Comisiones » Permanentes » Comisión Permanente de Ciencia y Tecnología e Innovacion Productiva » Reuniones » Versiones Taquigráficas »

CIENCIA, TECNOLOGIA E INNOVACION PRODUCTIVA

Comisión Permanente

Of. Administrativa: Piso P01 Oficina 130

Secretario Administrativo LIC. CAMPOS PABLO

Jefe DR. Alsina Fermin

Martes 18.00hs

Of. Administrativa: (054-11) 6075-2120 Internos 2120/21

ccytecnologia@hcdn.gob.ar

  • CIENCIA, TECNOLOGIA E INNOVACION PRODUCTIVA

Reunión del día 27/06/2017

- PROYECTOS DE FINANCIAMIENTO DEL SISTEMA NACIONAL DE CIENCIA Y TÉCNICA

Aquí comienza la desgrabación de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del día 27 de junio de 2017.
SRA. PRESIDENTA CASTRO Buenas tardes. Invitamos a los presentes a que se ubiquen en los lugares que quedan disponibles.

Ya tenemos quórum para comenzar a tratar los proyectos. Hoy la prioridad de esta comisión es el tratamiento de los proyectos de financiamiento para el sistema científico argentino. Tenemos tres proyectos puntuales, hay otros dos pero han sido girados a otras comisiones, uno de ellos es de mi autoría. Hemos pedido a la Cámara que se modifiquen los giros, esta es una cuestión que sucede con varios proyectos. A veces, las mismas materias son giradas a distintas comisiones o en posiciones inversas. Pero lo que vamos a hacer hoy es presentar los proyectos, independientemente de estos giros.

Vamos a comenzar por los que sí tienen cabecera en la Comisión de Ciencia y Tecnología, me refiero a los proyectos de ley contenidos en los expedientes 1.514.D.-2016 y 1.147.D.-2017. El primero fue firmado por el señor diputado De Pedro y otros, y el segundo por el diputado Bardeggia. De los proyectos que no han sido girados a esta comisión, el contenido en el expediente 3.330.D.-2017 es un proyecto de mi autoría junto a la diputada Lotto.

El trabajo de la reunión de hoy comienza con una presentación de los proyectos y luego quedará abierto el debate para las preguntas.

También hemos tomado nota de un representante por organismo que nos acompañan en la tarde de hoy. Sé que fue muy buena la reunión previa que tuvieron los representantes de los distintos sectores de la ciencia y de la educación argentina. Por eso, es importante que dejen expuestas sus miradas en esta reunión. También agradecemos a la representación sindical por estar aquí presente.

Previo a dar inicio a la exposición de los diputados, quiero pasar un video que nos ha hecho llegar un importante científico de renombre de nuestro país respecto de la importancia de contar con leyes de financiamiento. El video que verán en pantalla dura un minuto, luego comenzaremos con las exposiciones.

Se proyecta en pantalla el video.
SR. Buenas tardes o buenos días, no sé cuándo verán esto. Me siento un poco tonto al tener que explicar por qué estoy a favor de una ley de financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.

¿A ustedes no les parece que deberíamos evitar que nos vaya saliendo país, sino pensarlo, programarlo, tal como uno haría en la casa? Es una cosa tan obvia. Necesitamos ser más predecibles para no depender de la coyuntura; no podemos depender del "gana o pierde" o de lo que pasa con uno o con otro. Por una vez necesitamos ser serios y para eso hace falta una ley, para que hable de predictibilidad, para que hable acerca de qué es lo que vamos a hacer y cómo nos vamos a financiar.

Desde el punto de vista tecnológico, para tener un desarrollo que sea inclusivo en el sector de ciencia y tecnología, no hay mucho más para decir. El Estado tiene que estar involucrado porque su poder de compra es el que termina empujando a todo el sector industrial.

Cuando hablo de desarrollo científico, no me refiero específica o exclusivamente al Ministerio de Ciencia y Tecnología o al CONICET. Hablemos de los organismos que tienen misiones específicas como la CONEAU, la CONEA, el INTI, el INTA; ni hablar de las universidades nacionales que en definitiva son la fuente en donde se forman todos los científicos argentinos. Pero para todo eso naturalmente hace falta ser predecibles.

Necesitamos saber cómo nos vamos a financiar. ¿Qué porcentaje del producto bruto interno está comprometido a invertir nuestro país para ir en una dirección, independientemente de cuáles sean los ejecutores del momento? ¿Será modificable? Es posible que haga falta hacer modificaciones, desde ya, pero las modificaciones se harán como en una carta, uno la escribe y la va modificando a medida que ocurren determinados acontecimientos. Pero primero hay que elegir una dirección y, sobre todo, un financiamiento.

Por otra parte, todos los candidatos se habían comprometido a ello; ni hablar del actual presidente. Aunque sean apuradas, breves y menores, es por estas razones que estoy a favor de la ley de financiamiento del sistema tecnológico, científico y de innovación productiva.

SRA. PRESIDENTA CASTRO Tiene la palabra la palabra la diputada Volnovich para hablar sobre el proyecto de ley contenido en el expediente 1.514.D.-2016.

SRA. VOLNOVICH Buenas tardes a todos y todas. El compañero Eduardo De Pedro es el autor de uno de los proyectos de financiamiento que vamos a tratar hoy y me pidió si podía representarlo, así que lo intentaré, aunque me resulte injusto porque el trabajo lo hizo el diputado De Pedro junto a su equipo técnico. Muchos de ellos son científicos, como todos ustedes.

Tal vez sea una obviedad pero quería saludar y felicitar la iniciativa de haber hecho la reunión anterior como así también esta reunión, no solamente como un acto protocolar -o esas cuestiones que se dicen- sino que estoy convencida de que ésta es la única forma de ejercer la presión necesaria para que se traten estos proyectos, se aprueben los dictámenes necesarios y podamos sancionar la ley.

En realidad estos proyectos que estamos tratando buscan poner freno al ajuste que hoy estamos viviendo en la ciencia. Más allá de la medida, también lo hacemos porque no queremos que ningún ministro pueda decir tan livianamente las barbaridades que le hemos escuchado decir al nuestro, me refiero a sus dichos sobre los cerebros, porque parece que la discusión siempre es sobre los cerebros y ahora parece que rebalsan. Como diputados nacionales y desde este Congreso Nacional, de ninguna manera podemos permitir que digan estas barbaridades.

Empezamos con el 1,5 prometido por el ingeniero Mauricio Macri en campaña y que no cumplió. Yo vengo de la ciencia política. Nosotros vemos que cuando no cumplen esta promesa y cuando, una vez más, lo que sucedió fue una gran estafa electoral, no solo se está destruyendo el sistema científico y tecnológico, como también la posibilidad de desarrollo de país y de cada uno de nuestros científicos, que tan valiosos son, sino que también se está rompiendo el contrato entre el representado y el dirigente. Se está rompiendo la política y los dispositivos de la democracia.

Por lo tanto, cuando el ingeniero Macri decide ajustar y no cumplir la promesa de campaña, se está llevando puestas muchas otras cosas. El poder busca que no nos involucremos en la política, pero la verdad es que el poder está siempre ahí, al igual que la política. Discúlpenme si me voy por las ramas, pero lo que estoy diciendo tiene que ver con esto. Siempre hay alguien que toma estas decisiones; entonces, las tomamos nosotros o las toman otros.

Soy parte del Frente para la Victoria y ahora nos vamos a conformar como Unidad Ciudadana. De hecho, hoy tenemos presente a una persona que es muy importante para la ciencia y la tecnología y que será un nuevo integrante de nuestra lista, me refiero a Salvarezza. Para nosotros es muy importante porque nos dará un espaldarazo para defender la ciencia y la tecnología en esta Cámara. Como diputados estamos muy contentos de que este sea el futuro y estamos seguros de que a partir de ahora trataremos el proyecto con más fuerza que antes.

Hay dos proyectos, uno es el del financiamiento de la ciencia -creo que todos lo conocen porque muchos opinaron sobre él- que busca alcanzar el 1,5 al presupuesto en 2030, y el otro -que en realidad no debería ser, pero es- busca que se cumpla lo que no se cumple del plan Argentina Innovadora 2020. Como hemos visto, han decidido que la incorporación del 10 por ciento nos la van a deber. Tal como sucede con otras leyes, como por ejemplo con la paritaria, a veces, este Congreso tiene que volver sobre lo obvio y repetir "queremos que esto se cumpla", "sobre esto queremos discutir" o "sobre esto sí queremos dialogar".

Los dos proyectos que nosotros impulsamos los vienen trabajando los compañeros del diputado De Pedro desde hace unos años y requieren, por supuesto, el apoyo de otros bloques. Aquí vemos la presencia de diputados que no son del Frente para la Victoria y consideramos absolutamente necesario que estén para poder lograr la mayoría necesaria para tener el dictamen.

Quiero reforzar la necesidad de juntarnos y la alegría de poder estar acá y poder decirles que sin su apoyo y sin esta reunión, estoy segura de que este proyecto no hubiera salido nunca. Ahora veremos si podemos dictaminar y tratar los proyectos para que los pasemos al recinto. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Tiene la palabra el diputado Luis Bardeggia, quien hablará sobre su proyecto contenido en el expediente 1.147.D.-2017.

SR. BARDEGGIA Soy de la provincia de Río Negro y pertenezco al bloque Frente para la Victoria. El proyecto que presentamos tiene el mismo propósito que el proyecto que presentaron los compañeros del bloque de buscar un horizonte de previsibilidad y de incremento progresivo del presupuesto.

Precisamente a partir de 2003, el incremento del presupuesto hizo posible un proceso que a todas luces, desde cualquier lugar que uno lo mire, cualquiera que lo mire, fue completamente virtuoso y los resultados los hemos podido ver. Incluso, algunos de esos resultados han sido motivo de orgullo para la gente, para los ciudadanos. El ciudadano ha tenido motivos para sentirse orgulloso con algunos de los logros y reconocimientos que tuvieron los investigadores, los científicos y los equipos de las distintas instituciones.

Me parece que tan importante como el texto de un proyecto de ley, son los presentes de esta reunión. Yo me asomé hace un rato a la reunión que tuvieron antes todos los representantes de los sectores y me parece que eso tiene un enorme valor porque son los actores, sin ningún tipo de intermediación, los que están manifestando la situación, planteando los problemas y buscando soluciones.

