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CIENCIA, TECNOLOGIA E INNOVACION PRODUCTIVA

Comisión Permanente

Of. Administrativa: Piso P01 Oficina 130

Secretario Administrativo LIC. CAMPOS PABLO

Jefe DR. Alsina Fermin

Martes 18.00hs

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  • CIENCIA, TECNOLOGIA E INNOVACION PRODUCTIVA

Reunión del día 01/10/2020

- INFORMATIVA

- En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, al primer día del mes de octubre de 2020, a la hora 15 y 9, se da comienzo a la reunión virtual de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, llevada a cabo bajo el formato de videoconferencia:
SR. PRESIDENTE RICCARDO Buenas tardes, señoras diputadas, señores diputados, señoras expositoras y señores expositores de esta segunda reunión informativa de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Es un placer compartir este momento con todos ustedes.

Estoy muy agradecido, en nombre de todos, todas y cada uno de los integrantes de esta comisión, por la presencia de Mauro Carrasco, Marcelo Rougier, Érica Rut Hynes, Luz Marina Lardone, Eugenia Rosales y Agustín Campero, a quienes presentaremos formalmente en el momento de sus intervenciones.

La verdad es que este es un momento importante para todos los diputados que están presentes aquí, representantes de los distintos bloques políticos que conforman la Cámara y esta comisión. Estas sesiones informativas serán insumos fundamentales para enriquecer el debate que estamos dando, que nos debe encontrar con la predisposición para escuchar las mejores experiencias en relación con el desarrollo, el fortalecimiento del sistema de ciencia, tecnología e innovación en la República Argentina, y su financiamiento presente y futuro.

Reitero una vez más el agradecimiento a todas y a todos.

Quiero señalar el segundo eje de este debate, que es muy importante. Se trata del "Sistema nacional de ciencia y tecnología en clave federal: programas de desarrollo federal y regional", es decir, el rol del Estado federal -en todas sus formas- en este desarrollo. En este sentido, escucharemos el aporte de compatriotas que han tenido y tienen importantes responsabilidades y experiencias en este aspecto.

Quiero dar la palabra, para que exprese los saludos pertinentes, a la señora vicepresidenta primera de la comisión, mi colega y amiga, Claudia Bernazza, que está presente en esta reunión. Luego, muy brevemente, podrán hacer uso de la palabra los referentes de los diferentes bloques políticos, para que todos expresemos nuestro beneplácito y agradecimiento por estar reunidos y recibir el conocimiento que los colegas van a compartir con nosotros.

Tiene la palabra la señora diputada Bernazza.

SRA. BERNAZZA (Inaudible.) ...propuestas y promovido estas reuniones informativas. En esta segunda oportunidad, quiero dar la bienvenida a los expositores y las expositoras que ya has nombrado y que realmente tienen una raíz federal en su actuación y pertenencia. En este sentido, participarán y expondrán en esta reunión desde Catamarca, La Pampa, Santa Fe, Chubut, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quizás me estoy olvidando de alguna provincia y, en todo caso, me corregirán. Considero que esa presencia federal habla de nuestra vocación, como legisladores, para tener realmente un sistema científico y tecnológico progresivamente federal. Será un gusto escucharlos.

Los saludo en nombre de la comisión de la que estamos participando, en nombre de mi bloque, del Frente de Todos y todas, y por supuesto quedamos a la espera de tener algún ida y vuelta, a través de alguna pregunta o reflexión que nos permita profundizar y dar las mejores leyes posibles al sistema científico, tecnológico y de innovación de nuestro país. Ese es el objetivo y sé que todos tenemos la misma idea.

Gracias por dedicar este tiempo y estos conocimientos a la producción de leyes del Congreso nacional.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Claudia.

Tiene la palabra la señora vicepresidenta segunda de la comisión, Carolina Castets, para expresar sus saludos; luego, hará uso de la palabra la señora diputada Flavia Morales, representante de uno de los bloques políticos, y la señora diputada Austin. Les pido brevedad, pero reitero que estamos muy agradecidos de que puedan participar.

Tiene la palabra la señora diputada Castets.

SRA. CASTETS Señor presidente: considero que entre sus expresiones y las de la señora diputada Bernazza ya han dicho todo. Me encanta el federalismo y que estén representadas varias provincias en esta reunión. Hay que ser breve y lo voy a ser. Vamos a ver qué podemos sacar en limpio de todo esto para que lo que compete a ciencia, investigación y desarrollo se pueda llevar adelante.

Les agradezco mucho a todos por su presencia y agradezco muy especialmente al señor presidente.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Carolina.

Tiene la palabra la señora diputada Flavia Morales.

SRA. MORALES (F.) Señor presidente: es verdaderamente gratificante ver representado aquí al federalismo; desde el bloque, desde la provincia de Misiones, también nos sentimos parte. Voy a ser breve.

Tal como manifestó la señora diputada preopinante, considero que estos insumos nos sirven y son de muchísimo valor e interés a la hora de la producción de las leyes. Todos sabemos que sin ciencia y tecnología no hay futuro posible ni país que avance y pueda insertarse en un mundo global que necesita desarrollo. Esto hay que tenerlo bien en cuenta. Muchas gracias, señor presidente.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Flavia.

Tiene la palabra la señora diputada Austin.

SRA. AUSTIN Señor presidente: le agradezco y, en su nombre, saludo a todas las autoridades de la comisión y a los diputados y a las diputadas que están presentes en esta reunión.

En primer lugar, quiero celebrar que estemos discutiendo en la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, a instancia suya, estas iniciativas que están en carpeta, para tratar de lograr que la inversión en ciencia y tecnología sea una política de Estado.

Asimismo, quiero agradecer a los invitados e invitadas. Me refiero a Agustín, a Mauro, a Luz Marina, a Marcelo y, un especial reconocimiento, a Agustín Campero, quien es para nosotros una importante referente en materia de ciencia y tecnología.

Quiero decir, simplemente, que tenemos el desafío de ponernos de acuerdo y tratar de concluir esta ley macro, pero además lograr -como bien se dijo en la reunión anterior- que esta inversión tan importante en ciencia y tecnología se convierta en un motor de desarrollo para la Argentina.

También quiero dejar sobre la mesa el tema de las restricciones que representa, muchas veces, la compra de equipamiento e insumos -muchos de los cuales están dolarizados- y la situación que atraviesa el país, que impacta a largo de las últimas décadas en cuanto a contar con el equipamiento que se requiere para que la ciencia y tecnología -que llevan adelante nuestros investigadores e investigadoras a lo largo y ancho de la Argentina- pueda profundizarse.

Manifiesto mi agradecimiento a los cinco expositores y el reconocimiento al señor presidente, en su tarea de poner en la agenda un tema tan importante como lo es el que nos convoca.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Brenda.

A continuación, pasaremos a honrar a nuestros expositores, quienes tan gentilmente se han predispuesto a hacer su contribución aquí. Cada uno dispondrá de diez minutos para desarrollar su exposición -esa es la parte antipática que nos toca puntualizar a las autoridades de las comisiones-, a fin de que las seis intervenciones queden manifiestas en el orden de una hora.

Como es una reunión de comisión informativa, no se generarán debates en medio de las exposiciones, sino que escucharemos y, al final, abriremos el espacio de las preguntas de uno o dos diputados de los bloques, para resumir aquellas cuestiones que queremos transmitir a los expositores. De manera que esa será la dinámica. Si entre todos nos ayudamos, podremos cumplir bien con el desarrollo propuesto.

Comenzamos con la presentación del primer expositor, a quien agradecemos nuevamente su presencia. El señor Mauro Carrasco es doctor en Biología, secretario de Ciencia, Tecnología, Innovación Productiva y Cultura de la provincia de Chubut. Se trata del primer aporte federal en esta reunión, tal como llegará el de otras provincias. Quedamos atentos a la exposición.

Tiene la palabra el doctor Mauro Carrasco.

SR. CARRASCO Buenas tardes a todas y a todos. Gracias por la invitación. Quiero saludar a la diputada que está aquí representando a mi provincia, a excompañeros y también a compañeros actuales de gestión a nivel nacional.

Les agradezco por esta posibilidad de participar, ya que les hablaré un poco sobre la misión desde Chubut y cómo venimos en la gestión. Expondré algunas ideas basado en mi pasaje por la investigación en la universidad, en el Conicet y también en esta gestión, en mi carácter de miembro activo del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología.

Este es el quinto año de gestión que llevamos adelante en la provincia de Chubut y ya tenemos una serie de ideas de participaciones anteriores en distintos consejos. En este sentido, vemos algunas líneas, algunos puntos que hacen a la falencia federal que estábamos teniendo en el sector científico-tecnológico. Por lo tanto, celebro y agradezco a la comisión por esta posibilidad de participación, nada más y nada menos que en el debate de una norma que nos permitirá tener un incremento progresivo y sostenido del presupuesto a lo largo del tiempo de un sector que hoy en día se considera base y motor del desarrollo en nuestro país. Celebro también el ímpetu con el que se está llevando adelante su tratamiento en esta Cámara.

No quiero desarrollar una larga exposición, sino simplemente esbozar algunas ideas respecto de lo que llevamos adelante a lo largo de nuestra gestión y de cómo veíamos que el sistema debía amoldarse a los tiempos que corren, a las nuevas ideas y a la diversificación en la matriz de pensamiento de las distintas provincias, para llevarlo a un carácter federal.

Si bien no sé si se podrá llevar a la realidad, la idea es pasar de un sistema nacional de ciencia y tecnología a un sistema federal de ciencia y tecnología. Esta es, quizás, una de las cosas que más me gustaría lograr en este sentido.

A lo largo de la historia siempre hablamos de que la ciencia necesita financiamiento y que era una cuestión federal llevar ese financiamiento al sector científico-tecnológico. En mi opinión, y en la visión desde Chubut, esa es una de las herramientas, uno de los ítems que nos permitirá la federalización en el sector científico-tecnológico.

Creo que debemos hablar fuertemente de federalizar no solo el financiamiento, sino todos los recursos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. Ahí es donde digo que podemos llevarlo a un sistema federal de ciencia y tecnología.

