen acceso. Entonces, todas las transacciones son mucho más caras.

He escuchado en algún momento decir que una persona que tiene una casa en un country está desgravada o paga el 10 por ciento de IVA. En cambio, un emprendedor paga el 35 por ciento porque tiene que pagar todo y tiene todos los costos en contra. Las instituciones que trabajamos en esto vivimos el mismo proceso. Como no somos nada no accedemos al ahorro público. Por ello, pagamos muy caro los fondeos o lo ponemos de nuestro bolsillo.

Asimismo, trabajamos con gente que no tiene base de confianza porque no posee ni siquiera una escritura para garantizar que su palabra vale. Nosotros hacemos inclusión en serio.

Cuando empecé con esto me preguntaba cómo una persona, con 700 pesos, podía resolver algo. Y entonces pensamos en una persona de nuestro barrio que tiene que salir a trabajar, pero no tiene para el boleto ni para almorzar. Si encuentra una persona que le preste 20 pesos le brinda la posibilidad de ganar 100 porque llega al lugar de trabajo y puede cobrar su salario y su presentismo.

El microcrédito trabaja con la lógica de la no confianza y del exceso de costos que tienen las personas por no poder acceder a un beneficio al que nosotros sí accedemos. Además, nos llueven ofertas de tarjetas de crédito y cuentas corrientes y eso se extiende a este grupo de personas.

Nuestros costos son altísimos. Es persona a persona con trámites que, en algunas instituciones, duran hasta seis encuentros por un préstamo de 700 pesos que tiene una carga de tasa de 70 ú 80 pesos. Hablamos de jóvenes que ingresan a los barrios con serios problemas de seguridad.

Si uno mira bien notará que el peor negocio de la Argentina es tener una institución de microcrédito. Lo que planteamos es llevar la carga junto con la sociedad. Pagamos el impuesto al cheque y tenemos que tener nuestros balances aprobados. Los fondeadores nos piden muchas cosas porque saben que prestamos nuestra plata a personas que no nos dan garantías. Entonces, nos doblan la garantía y los seguros de cambio.

Tratamos de trabajar con instituciones de eficiencia para no estar cargando costos al emprendedor. Precisamente, el emprendedor -de por sí- está pagando el doble de lo que paga cualquier ciudadano que tiene oportunidades.

Sé que esta es una norma para entidades financieras, pero también quiero hablar de Yunus. El problema que tienen las microempresas en el mundo entero, según Yunus, es que están reguladas por bancos centrales que juegan otro deporte. Él decía que a los bancos centrales los regula el fútbol americano, mientras que nosotros jugamos al rugby. Todos jugamos con la misma pelota ovalada, los dos podemos tomarla con la mano, se convierten puntos si uno traspasa una valla, pero al rugby se juega pasando la pelota para atrás, mientras que en el fútbol americano se juega pasando la pelota para adelante.

Nuestro juego es con gente que no tiene garantías, y todos los bancos centrales trabajan la cadena de garantías: el banco central garantiza a cada banco, cada banco garantiza a la agencia, la agencia garantiza al cliente, el que tiene que hacer una hipoteca, etcétera. Está todo construido así y está bárbaro, porque es una muy buena manera de estructurar un manejo de dinero y una financiación. Nosotros trabajamos con gente que no denominamos pobres sino vulnerables.

Si nosotros tenemos una gripe nos metemos en la cama, llamamos a la prepaga y tomamos los remedios con el descuento que obtuvimos en la farmacia. Un padre de familia de un barrio se enferma y ese día los chicos ya no comen. Es decir, el nuestro es un cliente distinto al de la financiera o al de los bancos. Es una persona que ante el menor de los problemas entra en crisis. Por eso, nosotros tenemos una identidad distinta, ni mejor ni peor.

En Brasil se estableció que un 2 por ciento de los depósitos -lo cual representa millones de dólares- tienen que ser canalizados a través de las instituciones de microfinanzas. Sin embargo, nadie tomó ese préstamo porque es muy caro.

Aquí se crearon las cajas de crédito; hoy sólo queda una abierta. El Ministerio de Desarrollo Social está creando proyectos de microfinanzas en instituciones de la sociedad civil. Nuestras instituciones nacen de la sociedad civil, de los aportes que hacen como ciudadanos en pos de mejorar su situación. Necesitamos que se regule la identidad que tenemos para poder acceder a un fondeo lo más económico posible, para que los créditos para estas personas sean lo más baratos posible.

SR. COSTÁBILE El mensaje final es decirles que hoy hay 40 mil argentinos y argentinas que están recibiendo su microcrédito, que hay un grupo de entidades que hemos decidido abordar esto con profesionalismo, hemos decidido dedicar nuestra vida a esto, tratando de ser sustentables y eficientes, pero necesitamos un mejor marco regulatorio que nos permita crecer para en lugar de llegar a 40 mil personas, poder llegar a cientos de miles y poder tener un impacto mucho más importante, dándoles acceso al crédito.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Tiene la palabra el diputado Milman.

SR. MILMAN Saludo la presencia de nuestros amigos de RADIM. Muchos de nosotros entendemos que la ciencia económica es una ciencia social. Por lo tanto, esta norma que parece muy lejana de la gente tiene que acercarse a ella y ese es el objetivo que tienen todos los autores de los diferentes proyectos que se han presentado.

Me parece muy valiosa su presencia y el aporte de ustedes. Coincido con la necesidad de que estén incorporados al sector. Con la sanción de la nueva ley habrá cosas a favor del sector que surgirán del hecho de tener una identidad -como planteaba recién- y también habrá que bancarse la regulación que esto va a significar. No es todo tan simple. Tienen todo el compromiso de nuestra parte de intentar que en una nueva ley esté reconocido el sector.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Tiene la palabra el señor diputado Pinedo.

SR. PINEDO Quiero hacer unas preguntas. Hablaron del problema regulatorio laboral. Entiendo que lo que han dicho los invitados es que la gente que trabaja con ustedes está sujeta a un régimen comercial, supongo vinculado con figuras de sociedades o de dependencia laboral. Entiendo que están sugiriendo, o en todo caso es mi pregunta, que debe haber un régimen especial vinculado al voluntariado más que al aspecto mercantil de la actividad laboral que desarrollan. Quiero saber si esto es así o no.

En segundo lugar quiero conocer cuáles son las barreras que creen que habría que bajar en materia fiscal y en materia regulatoria financiera.

En tercer lugar quiero conocer cuál sería una buena política de avales y qué experiencia tienen al respecto. Evidentemente, la gente que no tiene un récord crediticio o la posibilidad de demostrar la solvencia en el pasado pero sí tiene un buen futuro, podría fortalecer la posibilidad de contar con créditos si tuviera avales de alguna manera.

SR. COSTÁBILE Respecto al régimen laboral las entidades que estamos en esta red tenemos distintas figuras jurídicas. Fundamentalmente son fundaciones, asociaciones civiles y también hay sociedades anónimas, donde los accionistas son inversores socialmente motivados.

Dependiendo de cada figura tenemos un régimen laboral distinto. La realidad es que ninguno se adecua a lo que nosotros realmente hacemos. No sé si algo como el voluntariado sería correcto, dado que apostamos a formar a nuestros recursos humanos. Son chicas y chicos de los barrios, muchas veces es su primer empleo en blanco y hay que capacitarlos sobre cuestiones de créditos entre otros temas. Debería ser algo quizás un poco más a medida o que al menos nos resultara un poco menos pesado de lo que resultan los dos convenios que tenemos que afecta a las sociedades civiles y anónimas. Esto lo digo en términos de posibilidades para los chicos, por las zonas de trabajo, no son trabajos de oficina sino de campo y muchas veces no está bien contemplado. Para nosotros es crítico porque es fundamentalmente un trabajo de personas, no hay mucho scoring. Esto es uno a uno, como decía Eduardo, se trata de un asesor de crédito que nosotros formamos, que va a la casa del emprendedor, lo evalúa y hace una carpeta completa donde contempla cuánto gana, cuánto gasta ítem por ítem. Es un tema muy importante para nosotros.

