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CIENCIA, TECNOLOGIA E INNOVACION PRODUCTIVA

Comisión Permanente

Of. Administrativa: Piso P01 Oficina 130

Secretario Administrativo LIC. CAMPOS PABLO

Jefe DR. Alsina Fermin

Martes 18.00hs

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  • CIENCIA, TECNOLOGIA E INNOVACION PRODUCTIVA

Reunión del día 08/10/2020

- INFORMATIVA

SR. PRESIDENTE RICCARDO Buenas tardes señoras diputadas y señores diputados, señoras y señores expositores, y muchísimas gracias por vuestra presencia.

Esta es la tercera reunión informativa de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Cámara de Diputados de la Nación, convocada con el objeto de escuchar la opinión de expertos y actores institucionales del sistema científico-tecnológico sobre distintos ejes temáticos, y abonar el debate en torno de diversos proyectos de ley de financiamiento del sistema de ciencia, tecnología e innovación de la República Argentina.

Antes de presentar a cada uno, quiero expresar el dolor de toda la política argentina -y especialmente de nuestro partido- por el fallecimiento del diputado mandato cumplido Miguel Ángel Giubergia, de la Unión Cívica Radical, quien supo cumplir una función pública en el ENACOM. Acabamos de enterarnos de su fallecimiento hace unos minutos, y queremos expresar a su familia y a sus amigos nuestras condolencias y compartir su dolor.

Se nos ha ido no solo un correligionario amigo de la política de la Unión Cívica Radical, sino también un hombre de la política argentina que dedicó toda su vida a la búsqueda del bienestar del pueblo de su provincia, Jujuy, a la que siempre representó.

De esta manera, he querido compartir esta triste noticia y expresar, en nombre de la comisión, nuestro acompañamiento a su familia.

Dicho esto, doy la bienvenida a las diputadas y a los diputados. Les agradezco que estemos aquí reunidos -será un día intenso, ya que hay muchos oradores para hacer uso de la palabra- y especialmente doy las gracias a los expertos que nos acompañan: Graciela Ciccia, Miguel Ponce, Mario Pecheny, Raffaele Oriani -desde Italia-, Alejandro Díaz; Leandro Linarello, Gustavo Lugones, Augusto Salvatto y Adrián Vojnov. Todos ellos serán, en ese orden, los oradores de hoy; en su debido momento les iré otorgando el uso de la palabra. Una vez más, no quiero dejar de expresarles, en nombre de cada diputado y cada diputada integrante de la comisión, un profundo agradecimiento.

Todo lo que ha venido ocurriendo en materia de debate ha sido muy valioso, y hoy tenemos una gran expectativa sobre este título -sistema científico, tecnológico y de innovación de la República Argentina- que resulta ser tan importante para la discusión futura sobre la innovación y el desarrollo en nuestro país, y la manera de promover el aumento de la inversión privada a partir del análisis de los modelos y de las experiencias internacionales.

Creo que es un desafío para la política argentina descubrir cómo se puede dar un paso en favor de que el Estado se imbrique de forma virtuosa y sinérgica con el sector privado, a fin de que el esfuerzo que hace el pueblo en forma de recursos para el Estado vuelva, como en una rueda, como un desarrollo que promueve la igualdad, el acceso al trabajo y el crecimiento de la economía sobre la base de la innovación.

Para que puedan expresar sus saludos en representación de sus respectivos bloques, harán uso de la palabra mi colega y amiga diputada Claudia Alicia Bernazza, y la señora diputada Ingrid Jetter.

Tiene la palabra la señora diputada Bernazza.

SRA. BERNAZZA Señor presidente: muchas gracias. Es un gusto participar de esta nueva reunión informativa.

En primer lugar, quiero compartir sus condolencias frente a la pérdida de una figura política. Más allá de las diferencias o de las distintas posiciones que uno pueda tener, siempre honra a la política que hombres y mujeres de este país se dediquen a ella. Por eso, estas situaciones siempre significan una gran pérdida.

En segundo término, celebro la presencia de estos expositores y estas expositoras de lujo, a quien doy una gustosa bienvenida. Para nosotros es un honor recibir a los doctores Mario Pecheny, Adrián Vojnov, Gustavo Lugones y a todos los demás que hoy nos acompañan.

Para que sus voces tengan lugar y cuenten con más tiempo para realizar sus alocuciones, nuestro bloque y las restantes fuerzas políticas hemos decidido restringir los comentarios finales.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Agradezco la voluntad de las diputadas y de los diputados de honrar todo el tiempo posible en favor de nuestros expositores, que son más numerosos que lo que usualmente tenemos en las reuniones de comisión. Por eso, estoy doblemente agradecido.

Tiene la palabra la señora diputada Jetter.

SRA. JETTER Señor presidente: es un gusto participar en esta tercera reunión convocada para seguir analizando el tema que nos ocupa. Por supuesto, también comparto sus condolencias.

Quiero dar la bienvenida a los expositores que nos visitan hoy: Graciela Ciccia, Alejandro Díaz, Leandro Linarello, Miguel Ponce, Gustavo Lugones, muy especialmente a Rafaelle Oriani -agradezco a Valeria Engroba, quien ha sido el nexo para sumar a este brillante expositor desde Italia-, Augusto Salvatto, Adrián Vojnov y Mario Pecheny.

Tal como manifestó usted, señor presidente, es muy importante el tema sobre el que vamos a hablar. Creo que el gran desafío en la Argentina es ver cómo se hace para que la inversión privada sea mayor en el sector de ciencia y tecnología.

Por lo tanto, estoy totalmente expectante. Quiero escucharlos para aprender más y para que, entre todos, podamos construir una muy buena ley de financiamiento para ciencia y tecnología, que para mí son la base y el pilar del desarrollo de un país. Son todos muy bienvenidos y los escucharemos con muchísima atención.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchísimas gracias, señora diputada.

Quiero decir a todos y a todas que el tiempo aproximado de exposición es de ocho minutos. Tendré a mi cargo la parte antipática de avisarles un minuto antes de que termine ese tiempo.

Antes de proseguir con las consideraciones técnicas, a las que luego volveré a referirme muy brevemente, pido disculpas porque olvidé dar la palabra a la señora diputada Lorena Matzen, quien también quiere recibir a nuestros invitados.

Tiene la palabra la señora diputada Matzen.

SRA. MATZEN Señor presidente: simplemente quiero felicitar y agradecer, tanto a usted como a la vicepresidenta 1ª, por esta buena convivencia en nuestra comisión a la hora de propiciar este tipo de encuentros.

Es realmente un honor para nosotros recibir a los expositores que nos acompañan para discutir, sobre todo, cómo la ciencia y la tecnología pueden tomar un rol más importante en la política pública de la Argentina. Como manifestara la señora diputada preopinante, se trata de generar el incentivo para que los sectores público y privado congenien en aquellas medidas que se deben tomar respecto al financiamiento y a los presupuestos necesarios para que nuestro país tenga el desarrollo que se merece a través de la ciencia y la tecnología.

Tal como lo expresó uno de los expositores en la anterior reunión informativa, este tema debe ser realmente el marco que atraviese todos los ministerios del Estado; tiene que ser transversal. Es necesario un trabajo conjunto de todos los ministerios para incorporar la ciencia y la tecnología con una mirada puesta en el desarrollo y, sobre todo, para motivar al sector privado en la inversión.

Señor presidente: muchísimas gracias por propiciar que nos acompañen estos expositores. Escucharlos nos permitirá tener herramientas materiales y cognitivas para poder tomar decisiones.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Comparto los saludos y los agradecimientos hacia todos los bloques políticos que han sido solícitos y colaboraron enormemente en la conformación de una lista amplia de expertos en esta materia.

Hechas estas consideraciones, paso a lo más importante: recibir a nuestros invitados y a nuestras invitadas. Como dije antes, el tiempo de exposición es de ocho minutos y avisaré antes de que se cumpla el plazo; pero creo que vamos a andar muy bien.

En primer lugar, doy la bienvenida a la doctora Graciela Ciccia. Graciela es doctora en Farmacia y Bioquímica de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Se especializa en la articulación público-privada para el desarrollo de proyectos tecnológicos y en la obtención de fuentes nacionales e internacionales de financiamiento. Asimismo, es directora de Innovación y Desarrollo Tecnológico del grupo Insud; presidenta del departamento de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Unión Industrial Argentina; y miembro del directorio del Conicet -Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-, representando al sector productivo.

Graciela, tiene ocho minutos para su exposición.

SRA. CICCIA Muchas gracias a ustedes por la invitación. Es un placer estar acá y aportar algunas ideas sobre cómo promover el aumento de la inversión privada en ciencia y tecnología y articularlo con el sistema público.

Voy a dividir mis ocho minutos en dos bloques: uno, dedicado a la innovación abierta, y otro, a la generación de empresas con base tecnológica.

Tenemos en cuenta que necesitamos un marco regulatorio -y para ello contamos con ustedes-; recursos humanos calificados -que en el área de mi especialidad, que es la biotecnología, afortunadamente hay muchos en la Argentina- e industria.

Entendemos por innovación abierta el proceso por el cual una empresa establece vínculos con las universidades o con los centros de investigación público-privados. Hace treinta años, a partir de la Ley de Promoción y Fomento de Innovación Tecnológica número 23.877, se crearon las unidades de vinculación tecnológica cuyo rol clave es fortalecer ese puente.

Sin embargo, esa ley que fue muy moderna hace treinta años, necesita un upgrade. Si seguimos haciendo las mismas cosas y esa articulación no se produce con el número y la eficiencia que queremos, tenemos que darle una vuelta. Por ello pensamos que en esas oficinas, que adquieren distintos nombres -en el Conicet, los centros científicos tecnológicos, las oficinas de vinculación, la misma gerencia de vinculación tecnológica, la Red VINTEC, programa de vinculación también creado hace treinta años, de las universidades, o en el INTA-, se necesita una mayor profesionalización de los recursos humanos dedicados a esa gestión tecnológica.

A veces los presupuestos involucran la carrera de investigador o de personal de apoyo, pero en muchas oportunidades estas figuras no son tenidas en cuenta y para que la vinculación sea eficiente es necesario tener excelentes profesionales, bien remunerados y dedicados.