Cuando hablo de realmente federalizar los recursos, no solo me refiero al recurso financiero, sino también al recurso humano y a la infraestructura. Es decir que, como decimos en la vida, no todo es plata.

Muchas veces nos ha sucedido que los recursos quedan concentrados en cuatro provincias, como históricamente ocurrió en el sector científico-tecnológico. A lo largo del tiempo ha habido documentos referidos justamente a lo mismo: la concentración del recurso en cuatro provincias. No me interesa decir cuáles son, sino simplemente señalar que estamos concentrados en un país federal.

En 2018 recibimos a uno de los gerentes del Banco Mundial, quien vino a visitar nuestra provincia y a conocer el sistema científico-tecnológico de Chubut. Lo hizo en ese momento recomendado por Nación, con la idea de conocer nuestro sistema científico, la implementación de ideas innovadoras y la forma de articulación del sistema científico con el sector privado y el sector gubernamental de la provincia.

En esa visita -que duró cerca de cinco días-, estuvo Quijada Torres viendo todo el sistema. Recorrimos la provincia y los distintos centros de investigación, nos encontramos con los diferentes actores que están en el sistema, las distintas cámaras empresariales y las cámaras de industria. Así fuimos relevando todo.

Cuando entramos en confianza, llegó la pregunta de rigor: qué vinieron a hacer realmente a Chubut. La respuesta del Banco Mundial fue simple: ellos veían que todo el financiamiento otorgado últimamente se había concentrado, justamente, en cuatro provincias, y no querían que los futuros créditos del Banco Mundial tuvieran el mismo destino. Entonces, fueron relevando la situación de diferentes provincias del país para ver cómo era la bajada de inversión en el sector científico-tecnológico de cada una de ellas, y en esta en particular.

Entonces, al hablar con los representantes del Banco Mundial notamos que ellos también ven esa falencia que existe en nuestro país y la concentración de los recursos. Por eso, cuando hablamos de federalización, nos referimos justamente a que debemos federalizar todos los recursos.

Un caso particular que siempre ponemos sobre la mesa en todas las asambleas del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología, en todas las discusiones con los distintos organismos del área y demás, es la distribución del recurso humano. El ejemplo particular del Conicet es quizás el que está más en boga, pero tenemos un amplio sistema científico que puede repartir los recursos.

No obstante, en el caso del Conicet siempre vemos que, por ejemplo, la Patagonia nunca se vio beneficiada con la distribución del recurso humano. En cuanto a la distribución de becarios e ingreso de investigadores, vemos que nuestra provincia no recibe una cantidad de investigadores, sino que estos se concentran en cuatro provincias.

Podríamos aquí hacer un análisis rápido teniendo en cuenta los últimos ingresos -no los de este año-, que fueron de alrededor de 500 personas. Si simplemente permitiéramos un ingreso de 10 investigadores por provincia por año -estamos hablando de 240 ingresos, mientras que tenemos una tasa superior, porque todavía quedarían 260 ingresos disponibles para una distribución por temáticas u otras cuestiones que se pueden llegar a analizar-, vemos que los recursos están. Es decir que no todo es plata; se trata de distribuirla de otra manera.

Para provincias como La Pampa o Catamarca, por ejemplo, la incorporación de diez investigadores es mucho. También lo es para Chubut donde, con suerte, ingresan tres por año en diferentes temáticas. Entonces, ese es un dato a tener en cuenta.

Digo esto porque quienes estamos sentados acá somos políticos, y vemos la política provincial y federal desde cada uno de nuestros lugares. El ingreso de un investigador significa un ingreso de dinero a cada provincia o lugar en que se encuentre. Se trata de una persona que se instala allí y que cobra un sueldo, que después se distribuye en la sociedad.

En el caso de Chubut, actualmente tenemos cerca de mil familias que viven del sector científico-tecnológico. Eso representa para la provincia un ingreso de alrededor de 80 millones de pesos, que se distribuyen en la sociedad. Entonces, no solo vemos lo financiero, sino también lo que ocurre económicamente con el recurso humano. Por eso, hay que tener en cuenta todas las aristas.

En cuanto al financiamiento, pienso que tiene que haber cierta participación privada. Estamos siempre cargando al sector público con el desarrollo de la ciencia, pero de esta manera se genera un círculo vicioso. Me refiero a que el sector científico-tecnológico es el que va a impulsar el desarrollo, pero su financiamiento está dado sobre la base del producto bruto interno del país, es decir, su desarrollo. Por lo tanto, como uno tiene que complementar al otro, en algún momento esa rueda no se va a ver beneficiada.

Puedo darles el ejemplo de países como Noruega, Suecia o Brasil, que incluyen al sector privado con un impuesto del 1 por mil sobre las bebidas azucaradas. Con lo recaudado, solventan más del 35 o 40 por ciento de la inversión en ciencia, tecnología e investigación. Entonces, hay ejemplos de sobra para permitir la participación del sector privado, sin que se trate de una obligación para éste. Es decir que, a mi entender, el sector privado también debe formar parte de la discusión en ciencia y tecnología.

¿Qué necesitan el sector privado, el sector industrial y el sector comercial? Requieren del sector científico, tal como ocurrió este año con la salud.

Cada vez que citamos al sector científico, este reacciona. Es decir que lo necesitamos. Tenemos científicos en todas las áreas y con un alto nivel de capacitación que pueden resolver problemas. Así que necesitamos que estén las demandas.

La demanda debe estar acompañada de financiamiento, pero no se trata solo de financiar por financiar, sino que tiene que haber un eje rector que regule ese financiamiento. Es decir, no se trata solo de financiar la ciencia, sino de ver qué financiamos de ciencia, hacia dónde tenemos que llegar como país en el concepto científico-tecnológico, adónde llevamos al país a través de la ciencia y qué necesitamos de ella.

Siempre apoyamos la ciencia; desde hace muchos años que venimos haciéndolo. Es momento de que nos empecemos a apoyar en la ciencia, preguntándonos qué queremos y qué necesitamos.

En este sentido, en Chubut hace cuatro años generamos un documento, que no es un plan, sino simplemente un eje, un lineamiento político de ciencia y tecnología para la provincia. En ese contexto, lo que se hizo fue relevar los complejos productivos de Chubut y ver en cada uno de ellos cómo puede intervenir la matriz científico-tecnológica provincial para mejorar dichos complejos. Al hacerlo, tengo un valor agregado mucho mayor en la producción local. Además, debemos diversificar de una buena vez la matriz productiva provincial para dejar de ser una provincia netamente extractiva.

Es así que se vieron diez complejos productivos donde la matriz científico-tecnológica de la provincia podría realmente generar un cambio sustentable y cambiar realidades de las personas.

Ese documento es nuestro eje rector, nuestra Biblia. Entonces, si llega a la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva la sugerencia de solicitud de financiamiento y no está enmarcada dentro de ese documento, no tiene prioridad.

El poco financiamiento que podemos dar desde la provincia tenemos que ajustarlo a que diversifique y produzca más en la provincia. Eso nos obliga a articular con todas las carteras y tener un plan productivo acompañado por el sector científico-tecnológico.

En el más corto plazo, el Ministerio de Producción de la provincia está aprobando el plan olivícola provincial. Pero ese plan olivícola provincial no se creó porque vieron que el olivo podía dar buen aceite. Se presentó porque una doctora, con una beca del Conicet, que está en Comodoro Rivadavia, se especializó en la adaptación del olivo a los climas fríos, a los climas que tenemos en la provincia. Ella fue la que analizó realmente los beneficios de la climatología que tenemos, lo aplicó a un cultivo en particular y vio que los aceites del sur del país, que se generan hoy en Chubut, tienen el nivel de un aceite griego.

Entonces, aplicando ciencia, aplicando tecnología y nuevas innovaciones, podemos llegar a producir productos de exportación que generan divisas.

Básicamente, se trata de retribuir a través del (inaudible) de base tecnológica al sector científico. Es decir, siempre tratar de trabajar en este famoso triángulo (inaudible) que todos queremos llevar a la realidad.

En Chubut tuvimos un éxito muy bueno en la articulación entre el sector científico y tecnológico, el sector gubernamental y el sector privado, generando ya la tercera empresa de base tecnológica que trabaja con erizos marinos.

Además, trabajamos en otra línea en el reaprovechamiento del residuo de langostinos. (Inaudible) ...de fertilizante a partir de ese desecho.

También se generó una empresa muy buena de biofertilizantes a partir de algas marinas, de algas invasoras. Es decir que una problemática ambiental que teníamos la solucionamos con el sector científico-tecnológico generando biofertilizantes que hoy ya cuentan con la aprobación del SENASA, con las pruebas del INTA, y que están dando resultados maravillosos en lo que es la producción de soja, trigo y sorgo. Lo estamos probando en vides y tenemos muy buenos resultados.



SR. PRESIDENTE RICCARDO Señor secretario: tiene un minuto más para ir cerrando. Gracias.

SR. CARRASCO Perfecto.

Es ahí donde entra a jugar realmente el rol federal. Y en ese rol federal está el COFECyT, el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología, que es un consejo donde no solo tenemos que discutir financiamiento, sino también políticas científico-tecnológicas.

Ahí está la mirada de las 24 jurisdicciones del país. Entonces, aprovechen el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología, porque para eso está. Ahí está la mirada federal y en sus discusiones se verá la mirada de cada provincia.

Creo que toda la ley, todo financiamiento, toda consulta debe pasar por el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología. Ahí está el carácter federal y vemos, como pasa en la Cámara de Diputados, la representación de toda la Nación.

En el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología están las máximas autoridades de ciencia y tecnología de cada provincia y se ve la jerarquía y la opinión de cada uno en el sector.

Realmente agradezco la invitación. La idea central es que tenemos que federalizar en pos del bien de la sociedad.

Cuenten con nosotros, con las autoridades provinciales, porque estamos en pos de cambiar realidades dentro del sector científico-tecnológico.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Mauro. Es muy interesante escuchar las experiencias de Chubut, algunas las conocíamos y otras son nuevas.