SR. PINEDO Se me ocurre que hay dos posibilidades. Una es que la entidad de microcrédito sea una sociedad anónima o una fundación, que no me parece tan relevante.

Una persona puede ser empleada de una sociedad anónima o empleada de una fundación y estar sometida a un régimen laboral similar. ¿Ustedes creen que en lugar de un empleado normal de una sociedad anónima o de una fundación, debería ser un colaborador de una fundación o un empleado como otra hipótesis, o a lo mejor tener un régimen laboral distinto?

SR. COSTÁBILE Sería bueno contar con un régimen específico adecuado o similar al oficial de crédito o asesor de crédito como llamamos nosotros.

Régimen específico que, más allá de que coincido en qué figura legal tenga la entidad, permita adecuarse al tipo de trabajo que hace la persona. En algunas tenemos comercio, en otras tenemos asociaciones civiles y clubes deportivos. Son dos convenios que, tal vez, no se adecuan a lo que nosotros hacemos. No tiene nada de bueno ni de malo cada uno, sino que, simplemente, es un traje hecho para otra medida.

SR. RAMOS MEJÍA Nosotros hablamos del régimen laboral interno, pero también hablamos del régimen laboral de nuestros prestatarios. Una persona que fabrica en su casa empanadas y sale al mediodía a venderlas o fabrica algo y sale a la ruta 8 y 197 a venderlo está perseguido. No puede ingresar al monotributo, no puede empezar a facturar y ahí hay que entrarle al tema.

Yo siempre lo comparo entre los que tenemos trabajo y tenemos un sindicato y tenemos de todo y el desocupado que, además de quedarse sin trabajo, se queda sin protección. Nuestro cliente es un desocupado, que trabaja más que los que estamos ocupados, porque si uno le sigue el horario a una ama de casa, que se las rebusca, lleva los chicos a la escuela, los lleva a un comedor, los trae, en el medio va a una casa, limpia trabajando en negro, va a ver que labura como locos, y encima no tienen ningún régimen que los contenga.

Cuando hablamos del régimen laboral no hacemos solamente referencia a nuestras instituciones, que quizás es el detalle menor. Me complico cuando mando un chico de 22 o 23 años a un barrio y que le pueda pasar algo. No está dentro de la oficina, está en una bicicleta, se cae, lo roban, es complejo, incluso tienen que ser monotributistas porque hay algunos -no voy a decir quién- que no quiere los sueldos, porque le crea un antecedente y puede ser que el día de mañana le inicien un juicio. Necesitamos alguna legislación que contenga nuestro contrato y que también vaya conteniendo a las personas que están trabajando en el sector informal y que no sean tan vulnerables a cualquier requisa de mercadería, etcétera.

SR. HELLER Yo creo que el tema de las microfinanzas requiere un tratamiento tal vez particular. Para mí, asumiendo cierta cuota de conocimiento, es un sistema basado fundamentalmente en los conceptos de la solidaridad y la ayuda mutua, del conocimiento entre las personas, etcétera.

Me cuesta imaginar esas entidades funcionando en el régimen de la ley de entidades financieras o de servicios financieros como la queremos llamar, por un tema filosófico, de los bancos centrales.

Alfonso, que ha sido presidente del Banco Central, sabe que es muy difícil reglamentar apartándose de ciertos criterios regulatorios, normativos, algunos que son de cumplimiento obligatorio porque devienen de normas internacionales, como Basilea, etcétera. Digo esto porque cuando se discutía el tema de las cajas de crédito -tema sobre el que tengo interés particular por la historia- mi opinión en realidad era que debían ser entidades que estuvieran reguladas en otro ámbito, en el Instituto Nacional de Asociativismo y Acción Mutual.

Esto que digo no es una cosa traída de los pelos. En algunos países, incluso desarrollados como Canadá, la caja Desjardins, que ha crecido enormemente y que hoy en la región de Quebec, representa más de la mitad del sistema financiero; maneja más de la mitad de los depósitos de la región. Ahí tienen un régimen y una supervisión aparte.

En los Estados Unidos las cajas de crédito tienen una ley aparte, al igual que la supervisión y el sistema de garantías. Este sistema funciona por fuera del perteneciente a la Reserva Federal. La particularidad que tienen estas garantías es que cuando se colocan en el marco de lo general y tienen que cumplir sólo con el régimen informativo que exige una entidad financiera, se tornan inviables. Son entidades deseables, necesarias e útiles. Yo no dudo de que éste sea un tema de la comisión; sí dudo que sea tema de esta ley. Lo digo porque el tipo de entidad no soporta el marco regulatorio mínimo.

Aquí se mencionó por qué se hizo una sola caja de crédito. Porque no da. Hubo muchos proyectos, pero cuando se hace un análisis serio de viabilidad notamos que esto no da. Es imposible hacer un pequeño banquito que tiene que cumplir, contar con auditoria externa y poseer todos los chiches que realmente tienen las entidades financieras.

Creo que deberíamos pensar en una ley de microcrédito y que genere los ámbitos adecuados de regulación, contralor y supervisión. Hablamos de un sector muy vulnerable.

Voy a comentar una experiencia un tanto desagradable. Participé de un evento organizado por la Febraban, es decir, la Federación de Bancos de Brasil y allí hice una disertación. Precisamente, en un panel anterior el tema que se estaba analizando se relacionaba con el microcrédito. Allí escuché a un experto que cuando quiso vender la idea a los bancos expresó: "Ustedes no saben el buen negocio que es prestarle a los pobres porque ellos no miran las tasas de interés sino que miran las cuotas. Si ustedes hicieran las cuentas verían que es un magnífico negocio". Como yo no creo que ése sea el espíritu de ustedes ni tampoco considero que es hacia dónde deberíamos legislar, me parece que lo relativo a las microfinanzas debería ser estudiado por esta comisión y busque un marco regulatorio adecuado. Todo esto mediante conversaciones con las propias organizaciones del sector que nos aportarían elementos para que podamos trabajar en el tema.

Creo que si lo ponemos en la órbita del Banco Central me permito decirles que no le vamos a estar haciendo ninguna gauchada aunque ustedes crean que ése es el camino. Me parece que los vamos a estar condenando a que no puedan funcionar.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Esto es parte de la discusión que venimos teniendo en la Argentina quienes participamos del sector de microfinanzas desde hace muchos años. Lo que plantea el señor diputado Heller es así. Hablamos de darle cabida a un sector incipiente pero que no termina de desarrollarse. Nadie va a estar en contra de los beneficios que les podemos llegar a otorgar. El problema es cuál es el costo de integrar estas instituciones dentro del marco regulatorio.

Sin ninguna duda esto es materia de discusión en este Parlamento. Y debemos aprovechar la ley de entidades financieras para dar esa discusión. El vicepresidente habla de una ley de microcréditos; ya la tenemos. Yo no los voy a forzar a escuchar cuál ha sido el resultado de esa ley, pero no ha logrado lo que se buscaba. Me parece que éste es el lugar adecuado para tener esta discusión. Son varios los ejemplos que fueron planteados en su intervención. Pero también tenemos ejemplos en Perú, Bolivia y en Ecuador donde ocurrió exactamente lo contrario: la institución de microcrédito se transformó en banco. En México existe el Banco Compartamos. Fue un banco tan exitoso que al final hizo una colocación de acciones por un valor obscenamente grande. Otro ejemplo lo constituye el Banco Sol en Perú. Era una institución de microfinanzas y hoy es uno de los principales bancos del sistema financiero.

Creo que lo que hay que tratar de encontrar es la manera de diseñar una transición regulatoria para que estas instituciones puedan crecer, porque el objetivo de los tres proyectos de ley -si no leí mal- es democratizar los servicios financieros. Esto no lo podremos lograr si por definición dejamos fuera del sistema a un millón de personas que hoy dependen de instituciones de microfinanzas de buena fe o de los tiburones crediticios, que prestan a tasas mucho más altas que las que citaba el panelista, tan altas que si no pagan le quiebran una pierna, porque esta es la realidad en muchos lugares de nuestro país.