Celebro también que en la sala haya representantes de gremios. Veo a los de ATE, quizás haya otros que no tienen la identificación.

Otra cosa que me parece relevante es la presencia de diputados de otros bloques porque esto tiene que ser fruto de un debate que tenga como objetivo fortalecer el sector de ciencia y técnica. Si no, preguntémonos por qué países como Estados Unidos, Alemania, Japón o Corea invierten generalmente más del 2 por ciento. No dudan ni tienen ningún tipo de prejuicio a la hora de poner recursos públicos para el sector científico y técnico porque saben que los efectos multiplicadores son horizontales, hacia arriba, hacia abajo y en todos los sentidos. Los efectos no son solo en el ámbito productivo o industrial, sino también en términos sociales de la vida de las personas.

Me parece que la única posibilidad cierta de lograr una democracia en términos sustentables e inclusivos es ensanchando las bases productivas de nuestro país, y eso indudablemente se logra desarrollando el sector de ciencia y técnica, fundamentalmente en los tiempos que vivimos.

Así que más allá de cuestiones técnicas y muy puntuales del proyecto, tengo que decir que hemos tomado en parte el espíritu de la ley de financiamiento educativo, que se sancionó en el año 2006 y generó un horizonte de previsibilidad de recursos para poder desarrollar dicho sector.

A la luz del proceso vivido entre el año 2003 y el año 2015, en términos cuantitativos y cualitativos, consideramos absolutamente relevante y necesario que el país tenga un horizonte de previsibilidad. Nosotros planteamos que debe haber un incremento progresivo y continuo del presupuesto público hasta alcanzar el uno por ciento del PBI en el año 2025, y el 1,5 en 2030. Me parece que esta es la cuestión sustantiva. Esto debe ser fruto de una decisión eminentemente política tomada en ámbitos como este, en una mesa como esta, y que luego se tiene que plasmar en el recinto del Congreso.

Además, también queremos plantear una cuestión que no deberíamos descuidar, me refiero a la participación de las provincias. Entendemos que las jurisdicciones provinciales tienen que estar sentadas en esta mesa. Debemos ver de qué manera pueden comprometer parte de su presupuesto en distintos aspectos, que son enormes los que están involucrados en esos procesos de ciencia e innovación.

Yo vengo de una provincia, Río Negro, donde el tema de la ciencia y técnica es absolutamente relevante, significativo y presente porque tenemos la ciudad más grande de la provincia, San Carlos de Bariloche, que debe contar con uno de los complejos de ciencia y técnica más importante del interior del país, con una historia brillante y de excelencia para destacar y que también nos enorgullece a todos. Hoy cualquiera que entra a Bariloche, ¿qué es lo primero que ve? El formidable edificio que construyó INVAP. Me parece que ese edificio sintetiza el proceso de avance de estos doce años que fue único, aunque similar al proceso -también importante- iniciado desde la década del 40 en adelante cuando nacieron organismos como el CONICET, el INTI o el INTA. En aquella época se origina también la Comisión de Energía Atómica y el país tenía el desafío de sustentar el proceso de sustitución de importaciones.

Hoy tenemos el gran desafío de la inclusión. Si bien tuvo un avance sustantivo, indudablemente no fue suficiente. Como dijo la compañera que me presidió en el uso de la palabra, tenemos que hacer todo lo necesario para evitar un retroceso como los que vivimos en otros períodos, en otros momentos del país. Me refiero puntualmente a los retrocesos que son deliberados y planificados, que no tienen en cuenta ni atienden el interés nacional, es decir, el de la sociedad, el de las personas de carne y hueso.

También celebro que podamos compartir y complementar esta iniciativa con el resto de los proyectos de los compañeros del bloque. Nuestro espíritu es absolutamente colaborativo y esperamos poder complementarlo con proyectos o planteos de los diputados de la oposición, como también de todos ustedes. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO El proyecto que presentamos y cuyo giro hemos pedido que se modifique es un proyecto de ley de piso mínimo presupuestario para ciencia y técnica como porcentajes del presupuesto. Los dos proyectos anteriores son vinculados al financiamiento del sistema como porcentaje del PBI, donde tenemos una escala. En un caso va del 0,37 al 1,5, y en otros se establece un piso no menor al 0,8.

Nosotros veíamos dos cuestiones. A partir de la dificultad del año pasado en la ley de presupuesto, que está regulada por la ley 24.156, de administración financiera, advertimos que necesitábamos algún elemento que nos permitiera tener algunas garantías dentro de dicha ley de presupuesto para que pudiésemos tener una ley de financiamiento. Por eso, se establece un piso mínimo del dos por ciento -entendiendo siempre que estos mínimos son justamente pisos y no techos- dentro del presupuesto general de la Nación para la finalidad Ciencia y Técnica.

Tuvimos reuniones con algunos investigadores y en algunos centros, como por ejemplo en Mendoza. La complejidad del sistema científico argentino hace que no esté concentrada toda la función en un solo organismo. Si bien el MINCYT es el organismo rector y central, recordemos que tenemos otros, como el INTA o el INTI, que no dependen del Ministerio de Ciencia y Tecnología y están regidos por la ley de ciencia a partir de la creación del CICyT. Establecimos este piso como finalidad porque allí en la finalidad se suma todo, incluida la finalidad dentro de las universidades.

Respecto del mínimo para jurisdicción, en el artículo 1° proponemos un piso del dos por ciento para la finalidad. Para las jurisdicciones, la mitad de ese dos por ciento estará destinado para el Ministerio, incluyendo dentro de la jurisdicción a la agencia, la CONAE y el CONICET, tal como actualmente lo establece la ley vigente de presupuesto. Ahora, de esa mitad que se utiliza para la jurisdicción Ciencia y Tecnología, consideramos que el 70 por ciento debe ir al CONICET, tal como lo proponemos en el artículo 3° de nuestro proyecto de ley.

¿Cuál es el objetivo? Garantizar el diseño, la planificación y el cumplimiento de programas y proyectos plurianuales, que son el gran tema de las políticas de ciencia y tecnología, a diferencia de otras políticas. La formación de un investigador, llevar adelante una investigación o un descubrimiento requieren de un tiempo que excede al año presupuestario. Entonces, debemos garantizar esa plurianualidad que tienen las políticas de ciencia y tecnología.

Otro objetivo es garantizar las condiciones laborales y de remuneración de investigadores y personal de apoyo a la investigación y becarios. Recién lo dijo la diputada Volnovich y yo quiero informarles también, sobre todo a los presentes que no integran la comisión, que la diputada Silvia Horne nos ha hecho llegar una nota. Si bien la diputada no pertenece a la comisión, igualmente expresa su preocupación y la importancia que tiene esta reunión respecto de los 438 recomendados que todavía no tienen respuesta ni solución en el marco del convenio que se firmó el año pasado.

Otra cuestión es la de garantizar infraestructura y equipamiento. Es decir, podemos tener a los investigadores pero si no tenemos los materiales ni la infraestructura suficientes, difícilmente se puedan llevar adelante las investigaciones, ya sea para la ciencia que sea, sociales, naturales o políticas. Yo también provengo de la ciencia política.

Uno de los últimos puntos del proyecto es una cláusula de reaseguro que tiene que ver con qué pasa cuando un presupuesto se ve reducido y sus ingresos totales resultan menores a los de años anteriores. En este sentido, proponemos que se considere el mínimo anterior pero en términos reales en los ejercicios fiscales donde el gasto se reduzca en términos reales. Esto se debe a que juegan factores a tener en cuenta, como la inflación.

Por último, el proyecto establece que esta metodología se incorpore en las leyes de presupuesto a partir del momento de la sanción.

Este sería el tercer proyecto que tiene giro a la Comisión de Presupuesto y Hacienda y que nosotros hemos pedido que tenga giro a la Comisión de Ciencia y Tecnología. Esta es una cuestión de la lógica interna de la Cámara, pero está todo formalizado.

De todas maneras, y aprovechando que tenemos muchos científicos aquí presentes, queremos que sepan que incluso en una sesión se puede pedir expedientes a la vista para tener en consideración. Aquí, por ejemplo, tenemos a la vista un proyecto de resolución de la diputada Troiano, al que pronto daremos lectura.

Si ningún diputado, nadie quiere hacer uso, tenemos en la lista a Alberto Kornblihtt para que sea el primer orador.

Tiene la palabra Alberto Kornblihtt.

SR. KORNBLIHTT Buenas tardes. Mi nombre es Alberto Kornblihtt, soy profesor titular plenario de la Universidad de Buenos Aires, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, e investigador superior del CONICET. Además, dirijo el Instituto de Investigaciones en Fisiología y Biología Molecular y Neurociencias, que pertenece al CONICET y a la UBA. A su vez, pertenezco al colectivo Ciencia y Técnica Argentina, con el cual hoy hemos participado en la previa de esta reunión y también lo hemos hecho junto con otras organizaciones que venimos peleando desde hace meses -ya más de un año- para defender la ciencia y la técnica argentina.

En primer lugar, celebro que los diputados estén discutiendo tres o cuatro proyectos de ley de financiamiento de ciencia y técnica porque el país necesita más ciencia y más tecnología para un desarrollo económico y social independiente.

Lamentablemente, este deseo es incompatible con el achicamiento del Estado, por dos razones. Por un lado, en todo el mundo la mayor parte de la investigación se hace en instituciones estatales, y de hacerse en instituciones o universidades privadas, es pagada por el Estado. Esto es así en Estados Unidos, en Francia, en Alemania y en todos los países de la Comunidad Europea. La segunda razón es que el Estado es el mejor y mayor promotor de la transferencia tecnológica, desde la generación del conocimiento en los organismos estatales hacia los sectores de la producción.

El achicamiento, el ajuste que hemos sufrido en ciencia y técnica, es vergonzoso. La pregunta que yo me hago es por qué la ciencia y la tecnología, por qué la educación y por qué la salud tienen que pagar con sacrificio las consecuencias del impresionante endeudamiento en que nos encontramos en estos momentos, que no redunda en mayor consumo ni en mayor bienestar para la población, sino en mayor acumulación de sectores particulares, en desigualdad y en una bicicleta financiera y cambiaria que todos conocemos.

La ciencia y la tecnología son necesarias para muchas cosas. En particular, para revertir la primarización de la economía del país. Esto es importante porque nuestro país tiene una tradición agrícolo-ganadera y extractiva, y tiene mucho potencial para la industrialización. Pero lamentablemente esto choca con las medidas de este gobierno, como por ejemplo la eliminación de retenciones al campo y a las mineras. Pero choca doblemente, no solo porque promueve la primarización, sino porque implica más quita de un recurso al Estado para poder utilizarlo en herramientas que favorezcan la industrialización.

