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Reunión del día 28/06/2000

- SUPERMERCADÍSTA

En Buenos Aires a los veintiocho días del mes de junio de 2000, a la hora 10 y 34:
SR. PRESIDENTE FLORES Vamos a dar comienzo a la última reunión que hace la Comisión de Comercio para completar el cuadro de situación con relación al sector vinculado a supermercados y proveedores, tema que los señores diputados que la integran habían solicitado analizar.

Antes de formarnos un preconcepto sobre el tema nos pareció importante escuchar a los actores de la actividad supermercadista para que luego cada uno de los señores diputados pudiera formar su visión y tomar las decisiones legislativas que les parecieran apropiadas.

Nos acompañan en esta reunión el presidente de la Federación Argentina de Supermercados, doctor Ovidio Bolo, el presidente de la Cámara Argentina de Supermercados, señor Juan Mirenna, el asesor de la Cámara y de la Federación, señor Santiago Cacciabue, el gerente general de la Cámara y la Federación, señor Carlos Mendez y el presidente de la Cámara de Supermercados de Córdoba, señor Saranz.

Esta reunión tendría que haberse realizado con anterioridad pero fue postergada por los sucesos ocurridos en el Congreso de la Nación que son de público conocimiento.

La metodología de la comisión es dar la palabra en primer término a los invitados para que nos den su visión acerca de cómo ven al sector, cuáles son las dificultades que enfrentan y cuál es la idea respecto de si debe o no existir algún tipo de regulación legislativa para el sector.

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Una vez finalizadas las exposiciones de todos ustedes, los señores diputados harán las preguntas que consideren oportunas. Es decir que por una cuestión de orden es preferible escuchar sus opiniones y que luego los señores diputados puedan preguntarles de acuerdo a eso.

Tiene la palabra el señor Bolo.

SR. BOLO Tenemos dos instituciones que han sido nombradas aquí: la Cámara de Supermercados -presidida por el señor Mirenna- y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios, donde se agrupan las pequeñas y medianas empresas del sector, en su totalidad de capitales argentinos y que tienen una problemática totalmente distinta de las grandes cadenas. Es importante marcar esa diferencia desde el comienzo porque se trata de empresas que no son muy grandes y que en este momento están padeciendo los mismos problemas que todo el sector.

Me gustaría ceder la palabra al señor Mirenna -tal como lo habíamos acordado- a fin de que exponga sobre cómo vemos el panorama general del sector.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor Mirenna.

SR. MIRENNA En lo que respecta a la relación con la industria proveedora, habría que hacer un poco de historia. Hasta hace siete u ocho años, el sector proveedor en la Argentina tenía total poder de decisión desde la producción hasta el punto de venta. Esto era así por una cuestión de política y porque estábamos en un mercado de demanda y no de oferta como en la actualidad. Con el correr del tiempo, a partir de la globalización, la situación fue cambiando y se terminó de modificar con el advenimiento de todas las empresas multinacionales que tenemos en el sector de la distribución.

A partir del crecimiento de las empresas, la situación que estaba totalmente determinada por la industria proveedora fue modificándose y en los últimos tiempos ha habido inconvenientes. Mientras la industria proveedora manejaba el mercado -esto debe puntualizarse con total claridad- el sector de la distribución de ninguna manera tenía posibilidades de ser escuchado absolutamente por nadie para mostrar cuáles eran las imposiciones totales que tenía la industria proveedora sobre los distribuidores.

Cuando había un mercado de demanda, se sabía perfectamente que se hacía un estudio de mercado. Si la venta de determinado producto era de diez unidades, se fabricaban ocho porque el precio sostén mantenía así y de esa manera nos manejábamos. Se podrá estar de acuerdo o no con lo que digo, pero esa era la realidad desde la visión del supermercadista. Aclaro que me estoy refiriendo a los últimos 26 años, durante los cuales desempeñé mi actividad en el sector. Hemos salido de una economía de demanda y entramos en una de oferta. El industrial ahora puede hacer un estudio de mercado pero no sabe si al día siguiente un competidor del país o del extranjero va a imponer un producto parecido, pero en mejores condiciones y de mejor calidad. Entonces, de la misma manera que se ejerció un poder total sobre la distribución, ahora, de la mano de empresas extranjeras con experiencia en otros mercados y con capitales suficientes, se fueron imponiendo condiciones en algunos casos por parte del sector de la distribución. Aquí encontramos una posición realmente llamativa. Mientras en los últimos 30 ó 40 años el sector industrial tenía el poder absoluto para manejar la situación, el sector de la distribución no podía decir absolutamente nada. En los últimos cuatro años se ha puntualizado este tema. La industria proveedora ha planteado esta cuestión de las diferencias de poder y encontró foros para exponer la realidad de lo que estaba sucediendo ya sea a partir de lobbies, de denuncias o de lo que fuera, como si el único inconveniente que hubiera en la relación proveedor-distribuidor fuera la forma de pago y no el compromiso mutuo de cualquier transacción comercial prepactada e incumplida por parte del proveedor.

En este cuadro de situación estoy hablando a lo sumo de siete u ocho empresas.

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A su vez, como a la Cámara Argentina de Supermercados están asociadas las grandes cadenas multinacionales y también grandes, pequeñas y medianas cadenas argentinas, todavía el sector de la distribución tiene que aceptar -esto no se dice y no toma estado público- las imposiciones que tienen que sufrir los distribuidores medianos y pequeños. Me refiero a condiciones de mercado según las cuales la diferencia de precio puede oscilar entre un 20 y un 30 por ciento.

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A veces tenemos la impresión de que los sectores pequeños y medianos subvencionan al sector grande; esto está a la vista, porque las listas de precios o las facturas -que pueden ser parecidas pero nunca iguales- muchas veces no son el fiel reflejo de la realidad debido a que los retornos en el país y en el extranjero son realmente importantes.

Reitero que el sector de la distribución jamás planteó la situación sino que, por el contrario, trabajó para intentar adaptarse a la realidad del mercado, del comercio y, fundamentalmente, a la realidad del consumidor, de quien la mayoría de la gente muchas veces se olvida. Se declama mucho pero se actúa poco.

Debido a este cuadro de situación y a raíz de una invitación del secretario de Defensa de la Competencia y del Consumidor, señor Carlos Winograd, durante los últimos sesenta o setenta días nos hemos reunido con los miembros de la COPAL, una de las entidades más importantes que nuclea a la mayoría de las cámaras de los sectores de los alimentos y de las bebidas. Puedo afirmar que estamos próximos a terminar de redactar un código de buenas prácticas comerciales que, salvo por un representante del área de la distribución de la empresa Carrefour, se ha consensuado prácticamente en un 99 por ciento. Digo esto porque existe una fuerte oposición con respecto a dos de sus artículos; por ello, por intermedio del secretario Winograd estamos tratando de superar esa dificultad para que en los próximos días se pueda decidir si se procederá a firmarlo con la inclusión de esa empresa extranjera o no.

SR. RIAL ¿Cuáles son los dos artículos en los que hay oposición?

SR. MENDEZ Hay oposición en lo que se refiere a la venta por debajo del costo.

SR. RIAL ¿Pero cuál es el otro artículo? El señor Mirenna dijo que eran dos.

SR. MIRENNA Ambos se relacionan con la misma cuestión.

SR. CACCIABUE Además, el tema de la venta por debajo del costo está relacionado con el de la publicidad.

SR. RIAL Entonces, los puntos en los que hay oposición son venta por debajo del costo y publicidad.

SR. CACCIABUE Más exactamente, el daño que se produce al publicar productos cuyo precio se encuentra por debajo del costo.

SR. BOLO Si el señor presidente me permite, quisiera agregar lo siguiente. Cuando se discutió la ley de defensa de la competencia, las entidades que representamos, junto a la COPAL y a la Cámara Argentina de Comercio, hicimos una presentación sobre lo que a nuestro juicio debía entenderse por venta debajo del costo. En aquel momento dijimos que se trataba de una figura punible y que así debía ser incluida en la futura ley.

SR. CACCIABUE Hace algunos años, cuando esta comisión era presidida por el ex diputado Gabrielli, mantuvimos muchas reuniones para debatir este tema.

SR. BOLO Desgraciadamente, esa disposición no se sancionó y por eso hoy día es uno de los grandes obstáculos para la transparencia en el mercado argentino.