Entonces, me resisto a pensar que debemos poner esta discusión en otro lugar en tanto y en cuanto el objetivo de estos proyectos de ley sea verdaderamente democratizar el crédito y llegar a donde tenemos que llegar.

En ese marco y retomando lo que planteaba el diputado Heller, creo que tenemos que reevaluar algunas de las propuestas de estos proyectos de ley.

El proyecto del diputado Heller establece un 2 por ciento obligatorio de fondeo para las instituciones de microfinanzas. Discutamos si ese es el camino para fomentar el microcrédito a microemprendedores pobres; quizás haya otro, no lo sé. Discutamos si es una estructura de incentivos. Discutamos si conviene o no reconocerla como una de las entidades reguladas, tal como figura en el proyecto del diputado Pinedo, y que esto implique la regulación que planteaba el diputado Heller.

Pero me parece que la discusión va mucho más allá de esas tres caras que estamos viendo allí; se dirige hacia ese millón de caras que hoy no reciben un microcrédito que les puede cambiar la vida. Y me resisto a pensar que no es nuestra responsabilidad tratar de encontrar una salida a ese millón de personas.

Quedaban dos preguntas por responder.

SR. COSTÁBILE En cuanto a la pregunta formulada por el diputado Pinedo sobre las barreras fiscales, muchas veces sobre los créditos hay distintos tipos de alícuotas o impuestos. Por ejemplo, el crédito a la vivienda está considerado como uno que requiere un tipo de promoción en la cual no se aplica el IVA. A los créditos que no requieren ninguna promoción se les aplica el 21 por ciento. El crédito a la microempresa, especialmente si es bien chiquita, seguro tiene un 21 por ciento y aun puede ser sujeto -si aún no se ha podido inscribir- de una restricción adicional, con lo cual el impuesto se eleva en 10 puntos más. Es decir, hay una estructura del IVA que no sólo no favorece al microemprendedor sino que lo perjudica. Por eso creemos que sería importante igualarlo con el crédito a la vivienda u otro tipo de créditos.

Más allá de la discusión sobre si estamos o no como para ser regulados por el Banco Central, es cierto que en pequeña escala somos un "banquito", en el sentido de que operamos con dinero. Por eso para nosotros el tema del impuesto al cheque o a las transacciones financieras nos resulta una carga muy gravosa.

Concretamente, nosotros traemos muchos fondeos del exterior, ligados a la cooperación internacional, fondos de inversores socialmente responsables generalmente de países del primer mundo. En estos casos pagamos retenciones al impuesto a las ganancias por traer esos fondos del exterior, que después volcamos en las comunidades donde prestamos. Es decir, hay una serie de temas donde no sólo los microempresarios y las entidades de microcrédito no estamos ayudados por el esquema fiscal sino que a veces hasta soportamos una carga más pesada que actividades comparables.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Incluso está el famoso encaje a la entrada de capitales para instituciones que se fondean en el exterior. La última vez que lo miré, del poco encaje que había en el Banco Central, más de la mitad era originado por fondeos para instituciones de microfinanzas, y no creo que esa haya sido la intención original del que decidió ese control a la entrada de capitales.

SR. PINEDO Sigue faltando una respuesta con respecto al tema de avales.

SR. COSTÁBILE En general, por el tipo de trabajo que hacemos nosotros, no pedimos un aval a nuestros prestatarios o clientes. Justamente, el trabajo que hacemos es ir a verlos, evaluarlos en profundidad y no les requerimos avales. Por supuesto se firman acuerdos y demás, para un seguimiento moral de que es un préstamo y no un regalo...

SR. PINEDO Estoy hablando de todo lo contrario: generar avales para esa gente desde fuera del sistema.

SR. RAMOS MEJÍA Yo creo que a lo que apunta el señor diputado es cómo la sociedad avala a esta gente.

SR. PINEDO Exactamente.

SR. RAMOS MEJÍA Nosotros tenemos conocidos, amigos, vínculos, que hacen avales, es decir, cubren la garantía que la persona no tiene.

Pero la construcción no es la construcción de capital social. Cuando hablamos de la autoestima es un asunto subjetivo. Si mañana una persona saca un crédito de 500 pesos, hace un negocio, gana 200 y devuelve los 500 pesos, se siente una persona útil. Lo que hay que construir es la oportunidad. Ellos se bancan los costos. Saben hacer las cosas, producen, y lo que hay que hacer es confiar y saber quién banca el riesgo por los que no logran hacerlo.

Por eso hablamos de un instituto distinto, que De Prat Gay y Heller definieron perfectamente. Me encanta porque es la primera vez que no son ex funcionarios los que hablan de esto. Hubo un ex director de la DGI que planteó cómo podía ser que ellos pagaran el 31 por ciento de impuesto mientras que para los demás estaba desgravado; pero es un ex funcionario.

Nosotros necesitamos legisladores que nos llamen y a la gente del ministerio. Hay 1.000 organizaciones sociales que están aprendiendo a dar créditos para poder dar un servicio a su gente e instruirla. Alfonso hizo mención a la existencia de bancos; una de nuestras organizaciones es un holding a nivel mundial, en Bolivia es un banco y acá no llega a ser una financiera. Tuvo ayuda internacional durante años para lograr ser un banco. Nosotros no somos tarados. Queremos ser trabajadores eficientes pero estamos trabajando con la gente más caída, no somos el Banco Central ni tenemos recursos ilimitados, no podemos captar ahorros y está bien porque hay que garantizar la devolución de los ahorros públicos. No estamos diciendo que está mal lo que existe. Hoy hablaba con ellos y mencionaban a la institución del escribano que da fe pública, porque tiene un colegio que los regula. Dan fe por un valor de millones de pesos, pero no están regulados por el Banco Central. Me parece que hay que buscar una diagonal para tratar de incluir a 4, 5 6 millones de argentinos que están sin poder acceder a los beneficios de tener un crédito para poder resolver sus problemas, ya sean avales, garantías o lo que sea, así podrá mejorar el costo de comercialización.

SR. COSTÁBILE Nosotros en las entidades vamos tratando de construir el historial de crédito de las personas. En ese sentido en las entidades de microcrédito estamos tratando de crear un bureau de crédito donde volcamos toda la información. Vamos ayudando a que la persona construya una historia crediticia que podrá ser utilizada por entidades como la nuestra u otras, pero que es propiedad de la persona que puede demostrar que pagó cuatro o cinco créditos y que es una base de datos.

SR. LOMBARDI Respecto de lo que dijo el señor diputado Pinedo sobre el tema laboral y entender al recurso humano dentro del sector, nuestra visión es de largo plazo.

Con los equipos de personas y profesionales que trabajamos es una de las mayores inversiones que hacemos con la opción de que estas personas que se suman al proyecto de microfinanzas, motivados socialmente por colaborar y con una opción de tener un trabajo digno, cuenten con la posibilidad de sostener a su familia con un trabajo y con tener un proyecto.

Creo que ahí quedó la idea del voluntariado, la especificidad de la tecnología que tiene que manejar esta persona que trabaja en terreno es determinada, lleva tiempo la formación del profesional y la intención es mantenerlo y darle oportunidades para que no se vaya.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Me parece que tenemos mucho material para meditar.

Vamos a avanzar con el siguiente paso de la cadena, pero sí les pido que nos acerquen en las próximas semanas las recomendaciones o alguna idea de por dónde puede ir este proyecto de ley para mejorar el alcance del microcrédito a todos aquellos emprendedores que hoy no lo reciben. Me parece que serían un gran aporte.

También se acercaron hace un rato algunos representantes de los Bancos de la Buena Fe. No habían sido invitados a la reunión de hoy, pero quizás en una próxima reunión les vamos a dar un tiempo después de que hayamos digerido esta modalidad de las microfinanzas para seguir avanzando. Los invito a quedarse, por supuesto, si así lo quieren.