Les pido a los expositores que todos los documentos que consideren que puedan ser un valioso insumo, que estén elaborados y que sean iniciativas, nos los hagan llegar a la comisión porque estamos haciendo un reservorio de documentos para que, en el momento de dictaminar, podamos trabajarlos con mayor tiempo.

Tiene la palabra el señor Marcelo Rougier, investigador principal del Conicet en el Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. También es profesor titular de Historia Económica Argentina en dicha universidad.

SR. ROUGIER Señor presidente: muchas gracias por la invitación. Es un gusto y un honor poder participar de estas reuniones.

Vengo aquí como representante de un grupo de investigadores del Conicet autoconvocados y preocupados por la cuestión salarial.

Mi intervención se enlaza más quizás con algunas de las cuestiones que estuvieron discutiendo los colegas en la sesión anterior. En esa oportunidad se ha señalado la relación virtuosa que existe entre el financiamiento de ciencia y técnica y un porcentaje del PBI para el logro del desarrollo económico y social. También se ha destacado la capacidad de la investigación científica y de la ciencia ante situaciones críticas que afectan a la humanidad, como es el caso actual de la pandemia.

Si bien toda legislación es situada, también es importante destacar que estos proyectos de ley se proponen intervenir sobre el sector de acá a quince o veinte años. Por lo tanto, escapan de algún modo a una situación específica de la coyuntura.

Resulta claro en los dos proyectos que se presentan, ya sea hacia el 1 o el 3 por ciento del PBI, que no solo se incluye la inversión en equipos y el financiamiento en términos generales, sino también la remuneración de los recursos humanos que realizan las tareas de investigación. Esto claramente en un sentido federal.

De modo que voy a centrarme en resaltar el grave deterioro salarial que sufrimos quienes integramos el Conicet para pensar cómo esto afecta en definitiva al sistema y por qué la ley debería contemplarlo o tratarlo.

En primer lugar, quisiera recordar brevemente que para acceder a un puesto en el Conicet, debemos tener un promedio de entre doce y catorce años de formación universitaria y formación de posgrado especializado en investigación en un campo específico. Es el propio Estado quien determina los requisitos y quien pide un doctorado para ingresar al organismo. El Conicet es el único organismo público que requiere un doctorado para ingresar a trabajar en él.

Además, como ustedes saben, los investigadores son constantemente evaluados de un modo riguroso y de un modo permanente para poder, precisamente, permanecer en la carrera y avanzar en ella.

Dicho esto, así como los proyectos contemplan la salvaguarda del presupuesto, o deberían contemplar la salvaguardar del presupuesto, para evitar las fluctuaciones del financiamiento en esta relación respecto al PBI -lo cual es absolutamente clave y debe quedar bien claro y estipulado en la ley-, también deberían considerar especialmente la cuestión de la remuneración salarial para evitar estas fluctuaciones o para evitar deterioros significativos, como es lo que ha ocurrido con los investigadores del Conicet en los últimos diez años.

Me voy a permitir compartir un gráfico elaborado por un investigador del Conicet, Mariano Barrera, que muestra, precisamente, esta evolución, esta fluctuación, esta variabilidad y el deterioro clave que se ha sufrido en los últimos años, independientemente de los gobiernos de distinto signo político.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Le pido al soporte técnico que habilite para que se pueda compartir la pantalla, ya que yo no estoy viendo el gráfico.

Luego de unos instantes:
SR. ROUGIER Vemos en la evolución salarial esta fluctuación, esta variabilidad y el deterioro de los últimos años.

Nuestro salario, para que se comprenda un poco mejor la idea, cuenta con un básico de entre 8.000 y 12.500 pesos. Quien ingresa a la carrera del Conicet, con todos los requisitos y antecedentes mencionados, tiene un básico de 8.000 pesos, y al final de la carrera llega a un básico de 12.500 pesos. Luego hay una serie de ítems que se suman a ese básico que son gravados por ganancias pero que no son computados, por ejemplo, para obtener los beneficios de la antigüedad. Un investigador inicial del Conicet, que es un investigador asistente, tiene hoy por hoy un sueldo en mano de 50.000 pesos.

Es importante tener en cuenta esta situación porque, respecto de la participación del presupuesto, aquí se han hecho algunas comparaciones con los resultados de investigaciones sobre otros países, como Alemania, Corea del Sur, etcétera, pero no se ha establecido una relación con los salarios de los investigadores del sistema de ciencia y técnica ni, en particular, con los del Conicet. En promedio esos salarios son hoy diez veces mayores que los del Conicet.

Por otro lado, además de esta situación de deterioro salarial general, también los investigadores del Conicet hemos sufrido un deterioro significativo respecto de otros organismos del sistema científico nacional, como las universidades nacionales, el INTA, el INTI y la CONEA. Incluso hemos llegado a la paradoja de que hay una diferencia del 30 por ciento entre quienes cobran dedicación exclusiva siendo investigadores del Conicet por las universidades nacionales y quienes cobran por el Conicet directamente, a favor de los primeros, siendo que son investigadores de una misma institución, realizan las mismas tareas y son evaluados del mismo modo.

¿Por qué es importante marcar este deterioro o distorsión? En primer lugar, porque es necesario enfatizar que hay que descartar la idea de que los investigadores somos trabajadores privilegiados. Estamos hablando de sueldos de 50.000 pesos.

En segundo término, es muy claro que el Conicet ha tenido una intervención muy destacada en el contexto actual de la pandemia, con distintos avances en áreas de las ciencias médicas, la biología y las ciencias sociales. Eso se ha logrado con una inversión sostenida en el tiempo que incluyó salarios mejores durante un período prolongado. Los resultados hoy no son producto de los últimos años sino de un período más largo de tiempo. Lo mismo sucede cuando uno piensa en el reconocimiento internacional. En los años 2019 y 2020 el Conicet ha sido considerado la institución gubernamental más importante de la región. Eso también se logra con una inversión de larga data y con sueldos acordes durante un período prolongado.

¿Pero qué sucede? Sucede que esta grave situación salarial tendrá impacto necesariamente en la calidad de la investigación en un futuro bastante inmediato. En efecto, la persistencia de esta situación en el tiempo va a afectar a los investigadores y eso resulta inadmisible, ya que lleva a un agotamiento de los recursos humanos que potencialmente impacta en forma negativa en las políticas estratégicas del Estado.

Dar salarios de pobreza a un miembro de ciencia y técnica no solo es una cuestión individual -ya que además sabemos que los investigadores pagan en gran medida de su bolsillo insumos, libros, viajes a congresos, etcétera- sino que es un problema que afecta a todo el sistema, porque los salarios bajos desalientan la captación de los mejores recursos, provocan el éxodo de una actividad a otra mejor remunerada y, en definitiva, destruyen la labor de los equipos de investigación y los avances de las líneas de investigación.

En consecuencia, una política científica nacional exige que el Estado se ocupe de garantizar a sus empleados un sueldo acorde con las exigencias y los objetivos. Es al Estado al que, por definición, debería resultarle relevante que sus investigadores cobren un salario acorde con sus funciones, para garantizar su propio desempeño y su propia política estratégica en un área central para el desarrollo económico.

Salvo un solo proyecto, que lo menciona, no está considerado el aspecto salarial como tema central de la inversión en ciencia. Insisto: la ley no puede no considerar la cuestión salarial.

Entonces, rescato algunas de las ideas. En primer lugar, esta idea de la salvaguarda en casos de fluctuaciones del PBI, que ya se discutió. Esto nos parece central. La estabilidad, la previsión y la sustentabilidad, como declaró el ministro Salvarezza, son claves para la política científica nacional.

En segundo término, hay algo que se planteó en la reunión anterior y es la distribución armónica de los recursos del presupuesto en términos de financiamiento, equipamiento, recursos humanos y salarios vinculados con esos recursos humanos en un sentido federal.

Pero quiero poner énfasis en lo que viene en tercer lugar, que es la incorporación del tema salarial a la ley de ciencia y técnica. Aquí lo que tenemos es que el Estado debe garantizar en sus políticas científicas los recursos humanos remunerados de manera acorde con los objetivos estratégicos. Esto no puede quedar sometido a las fluctuaciones de la economía, como señalamos, pero tampoco a las posibilidades de negociación salarial gremial de uno u otro sector del sistema. Es una política de Estado y, por lo tanto, no puede quedar librada a la relación de fuerza de un gremio con el Estado.

Por otro lado, es necesario establecer en el presupuesto un porcentaje destinado a garantizar salarios para los recursos humanos del sistema científico nacional y que esos salarios sean acordes con la formación requerida, con los altos requisitos para mantenerse en el cargo, etcétera.

Por último, para evitar estas distorsiones entre los distintos actores del sistema científico nacional, se podría pensar en establecer en el articulado que ningún agente del sistema de ciencia y técnica podrá tener una retribución inferior a otro de igual formación requerida para el cargo y tareas similares en el sistema público, independientemente de la existencia o no de convenios colectivos específicos en cada sector del sistema.

Incluir estas cuestiones -y con esto termino- evitaría precisamente las fluctuaciones, las situaciones de deterioro salarial tan fuertes como las que tenemos actualmente y las distorsiones del sistema científico. En definitiva, garantizaría los objetivos estratégicos del Estado en este ámbito clave para el desarrollo nacional.

Eso era lo que quería plantear. Muchísimas gracias por la invitación.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias por tu presentación, Marcelo.

Reitero que todos los documentos adicionales que tengan a su disposición serán bien recibidos por la comisión.

Voy a presentar a la próxima expositora. Érica Hynes es doctora en Química, además de feminista y diputada provincial por Santa Fe en representación del Frente Progresista Cívico y Social. También es investigadora independiente del Conicet. Entre 2017 y 2019 fue ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la provincia de Santa Fe.

Tiene la palabra la doctora Érica Hynes.

SRA. HYNES Muchas gracias.

Voy a pedirle al host que me permita compartir unos slides para que los puedan ver todos.

En primer lugar, agradezco tanto a las autoridades como a los diputados y diputadas por haberme dado la bienvenida en este espacio. La verdad es que es muy cordial la experiencia y el contacto con todas y todos ustedes.