Por otra parte, como bien decía el señor Mirenna, en estos momentos tenemos un mercado muy achicado por la sobreoferta; los distintos actores están muy apretados. La situación es similar a la de un barco que se está hundiendo y tiene sólo un bote. Justamente, el esfuerzo que hacemos las distintas entidades para llegar a la firma del código de buenas prácticas comerciales -al cual el señor Mirenna dedicó gran parte de su exposición- está dirigido a emparejar un poco el terreno. Vemos con gran preocupación que entre nuestro sector -el de los pequeños y medianos supermercados- y el de las grandes cadenas existen asimetrías muy importantes en cuanto a los costos financieros.

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Recién en el año 2001 vamos a tener una tasa similar a la europea, tenemos una variable de ajuste de parte de los proveedores que son los chicos y medianos, y además tenemos tasas muy altas en las tarjetas de crédito. Una de las tarjetas ha bajado las tasas pero la otra no.

Todo eso crea diferencias notorias y dificulta mucho poder competir en un mercado que tiene tantas asimetrías.

Por ello entendemos que este código de buenas prácticas comerciales va a ser una señal que se le da al mercado para que entre todos empecemos a mostrar que el mercado es transparente.

SR. MIRENNA Quiero aclarar algo porque pareciera ser que la inquietud nace fuera de la Cámara Argentina de Supermercados.

En mi primer discurso como director de la Cámara -de esto hace cuatro años- dije que la venta a bajo costo afectaba al sector y a las relaciones. A partir de eso le solicitamos una entrevista al señor Menem y a las 48 horas de eso, el señor Gabrieli que era el presidente de esta comisión en aquél momento, nos invitó a una reunión. Cuando concurrimos le trajimos un papel de trabajo en el que figuraba el texto del artículo que nosotros creíamos necesario implementar. En ese momento, el señor Gabrieli nos manifestó que ése era el artículo exacto que necesitaba la ley, pero luego nunca más nos volvió a llamar.

Esa es la situación real. Entonces nuestra propuesta no es porque aparezcan ahora denuncias o situaciones límites a pesar de que muchos balances de las empresas industriales den el cuádruple o el quíntuple de lo que dan los balances de las empresas de distribución.

Nosotros hicimos la presentación en el año 1996 o 1997. La realidad es que venimos trabajando desde hace mucho no sólo en el tema de la relación de industria-proveedores que se pone cáustico cuando hay intereses de por medio. De todas manera quiero puntualizar que la relación con siete u ocho clientes es de una manera y con el resto del mercado es totalmente distinta.

Las Pymes del sector no tienen un foro, a excepción de la cámara, para explicar su cuadro de situación más allá de la recesión y otro montón de cosas.

La cámara de empresarios es proclive a hablar y adjetivar en ausencia, y a crear un mundo ideal que, en realidad, fue creado por los consumidores del sector. El sector supermercadista y la cámara que los nuclea no ha gastado un solo peso en carácter de publicidad para ver cuál es el mejor proveedor.

El consumidor elige todos los días y no ha sido comprado sino que es él quien decide dónde comprar y dónde no. Por ello es que se dice que por más que exista una ley, la gente no va a ser feliz a partir de la sanción de la norma.

Por otro lado la Cámara Argentina de Supermercados y la Federación Argentina de Supermercados hace más de diez años, con el advenimiento de las primeras cadenas internacionales, venimos planteando el tema de la habilitación. Este es un problema que ahora llama la atención pero desde aquél entonces nosotros venimos planteando que se elimine y se evite bajo todo punto de vista la vía de la excepción.

En ese sentido la Cámara nunca se presentó avalando la habilitación de ninguna empresa del sector por vía de la excepción. Y reitero que las palabras son muy lindas y hay personas que son más locuaces que otras pero lo que vale son los hechos, la realidad y la antigüedad de la propuesta.



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Hace más de diez años que venimos diciendo a las autoridades correspondientes, es decir, municipales, nacionales o provinciales, "No a las vías de excepción." Sabemos en qué punto estamos y sabemos que ahora se cree que esto se va a solucionar regulando abruptamente o cortando las cosas de manera repentina, muchas veces con desconocimiento de la realidad de lo que está sucediendo. Si en este momento se tomaran medidas abruptas, sin duda que al único que se perjudicaría sería al pyme creyéndose que se lo va a beneficiar, y se beneficiarían solamente las empresas que ya están en el circuito.

Una de las pautas lo demuestra el veto que hiciera el gobernador de la provincia de Buenos Aires a una ley que suprimía por 180 días todas las habilitaciones, todas las gestiones y todas las obras en construcción. Realmente llama la atención que los legisladores hayan tomado esa medida, que fue votada en Diputados y en el Senado el mismo día, sin saber los problemas que se podía ocasionar a la gobernación por los juicios pendientes y no por abuso de posición dominante, como a veces alguien lo quiere mencionar. Una ley o un decreto pueden servir de ahora en adelante, pero todo lo que ha funcionado hasta hoy -inversiones de diferentes empresas por más de 30 millones de dólares ya puestas en el lugar, como se le dijo al señor vicegobernador, quien de inmediato nos dio una audiencia- iba a ocasionar, en primer lugar, una inseguridad jurídica y, además, juicios al Estado. Tan así es que a las 72 ó 96 horas el gobernador vetó la parte de la ley según la cual todo lo que ya había sido comenzado no se podía detener y se congelaba por 180 días el inicio de cualquier gestión. A su vez, creó una comisión aparte de la que funcionaba en el Poder Legislativo de la provincia de Buenos Aires para profundizar el tema y no producir algún inconveniente.

En la reunión con el vicegobernador, luego de nuestra exposición, se dieron cuenta de que el problema no radicaba en las grandes localizaciones sino en las pequeñas. Tan así es que en muchos casos en la provincia de Buenos Aires, según la ley que está en tratamiento en este momento, se va a perjudicar totalmente a las pymes. Una pyme -no una multinacional que tenga pequeños locales- que tiene, por ejemplo, dos locales en Banfield o en La Matanza -que son partidos grandes- no puede construir un local de 300 ó 400 metros porque la ley se lo prohibe ya que se aplica la sumatoria de los metros cuadrados ya existentes. Entonces, alguien que aduce que con esto se va a contrarrestar a las grandes localizaciones, está perjudicando notoriamente a las pymes.

Hay algo clave en esto, que venimos pregonando y que hace como mínimo diez años que se podría haber hecho aunque todavía estamos a tiempo. Me refiero a hacer relevamientos urbanos en todos los municipios, e inclusive en la ciudad de Buenos Aires, con proyección a treinta o cincuenta años. Si no se puede habilitar un local de 50 metros, que no se lo habilite, y si se puede habilitar uno de 10 mil metros, que se lo habilite. Si no, el regulador después va a disponer. Tenemos el ejemplo de que en una ciudad de la provincia de Buenos Aires un supermercadista pyme del sector averiguó en el municipio cuántos metros cuadrados podía construir en el centro urbano de dicha ciudad, a lo que le respondieron que podía construir 400 metros. Esa persona realizó la inversión y cuando estaba por habilitar el local, el Concejo Deliberante de esa localidad dispuso que no podía habilitar más que 200 metros. Las cajas registradoras están en el centro del salón y en vez de 400 metros le habilitaron 200, y estamos hablando bien claramente de un pyme y de un local de 200 metros.

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O sea que cuando el regulador se pone a regular -creo que en muchos casos por desconocimiento de la realidad del sector- le da lo mismo regular en 200, 100, 50 ó en 10.000 metros cuadrados. Como dice un proyecto de ley en la actualidad, grandes localizaciones en lugares de más de 300 mil personas, son 2000 metros cuadrados en los que se incluyen depósito, recepción de mercadería, salón de ventas y todos los servicios, y en localidades de menos de 300 mil personas, las grandes localizaciones son aquellas de mil metros cuadrados. Esa localización al único que perjudica es a las pymes del sector.

Todos los proyectos de ley mencionan grandes localizaciones y mil metros cuadrados, cuando todos sabemos que todas las grandes localizaciones -que en el país no llegan a cincuenta- superan los 40 ó 50 mil metros cuadrados. Entonces, resulta llamativo que cuando se habla de grandes localizaciones se establezca mil metros cuadrados. Reitero que una localización de mil metros cuadrados donde se piden veinte vehículos cada caja registradora al único que perjudica es a los pymes del sector, que es normalmente a los que se quiere beneficiar en defensa de las grandes empresas nacionales y multinacionales.

También debemos tener en cuenta que con la globalización, ya las grandes empresas multinacionales tienen locales de 10 mil, 14 mil, 8 mil, 4 mil, de mil, de 800, de 500 y de 200 metros cuadrados. O sea que para hacer una cosa justa -que es lo que mínimamente debería hacer una ley- habría que mirar bien el panorama, cerciorarse bien de cuál es la realidad empresaria, comercial y de localizaciones para saber qué se dice. Además, debe ponerse en vigencia para evitar que el concejal, el intendente o quien sea, quiera hacer alguna picardía en beneficio propio o de algún amigo. Creo que esa sería una medida realmente importante en lo que se refiere al tema habilitaciones, que es otra de las motivaciones en la cual se acusa al sector porque pareciera que es el que ha causado todos los males que existen en la Argentina.