Seguimos adelante con el próximo capítulo, que son los usuarios por el lado de los préstamos de los bancos y estamos hablando siempre todavía de empresas pequeñas y medianas. Por una restricción horaria, vamos ahora a escuchar a los representantes de CAME, que es la Confederación Argentina de Mediana Empresa, que tienen que irse a la una de la tarde. CAME representa a 1.371 federaciones, cámaras, centros, uniones industriales y comerciales, e involucra a un universo de más de 400 mil pymes en todo el territorio nacional.

CAME ha hecho su propio trabajo respecto de cuáles serían las necesidades de un sistema financiero que esté más cerca de la producción. Se han tomado el trabajo de mandarme una carta en mi condición de presidente de la Comisión de Finanzas, que después voy a repartir una copia a cada uno de los diputados, donde hay algunos puntos.

En esa carta, su presidente, Osvaldo Cornide, dice: "Esperábamos una participación más activa en un debate que es trascendental para el desarrollo." No se me ocurre otro lugar más adecuado para debatir esta cuestión que la Comisión de Finanzas de la Cámara de Diputados, así que con mucho gusto recibimos no a su presidente sino a los representantes que mandó CAME, que es el doctor Vicente Lourenzo, que es el secretario de prensa y difusión de CAME y que es el vicepresidente segundo de CADMIRA, la Cámara de Mayoristas Industriales de la República Argentina, a quien le damos el uso de la palabra.

SR. LOURENZO Señor presidente: yo soy el secretario de prensa de CAME y le voy a dejar la palabra al señor Elías Soso, que es el vicepresidente 1º de CAME que, además, es el presidente de la Asociación Empresaria de Rosario.

SR. SOSO Señor presidente: vengo acompañado del presidente de la Federación Económica de Buenos Aires, la Fecoba, y por representantes de la Federación de la Ciudad de Buenos Aires, de la Federación de Entre Ríos y de la Federación Económica de Tucumán.

Quiero hacer un introito que tiene características más bien de afirmación de la larga lucha de las pequeñas y medianas empresas, que alcanza gran parte de la historia de los últimos 50 años de la vida argentina en la confirmación de una lucha contra una ley de entidades financieras que destruyó el aparato productivo nacional, decididamente organizado y planificado y nos sorprende que el tiempo ha trascurrido y prácticamente, a pesar de su modificación, se mantiene intacta.

Sabemos que van a haber intereses poderosos para tratar de mantener esta estructura especulativa, máxime en un momento en el que la economía del país está creciendo, los números son optimistas y, como acostumbra normalmente esta gente que está vinculada al negocio financiero usurario internacionalmente, vienen a llevarse la frutilla del postre.

Creo que nuestra obligación de dirigentes, que hemos atravesado varias generaciones en la lucha por una Argentina mejor, es la de agregarle el ingrediente de la decisión política de modificar la actual ley. Todos estamos de acuerdo en que esta ley no puede seguir vigente en una Argentina que pretende romper la estructura antiproductiva, especulativa que se ha instalado, donde hasta un jubilado llegó a percibir el 600 por ciento de tasa de interés en un día. Entonces, imagínense cuánto habrá pagado la sociedad argentina por el traslado de riqueza hacia los sectores que especulaban de parte de los que trabajaban.

Todavía hay coletazos de todo eso. El año 2008 fue uno de los períodos más brillantes de los bancos en la Argentina. Pese a la crisis mundial, en nuestro país se ganaron muchísimos miles de millones de pesos. No está mal que se hagan en el marco de la economía capitalista moderna, pero naturalmente deben tener coto. No puede ser que en la Argentina y en el nombre de la libertad se utilice para trasladar los bienes y riquezas -que crean las pymes- y vayan a parar alegremente disminuyendo la rentabilidad de nuestras empresas.

En los últimos años la vigencia de un mecanismo de mercado-internismo -que a nosotros nos favoreció sin hacer política partidocrática, pero siendo objetivos en el análisis- junto con los números y guarismos nos ha mostrado una mejora ostensible. Por ello, ha llegado la hora en que cuando crezca la economía sea indispensable disponer de un sistema financiero que se ponga al servicio de aumentar la producción. Vemos lo que significa ese negoción de darle la plata a la gente para consumir. Las personas apuntan al costo de la cuota. En realidad, se les está vendiendo a más del doble un televisor de lo que se vende en cualquier otra parte del mundo creando una moneda nueva que lo constituye la tarjeta de crédito.

En ese caso, inauditamente el consumidor común va con la plata en la mano y no solamente le dicen que no tiene descuento sino que el producto lo va a pagar al precio de lista. La tarjeta Tal del banco Tal tiene un 30 por ciento de descuento. En la Argentina han inventado una moneda nueva que tiene más valor que la moneda nacional de curso legal.

No soy un entendido en la materia de las finanzas, pero sí les puedo decir que debe haber un espíritu basado en regular la actividad y no regalar el mercado. Esa es la tesitura que maneja la Confederación Argentina de la Mediana Empresa.

Gracias a un Parlamento que está decidido a tratar este tema tenemos la brillante oportunidad de dejar de estar sometido a estas reglas. De la Argentina no se va nadie porque siempre resultó un gran negocio. Pasó con el 1 a 1 y con la ley en la mano. Se llevaron del país camiones que contenían dinero en efectivo. En los últimos tres años más de 50 mil millones de dólares están fuera del circuito nacional. ¿Por qué se han ido? Porque aquí el negocio financiero está armado.

Creemos que hay que jugar a favor de los intereses de la pequeña y mediana empresa que, a buen romance, se basa en elaborar políticas para que la clase media argentina aumente los puestos de trabajo y haya inclusión social.

Dar crédito al consumo exclusivamente a las tasas de interés actuales y negárselo virtualmente a las pymes es un factor inflacionario. En la Argentina la inflación es estructural y en este momento hay mayor consumo respecto de la producción. Si usted aumenta el consumo está generando el disparador de la próxima inflación. La única forma es poner al servicio de la producción nacional, de las fábricas argentinas y la mano de obra argentina todo el capital que se pueda en el marco de una ley regulatoria que le garantice la renta pero que no sea usuraria.

Desde hace muchos años venimos caminando el país buscando que las pymes sean el motor de un país diferente y creo que lo podemos lograr. Se están dando las condiciones pero no hay que tenerle miedo. Nadie se va de la Argentina y se quedan porque éste es un país que representa un gran negocio; siempre ha sido así.

Tengo un discurso que no es técnico. Me crié en un negocio, vendí en la calle y conozco lo que allí sucede. Me doy cuenta cuando alguna cosa se está maquinando. Así como vienen, no me gustan las tarjetas de crédito. Me parece que nos están investigando porque saben lo que consumimos, lo que hacemos y lo que no.

No me parece bien pagar siete mil pesos un televisor que vale tres mil. Estamos subsidiando mano de obra extranjera. Mucho no entiendo, pero me da la impresión de que acá hay un gran negocio. Facilitamos los negocios porque somos capitalistas modernos. Pero busquemos un capitalismo con distribución equitativa del ingreso sin la cantidad de gente marginal y sin trabajo que tenemos en el país. La única manera es que el crédito se ponga al servicio de aumentar la producción.

Le voy a ceder el uso de la palabra al señor Raúl Robin, representante de la Federación Económica de Tucumán.

SR. ROBIN Agradezco la invitación formulada por esta comisión.

Nuestra institución agrupa todas las actividades productivas, fundamentalmente agroindustrial y el sector de comercio y servicios.

Desde la Federación Económica de Tucumán aceptamos un desafío, desde hace menos de un año, de conformar un sector que trabaje sobre las economías regionales. Yo mismo provengo de un sector primario: caña de azúcar y tabaco.

La Federación Económica de Tucumán fue fundadora de una de las cajas de crédito que lograron sobrevivir a la reforma de hace treinta o cuarenta años. Me refiero al Banco Empresario de Tucumán, que ha sobrevivido luchando fuertemente en pos de la defensa de los intereses del empresariado de Tucumán, obviamente siempre con el apoyo de nuestra Federación Económica. Hace apenas cinco o seis años lograron finalmente absorbernos.