Por otro lado, estamos en 2020 y todavía no tenemos un mapa de la innovación en la Argentina ni base de datos donde se pueda -desde el sector empresario y/o desde las oficinas de vinculación- acceder a la gran capacidad científica tecnológica que tiene el país. Entonces, me parece que es una deuda y que tenemos que hacer un esfuerzo nacional para conseguir los recursos del presupuesto para la ciencia. Porque una empresa -sobre todo una pyme- está poco acostumbrada a vincularse con el sector científico y realmente le da lo mismo si es alguien de la Universidad de Río Negro, de Catamarca o de un Instituto de Santiago del Estero quien le resuelve un problema, le brinda un servicio o hace un convenio de investigación y desarrollo. La realidad es que no conocemos esa información porque es muy difícil acceder a ella y, además, mucha no está digitalizada.

Creo que estos tiempos de pandemia nos enseñaron a trabajar virtualmente y a tener tiempos exprés, como demostró la convocatoria de la agencia que depende el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, presidida por Fernando Peirano. Antes era habitual que se tardara un año para evaluar novecientos proyectos, sin embargo, en estas circunstancias se hizo en un mes. Por ello, tenemos que reflexionar acerca de la estandarización de la normativa. Imaginen que una empresa acude al Conicet, pero el mismo investigador también trabaja en la Universidad de Mar del Plata, y participa un grupo de la Universidad de Buenos Aires. Entonces, mientras las normativas, los overheads institucionales y los tiempos administrativos son distintos en las tres instituciones, del otro lado está el sector productivo que quiere invertir en ciencia y tecnología, pero sus tiempos tienen que ver con la oportunidad en el mercado. Así, para promover la inversión y lograr que las relaciones fluyan más fácilmente, sería conveniente pensar en una estandarización, y tenemos el CIN para lograrlo. Por ello, entiendo que es un punto para reflexionar.

Anteriormente mencioné la ley 23.877, que fue muy buena y virtuosa porque, entre otros beneficios e incentivos al sector productivo, otorgaba créditos fiscales tanto a empresas grandes como pequeñas. Sin embargo, la reforma tributaria contenida en la ley 27.340, sancionada en diciembre de 2017, dejó aquella ley paralizada y sin sentido. La verdad es que desearíamos tener un proyecto de ley que mejorara la ley 23.877 -que ya tiene sus años-, o que al menos solucionara el hecho de que las empresas que invierten en investigación y desarrollo, o en modernización tecnológica, pudieran tener un incentivo. Anteriormente, el incentivo era que el 50 por ciento del crédito fiscal podía aplicarse al impuesto a las ganancias, pero quedó totalmente desdibujado con la reforma tributaria. Lo peor fue que, habiéndose asignado dinero en el presupuesto nacional, no se pudieron hacer las convocatorias del FONTAR ni en 2018 ni en 2019.

Por otro lado, tenemos la Ley de Promoción de la Biotecnología Moderna, una gran iniciativa del Congreso que, por diferencias entre las autoridades de aplicación, tanto del entonces Ministerio de Industria o del Ministerio de Ciencia, estuvo diez años sin reglamentarse. Finalmente, cuando se reglamentó en 2018, no tenía asignado presupuesto.

Posteriormente, en 2019 se llamó a concurso, pero los beneficiarios todavía no recibieron los incentivos. En el Ministerio de Desarrollo Productivo nos dicen que es un problema de la AFIP, pero la realidad es que a pesar de que la ley es muy buena, cuando pasa a la ejecución, quizás no cuenta con un equipo compenetrado. Igualmente, esto no importa porque no es un problema de la AFIP, sino de la autoridad de aplicación. Entonces, si la ley existe, tiene que llegar este beneficio que es tan importante para quienes invertimos en investigación y desarrollo.

Voy a darles un ejemplo de cómo se tracciona y apalanca al sector privado cuando hay un incentivo público, como ocurrió en 2010, oportunidad en que el Fondo Sectorial de Biotecnología contaba con fondos del Banco Mundial. Me refiero específicamente a la creación de Mabxience -seguramente la escucharon porque es la empresa seleccionada por AstraZeneca para hacer la vacuna de Oxford- que, cuando empezó, recibió un subsidio de un millón de dólares.

Entonces, con una inversión privada instaló una planta en Munro, de 1.800 metros cuadrados, para producción de anticuerpos monoclonales, la primera en América Latina, con una inversión de 20 millones de dólares y ensayos clínicos por 30. Y una segunda planta, con una inversión de 40 millones, que fue la que se inauguró a principios de este año. O sea que cuando el Estado promueve incentivos a partir de sus leyes, tracciona a los privados.

Creo que el futuro de la Argentina es mirar las empresas de base científica tecnológica y las startups. Seguramente Adrián contará su caso. Quiero recordar que hay una ley de capital emprendedor y una figura de aceleradora científica que ha generado semilleros. En estos últimos tres años más de 50 empresas de este tipo han tenido impacto global. Con estas firmas se aliviana la inversión pública porque hay fondos de capital emprendedor que invierten. Me parece que la Argentina tiene que mirar ese sector para ser más atractiva. Muchas gracias.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Graciela. No conecto mi video porque tengo problemas de conexión; espero que me puedan escuchar.

Solicito a todos los expositores o expositoras que los documentos y el material que tengan a disposición y quieran compartir lo dejen en la comisión porque haremos un reservorio de todas estas exposiciones y del material que ustedes aportan.

Agradecemos a Miguel Ponce por su presencia. Es doctor en Ciencia de Materiales, licenciado en Química e investigador independiente en el Instituto INTEMA-Conicet de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Tiene la palabra el señor Ponce.

SR. PONCE Buenos días. En primer lugar, agradezco tanto a los diputados como a las diputadas por la oportunidad de participar. Conozco a algunos de los legisladores por algún proyecto de ley que estamos llevando adelante a través de la resolución de problemáticas sociales.

He leído con atención ambos proyectos de ley, tanto el presentado por el diputado Riccardo como el de la diputada Bernazza; son importantísimos para nosotros. Después ustedes decidirán con cuál seguirán adelante. Los expositores del otro día fueron muy claros.

Hice una lista en función de lo que han hablado. En los 8 minutos que tengo asignados, quiero comentar la experiencia que tuvimos en función de lo que mencionaban los cuatro expositores del otro día, entre ellos Albornoz, Stefani y D'Amico. Realicé un detalle de todas las problemáticas -sé que necesitarán estos documentos- a fin de que las miren con tiempo -no ahora- y propuse las soluciones.

Quiero exponer nuestro caso en particular basado en lo que habían comentado el otro día algunos autores. Compartiré la pantalla para que ustedes puedan verla y tenerla de guía. El título de la primera pantalla es "Cómo promover la inversión privada". Quiero que presten mucha atención porque en las exposiciones de Albornoz, Stefani, D'Amico y Nicolás Lavagnino del otro día había mucha información.

Los problemas que tenemos para transferir tecnología también los acaba de mencionar recién Graciela Ciccia. Una de las principales problemáticas que tenemos es la discontinuidad. Tenemos que consolidar todo el sistema científico-tecnológico para tener continuidad. Formar un investigador y un grupo lleva doce años, tal como dijo claramente D'Amico en su exposición del otro día. Entonces para hacer una transferencia de tecnología hay una ventana de oportunidades en el mercado y en esa ventana de oportunidades tenemos que encajar este tipo de proyectos donde necesitamos continuidad de inversión, lo que no ha pasado en esos últimos 20 años. En la ciencia aplicada son muy importantes los tiempos de transferencia y fue muy bien explicado en la brecha del gráfico que mostró Stefani en las reuniones anteriores.

La falta de interés de las industrias es importante, pero en nuestro caso -ahora les voy a comentar rápidamente qué fue lo que sucedió- tuvimos un apoyo muy grande a través de un proyecto de ley sobre la temática de las muertes por monóxido de carbono que tanto afecta a la Argentina. Nuestro grupo tuvo la solución en el año 2003, pero no tuvo la continuidad de los recursos económicos para que esto llegue a la sociedad en el país. Explicaré cómo lo resolvimos rápidamente llevando la tecnología fuera del país.

Con respecto al equipamiento y la inversión por investigador, Albornoz detalló muy bien que hay un punto donde hay que invertir en investigación y en infraestructura. Después detallaré y enviaré el análisis para que lo vean con calma. Es casi imposible comprar equipamientos por la devaluación. No logramos captar la atención de la industria cuando no tenemos el equipamiento suficiente para resolver lo que hay que resolver o para transferir know how o hacer algún ensayo para una industria competitiva. Ahí se produce el rechazo por parte de las industrias.

Hemos tenido muchísima fuga física y virtual de cerebros. Hay muchos investigadores en Argentina que están trabajando para tecnologías de afuera. Esto tiene que ver con algo que mencionó Graciela en su discurso: la falta de captación de intereses de las industrias de la Argentina y sí de las industrias del exterior. Cuando existe una idea o know how importante en Argentina, con un Departamento de Vinculación Tecnológica de Conicet que no funciona como lo hacía un tiempo atrás por falta de inversión, entonces hay captación de recursos humanos desde el exterior. La valorización del investigador argentino es importantísima. Hay una precarización de la ciencia y eso nos cuesta muchísimo para llevar adelante los trabajos.

Nosotros en particular tenemos una patente para la prevención de accidentes por monóxido de carbono que ya está instalada y aprobada. En la diapositiva en pantalla figura que en todo este tiempo recibimos el apoyo de la FAPESP de Brasil. Como veíamos que no podíamos avanzar en Argentina -ahora ven los recuadros de inversiones que presentaron el otro día-, nos apoyamos en el 10,3 por ciento de inversión extranjera y pudimos sacar, a través de proyectos coparticipados con FAPESP de Brasil, los desarrollos fuera del país.

Cabe mencionar algo que dijo Stefani el otro día. Hubo una reunión en el Congreso donde participaron una serie de actores; intervinieron desde directores, hasta gente de vinculación tecnológica del Conicet y varios legisladores como el diputado Bucca. Hubo una conjunción de habilidades de instituciones intermedias, apoyo internacional y hasta gente de la embajada de Brasil. Así, a través de un proyecto de ley y del apoyo económico recibido desde el exterior, limamos la brecha que exponía Stefani y sacamos cinco tecnologías fuera de la Argentina. Obviamente las patentes quedaron en el país y ahora estamos viendo cómo iniciar la captación de interés en otras industrias, con nuevos desarrollos coparticipados con Brasil.