Por otro lado, una de las cosas que se podría hacer también es consultar al consumidor, que reitero que nunca vi un proyecto que lo mencione, sino que cita a personas interesadas, se habla de cosas vinculantes donde casi con seguridad no se va a poder habilitar absolutamente nada, ni un quiosco, porque el quiosquero de diez cuadras se va a negar y si es vinculante el quiosquero de diez cuadras se va a oponer a que un señor le conozca un quiosco a diez cuadras.

Entonces, creo que habría que puntualizar. Son todas cuestiones que el señor Méndez y el señor Cacciabue pueden seguir ampliando, además de referirse a otro tipo de cosas.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor Méndez.

SR. MENDEZ En nuestro sector los socios de la Cámara Argentina y los de la Federación suman aproximadamente 700 u 800 empresas, de las cuales 8 ó 10 son las grandes cadenas y el resto son pymes.

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SR. CACCIABUE Uno de los mayores problemas es que las Pymes de nuestro sector no son consideradas como tales ni por el gobierno nacional ni por los distintos estamentos de la administración pública. Lamentablemente, la denominación "Pymes" es muy restrictiva para el área del comercio en que nos encontramos, es decir, para los productos de venta masiva. Hemos hecho gran cantidad de gestiones para intentar zafar de las limitaciones que impone la ley no sólo en cuanto al personal ocupado sino también con respecto al monto de facturación. En nuestro sector se registra alta facturación y mano de obra intensiva; entonces, por una u otra razón, siempre quedamos fuera de los alcances de la legislación.

También hemos sugerido que se nos considere por establecimiento. A nuestro juicio, en el mercado que nos movemos una empresita de supermercados de autoservicio que tiene cinco locales con veinte empleados cada uno es menos que una Pyme al lado de una compañía como Carrefour; sin embargo, en la actualidad no está tipificada como Pyme.

Estamos luchando para lograr que las empresas de nuestro sector sean consideradas como Pymes. No olvidemos que actualmente no reciben beneficios de ninguna especie: ni crediticio ni municipal y mucho menos desde el punto de vista impositivo.

SR. RIAL ¿Qué es para ustedes una Pyme?

SR. CACCIABUE Lo primero que se debe definir es si Pyme es el establecimiento comercial o la compañía que está detrás. De lo contrario, alguien podría tener dudas acerca de si los supermercados Día, que son localcitos con diez empleados, deben o no ser considerados como Pymes.

Evidentemente existe un problema de definición. Los funcionarios nunca se han sentado con nosotros para debatir el tema. Parece ser que en el actual secretario de la Pequeña y Mediana Empresa no vamos a encontrar ninguna solución; pero tampoco la hemos hallado en funcionarios de anteriores gobiernos. Con el ministro de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos abordé el tema por el lado del personal ocupado para ver qué calificación se podía dar a las empresas de nuestro sector, pero no encontré ninguna definición. Además, los intereses locales se mezclan con los internacionales. A veces pensamos que quizás sea conveniente apuntar por el lado del origen del capital; pero nunca hemos recibido señales claras, ni de este gobierno ni de los anteriores. Si no me equivoco, en el campo de la industria se presenta el mismo problema; siempre se dan enfoques "parches" a la situación.

SR. BOLO Si me permiten, quisiera hacer una aclaración al señor diputado Rial.

Creo que la conformación de todo el mercado es dinámica. La definición de Pyme que se daba hace diez años ha cambiado y ahora es otra; y quizás vuelva a cambiar dentro de tres años, porque el mercado es muy dinámico. Entonces debemos preguntarnos cómo correspondería enmarcar a las empresas del área del comercio, algunas de las cuales se manejan con cinco mil máquinas y facturan dos mil millones de dólares.

El comercio es muy dinámico. Por eso hicimos una presentación para que nuestras empresas sean evaluadas de acuerdo con la cantidad de empleados.

SR. RIAL ¿Cuál sería esa cantidad de empleados?

SR. CACCIABUE Para que una empresa sea considerada Pyme, debemos hablar de doscientos empleados.

SR. BOLO En nuestra presentación hablamos de mil empleados.

Varios asistentes a la reunión hablan a la vez.

SR. BOLO Como decía, hemos hecho una presentación oficial ante el secretario de la Pequeña y Mediana Empresa sobre las aspiraciones de nuestro sector con respecto a la tipificación de sus empresas. La hicimos hace dos o tres meses y aún no obtuvimos ninguna respuesta.

SR. MENDEZ Si me permiten, quiero aclarar a qué me refiero cuando hablo de la gran diferencia que existe entre las ocho o diez empresas que facturan más de 800 o 900 millones de dólares anuales y los competidores regionales que facturan 5, 10, 20, 30 o 40 millones de dólares. Cuando hablamos de la relación proveedor-supermercado estamos apuntando fundamentalmente al problema que hay entre las pequeñas y medianas empresas de la industria y esas ocho o diez empresas supermercadistas importantes.

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El resto de nuestros supermercados tiene serios problemas con las empresas multinacionales de la industria.

La relación que existe entre los diez supermercados y las Pymes industriales se da exactamente a la inversa en otro lado. Por ejemplo, La Genovesa de la localidad de Lomas, que tiene tres locales, si se atrasa un día en el pago, Coca Cola, Unilever o Refinería no le entrega la mercadería. Esa diferencia en la atención es absoluta.

Otro ejemplo es el de los precios que pueden llegar a tener una diferencia del 30 por ciento en el valor; diferencia que se da entre una cadena de supermercados grande y otro que vende 20 millones de pesos anuales y tiene 200 empleados.

La diferencia de precios es importantísima...

SR. CONCA ¿A favor de la cadena de hipermercados?

SR. MENDEZ Sí, a favor de la cadena pero el que pone el precio es el proveedor.

El proveedor le vende al supermercado La Genovesa un producto a un peso, menos el 10 por ciento de descuento, y ese mismo proveedor le vende a la cadena de hipermercados el mismo producto a 0,40, menos las negociaciones puntuales que haga con ellos.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor diputado Rial.

SR. RIAL Señor presidente: creo que como se diría en el campo la cosa no es ni tan pelada ni tan peluda. Es decir, habría que ver, entre el precio real al que se le vende a la Pyme y el precio real al que se le vende al supermercado, cuál es el que le deja rentabilidad al industrial.

Acá se da a entender que el precio al que se vende al supermercado es el precio en el cual la empresa marca su rentabilidad lógica en su cash flow y creo que no es así.

El precio real es al que se le vende a la Pyme y el precio al que se vende al supermercado es el mejor precio que pueden negociar y a veces es aún por debajo de los valores de rentabilidad.

SR. CACCIABUE ¿Usted dice que los grandes proveedores le venden a pérdida a los hipermercados?

SR. RIAL Exactamente.

SR. PRESIDENTE FLORES Vamos a ordenar un poco la reunión.

La Presidencia preferiría que sigamos con la metodología que planteamos en un principio -y solicito colaboración de los señores diputados en esto. Sigamos escuchando las exposiciones de los señores invitados sin dejar ningún tema fuera pero con un esfuerzo de síntesis. Luego de eso los señores diputados podrán hacer las preguntas que quieran realizar.

Tiene la palabra el señor Mendez.

SR. MENDEZ Señor presidente: es un gran problema para nuestro sector la gran diferencia que existe entre las cadenas de supermercados y las empresas Pymes que, por otro lado, no están consideradas por la ley argentina como Pymes aunque tendrían que serlo para poder competir de alguna forma con el resto de las empresas del sector.

Existen diferencias en la parte de precios, de promociones y de venta al público. Además, últimamente, las empresas con veinte o veinticinco años en la Argentina están recibiendo información por parte de proveedores multinacionales -que también existen- para que le compren a un determinado mayorista o distribuidor porque los van a dejar de atender.

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O sea que ya se está llegando a que proveedores importantes están dejando de atender a empresas que en la Argentina facturan 20 millones de dólares al año.