En Tucumán, como en casi todo el país, la mayoría de los depósitos no son representados en la zona. Mientras las cajas de crédito en mi pueblo, Juan Bautista Alberdi, existían, casi todo el movimiento financiero se desarrollaba en torno de ellas. Existía confianza, las cajas de crédito crecían, así como la actividad económica en su conjunto. Sin embargo, leyes que solamente lograron una fenomenal concentración del sector financiero transformaron esas pequeñas cajas en bancos cooperativos, incluyendo al Banco Empresario de Tucumán. De esta forma lograron capotar todo ese sistema y transformar al país en un gran embudo financiero, donde todos los que podíamos depositábamos en los bancos pero luego no éramos sujetos de crédito.

Es así que en el sector de las economías regionales, en todas las provincias, hemos perdido más de la mitad de los productores agropecuarios, sobre todos los pequeños y medianos. Esa fue una de las causas por las que resultó difícil sobrevivir, sobre todo en la década del 90.

Recuerdo las reuniones de los productores en esa época, donde el primer reclamo era refinanciación. No había préstamos internacionales, la situación era difícil pero el sistema ya no respondía.

Hoy creemos que es necesaria la reforma de la ley de entidades financieras. Es necesario reactivar las economías de todo el país, sobre todo en el interior, en los pequeños pueblos de los lugares más extremos, en las provincias limítrofes con otros países, que son los que verdaderamente dan vida a la economía porque a partir de esa producción primaria regional -té, caña de azúcar, tabaco o lo que fuera- funciona la metalúrgica, el comercio, los servicios. Así se arma la trama de la sociedad que permite que la gente siga viviendo en cada lugar. Esta gente debe volver a tener el apoyo del sector financiero, que acuda con la fuerza necesaria para que realmente volvamos a hacer del sector financiero uno que apueste a la inversión productiva en el país.

Simplemente quiero manifestar que coincido con lo expresado por el vicepresidente de CAME y por el sector de microcréditos, a quienes tratamos de favorecer en cada una de nuestras zonas y que también deberían ser apoyados.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Tiene la palabra el señor Vicente Lourenzo, secretario de Prensa de CAME.

SR. LOURENZO Atento a que se hizo mención a la nota que presentamos a la comisión y que se comprometieron a repartirla, brevemente voy a enunciar las propuestas de modificaciones a la ley. Quiero comentar que no sólo lo presentamos como una nota sino que lo hemos elaborado como proyecto de modificación de la actual ley de entidades financieras.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY ¿Este proyecto lo tiene hace tiempo?

SR. LOURENZO Estuvimos trabajando hace tiempo. Hace rato que le venimos pegando duro a la ley actual, si me permite la palabra, atento al cuadro que mostró Elías y que viene de hace tiempo en cuanto a que las PYMES quedaron marginadas.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY ¿Cuántas veces lo pudieron venir a plantear aquí?

SR. LOURENZO Es la primera vez que venimos a plantearlo aquí. Por eso estamos muy contentos de venir aquí. Nosotros actuamos fuertemente ayudando a nuestros representantes en el Congreso.

CAME es una de las entidades que promocionó la modificación de la ley de tarjetas de créditos en dos oportunidades. Pudimos, junto con la ayuda de nuestros representados, rechazar el veto del presidente Menem. Estamos acostumbrados a trabajar dentro del Congreso dando nuestras opiniones.

Yendo a la ley de entidades financieras, voy a leer los enunciados que proponemos como modificación, dado que algo ya se dijo en la introducción.

Proponemos convertir al sistema bancario en una institución para la promoción del desarrollo. Para nosotros es fundamental cambiar el objetivo que tiene la actual ley de entidades financieras creando una banca que permita, además de una banca comercial que es lo que se está desarrollando actualmente, tener una banca de desarrollo. O sea deseamos reconvertir a la banca de inversión en banca de desarrollo.

Por otra parte, proponemos cambiar el posicionamiento estratégico del Banco Central en el sistema bancario. Muchas veces hay bancos privados que nos dicen que es una regulación del Banco Central y no pueden hacer algo. Sería interesante apoyarlos pero no podemos hacerlo porque el Banco Central nos dice qué tenemos que hacer. Es fundamental que este proyecto de ley redireccione hacia dónde va el crédito, colocando determinados instrumentos que tiene el Banco Central, creando nuevos instrumentos y estableciendo límites de los porcentajes por ejemplo de cartera de crédito al consumo, o de crédito al Estado.

De esta forma, obviamente los bancos estarían obligados a pensar en las pequeñas y medianas empresas como sujeto de crédito, lo que actualmente no hacen.

También proponemos poner topes a los costos de financiamiento. Cité antes a la ley de tarjetas de crédito porque en un momento a los comerciantes les descontaban 10 por ciento de sus cupones; nosotros denunciamos públicamente que era un robo. Así logramos tener una ley donde se estableció que el tope era del 5 por ciento. Todos nos decían que esto era atentar contra la libre oferta del servicio que estaban dando las tarjetas de crédito y que los grandes bancos se iban a ir. No se fue nadie. Después de trabajar mucho tiempo observamos que el 5 por ciento, cuando habíamos dejado atrás los altos índices inflacionarios, era muy caro para los márgenes de comercialización que se estaban dando. Logramos tener en 2003 otra ley donde se estableció un tope del 3 por ciento.

Por lo tanto, somos conscientes de que tranquilamente se puede trabajar en una nueva ley que coloque topes a los costos de financiamiento y más cuando se dirigen a las pequeñas y medianas empresas.

CAME es una entidad que representa al interior del país y que en su cuerpo directivo tiene representante de cada una de las provincias. Casi unánimemente nos están pidiendo que esa nueva ley exija posicionamiento de las entidades bancarias en todo el país, no sólo en las grandes urbes donde está el negocio comercial, el negocio del consumo, sino que establezca sucursales donde se originan los depósitos dado que aquí muchas veces, como hay poca densidad de población, no se abren sucursales.

Otro punto que planteamos es impulsar la banca especializada. Esto es fundamental porque como la ley actual dice permite la ejecución de todas las actividades no prohibidas por esta ley, los bancos terminan haciendo cualquier tipo de actividad salvo lo que tienen que hacer. Creo que es fundamental entonces la creación de la banca especializada.

Seguimos siendo impulsores -o pretendemos ser impulsores- de la banca pública.

Les quiero decir que desde el sector pyme estamos viendo que el único banco que está ejerciendo una actividad a favor de las pymes es el Banco de la Nación, con la Línea 400, que tiene diez años de duración, los primeros cinco con tasa fija y el resto de los años a tasa variable. Es uno de los pocos créditos para pequeñas y medianas empresas que tienen un proyecto a mediano y largo. La actual banca privada nacional o extranjera no da créditos a mediano y largo plazo, por lo menos para las pymes.

Para terminar, que algo ya se dijo, creemos que se deben relanzar las cooperativas de crédito, fundamentalmente porque, si bien hubo una nueva legislación sobre cooperativas de crédito que está vigente, esta legislación establece un marco de garantía de capital inicial exigible que hace inviable la creación de estas cooperativas de crédito.

Estamos a disposición de las preguntas y pedimos disculpas porque a la una de la tarde tenemos reunión del Consejo Federal, y nos tenemos que retirar después de que nos hagan las preguntas.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Aprovecho para agradecerles porque estas invitaciones terminamos cursándolas con poco tiempo. La razón por la cual lo hicimos con poco tiempo es porque a veces es difícil encontrar un día donde tengamos buena cantidad de diputados.

Con los miembros de la comisión quedamos que nos íbamos a juntar el martes pasado y ese día no podía el diputado Heller y este último martes no podía yo.

En vistas de que no se presentan preguntas, agradecemos y despedimos a los invitados de CAME.

- Se retiran los miembros de CAME.
SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Vamos a seguir adelante con el ex diputado Marcelo Fernández, de CEGERA, que es la Confederación General Empresaria.