Para hablar de una ley sobre políticas de financiamiento en ciencia y tecnología en la Argentina me gusta poner sobre la mesa en esta casa, que es la casa de la política por excelencia, que el problema de la ciencia -en el sentido de tema, de tópico, pero también de algunos problemas concretos- es político.

Hoy vamos a hablar de financiamiento y de federalización. Pero es importante resaltar que, más allá de los recursos, que siempre son escasos, la voluntad de tener ciencia, de saber para qué la queremos en un país y cómo se sitúa en ese proyecto de país, nos parece muy importante.

Como decía el presidente de la comisión, actualmente soy diputada de la Cámara de Diputados y diputadas de la provincia de Santa Fe. Les agradezco haberme recibido. Mi partido tiene un representante, el diputado Enrique Estévez, quien se tuvo que ausentar en este momento, pero manda saludos y está pendiente de esta audiencia.

Como les comentaba, lo más difícil, más allá de garantizar el financiamiento, es encontrar un encuadre general de la política científica. Se ha escrito mucho sobre la ciencia argentina; hay una gran cantidad de tesis, de indicadores, de publicaciones de series de años sobre la ciencia, la innovación y la tecnología argentina. Los diagnósticos están hechos y los presupuestos están súper analizados; sin embargo, parece que todavía nos cuesta encontrar el rol del sistema científico tecnológico en nuestro país. Es decir, nos cuesta encontrar cuáles son las posibilidades de la ciencia, en qué puede contribuir y cómo lo va a hacer, sobre todo para atender los grandes déficits, las grandes dificultades y las enormes desigualdades que tiene nuestro país, y atacar los déficits estructurales de nuestra sociedad.

Uno de esos grandes desafíos es definir temas estratégicos, que el Estado pueda plantear esas cuestiones estratégicas, que tengamos la capacidad técnica y política para hacerlo, para encontrar esos nudos tecnológicos, económicos y sociales donde podamos producir conocimiento de alta calidad y hacer la diferencia, es decir, tener realmente una incidencia de la mano de la producción de conocimiento local. Y después de encontrar esos grandes nudos, esos caminos críticos, tenemos que poder diseñar políticas e instrumentos para hacerlo.

Cuando discutimos sobre ciencia, muchas veces el debate se reduce a cuántos ingresos hubo en el Conicet o qué porcentaje del PBI tenemos de financiamiento, pero realmente la problemática es más compleja. En nuestro país pocas veces pudimos hacer coaliciones promotoras de cambios en el sistema científico-tecnológico, realizar cambios en las políticas y llevarlas a instrumentos que tengan una bajada en la gestión y en la administración de recursos, tanto humanos como económicos, para realmente hacer la diferencia.

Si bien en años recientes hubo una apreciación simbólica del sistema científico y durante algunos momentos de estos últimos veinte años hubo hitos de financiamiento o salariales, como mencionaba el colega que me precedió en el uso de la palabra, también es cierto que no hubo diferencias significativas en las políticas científicas.

La última vez que hubo cambios en la política científica de nuestro país, y que estuvieron asociados a los organismos de financiamiento internacional, fue en los años noventa.

Entonces, tenemos la obligación de ver la ciencia en su conjunto, de situarla en las últimas modificaciones, en la línea temporal que queramos elegir, y de usar la enorme cantidad de bibliografía que existe sobre nuestro sistema científico para tomar decisiones.

Por otra parte, un gran desafío que presenta la ciencia argentina es la gobernanza. El sistema científico a nivel nacional presenta una gran multiplicidad de organismos, y la articulación de ese sistema es realmente un enorme desafío. Además, hay que integrar a las universidades nacionales y a los gobiernos provinciales, ya que ambos grupos de actores políticos son una forma de federalizar. Todos ellos están situados a lo largo del territorio argentino; en particular, los gobiernos provinciales, los organismos provinciales -que algunos existen- y las empresas estratégicas de cada región, incluyendo los polos, los parques, las aceleradoras y las agencias de desarrollo, son actores importantes en todo el país.

Por último, lo que ustedes están debatiendo en particular: una ley nacional de financiamiento en ciencia, tecnología e innovación. Como bien se dijo, es muy importante, es un prerrequisito, contar con recursos, pero también es importante saber para qué los vamos a usar, con qué finalidad y en el contexto de qué políticas, que es lo que veníamos charlando.

El tema de la gobernanza federal es interesante y creo que vale la pena profundizar al respecto. El Estado nacional necesita tener aliados en los gobiernos provinciales porque una característica del sistema nacional de ciencia es que se invierten muchos recursos; ya se mencionó aquí el Conicet, que es el organismo de ejecución de ciencia y tecnología por excelencia. También se invierten recursos en universidades nacionales; todos los salarios de full-time, como se ha mencionado aquí, ya sea de las universidades o del Conicet, financian personas que realizan investigación y que generan conocimiento. Sin embargo, ese sistema, que tiene alto financiamiento y donde se hace una alta inversión, tiene poca capacidad de planificación. Además, estos organismos que ejercen y ejecutan la ciencia y la tecnología, es decir, que la llevan adelante, no siempre ejercen una dirección estratégica. Esto es típico del Conicet, pero también sucede en algunos otros organismos -aunque en menor intensidad-, como el INTA o el INTI, que tienen finalidades específicas.

A su vez, los gobiernos provinciales, en general los ministerios de Producción, son los que conocen mejor a las empresas que están situadas en su territorio y saben de sus inconvenientes para innovar. Las industrias manufactureras tienen dificultades de escala para innovar en nuestro país y son ellas las que dan más empleo dentro del ambiente industrial.

Por otro lado, las provincias en general conocen mejor los emprendimientos tecnológicos o empresas con base en el conocimiento, la mayoría de ellos generados en parques, en polos o en incubadoras. Las provincias pueden impulsar a todas estas empresas dándoles beneficios impositivos para facilitar su absorción de innovación, algo que, por otra parte, y como les decía, es bastante dificultoso en las pymes, por ejemplo, lo cual es un desafío muy grande.

Les cuento muy brevemente el ejemplo de Santa Fe. Mi provincia tiene aproximadamente 4.700 personas que trabajan en ciencia, tecnología e innovación, de acuerdo a una definición similar a la que les acabo de dar, es decir, dedicación alta en las universidades, en el Conicet o en organismos como el INTA o el INTI. Tiene cuatro universidades nacionales: la del Litoral, la de Rosario, la de Rafaela y la Tecnológica. Además, posee dos centros científicos tecnológicos: uno en Rosario y otro en Santa Fe; varias incubadoras en toda la provincia, y más de diez años de políticas provinciales en el área.

En Santa Fe se han priorizado cuatro temas. Uno es el relacionado con el mejoramiento de cultivos de interés agronómico, como arroz y alfalfa, para lo cual existe un contrato importante en esa área.

Por otra parte, se priorizó lo que se denomina "Santa Fe 4.0", es decir, no solamente la conectividad sino también la digitalización y otras herramientas de ingeniería de la revolución 4.0, la nueva revolución industrial. Asimismo, se tiene perspectiva de género en la producción de conocimiento, no solamente en la institucionalidad y en el número de mujeres y diversidades en los organismos y en la realización de ciencias. Por último, dentro de estos grandes ejes se encuentra el Acuario del Río Paraná, un centro científico tecnológico y educativo que está en Rosario.

Gracias a que se pudieron sostener estos diez años de políticas hay una evaluación de ese período -que está publicada y se las puedo acercar, si lo desean-, con una evaluación de políticas.

Otro de los problemas que tenemos en la Argentina es que los organismos nacionales tienen poca capacidad de planificación y, a su vez, es realmente muy baja la cantidad de evaluaciones de políticas disponibles. Más allá de las tesis hechas por estudiantes que realizan evaluaciones en el marco de sus especializaciones en ciencia y tecnología o maestrías, el Estado, el propio gobierno, no ha hecho evaluaciones de los instrumentos, por ejemplo, del resultado -no hablemos del impacto- de algunas políticas como el ingreso a carrera en el Conicet en determinados temas, priorización de algunos otros o instrumentos como el Fonarsec. Salvo algunos casos puntuales -que, en general, son independientes de los organismos de investigación-, el Estado no ha encargado esos estudios. Este trabajo está disponible y se los podemos facilitar.

También hemos realizado un estudio sobre el uso del tiempo en la comunidad científica y la distribución del tiempo en la comunidad académica, es decir, de las personas que se dedican a la investigación, según el género. Eso también está disponible y puede ser de utilidad porque el tamaño de Santa Fe hace que sea una especie de laboratorio y una buena muestra de lo que pasa en el resto del país.

En la provincia de Santa Fe existe una ley de financiamiento. Lo que estamos tratando de discutir a nivel nacional, ya existe en la provincia de Santa Fe. Hay un porcentaje creciente y un paulatino incremento del presupuesto provincial. Tenemos que evaluar si este año se va a poder cumplir porque con la situación de pandemia hay poca información al respecto. Pero estamos presentando un pedido de comunicación para ver el grado de cumplimiento de esta ley en el corriente año.

Finalmente, me parece importante destacar que una verdadera federalización de la ciencia necesita políticas nacionales, subnacionales y una verdadera integración de los niveles con áreas jerarquizadas. Es importante que las áreas sean destacadas. No solamente es importante el presupuesto, sino también la jerarquización de las distintas áreas. Es muy diferente cuando hay un área como ciencia y técnica cuya autoridad de aplicación -que la está gestionando- se encuentra a nivel ministerial y puede tener un ida y vuelta con el gobernador o con el presidente, que cuando ella se encuentra subsumida dentro de otra área. Las prioridades de ciencia y técnica, cuando están dentro de producción, suelen ser secundarias, y lo mismo sucede cuando están dentro de educación. Entonces, hay que remontar toda una escala de autoridades para llegar al máximo nivel de decisión.

Por estos motivos, es importante que las distintas áreas en las provincias también estén jerarquizadas. No basta con los instrumentos nacionales o con aquellos que bajen a las provincias. Las provincias tienen que contar con voces protagónicas y deben interactuar con el Estado nacional en una gobernanza multinivel.

Muchas gracias por el tiempo que me cedieron y estoy a disposición para enviarles todos los documentos que mencioné.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias a la doctora Érica Hynes por su intervención. Desde ya, será bien recibido el material que nos pueda enviar. Por supuesto que quedamos abiertos a sus consideraciones en el curso del debate de este proyecto, más allá de esta instancia.