Otro de los graves problemas que tenemos es la gran diferencia que existe en las tarjetas de crédito. Es muy grande el spread que hay entre lo que se cobra a las ocho o diez grandes cadenas y lo que le cobran al resto de los supermercados. La diferencia es la siguiente: mientras que en muchos casos el porcentaje para las cadenas es de alrededor del uno por ciento, para el resto de los supermercados es de un 3,5 ó 4 por ciento. Eso no sucede en ningún país del mundo. No estamos hablando de algo que queremos inventar. Ni las diferencias de precios ni las existentes en las tarjetas de crédito son algo que exista en otra parte del mundo.

En cuanto a las habilitaciones futuras -hablar de las presentes no tiene sentido- creemos que hay que ordenarlas. Existen varias ordenanzas de municipios de diferentes provincias, inclusive de la de Buenos Aires, pero consideramos que enfocan el problema en sí que es habilitar por habilitar. La única solución es que cada municipio de cada provincia elabore un Código de Planeamiento Urbano para el año 2030 ó 2040, con la participación de arquitectos, ingenieros, comerciantes y consumidores y organice que a partir de ese momento se pueden habilitar en determinado lugar negocios de hasta cien metros, en otro, hasta 500, 1000, 10.000 metros, o lo que sea.

Hoy nos encontramos con que esos proyectos o la ley de la provincia de Buenos Aires están complicando el crecimiento de algunos supermercados chicos que tienen uno o dos locales y tienen la posibilidad de abrir otro, que normalmente lo hacen dentro de la misma ciudad. Hoy esto no es posible porque la ley no se los permite. Tenemos el ejemplo de Yosimar, un supermercado de Lanús, que tiene dos locales: uno de 400 y otro que no llega a 500 metros cuadrados; vende 850 mil dólares por mes y quiere abrir un tercer local de 350 metros pero no lo puede habilitar porque los dos que ya tiene sumarían el metraje que permite la ley.

Otro tema importante es el de las retenciones para las pequeñas y medianas empresas. Para referirse a este particular voy a ceder la palabra al doctor Cacciabue.

SR. CACCIABUE El esquema perverso de retenciones y percepciones de ganancias y de IVA en las compras y en las liquidaciones de tarjetas de crédito es algo que ustedes ya conocen, es viejo.

Está con nosotros el señor Saranz, quien hizo una campaña en la ciudad de Córdoba -que todos ustedes deben conocer- con respecto a no recibir algunas tarjetas. El efecto no deseado que se consiguió con la reforma de la ley de tarjetas de crédito -cuando marcaba el máximo del 5 por ciento y no más del 3 por ciento en la misma actividad- determinó que automáticamente el que pagaba el 3 por ciento, como alguna gran cadena pasó a pagar 1 por ciento, entonces le sumaron 1 más 3 de spread que permitía la ley y le subieron del 3 al 4 por ciento, en lugar de beneficiarlo con alguna rebaja. Esto fue lo que en la práctica ocurrió.

SR. PRESIDENTE FLORES ¿Ha concluido su exposición?

SR. CACCIABUE Sí. No tengo más que decir porque a lo que me iba a referir era al régimen de retención y percepción, que ustedes conocen perfectamente.

SR. PREIDENTE (FLORE) ¿Hay algo que quisiera agregar? Después le voy a dar la palabra al señor Saranz, pero quisiera que usted termine.

SR. CACCIABUE Todo el mundo sabe que se practica la retención y después no tiene ganancias y no la puede aplicar. Todo el mundo sabe que las retenciones de IVA se las retienen hoy y ellos están cobrando quién sabe cuándo y después no lo pueden tomar a cuenta. Los proveedores les retienen el IVA cuando venden, les hacen la percepción y quedan siempre con saldos a favor que son muy importantes y los tienen que ir a financiar en un mercado paralelo porque no pueden financiarse en el oficial.

Las tasas de crédito que nuestras empresas consiguen, igual que el resto del mercado, son terriblemente caras y no hay disponibilidad de fondos. Entonces, este no es un tema puntual de los supermercados, sino del comercio en general y de casi todas las actividades productivas pequeñas y medianas. O sea que no es una cuestión que solamente perjudique a nuestro sector; el problema más grave es que se tienen que financiar los saldos a favor y no hay forma de hacerlo.

Otro problema gravísimo que tenemos es la imposición que nos ha hecho la Dirección General Impositiva con respecto al tema de la caja fiscal, que en definitiva no sirvió para nada porque la recaudación cada día es peor y ni siquiera hemos conseguido una línea de crédito para poder financiar la compra de ese equipamiento, que lo debió haber financiado el Estado.

Hemos hecho muchísimas presentaciones y se han conseguido algunas prórrogas, pero en definitiva no se pudo lograr que se dejara sin efecto esto.

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Cuando se discriminó a los monotributistas, consiguieron a través de algunas entidades que lo plantearon que se los liberara de la obligatoriedad de instalar el controlador fiscal, pero esto no sucedió con el resto del comercio. Es decir que este no es un problema que atañe únicamente a los supermercados.

Los supermercados no tienen una caja registradora que cueste mil pesos sino que lamentablemente, debido a los sistemas de facturación, de control de stock y a la tecnología que utilizan, cada caja registradora vale entre cuatro mil y cinco mil dólares, y no mil dólares, como decía el señor Silvani. Hay empresas que están al borde de la quiebra por esta cuestión; han tenido que encarar inversiones de 100 mil ó 150 mil dólares y no han podido financiar.

SR. MIRENNA Hay empresas que han tenido que invertir ocho millones de dólares por el tema del controlador fiscal, lo cual es una barbaridad.

En la primera reunión que tuvimos con el señor Silvani y con el señor Sandullo, ellos nos contaron la película de que nosotros éramos los buenos y nos iban a obligar a instalar los controladores fiscales, pero que seríamos los últimos en ingresar al sistema porque los que evadían eran las playas de estacionamiento, los restaurantes, las pizzerías, etcétera. Después se inventó el monotributo y desaparecieron de un plumazo los evasores. Si esto lo hubiera hecho el gobierno nacional con la posibilidad de desgravar a lo largo de cuatro o cinco años y no en un año, y hubiera existido la obligación para todo el mundo, no habría habido inconvenientes y el control habría sido real y efectivo. Pero resulta que los únicos que los instalaron fueron los supermercados. Habría que escuchar a los pymes, a los que no tienen cajas back up, el problema que se crea los fines de semana cuando se traba un controlador fiscal. Ese supermercado a lo mejor tiene tres cajas y los clientes se quejan porque no pueden emitir tickets por alguna caja registradora. Es decir que se desvirtuó totalmente la situación.

Alguna vez tuvimos una reunión con el doctor Silvani para solucionar este problema, aunque todo terminó en la nada. Inclusive, se llegó a suspender la habilitación de grandes y medianas localizaciones para poner los controladores fiscales.

Esto realmente parece de ciencia ficción, porque no se consiguió el efecto deseado. Ya sabemos cómo terminamos quienes éramos los buenos de la película porque nunca se comprobó por lo menos que existiera evasión en los supermercados en el punto de venta. Si se producía evasión era de otra manera, pero nunca a través de ticket.

Reitero que grandes empresas tenían que desembolsar ocho millones de dólares y empresas pequeñas 100 mil dólares para la instalación de los controladores fiscales. Es imposible financiar esas sumas, pero estamos en ese cuadro de situación. Se han presentado recursos de amparo y no se llegó a nada. Eso ha quedado en el aire y nadie dice absolutamente nada. Nadie habla de los errores que se comenten de arriba para abajo. Siempre se recalcan los errores que cometen los de abajo, y nunca los de arriba.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor Saranz.

SR. SARANZ Soy integrante de FAS y de CASA y presidente de la Cámara de Supermercados de Córdoba. A diferencia de mis antecesores, ex supermercadistas y hoy reconocidos dirigentes empresarios, yo soy un jugador de este partido.

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Creo que explicando cómo juego en este partido podré ayudar a que se entienda mejor la problemática de nuestro sector. Soy un mediano jugador en este partido y además, argentino. Contar qué hago y cómo me siento servirá, en alguna medida, para que se comprenda nuestra situación. Me siento como si fuera un corredor de Fórmula I, muy consciente de que soy un Mazzacane, que corre en un Minardi y por errar el cambio se hace pedazos. Pero que quede en claro que no estoy gratis en la Fórmula I sino que trabajé toda mi vida para ello; lo habré hecho bien o mal, pero me mantengo porque sé, o creo saber, de este negocio.

Realmente siento que los argentinos hemos regalado el mercado. Como dirigente empresario quisiera hacer una autocrítica utilizando un ejemplo que siempre menciono. Una vez pasé por Santa Fe y escuché una charla sobre el libre comercio. Recuerdo que cuando iba por la ruta de vuelta a Córdoba me sentía muy bien, porque la charla había sido muy elogiosa. Pero hoy el resultado es que Córdoba está infectada por Carrefour, Wal-Mart y toda la competencia. En cambio, Santa Fe tiene Wal-Mart pero afuera; ellos han sido muy inteligentes y yo un muy mal dirigente empresario porque no supe defender lo mío.