SR. FERNÁNDEZ Señor presidente: quiero agradecer la invitación de la Comisión de Finanzas. Uno lamenta haber venido solo, pero ocurre que hoy es Pro-Textil en La Rural.

Para presentarme les digo que soy diputado con mandato cumplido en 2009, con lo cual lo voy a corregir al señor presiente. Siéntase contento con el número de diputados que vienen, porque lamentablemente en los años que fui diputado casi venía solo, así que lo felicito por la convocatoria. Perdóneme que lo corrija públicamente. Así que póngase contento por la convocatoria. No quiere decir que no luche por más.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Siempre.

SR. FERNÁNDEZ También soy empresario textil. Estoy por hablar en Pro-Textil y ya estoy escuchando los insultos que me deben estar diciendo porque tengo que hablar allí en unos minutos.

Básica y brevemente, voy a agradecer esta invitación porque, para nosotros, es fundamental como pyme. No traje un bosquejo de quiénes somos y no los voy a aburrir contándoles quiénes integramos la confederación, pero somos una entidad que se siente hermana de CAME. Tenemos una voluntad política de dejar algo para el empresariado nacional, con lo cual yo lamento la desinformación que tenía. El único proyecto que conocíamos es el del diputado Heller y voy a dejar mi tarjeta para que nos hagan llegar los otros proyectos para conocerlos.

Básicamente, me voy a referir a lo político. El proyecto que conocemos y apoyamos es el de Carlos Heller porque es el que nos llegó. No conocemos los otros dos que, en definitiva, pueden ser similares, mejores y superadores. Entonces, sería bueno que los conozcamos.

Es un momento político muy interesante para las pymes para poder hacer todo esto y, fundamentalmente, opinar sobre la ley de entidades financieras respecto de la cual habría que reformarla o hacer una totalmente nueva.

Coincidimos en que es necesario fomentar el crédito a las pymes. La banca pública es la única que nos está acompañando. También lo hace el Banco Credicoop.

Quería compartir un ejemplo con todos ustedes. Hace un tiempo llevé a una entidad pública una torta con una velita y les dije "Feliz cumpleaños". Me preguntaron por qué y les contesté lo siguiente: "Por el crédito que pidió mi empresa y que tardó un año en ser aprobado". Compré las máquinas, las traje, las puse y ahora me van a reintegrar el capital. Una de las cosas más lamentables que debemos soportar es la burocracia. Esperamos que esta ley pueda entender que los tiempos de las pymes no son los mismos que tienen las grandes empresas, a veces por dificultades nuestras en el llenado de papeles o en los balances. No se olviden de que nosotros somos los gerentes financieros, los de recursos humanos, los de comercialización y los de ventas. Al hacer todo, nos olvidamos de la parte financiera.

Particularmente, con tres muy buenos balances tardé un año en sacar un crédito. Por ello, los tiempos de las pequeñas y medianas empresas no son tales y no podemos esperar.

Apoyamos todo lo que aquí se ha manifestado y la iniciativa del señor diputado Heller. Más que una discusión política entre diferentes pensamientos, creo que hay que establecer una política de Estado. Percibo que en esta comisión están representados todos los partidos políticos.

Desde CGERA aspiramos a que salga la mejor ley porque sabemos que el crédito para las pymes debe ser una política de Estado y no debe ser la política de un gobierno ni de un partido político.

Agradezco la invitación y voy a dejar mi tarjeta personal para que nos puedan enviar la ley por mail.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Le aclaro que los tres proyectos están en la página web de la Cámara de Diputados, tienen estado público y quienes lo deseen los pueden consultar.

La otra reflexión que tengo para hacer -no tiene que ver con esta intervención- es que sepamos manejar las expectativas. Sabemos los problemas que tiene esta ley, pero considero que una norma no va a provocar lo que durante treinta o cuarenta años no sucedió en la Argentina.

Me refiero al ejemplo concreto de la pyme ordenada y con los balances al día. Si la situación macroeconómica no acompaña sabemos muy bien lo que ocurre.

Eso también tiene que ser parte de la discusión, pero debe ser un debate franco. No vaya a ser que de aquí se van las entidades confiadas en que mañana la mitad del crédito va a las pymes y el 15 por ciento va a las instituciones de microfinanzas. Ojalá suceda algún día, pero no va a ocurrir de forma automática.

Es el inicio de un diálogo que tiene que ser más fecundo hacia delante con las entidades regulatorias, los bancos y las medianas empresas.

Tiene la palabra el señor diputado Heller.

SR. HELLER Simplemente quería decir que no tiene otra razón de ser que existe un vínculo institucional intenso y que efectivamente la CGERA conoce nuestro proyecto porque me han invitado oportunamente y yo he concurrido a su sede a explicar los contenidos de dicha iniciativa.

Así que lógicamente conocen el proyecto.

Además, porque tenemos visiones que compartimos desde el punto de vista de las pequeñas y medianas empresas, su rol en la economía, etcétera.

De cualquier manera, comparto lo que acaba de decir el diputado De Prat Gay, con un asterisco. Es cierto que no hay ninguna ley que vaya a resolver todos los problemas. De cualquier manera, nosotros tenemos que hacer la mejor ley posible porque esa es la manera de ir construyendo una arquitectura distinta. Hay tantos lugares por donde empezar, en este caso nos toca empezar por acá: hagamos una ley de entidades financiera marco que sirva para avanzar en determinada dirección. Después habrá que resolver los problemas de la informalidad, de la economía en general, pero cada uno tiene un lugar en el escenario y no se resuelve dentro de esta ley. Pero no debemos restar valor a esta norma, aunque no resuelva todo. Por el contrario, creo que tiene una importancia fundamental.

Adelanto que mi bloque va a presentar en los próximos días un proyecto de reforma de la Carta Orgánica del Banco Central a fin de devolver a esa institución algunas de las atribuciones que perdió en 1993, de manera tal que su rol no quede circunscripto a defender el valor de la moneda, tema que no deja de estar dentro de los objetivos pero que creemos que no debe ser el único de un Banco Central que aspire a ser una herramienta para ayudar a construir un país más inclusivo y más justo.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Tiene la palabra el diputado Milman.

SR. MILMAN Obviamente esta ley no va a resolver todos los problemas de la economía, pero es importante que contemos con esta herramienta.

Creemos también que cuando contemos con la nueva norma habrá que ver cómo se adapta el Banco Central de la República Argentina, para después analizar cómo reformar su Carta Orgánica. Por eso la idea desde nuestro bloque es esperar a ver cómo resulta esta ley para luego adaptar la normativa del Banco Central.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Quiero hacer una breve reflexión sobre un tema al que se hizo referencia. Marcelo González y también la gente de CAME hablaron de sujeto de crédito. Cuando nosotros asumimos la gestión del Banco Central, a fines de 2002, creo que no había una sola pyme que fuera sujeto de crédito dentro del marco regulatorio existente entonces. No había un banco que estuviera dentro del sistema regulatorio porque llevaban un año sin presentar balances, estaban todos fuera de la regla. Y fueron dos regulaciones muy concretas -el fraccionamiento de crédito y perdonarles los préstamos caídos- las que volvieron a dar la posibilidad a las pymes de ser sujetos de crédito y empezar a crecer desde ese lugar.

Esto no es un "autobombo", sino que lo digo porque una cosa es la ley y otra cuestión es la responsabilidad de los funcionarios que tienen el cargo ejecutivo en concreto y que tienen las herramientas, más allá de esta Carta Orgánica o de otra, de esta ley de entidades financieras o de otra.

Por eso insisto con que este es un trabajo conjunto. Este es un primer paso pero desde ningún punto de vista es el último. Creo que es urgente; por eso lo estamos tratando con la seriedad con la que lo estamos haciendo y convocando a la mayor cantidad posible de actores para que esta sea una ley bien informada y, como dijo el diputado Heller, la mejor ley posible.

SR. FERNÁNDEZ Recuerdo al señor presidente que yo hablé aquí al lado suyo en este Congreso sobre esas modificaciones.