Nosotros recibimos esto porque trabajamos desde el compromiso social universitario con un grupo de 30 personas -voy a ir cerrando porque me queda un minuto y medio-, a través de la inversión I+D extranjera, de la FAPESP, que nos apoyó a través de un proyecto PEE y pudimos resolver problemáticas que comienzan con las muertes por monóxido de carbono. Los desarrollos ya fueron instalados en sistemas de Rheem y Rinnai de tecnologías en Estados Unidos y Japón. Mientras tanto, en Argentina todavía estamos discutiendo un proyecto de ley.

Por otro lado, el grupo de investigación ahora está volcado a la tratativa del coronavirus por lo que pasó este año. Parte de la tecnología que se usa como biosensores y sensores también puede ser aplicada con otros recursos para el ataque al coronavirus. Hay una aplicación tecnológica para el uso de sistemas nanoparticulados para las máscaras y las fibras que estamos llevando adelante con el Laboratorio de Materiales Funcionales de Brasil.

Voy a dejar varias cosas marcadas en la presentación. Esto es parte de algunas tecnologías que fuimos transfiriendo -cinco en total- que las estamos llevando adelante con Brasil.

Ahora vemos en pantalla un dispositivo, que es un chip que puede salvar vidas. Si hubiésemos podido trasladar ese chip a tiempo, con una buena inversión intermedia desde el año 2003 a la fecha, hubiésemos salvado cuatro mil vidas en el país y evitado más de 270.000 intoxicaciones. Entre ellas, se podría haber salvado la vida de la familia del senador Naidenoff. Es un sistema de corte por monóxido de carbono. Fue captado por algunas empresas desde el exterior.

Dejo las diapositivas. Estoy dentro de los ocho minutos asignados. Quiero felicitarlos y estoy acá para que me consulten cualquier otra duda que tengan al respecto.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchísimas gracias, Miguel. Como buen tecnólogo eficiente ha hecho un uso extraordinario del tiempo. Por supuesto, recibimos el material.

Quiero presentar a Mario Pecheny, quien es licenciado en Ciencias Políticas por la UBA. Además es magíster y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Paris III, investigador principal del Conicet en Sociología y Demografía, premio Houssay 2012 en Ciencias Sociales e integra las comisiones asesoras para el ingreso y la promoción en Sociología, Demografía, Derecho, Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, en los programas orientados del Conicet. Es profesor titular de Sociología de la Salud y Políticas de Salud, y de Ciencia Política de la UBA.

Muchas gracias, Mario, por estar aquí. Ya podés hacer uso de tu tiempo.

SR. PECHENY Buenas tardes. Gracias a ustedes por la invitación, en particular a la diputada Landriscini.

En primer lugar, quiero saludar esta buena práctica que consiste en hacer, antes de legislar, rondas de consultas con los directamente implicados e implicadas en la materia.

Además de lo que recién se leyó, voy a agregar algo más para fundamentar lo que voy a expresar. En el año 2018 fui electo por mis colegas del área de Ciencias Sociales y Humanidades para formar parte del directorio del Conicet, y desde julio de 2019 soy el vicepresidente de Asuntos Científicos de dicho organismo.

El mensaje que quiero compartir con ustedes es uno solo y es el siguiente. Desde la comunidad de ciencia y técnica vemos con excelentes ojos y con gran inquietud y deseo que este 2020 termine con una ley de financiamiento para la ciencia y la tecnología. Es importante que se legisle bien, pero también es importante tener el timing adecuado. En este sentido, si terminamos este año con un proyecto aprobado al menos por la Cámara de Diputados, va a haber una señal concreta hacia la comunidad de la ciencia y la técnica, que está esperando no solo la reparación salarial sino el reconocimiento por parte del Estado argentino.

No les voy a presentar datos pero sé que saben que los salarios son bajos en términos absolutos y relativos, y que los subsidios de investigación son escasos y se dan de manera errática, nunca en tiempo y forma. Saben también que la inversión pública y privada ha venido disminuyendo, es errática y no siempre está registrada. En efecto, hay más inversión privada que lo que tenemos registrado, y no siempre es recompensada.

Estoy convencido de que no hace falta compartir con ustedes las razones que indican que no hay proyecto de desarrollo posible ni pensable sin ciencia y tecnología. Eso lo doy por supuesto. Si había alguna duda, con la pandemia sabemos que no es pensable el desarrollo ni la soberanía, pero tampoco la continuidad de la democracia e incluso la sobrevida de nuestro planeta, sin ciencia y técnica. Esta tragedia nos puso en un punto en el cual no nos podemos hacer más los distraídos.

La pandemia nos obliga a insistir en que no debemos caer en falsas dicotomías. Una de ellas es la que se establece entre la ciencia básica y la ciencia aplicada. Sabemos que muchos de los kit de detección y control y de los medicamentos y tratamientos de vacunas están siendo desarrollados por especialistas y laboratorios que hacen ciencia básica.

Tampoco hay que pensar en dicotomías cuando hablamos de ciencias duras y blandas o "al dente", como las llama un colega mío.

Hay que evitar dicotomías como la mencionada en el día de hoy, por la cual se establece una oposición entre fuentes de financiamiento públicas y privadas o, como planteó Agustín Campero en la primera reunión, entre el sistema científico-tecnológico y el sistema de la educación superior.

Todos estos términos son complementarios y tienen que estar articulados de manera sinérgica. Como ya se dijo, yo trabajo en Salud. Sabemos que el sistema es desigual, fragmentario y no siempre es eficiente. Lo que sabemos para el área de Salud lo podemos trasladar al sistema de Ciencia y Técnica. Esto implica justamente una articulación vertical y horizontal.

La sinergia positiva es articular lo público y lo privado. Pero indefectiblemente debe hacerse con liderazgo público. Es decir que el sistema público de ciencia y técnica tiene que tener un papel rector que pueda dar una orientación y sentido a esta articulación, con el financiamiento de diversas fuentes, ya sean públicas, privadas, internas, externas, etcétera.

Voy a la segunda tanda de cuestiones que quiero plantear. Repito que estoy hablando desde un lugar de demanda colectiva que exige e implora que se finalice la redacción de los proyectos de ley y se aprueben. La sanción de una ley de financiamiento para ciencia y técnica nos va a permitir apuntar a resolver problemas cuya preocupación ustedes comparten, que son las siguientes. La primera, como mencionó mi colega recién -así como seguramente lo hicieron todos los que hablaron antes-, es que necesitamos sustentabilidad y previsibilidad en la investigación científica y tecnológica. Los presupuestos no solo deben ser suficientes sino también previsibles.

También pedimos que se pague en tiempo y forma. Yo hago ciencias sociales, al igual que una colega mía que trabaja sobre zafreros. Por ejemplo, cuando a ella le llega la plata, ya los zafreros se volvieron a su hogar. Algo parecido pasa cuando nos llega el financiamiento para comprar un insumo: ya el dinero no alcanza ni para comprar el repuesto más barato. Necesitamos sustentabilidad y previsibilidad también para los salarios, ya que tenemos que dedicarnos a nuestra actividad full time. Así como hay docentes taxis, también hay investigadoras e investigadores taxi. De ese modo nunca habrá buena calidad de investigación.

Los proyectos, como dijo también mi colega, rara vez vienen de un solo lugar. En general surgen de alianzas con otros países. Quienes trabajan con nosotros en proyectos multicéntricos no pueden creer -literalmente- cómo hacemos para trabajar en las condiciones que nos tocan. Los proyectos nunca son de seis meses o un año, sino de varios años y con varios actores. Cuando tenemos que expresar cuál es la contraparte de lo que ofrecemos en términos económicos, a veces no nos creen y nos dicen que eso no puede ser. "Ustedes pusieron tal cifra de salario, tal cifra de insumo y de infraestructura. Ustedes no pueden garantizar el trabajo con lo que están expresando". Nosotros sabemos que nos damos maña, pero esto no es sostenible ni deseable.

Repito: necesitamos previsión para infraestructura, para actualizar y arreglar los equipos y tener insumos para que funcionen.

Tres puntos más y concluyo. Uno tiene que ver con una preocupación del Conicet y de cada uno de ustedes como legisladoras y legisladores: promover la federalización y la desconcentración. La federalización del sistema científico es imposible sin presupuesto, y sobre todo sin presupuesto previsible y sostenible. En el Conicet tenemos propuestas, como de ingresos a través del fortalecimiento de instituciones universitarias de distintos lugares del país. No obstante, todas estas políticas de promover alguna beca o algún ingreso son medidas puntuales que no tienen real impacto si no se enmarcan en una política sostenida y de largo plazo. Esto ya lo saben todos y todas. Sin embargo, nunca sabemos con qué vamos a contar no el año siguiente, sino la semana siguiente. Así es imposible pensar en cualquier política.

Hay otro tema que es caro a nosotros y nosotras. Hace un par de años participé junto a la diputada Carla Carrizo de un proyecto en torno a la cuestión de la equidad de género en el sistema científico. Hay muchas propuestas para incluir políticas de cuidado y de equidad de género que también necesitan dinero y previsibilidad. Podemos tener las mejores reglas de juego, como las cuestiones de la cuota o de la paridad, o de la promoción para evitar la violencia de género y el acoso sexual en los ámbitos del trabajo científico, pero necesitamos ante todo infraestructura. Por ejemplo, necesitamos espacios como lactarios y jardines maternales más que nunca en esta pandemia.

Todo esto cuesta dinero y tiene que hacerse de manera previsible. Si no, el sesgo de género -tengo una hermosa presentación para hacérselas otro día- se va a reflejar en cada uno de los indicadores para medir la actividad científica, como la cantidad de artículos publicados en inglés, que los varones publican el doble que las mujeres. Para dar cualquier ejemplo "bobo", esos efectos sistemáticos de discriminación de género sólo se evitan si la política científica se hace previsible y para eso necesitamos un presupuesto previsible.