Como presidente de la Cámara de Supermercados de Córdoba me siento presidente de los capitales cordobeses. De los supermercados que integran nuestra cámara -que como acabo de decir, son capitales cordobeses- dependen aproximadamente cuatro mil familias. Algunos hacen cáscara diciendo que van a contratar a quinientos empleados; pero de nosotros, reitero, dependen cuatro mil familias. Toda mi vida he pagado impuestos y en mi empresa doy empleo a cuatrocientas personas.

Por otra parte, desde la cámara que represento hemos hecho denuncias contra tarjetas de crédito y también contra Carrefour y Disco por la venta de productos por debajo del costo. Esto es lo que hicimos; a veces, cuando uno llega a cierto límite, hace cosas que no siente y trata de buscar una salida. Permítanme los señores diputados que explique resumidamente hasta qué punto es desleal la venta por debajo del costo. Los dos supermercados que acabo de mencionar vendían la Coca-Cola a 45 centavos, cuando a mí me costaba 1,30 centavos. Todos sabemos lo que dice la gente si se le cobra un peso de más. Si tomamos las siete empresas que actualmente competimos en el mercado y comparamos los precios de trescientos productos de la canasta familiar básica veremos que entre Carrefour -que es el más barato en plaza- y el más caro, la diferencia está entre el 10 y el 12 por ciento. Quizás en este último tiempo, en que algunos se han vuelto un poco locos, la diferencia se haya acentuado. El promedio ticket en la Argentina es de 25, 30 o 40 pesos. ¿Creen los señores diputados que alguien se puede mover por un 10 por ciento de diferencia? ¿Hay alguien que se puede llegar a mover por 2,50 pesos? ¿Saben cuándo se mueve la gente? La gente se mueve de acuerdo con su sensación térmica. Yo, como profesional en este campo, cuando entro a uno de esos negocios puedo sentir que la sensación térmica es de 30 grados; pero la realidad es que está entre el 10 y el 12. Y la gente, cuando se da cuenta de ello, compra la proximidad.

Como dije antes, la venta por debajo del costo es una práctica desleal. ¿Pero quién ejerce esa práctica desleal? La ejerce quien tiene poder. Permítanme contarles cómo me siento en este negocio. Me siento como el dueño de una empresa relativamente sólida que tiene dos fichas de ruleta en el bolsillo pero que cuando va al casino tiene miedo de jugar. ¿Miedo a qué? Como decía antes, a errar el cambio y salir del circuito. Esta es la realidad.

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Mi empresa factura 40 millones de pesos más IVA al año, tengo 400 empleados y si soy muy bueno gano un punto o un punto y medio en la facturación. Entonces ¿soy Pyme o no?

Soy un argentino que está dentro del tema y cuando hablan de Pymes yo digo que mi empresa tiene todo como para organizar hasta el comercio minorista pero ¿soy Pyme o soy alguien que factura 40 ó 50 millones de pesos al año? Digo esto porque quien es muy bueno en este negocio hace tres puntos de diferencia en el balance. Esa es nuestra realidad.

Mi temor es que la industria nos usa de promedio. La megadistribución no negocia sino que impone. Venden a tanto y si a uno no le gusta se tiene que ir. Mi temor es que me metan dentro de esa bolsa; y voy a entrar gratis.

¿Por qué me preocupa? Porque el resto es promedio. Esto es así porque la información del negocio de proximidad que hay en la Argentina se hace sobre 10 mil millones de dólares. Hay 7 mil que están en cinco o seis manos y el otro 30 por ciento está repartido entre los que son como yo. Pero faltan organizar 20 mil millones de dólares. No se va a organizar todo, se organizarán 8 o 10 mil. Esto lo va a hacer quien ponga la plata y seguramente el dinero se irá al exterior.

En cuanto al tema de las tarjetas de crédito quiero comentarles algo como para que todos aprendamos en este negocio. Nosotros hace cinco meses que no recibimos VISA porque nos cobra 4,5 mientras que Carrefour paga 1 punto. ¿Por qué nos cobra una diferencia del 350 por ciento si los dos vendemos azúcar?

Tengo una percepción -los comerciantes vivimos de la percepción- de que VISA está por arreglar porque les estaban por sublevar distintas partes del país. Lo que le molesta de que nosotros no aceptemos la tarjeta no es la venta sino la mala publicidad que le hacemos. Lo que les duele es que la tarjeta no esté en los bolsillos de los consumidores.

Comparto todo lo que han dicho mis colegas pero lo que nos preocupa realmente es que nos usen de promedio. Vivo diciéndole al señor Bolo y al señor Mirenna que trabajen en ese sentido porque nos van a seguir pegando cachetadas.

No quiero dar la impresión de que soy un llorón o que venimos aquí a pedir dádivas. No somos ventajeros. Si lo fuéramos ya tendríamos que habernos ido de este negocio.

El mensaje es cómo hacemos para jugar este partido que yo quiero jugar. Y en ese sentido me siento un ejemplo para mis hijos y mis padres porque todavía no me han comprado aunque quizás mañana lo hagan.

Saliendo del sector supermercadista y comparándome con el proveedor chico que tal vez venga aquí a decirles que lo están matando siento que a los dos nos pasa lo mismo: nos usan de promedio de este negocio. Pero tenemos poco tiempo para seguir siendo promedio porque con la recesión existente no vamos a durar demasiado.

Aclaro que mi empresa es Spar Supuermercados de Córdoba, me dedico a la franquicia, tengo veintiocho negocios y un centro de distribución. Con la gente de Entre Ríos tenemos una franquicia a nivel nacional.





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Spar es una cadena internacional, es una franquicia de poco costo. Simplemente nos da el nombre, pero Spar Entre Ríos es una cosa y Spar Córdoba, otra distinta, más allá de que el nombre es el mismo.

SR. PRESIDENTE FLORES Queda abierta la ronda de preguntas.

Tiene la palabra el señor diputado Iparraguirre.

SR. IPARRAGUIRRE Con la exposición del señor Saranz quedó en claro el espíritu existente en esta reunión, porque me dio la sensación de que primero el señor Mirenna había salido como a la defensiva, como si frente al supermercadismo en general hubiera una postura de ponerlo como el malo de la película en esta discusión entre productores e industriales. Creo que no es así en absoluto, porque en todas las exposiciones quedó muy en claro que una cosa son las grandes cadenas -fundamentalmente internacionales- y otra distinta el resto de la actividad.

La idea de todos es establecer regulaciones o marcar la cancha para que los jugadores que están jugando este partido puedan seguir haciéndolo.

A partir del ejemplo que daba de lo que sucedió en Santa Fe y Córdoba, esa lucha que se dio en Santa Fe para impedir primero la instalación de Walmart y después el segundo que se logró detener, fue hecha fundamentalmente con los supermercadistas de la ciudad.

En aquel momento algunos nos acusaban de que los supermercadistas defendían su interés y que era injusto, porque así como ellos habían embromado a los almaceneros, ahora tenían que bancarse la competencia con los grandes. Tratamos de explicar que ese no era un argumento válido porque en definitiva lo que se defendía era el interés del mediano empresario que vivía en la ciudad y dejaba sus ganancias en la ciudad. Es decir, era una actividad local muy distinta de la de los intereses de otros capitales que se llevan el dinero afuera.

Entonces, me parece que estamos hablando de lo mismo. Cuando se intenta establecer algunos mecanismos de regulación y algunas cosas más complicadas que hacen esta diferencia, se defiende al pequeño comerciante, al pequeño y mediano supermercadista y también a los consumidores. Creo que a veces se incurre en un error, y por querer defender el interés del consumidor y que pueda acceder a un menor costo -como hace Carrefour, al vender a un 10 por ciento menos pensando que podría ser bueno para el consumidor- se crea la figura del consumidor consumido, porque la pérdida de mano de obra y de empleo en otros sectores que eso genera termina inclusive haciendo desaparecer la figura del consumidor.

Así como fueron muy claros en lo relativo a la venta por debajo del costo y a la cuestión de las habilitaciones, en esta comisión queda la sensación de que no es suficiente el Código de Buenas Prácticas -menos aún si Carrefour no está incluido- y que hace falta una regulación legislativa que incluya esos aspectos y algunos otros.

En tal sentido, surge una pregunta vinculada con el tema de los horarios, si en la relación entre los pequeños, los medianos y los grandes, la cuestión de buscar alternativas por los horarios y por el cierre del día domingo puede perjudicar al mediano o ayuda a no profundizar las diferencias con los grandes.