Le doy la bienvenida a Luz Marina Lardone, directora de Ciencia y Tecnología de la provincia de La Pampa. Se trata de otra experiencia federal que quisimos incorporar en este debate. Fue ternada y electa en representación de los organismos de ciencia y tecnología de los gobiernos provinciales y CABA en el directorio del Conicet. Es doctora en estudios de la Sociedad y la Cultura, especializada en producción del conocimiento científico y relaciones de poder, y magister en Comunicación, ambos en la Universidad de Costa Rica, y también licenciada en Comunicación Social de la Universidad de La Plata.

SRA. LARDONE Muchas gracias. Buenas tardes a todos y todas. Agradezco al señor presidente y al resto de los integrantes de la comisión por la invitación que me han formulado. En especial, agradezco a mi representante provincial, el señor diputado Ariel Rauschenberger. Es un placer y un honor poder participar y aportar en este sentido.

A los efectos de esta presentación quiero partir de dos preguntas. Tomando en cuenta la presentación de la primera reunión me interesa ver cómo puedo aportar desde otro lugar que no sea estrictamente económico y tenga que ver con otras dimensiones, tal como estuvieron exponiendo los compañeros y compañeras que me precedieron en el uso de la palabra.

En este sentido, intentaré hacer una mirada integral y sistémica de lo que entiendo es la federalización. Hay al menos dos caminos para entrar en la temática. Uno de ellos sería entrar por la importancia de las ciencias -en plural- y las tecnologías, y, por otro lado, lo abordaré por el lado mismo de la federalización.

El abordaje se hará desde un lugar instrumental, atendiendo a lo político-económico y, a su vez, desde un espacio sociocultural, donde cabe más una dimensión expresiva.

Lo primero que quiero compartir es que el conocimiento ha sido, desde el tiempo de la colonia hasta los momentos actuales -según afirman los grandes teóricos y algunas corrientes con mirada continental- un campo de lucha y tensión porque en él se pone en juego todo lo que tiene que ver con las representaciones, las versiones de lo que es verdadero y lo que no, de la realidad, de los saberes que construyen esas verdades y, a su vez, como si fuera poco, la validez de cada una de ellas como también las intersecciones con los asuntos del poder. De esta forma, quiero mostrar todo lo que se pone en juego cuando uno habla o pretende construir en torno de lo que tiene que ver con el conocimiento científico y tecnológico.

Hay distintas posiciones. Existe una muy marcada que sostiene que el conocimiento y la economía parecieran estar organizados mediante centros de poder y regiones subalternas. Eso es llevado a un esquema que desde lo teórico y lo práctico se aplica no solo a la Argentina en el mundo sino también hacia el interior de nuestro país, es decir, a las provincias y localidades. Cuando uno habla de producción de conocimiento científico-tecnológico, producción y gestión, este sistema mundo pareciera estar compuesto por centros, semiperiferias y periferias.

Uno podría imaginar a la Argentina como productora de conocimiento en el mundo pero, yendo hacia el interior -ingresando en los temas federales-, podemos destacar la existencia de estos centros de producción de conocimiento asociados a la concentración de capital económico, que fueron mencionados con anterioridad.

Concretamente, hacia el interior uno también podría identificar centros, periferias, semiperiferias, y la misma lógica y dinámica hacia el interior de cada jurisdicción. No es original sostener -ya lo hemos hablado, se ha planteado y lo mencionó la doctora Érica Hynes hace unos instantes- que como país tenemos profundas desigualdades y asimetrías territoriales que incluyen lo que tiene que ver con el sistema de ciencia y tecnología. Esa no es una construcción nueva sino histórica.

En primera instancia lo que enfrentamos es un desafío para pensar la Argentina diversa, la diversidad de territorio, el territorio no solamente circunscripto a los recursos naturales sino a los de todo tipo. En todo caso, lo vemos como una construcción social.

Cuando se habla de la territorialidad en términos de la construcción social tenemos la tendencia de buscar los límites. Precisamente, si hay algo que la construcción social desdibuja en el territorio son sus límites.

Todos los que hemos participado aquí y los que estamos en el tema pensamos en una Argentina que es anheladamente federal. La idea es pensarnos como país periférico, semiperiférico del conocimiento en términos del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, tanto a escala mundial como hacia el interior de nuestras provincias. ¿Es posible sostener hoy esta máxima -que desde la teoría algunos afirman- de que en la Argentina los centros del capital económico son igualmente los centros del capital intelectual? Si pudiéramos llegar a un acuerdo y la respuesta fuera sí, ¿qué implicaría en los términos que nos convocan hoy? Es decir, pensar en una ley de financiamiento que tenga un abordaje y una mirada federal.

El objetivo de la federalización ha estado presente a lo largo de la historia, tal como lo mencionó la doctora Hynes. En los últimos años -sobre todo en el último- se ha resignificado y se convirtió en un eje central, tanto de las agendas como en lo que tiene que ver con los discursos de políticas públicas en el sector.

Concretamente, el secretario Mauro Carrasco lo mencionaba al principio de su intervención. Hay una instancia y un espacio que son absolutamente federales que tienen que ver con el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología, donde nos congregamos hacia el interior del sistema dándole algún tipo de gobernanza con mirada federal. Allí, en el Cofecyt, nos encontramos las 24 jurisdicciones. El mes de enero del año 2020 marca, para el Consejo Federal en general y para mí en particular, al menos dos necesidades: la primera es recuperar ese estándar ya que, como mencionaba Érica, es importante el lugar que se ocupa en las estructuras, en los organigramas del sistema de toma de decisión de políticas públicas respecto a ciencia y tecnología. Y por otro lado, una vez recuperado -como fue a finales de 2019-, pensar en el fortalecimiento.

Ahora bien, ¿qué implica recuperar y, por otro lado, jerarquizar? En primera instancia, supone un compromiso de empezar a abordar problemas de la federalización que, repito, es históricamente construida y no necesariamente está resuelta, de lo contrario, no estaríamos hablando de este tópico en el día de hoy.

Y en ese sentido, el acompañamiento que se puede hacer desde el Congreso de la Nación, con una legislación que le dé y le otorgue un encuadre para todo lo que tenga que ver con los recursos presupuestarios, es fundamental mas no es suficiente. Yo también coincido con quienes me precedieron en que requiere otro tipo de ejercicio: una inversión pública que garantice la consolidación, el desarrollo equitativo y la federalización del sistema. Pero cuando uno habla de federalización -también se ha escrito bastante, y hay mucha investigación al respecto-, es un concepto difícil de abarcar y tiene amplias significaciones. Sin embargo, a veces se usa como sinónimo y no necesariamente lo es cuando hablamos del sistema nacional de ciencia y tecnología.

Yo voy a poner seis conceptos en total, no me voy a detener en cada uno de ellos, solo los voy a tratar de interrelacionar para el abordaje de mirar la federalización -ya no la producción de conocimiento científico- en términos de las dimensiones a tener en cuenta.

Cuando uno habla de federalización puede estar hablando de desconcentración exclusivamente, o no. Puede estar hablando de descentralización y también puede estar hablando de democratización, o acceso al conocimiento. Algunos teóricos lo denominan la geopolítica del conocimiento.

Cuando hablamos de la desconcentración solemos caer en el tema de los recursos: cuántos, dónde, con qué cantidad de dinero, cuántas personas y qué equipamiento. Mientras que cuando hablamos de la descentralización, a veces nos referimos a lo que tiene que ver con la toma de decisiones y a un plano mucho más institucional.

Cuando nos referimos a la democratización del conocimiento, me interesa plantear básicamente la construcción de las agendas compartidas, en la misma línea que lo expuso Érica. Luego voy a tratar esta cuestión.

Esas eran las tres primeras dimensiones y sumo tres planos: el dominio, las autonomías y las gobernanzas. El dominio es ese lugar entre las instituciones, hacia adentro y hacia afuera. Las autonomías son el juego entre priorizar lo descentralizado y lo centralizado de los recursos de todo tipo, no solamente financieros o infraestructurales, sino también en términos de espacios. Y la gobernanza tiene que ver con la toma de decisión. Es decir, desde dónde se toman las decisiones respecto al federalismo, si es una decisión centralizada, o si estamos hablando de una gobernanza que reconoce primero a los otros actores del sistema -públicos o privados- y que, a su vez, mantiene diálogos sociales y políticos mucho más amplios.

Para ilustrar el concepto que también mencionó Érica anteriormente -respecto a la importancia del lugar que ocupan las autoridades de aplicación de las leyes, o las jurisdiccionales en ciencia y tecnología- quiero referirme a una encuesta que se hizo desde el Cofecyt, a principios de este año.

A partir de dicha encuesta se elaboró un gráfico que muestra los rangos. Al igual que afirmó Érica, cuando nos referimos a este concepto hablamos de la posibilidad de ese diálogo y de la construcción de agenda con una autonomía diferente, pero a su vez con una responsabilidad de articulación tanto hacia adentro de los gobiernos provinciales como con el Estado nacional y los otros gobiernos de las otras jurisdicciones.

La verdad es que si uno mira rápidamente, la mayor concentración, o el mayor porcentaje, está en las secretarías dependientes del ministerio, al igual que lo marcaba Érica.

¿Dónde puede verse la importancia de la federalización en esto de los para qué?. Cuando uno mira cómo se materializan esos conceptos que, a veces, rápidamente denunciamos que tienen que ver con mejorar la calidad de vida de todas y todos los ciudadanos o cuando vemos que se hacen absolutamente tangibles las transformaciones socio-productivas, ya sea que hablemos de un municipio, de una comunidad o de un país entero. Y sobre todo, cuando se contribuye con un modelo de país socialmente justo, económicamente viable, ambientalmente sostenible y tecnológicamente soberano.

¿Qué se necesita? Trabajar sobre las matrices productivas, fortalecer lo que está. Podemos entrar a los cómo -desde el agregado de valor o la innovación abierta-, pero sería otra charla. Hay una necesidad de elevar la productividad, la competitividad y la equidad de las distintas tramas de valor productivas, tanto regionales como provinciales y, obviamente, la trama nacional.