SR. HELLER Si el presidente de la comisión tiene memoria, al segundo día que asumió estuvo reunido conmigo hablando de los problemas del financiamiento de las PYMES y le llevé las inquietudes del caso.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Sí, es posible.

Vamos a continuar con los representantes de APYME. Creo que lo mejor es que ustedes se presenten y nos expliquen qué es lo que hacen y sobre todo nos den ideas sobre cómo mejorar el debate y lo que estamos tratando.

Se encuentran presentes Juan José Sisca, el secretario de la entidad por la provincia de Santa Fe; el contador por Córdoba Eduardo Fernández, protesorero; el economista Juan Carlos Amigo, asesor de la entidad, y el gerente general licenciado Horacio Aicicovich.

SR. SISCA Hablaré en primer lugar y seré muy breve. Hago la salvedad de que estamos muy ansiosos con el tema.

La realidad es que APYME es una entidad que nació a mediados de la década del 80. Una de las luchas principales que nos trazamos en aquel momento fue la derogación de la ley de entidades financieras 21.526. Me cuesta decir que era una ley, porque en realidad era un bando de la CAL y que al decir del Ministro de Economía de aquel entonces, José Alfredo Martínez de Hoz, era la columna vertebral del modelo económico que se implementó a sangre y fuego y que trajo las consecuencias sociales y económicas que todos conocemos y que no vamos a repetir.

En el sistema financiero por ejemplo, de 218 bancos privados que había en 1979, hoy hay 60. Había 85 bancos cooperativos y quedó sólo uno, el Banco Credicoop. Hoy existe una concentración muy fuerte.

SR. HELLER Había 700 cajas de crédito antes de eso.

SR. SISCO Exactamente, había 700 cajas de crédito antes de esa ley. Esto lo digo por la brutal concentración que además se da a nivel territorial porque entre Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba tienen concentrada el 83 por ciento de la actividad; creo que éstos son datos precisos. Hay 2.168 localidades sin servicio bancario.

Respecto al producto bruto interno, la financiación dirigida al sector es del 12 por ciento, cuando el promedio de latinoamericano es del 37 por ciento y en los países desarrollados es del 123 por ciento.

Por lo tanto, para nosotros, para las PYMES, que coincidimos con el análisis que hizo CAME, estamos en un momento de desarrollo porque las PYMES a partir de 2003, con un nuevo modelo económico en marcha, con la expansión del mercado interno, con la inclusión, etcétera, hemos crecido. Pero hemos crecido con capital propio, con la capacidad ociosa que teníamos y lamentablemente el sistema financiero no jugó el papel que debía jugar con el desarrollo de las PYMES.

Este modelo tiene materias pendientes. Una y muy importante es la ley de entidades financiera como también una nueva ley mipyme que también vamos a plantear porque consideramos que la actual no contempla la realidad de las PYMES en el país. O una política tributaria que segmente a las PYMES. Luego Eduardo Fernández se va a expresar sobre estos temas.

Yo hablaba de la ansiedad. Para nosotros esto es muy importante porque hace más de 30 años que las PYMES no contamos con herramientas para poder desarrollarnos. Salvo el Banco Nación y el Credicoop, todo está muy lindo. Se ha modificado la Carta Orgánica del Banco Central, pero cuando uno va al banco a pedir un crédito siempre hay una traba y el 12 por ciento es muy poco para ir a las PYMES.

De eso es muy poco lo que va a las pymes. Siempre hay una traba que hace que a las pymes les sea casi imposible obtener algún crédito.

Le voy a dejar la palabra a Eduardo Fernández, de Córdoba, protesorero de la entidad, que se va a referir más concretamente a los proyectos.

SR. FERNÁNDEZ Señor presidente: en primer lugar, quiero reiterar el agradecimiento al presidente y al vicepresidente de la Comisión de Finanzas y a los diputados por esta invitación.

Siguiendo lo que decía recién Sisca, lo que expresaba Soso o Marcelo Fernández, aclaro que, en realidad, no nos pusimos de acuerdo para decir lo que estamos diciendo, el panorama que estamos presentando. Es muy importante este sector de la economía que a veces uno está en boca de todos y en las manos de nadie. Es un lema porque de las pymes habla todo el mundo y tienen razones para hablar. Esto ustedes lo saben y lo quiero reiterar porque hay economistas acá, de 1.400.000 establecimientos que hay, más del 99 por ciento -estos son datos del año 2003- eran establecimientos de menos de 200 empleados, es decir, eran pymes en nuestro país.

El proceso de recuperación económica al que hacía mención recién Sisca ha potenciado esta cifras; las que sacó la Secretaría Pyme, a través del mapa pyme, indican que justamente este proceso de recuperación económica ha sido mucho más dinámico en el sector pyme a partir de invertir lo poco que había, sin el acompañamiento del sistema financiero. Es justamente el sector que más empleo generó, el que más empleo regularizó cuando también se le dio algún plan de regularización y esto significa el 72 por ciento del empleo en el país.

Es decir, cuando hablamos del sistema financiero y hablamos de las pymes nosotros decimos que somos -o tendríamos que ser- los usuarios número 1 del sistema financiero, por su importancia socioeconómica, importancia socioeconómica que está en la generación de empleo, pero también en la posibilidad de desarrollo de nuestro país para incorporar valor, porque es el que tiene dinamismo. Así lo ha demostrado la realidad, porque apenas se crean las condiciones, el que más dinamismo tiene es este sector empresario.

Este tema que hoy los diputados, a través de diversos proyectos, ponen en discusión es un talón de Aquiles al modelo productivo nacional con inclusión de las pymes, para que sirva, para que haya una distribución de la renta mucho más equitativa en nuestro país; por eso es que a veces lo hacemos con tanta pasión como lo hacía Soso.

Cuando decíamos y veníamos haciendo reuniones explicando que hay un proyecto de ley de servicios financieros, una nueva ley de entidades financieras, todos se acordaban lo que representó el sistema financiero para las pymes. Las personas grandes -para no decir los viejos-, viejos empresarios, los empresarios viejos, vieron al sistema financiero muchas veces quedarse con los ahorros de su vida, porque no comprendían este cambio del juego, que significaba que en horas cambiaban las condiciones del sistema financiero.

La lógica de la ley de entidades financieras vigente es justamente la de maximizar utilidades. Creo que los señores diputados, a pesar de que son de distinto partido, no pueden discutir que la vigencia de esta ley trajo más concentración de la banca, trajo no asistencia a los sectores fundamentales de la producción, nos ha traído -como decía Sisca- una de las asistencias al sector privado no financiero de las más bajas de Latinoamérica y una de las más bajas del mundo. No llega al 12 por ciento sobre el PBI.

Esto ha generado que miles de localidades no tengan bancos ni servicios financieros. ¿Cómo vamos a construir una sociedad y una Argentina distinta sin un servicio financiero?

Cuando decimos que se va a discutir una ley de servicio financiero deseamos que contenga algunas cuestiones que se pueden resolver a través de los funcionarios o de determinadas resoluciones. Sostenemos que debe haber un marco que determine que el servicio financiero es público y tiene que llegar a todos los usuarios, ya sean privados, consumidores y microemprendedores. Es necesario proteger a los usuarios. Hay un proyecto del legislador Milman que hace referencia a lo que estoy mencionando.

Nosotros hemos visto cómo muchos gobiernos y administraciones salvaban al sistema financiero y no al sector productivo. Y ya sabemos qué fue lo que decidieron las administraciones respectivas en su momento. Por eso insistimos en que en el contenido de la ley tiene que estar caracterizado el usuario. Ya no puede ser más un servicio exclusivo. Hoy hablamos de que existen más de un millón cuatrocientas mil unidades de producción; un 93 por ciento son pymes. Esto representa el bajísimo grado de bancarización que hay en nuestro país. Y ese también es el resultado de esta ley de entidades financieras. Significa que hay zonas en donde no hay asistencia.

Me toca recorrer mi provincia y sería bueno que vieran la forma en que se arreglan los empresarios y productores agropecuarios de la zona. Caen en las manos de los usureros. ¿Cómo va a avanzar el sistema productivo? ¿Cómo vamos a dar más empleo? ¿Cómo vamos a dar más valor si no hay un sistema financiero puesto al servicio de la producción?