Uno de los grandes reclamos que plantea el sector proveedor -aclaro que me refiero a los chicos y no a los grandes, porque aquí no han venido a sentarse ninguno de los grandes distribuidores- tiene que ver con los plazos de pago y con la cuestión de determinar con claridad la figura contractual en la relación proveedor-supermercado. Las notas de débito debe ser algo de las grandes cadenas y no de ustedes.

Por último, es cierto que todas las regulaciones han estado vinculadas con el tema de la superficie. Recuerdo que cuando hablábamos con los supermercadistas decían que hasta 1.000 ó 1.500 metros cuadrados se bancaban competir, pero más no. Las ordenanzas las hacíamos con ellos, estableciendo el tope que los beneficiara. Hoy esta cuestión de la superficie nos sirve como un elemento de protección: qué cuestión ustedes piensan que puede servir para regular.

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SR. PRESIDENTE FLORES Quiero aclarar que en todas las reuniones que hemos tenido referidas a este tema es muy común que exista una suerte de confusión de jurisdicciones, no en el sentido de no tener claras las cosas, sino que se mezclan. El tema vinculado a las superficies es algo que excede al Congreso de la Nación. Por eso solicito que nos centremos en los otros aspectos que planteó el señor diputado Iparraguirre.

La cuestión de los horarios admite cierto grado de interpretación, aun cuando desde el punto de vista de algunos señores diputados -entre los que me incluyo- en principio también es un asunto de jurisdicción local.

Lo que indudablemente es un tema de jurisdicción local es el referido a las habilitaciones. No es el Congreso de la Nación el que puede regular sobre las habilitaciones de locales comerciales.

Aclaro que no quiero coartar a nadie. Si el señor Mirenna quiere hablar de las habilitaciones, desde ya que puede hacerlo...

SR. MIRENNA No, para nada.

SR. PRESIDENTE FLORES ...y está en todo su derecho. Pero quiero aclarar esto para encuadrar mejor lo que es conducente para los señores diputados.

SR. MIRENNA Lo que tenía que decir con respecto a las habilitaciones ya lo dije.

Quisiera remarcar dos cosas: de ninguna manera pronuncié mis palabras para poner a la defensiva al sector. No es que esté a la defensiva a raíz de la abrumadora promoción, publicidad y exposición en los diarios que la industria proveedora y otro sector del comercio han hecho en contra del supermercadismo, sino que hago un reflejo de la realidad y de la percepción que tenemos en la Cámara de Supermercados. El sector supermercadista nunca habló mal ni de los almaceneros, ni de los mayoristas ni de nadie. Sí hemos encontrado sectores de los mayoristas y de los almaceneros hablando mal de nosotros y diciendo que somos los culpables de todos los problemas. Esto es lo que vivimos cotidianamente.

En cuanto a las preguntas del diputado Iparraguirre, quisiera saber si ha tomado contacto con el Código de Buenas Prácticas Comerciales.

SR. IPARRAGUIRRE No.

SR. MIRENNA Usted mencionó los plazos de pago, tema que está contemplado en el código, al igual que las notas de débito. Me voy a referir específicamente al tema de las notas de débito. No podemos dar esto a publicidad porque está en tratamiento...

SR. IPARRAGUIRRE Sería bueno que dejen una copia en la comisión para que nos vayamos enterando.

SR. MIRENNA "Los supermercados no podrán emitir unilateralmente notas de débito a los proveedores por motivos ajenos a la venta de productos que hagan los proveedores. Los supermercados se reservan el derecho de emitir notas de débito a los proveedores por causales fundadas que tengan relación sólo con la compra de productos.

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Sin embargo, en todos los casos los supermercados requerirán previamente a los proveedores para que dentro del plazo de quince días emitan y entreguen la nota de crédito que en cada caso corresponda." Como podrán ver los señores diputados, con este artículo la cuestión de la nota de débito se ha acabado.

SR. IPARRAGUIRRE ¿Pero qué pasará si Carrefour no firma el código?

SR. MIRENNA Todavía tenemos que ver si no lo firma.

SR. IPARRAGUIRRE Aunque lo haga, ¿hay elementos punitivos...?

SR. MIRENNA Sí, señor diputado; por ejemplo, tribunales arbitrales. Pero además, no debemos olvidar que existe acuerdo entre las partes; aquí nadie ha impuesto nada. Reitero que en lo que respecta a la nota de débito, Carrefour está totalmente de acuerdo. Subsisten algunas diferencias en lo que se refiere a la venta por debajo del costo; pero en cuanto a la publicidad está totalmente de acuerdo. Por eso digo que, en estos momentos, las discrepancias que nos separan son ínfimas.

Con respecto al tema de la nota de débito, quiero agregar que ha tomado estado público fundamentalmente por la difusión, promoción y lobby que ha hecho la industria proveedora; de esto no hay ninguna duda. Pero de las consecuencias que produce la industria proveedora en los sectores grandes, pequeños y medianos del comercio nadie habla. Esto es así porque nadie está al tanto de la situación; me refiero a las malas entregas, a los productos no solicitados, a las entregas concertadas y no entregadas, etcétera. Estas son consecuencias realmente muy serias para cualquier tipo de local; muchas veces se dice que la publicidad es engañosa porque hay supermercados pequeños, grandes o muy grandes que anuncian un producto y después resulta que no está en los puntos de venta. En muchos casos esto ocurre porque la industria proveedora no hace las entregas en tiempo y forma. Cuando comenzamos a trabajar en el código parecía que la culpa era del supermercadismo; después nos sentamos a hablar con los proveedores y ellos también debieron firmar un compromiso porque en esta historia no hay un malo y un bueno. Podrán ser ambos malos o ambos buenos, aunque la percepción de la gente -a raíz de la publicidad y del marketing- sea que hay un malo y un bueno.

En cuanto al plazo de pago, puedo afirmar que es un tema que se encuentra perfectamente clarificado en el Código de Buenas Prácticas Comerciales, en el que además se establece la obligatoriedad de entregar documentos negociables en el mercado. Tal disposición ha sido aceptada incluso por Carrefour.

El único punto en el cual la Cámara Argentina de Supermercados todavía no ha alcanzado unanimidad es el de los horarios. El problema no es que los supermercados grandes quieren abrir los domingos y los chicos no; la cuestión es que hay chicos que no quieren hacerlo y chicos que sí. Justamente, en la jornada de supermercados que se llevó a cabo en Iguazú hace cuatro o cinco días hubo supermercados chicos que afirmaron no querer abrir los domingos mientras otros manifestaban su interés en hacerlo. A esto debemos sumar la situación de los supermercados pequeños y medianos ubicados en zonas de veraneo, como ser Mar del Plata, Bariloche, Córdoba -en el caso de los que abren sólo en época estival-, etcétera. Todos sabemos que Formosa, por ejemplo, no es una ciudad turística; sin embargo, los supermercados pequeños y medianos quieren abrir los domingos; el argumento es que no tienen grandes como competencia.

Cada uno ve el negocio desde su bolsillo. Por eso no puedo puntualizar qué posiciones tienen la Cámara Argentina de Supermercados y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios en relación con la apertura en día domingo. En nuestro sector, el tema de los horarios aún no está totalmente clarificado.

Con respecto a la nota de débito, reitero no sólo que habrá tribunales arbitrales sino también que existe un compromiso entre las partes. Es diferente a cuando se dicta una ley, cuyas disposiciones debemos respetar aunque no hayamos participado en su redacción. En nuestro caso, las empresas que firmen el código antes habrán aceptado cada uno de sus puntos. Reitero, para despejar la inquietud del señor diputado Iparraguirre, que Carrefour ha aceptado a rajatablas las cláusulas referidas al plazo de pago y a la nota de débito.

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Y son tan claras y aceptadas por la COPAL.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor Méndez.

SR. MENDEZ Señor presidente: respecto de los plazos de pago hay un proyecto de ley en la Cámara de Diputados.

Nosotros hemos tratado el tema con todos los supermercados socios de nuestra cámara incluyendo en estos a los supermercados pequeños y medianos.

La conclusión a la que hemos arribado es que si se estipula un plazo de pago cierto en una ley el que se perjudica es el pequeño comerciante.

El señor diputado plantea con razón que hay supermercados grandes y chicos pero nos olvidamos que también hay proveedores grandes -tanto como los supermercados- y chicos.