Para eso, la importancia de la federalización es considerar- -o partir de considerar- el sistema como una herramienta para acceder a esa economía de bienestar que está sustentada en el conocimiento, pero también en la inclusión, la equidad y la diversidad.

A veces, pareciera que el mayor desafío que tenemos quienes estamos hoy en gestión de políticas públicas es gestionar la diversidad. Y si bien, de alguna manera, tenemos los instrumentos, herramientas y demás -que históricamente han tendido a homogeneizar-, hoy estamos obligados a gestionar, precisamente, esa diversidad.

Entonces, en principio, desde la provincia de La Pampa celebramos el desarrollo que en el sistema de ciencia y tecnología se esté convocando a una pluralidad de actores, a la diversidad, a la representatividad territorial de todo el país y a la existencia de consensos políticos para avanzar en lo que tiene que ver con la federalización y profundizarla. Porque la urgencia es reducir asimetrías de todo tipo y esta es una asimetría importante.

Para ir finalizando, quiero recuperar los siguientes gráficos.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Resta un minuto, Luz, disculpame.

SRA. LARDONE Sí, ya termino.

Quiero referirme a los gráficos que presentó el doctor Nicolás Lavagnino en la reunión anterior para remarcar y volver a poner sobre la mesa dos conceptos: la importancia de la sostenibilidad -que debe tener cualquier instrumento legislativo que apunte a abordar la reducción de las asimetrías en la federalización-, y por otro lado, entender que el sistema es uno solo, por más que tenga diversidad de actores, de ámbitos y de escalas.

Fundamentalmente, y para finalizar, estos marcos normativos deben recuperar esta capacidad estratégica que tienen las ciencias en plural y las tecnologías, para el desarrollo económico y social de todas y cada una de las jurisdicciones. Los recursos son tan importantes como la construcción de las agendas compartidas, estos espacios, ya que en las provincias sabemos perfectamente dónde están y cuáles son las necesidades y las oportunidades que hay en cada una de las regiones. Dejaré el material sobre este tema a disposición.

Cuando el Cofecyt nos pregunta si nosotros, desde nuestras provincias, sabemos en qué invertir los dineros, claramente el 75 por ciento responde que sí sabe a dónde están las problemáticas. Se trabaja en conjunto con otras áreas de los gabinetes provinciales y, a su vez, se elaboró un listado -cuando se entregue el material lo van a poder ver- que especifica en qué se puede invertir el dinero.

En la provincia de La Pampa, a diferencia de todo el ecosistema que quizá tiene Santa Fe, nosotros trabajamos por el fortalecimiento institucional. Por último, quiero especificar que el INTI está con San Luis; el INTA con la pampeana y el Conicet, con Neuquén. En nuestra provincia tenemos una sola universidad, la Universidad Nacional de La Pampa.

Hay que trabajar en el fortalecimiento de la institucionalidad del sistema en cada una de las jurisdicciones. Muchas gracias por la convocatoria.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Luz. Muy interesante tu presentación. No dejes de enviarnos el material, por favor.

Nuestra próxima expositora es Eugenia Rosales, a quien agradezco por su presencia, su tiempo y su disposición. Eugenia es licenciada en periodismo y ministra de Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Catamarca.

SRA. ROSALES Señor presidente: muchísimas gracias por la invitación. También quiero agradecer al compañero diputado Dante López Rodríguez, a la vicepresidenta de la comisión, a todos los diputados y las diputadas que están aquí presentes y a quienes me precedieron en el uso de la palabra puesto que ha sido muy grato e interesante escucharlos y, sobre todo, escuchar esa mirada federal desde las voces de otras provincias.

Vengo en representación de la provincia de Catamarca. Este es el primer año que Catamarca tiene su Ministerio de Ciencia e Innovación Tecnológica con esa jerarquización, es decir, con ese rango. Viene desprendido de una Subsecretaría de Ciencia y Tecnología que dependía del Ministerio de Educación anteriormente. El gobernador Raúl Jalil tomó la decisión de darle la impronta de ministerio a partir de este año. Por lo tanto, es una gestión nueva; de hecho, yo asumí en diciembre.

Estamos trabajando -y más en este marco- en tratar de, por lo menos, unir las bases e interactuar con los diferentes referentes de otras provincias en lo relativo al armado del ecosistema de ciencia y tecnología de la Nación. En ese marco, el Cofecyt es un espacio súper importante en el que interactuamos e intercambiamos.

Celebro muchísimo la presentación de estos dos proyectos porque pienso que tenderán a reducir y a cambiar la realidad que tenemos en la Argentina, en la que -como ya sabemos- hay muchas asimetrías en la distribución territorial y en el destino de las inversiones en I + D. Nosotros entendemos y sabemos -es público y también lo ha mencionado Mauro Carrasco al principio de su disertación- que hay una concentración de recursos en una región específica de cuatro provincias. Por ejemplo, en el año 2018 en Catamarca recibimos -si no me equivoco- un 0,64 por ciento en lo que tiene que ver con ciencia y tecnología.

En ese sentido, quiero citar algunas palabras del proyecto de la diputada Claudia Bernazza donde dice que es sumamente importante promover la federalización del sistema científico tecnológico priorizando las zonas geográficas de menor desarrollo relativo. Nosotros entendemos que estamos en una de esas zonas. En efecto, Catamarca es una de esas provincias con menor desarrollo relativo.

Entendemos que para federalizar la distribución del presupuesto en ciencia y tecnología es muy importante tener en cuenta también las diferencias propias de las provincias, más allá de su densidad poblacional. Entonces, hay que tratar de ver la realidad geográfica en la distribución de esos ingresos más que la densidad poblacional ya que, a veces, provincias pequeñas como la nuestra se ven perjudicadas y la brecha en vez de achicarse tiende a expandirse un poco más.

Si esto pudiera concretarse a lo largo de un tiempo a fin de achicar aquellas distancias y tratar de ponernos en órbita o en carrera junto con otras provincias más desarrolladas, para nosotros sería súper interesante.

En este sentido, estamos tratando de implementar a nivel local un presupuesto para el año que viene que también tenga perspectiva de género. Nos parece fundamental tener participación y financiamiento de ciencia y tecnología para fomentar esto en los diferentes colectivos.

Quiero contarles un detalle. En Catamarca las actividades de I + D se desarrollan en tres ámbitos: la Universidad Nacional de Catamarca, que cuenta con más de setecientos investigadores; el INTA, que cuenta con cuarenta investigadores, y el Centro de Investigaciones y Transferencia de Catamarca, que tiene veinte investigadores y sesenta becarios. Estamos hablando de una diferencia abismal con provincias como, por ejemplo, Santa Fe. Escuché a Érica Hynes decir que esa provincia tiene 4.694 personas trabajando en ciencia, tecnología e innovación.

Es súper importante para nuestra región y para provincias como Catamarca contar con un federalismo real en la distribución de los ingresos, en la distribución del presupuesto. Por eso, celebramos esta propuesta.

Nuevamente agradezco al diputado Dante López Rodríguez por esta oportunidad de acercarles la visión que tenemos en el ámbito de ciencia y tecnología de mi provincia.

Coincido con varios aspectos de las disertaciones de los demás expositores -fui tomando nota a lo largo de la reunión-, especialmente con aquellos que tienen que ver con que se nos dé a nosotros también la posibilidad de ampliar la inversión en científicos. Esto, obviamente, debe ir de la mano con salarios para los investigadores que tengan que ver con su jerarquización y con la tarea que desarrollan, así como también con la necesidad de los Estados de incluir líneas de financiamiento de proyectos para radicar recursos humanos.

Tuvimos la posibilidad de conversar estas cuestiones con el ministro Salvarezza en febrero, en Buenos Aires. Es súper interesante para nosotros que se generen centros de investigación científica en la provincia y así radicar investigadores aquí. De esta forma, se podría dar un derrame de conocimiento hacia el resto de la población que, obviamente, generaría el desarrollo productivo que dinamiza toda la economía poblacional.

En relación con los centros de investigación, también estamos trabajando fuertemente y articulando -esta palabra es súper importante- con la Universidad Nacional de Catamarca, con el INTA, el INTI y el CONICET para hacer un polo científico tecnológico en el que podamos tener laboratorios de investigación común a fin de perseguir los diferentes actores del ecosistema de ciencia y tecnología, los mismos intereses y los mismos propósitos. De esta forma, podremos aunar esfuerzos entre los investigadores de los diferentes organismos hacia puntos en común que se fijen con un criterio provincial.

Entonces, por mi parte -hablo por Catamarca y la región- celebro que en nuestra zona haya provincias que están muy bien posicionadas en materia de investigación y de centros de investigación científica. En primer lugar, se encuentra Tucumán y luego Jujuy y Salta. Celebramos lo que sucede en otras provincias vecinas; queremos sumarnos y también poder decir que Catamarca cuenta con centros de investigación y con investigadores de calidad. Queremos que haya un derrame de conocimiento, una sociabilización de la ciencia y tecnología en todo el territorio y, por supuesto, que eso genere una mayor productividad y transferencia hacia el sector privado de la tecnología.

Nuestra provincia tiene diferentes regiones que son muy ricas; tenemos un territorio amplio con diversas posibilidades de producción. Debemos realmente fortalecer todo el desarrollo de aquellos sectores con mayor inversión tecnológica y, por supuesto, con mayor conocimiento.

Mi presentación más que nada apunta a celebrar esta iniciativa y a contar la realidad de una provincia como la nuestra. A pesar de las adversidades y de la situación en la que se encuentra Catamarca, no perdemos la esperanza sino todo lo contrario. Estamos arrancando con un Ministerio de Ciencia e Innovación Tecnológica, tomando todas las herramientas disponibles tanto a nivel nacional como provincial e intercambiando con actores tanto públicos como privados para así poder llevar adelante esto.

En lo personal, agradezco la invitación y celebro la iniciativa. Aquí estaremos para ser receptores de esta propuesta y poder hacer en Catamarca la mejor inversión de aquellos fondos que pudieran surgir de estos dos proyectos de ley.