La ciencia y la tecnología pueden aportar mayor valor agregado a los productos industriales. Sin embargo, lo que ha sucedido choca con ciertas medidas que favorecen la desindustrialización, el cierre de pequeñas y medianas empresas, los despidos y el aumento del desempleo.

Nosotros abogamos por mayor independencia tecnológica, y eso está aportado por la ciencia y la tecnología en función de tener decisiones soberanas. Por ejemplo, no estamos de acuerdo con que se compren satélites cuando la Argentina ha desarrollado una línea de investigación y aplicación con éxito en la producción de satélites. Tampoco estamos muy contentos con que se compren centrales eléctricas a China sin conocer exactamente cuál es la contraparte argentina, cuál es la participación de la tecnología y la fuerza laboral argentina.

Pero más allá del aspecto económico-social, hay otras razones para que haya más ciencia y tecnología y para que se sancione una ley que garantice su funcionamiento. En particular, la Argentina tiene una larga tradición científica que está muy asociada a la excelencia de sus universidades públicas. No solamente en las ciencias biomédicas -en este sentido son conocidos los premios Nobel de Bernardo Houssay y de Luis Leloir-, sino también en las ciencias sociales. Esto no es solamente una cosa del pasado: es algo del presente.

Voy a nombrar algunas personas que recientemente han hecho aportes muy, muy importantes a la ciencia mundial y que enorgullecen a la Argentina. Puedo nombrar a Gabriel Rabinovich, que ha hecho aportes importantísimos para la cura del cáncer; puedo nombrar a Raquel Chan, que trabaja en la Universidad del Litoral, que ha creado nuevas especies vegetales que son resistentes a la sequía; puedo nombrar a nuestro experto, Víctor Ramos, que es una eminencia mundial en cómo se forman las montañas y en cómo se generan los terremotos; puedo nombrar a Andrea Gamarnik, que es nuestra especialista en el dengue y es una gran científica, y también puedo nombrar a muchos científicos argentinos que se han destacado en el extranjero. De estos últimos voy a nombrar solo a una, Gabriela González, que es una física que participó del equipo que descubrió las ondas gravitacionales. Se trata de un descubrimiento que fue predicho por Einstein y que se confirmó realmente el año pasado. Allí hay una argentina, que es una de las heroínas de ese grupo.

Es decir que la Argentina tiene una ventaja adaptativa -como dijo uno de mis colegas en la previa- y una ventaja adaptativa regional. Es de necios que los gobiernos no entiendan que esa ventaja adaptativa puede colocar a la Argentina en una posición privilegiada respecto de otros países de la región. Algunos países que invierten en ciencia y técnica un mayor porcentaje de su producto bruto interno, tienen resultados cuali-cuantitativos inferiores a los nuestros.

Venimos de meses y días de luchas unitarias de varios sectores relacionados con la ciencia y la técnica, donde ha habido toma del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Ha habido marchas multitudinarias para decirle a la sociedad que los científicos no somos vagos, que no sobramos, que no somos meros publicadores de papers sino que estamos interesados en los problemas de nuestra sociedad y de nuestro país y que merecemos respeto, incluso de nuestras propias autoridades.

¿Qué consecuencias tiene el ajuste? Peligra la continuidad de grupos de investigación. La investigación científica es un tipo de acumulación lenta y continua del conocimiento. No es una acumulación espasmódica y con estallidos. Requiere de muchos años; requiere de mucha reflexión, y para eso requiere de continuidad. Ya hemos vivido éxodos producidos por dictaduras. No tengamos ahora un éxodo producido por un gobierno democrático.

En relación con el ajuste, otra cosa que es importante mencionar es que rompe una línea de crecimiento del sistema que no solamente afecta a las quinientas personas que este año no entraron en la carrera del CONICET -y cuyo destino precario es incierto-, sino que también afecta a miles de jóvenes que ingresaron a las becas del CONICET y que esperaban, siete años después, pertenecer a un sistema en crecimiento. Esos miles de jóvenes existen y van a chocarse con la realidad del ajuste si la situación no se revierte a tiempo, y no me refiero solo a lo que ocurrió el año pasado, sino que esto se va a repetir año a año durante siete años.

Por otra parte, es interesante destacar que esta reducción en el número de ingreos al CONICET, que es el ejemplo más flagrante del ajuste, se ha "vendido" como un plan para modelar la carrera de investigación del CONICET. La verdad es que esto no es así: es un ajuste abrupto, y para justificar que no se trata del achicamiento del Estado, se lo "vende" como un plan.

¿Por qué no es un plan? Porque si lo fuera, no se habrían reducido también los números de becas y de ingresos a la carrera del técnico, ya que de hecho los institutos existentes podrían gozar con menos investigadores pero más técnicos.

Por último pido a los señores diputados y señoras diputadas, no por el bien de los científicos sino por el bien de la Nación, que no convaliden el retroceso y el ajuste en ciencia y técnica y que generen los instrumentos adecuados para revertirlo. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Quien continúa es Fernanda Beigel, investigadora independiente de la UNCUYO.

SRA. BEIGEL Perdón, pero no sabía que me tocaba hacer uso de la palabra. Mi nombre es Fernanda Beigel, soy investigadora independiente en el CONICET Mendoza, y además soy profesora titular en la Universidad Nacional de Cuyo.

Lo único que quisiera decir, y muy brevemente, es que me parece que enfrentamos un momento clave en la historia de la ciencia argentina. Si nos situáramos en 1999, recordarán que la pirámide de los investigadores del CONICET era como un arbolito invertido, donde había una pirámide envejecida y donde teníamos un tronquito muy pequeño. Yo misma me presenté al ingreso a la carrera del CONICET en diciembre de 2001, y el resultado estuvo en marzo de 2003. Recuerdo que nos llamaban "los sobrevivientes" a quienes habíamos ingresado en ese período en que el CONICET estaba en extinción.

En ese sentido, pensamos que fue fundamental que se haya triplicado la cantidad de investigadores en este país, ya que partíamos de una situación prácticamente de extinción de la carrera del CONICET.

En esta línea, además del crecimiento, la triplicación de investigadores y la cuadruplicación de becarios, también es importante señalar la distribución en el nivel de disciplinas que ocurrió en estos últimos quince años, porque las ciencias sociales -que venían ocupando una posición totalmente subalterna en comparación con otras ramas-, llegaron a ocupar un cuarto de la masa de investigadores en este país.

Habiéndonos encontrado en pleno proceso de rearticulación entre las universidades y el CONICET, en pleno proceso de mejoramiento de las desigualdades intrarregionales, interinstitucionales y especialmente las desigualdades geográficas, nos encontramos ahora con que el retroceso ha implicado incentivar con mucha más fuerza esas desigualdades regionales. En consecuencia, las regiones que deberían haber crecido en los últimos dos años -en relación con estos dos últimos ingresos a carreras del CONICET-, se han visto nuevamente más desfavorecidas.

Este crecimiento que tuvo el campo científico en la Argentina en estos últimos quince años es lo que movilizó a los investigadores y científicos para que estemos hoy aquí. Es posible que estemos más acostumbrados a la soledad y a la tranquilidad del laboratorio, o al frenesí -prefiero decir- de tener nuestras bases de datos. Pero estamos acá, en la calle, autoconvocados. Muchos de nosotros -como en mi caso- vinimos por primera vez al Congreso de la Nación para pedirles que nos escuchen, que adviertan el retroceso que significa esto a nivel de una política científica que, como muchas otras -pero en especial esta-, implica una acumulación de largo aliente, de largo plazo. Los resultados de estos procesos de acumulación de conocimiento pueden llegar a ser completamente cortados a partir de este proceso de ajuste, por lo cual les agradecemos muchísimo que nos estén escuchando y esperamos que estos proyectos lleguen a buen puerto. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Tiene la palabra Gonzalo Scivoletto, de la Red Federal de Afectados.

SR. SCIVOLETTO Agradezco en primer lugar a los señores diputados y diputadas por esta oportunidad, por escucharnos y por poder compartir esta problemática con todos ustedes. También quiero agradecer a la Red Federal de Afectados, que me ha dado la oportunidad de representarlos y de expresar nuestra preocupación. Vengo de Mendoza, soy becario posdoctoral de CONICET. También quiero manifestar cuál es la problemática y las necesidades que hay en las provincias, que tienen algunos matices diferentes de lo que sucede aquí, en Buenos Aires.

El tema "afectados" -o la cuestión "afectados"- no comienza en diciembre del año pasado, cuando se nos rechazó el ingreso a CONICET, sino que empezó aproximadamente en 2009, 2010, 2011, época en la cual casi todos nosotros -o muchos de nosotros- apostamos a la investigación, a la ciencia pública en la Argentina y a ingresar a CONICET.

Esa apuesta implicaba también sacrificar algunas cuestiones personales. A muchos incluso les significó rechazar empleos en puestos privados, y aun así apostamos a esa posibilidad de desarrollar la investigación y la ciencia en la Argentina. Lo hicimos luego de aproximadamente siete u ocho años, cumpliendo todos los requisitos que el CONICET establece.

En este sentido, debemos decir que esos requisitos son altamente competitivos. Es decir que uno no llega a ese lugar -y pido perdón, no quiero ser pedante con esto-, sin haber transitado un gran esfuerzo, un gran mérito académico. Dicho esto entonces, cuando llega el momento de presentarnos al ingreso a carrera después de un largo tiempo, nos rechazan ese ingreso, aun cuando el mismo CONICET evaluó nuestro rendimiento académico y nuestros antecedentes como recomendados.

Luego de esta situación, en diciembre el ministerio establece un acta-acuerdo con los afectados para solucionar -entre comillas- el conflicto, conflicto que no generamos los becarios posdoctorales ya que simplemente seguimos el camino que debíamos seguir.

Más tarde, transcurridos ya siete u ocho meses de este conflicto, el ministerio aún no tiene ninguna respuesta seria, sólida, para la situación de los afectados. El 31 de diciembre se terminan nuestras becas posdoctorales y no sabemos qué va a pasar con nosotros. Por lo tanto, nuestra situación es de imprevisibilidad; no sabemos si salir a buscar trabajo en otro lado o no; no sabemos qué va a pasar después de diciembre, etcétera. Esa es la situación en la que nos encontramos los afectados.