Los proveedores grandes pueden vender la gaseosa al señor Saranz a un plazo de 21 días y la ley puede estipular que el rubro gaseosas se paga en ese término. Sin embargo, el señor Saranz, por sus relaciones y sus veinte años en el negocio tiene la posibilidad de tomarse siete días más para realizar el pago. Si la ley establece un plazo cierto esto no lo podría hacer más ya que la empresa de gaseosas le diría que por ley tiene que pagarle a los veintiún días.

Por otro lado, el supermercado grande, aunque rija un plazo en la ley no quiere decir que la cumpla porque es muy factible que le haga firmar un papel al proveedor para seguir pagando de la manera en que lo hacía.

Por esas razones este tipo de normas que existen en España o Francia no han funcionado con los grandes supermercados y han perjudicado a los chicos.

En cuanto al tema de los horarios y de la posibilidad que se cierre los domingos quería saber si el señor diputado se refería a todo el comercio en general. Es decir, a los shopping, almacenes, negocios, etcétera.

SR. IPARRAGUIRRE La idea de cerrar los domingos es para que los supermercados chicos puedan tener más margen de venta. De todas maneras sería algo a debatir.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor diputado Rial.

SR. RIAL Señor presidente: en principio quiero decir que tuve la misma sensación del señor diputado Iparraguirre en el sentido de que se estaba generando una nueva antinomia como la que existió en su momento entre el campo y la industria que, gracias a Dios, fue superada hace muchísimo tiempo. Pero por las primeras apreciaciones del señor presidente de la Cámara Argentina de Supermercados parecía que se estaba generando una nueva antinomia. Esa fue la sensación que tuve y que por lo visto también tuvo el señor diputado Iparraguirre por lo que el señor presidente de la cámara recién ha aclarado medianamente esta cuestión.

Realmente espero que esto no sea así y que estemos en esta mesa construyendo un trabajo común para el bien general. Tengo varios amigos en la cámara y la federación, hemos hablado en muchas oportunidades y por eso creo que hay que buscar un mecanismo en el cual se llegue a un equilibrio razonable de funcionamiento en el cual todos salgamos beneficiados. Ese es el espíritu en el cual tenemos que trabajar.

La relación del pasado de la industria y el sector de los supermercados y la situación actual de los supermercados respecto de la industria es algo que tenemos que dejar al costado y comenzar a construir de aquí en adelante.

Por otra parte si bien el tema de la rentabilidad quizás no sea algo para discutir voy a hacer algunas aclaraciones respecto de algunos comentarios y apreciaciones que realicé anteriormente. En ese sentido creo que el sector industrial, más allá de la situación de recesión que venimos viviendo desde hace dos años y de la situación de los bienes transables, está en vías de extinción.





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Así, tal cual lo digo, especialmente la pequeña y mediana empresa. El mercado que tiene es de baja rentabilidad o de rentabilidad negativa. En esto también influyen algunos productos que entran del exterior a precio de dumping o subfacturados. Recién se dijo que nosotros regalamos el mercado, pero habría que agregar que regalamos el país si no administramos eficiente e inteligentemente nuestro comercio exterior.

El activo más importante que tiene un país es el mercado. Por lo tanto, cualquier país del mundo lo protege. Esto no significa proteccionismo o cerrar los mercados, sino ser inteligentes en la administración y el manejo del comercio exterior.

Coincido con dos cuestiones que se mencionaron acá con respecto a las asimetrías y, fundamentalmente, en cuanto al tema de las tasas de interés. Como dijo el señor Bolo, en el año 2003 vamos a tener las mismas tasas que las europeas. Ojalá que así sea. Pero no van a estar ustedes ni nosotros, así que no pensemos en el año 2003, sino en cómo ahora solucionamos los problemas de fondo que son muchísimos y complicados.

También estoy de acuerdo con el tema del costo de las tarjetas de crédito. Sabemos que es algo muy delicado, no sólo para el sector de los supermercados, sino también para el conjunto de la economía.

Por otra parte, no me cabe la menor duda de que deben ordenarse las habilitaciones y el funcionamiento. En este sentido, es fundamental trabajar. Es cierto que la ley de la provincia de Buenos Aires fue un desastre e inclusive limitaba a un empresario la posibilidad de abrir un pequeño negocio. También hay que tener en cuenta la cuestión jurídica referida a los derechos adquiridos.

Creo que esta comisión tiene una gran responsabilidad en cuanto a trabajar en este ordenamiento que debe hacerse lo más rápido posible.

Considero positivo el hecho de trabajar en el Código de Buenas Prácticas Comerciales. Yo lo conozco, por eso preguntaba cuáles eran las dos oposiciones, porque la única diferencia que conocía, el único tema sobre el que todavía no estaban de acuerdo y que se estimaba que durante la próxima semana se podía llegar a resolver, era el relativo a la venta bajo costo.

Por lo tanto, creo que habría que dar fuerza de ley a este Código de Buenas Prácticas Comerciales para que realmente sea cumplido. De lo contrario, va a quedar como un simple acuerdo. Me gustaría saber qué opinan ustedes sobre este particular.

Asimismo, noto que existe una situación que todavía no está bien clara dentro del sector de ustedes -quizá también la tengamos en el nuestro- con respecto a los pequeños y medianos supermercados y también a las grandes cadenas. Aquí se dijo que nos usan de promedio. Quisiera saber cuál es ese promedio y si no se trata más de un problema de ordenamiento interno del sector supermercadista que del sector proveedor.

Otra de las preguntas que me surgen es cuál es la posición actual con respecto a la factura conformada. Creo que es un instrumento muy importante para solucionar los problemas de mercado que hoy tenemos, especialmente de las pequeñas y medianas empresas. Considero que deberíamos trabajar juntos en este asunto, y que este instrumento sea efectivo para el funcionamiento comercial.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor Mirenna.

SR. MIRENNA Me llaman poderosamente la atención las palabras del diputado Rial. El diputado Iparraguirre recién comentó una percepción que tenía, y creo que el diputado Rial ha adjetivado una cosa que está lejos de mi pensamiento y del supermercadismo. Eso de crear antinomias, me parece una frase de neto corte político, y acá no estamos haciendo política de barricada. Entonces, le pediría que retire la palabra antinomia, porque yo he sido pyme, nací como pyme con 18 empleados, por lo que creo que tengo aval suficiente como para desmentir lo que dice el diputado Rial. De ninguna manera puedo aceptar que hable de antinomias. Estoy hablando de hechos que han sucedido y que ocurren, así que no es un problema de antinomia. El trabajo que hemos hecho en forma privada con la industria proveedora demuestra que estamos legislando para mirar hacia delante. Si el señor diputado Rial está al tanto de esto no puede decir que este sector crea antinomias, y menos el presidente de la entidad.

Por lo tanto, es posible que el señor diputado Iparraguirre haya tenido una percepción, pero es inaceptable que se mencione en la mesa un problema de antinomias y que después esto trascienda y aparezca en un diario. Como presidente de la entidad, yo no lo voy a aceptar.

SR. PRESIDENTE FLORES Señor Mirenna: quien define en esta comisión algunas cuestiones es el presidente, que soy yo.

Quiero decir lo siguiente con todo el respeto que se merecen quienes han intervenido: las opiniones de los señores diputados son altamente respetadas por esta presidencia porque los conozco. He escuchado al señor diputado Rial y considero que sus manifestaciones no han tenido ningún sentido agraviante. Todos los señores diputados tienen el derecho de emitir opiniones y es algo que aquí se privilegia. Por lo tanto, no acepto el pedido de que el señor diputado Rial retire sus expresiones.

SR. MIRENNA La palabra antinomia es demasiado fuerte y no ha estado ni en el espíritu ni en la expresión de esta presidencia que ejerzo. Se ha creado una cuestión que de ninguna manera ha sido planteada. He dicho palabras muy mesuradas de un reflejo de la realidad.

SR. PRESIDENTE FLORES Me parece muy bien.

SR. MIRENNA Si se molesta porque esa es la realidad, la que vivimos los comerciantes -a lo mejor desde la visión de otro lado es diferente- de ninguna manera puedo aceptar que mis palabras hayan creado una antinomia. Sí puedo aceptar lo que dice el señor diputado Iparraguirre con respecto a una percepción. Mis palabras a continuación no fueron para bajar el tono y de la misma manera lo expreso. Lo dice alguien que tiene antecedentes de todo tipo: comerciales, morales y de formalidad comercial.

Por eso de ninguna manera acepto la palabra antinomia. No ha sido ni el espíritu, ni la realidad y menos aún si el señor diputado Rial está al tanto del Código de Buenas Prácticas Comerciales, que aparentemente el resto de los señores diputados no conoce. Si él lo ha leído, se dará cuenta de que se trata de algo en lo que se ha trabajado con total seriedad y donde el sector supermercadista y la Cámara en particular han puesto mucho esfuerzo.