Muchísimas gracias a todos y a todas.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchas gracias, Eugenia.

La comisión celebra la creación de este nuevo Ministerio de Ciencia e Innovación Tecnológica. Es una muy buena noticia para todo el sistema científico, especialmente teniendo en cuenta la necesidad de que este sistema sea auténticamente federal.

Además, te deseamos la mejor gestión. Tanto la comisión como todos los bloques políticos quedamos absolutamente a disposición para colaborar en esta etapa fundacional que es la más difícil, sobre todo en un momento en el que existen muchas otras necesidades.

Muchas gracias por tu intervención, Eugenia. Te seguiremos convocando más allá de esta instancia, para participar del debate de este tema.

Quiero presentar a nuestro último expositor de esta segunda reunión informativa. Se trata de Agustín Campero, a quien agradezco por su presencia y su predisposición.

Agustín Campero es economista, con estudios de posgrado especializado en Ciencia, Tecnología e Innovación, fue secretario, además, de Articulación Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación.

Adelante, Agustín, tu tiempo para hacer uso de la palabra es de diez minutos. Luego los bloques podrán formular una o dos preguntas a los expositores. Gracias.

SR. CAMPERO Muchas gracias. Buenas tardes a las diputadas y a los diputados. Es un honor para mí poder compartir este tiempo con los representantes del pueblo y con especialistas en esto que nos apasiona, quienes tenemos la convicción de que la ciencia y la tecnología es una de las bases fundamentales para el desarrollo y el bienestar de nuestro pueblo..

Creo que -como marco general y, quizás, más que otras políticas públicas que hacen al desarrollo y al estado de un país- a quienes desarrollamos políticas de ciencia y tecnología nos tienen que exigir más que a otros, en números que para la Argentina son preocupantes. Todos los que desarrollamos políticas públicas a nivel nacional o provincial tenemos que sentirnos responsables.

Es por ello que con toda nuestra fuerza de trabajo y nuestra inteligencia nos debemos dedicar a la solución del problema de la pobreza creciente, a la solución del problema de la falta de desarrollo, a la solución del problema de la desigualdad y a que podamos encontrar un sendero de desarrollo y de crecimiento a largo plazo. Nosotros tenemos la convicción de que se sostiene sobre más y mejor ciencia y tecnología.

Me parece que esa es la gran pregunta que nos tenemos que hacer para ver cómo la ciencia y la tecnología pueden contribuir a la solución de esos problemas.

Con respecto específicamente al enfoque de la cuestión federal, les puedo compartir algunas ideas y algunas experiencias. La Argentina tiene algunas fortalezas muy importantes en ciencia y tecnología desde punto de vista federal también; por ejemplo, tiene un entramado variado de instituciones estatales bien distribuidas geográficamente.

Desde mi punto de vista, la mayor fortaleza de este entramado científico-tecnológico son las universidades nacionales. Esta es mi convicción: las universidades nacionales son la columna vertebral del sistema científico-tecnológico argentino.

En las universidades nacionales, el 60 por ciento de los investigadores desarrollan sus actividades, totalmente o en parte. Además, por cómo son las universidades hechas a la luz de la reforma universitaria, tienen un alto impacto en las distintas regiones y tienen una capilaridad y una llegada a lo que es el semillero del conocimiento que no tienen otras instituciones.

Entonces, yo siempre pido el esfuerzo de tratar de pensar un poco más en la cuestión del eje de la política científica tecnológica alrededor de las fortalezas que tienen las universidades nacionales.

Además de las universidades nacionales, desde ya, está la institución que podemos llegar a decir que es la punta de la pirámide científica -de primer nivel internacional y muy reconocida a nivel regional-, el Conicet, que comparte con las universidades nacionales su distribución geográfica.

La mayoría de los investigadores del Conicet hacen su trabajo en el marco de las universidades nacionales y también, por supuesto, las instituciones como el INTA, el INTI y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales -CONAE-, la CNEA, el INA, el INIDEP, ANLIS, y Segemar, por citar algunos de los que son los que conforman el CICYT.

También tenemos mucho prestigio y, sobre todo, a nivel regional es reconocido en la Argentina. Por eso, nos podemos sostener sobre hombros de gigantes a partir de los Premios Nobel, de las muchas instituciones muy calificadas que tenemos y en áreas de conocimiento que son de primer nivel internacional como biomedicina, física, ciencias agrarias, informática, nanotecnología, biotecnología, tecnología nuclear y satelital; somos referentes en muchas áreas internacionales.

Pero así como digo esto, digo también -a mí me gusta la imagen que utiliza Bernardo Kosacoff, un economista muy reconocido que reflexiona sobre los problemas de desarrollo de la ciencia y tecnología argentina- que la Argentina es un archipiélago que tiene islas que son de excelencia e islas que tienen que avanzar mucho más por la situación en la que están.

Podemos hablar de áreas de conocimiento, pero también podemos hablar de cuestiones geográficas, ya no entre provincias, sino también al interior de las mismas provincias, por ejemplo, entre ciudades. Soy de la provincia Buenos Aires y hay mucha diferencia entre una ciudad y otra.

Otra de las fortalezas que tenemos es un buen diseño institucional a nivel del Estado nacional en favor del federalismo. Creo que en los últimos años se ha fortalecido el rol del Cofecyt. Esta institución no había tenido toda la potencialidad para impulsar, por parte del Estado nacional, el desarrollo de un entramado científico-tecnológico a nivel provincial.

Desde mi punto de vista, todavía descansa demasiado el desarrollo científico-tecnológico de las provincias sobre la responsabilidad de la Nación. Eso hay que federalizarlo mucho más, pero en los últimos años se ha fortalecido mucho el Cofecyt, se le ha dado un vigor que antes no tenía. En los últimos años, a partir de 2018, se le dio entidad de Subsecretaría, se lo rejerarquizó.

Existe una significativa y creciente concientización de la importancia de la ciencia y la tecnología para el desarrollo del país y un muy buen funcionamiento de distintos programas a nivel nacional que tienen una visión federal como, por ejemplo, el de los sistemas nacionales que dependen del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que dan cuenta del estado de los equipos y de los recursos humanos, en las distintas áreas de conocimiento.

Eso también se fue fortaleciendo y son buenos insumos de datos para decisiones de política pública no solamente a nivel nacional, sino sobre todo a nivel provincial. Nosotros también desarrollamos en su momento un portal que tenía por objeto fortalecer la federalización y dar herramientas a los que toman decisiones de política pública a nivel de las provincias para ver qué instituciones de ciencia y tecnología están en su interior, qué investigadores, quién investiga qué cosa.

¿Cuáles son las debilidades? Claramente, como se dijo acá, una de las mayores debilidades que tenemos es que la expansión del sistema -lamentablemente- se hizo a costa de una baja del promedio de las remuneraciones.

Creo que el país tiene que hacer un esfuerzo para elevar las remuneraciones de aquellos científicos e instituciones -o científicos que pertenecen a instituciones- que en términos relativos han quedado desfasados. Hay que comparar, por ejemplo, como mencionaban antes, a los investigadores que son exclusivos de las universidades nacionales respecto de los que son del Conicet, que habían quedado desfasados.

Esta riqueza institucional tiene como debilidad que las instituciones son muy variadas, poseen distintos objetivos institucionales, distintos incentivos institucionales, distintas culturas institucionales, además, distintas remuneraciones. Incluso, muchas veces no dialogan entre sí y ese esfuerzo de la articulación hay que hacerlo.

Existe un escaso trabajo conjunto en términos relativos entre las instituciones. Contamos con algunos programas que tratan de remediar esta situación. Uno de ellos, al final se los voy a mencionar con mayor detalle, es el de los centros interinstitucionales de ciencia y tecnología, a los que también se les quiso dar un sentido federal y eso no se tiene que perder.

Por otra parte, hay una muy baja cantidad de dedicaciones exclusivas y de doctores en las universidades nacionales. Si yo quisiera mencionar una de las grandes debilidades del sistema diría que en las universidades nacionales el 13 por ciento de los cargos son de dedicación exclusiva. Esa es una gran debilidad del sistema.

Ahí nos vemos con una contradicción, que puede ser una oportunidad: la Argentina forma muchos doctores, pero la mayoría tienen en su cabeza como única posibilidad de destino el Conicet y hay muchas instituciones que necesitan doctores como, por ejemplo, las universidades nacionales y otros organismos nacionales de ciencia y tecnología.

Creo que los proyectos tendrían que apuntar a dar muchos incentivos y facilidades para la incorporación de doctores a las universidades nacionales, para dedicaciones exclusivas en las universidades nacionales y doctores en los organismos y en las empresas.

Lamentablemente, también hay una muy baja remuneración para financiamiento de ciencia y tecnología en las universidades nacionales.

En los últimos años, se trató de hacer una recomposición, pero ciertamente seguimos en porcentajes muy chicos. Teniendo en cuenta que las universidades nacionales son la columna vertebral del sistema científico, creo que hay que hacer mucho esfuerzo. Esto además habla de la posibilidad de que las universidades nacionales tengan autonomía para establecer sus prioridades de investigación en su interior.

Cuando están junto con otras instituciones como el Conicet, quien más decide es el Conicet, pero yo creo que a las universidades nacionales hay que devolverles esa potestad. Además, esto tiene mucho impacto en la relación que tienen con las provincias. Las universidades nacionales dialogan mucho con los gobiernos provinciales.

Existen problemas estructurales que también debemos solucionar. Como todos saben, el promedio de inversión en I + D de las empresas argentinas es menor todavía que el promedio latinoamericano. Por supuesto, el marco macroeconómico no ayuda. El principal dato argentino es la inestabilidad. Todo el tiempo tenemos auge y depresión; es como una montaña rusa, y eso desincentiva.

Entonces, creo que los marcos normativos y las previsiones a largo plazo son muy importantes. Por eso, parte de la cuestión para fortalecer el sistema científico-tecnológico es que se sancione rápidamente el proyecto de ley sobre economía del conocimiento, que desde el año pasado cuenta con el consenso de ambas Cámaras, pero que este año se volvió a discutir en Diputados. Allí se habla, por ejemplo, de la contratación de doctores en las empresas para que puedan tener ese marco de previsibilidad y quitar incertidumbre.