La ley debe llegar por igual a todo el mundo, pero también debe proteger al sector micropyme. Este sector tiene que ser asistido por un porcentaje mínimo de la capacidad prestable del sistema.

Hoy, cerca del 18 por ciento de lo que se presta va hacia las pymes. Es necesario hacer una oferta mayor y preparar al sistema. Debemos guiar a los bancos comerciales para que asistan al sector. Hay que ponerle un techo al costo.

Los sectores más débiles están representados por los préstamos personales hasta un monto que sea más o menos razonable. Esto debe ser extendido hacia los micro, pequeños y medianos empresarios. A estos sectores les cuesta mucho armar esa ingeniería para llegar a la asistencia financiera. Ellos no deben soportar los costos. El objetivo es maximizar los beneficios y atender las necesidades de los usuarios.

Es muy importante que la ley establezca -a la luz de lo que ha pasado internacionalmente y respecto de la banca privada-, un límite a la concentración de la banca individualmente contemplada. No es un límite que se coloque para perjudicar a nadie. La idea es favorecer el sistema y para que todos se dediquen a acercar los servicios públicos y las pymes. Eso me parece razonable y tiene que estar atendido.

En la ley tiene que estar contemplada la regionalización. Si es universal, si es un servicio público, no puede haber zonas del país que queden excluidas. Y tiene que brindar la posibilidad de la reconstitución de las cajas de crédito, de los instrumentos de crédito que atiendan a las localidades más chicas, a sectores productivos que tienen confianza asociativa y que tienen posibilidades de captar y prestar.

Si los señores diputados logran una ley en este sentido significará un enorme avance, no sólo para las pequeñas y medianas empresas. Si bien lo hemos hecho desde un carácter sectorial, por filosofía nosotros somos pequeños y medianos empresarios que pensamos en un desarrollo equitativo y en la construcción de una sociedad más justa. Esta ley de entidades financieras tiene que ser el primer paso para tener acceso al crédito a un costo razonable, para que un sector no siga concentrando superutilidades cuando otros están en crisis.

Por eso los aliento y vamos a colaborar con ustedes. Estamos haciendo reuniones, difundiendo que hay proyectos de ley de servicios financieros para que los empresarios nuevamente puedan pasar por el banco y no por la vereda de enfrente, que es lo que muchos hacen, consecuencia del recuerdo que les ha dejado el sistema financiero y su conducta hasta el momento.

Ese es el aporte que venimos a hacer desde APYME, una entidad que representa a miles de empresarios a lo largo y ancho del país. Seguramente vamos a acercarles los aportes e inquietudes que vayan surgiendo. Creemos que este es un primer paso; luego habrá que dar otros para lograr que las pymes accedan al crédito.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Tiene la palabra el señor Amigo.

SR. AMIGO Reitero el agradecimiento por la invitación. Por una deformación de pertenencia, nos referimos esencialmente a la importancia que tiene esta iniciativa para las pymes.

Quiero recordar que uno de los ministros que firmó la creación de la ley de entidades financieras en 1977 la incluyó como columna vertebral del plan de destrucción que se había propuesto la junta militar que ejercía el gobierno en ese entonces.

En relación con lo que planteaban los compañeros de los microemprendimientos, quiero referirme brevemente al contexto político. La ley de entidades financieras de 1977 -no sólo porque era de la dictadura sino por todo su contenido- fue una norma que apuntaba a la destrucción de un entramado social que podía ser peligroso para los objetivos del último gobierno militar. Se trató de la destrucción de las cajas de crédito cooperativas que en gran parte cumplían las funciones que hoy nos explicaban los representantes de RADIM.

En cuanto a la pequeña y mediana empresa, quiero hacer otra mención histórica. Una de las primeras resoluciones de la junta militar fue la eliminación de COPYME, Corporación de la Pequeña y Mediana Empresa.

Por eso desde el sector de la mediana y pequeña empresa coincidimos con los representantes que hicieron uso de la palabra con antelación. Saludamos esta iniciativa que pronto esperemos que deje de ser tal para convertirse en una ley.

Quiero hacer una de las referencias respecto a un amigo que hizo uso de la palabra recién sobre el consumo. Voy a hacer un agregado respecto a la inflación y comentarle al presidente sobre una situación que si bien no existió tal como lo voy a contar, merecería realmente que fuera veraz. En un Congreso se reunieron economistas y colegas para determinar una definición de inflación porque en ese momento había cien. El resultado fue que terminaron teniendo 101 definiciones. La inflación, en nuestro país, se la vincula con el consumo, o sea que cuando aumenta el consumo también aumenta la inflación. Esto es una falacia tota. Es el leitmotiv de los formadores de precio que no hablan de sus superganancias, las que surgen después de la aplicación de los costos fijos, variables y de la ganancia normal del empresario. Esos formadores de precios, más otros voceros son los que elevan sus prédicas en estos momentos en contra de estos proyectos, en contra de los proyectos que están debatiendo a cuyo conocimiento y debate nos han invitado.

¿Quienes están en contra? Aquellos que desde todo punto de vista están en contra de la intervención del Estado porque históricamente esto para ellos ha sido nefasto. Así lo afirman en el sentido de que han sido reemplazados en sus funciones de lograr la mayor cantidad de ganancias.

Por eso me refería a esto de la definición de la inflación, que no tiene que ir atada al consumo y a los salarios ni a la ineficiencia, entre comillas, que le asignan a las PYMES.

Una última reflexión. Somos conscientes, así lo creo, de que esta ley es un ladrillo más en la imprescindible elaboración de un plan general de producción para el país, de un plan de producción concreto en el que una ley como ésta tiene que ser uno de los puntales fundamentales.

Por eso es que somos optimistas en que este proyecto deje de serlo para convertirse en una ley acabada.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY Tiene la palabra el señor diputado Milman.

SR. MILAN No se preocupe, dicen que no hay inflación.

SR. AMIGO No me preocupa tanto como me preocupaba en otros tiempos donde era mucho más que la actual. Estoy en condiciones en otro momento de debatir sobre criterios de inflación y mis modestos conocimientos al respecto.

SR. PRESIDENTE DE PRAT GAY En esa línea, repito lo que dije a otros de nuestros visitantes. Las propuestas y sugerencias que tengan para hacernos llegar, serán bien recibidas. Creo que es la idea y la manera de hacerlo. Me parece que la inflación no es un tema menor a los efectos de la creación del crédito.

Por más que tengamos un sector público orientado en la dirección correcta, creo que el crédito, muchas veces, llega a donde no tiene que llegar, que es a financiar al Tesoro nacional en vez de financiar a las pymes. No podemos discutir esto a espaldas de lo que es la situación macroeconómica. Esto lo hemos dicho más de una vez y seguramente lo discutiremos entre los diputados cuando llegue el momento de tratar artículo por artículo.

También quiero recordar que vamos a legislar hacia adelante, no legislamos hacia atrás. Alguna parte de la discusión de hoy me hacía acordar a cuando venían los banqueros al Banco Central a verme -Carlos era una de las poquísimas excepciones, eran dos o tres nomás los que se animaban a mirar hacia adelante- y venían con la lista interminable de las cosas que había que resolver de todo. Nosotros no podemos legislar para atrás. Creo que en la Argentina hoy estamos todos bastante cansados de diagnósticos que ya conocemos.

Entonces, tenemos las aspiraciones. Ya sabemos a dónde queremos llegar, tenemos los objetivos, lo que nos falta, a veces, son las ideas de cómo vamos desde A hasta B.

En eso es que les estamos pidiendo a nuestros invitados -por supuesto también a los diputados y a sus asesores- ayuda y auxilio porque si no encaramos esta ley desde ese lugar vamos a estar engañando no sólo a los demás, sino que también a nosotros mismos.

Con estas reflexiones, damos por terminada la reunión de la Comisión de Finanzas.

- Es la hora 13 y 22.