Efectivamente, nosotros necesitamos inversión privada, articulación entre el sistema científico y el sistema de educación superior pero, como todo en la vida, necesita un liderazgo, y este liderazgo se hace desde el sector científico público que puede dar una orientación para articular la diversidad de actores que involucran, repito, al sistema educación superior y al sistema privado.

Como mencionó también mi predecesor, hoy no es pensable la ciencia y la técnica si no es de manera internacionalizada. Acá la ley debe incluir también todo el tema de gestión de fondos externos y la permanencia de los fondos en divisas porque los insumos que son necesarios para nuestras investigaciones están cotizados en divisas, las barreras aduaneras, etcétera.

Voy a terminar diciendo lo que dije en el inicio. Nosotros queremos, desde la comunidad científica una ley que salga en tiempo. Es decir, que salga ahora. Esta sería una señal tanto para la ciencia y técnica como para mostrar que nuestro Congreso tiene en su agenda políticas de Estado, políticas para el día después y el largo plazo, y políticas en las cuales no hay ninguna razón para que nadie, desde ningún partido político, piense motivos valederos para oponerse a que salga.

Los invito a que, por favor, piensen en una mejor técnica legislativa y evalúen si es mejor un porcentaje del PBI o un porcentaje del presupuesto. Es decir, cuál es la gradación previsible para llegar a un año determinado de una manera que pueda ser efectivamente realizada. Pero lo importante es que esto salga ahora y no caer en falsos prejuicios de público versus privado, que es una de las cuestiones que estamos viendo acá.

Debemos pensar que una ley de ciencia y técnica no va a resolver todo, como planteó al inicio Graciela Ciccia, mi compañera de directorio. Hay otra serie de piezas legislativas que tienen que ver con excepciones impositivas, con orientación del crédito que van más allá de la ciencia y la técnica.

En todo caso les pido a las legisladoras y a los legisladores que avancen en una ley, y si esta ley sale este año creo que será una señal muy buena del Estado argentino para decir que le importa la ciencia y técnica.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Esto es lo que ha convocado a todos los bloques políticos y creo que manifiestan nuestra voluntad de avanzar y el clima que se ha creado, que son muy importantes para la sinergia que requiere una ley y los consensos necesarios. Muchas gracias por la contribución.

Quiero recibir ahora a Raffaele Oriani que está conectado desde Italia. Bienvenido, Raffaele. Muchas gracias por participar.

Lo voy a presentar muy brevemente. Raffaele Oriani es doctor en administración por la Universidad de Bolonia, licenciado en economía y negocios por la Universidad Guido Carli de Roma, profesor visitante en el Departamento Economía de la Universidad de California, Berkeley, profesor de finanzas corporativas de la Universidad Guido Carli, director corporativo MBA del máster en ciencias en la misma universidad; ha realizado numerosas publicaciones focalizadas en emprendimientos, start-up, financiación de la investigación, propiedad intelectual, inversiones y finanzas.

Adelante. Tu tiempo, Raffaele.

SR. ORIANI Muchas gracias, señor presidente. Muchas gracias a la comisión, muchas gracias a la diputada Ingrid Jetter por esta invitación que creo que es importante.

Pido disculpas adelantadas porque el castellano no es mi lengua de trabajo; la uso con mi familia argentina pero es la primera vez que hago una presentación en español. Entonces, creo que disculparán algunos errores o imprecisiones.

El tiempo no es mucho; entonces, me referiré a un nivel bastante general, pero quedo disponible para cualquier pregunta o pedido de profundizar algunos temas.

Voy a compartir una presentación breve. Es un tema que yo he investigado mucho en mi vida académica y que conozco también porque fui miembro del consejo administración de un fondo venture capital aquí en Italia. Entonces, estuve cerca de algunos de los problemas que hay en la financiación de las start-up.

Empiezo por algunas consideraciones introductorias que para mí son importantes para definir las políticas para el crecimiento de la investigación y desarrollo de las empresas privadas. Esos son hechos bastante conocidos en la literatura académica, en la política para la innovación.

Las empresas privadas invierten en investigación y desarrollo solamente si hay un rendimiento lo suficientemente alto como para justificar la inversión y eso significa que tiene que haber un mercado bastante amplio y posiblemente internacional que permita a las empresas cubrir riesgos, que es típico de este tipo de inversiones.

Las empresas privadas no invierten normalmente en investigación de base. Sobre este punto volveré en un rato, pero no hay incentivos para la empresa privada para invertir en investigación de base.

Y el otro tema es que para financiar las inversiones en I+D de las empresas privadas el crédito bancario no es el instrumento correcto porque el riesgo y la incertidumbre de los resultados son demasiado altos y entonces para sostener las inversiones en I+D las empresas necesitan capital de riesgo.

Todo eso hace que donde faltan esas condiciones tenemos la falla de mercado por la cual las empresas privadas invierten en I+D en niveles menores de lo que sería óptimo por el sistema económico. Ese es el motivo por el cual tenemos que intervenir como gobiernos para sostener esas inversiones.

Quería mostrar muy rápidamente dos gráficos que evidencian por qué es importante la inversión privada en I+D en un sistema económico.

Esos son datos de la OCDE que muestran el porcentaje de inversión en I+D respecto del GDP. Claramente, hay países como Israel y Corea que están por arriba del 4 por ciento; los países desarrollados industrialmente, como Japón, Alemania y Estados Unidos, invierten el 3 por ciento; en Europa, entre el 1 y el 2 por ciento. Y de los datos que tenemos de los únicos países latinoamericanos, la Argentina es la que invierte más, al menos comparada con Chile, México y Colombia, que son los países de los cuales la OCDE publica resultados.

Pero la cosa más interesante es que si nosotros miramos el porcentaje de las inversiones privadas en I+D respecto del total de inversión del país vemos que los países que tienen más inversión en total tienen también un porcentaje mucho más alto de inversión privada -en el caso de Israel la inversión privada es el 87,8 por ciento del total- y los países que invierten menos tienen un menor porcentaje de inversión privada. Eso significa que si un país quiere incrementar el nivel de investigación y desarrollo necesita incrementar el nivel de inversión privada.

Claramente, ese es el tema fundamental que vamos a discutir hoy. Por eso el tema es ciertamente muy importante cuando hablamos de políticas para la innovación de los países.

Si nosotros miramos las distintas políticas de sostenimiento a la innovación privada que son aplicadas en el mundo -seré muy general-, hay cuatro tipos principales, algunos de los cuales han sido ya citados, por ejemplo, por la doctora Ciccia antes de mi presentación.

Hay una diferencia importante entre los incentivos fiscales a la investigación o a la adquisición de tecnología, lo que normalmente es conocido como tax credit y, del otro lado, la financiación pública directa de proyectos, porque el primero es un mecanismo automático en el que las empresas invierten en investigación y desarrollo y automáticamente obtienen un (crédito) fiscal mientras que la financiación pública en este caso es el gobierno el que selecciona proyectos específicos.

Según los resultados de la literatura académica, el primer tipo de incentivación es más efectivo porque, generalmente, el gobierno no tiene capacidad de seleccionar los proyectos con mayor potencial económico comercial y, entonces, cuando entran en la selección específica de proyectos, los mecanismos que se generan no son siempre efectivos.

Es muy importante la colaboración público-privada que puede ser organizada en algunos contextos, por ejemplo, la creación de fondos de fondos que van a invertir en fondos privados de venture capital, que después invierten en startups de empresas innovadoras. Esto ha funcionado muy bien en algunos casos, en particular en Israel; lo comentaré en un momento.

También está el tema que mencionaba antes el doctor Ponce, cuando decía que es fundamental asegurar una comunicación entre la investigación básica de la universidad y el centro de investigación. Es la única forma de transferir el conocimiento producido por la investigación de base a aplicaciones comerciales.

La capacidad de transferir conocimiento de la universidad a las empresas es otra cuestión que típicamente caracteriza la política pública por la innovación y promueve la innovación en las empresas privadas.

En esta filmina pueden observar un gráfico que muestra el diferente uso de la política fiscal y de ayuda a las empresas privadas en distintos países. En color azul ven el apoyo directo a la financiación de proyectos; en naranja, el tax credit, el incentivo fiscal -en general, se grafica al revés, el tax credit está en azul y el incentivo directo a la financiación de proyectos de las empresas en naranja-.

En general, como vemos, los distintos países prefieren el incentivo fiscal automático. También hay casos de países -como México o España- en los que una parte importante de la financiación pasa por la selección directa de proyectos de inversión.

Para finalizar, voy a mencionar un caso que, por distintas razones, creo que es relevante.

Hay un caso emblemático que es el del fondo Yozma, en Israel. Israel destinó 100 millones de dólares para invertir en fondos privados de venture capital con la condición de que también manejaran el fondo, que participaran, los inversores privados. De esta manera, ellos crearon en diez años nuevas empresas tecnológicas con un valor de casi 3000 millones de dólares, 30 veces lo que había invertido el Estado de Israel.

No tengo tiempo para entrar en el detalle, pero eso es lo que ocurre en Italia. Creo que es una iniciativa muy interesante y no implicó mucho gasto para el Estado.

Italia puso en un plan sistemático todas las iniciativas que el país en ese momento promovía para la innovación de las empresas privadas. El poner todas las medidas en un único plan ayudó mucho a que esas medidas fueran conocidas por las empresas y, a su vez, las empresas privadas incrementaron sus recursos al disponer de esas medidas.

Si tienen curiosidades o preguntas, quedo a su disposición para analizarlas en detalle.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Rafaelle.

Tengo una pregunta sobre una experiencia italiana, pero la dejaré para el final.

Antes de presentar al próximo expositor, quiero decir que Miguel Ponce me ha hecho saber que hay distintos diputados de nuestra república hermana de Brasil que están conectados siguiendo este debate debido al interés que revisten los proyectos bilaterales que puedan promover una nueva legislación en materia de financiamiento del sistema. Les agradezco a todos y les envío un gran abrazo a todas las colegas y los colegas brasileños conectados.

Tiene la palabra a continuación Alejandro Díaz, contador público egresado de la UBA. Trabajó en Macrosa; en Pistrelli, Díaz y Asociados desde 1983; y en la división Bebidas de Pepsico, en nuestro país, donde fue Gerente de Finanzas y Planeamiento para el Cono Sur.