Asimismo, por parte de las provincias hay mucho menos compromiso con la ciencia y la tecnología del que me parece que necesita el país. La experiencia indica que el esfuerzo que hacen las provincias en ciencia y tecnología -hay excepciones, por supuesto- es a partir del impulso que le da el Estado nacional.

Creo que el Estado nacional tiene que condicionar sus financiamientos en ciencia y tecnología para que las provincias puedan aportar y aumentar su inversión en investigación y desarrollo en ciencia y tecnología, es decir, para comprometerlos a ese tipo de inversión.

Esto también habla -como se mostró en una filmina- de las experiencias que se han tenido en algunas provincias con avances institucionales que han consagrado ministerios. Otras que ya tenían el Ministerio ahora dejaron de tenerlo, como la provincia Santa Fe y la provincia Buenos Aires. También, hay buenas experiencias más allá de la creación de ministerios, como la reciente creación en la provincia de Mendoza de toda la institucionalidad alrededor de la Agencia de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Finalmente, algo que a mí me gusta subrayar siempre que es que la política científico-tecnológica de un país no es la política científico-tecnológica de un Ministerio. Tanto a nivel nacional como a nivel provincial, se trata de la política científico-tecnológica de un Estado y, eventualmente, de un Estado nacional y los estados provinciales en su conjunto.

Cuando uno piensa en política de ciencia y tecnología, tiene que pensar también en las políticas de defensa, en las políticas de comunicación, de seguridad, de relaciones exteriores, etcétera. Si pensamos en términos de áreas de incumbencia, todos estos ministerios tienen mucho impacto en la realidad científico-tecnológica de los países. Por eso me parece que los lugares de interconexión de todas esas políticas son muy importantes.

Es fundamental el rol del CICYT, que reúne a todos los organismos nacionales de ciencia y tecnología, pero que también, a partir de algunas experiencias que hemos tenido en los últimos años, ha convocado a pensar ese tipo de políticas de manera transversal entre todos los ministerios.

Finalmente, si me permiten, quiero compartir algunas experiencias que hemos tenido en la fluida relación entre los sistemas nacionales y el Cofecyt. En mi carácter de secretario de Articulación Científico Tecnológica, recuerdo haber ido a casi todas las reuniones del Cofecyt para brindar informes y tener una interlocución intensa con los funcionarios de las distintas provincias y con los distintos rectores por los sistemas nacionales de equipamientos y de datos. Básicamente, eso nos brinda un mapa de qué equipos están, dónde y qué equipos hacen falta renovar cuando pasan a ser obsoletos.

Los centros institucionales de ciencia y tecnología deben tener alto nivel y gran impacto social y productivo, y también en las áreas del conocimiento, como por ejemplo, el Instituto de Datación y Arqueometría, en Jujuy; la Unidad Integrada para la Innovación del Sistema Agroalimentario de la Patagonia Norte, en Río Negro, y el Centro Interdisciplinario de Investigaciones Aplicadas al Agua y al Ambiente, en La Plata.

Las experiencias que allí tuvimos son buenas, pero la debilidad que poseen es el problema de la gobernanza de las instituciones a distintos niveles, en función de sus distintos objetivos. Esto nos enseña el importantísimo rol que tienen los gobiernos provinciales para encabezar esas gobernanzas, y que debe ser una política de Estado, más allá de quién esté gobernando circunstancialmente el Ejecutivo de las provincias.

Otra cuestión que me parece fundamental -que es parte del acervo tecnológico-científico de la Argentina, más ahora a partir de la nueva realidad que surge por la pandemia- es el problema de la conectividad. Todas las provincias deben hacer un esfuerzo enorme para que todo el país esté bien iluminado, para que desde la ciudad más grande al pueblo más pequeño haya buena conectividad y para lograr la alfabetización digital, sobre todo, de los chicos.

Vamos a salir de esta pandemia con una brecha todavía acrecentada en la capacidad de uso de las nuevas tecnologías. Creo que la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Cámara de Diputados debe incluir en su proyecto como centro de la escena el problema de la conectividad y de la alfabetización digital. Muchas gracias.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Muchísimas gracias, Agustín Campero.

Reitero el profundo agradecimiento a todos los expositores y a todas las expositoras. La verdad es que todos los comentarios han sido riquísimos y muy variadas las perspectivas, desde las más generales hasta las más particulares.

Todo es un valioso estímulo para los diputados y diputadas que estamos recogiendo estas opiniones a fin de enriquecer el resultado de este debate y llegar a un dictamen sobre una voluntad política que es clara. Es importante encontrar un enorme consenso, por lo que debemos tener la paciencia de escuchar bastante antes de que le demos forma final.

Creo que lo vamos a lograr, la voluntad política está en todos los diputados y diputadas y en todos los actores del sistema. Muchos podrán brindar su aporte personalmente, como lo estamos haciendo aquí en estos debates. Y aquellos que no puedan participar con exposiciones -cada uno de ustedes tiene una red de relaciones importantes y valiosas- igualmente está abierta la comisión para que, a través de las autoridades o de cualquier otro diputado miembro de la comisión, nos pueden hacer llegar documentos y consideraciones que podamos tener en cuenta.

Dicho esto, quiero dar la palabra a mis colegas diputadas y diputados que deseen formular alguna pregunta para los expositores, una o dos por bloque, así vamos concluyendo.

SRA. BERNAZZA Gracias. Comienzo también felicitando, agradeciendo y comentando que me parece muy interesante que estemos escuchando y sabiendo que nuestras leyes van a tener en cuenta la perspectiva de género, el compromiso y el acompañamiento legal.

En un momento se hablaba de un proyecto científico socialmente justo y tecnológicamente soberano. Perdón, señor presidente, pero eso me traía reminiscencias muy caras a mi fuerza política.

Me pareció muy interesante que en esas exposiciones se destacara el tema de recuperar y fortalecer. Creo que todos somos conscientes de que esta es nuestra tarea: reparar, recuperar y fortalecer. También me pareció que la perspectiva desde la periferia es importante porque nosotros hacemos ciencia desde un territorio específico, con enfoque geopolítico. Somos orgullosamente periféricos, pero no hacemos ciencia periférica: hacemos ciencia de primer nivel, situados en nuestro lugar. Con esa sencillez que tenemos siempre los latinoamericanos para pensar nuestras actividades, me pareció muy interesante el cálculo que hizo algún expositor acerca de cuánto nos falta y qué fácil sería tomar algunas decisiones con respecto a la distribución de científicos y proyectos científicos en todo el territorio.

Si me permiten, preferiría hablar de las provincias y del enfoque federal, y dejar de lado el concepto de políticas subnacionales y demás. Del mismo modo y como humilde sugerencia, creo que debemos ir abandonando progresivamente la idea de recursos humanos. Las ciencias no tienen recursos humanos sino trabajadores y trabajadoras. Dejemos los recursos humanos para los cálculos presupuestarios.

Dicho hecho, quiero destacar el enorme aporte de todos los expositores y agradecer los documentos que ya nos están haciendo llegar. Si el presidente está de acuerdo, comenzamos con la intervención de algún diputado o diputada de otra fuerza política, mientras consulto en mi bloque quién quiere tomar la palabra.

SR. PRESIDENTE RICCARDO Por supuesto, señora diputada.

En primer lugar, no me sensibiliza para nada su comentario porque yo hace muchos años atrás -más de quince o veinte- usaba el concepto de "soberanía científica" en una publicación nacional que puedo hacerle llegar; no sé si fui el autor, pero no he encontrado muchos que lo utilizaran; es decir que compartimos la voluntad política.

Como queremos debatir a fondo, nos estamos tomando el tiempo para escuchar. Como bien dijo la diputada Claudia Bernazza, aquí no se trata de analizar ni de confrontar iniciativas, sino que el proyecto final necesita incorporar aspectos que deben ser enriquecidos.

En tal sentido, hemos mostrado voluntad política: está incluida la cuestión de género, la distribución de los recursos y el fortalecimiento de la institucionalidad para lograr un federalismo más pleno. Compartimos todo lo que aquí se dijo y esas inquietudes se verán plasmadas en un dictamen con un contenido quizás mucho más explícito que el que se puede avizorar en los proyectos. El punto es cómo promovemos una inversión privada para la ciencia y la tecnología, pero que esté comprometida con el país y no que sea utilizada como una oportunidad para descargar impuestos sin hacer nada. Por lo tanto, trataremos de superar esas cuestiones. Digo esto para explicar por qué no queremos iniciar el debate de los proyectos hasta no contar con los insumos, pero es plena la voluntad de tener en cuenta todos estos capítulos que se ven como necesarios.

No sé si algún otro diputado o diputada quiere hacer alguna pregunta a nuestros invitados. De lo contrario, los liberamos y nosotros podemos continuar conversando.

Si no hay preguntas, en nombre de todos los miembros de la comisión agradezco enormemente a cada uno de ustedes. Reitero nuestra disposición para que sigan compartiendo este debate y que extiendan esta comunicación, ya que esta voluntad política va más allá de quienes hoy estamos aquí presentes.

Apreciareamos mucho recibir los aportes de todos aquellos espacios institucionales del conocimiento sobre el problema del fortalecimiento de la ciencia y la tecnología en relación con el necesario desarrollo de nuestra patria en todas y cada una de las regiones.

Les pido que sean voceros de esto y que lo hagan de una manera desestructurada; todos los aportes a la discusión serán bienvenidos. Además, haremos alguna jornada más de debate presencial, si fuera necesaria, porque no tenemos ningún apuro; queremos hacer las cosas de la mejor manera y con el mayor consenso político posible.

Muchas gracias, Claudia Bernazza, Carolina Castets -que es autoridad de la comisión- y Felipe Álvarez que no sé si participó de este encuentro.

Por supuesto, reitero el agradecimiento a todas y todos los expositores: Mauro Carrasco, Marcelo Rougier, Erica Rut Hynes, Luz Marina Lardone, Eugenia Rosales y Agustín Campero. Un gran abrazo para todos ustedes; fue un encuentro muy enriquecedor.

- Es la hora 16 y 55.