CULTURA
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PROYECTO DE RESOLUCION
Expediente: 4601-D-2017
Sumario: EXPRESAR BENEPLACITO POR EL DOCUMENTAL "PUESTA EN VALOR DE LA 6° COLUMNA DEL CRUCE DE LOS ANDES EXPEDICION AUXILIADORA ZELADA Y DAVILA", EXHIBIDO EL 15 DE AGOSTO DE 2017 EN LA PROVINCIA DE LA RIOJA.
Fecha: 30/08/2017
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 114
Expresar beneplácito por el documental “Puesta en valor de la 6ta columna del Cruce de los Andes Expedición Auxiliadora Zelada y Dávila”, presentado en la Escuela Municipal N 1 “Juan Manuel Fangio”, el día 15 de agosto de 2017, en la provincia de La Rioja
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El documental “Puesta en valor de la 6ta columna del cruce de los Andes Expedición auxiliadora Zelada y Dávila” fue realizado para su difusión en las escuelas primarias y secundarias, con la finalidad de que se tome conciencia sobre este hecho histórico que involucró directamente a los riojanos.
Cabe destacar que se ha presentado un pedido en la UNESCO para que declare a los seis pasos fronterizos por los que transitaron las tropas sanmartinianas como Patrimonio de la Humanidad, entre los cuales se encuentra el Paso de Come-Caballos de nuestra provincia.
Síntesis histórica:
El General José de San Martín planeó la invasión militar a Chile con seis columnas perfectamente sincronizadas, todas tenían fechas de partida, distancia que debían recorrer por jornada y fecha de toma de los objetivos, y se cumplieron sus directivas con total exactitud. El mismo día que San Martín triunfaba en Chacabuco con las dos columnas principales a su cargo, las cuatro auxiliadoras tomaban los objetivos con total éxito.
De estas últimas, la única en la que tuvo participación activa el general Manuel Belgrano, jefe del Ejército del Norte, fue en la de la Rioja. A pedido de San Martín, Belgrano debió enviar a dos oficiales de su confianza para que organizaran la misión.
Ambos hombres eran nacidos en la Banda Oriental del Uruguay, por entonces parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata; eran los coroneles Benito Martínez, quien vino a hacerse cargo del gobierno riojano a un mes de haberse declarado la Independencia de nuestra Patria y Francisco Zelada, quien fue designado para encabezar la Expedición.
Francisco Zelada partió desde Tucumán con 12 hombres de línea en los primeros días de enero de 1817, con las instrucciones de llegar a Guandacol antes del 22 de enero, fecha establecida por el General San Martín para que partieran todas las columnas. Por la cuesta del Totoral, Zelada ingresó a Catamarca y desde allí se desplazó hasta el pueblo de Chumbicha, cruzó la quebrada de la Cébila, pasó por Arauco, Los Sauces, Famatina y Cuesta de Miranda, hasta llegar a Guandacol. Allí ya lo esperaban el Gobernador Martínez, los 200 llanistas, el capitán Nicolás Dávila y sus hombres y los baquianos y rastreadores de la zona. Gran sorpresa debió llevarse Zelada cuando se enteró que los más de 300 riojanos que mandaría eran milicianos, es decir voluntarios con casi nula instrucción militar, de profesiones arrieros, labradores, mineros, domadores, criadores, baquianos, rastreadores, vestidos con sus pilchas gauchas y armados con lo que tenían.
A los voluntarios de Famatina y el norte, Nicolás Dávila, les había dado alguna instrucción militar usando elementos de madera que se asemejaban a fusiles. Además, como ocurría en todas las tropas de los ejércitos patrios, la mayoría eran negros, mulatos, pardos zambos y mestizos. Algunos suboficiales eran negros o indios, como el sargento primero, Domingo I. del Sacramento, sargento segundo, Bernardino del Sacramento (ambos esclavos de la iglesia matriz de La Rioja); o el sargento segundo, Mateo Miranday, y el cabo Santos Moreta, indio del oeste riojano.
Entre la tropa encontramos a Reginio Chacota, José María Sisa, Juan de Dios Caño, todos indios y muchos negros con los tambores; Manuel Acosta y Juan Crisóstomo Matos entre otros. "Los expedicionarios usaban un gorro negro con vivos colorados enroscados y parte gorra encarnada, siendo el resto del vestuario nada uniforme ni común, causando así gran extrañeza a los absortos habitantes chilenos como Mateo Larraona, copiapino, retirado del servicio militar quien fue el encargado de ingresar con la fuerza que iba a tomar la plaza de su pueblo natal".
La expedición auxiliar Zelada-Dávila, tuvo como objetivo tomar dos puntos principales del territorio chileno; la localidad de Copiapó cuya importancia residía en ese entonces por la minería que allí se desarrollaba y el puerto de Huasco, en la región de Atacama, donde se encontraban fuerzas militares realistas.
La expedición estuvo planificada por el general José de San Martín, cuando decidió invadir Chile, para posteriormente, vía marítima, libertar Perú. Para ello, pensó en el armado de seis columnas que llegarían simultáneamente a territorio chileno; tres por Mendoza, por El Portillo, El Planchón y Uspallata, dos por San Juan, por Los Patos, por donde iría el propio San Martín acompañado por Bernardo O`Higgins y por Aguas Negras. Finalmente, la expedición que se realizó por la cordillera riojana, por el Paso de Come-Caballos.
Con tal propósito, San Martín solicitó apoyo a Manuel Belgrano, quien en ese momento se encontraba estacionado con el Ejército del Norte en Tucumán, ya que el general estimaba que en La Rioja no habría la suficiente cantidad de hombres para el acompañamiento.