En 1996 asumió como Director de Franquicias para Chile, Paraguay y para el interior de la Argentina. Finalmente, fue promovido a vicepresidente de Franquicias para el Cono Sur y fue presidente de Pepsico Argentina entre 1999 y 2003. Desde 2007, se desempeña como CEO de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina, AmCham.

Va a compartir su tiempo con Leandro Linarello. Les agradecemos su participación.

SR. DÍAZ Señor presidente: los agradecidos somos nosotros por habernos permitido sumarnos a esta actividad, por lo que aprovecharemos estos diez minutos.

Si están de acuerdo, haré una introducción más general y luego Leandro, que es un especialista, podrá profundizarla.

Conceptualmente, estamos convencidos de que las investigaciones biomédicas deberían ser un motor de crecimiento económico científico y de calidad de salud en la Argentina. Pensamos que es un polo de atracción de las inversiones y un desarrollo que nos permitirá múltiples ventajas. Solamente para mencionar algunas, debería generar una respuesta concreta para los pacientes.

Hay una opinión generalizada de que la investigación clínica constituye un paso básico para que los medicamentos y los nuevos tratamientos lleguen a quienes lo necesitan. Pensamos que, sin investigación, no habrá propuestas mejoradoras para la prevención y el tratamiento de las enfermedades.

Por su parte, la investigación clínica también permite mejorar la calidad de la atención en salud y promueve el desarrollo económico en un sector que ha demostrado estar tecnológicamente desarrollado. También pensamos que abre claros caminos para mejorar los estándares de tratamiento aceptados actualmente e incrementar la seguridad del paciente, la productividad y la reducción de los costos de los medicamentos y, obviamente, promover la innovación y el desarrollo de los agentes de salud en una economía como la actual, que ha puesto en una situación extremadamente delicada a los prestadores médicos en la Argentina.

Finalmente, como un factor no menor, beneficia a la comunidad científica.

Ahora, ¿por qué es una oportunidad para la Argentina? ¿Por qué, de alguna manera, la investigación en farmacología clínica le puede generar un beneficio a la Argentina?

Para dar algunos números, en materia de inversiones cabe decir que el último dato disponible de 2018 indica que hubo una inversión de 6090 millones de pesos y, si bien no tenemos el número exacto de 2019, estimamos que esa cifra ha alcanzado los 10.000 millones de pesos.

Para que tengan una idea de magnitudes, es el área que lidera ampliamente el ranking de inversiones en la Argentina, incluso duplica al siguiente rubro y representa casi el 27 por ciento de la inversión privada de I+D en nuestro país.

Ahora bien, no solamente es un tema de inversión. Hoy están abocados a esta actividad de desarrollo de análisis clínico más de 5000 empleos directos calificados y, por otra parte, el 98 por ciento de los protocolos de investigación clínica los realizan laboratorios internacionales.

Ahora bien, ¿por qué esto es importante? Cabe destacar que son múltiples los actores que encontrarían algún beneficio en la medida en que haya un entorno de innovación y un desarrollo de las inversiones en esta materia.

En el caso de los médicos y los pacientes, accederían de manera temprana y gratuita a nuevos medicamentos. Se erradicarían y curarían las enfermedades críticas.

Estamos asistiendo a una lucha competitiva -entre comillas- para encontrar una vacuna contra el COVID que, de alguna manera, permita volver a normalizar la situación de los países fuertemente afectados por el virus existente. Por supuesto, nos permite mejorar la calidad y el aumento de la esperanza de vida.

También es importante para la comunidad científica porque los ensayos clínicos contribuyen a la creación del conocimiento y la innovación. A su vez, permite a los científicos y a los centros de investigación en la Argentina estar a la vanguardia para dar respuesta a alguno de los mayores desafíos en el campo de la salud.

¿Cuáles son las ventajas comparativas de la Argentina en esta lucha de búsqueda de un espacio para desarrollarlo? Hemos visto los últimos ensayos clínicos que se realizan en Fase 3 en nuestro país. En primer lugar, hay que destacar la capacidad profesional de sus científicos. Se ha demostrado largamente que Argentina tiene el capital humano necesario para poder desarrollar esos análisis clínicos en el país. Hay una larga tradición en investigación biomédica. Ha habido muchos Premios Nobel en la materia y cuenta con centros de investigación reconocidos globalmente. Claramente, tiene las características preparadas para poder hacerlo.

¿Cuál sería el desafío? Creemos que el desafío está basado en realizar un entorno y un marco regulatorio que promuevan las investigaciones biomédicas. Para ello se requiere de una política de Estado que trate de minimizar la incertidumbre a través de las mismas.

Entonces, lo que se solicita es generar consensos institucionales entre todos los actores involucrados: pacientes, universidades, empresas, prestadores -públicos y privados-, sindicatos, gobiernos. La idea es armar esa suerte de marco regulatorio que nos permita aprovechar dicha oportunidad.

Formulada esta introducción, me gustaría que el doctor Leandro Linarello les comente cuáles son, a nuestro entender, los cuatro ejes de trabajo a futuro. La idea es dimensionar a partir del trabajo de esos cuatro ejes cuál sería la oportunidad para la Argentina en estos próximos cuatro años. Gracias por el tiempo que nos han dado.

SR. PRESIDENTE RICCARDO A continuación, voy a presentar al doctor Leandro Linarello.

Actualmente es director de investigación y desarrollo-Cluster Sur en Novartis para la región de América latina y Canadá. Es farmacéutico egresado de la Universidad de Buenos Aires. Cuenta con una maestría en medicina molecular médica en la Universidad de Buenos Aires, con especialización en el área de oncología molecular. Ocupó posiciones relevantes en el área I+D en compañías como Eli Lilly y Glaxo SmithKline, donde se destaca su paso como director regional de investigación y desarrollo de oncología para América latina en el mercado emergente, posición que ocupó durante cinco años.

SR. LINARELLO Muchas gracias presidente.

Simplemente quiero señalar algunos puntos que me parecen relevantes mencionados por Alejandro Díaz y que nos dan un poco el contexto acerca de esta oportunidad.

Realmente, el tema de la investigación no creo que sea un punto que no nos resulte familiar. Hoy se está hablando mucho de esto justamente en el contexto de la pandemia en lo relativo a la búsqueda de una vacuna y de diversos tratamientos. Obviamente es alta la importancia que vemos y así ha pasado con otras enfermedades que no habían tenido tratamiento y hoy gracias a eso ya cuentan con uno. Inclusive, muchas de ellas hasta han desaparecido.

En lo que tiene que ver con la mejora en la calidad y la atención, me parece importante mencionar lo relativo a la inversión. Concretamente, de un monto de 9 mil millones de pesos, el 40 por ciento de esa inversión va destinado directamente a los centros de investigación.

Por ende, gran parte de ese presupuesto tiene un impacto directo en la mejora y el desarrollo del sistema de salud del país. Entendemos que es una oportunidad en cuanto a lo que es traccionar muchas más inversiones en este polo, lo que obviamente representaría una mejora del sistema de salud y de nuestro sistema científico.

Obviamente, no es menor destacar lo que implican todas estas inversiones en función de la generación de puestos de trabajo. Como bien lo mencionó Alejandro Díaz es importante resaltar que estamos hablando de fuentes de trabajo calificados en la cual no está incluida la generación del puesto en sí mismo sino toda la inversión que va asociada en cuanto a lo que es la formación de profesionales y científicos que hoy en el país llevan a cabo esta actividad.

Cuando hablamos de oportunidad lo hacemos por la siguiente razón. Argentina participa, a nivel mundial, en aproximadamente un 1,3 por ciento de las investigaciones biomédicas de patrocinio privado. Es decir, es una participación y un porcentaje bajo y nuestro mejor récord fue en el año 2006 con un 2,3 por ciento de participación. Creemos que es una oportunidad. Cuando evaluamos las oportunidades miramos modelos como el español, el que se desarrolla en Alemania, en Canadá y en Australia, países donde esa participación hoy está por encima del 4 o 5 por ciento.

Cuando hablamos de oportunidades lo hacemos en función de generar un ecosistema que nos permita incrementar esta participación que hoy tiene el país -y que lo hace de muy buena manera- con calidad, con reconocimiento de nuestros investigadores, con generación de datos y conocimiento. Luego, la calidad de los datos que se generan en nuestro país representa el soporte de los registros de los nuevos medicamentos hacia el futuro.

En cuanto a lo que es la actividad per se, Alejandro Díaz mencionó un 27 por ciento que lidera el I+D privado del país. No es un tema menor que en los últimos años se haya visto que fue una actividad en crecimiento. Concretamente, entre el 2017 y el 2018, el crecimiento fue de casi de un 10 por ciento; todavía no tenemos los datos oficiales del 2019. Pero, si lo comparamos con el resto del I+D -con una caída del 5 por ciento- me parece que es una actividad que ha mostrado un crecimiento en el último tiempo. Eso también ha sido algo para destacar.

Finalmente, para ir cerrando todo lo que tiene que ver con los pilares, quiero mencionar lo siguiente: estamos viendo en este contexto, con la Universidad de Oxford y con el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, cómo esta actividad tracciona lo que son los acuerdos de las asociaciones públicas y privadas. Obviamente, esa es una de las razones por las cuales estamos presentando este tema. Lo hacemos como una oportunidad para, justamente, traccionar este tipo de acuerdos y fomentar que los que se llevan a cabo en el país sean cada vez mayores.

En relación con lo que hablamos acerca de las oportunidades sumado a estos ejes, quiero hacer otro comentario. Cuando hablamos de infraestructura y participación, podemos señalar que el 95 por ciento de la actividad de investigación clínica que llevamos a cabo en el país se desarrolla en instituciones privadas, es decir, clínicas y sanatorios privados; solo el 5 por ciento se lleva a cabo en hospitales públicos. Por ello, entendemos que esta es una de las áreas donde tenemos que empezar a trabajar para generar la infraestructura y la capacitación del personal con el objetivo de que haya más investigaciones que se lleven a cabo en el ámbito público.

A su vez, esto permitirá generar mejoras en lo que tiene que ver con el sistema de salud, no solo privado sino público.