Además, hay que decir que se estableció una mesa de seguimiento y de negociación con todos los sectores, con el ministerio. Es una mesa a la que deberíamos estar asistiendo ahora, en junio, pero no nos han convocado. Las reuniones se realizan fuera del ámbito de la mesa de seguimiento, y por lo tanto los afectados no somos convocados. Hubo intentos de conversar, de discutir, de dialogar, de hacer aportes para que el ministerio pueda elaborar un plan alternativo que solucione el conflicto, y en muchos casos no hemos sido escuchados. Es decir que nuestra situación es ciertamente muy difícil y altamente precaria.

Dicho esto, nuestra posición acá no es una posición corporativa. No estamos hablando simplemente en nombre de aquellos que hemos sido afectados. Estamos también haciéndolo en nombre de todo el sistema de ciencia y técnica. Es por eso que apoyamos estas iniciativas legislativas. Queremos que se sancione un proyecto de ley que resuelva el drama de los afectados, que frene el ajuste y que también contenga un plan alternativo y superador de ciencia y técnica, de manera que no siga continuando en el tiempo este problema que hemos tenido los afectados.

De todos modos, el problema va a continuar. ¿Por qué? Porque el ajuste ya está institucionalizado, por ejemplo, en los recortes a carreras. En esta nueva convocatoria se estableció un cupo de cuatrocientos cincuenta investigadores, mientras que según el plan "Argentina Innovadora 2020" ese cupo debería ser por lo menos del doble.

Es decir que como afectados estamos apoyando iniciativas legislativas que esperamos sean, además, superadoras de las diferencias políticas. Esta Red Federal de Afectados es una red plural, democrática, con diferentes líneas políticas, eso hay que decirlo. Desde ahí queremos procurar que este Honorable Congreso sancione un proyecto de ley que vaya más allá de las disputas partidarias y que también se piense en la ciencia y la técnica como una política de Estado, como se ha dicho esta tarde.

Por otra parte, nos gustaría plantear algunos aspectos que debería o que podría contemplar ese proyecto de ley. En primer lugar, el crecimiento planificado. Se ha discutido aquí si es conveniente hacerlo a través del presupuesto o del PBI -eso se debatirá en un aspecto más técnico-, pero sí consideramos que debe haber un crecimiento planificado de la ciencia y la tecnología en la Argentina al menos a 2030.

En segundo lugar, que ese crecimiento de la ciencia y la tecnología en la Argentina tenga una perspectiva federal. Esto también hay que decirlo: muchos de los afectados que venimos de las provincias, en caso de que se caigan nuestros proyectos de investigación, veríamos caer líneas de investigación enteras.

Solo por mencionar un caso, hay un compañero de Mendoza que estudia recursos hídricos. Si llegara a caer esa línea de investigación en una provincia como Mendoza -que como ustedes saben, es propensa a la sequía-, caería también todo un estudio que está realizando un equipo de investigación y que lleva muchísimos años. Entonces, lo que esperamos es que se promueva también el federalismo con este crecimiento de la ciencia y la técnica.

Por último, queremos que se garantice el crecimiento del 10 por ciento anual de la planta de investigadores en ciencia y técnica. Muchas gracias a todos y a todas. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Tiene la palabra Inés Nercesián.

SRA. NERCESIÁN Buenas tardes a todos. Mi nombre es Inés Nercesián, soy investigadora del CONICET. También soy docente de la Universidad de Buenos Aires.

Antes que nada, quiero celebrar el día de hoy en todos sus sentidos.

Lo primero que voy a decir es que estar aquí el día de hoy con esta sala llena también fue posible porque desde hace un año y medio que venimos llevando adelante un proceso de lucha con diversos sectores del sistema científico. Particularmente pertenezco a Científicos y Universitarios Autoconvocados de Buenos Aires, pero nosotros tenemos una red muy amplia a lo largo y a lo ancho del país. Tenemos compañeros de Salta, Jujuy, La Rioja, Córdoba, Rosario, Patagonia, el CENPAT en Puerto Madryn. Estamos organizados para discutir y defender el sistema científico.

Otra cosa que quiero decir es que no es la primera vez que estamos acá. Desde Científicos y Universitarios Autoconvocados de Buenos Aires, cuando conocimos el proyecto de ley que impulsaba el gobierno nacional, inmediatamente advertimos que el ajuste era brutal e iniciamos un proceso de lucha en dos sentidos. Por un lado, salimos a la calle e hicimos una enorme movilización el 27 de octubre -que seguramente se habrá hecho escuchar desde acá adentro-; por otro, vinimos al Palacio, al Parlamento. Seguramente recordarán muchos de los diputados que les enviamos mails, los visitamos e insistimos. Llamamos por teléfono a los diputados de todos los colores políticos, eso también quiero decirlo. Algunos nos atendieron muy bien; otros, no nos atendieron; otros, nos dijeron que iban a intentar hacer algo. Finalmente, el presupuesto se instrumentó con un ajuste para el sistema científico, que se plasmó o que -como decía el compañero- se cristalizó en diciembre con los quinientos compañeros y compañeras científicos que no pudieron entrar al CONICET.

Voy a ser breve. Quiero decir que las principales consecuencias que advertimos que tiene el ajuste son las que se pueden ver al cortísimo, al mediano y al largo plazo. En primer lugar, la fuga de cerebros. En nuestro propio espacio tenemos compañeros y compañeras que están ahora en Europa y que hasta hace dos meses estaban con nosotros en la calle luchando contra el ajuste del sistema científico.

En segundo término, esto desalienta a las nuevas generaciones.

En tercer lugar, como decía Alberto al comienzo, también se produce el desmembramiento de los equipos y de las líneas de investigación. Esto, además, viene de la mano de otra consecuencia que es preciso señalar: indirectamente implica una transferencia de recursos de inversión del Estado argentino a los países centrales. Esto último es así porque el Estado nacional invierte en educación pública aproximadamente seis o siete años. Después vuelve a invertir en el sistema científico a un becario otros seis o siete años. Es decir que durante catorce años el Estado nacional argentino invierte en universidad, ciencia y tecnología. Cuando hayan transcurrido esos catorce años, les estamos diciendo a los becarios, a los investigadores -como se señalaba recién-, que hay que rebalsar. Eso es una transferencia de recursos, y también hay que decirlo.

En cuarto lugar, el recorte de la planta de investigadores, de becarios y de recursos humanos investigando produce un ajuste o un achique en la agenda de investigación. Las líneas de investigación se ven cortadas, y eso alienta la brecha entre el sistema científico y las necesidades del pueblo, porque cuanto más breve es la agenda, menos podemos acercarnos a las necesidades del Estado y del pueblo argentino.

Por último, quiero decir que este debilitamiento del sistema científico en general coloca a la Argentina en una situación de debilidad respecto del sistema científico a nivel mundial. Cuantos menos somos, cuanto menos podemos investigar, nos colocan en una situación precaria, y eso nos expone a tener que importar agendas de investigación de los países centrales, agendas de temas que no necesariamente son los que necesita el Estado argentino ni los que precisa el pueblo argentino. Por eso es fundamental que nuestro país tenga un sistema científico robusto.

También quiero decir que desde nuestro espacio entendemos a la ciencia desde una perspectiva de derechos de los ciudadanos y ciudadanas, de manera que todo aquel que quiera insertarse en el sistema científico tenga la posibilidad de hacerlo, y que aquel que quiera insertarse en el sistema de educación superior, también tenga ese derecho. Además, desde la perspectiva del constitucionalismo social entendemos -y en esto queremos hacer hincapié- que la ciencia tiene una función social.

En ese sentido, el Estado tiene la responsabilidad, el compromiso y la obligación de garantizar, invertir e instrumentar todos los medios necesarios para desarrollar un sistema científico porque, como decía Alberto al comienzo, el desarrollo de un sistema científico es fundamental para el desarrollo económico, para evitar que en la Argentina continúe o se profundice una economía primaria exportadora. De esa manera podríamos dar un salto hacia una economía de industrialización sustitutiva que implique la ampliación de derechos para los ciudadanos y ciudadanas.

Queremos destacar la relevancia del sistema científico para el desarrollo económico porque entendemos también que este es fundamental tanto para la soberanía económica como para la soberanía política. Estas son dos banderas que todas las fuerzas políticas deberíamos tener en el horizonte.

Para concluir, queremos decir que desde Científicos y Universitarios Autoconvocados de Buenos Aires estaremos consolidando nuestra lucha junto con los compañeros y compañeras a lo largo y a lo ancho del país. Además de hacer canciones pegadizas, estamos en pie de lucha y vamos a seguir unidos para defender la ciencia y la tecnología. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Quiero decirles que no es que no hemos estado prestando atención. Hemos estado conversando; el Congreso es así.

Habría en principio una posibilidad de acordar y de poder contar hoy con un dictamen, pero hay alguna salvaguarda que algunos bloques quieren hacer. Voy a dar la palabra al diputado Echegaray, vicepresidente de la comisión, quien pertenece al interbloque Cambiemos. Vamos a interrumpir un poco las exposiciones, ya que es posible que lleguemos a consensuar un dictamen esta tarde.

Tiene la palabra el señor diputado Echegaray.

SR. ECHEGARAY Gracias, señora presidenta.

En virtud de la existencia de estos proyectos, desde hace ya un tiempo que en el seno de la comisión se nos planteaba la necesidad de ahondar un poco más la discusión en algunos aspectos. Fundamentalmente, teniendo en cuenta que la exposición de planes en el ámbito de ciencia y tecnología -inclusive durante el anterior gobierno- aparecen en distintos estadíos.

Ustedes recordarán -aquí está el exministro De Vido, colega diputado-, que previo al plan Argentina Innovadora 2020 existió el plan del Bicentenario, que también estableció metas, aspiraciones y objetivos -que en algunos casos fueron cumplidos; en otros, no-, pero que en definitiva planteaban un horizonte, una búsqueda de un determinado objetivo en materia de inversión en I+D. El plan Argentina Innovadora 2020 plantea en algunos aspectos temas distintos, pero en definitiva un plan reúne un cúmulo de objetivos que intentan lograrse.