Planteada la situación a Belgrano, éste decidió enviar a La Rioja al oficial Benito Martínez, nacido en la Banda Oriental, quien poseía una gran experiencia adquirida con el Ejército del Norte.
Consecuentemente, en agosto de 1816, Benito Martínez se hizo cargo de la Provincia como gobernador, para luego dar inicio a la creación de las fuerzas que formarían parte de la expedición auxiliar a Chile.
Para tal motivo, Benito Martínez solicitó al Comandante de Armas del oeste riojano, Nicolás Dávila, quien se encontraba en Famatina, que reclutara un contingente de hombres, consiguiendo Dávila, ciento cincuenta personas.
A su vez, Martínez se contactó con el mismo propósito con el Comandante de Armas de Los Llanos, Fulgencio Peñaloza, quien recibió colaboración para esto de Juan Facundo Quiroga, llegando a juntar doscientos llanistas aproximadamente.
Una vez que el contingente compuesto por trescientos cincuenta hombres estaba listo, el 12 de enero de 1817, partieron desde Chilecito por la Cuesta de Miranda, hacia Guandacol, para trasponer la Cordillera por el Paso de Come-Caballos, paralelo al de Pircas Negras y Peñas Negras. Come-Caballos, era un sendero que transitaban frecuentemente arrieros que trasladaban ganado en pie hacia Copiapó, donde había una gran actividad minera, de la cual participaban muchos riojanos.
El 22 de enero, partió la expedición encabezada por el oficial Francisco Zelada, junto a doce hombres experimentados más, mandados por Manuel Belgrano y Nicolás Dávila con sus trescientos cincuenta milicianos (personas sin experiencia en combate).
La inexperiencia de los hombres riojanos reclutados para la expedición se justificaba en que, en esos tiempos era una provincia alejada de los principales centros del país y se encontraba fuera del Camino Real, que provenía de Buenos Aires, pasaba por Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy hasta llegar al Alto Perú.
Esto encuentra su fundamento en que La Rioja se fundó como base para la explotación de minerales en el Famatina y, a su vez, para impedir el avance de la capitanía general de Chile que pretendía apoderarse de territorios que pertenecían a la gran provincia de Tucumán, compuesta por el actual Noroeste Argentino más Córdoba.
Según los registros, la Expedición Auxiliar Zelada-Dávila, llegó a territorio Chileno el 1 de febrero, donde dividieron sus fuerzas, en la unión del Río Cachito y Jonquera, con el propósito de tomar Huasco y Copiapó.
Respectivamente, Dávila encabezó la que tomó Copiapó con un ejército aproximado de ochenta hombres, mientras que Zelada llegó a Huasco con el resto de las tropas. Esta estrategia se llevó a cabo de acuerdo con lo planificado por el General San Martín, para que de manera sincronizada los ejércitos llegaran a territorio chileno y tomarán posesión, simultáneamente, el 12 de febrero. El 12 de febrero a las cinco de la mañana, Nicolás Dávila y sus hombres tomaron de sorpresa a los realistas en Copiapó, prácticamente sin disparar una sola munición, dada la perfecta estrategia para sorprender al enemigo, apoderándose del cuartel y la plaza del lugar. Lo mismo hizo Francisco Zelada en Huasco, con la particularidad que éste no mandó a avisar del éxito de la misión, lo que provocó que el cometido estuviese a punto del fracaso, ya que Dávila y sus hombres se vieron acusados por lo prorealistas de que no eran patriotas, sino saqueadores. Estas versiones tomaron fuerzas, además, porque los soldados de Dávila, al ser gauchos comunes, no llevaban uniforme y presentaban una vestimenta común, sólo lo que los identificaba era una gorra negra con vivos rojos o viceversa.
Para mantener la paz, Nicolás Dávila convocó a una asamblea entre los principales vecinos del lugar, para designar una suerte de gobierno local democrático, que cayó en la persona de Miguel Gallo (chileno). Como dato importante, es necesario señalar que Chile en septiembre de 1810, se había independizado, pero en 1814 perdió una batalla muy importante contra los realistas en Rancagua y volvieron a ser gobernados por los españoles. Por este motivo, San Martín estaba preparando su ejército para cruzar la Cordillera, pensando que no encontraría dificultados en Chile sabiendo que había un gobierno patriótico, pero sobre la marcha, se enteró que ese gobierno cayó y que nuevamente los realistas habían tomado posesión, lo que lo llevó a replantear su estrategia, para libertar Chile y posteriormente Perú.
Asimismo, “la Expedición Zelada-Dávila, fue incluso más importante que la que cruzó a Chile por San Juan, dada la cantidad de hombres que participaron y las dificultades del trayecto, teniendo en cuenta su mayor longitud y la altitud, llegando en partes a más de cinco mil metros sobre el nivel del mar".
La Rioja era de las provincias más pobres del país, sólo había algunas casas y pocos habitantes. Durante la Revolución de Mayo. Para ese entonces, La Rioja y sus jurisdicciones dependían del gobierno de Córdoba, hasta 1 de marzo de 1820, cuando se declaró la autonomía provincial.
Señor Presidente, por lo expuesto y por la importancia de la contribución riojana en la campaña sanmartiniana para liberar a la hermana República de Chile es un hecho histórico y siendo el mayor aporte hecho por los riojanos a la gesta libertadora, es que solicitamos el acompañamiento de nuestros pares a los fines de que se apruebe el presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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VEGA, MARIA CLARA DEL VALLE | LA RIOJA | UCR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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