Por otro lado, en relación con el marco regulatorio, ha habido una mejora que nos ha permitido traccionar, pero aún así seguimos teniendo una oportunidad de seguir construyendo una mayor competitividad con el mundo a los fines de que Argentina sea tenida en cuenta como un polo de atracción y de generación para que más estudios clínicos se lleven a cabo en el país.

Obviamente, frente al crecimiento que vemos, no es menor lo que hay que pensar en relación con la formación y la capacidad de los recursos humanos. Es decir, vemos que la estrategia tiene que ir acompañada de la formación de personal. Frente a estos cuatro pilares entendemos la importancia y la oportunidad de generar una política de Estado que permita traccionar la actividad.

SR. PRESIDENTE RICCARDO A continuación, voy a presentar

-lo haré con mucho placer- al señor Gustavo Lugones. Es profesor emérito e investigador en la Universidad Nacional de Quilmes, institución de la que fue rector en el período 2008-2012. Asimismo, fue director de la Maestría en Ciencia, Tecnología y Sociedad. Actualmente dirige el Observatorio de Innovación y Transferencia de Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes.

Hemos compartido en esos años el cargo de directores de una universidad nacional. Concretamente, él estuvo al frente de la Universidad Nacional de Quilmes y, quien les habla, ocupó la dirección de la Universidad Nacional de San Luis. Lo reconozco a Gustavo Lugones como un hombre con una preocupación, dedicación y entrega a los problemas de la educación, de la equidad y del acceso a los bienes públicos. Ha desarrollado durante toda su vida una labor con una paciencia y un trabajo que son encomiables.

Te recibo con un fuerte abrazo agradecido de que estés aquí.

SR. LUGONES Muchas gracias señor presidente por sus palabras.

Efectivamente, hace años que nos conocemos y compartimos espacios institucionales sobre estas cuestiones que nos preocupan a todos. Agradezco a todos los que integran esta comisión, especialmente a la diputada Landriscini, quien me ha invitado a participar de esta tan importante reunión.

Particularmente se han hecho planteos que a mi juicio son muy apropiados, que en gran medida anticipan lo que tenía pensado decir. Así que trataré de reformular mi presentación para no extenderme demasiado.

En relación con la discusión sobre financiamiento de la función Ciencia y Técnica, y con la posibilidad de contar con una ley que dé certeza a este financiamiento, sobre todo teniendo en cuenta que la reunión de hoy tiene que ver con cómo incrementar la inversión privada, quiero hacer énfasis en un tema que me ha despertado un gran interés y en el que estuve trabajando fuertemente en los últimos años: cómo promover la articulación entre el campo académico y científico, y los sectores productivos y sociales. Es decir, cómo lograr mayor éxito en los intentos que se han venido haciendo durante muchos años a través de distintos mecanismos para promover los procesos de vinculación y transferencia tecnológica.

En este sentido, creo que tenemos que plantear dos premisas. Una, que ha sido muy mencionada, es la importancia de asegurar el crecimiento sistemático de los recursos destinados a ciencia y tecnología por medio de una ley que nos dé certeza y previsibilidad. A eso se está abocando la comisión y, como decía Mario Pecheny, sería extraordinario que se sancione una ley al respecto durante este año o, en su defecto, a principios del año que viene. La segunda premisa se vincula con la búsqueda de equilibrio entre las distintas asignaciones posibles de ese financiamiento una vez que esté disponible.

Por otra parte, me referiré a algo que ya ha sido mencionado, que es que debemos tener un balance entre aquello que dedicamos a la formación de recursos humanos, que es crucial, y lo que destinamos a investigación básica. Es decir que no hay contradicción con el hecho de que también nos preocupemos por la investigación aplicada y por el desarrollo tecnológico. Por último, también debemos promover la vinculación y transferencia.

Para anticipar mi propuesta central, creo que haría falta crear un programa de promoción de la vinculación y transferencia que permita asegurar el financiamiento a las actividades de apoyo a la inversión privada.

Efectivamente, -como decía Raffaele Oriani hace unos minutos- existen dificultades para el financiamiento de la inversión privada. Esto lo hemos vivido en relación con los instrumentos que habitualmente son utilizados por parte de la agencia; es decir, cuando la banca comercial tiene que intervenir, eso es algo que debemos superar. Por eso, este es uno de los problemas que me llevan a pensar en un programa que reúna los esfuerzos que hace el Conicet para la Gerencia de Vinculación Tecnológica, que debería ser fortalecida.

En este sentido, debemos plantearnos qué hace la agencia con distintos instrumentos; qué hace el CIN, el Consejo Interuniversitario Nacional, con su Comisión de Vinculación Tecnológica, y qué hace la Secretaría de Políticas Universitarias, que canaliza recursos a las universidades para que se apliquen en sus programas específicos. Cabe aclarar que en cada universidad de gestión pública existen unidades de vinculación y transferencia; hay por lo menos una en cada una de ellas. Esto, sin contar las actividades que desarrollan las universidades privadas en la Argentina, que son importantes en este sentido.

Todos esos esfuerzos deberían ser articulados de alguna manera, y no se me ocurre mejor forma que con un programa que probablemente deba estar situado en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación por las características en que está organizada la administración pública.

Mi preferencia sería que estuviera en la órbita de la Jefatura de Gabinete de Ministros, pero temo que este planteo sea visto desde el sector científico como un menoscabo de las competencias del área de Ciencia y Tecnología para llevar adelante una acción de esta naturaleza. Pero efectivamente, como también se ha dicho, hace falta una centralidad, una gestión que coordine y oriente los esfuerzos en este sentido.

Por otra parte, en cuanto a estas premisas referidas a asegurar el financiamiento y lograr el equilibrio en relación con su uso, creo que no hace falta fundamentarlas demasiado.

Con respecto a la relevancia del acervo científico y tecnológico para el desarrollo del país, creo que en este ámbito no es necesario insistir en ello porque todos somos conscientes de su importancia. Lo mismo ocurre con el equilibrio en la asignación de los recursos. Esto es así porque, sin investigación básica, no tendremos las condiciones mínimas, no solo para desarrollar investigación aplicada, sino hasta para elegir cómo comprar tecnología en el exterior, adaptarla o mejorarla.

La investigación básica es lo que nos eleva el umbral mínimo que necesitamos para desarrollar el resto de las experiencias. Pero si no logramos que el conocimiento llegue a ser aplicado en las actividades productivas y sociales, tenemos estos fenómenos que también han sido aquí referenciados, como la fuga de cerebros o la transferencia tecnológica ciega, como la llama mi amigo Darío Codner. Es decir, cuando ni siquiera advertimos que hay procesos de cesión de conocimiento, porque estos no se realizan sobre la base de acuerdos formalizados. En otras palabras, con esa fuga de cerebros, se fugan también conocimientos.

En cuanto a la importancia de la vinculación, me gustaría hacer referencia a algo que he encontrado -y que no está tan generalizado en el campo académico-, al advertir las distintas características que puede tener un proceso de vinculación y transferencia. Más allá de que los términos a veces nos confunden, y que la palabra "transferencia" remite a una concepción demasiado lineal en el sentido de que hay alguien que genera conocimiento y otro que lo utiliza -y esto no es necesariamente así-, creo que a veces tenemos procesos más lineales y otras veces procesos más bidireccionales. Del mismo modo, también tenemos procesos vinculados a necesidades de corto y otros relacionados con necesidades de largo plazo.

Hoy estamos viendo cómo las necesidades de corto plazo han puesto énfasis en la importancia de esta articulación, que está dando frutos. Un ejemplo de esto son los esfuerzos que se están haciendo para encontrar vacunas o medicinas para enfrentar la pandemia, lo cual tiene muchas características de vinculación de tipo bidireccional, donde hay codesarrollo de conocimiento.

En cuanto comencemos -como se está haciendo- a recuperar la actividad en sectores que tienen capacidad ociosa, las empresas necesitarán asistencia de tipo administrativo, contable y técnico básica, que las universidades están en condiciones de proporcionar y que posiblemente sean de índole más lineal y con características de resolución de problemas más de corto que de largo plazo. No obstante, ambas dimensiones tienen importancia semejante.

En medio de todo esto, tenemos posibilidades de apoyar el escalamiento de la matriz productiva con el aprovechamiento del conocimiento local.

Hay mucho más conocimiento acumulado en la Argentina del que es efectivamente utilizado. Tal como dijo Mario, esto es algo que hemos comprobado en la práctica. En este sentido, hay más inversión privada, más vinculación y más asociación público-privada de la que está registrada. Sin embargo, pienso que es necesario fortalecer los recursos de los que disponemos para desarrollar esta actividad, es decir, estos procesos de vinculación y transferencia.

Considero que un programa que articule los distintos esfuerzos que se están llevando a cabo, que cuente con financiamiento específico y que mantenga como premisa el sostenimiento de ese financiamiento, el acrecentamiento en el tiempo y el equilibrio en el uso de este, puede ser una fórmula importante para aumentar la inversión privada en ciencia y tecnología, que es el motivo de la reunión de hoy. Muchas gracias por su tiempo.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Gustavo. Te pedimos que sigas esta discusión, porque continuará unas semanas más. Todos esperamos que con estos valiosísimos aportes se enriquezca el proyecto de ley que irá al recinto. Reitero el agradecimiento.

Damos la bienvenida a Augusto Salvatto, que es un joven emprendedor, politólogo y licenciado en Relaciones Internacionales de la Universidad Católica Argentina. Además, es profesor e investigador de la UCA y de la UCES, es magister en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Salamanca y la Universidad de La Sorbona. También es consultor de Economía del Conocimiento, coordinador del posgrado en Futuro del Trabajo en la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Católica Argentina, y miembro del grupo joven del Consejo Argentino de Relaciones Internacionales, CARI.

Tiene la palabra el licenciado Salvatto.

SR. SALVATTO Señor presidente: muchas gracias por la invitación.

Me resulta extremadamente difícil hacer uso de la palabra después de todas estas exposiciones. Coincido con la gran mayoría de lo que se dijo, así que trataré de concentrarme en aportar algo nuevo, distinto o que no se haya expresado.