En aquel entonces, por lo que tengo entendido, el plan del Bicentenario planteaba, por ejemplo, un incremento sustantivo en materia de inversión en investigación y desarrollo que no tenía una base puramente de inversión de carácter público. Tenía un porcentaje considerable de inversión pública -no lo recuerdo-, pero también de inversión del sector privado. Ese es quizás uno de los desafíos que siempre están planteados en materia de inversión en I+D, no solo en nuestro país sino en todos los países del mundo, porque cuando se hace referencia a cifras, a datos, a porcentajes, muchas veces no se dice claramente qué compone esas cifras, esos datos y esos porcentajes.

Lo cierto es que hay países que en investigación y desarrollo tienen una fuerte participación de inversión privada por determinadas características, cosa que no ha sido una costumbre en nuestro país por muchas razones que quizás formen parte de otro capítulo. Evidentemente, la Argentina no ha tenido ese tipo de participación en el transcurso de su historia.

Nuestro sector privado no ha tenido el mismo grado de compromiso. No podemos decir que haya sido nulo, porque no lo ha sido, pero aquí no ha habido el mismo grado de compromiso que en otros países. Por ende, para hacer la salvedad que bien señalaba la presidenta, en realidad plantearíamos en este término nuestro apoyo al proyecto de pautas de inversión o de crecimiento de la inversión, porque creemos que el proyecto del diputado De Pedro lo plantea solamente en el ámbito del sector público. Es decir, propone llegar a la pauta solamente con financiamiento público.

En nuestro caso sugerimos tomar el propio programa o plan que surgiera en determinado momento del plan del Bicentenario, que planteaba una relación mixta entre inversión privada e inversión pública. Nos proponemos discutir ese punto, por supuesto. Pero es por eso que apoyaríamos con reservas o con disidencias parciales este proyecto.

A eso hacemos referencia. Por supuesto, daría para ampliarlo mucho más. Además, si bien la situación exhibe extremas dificultades, no estamos viendo exactamente la dimensión de la problemática que se ha citado aquí, con todo respeto por quienes hacen ciencia y tecnología en el ámbito de nuestras universidades o de nuestro sistema.

El segundo punto que quisiéramos plantear, como un tema para discutir a futuro, es si entendemos que el ámbito residencia de la ciencia de la Argentina es solo el Conicet. Para nosotros es bastante más complejo y más amplio. Deberíamos discutir esto no solamente centrado en el Conicet, sino haciendo una apertura a todos los organismos de ciencia y tecnología que hoy por hoy conforman el sistema, comprendiendo que existe el INTA el INTI, la Comisión Espacial, etcétera. Debemos considerar asimismo el rol de las provincias, que también aportan, al igual que el del resto de los ministerios que tienen la función de ciencia y tecnología en los respectivos ministerios.

Eso forma parte de otro capítulo y creemos que el tema es bastante más complejo. En nuestro país tenemos la posibilidad de producir doctores que deben ser absorbidos no solamente por el Conicet sino por todos estos organismos que deben brindar espacio a la constitución de un sistema de ciencia y tecnología complejo, si es que queremos tener un sistema de ciencia y tecnología que no sea endogámico, endocriado y que no busque solamente reproducirse a sí mismo, sino que dé respuesta en forma pertinente al resto de los ministerios, a las provincias y al sistema científico tecnológico.

SRA. PRESIDENTA CASTRO Si les parece, vamos a continuar con la lista de oradores. Les pedimos que quienes quieran hablar se anoten. Esta siempre ha sido una comisión muy abierta y vamos a cumplir con toda la lista de oradores. Nada nos apura.

Si los señores diputados están de acuerdo, como tenemos número, podríamos pasar a la firma del proyecto, sobre todo haciendo ya las salvedades de quienes firmarían con disidencia parcial. Se dictaminaría sobre el expediente 1514, teniendo a la vista los expedientes 1147 y el 3330, para que queden expresadas allí todas las voluntades y proyectos que esta comisión ha tenido y para que pueda continuar su procedimiento legislativo, porque este proyecto todavía debe pasar por la comisión de Presupuesto y Hacienda.

Entonces, si están de acuerdo lo podemos pasar a la firma y podemos continuar, entre tanto, con la lista de oradores, sabiendo que todo lo que se vuelque hoy aquí va a servir de fundamento, de argumento, para cuando el proyecto se trate en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, con lo cual nos ahorramos una instancia más.

Le pido a la secretaría de la comisión que haga circular el expediente.

Tiene la palabra la señora Marisa Herrera, investigadora independiente.

SRA. HERRERA Agradezco mucho la invitación a esta comisión, aunque lamento que nuestra presencia tenga que ver con el contexto en que nos encontramos. Nuestra idea de modelo de país inclusivo con desarrollo de la ciencia se opone y se contradice con políticas neoliberales y de ajuste. Voy a mencionar en forma breve algunas cuestiones que me parecen interesantes.

En primer lugar, se debe pensar a la ciencia como un derecho humano. Eso es importantísimo. En caso de hacerse una reforma constitucional me parece que no podemos dejar de tener en cuenta que la ciencia es un derecho humano como la educación, como la salud y eso es básico. (Aplausos.)

En segundo lugar, estamos muy desprotegidos, por eso estamos acá. Por suerte somos muchos los que nos encontramos aquí. Pensamos que existe una desprotección desde el Estado, por eso creo que no hay nada mejor, como piso mínimo, que una ley de financiamiento de ciencia y técnica, porque sin presupuesto no hay ciencia.

Por eso, como quería ser muy breve, traigo como cierre esta frase que me encanta de alguien tan recordado como Rodolfo Walsh: "Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante; y el que comprendiendo no actúa, tendrá un lugar en la antología del llanto, no en la historia viva de su tierra." Como queremos ser parte de una historia viva de la ciencia, me parece que tenemos que tener más ciencia para un mejor país, claramente inclusivo. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Tiene la palabra el doctor Eduardo Charreau.

SR. CHARREAU Señora presidenta: gracias por la invitación. Traigo, al mismo tiempo, la representación de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, con sede en Córdoba, de la Academia de Medicina y de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

En realidad, aplaudo fuertemente las presentaciones de estos proyectos que creo que hacen bien a todo el sistema y al país. Estoy totalmente de acuerdo con lo que han expresado los compañeros que me precedieron. Quiero incorporar solo algunos datos que pueden ayudar a fundamentar más este tipo de proyectos.

A fines del año 2003, personalmente entregué al presidente Kirchner un gráfico que había sido diseñado por la CEPAL, que era muy sencillo: reflejaba el porcentaje del PBI dedicado a ciencia y técnica en base al número de investigadores por cada mil habitantes económicamente activos. El presidente rapidísimamente lo captó y creo que sirvió de base para la exitosa política que siguió, en los años siguientes, por lo menos hasta 2010.

El presidente en ese momento aseguraba que seguramente se podía llegar a tener tres investigadores por cada mil PEA y el 1 por ciento del PBI dedicado a ciencia y técnica. Una parte parece haber llegado, la otra todavía falta concluirla y estos proyectos seguramente ayudarán, aunque corrido en el espacio.

Una mirada al mundo muestra que hay un grupo de países que invierte en I+D entre el 2 y el 3 por ciento del PBI. Son países que consideran a I+D como un rol estratégico. Hay otros que están en la mitad, esto es, del 1,5 para arriba, y que indudablemente ven la importancia que puede tener la ciencia y la tecnología en su posible desarrollo. A su vez, hay otro grupo de países donde se invierte menos del 1 por ciento, entre los cuales se encuentra la Argentina. Yo diría que han tomado como un papel cultural, por no decir cosmético, el hecho de tener un presupuesto dedicado a ciencia y técnica tan bajo.

Peor aún se ve la situación si tenemos en cuenta cuánto aporta la inversión privada a ese porcentaje. La inversión privada destinada a ciencia en este momento es de alrededor del 20 por ciento y está en baja. Esto significa que hay que hacer algo para acompañar ese esfuerzo que el país ha estado realizando durante todo este tiempo.

También he hecho un ejercicio con todas las contras que tienen los índices internacionales, en la manera en como se ha hecho, en lo que se discute y demás, pero me tomé el trabajo de ubicar el índice global de competitividad, el índice global de innovación, los datos de la prueba PISA, los datos de la clasificación de las universidades y por ciento de PBI dedicado a ciencia y técnica.

Efectivamente, los primeros 30 países que marcan el ritmo son los que llegaron al 1 por ciento del PBI. Los demás quedan todos abajo, lo cual está probando, al menos con lo mal que están, con lo discutido que están los índices -son cuatro índices al mismo tiempo- que para que el país crezca es imprescindible tener al menos un 1 por ciento del PBI.

Es un problema serio no tener o tardar tanto en tener un índice que permita el crecimiento de la ciencia y la tecnología. Asimismo, en cuanto al número de investigadores, es imprescindible que un país los tenga.

Quizás esto demuestra en los hechos que la economía, el Estado y la sociedad civil no recurren al uso intensivo del conocimiento científico y tecnológico y, por lo tanto, la valoración de los productos del conocimiento sigue estando por debajo de lo esperable.

La acumulación de conocimiento y la formación de recursos humanos altamente calificados pueden seguir mejorando. Pero la escasa valorización del conocimiento experto puede continuar reproduciendo frustraciones y eso es lo que debemos tener muy en cuenta.

Cuando no existe una voluntad única asociada a un objetivo privilegiado, dispuesta y capacitada para utilizar todos los recursos necesarios -monetarios y de cualquier otro tipo-, a efectos de lograr ese objetivo, los caminos que van del conocimiento al crecimiento económico se tornan inciertos y, sobre todo, entreverados.

La gestión de la investigación científica se ha convertido en un ejemplo de resiliencia, o sea, de capacidad para superar las adversidades.

Aplaudo nuevamente los proyectos presentados en esta comisión. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Tiene la palabra Flavio Sives.

SR. SIVES Señora presidenta, señores diputados: hoy ya hablé en nombre de ATE - Conicet refiriéndome a la precarización.

Adhiero al planteo del diputado Echegaray de mirar al sistema científico como un todo. Consideremos también a la precarización como un todo, porque fue a partir de la precarización de este Estado que vinieron los primeros recortes, fue a partir de la precarización que comenzaron a echar compañeros en el INTA, fue a partir de la precarización que eliminaron a la gente de Cambio Rural, de la Fundación ArgenINTA, y fue a partir de la precarización que empezaron a desmantelar este sistema científico-tecnológico. Así que hablemos de todo el sistema científico y tecnológico, no solo del Conicet. Está buenísimo eso.