Quiero comenzar por brindar una mirada más global de lo que está sucediendo en el mundo, pues de a poco se avanza hacia una situación en la cual existe una gran protección de las distintas empresas nacionales y se fomenta la inversión de las empresas locales.

Es decir que todo lo que estamos viendo de la supuesta guerra fría entre los Estados Unidos y China en gran parte está relacionado con este elemento. Me refiero a la competencia por cuáles son las empresas que más se destacan, especialmente en la inversión en investigación y desarrollo, así como también en los desarrollos tecnológicos que todo eso conlleva.

En ese sentido, nuestra región viene bastante rezagada. Es decir que no es solamente una cuestión de la Argentina, sino que es un elemento regional. Cabe mencionar que alrededor de diez países, principalmente los Estados Unidos, algunos países europeos, China, Japón y Corea del Sur, concentran alrededor del 80 por ciento de toda la investigación global en I+D+I.

La tendencia mundial es que la mayor cantidad de esa inversión, especialmente en investigación y desarrollo, se produce desde el sector privado. Por su parte, el sector público se concentra específicamente en lo vinculado con la investigación básica, que probablemente en muchos casos no le sea del todo rentable al sector privado.

Para mencionar algún número concreto, cabe precisar que Amazon invierte alrededor de 23.000 millones de dólares en investigación y desarrollo, que es mucho más que lo invertido por muchos países, entre ellos, la República Argentina. Las diez primeras empresas norteamericanas invierten en esto 138.000 millones de dólares. Entonces, en muchos casos, se llega a un número que supera la capacidad de inversión de muchos Estados.

La pregunta que deberíamos hacernos es por qué, en nuestro caso, la inversión del sector privado es mucho menor que la del sector público en esta materia. En este sentido, existen numerosas obviedades y cuestiones que escapan a esta legislación, pero quiero mencionar que uno de los elementos más importantes se vincula con la incertidumbre.

Es decir que es importante crear certidumbre para que el sector privado pueda invertir. Esto no se logra solamente desde la dimensión de la política pública -esto es, a través de la generación de elementos de estabilidad en relación con la cuestión fiscal y de beneficios para las empresas que decidan invertir-, sino que también es sumamente importante la otra parte de la política, que tiene que ver con lo discursivo. Me refiero al hecho de brindar certidumbres acerca de lo que queremos a diez años; certezas, en función de la relación entre los distintos bloques, y coincidencias respecto de que las reglas del juego estarán claras en una normativa. Cabe recordar lo que sucedió con la ley de economía del conocimiento, que se sancionó por unanimidad, después se volvió atrás, se incorporaron nuevas modificaciones, hubo consenso en la Cámara de Diputados y se cambió en el Senado.

Es decir que esta certidumbre se tiene que lograr tanto desde la política pública como también desde el consenso de que no hay paladines ni promotores de la ciencia y la tecnología. Es decir que debe ser un consenso "bicoalicional" -por decirlo así- en la dirigencia argentina. Si esto no se logra es muy difícil que el sector privado pueda convencerse de que en nuestro país hay cierta certidumbre para invertir y pensar en una inversión productiva en el largo plazo, que es la inversión que requiere la ciencia y la tecnología.

Entonces, el primer punto fundamental es brindar certidumbre de forma clara, precisa y transversal en todo el arco político.

En segundo lugar, cuando uno indaga los motivos por los cuales el sector privado no genera la inversión que podría o sería deseable, se encuentra con que ello tiene que ver con todos los desajustes en el ámbito cambiario. Es decir, más allá del marco normativo de cualquier incentivo, si no se toman medidas para solucionar los desajustes cambiarios existentes, es muy difícil que pueda haber una inversión en el largo plazo. Cabe mencionar que estamos en un marco de competitividad global y de gran capacidad de deslocalización de muchas industrias, como la científico-tecnológica, muy especialmente la tecnológica, es decir, la relacionada con la economía del conocimiento.

Para finalizar, quiero mencionar al trabajo mediante incentivos. Si el sector privado o cualquier actor económico no invierten -esto es una obviedad, pero a veces es importante transmitir obviedades- es porque no tienen los incentivos necesarios para desarrollarse, y no porque sean malos o quieran el mal para la Argentina. El principal objetivo del sector privado es ganar dinero. Entonces, sin la generación de incentivos o beneficios que permitan solucionar todas las trabas para invertir que existen en términos fiscales y cambiarios, es imposible que el sector privado logre concretarlo.

En resumen, menciono estas tres obviedades que es necesario contemplar, porque muchas veces no se ven reflejadas en el debate público. La primera es generar, desde todo el arco político, una certidumbre que permita vislumbrar un horizonte de estabilidad en el largo plazo.

En segundo término, solucionar los problemas relacionados principalmente con los desajustes cambiarios. No me voy a poner en exquisito y pedir reformas fiscales, porque eso ya sería mucho.

Por último, generar incentivos y beneficios fiscales para que el sector privado invierta. Sin esto, si bien la política es el arte de lo posible, sería irracional pensar en que puede darse el nivel de inversión necesario por parte del sector privado para alcanzar los estándares internacionales -hoy la OCDE- que se pretenden. Muchas gracias por la invitación.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Augusto, por tu participación y tu aporte.

Finalmente, quiero presentar a Adrián Vojnof quien es licenciado en Biología, investigador principal del Conicet, desarrolla su trabajo en ciencias agrarias, biología y microbiología; además, estudia las bases moleculares de la patogénesis de Xanthomonas, factores de virulencia, biofilm y ha desarrollado y desarrolla kits de diagnósticos para la detección de fitopatógenos de importancia agronómica, con potenciales de aplicación agroindustriales; es director del Instituto de Ciencia y Tecnología César Milstein, que si no me equivoco ha sido un ejemplo reciente de cooperación público-privada, que ha dado sus frutos en el combate librado por la ciencia para enfrentar la pandemia del COVID-19.



SR. BORNOZ Muchísimas gracias. Trataré de compartir una presentación.

En primer lugar, muchísimas gracias por la invitación, es un gusto estar con ustedes. Simplemente voy a contar un ejemplo del que podemos llegar a sacar algunas conclusiones que, de alguna manera, ya fueron mencionadas en las diferentes exposiciones.

Tal como dijo el presidente en la presentación, pertenezco a un laboratorio, a un grupo de trabajo, que hace investigaciones básicas en fitopatología molecular dentro del Instituto de Ciencia Doctor César Milstein.

Allí, además de hacer estudios en la interacción planta-patógeno y de ver cuáles son los factores de virulencia de un patógeno para producir enfermedad sobre distintas plantas, hace varios años introdujimos al laboratorio una tecnología. Se trata de una amplificación isotérmica para implementar distintos tipos de diagnósticos de enfermedades, tanto agronómicas como en el ser humano.

En tal sentido, esta plataforma se basa en la utilización de una enzima que tiene una actividad que permite hacer una amplificación, o una replicación del ADN, o de un posible patógeno a una misma temperatura, lo que implica la posibilidad de utilizar muy baja capacidad de esta tecnología sin usar un equipamiento complejo. La lectura es muy rápida, fácil, directa y ello permite desarrollar este kit de diagnóstico muy sencillo.

Como dije antes, nosotros veníamos trabajando en investigaciones básicas. En 2008 introdujimos esta línea que dio lugar a dos publicaciones en revistas internacionales. La primera investigación tiene que ver con la detección de la enfermedad de Xanthomonas citri y la otra, también una enfermedad en cítricos muy importante en este momento por los estragos que está causando en la citricultura a nivel mundial.

Además, siempre nos acoplamos con la intención de transferir este desarrollo a los actores que puedan utilizar esta tecnología, es decir, quienes están haciendo un seguimiento de esta enfermedad en la parte práctica. Hemos hecho estudios de desempeño, presentamos esto en el SENASA y ya tenemos a disposición dos kits en esta presentación.

La pregunta es cuándo se produce realmente el salto en el que podemos pasar de un nivel de investigación o de laboratorio a un nivel más productivo o industrial. Eso ocurre cuando aparece un instrumento a nivel del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, específicamente del Fonarsec -fondos sectoriales-, que permite una asociación público-privada. Es decir, investigadores del Conicet que se asocian con una empresa privada nacional para desarrollar un test competitivo de alta performance para el diagnóstico molecular del Chagas. Esto permitió que mi grupo, que estaba desarrollando una tecnología, se asociara con otra persona -con Carolina Carillo- para aportar cada uno su expertise y desarrollar este tipo de kit.

Posteriormente, surge otro instrumento que me parece muy destacable. Se trata de la convocatoria de subsidios Empretecno, es decir, la posibilidad de desarrollar transferencias asociando el sector público con el privado y que ello desencadene en la formación de empresas de base tecnológica.

En tal sentido, hemos ampliado nuestra capacidad para el desarrollo de kits de diagnóstico no solo para el Chagas, sino para otro tipo de enfermedades en recién nacidos. Ello permitió hacer un primer registro de un kit muy simplificado e importante para la detección del Chagas en recién nacidos, y esta tecnología fue transferida al laboratorio Pablo Cassará.

Nosotros habíamos comenzado con la detección de los cuatro serotipos de dengue, zica y chikungunya, y cuando nos sorprendió la pandemia cambiamos la especificidad de insumos y los dirigimos a la detección al COVID-19. En tal sentido, hemos obtenido un kit de diagnóstico muy simplificado con una visualización muy fácil de los resultados, a través de un viraje de color lila o violeta -en el caso de un negativo-, al azul, si la presencia del virus está en la muestra obtenida del paciente.

Ese desarrollo ha sido posible a través de la interacción público-privada, del apoyo que tuvimos del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.

Además, el desarrollo de la prueba de desempeño, que se hizo con muestras obtenidas del Instituto Malbrán, nos permitió que este desarrollo obtuviera el registro. No solo hemos... (inaudible.)... a la empresa Neokit que se conformó -la empresa de base tecnológica-, sino que hemos logrado registrar el nuevo kit para la detección del COVID-19.

En el día de ayer, ampliamos para que fuera aún más simplificada la detección del COVID-19, de manera directa de muestras de pacientes, sin tener que pasar por una purificación del material genético del virus.

En ese sentido, ya tenemos varios desarrollos para el Chagas y el dengue y estamos en distintas etapas de desarrollo. Lo más importante es que la asociación con la parte privada nos permitió saltar una escala de producción.