Está buenísimo que hablemos también de la precarización, de la falta de convenios colectivos de trabajo, de la falta de regulación en muchos aspectos que habilitaron la competencia de empresas privadas y de empresas internacionales -extranjeras en general, ni siquiera de capital argentino-, frente a ámbitos donde el Estado se está desarrollando. Ejemplos de esto son Arsat e INVAP.

Entonces, miremos integralmente el sistema científico y tecnológico, porque si queremos un país soberano tenemos que protegerlo y no entregarlo. Si queremos un desarrollo científico y tecnológico tenemos que apuntalarlo. Eso tiene un costo, no es gratis, no es una cuestión de "pongo dos para sacar tres". El sistema científico tecnológico lleva años generarlo, no solamente por la formación de recursos.

Hoy, si recorremos el país, en particular aquellos pequeños nichos, pequeñas semillas que -hablando ahora del Conicet- empezaban a armarse en muchas provincias que no tenían ningún núcleo, uno ve que las condiciones de trabajo son deprimentes. Eso tiene que ver con que la infraestructura requiere tiempos que no son los mismos que los que requiere la formación de recursos. Vayamos a Posadas, vayamos a Formosa, vayamos a San Antonio Oeste o vayamos a un montón de lugares donde los compañeros están estudiando en la UBA, en Córdoba o en La Plata, pero realizan sus labores cotidianas en una casa alquilada. A eso también nos referimos cuando hablamos de precarización, porque aun con diez o doce años no alcanza para lograr establecer las condiciones necesarias para un trabajo adecuado.

Me acuerdo de políticas similares a esta, que en los 90 terminaron firmando un acuerdo con el Banco Mundial. From debt to growth, De la deuda al crecimiento se llamaba. Daban un préstamo de 600 millones de dólares y planteaban el cierre del Conicet.

Ese es el tipo de mirada integral que tienen determinados agentes. Cipayos les decíamos en una época. Es ese tipo de mirada que no queremos tener. La mirada que por lo menos desde ATE discutimos es una mirada en donde el derecho del trabajador, el fortalecimiento de las condiciones de trabajo, la generación de convenios colectivos, la discusión de la política y, en particular, de lo que estamos hablando, la política científica, sea algo realizado por todos. Por eso también apoyamos esto y decimos que hay que ir más allá del financiamiento. Hay que discutir también qué vamos a hacer con ese dinero. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Quiero decirles que mientras continuaban las exposiciones, el dictamen ha alcanzado 18 firmas. (Aplausos.) Si bien se han manifestado algunas disidencias, todo es discutible, que es lo que esta comisión se planteó desde el primer día -debo ser muy honesta- de parte de todos los bloques políticos, que pudiera ser una comisión abierta, netamente democrática y que realmente nos demos las discusiones, porque esos son los grandes temas del presente y del futuro del país.

Tiene la palabra el señor Fernando Peirano.

SR. PEIRANO Señora presidenta: voy a hablar desde varias condiciones. En primer lugar, en mi presente, investigador de la Universidad Nacional de Quilmes, especialista en políticas de ciencia y tecnología, esa es mi línea de trabajo. Tuve la suerte de participar en la gestión del Ministerio de Ciencia y Tecnología entre los años 2011 y 2015, con lo cual, lo que no había podido aprender en mi formación como investigador, sin duda me enriquecí en los hechos, en la gestión, con una de las tareas que quizás más va a trascender, que ha sido poder trabajar en la implementación del Plan Argentina Innovadora 2020. Se trata de un plan que se construyó de la manera más plural y democrática que se puede trabajar un ejercicio de planificación, con más de 1500 profesionales, técnicos, actores sociales que participaron durante más de un año y medio en distintas comisiones, logrando un consenso de visión de país expresado en proyectos que tuvieron financiamiento, expresado en becas, ingresos a carrera del Conicet en las temáticas que el plan fue marcando y, en especial, en la construcción de una visión de país apoyado en la ciencia y la tecnología.

Creo que hoy el plan trasciende ese mojón de ejercicio de política pública, de construcción de un Estado que no solo atiende la emergencia, que actúa como un bombero, que resuelve conflictos del presente, sino que configura el futuro.

Quiero marcar esto porque creo que hoy estamos dando un paso muy importante con este dictamen y felicito el trabajo de la comisión. Felicito a quienes han tenido la iniciativa, a quienes han sabido sostener estas propuestas para que se logre este hito institucional del estatus que hoy obtienen estas estrategias de volver a darle futuro a la ciencia y la tecnología.

Creo que hoy no se trata solo brindar recursos, sino también es brindar certidumbre y rejerarquizar la labor científica y tecnológica. Estos son proyectos que hoy salen de esta comisión pero también son mensajes.

Mientras trabajamos en el Plan Argentina Innovadora 2020 muchos jóvenes investigadores se acercaban y preguntaban "¿Qué puedo hacer por el país? Quiero dedicar mi esfuerzo a algo que tenga un impacto." Ellos entendían que el plan era un contexto y una referencia.

Hoy nos encontramos en un contexto de recortes y de conflictos, como les sucede a los afectados aquí presentes, que no han podido ingresar en el Conicet a pesar de que el Estado ha invertido en ellos y que hoy sigue pagando los fondos para que estén esperando una solución. De manera que en esta demora también hay un lado de falta de inteligencia y responsabilidad en el uso de los recursos del Estado.

En cuanto al conflicto que se plantea en el Conicet, no se ha podido regularizar su situación después de la elección de representantes.

En la universidad y en la ciencia todos tenemos que hoy enfrentar la tarea con mayor exigencia debido a la falta de recursos y también a la incertidumbre, como decía.

Entonces, hoy desde el Estado, no desde el gobierno, pero sí desde el Estado que lo constituye el Congreso, le estamos diciendo a la comunidad científica que la necesitamos, que nos interesa que esté acá construyendo país.

Quizás este dictamen signifique una mirada más amplia de lo que es el Estado y de lo que es el mensaje de esta sociedad. Creo que el Poder Ejecutivo tiene derecho de plantear otro rumbo. Me gustaría que lo haga entonces en forma de un plan, tal como lo exige la ley de ciencia y tecnología, y que también se respeten otras leyes que han planteado iniciativas en tecnología a varios años.

Creo que una mayor institucionalidad puede dar no solo mayores recursos, sino sobre todo mayor certidumbre, que es lo que necesita cualquier investigador, cualquier proyecto, cualquier actividad que acumula en el tiempo.

Esta es la voz del Estado, la voz del Congreso, creo que la voz de la mayoría de los argentinos. Del otro lado, la comunidad científica está diciendo "no venimos acá para que los científicos tengamos una mejor situación". Lo han expresado, lo han escuchado, lo digo yo también como investigador: venimos acá por la ciencia y la tecnología, no por los científicos. No venimos acá por un reclamo sectorial sino por una propuesta de país.

Creo que esto es algo novedoso. Una comunidad que se organiza y lo plantea con este rumbo implica un cambio cualitativo importante.

Termino diciendo que no sé cuál va a ser el recorrido. Sin duda esto genera un mejor escenario para recibir la propuesta que venga del Poder Ejecutivo nacional en términos del presupuesto 2018 para ciencia y tecnología, un presupuesto que nutre de recursos no solo al MINCYT sino a otros ministerios y organismos. Una propuesta que está saliendo de acá, que legisla sobre lo que se puede legislar, que es la función ciencia y tecnología, que tiene un impacto en la inversión en I+D que, sin duda, es mucho más amplia. No podemos más que generar incentivos para que otros actores comprometan recursos, en especial el sector privado. Sí podemos legislar sobre lo que hace el Estado con sus recursos; y esa es la función ciencia y tecnología.

Entonces, creo que hoy sí se está pariendo una política de Estado en la Argentina. No porque queda una persona, no porque queda un equipo, sino porque estamos construyendo un mensaje, una visión de futuro y, en especial, reglas a largo plazo, institucionalidad y algo que vamos a poder seguir trabajando y auditando con más claridad.

Ojalá que la Comisión de Presupuesto y Hacienda sea tan sensible y atenta con el futuro de la Argentina como está siendo hoy la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Tiene la palabra el doctor Roberto Salvarezza.

SR. SALVAREZZA Señora presidenta: también voy a decir muy pocas palabras porque prácticamente se han cubierto casi todos los temas que queríamos tratar.

Primero quiero celebrar el dictamen de la comisión que -como señalaba aquí Fernando-, me parece que es un paso gigantesco. Hoy estamos aquí con los legisladores buscando la sustentabilidad del sistema, ya que esta política de Estado que se prometió garantizar desde el Poder Ejecutivo efectivamente no se hizo.

Quiero destacar acá algunos conceptos que tal vez han quedado sin remarcar. Cuando hablábamos del PBI hay que recordar que se partió aproximadamente de un 0,4 en 2003 y se terminó con un 0,7 en 2015, pero un PBI que en 2003 era de 200 mil millones de dólares y que en 2015 era de 500 mil millones. O sea que la inversión en ciencia y técnica fue muy grande, se multiplicaron por cuatro los presupuestos de todos los organismos del Estado, no solamente del Conicet, sino también de las universidades públicas, del INTA, la Conea, y del INTI.

Entonces pueden calcular esto, que aclaro que está expresado en millones de dólares, no en moneda nacional. O sea que el Estado fue el gran inversor, el gran impulsor de ese crecimiento, porque la inversión privada siempre fue muy baja. Es entonces ahí donde hay que alertar, porque si bien es bienvenida y todos queremos la inversión privada -y es una de las grandes aspiraciones que tenemos-, el Estado debe garantizar el mínimo necesario para que el sistema pueda seguir funcionando.

Estamos pensando en una Argentina del futuro. Y cuando hablamos del futuro no tenemos que pensar en una Argentina que solamente sea un país exportador de granos o para atender servicios financieros, sino que estamos pensando en una Argentina capaz de hacer sus radares, sus satélites, su biotecnología vegetal, sus propias semillas. Es un escándalo que la Argentina tenga que comprar las semillas a cinco multinacionales. Me parece que en eso los desarrollos fueron de distintos organismos, tanto de la Conea, de la Conae, de los investigadores de la Universidad del Litoral y del Conicet que desarrollaron las semillas.

Ahí está esta idea de que todos contribuyen, todos son parte del sistema, hay que financiar a todo el sistema de ciencia y tecnología.

Quiero hacer otra reflexión sobre estos números. A veces la discusión es todo para el Conicet o no para el Conicet. Ustedes tienen que pensar que el Plan Argentina Innovadora 2020 contemplaba un incremento modesto de un 3 por mil de la población económicamente activa que aproximadamente tiene la Argentina en este momento.