Hoy tenemos una capacidad de producir diez mil kits mensuales, es decir, un millón de determinaciones o tests por mes. Nos hemos asociado a la empresa tecnológica Neokit y a la compañía Y-TEC, y ya realizamos la primera exportación a Panamá de siete mil unidades.

Quiero destacar que esto es posible debido a la capacidad del sistema científico argentino. Resalto que ante la convocatoria del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación se han presentado 710 propuestas de investigación para afrontar -de alguna manera- la pandemia del COVID-19.

Quiero resaltar algunas cosas: primero, la importancia de la investigación básica y la generación de conocimiento; segundo, la importancia de generar instrumentos que permitan transferir aquellos conocimientos transferibles; y, tercero, la importancia de los instrumentos que permiten la asociación del sector público con el sector privado; por ejemplo, empresas de base tecnológica.

En cuanto a la importancia del aumento de la financiación en ciencia, lo están desarrollando ustedes a través de estos proyectos de ley.

Por último, no quiero dejar de mencionar la importancia de mejorar los salarios de los trabajadores de la ciencia, que están muy retrasados.

En esta última filmina podemos ver al equipo. Agradezco mucho la atención.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Adrián Vojnov. Felicitamos con mucho orgullo a todo el equipo científico del Instituto de Ciencia y Tecnología Dr. César Milstein y a todos nuestros investigadores.

Esta comisión tiene en agenda para las próximas semanas un proyecto de resolución a través del cual la Cámara de Diputados de la Nación podrá hacer explícito lo virtuoso que ha sido ese trabajo y la asociación público-privada que lo ha llevado a concretarse. Muchas gracias.

Tengo una inquietud para plantear, pero antes quiero darle la posibilidad a los interbloques para que cada uno formule una pregunta. Hemos estado muy bien con el tiempo, por lo que agradezco el esfuerzo de todos, pero tenemos pendientes reuniones de otras comisiones.

Entonces, ¿algún diputado o diputada del interbloque del Frente de Todos quiere hacer una pregunta?

SRA. BERNAZZA En nuestro caso, el diputado Eduardo Fernández hará una consulta.

SR. PRESIDENTE RICCARDO De acuerdo.

Tiene la palabra el señor diputado Eduardo Fernández.

SR. FERNÁNDEZ (E.) Gracias, señor presidente.

El expositor italiano Raffaele Oriani exponía sobre esta preocupación que tenemos todos en torno a la investigación y desarrollo y la relación con los sectores privados. Pero dado que en Argentina los legisladores también tenemos que analizar este tema en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, me gustaría saber si ha tenido en cuenta o tiene algún estudio con respecto al origen y concentración del capital. Digo esto porque otro expositor mencionó que cuatro empresas de alta tecnología que invierten en Estados Unidos hoy están acusadas de prácticas monopólicas.

Entonces, ¿es totalmente aplicable esa experiencia a nuestro país cuando hay una alta extranjerización?

Anoche tratamos en el recinto un proyecto de ley por el que se establecen condiciones para la compra de vacunas contra el COVID-19. Para esa compra de vacunas se piden una cantidad de protocolos, justamente defendiendo, sobre todo, su desarrollo.

Entonces, mi pregunta para el señor Oriani es si eso influye, según su estudio.

SR. ORIANI Muchas gracias por la pregunta.

Claramente, el de la investigación de los productos es un mercado global. Entonces, es necesario tener interacciones con otros mercados; si no, no hay suficiente espacio para generar rendimientos privados.

Antes el colega emprendedor lo decía muy claramente: para que las empresas privadas inviertan en I+D debe haber un pozo de ganancia, de rendimiento. Por eso muchos productos requieren que el mercado sea global.

La segunda parte de la pregunta -por cómo la entiendo- se refiere al sistema de financiación. El sistema de financiación puede ser también muy local. El caso que estaba mencionando del plan italiano no requirió muchos recursos, sino que todo fue manejado con fondos domésticos, nacionales. Por lo tanto, en este caso no creo que sea necesario que haya inversores internacionales.

Entonces, por un lado, el mercado es necesariamente global en el caso de algunos productos; sobre todo, el farmacéutico, el biomedical.

Por otro lado, en cuanto a la financiación, puede ser local, si hay suficiente recurso financiero -esto es claro-, privado y público.

El sistema de innovación puede ser financiado a nivel nacional. Pero en el caso de Israel ocurrió lo siguiente: puso 100 millones pero, como el país es pequeño, muchos capitales vinieron por afuera, por inversores extranjeros o internacionales, y eso contribuyó de manera fundamental al crecimiento del país y de su industria tecnológica.

Está claro que los recursos financieros pueden venir solamente de inversiones nacionales; pero en algunos casos, solo los grandes fondos de venture capital que invierten a nivel global son extranjeros. Eso no complica necesariamente el sistema de desarrollo de innovación del país.

En ese sentido, soy muy neutral: creo que depende del sector que el país quiera desarrollar, de los recursos que el país puede poner en términos de recursos públicos y de la presencia de inversores de capital de riesgo que están presentes en los países. En general, la presencia de inversores internacionales no fue una mala experiencia, en el sentido de que al final tener inversores extranjeros que ponen una ficha en el capital de riesgo de las empresas nacionales puede ser también una oportunidad de desarrollo.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Raffaele.

Colega diputado: ¿está respondida su pregunta?

SR. FERNÁNDEZ (E.) Sí, señor presidente. Es un aporte para que luego nosotros conversemos sobre ese tema, porque se nos traen comparaciones pero muchas veces juegan otros factores además de la voluntariedad.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Tal cual, señor diputado.

No sé si mis colegas de Juntos por el Cambio y Flavia Morales, del Frente de la Concordia Misionero, quieren hacer alguna pregunta. Yo tengo una, pero la dejo para el final.

Si ningún otro diputado quiere hacer uso de la palabra, paso a formular una pregunta a Raffaele Oriani.

Raffaele: hace muchos años, en 1989, haciendo una pasantía doctoral en el Centro Internacional de Física Teórica -en Trieste-, me enteré de una iniciativa de promoción del gobierno italiano, de la interacción público-privada -se ve que se estaba desarrollando en todo el país, pero particularmente también en Trieste- y pude ir a visitarla. Estamos hablando de treinta años atrás; por eso me llamó poderosamente la atención.

Como siempre me gustaron los temas de la política del desarrollo, me interesé y fui a ver ese emprendimiento, que era público-privado: el 51 por ciento eran capitales italianos públicos y el 49 por ciento eran capitales privados. Se apoyaba a proyectos de altísimo valor agregado y se les daba todo el apoyo tecnológico y de gestión.

Recuerdo que se estaban desarrollando polímeros para la dosificación controlada de medicamentos y dispositivos electrónicos para lo que entonces era el transbordador espacial, que los hacía Italia, como algunos dispositivos de control. Prácticamente se les daba todo; se había dedicado una vieja fábrica de automóviles o un sector industrial de Trieste exclusivamente para eso.

Como dije, me llamó poderosamente la atención, pero después no la pude seguir. Si bien esa experiencia de hace muchos años fue una experiencia aislada, tiene mucho que ver con lo que estamos hablando respecto del gobierno italiano. Tengo curiosidad por saber si estabas al tanto de eso, Raffaele, y, eventualmente, cuáles fueron sus resultados.

SR. ORIANI Esa realidad que usted está mencionando todavía existe. Se llama The Trieste AREA Science Park; es lo que nosotros llamamos "parque tecnológico". Es exactamente lo que usted estaba describiendo: una estructura donde hay aceleración de startups, financiación de proyectos de investigación, iniciativa de transferencia de tecnología, support a las empresas que quieran desarrollar productos y también support comercial y de management a las empresas.

En Italia esa realidad de los parques tecnológicos público-privados es muy común y funciona exactamente como usted describía. Es algo que crea ventajas para el público, para los centros de investigación y para las empresas, que encuentran un lugar común donde hay transferencia de conocimientos, donde vienen los inversores para encontrar los startups y donde también hay formación técnica de negocios. Es decir, son lugares donde se produce conocimiento y se lo aplica a iniciativas emprendedoras y a nuevos productos comerciales.

Por lo que conocemos, es una experiencia muy positiva, y -confirmando lo que usted estaba diciendo- todavía está allá, en Trieste. Puede ser una realidad muy interesante para estudiar y replicar, porque es un ejemplo de la excelencia del país en términos de transferencia de tecnología entre universidades y empresas.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Raffaele. Me alegro mucho de que siga vivo ese emprendimiento. Lo conocí prácticamente en los momentos en que estaba naciendo, y lo traje a colación en esta discusión porque es muy pertinente.

Dado que ningún diputado y ninguna diputada quieren formular preguntas, solo me resta agradecer muchísimo a mis colegas y a todos y cada uno de los y las expositoras. Creo que ha sido un debate muy rico, que se ha desarrollado en un clima muy sinérgico para la discusión que nos estamos dando.

Los invitamos a la reunión del jueves próximo, con la que cerraremos la etapa de exposiciones. Como siempre decimos desde la comisión, no todos podrán exponer de esta manera. Por eso estamos convocando a todos los sectores e instituciones a que nos hagan llegar sus opiniones, sus documentos. Una vez cerrada la etapa de exposiciones -lo que sucederá en la reunión del jueves que viene, a la que están todos invitados-, vamos a procesar todo el material y a valorar cada una de las cosas que hemos escuchado.

Muchas gracias a todos por la presencia, el tiempo y la paciencia.

SRA. BERNAZZA Muchas gracias a los expositores y expositoras. Realmente han sido excelentes las exposiciones y la metodología de la reunión.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Gracias, Claudia. Agradezco la disposición de todos los colegas diputados y diputadas, que a veces quieren participar un poco más. A todos les digo que se queden tranquilos porque luego de cerrar esta etapa de reuniones informativas tendremos todo el tiempo del mundo para expresarnos y analizar -como lo hizo Eduardo recién- con una óptica local todas estas experiencias propias e internacionales.

Un abrazo a todos y a todos.

No habiendo más asuntos que tratar, queda finalizada la reunión.

- Es la hora 17 y 5.