Hay que pensar que son unos 40.000 o 50.000 investigadores aproximadamente, según cómo se los mire. El plan 2020 pretendía un modesto 4,6.

Ustedes saben que hoy en día se pone a Australia como un gran modelo a seguir. ¿Saben cuántos investigadores tiene ese país por cada mil habitantes de población económicamente activa? Tiene nueve investigadores. O sea, la Argentina todavía necesita crecer muchísimo en capacidades y recursos humanos.

El plan 2020 contemplaba pasar a un 4,6. Haciendo un cálculo de regla de tres simple y partiendo de esos 40.000 o 50.000 investigadores, para pasar de 3 a 4,6 había que crear 20.000 cargos, de los cuales solamente 5.000 iban a ser del Conicet. Es decir, el Conicet iba a pasar de tener 10.000 investigadores a tener 15.000. El resto del incremento previsto en el plan era para los demás organismos del sistema como, por ejemplo, las universidades nacionales, la CONEA y el INTI. Eso era lo que estaba contemplado.

Ahora bien, ¿qué estamos discutiendo hoy? ¿Discutimos a dónde tienen que ir quinientos investigadores? Es decir, queremos distribuir quinientos investigadores en otros lados.

De alguna manera, lo que realmente ha hecho el Estado es desatenderse de este plan 2020 que se encontraba vigente -no hay otro-, lo que implica una catástrofe en materia de recursos humanos.

Además, quisiera hacer otra reflexión para que nuestros legisladores tengan en cuenta. Ustedes habrán escuchado últimamente esta discusión acerca de la "ciencia útil" y la "ciencia inútil". Es decir, se plantea que la ciencia debe crear puestos de trabajo; o sea, los científicos somos empresarios que debemos generar empleo. Esto es insólito.

Pensar la ciencia solamente desde el punto de vista económico, sin considerar sus beneficios sociales y de salud, sin tener en cuenta el conocimiento con el que se enriquece el Estado o el conocimiento social de la investigación, representa un disparate mayúsculo. Esto se puede justificar únicamente desde el recorte, ya que esta distinción entre ciencia útil y ciencia inútil es a los fines de financiar la primera porque es la que deja dinero y la que se hace solamente con las empresas.

Está muy bien que aportemos conocimientos y que haya investigadores con vocación empresarial, pero es muy importante tener en cuenta que hay que financiar toda la ciencia. Les voy a dar un par de ejemplos.

Cuando la Argentina decidió estatizar YPF y explotar Vaca Muerta, contaba con geólogos capaces de contribuir y de saber qué tipos de yacimientos tenemos, qué hay que hacer y qué no hay que hacer. ¿Saben cuánto tiempo lleva formar un investigador? Formar recursos humanos para estas tareas lleva siete u ocho años. De no haber contado con estos investigadores ya formados, no se podría haber comenzado con recursos propios y habría que haberlos buscado en el exterior.

Cuando padecimos la gripe A, teníamos virólogos para aconsejar al Ministerio de Salud. Entonces, ¿cómo podemos saber qué es lo que necesitamos de la ciencia? ¿Podemos predecir hoy lo que vamos a necesitar?

Recuerdo que cuando en el año 70 abrió ALUAR, como ustedes deben recordar, ya había gente haciendo electroquímica de sales fundidas en mi instituto y fueron ellos quienes abrieron la planta de producción de aluminio de esa empresa. Sin esa gente, habríamos tenido que contratar extranjeros.

Por todo lo expuesto, me parece que tenemos que tener una visión amplia de la ciencia. Hay que financiar todo el sistema de ciencia, desde las ciencias sociales hasta las ciencias duras y las ingenierías, y hay que acompañar el desarrollo de los colegios técnicos.

¿Cuántos ingenieros hemos formado en todo este tiempo? ¿Para qué hemos desarrollado un programa de formación de ingenieros? ¿Para desindustrializar el país? No podemos hacer eso porque sería una estafa a las generaciones jóvenes.

Justamente, el gran desafío que tenemos por delante es mantener este tejido que se ha creado en estos años y que constituye nuestra riqueza y nuestro patrimonio; no lo debemos perder. El Estado tiene derecho a poner el foco donde quiera y a poner un plus en las urgencias, pero hay que financiar todo el conocimiento ya que nadie sabe lo que vamos a necesitar mañana. En eso reside la fuerza, la reserva y el capital que tiene nuestro país.

Muchas gracias. Celebro profundamente que hoy se haya avanzado de esta forma en esta comisión. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Tiene la palabra el señor Eduardo Dvorkin.

SR. DVORKIN Soy ingeniero y tecnólogo y, además, pertenezco a Ciencia y Técnica Argentina. Voy a referirme a un tema que me preocupa.

Todos estamos de acuerdo en que la Argentina tiene que complejizar su matriz productiva; eso está claro. Es decir, nosotros exportamos granos y carne, pero con eso no alcanza. Exportamos litio -al que muchos llaman el "oro blanco"- pero representa solo alrededor del 7 por ciento del precio de una batería. No exportamos baterías ni celdas; que es tecnología. Es decir, necesitamos complejizar la matriz productiva.

Como ingeniero y tecnólogo tuve la oportunidad de trabajar en proyectos en los que se usaban conocimientos científicos para desarrollar tecnología. Durante muchos años he dirigido el centro de investigación de Tenaris y después trabajé en el modelado de las estructuras de ARSAT-1 y ARSAT-2 y en el desarrollo de simuladores computacionales para simular el proceso de fractura hidráulica. En todas estas tareas se utilizan conocimientos científicos para desarrollar la matriz productiva.

Aquí se planteó la necesidad de la inversión privada en ciencia y tecnología y eso es algo que yo comparto absolutamente. Pero, ¿cómo viene la inversión privada? ¿Un día un empresario decide invertir en ciencia y tecnología o es la tracción del Estado la que produce esa inversión? Pienso que es la tracción del Estado la que la produce y me remito a las pruebas.

En los proyectos de INVAP y ARSAT -como fueron ARSAT-1 y ARSAT-2- y de la CONAE con INVAP -SAOCOM- hubo una cantidad impresionante de pymes argentinas que invirtieron en desarrollo de ciencia y tecnología.

Por ejemplo, Y-TEC -que es la confluencia de YPF y Conicet- y una cantidad importantísima de pymes invierten en ciencia y tecnología para trabajar. Incluso, hay emprendimientos que tienen que ver con nuevas urbanizaciones en los que trabajan científicos de las ciencias sociales y de diferentes ramas. Es decir, de nuevo es el Estado el que tracciona la ciencia y tecnología.

¿Es esta una característica nada más que de la Argentina y de los países menos desarrollados? No. En efecto, en los Estados Unidos o en la Unión Europea es el Estado el que tracciona los grandes proyectos a los que se acoplan las industrias privadas. Entonces, sin Estado no hay desarrollo ni inversión. Las empresas privadas invierten porque el Estado las tracciona; sin esa tracción no invierten.

Les recomiendo buscar en internet los libros y papers de Mariana Mazzucato. Ella es profesora de la Universidad de Essex, de Inglaterra, y estudió el problema muy a fondo. Escribió un libro fundamental que se llama El Estado emprendedor -The entrepreneurial State- y también hizo un análisis a fondo de la tecnología del Iphone 7.

El Iphone 7 es considerado el summum del emprendimiento privado pero resulta que el GPS, internet, la pantalla táctil y el sistema operativo fueron desarrollos de los departamentos de Defensa y de Energía del Estado americano. Entonces, ¿Steve Jobs no hizo nada? Claro que sí. Él hizo la estética del iPhone 7 y su comercialización, lo que no es poco, pero no fue la fuerza tractora que produjo el desarrollo de tecnología.

Por lo tanto, no nos podemos equivocar en esto. Queremos la inversión privada pero es imposible que haya inversión privada con un achicamiento del Estado; es imposible que haya inversión privada si el Estado no crece ni desarrolla tecnología. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO A continuación, harán sus exposiciones los dos últimos oradores, Mónica Costas y Alejandro Nadra, a quienes pedimos que sean breves. Luego, se dará por concluida esta reunión de comisión.

Tiene la palabra la señora Mónica Costas.

SRA. COSTAS Seré súper breve ya que no quiero ser reiterativa ni redundante con todo lo que ya se dijo. Adhiero en gran parte a lo que expresó Salvarezza en su intervención y a lo que planteó Alberto Kornblihtt, pero me parece que algo quedó flotando y tal vez no del todo claro.

Quiero remarcar que la ciencia es generadora de conocimiento. En efecto, no todo es transferible. Es decir, se transfiere todo lo que se puede pero hay mucho conocimiento que no es necesariamente transferible ni redituable económicamente; y ese conocimiento no puede quedar confiado a los mercados.

Hay una parte de la ciencia que se ocupa de investigar, por ejemplo, cómo mejorar la calidad de la educación o cómo achicar el hambre, o que estudia conductas, especies y migración de aves. Justo me estoy refiriendo a terrenos que no son mi campo -soy investigadora principal del Conicet y trabajo en el área de las Ciencias Médicas- pero me parece que hay que tomar a la ciencia de modo global.

Hay mucho conocimiento que no va a ser transferible ni va a recibir inversión privada, y ahí es donde el Estado justamente debe estar a modo de garantía. Tiene que apoyar esos proyectos y sacarlos adelante, porque la generación de conocimiento es lo que nos hace crecer y lo que nos da soberanía. Si dejamos que los privados nos marquen cuáles son los intereses y lo que es redituable, puede no ser lo que nuestro país necesita. En general, esos fondos vienen de empresas que pueden ser autóctonas pero muchas veces tienen otros intereses que responden precisamente a otras sociedades y no a la nuestra. Ahí es cuando el Estado debe garantizar la inversión en ciencia. Esa es la base de la cuestión, más allá del tope mínimo de presupuesto.

Cuando es inversión no es gasto. Lo que se destina a la ciencia es inversión porque de alguna manera vuelve siempre al país; si no vuelve económicamente, como algo transferible, como una patente, lo hace como conocimiento o como calidad en la educación, y redunda en el crecimiento de toda la gente.

Incluso, el conocimiento es abarcativo ya que no es solo para los científicos sino para todo el mundo. Cuando un científico investiga y descubre algo, se publica en una revista de alto impacto o en el diario, o se les cuenta a los chicos en la escuela.

La ciencia es nuestra y eso es algo que tenemos que defender. El Estado debe invertir -no gastar- en ciencia. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Tiene la palabra el señor Edgardo Cabanillas, a quien omití mencionar previamente pese a que estaba anotado antes que Alejandro Nadra.



SR. CABANILLAS Seré muy sencillo ya que no soy buen orador. Quiero recordar -y recomendarles- la biografía del General Savio que escribió Raúl Larra. El general egresó del Nacional Buenos Aires y fue fundador de Fabricaciones Militares.

Además, quiero contarles algunas ideas muy sencillas que tengo para ayudar al Estado a financiar los proyectos o, mejor dicho, al presupuesto de ciencia y técnica.

Sabemos que hay gente que exporta granos y minerales. Ahí tenemos una linda oportunidad para recaudar algunos impuestos que nos puedan ayudar a financiar investigaciones que, en definitiva, a algunas empresas de tinte nacional les vendría bien. También están las empresas farmacéuticas y de medicina así como los supermercados. La doctora Ciccia, que integra el directorio del Conicet, proviene de los laboratorios nacionales y creo que nos podría brindar mucha ayuda al momento de pensar en la financiación de los proyectos de investigación. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Tiene la palabra el señor Alejandro Nadra.

SR. NADRA Voy a ser muy breve ya que, por suerte, las últimas intervenciones dejaron muy claro por qué esta normativa tiene que representar una garantía por parte del Estado para financiar la investigación en ciencia y tecnología.

Si bien es bienvenida la inversión privada, sabemos que es esquiva y que, en general, trata de desviar recursos del Estado hacia sus propios intereses y no hacia la ciencia y la tecnología. Es por ello que voy a proponer algo que debería ser un complemento de esta iniciativa.

Esta norma que se impulsa debe ser la herramienta del Estado para garantizar este financiamiento pero, como propuso quien me antecedió en el uso de la palabra, también puede fijarse un impuesto a las ganancias de las grandes empresas. Este tributo puede ser pequeño pero lo recaudado debe ir directamente para ciencia y tecnología.

Dvorkin dijo que el Estado es el que tracciona de forma indirecta haciendo grandes proyectos y ofreciendo nichos para que las pymes o las grandes empresas desarrollen investigaciones y tecnología. Pero también se puede establecer un impuesto directo -destinado a este sector- por el que las empresas que quieran puedan invertir los fondos de ese tributo dentro de ellas para investigar ciencia y tecnología mientras que aquellas que no quieran hacerlo, pueden poner esos fondos a disposición del Estado.

Esto es más allá de las normas que se sancionen a los fines de garantizar el funcionamiento del sistema de ciencia y técnica. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Tiene la palabra la doctora Hernández.

SRA. HERNÁNDEZ No voy a reiterar conceptos que ya han sido vertidos aquí y sobre los que no puedo estar más de acuerdo; me refiero a la importancia de la ciencia y tecnología y del Estado como su garante. Hoy quiero traer la mirada de las sociedades civiles científicas.

He venido en representación de la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias puesto que actualmente tengo el honor de presidirla. Realmente quiero agradecer a esta comisión de la Cámara de Diputados la oportunidad que nos da de hacernos presentes ya que aquí hay mucha gente joven -y no tan joven- que no sabe qué es esta organización.

La Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias fue fundada -nada más y nada menos- en 1933 por Bernardo Houssay y fue la antecesora directa del Conicet. Desde su creación como fundación con alguna subvención estatal y algunas donaciones, la AAPC ejerció el mecenazgo y dio apoyo a actividades de ciencia y técnica muy puntualmente y en chiquitito durante estos años. Naturalmente que con la creación del Conicet y la asunción de esos roles por parte del Estado, la actividad de mecenazgo de la AAPC caducó.

Desde la década del 50 hasta hace muy poco, la AAPC -que es una organización no gubernamental- fundamentalmente se dedicó a la labor editorial. Además, hoy coordina el Encuentro Permanente de Asociaciones Científicas. El EPAC es una federación de asociaciones civiles científicas que reúne una variedad tan amplia de sectores como, por ejemplo, los astrónomos, la Asociación Argentina de Producción Animal, la asociación de antropología, la sociedad argentina de investigación química, la Unión Matemática Argentina, la de historia económica, etcétera.

Dentro de esta enorme variedad de sectores, las sociedades disciplinarias científicas son absolutamente transversales porque son cortes de la sociedad en cuyo ámbito aparece todo el espectro etario, los roles, las ubicaciones y las funciones dentro del esquema científico. Están representados el becario, el investigador emérito jubilado -como yo-, el director del proyecto, el director del instituto y el profesor adjunto. También están comprendidas todas las visiones de la sociedad, todas las opiniones políticas y todos los marcos teóricos que dan sustento a las ideologías.

Dentro de esa enorme diversidad y riqueza, hoy hay un eje -una preocupación- que atraviesa todo. Me refiero a este presente tambalea y este futuro que ya no es lo que era. Por eso, las asociaciones civiles ven con mucho beneplácito que estemos hoy aquí reunidos, que se esté firmando este dictamen y que se esté discutiendo en el ámbito legislativo cómo ponerle un marco al Estado para que ejerza su rol de garante del sistema de ciencia y técnica.

Las asociaciones civiles científicas advierten que el sistema de ciencia y técnica, como aquí se dijo, abarca los órganos de ejecución del MINCYT -Conicet y CONAE- y también todo lo demás, es decir, las universidades nacionales y demás organismos dependientes de otros ministerios y de las administraciones provinciales. Dentro de este ámbito, está muy claro que la investigación básica reside fundamentalmente en las universidades y en los institutos del Conicet.

Aquí se dijo -y, por supuesto, estamos de acuerdo- que el crecimiento del sistema de ciencia y técnica tiene que abarcar y comprender a todo y que debe ser armónico; pero las sociedades civiles científicas reclaman participación en los organismos de gestión y en el ámbito legislativo. En ese sentido, es muy auspicioso que hoy podamos estar aquí.

Las sociedades civiles deben participar de manera creativa y discursiva en el debate acerca de cómo tiene que crecer armónicamente el sistema de ciencia y técnica. También debe ponerse la mirada en aquellas áreas y disciplinas del conocimiento que residen fundamentalmente en el Conicet y en las universidades nacionales, las que deben ser tenidas en cuenta y no pueden ser soslayadas ni ninguneadas.

Por eso, es muy necesario que al momento de definir cuáles son los temas prioritarios y estratégicos, participen las asociaciones de la sociedad civil.

Por último, deseo hacer notar que es muy auspicioso que se esté debatiendo un proyecto de ley por el que se dispone un crecimiento del Conicet. Pero advierto con preocupación que solo se habla de la planta del Conicet pero no se tiene en cuenta un crecimiento de sus recursos.

Cada investigador del Conicet cuesta no solamente su salario sino también sus metros cuadrados, su infraestructura, su mobiliario, sus recursos, sus servicios, las drogas con las que trabaja, su equipamiento, etcétera. Esto debe ser contemplado.

No puede ser que hoy ingresen, por ejemplo, diez investigadores a un instituto del Conicet y que no haya sillas para todos ellos; eso sería precarización, como se dijo aquí. Si entran diez investigadores, debe haber diez sillas. De la misma manera, si un investigador del Conicet trabaja en una mesa debajo de una gotera que no se puede arreglar porque ese instituto no tiene los recursos para mantenimiento, eso también es precarización.

De modo que para que el Conicet crezca, no solo debe aumentar su planta sino también sus recursos operativos.

Muchas gracias por su atención. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO A continuación, harán uso de la palabra los diputados Bardeggia y Basterra.

SR. BARDEGGIA Señora presidenta: quiero compartir una información que no es menor. De todos los pedidos de informes que presentamos el año pasado desde que empezamos a ver lo que ocurría en el Conicet y demás organismos a fines del 2015 y principios del 2016 -me refiero a aquellos que recaían sobre el programa de ARSAT y sobre la industria para la defensa y demás pedidos vinculados a la temática-,

ninguno fue respondido. Ninguno de ellos pasó por el recinto para que puedan ir al ministerio y ser respondidos.

Quiero compartir esta información porque me parece importante.

SR. BASTERRA Señora presidenta: quiero hacer una breve reflexión que está en línea con una charla que tuve con una excompañera del INTA, ya que en su momento me tocó la responsabilidad de ser vicepresidente de ese instituto.

La reflexión devino, y me parece pertinente mencionarla si tenemos en cuenta el tema que estamos tratando, respecto a la participación de nuestro compañero Lino Barañao en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Analizamos la importancia del ámbito político en el que un individuo funciona, trabaja y se desenvuelve.

Lino sigue siendo la misma persona, no cambió; pero el escenario político en el cual se da actualmente su intervención y su acción es absolutamente distinto al anterior porque son dos proyectos políticos totalmente diferentes. Me refiero al proceso que estuvo hasta el 9 de diciembre de 2015 -por una decisión judicial- y al que se puso en marcha a partir del 10 de diciembre de ese año.

Consecuentemente, esto vuelve más relevante el hecho de que se sancione una ley de financiamiento para que se excluya esta temática de lo que significan los vaivenes de uno u otro proyecto, a fin de darle una identidad estratégica al sistema científico tecnológico de la Argentina.

El rendimiento de Messi difiere teniendo en cuenta si juega en el Barcelona o en otro equipo porque cada espacio tiene una estrategia determinada.

En virtud de lo expuesto, necesitamos una norma que no dé grados de libertad en esta temática a quien tiene una responsabilidad que dura cuatro años, especialmente si tenemos en cuenta que el científico tiene un compromiso de por vida y las tareas de investigación, sin duda, superan un mandato del Ejecutivo.

Es importante que pueda tenerse una visión estratégica del compromiso que asume el Estado dándole recursos a la investigación, y que pueda extenderse más allá del circunstancial período de mandato del Poder Ejecutivo.

Es por eso que valoro que miembros del bloque de Cambiemos hayan acompañado -aunque con disidencias- esta iniciativa porque, en definitiva, nos permite tener un horizonte independiente del proyecto político que esté a cargo. Es decir, le da a la Nación Argentina la continuidad que requiere el sistema científico tecnológico.

Obviamente, celebro que el compañero Salvarezza se ofrezca a la comunidad para ser elegido como representante en esta Cámara de Diputados. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA CASTRO Damos por concluida esta reunión de comisión. Gracias.