SR. RIAL Pido la palabra para una aclaración.

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SR. PRESIDENTE FLORES Para una aclaración tiene la palabra el señor diputado Rial.

SR. RIAL Noto que el presidente de la Cámara se ha sentido molesto por algo que no debería sentirse así, y tampoco debería sobreactuar en esta situación. Yo hice referencia a una atmósfera que se creó en función de lo que usted manifestó, pero en ningún momento dije que usted estaba generando una antinomia entre los sectores. Lo expuse como una comparación que podía llevar a una situación y lo puse como un ejemplo del campo.

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No creo que esta cuestión dé para más; tampoco me parece que el señor Mirenna se deba sentir molesto con mis palabras. Pienso que fui muy claro en mis expresiones; simplemente dije que debemos mirar hacia adelante y trabajar juntos para encontrar soluciones.

SR. PRESIDENTE FLORES La Presidencia entiende que la cuestión ha quedado suficientemente aclarada.

Por lo tanto, para responder a las preguntas que se han formulado en primer lugar hará uso de la palabra el señor Méndez.

SR. MENDEZ Señor presidente: cuando se sancionó la norma sobre factura conformada -me refiero a aquella que elaboró el entonces diputado Balestrini- manifestamos abiertamente nuestra oposición. Pero no lo hicimos porque siete u ocho cadenas nos dijeran que estaban en desacuerdo sino por las Pymes de nuestro sector, ya que no nos parece lógico -por ejemplo- que el señor Saranz deba entregar una factura conformada a Coca-Cola, a Unilever o a Refinerías de Maíz.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor Cacciabue.

SR. CACCIABUE Señor presidente: simplemente quiero agregar que en el Código de Buenas Prácticas Comerciales también se contemplan aspectos tales como plazo de pago y título cancelatorio, descontable o como se lo quiera llamar. De hecho, algunas empresas han cumplido con la entrega del cheque de pago diferido y otras no. Es lamentable que su uso no se haya generalizado porque era un buen instrumento. Los problemas se presentan no entre pequeños sino entre proveedores grandes y supermercados pequeños. Los operadores grandes no necesitan que nosotros vengamos humildemente a esta comisión para defenderlos porque tienen muchas otras maneras de hacerlo. Lo que venimos a defender es la posición de los pequeños comercios.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor Mirenna.

SR. MIRENNA Señor presidente: el punto 1.2 del Código de Buenas Prácticas Comerciales establece que en aquellos casos en que el plazo de pago sea superior a treinta días desde la entrega de las mercaderías objeto del suministro, los supermercados entregarán a los proveedores un documento comercial negociable en el mercado financiero dentro de los treinta días siguientes a la recepción de la mercadería. A continuación se deja en claro que esta cláusula no será aplicable a los supermercados que facturen menos de 50 millones de dólares por año. Es decir que en el código la cuestión está perfectamente aclarada; además, sobre este punto existe acuerdo entre la COPAL y los supermercadistas en general.

SR. SARANZ Si el señor presidente me permite, quisiera decir algo.

SR. PRESIDENTE FLORES ¿Es una respuesta a alguna de las preguntas?

SR. SARANZ Sí, señor presidente. Pero lo haré con una pregunta. ¿Creen ustedes que nosotros somos una especie en extinción...?

SR. PRESIDENTE FLORES Disculpe, señor Saranz, pero me gustaría que tratemos de avanzar.

SR. SARANZ No es mi intención dilatar la cuestión, señor presidente. Simplemente creo que ese plazo de pago beneficiará a lo supermercados grandes y a nosotros nos va a perjudicar, porque seguiremos siendo utilizados como promedio. Quienes quedamos en este negocio tampoco somos bonitos; pero tenemos los problemas que ya he mencionado y el plazo de pago, tal como está planteado, nos va a perjudicar.

Ahora bien, algunos se preguntarán a qué me refiero cuando hablo de promedio. El promedio se calcula sobre el resto del mercado argentino. Quien se impone en esta negociación hace bajar su costo el 30 por ciento y el resto, por lógica, es promedio. Si Coca-Cola vende a un gran distribuidor a dos pesos y a otro a tres, éste último es el promedio.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor vicepresidente 1° de la comisión, diputado García.

SR. GARCIA No voy a analizar todo lo que aquí se ha dicho porque seguramente usted, señor presidente, al comienzo de la reunión -pido disculpas por haber llegado tarde- manifestó cuáles son las inquietudes que existen sobre el tema. Pero sí quiero hacer una pregunta sobre el Código de Buenas Prácticas Comerciales; no sobre su contenido, el cual sin duda conoceremos cuando esté terminado -lo que no me parece totalmente lógico y luego explicaré por qué-, sino sobre su elaboración. Lo que quiero saber concretamente es qué organismos, además de la COPAL, participaron en su redacción.

SR. MENDEZ Además de la COPAL, la Cámara Argentina de Supermercados.

SR. GARCIA ¿Y por la parte del Poder Ejecutivo?

SR. MIRENNA La Secretaría de Defensa de la Competencia y del Consumidor.

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SR. GARCIA Me importa por el marco legal -algo mencionó recién el señor diputado Rial- y porque estamos tratando de analizar este tema en toda la profundidad que se nos permita.

Como ustedes saben han estado en la comisión distintos representantes del sector, pero no veo en esta mesa al sector de los consumidores que nosotros, como legisladores, sí representamos.

Mi pregunta es cuál va a ser el marco legal que le va a dar sustento a este código de buenas prácticas comerciales, más aún cuando están diciendo que Carrefour no está de acuerdo con algunos artículos y que probablemente no firme por esas razones.

¿Cómo creen que van a avanzar sin tener un marco legal que lo contenga? Mi preocupación -que seguramente comparte el señor presidente de la comisión y los demás integrantes de la misma- es porque quizás nosotros legislemos en contra del código que están firmando. Como no quieren dar a conocer el código, tal vez hagamos con buenas intenciones una ley que vaya a contramano de éste.

SR. PRESIDENTE FLORES Quiero decir que la inquietud del diputado García es compartida por la Presidencia.

Tiene la palabra el señor Mirenna.

SR. MIRENNA Señor presidente: creo que por primera vez en la Argentina, en la actividad privada -con alguna sugerencia o apoyatura de la Secretaría de Estado- se encuentran las partes para conformar un código de buenas prácticas comerciales de partes; no en beneficio de ninguna de la partes sino para privilegiar a todas, y que la sanción de una ley va a ser a posteriori de esto.

En cuanto al tema de Carrefour vuelvo a reiterar que hay una sola disidencia. Ellos aprueban no hacer publicidad respecto de la venta debajo del costo pero quieren que se les permita utilizar la política comercial que quieran dentro de los salones de venta, cuestión que el código no prevé hasta este momento.

Hasta hace poco teníamos algunas disidencias con la COPAL, pero en este momento estamos en un 99 por ciento de acuerdo. Los tiempos se han acortado muchísimo y ambas partes vamos a tomar decisiones con o sin Carrefour. Luego, el Estado nacional o la Legislatura, sabrá qué hacer con el código de buenas prácticas comerciales en vigencia ya que una ley está por encima de éste.

El hecho de no darlo a publicidad ni a esta comisión ni a la Comisión de Comercio de la Legislatura es porque se trata de una cuestión privada.

El señor diputado Rial está al tanto de la situación por su doble condición de diputado de la Nación y presidente de la Unión Industrial pero el código no se ha dado a publicidad ni a los periodistas. Si hablamos de las disidencias de Carrefour es porque ha tomado estado público. Fuera de eso nadie puede decir que la COPAL o la Cámara o la Federación Argentina de Supermercados haya dado a publicidad el código.

Las disidencias de Carrefour se conocen porque a alguien le interesó que se reconozca esa postura. Tal vez como elemento de márketing o algo por el estilo.

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Pero no es porque CAS, FASA o COPAL hayan querido dar a publicidad este tema porque es de índole privado, no por ninguna otra causa o porque nos arroguemos el título de propiedad de este código. No creo que se deba tomar con ese sentido. De ninguna manera y por ningún motivo consideramos que estemos por encima de la Cámara de Diputados de la Nación.

SR. MENDEZ Además, la idea era terminar este Código. Hay cosas que recién ayer finalizamos.

En cuanto a la pregunta del diputado, el Código prevé un tribunal arbitral de las partes, para el que se designa un miembro de cada lado, es decir, tanto de los proveedores como de los supermercados. Si no hubiera acuerdo para elegir al presidente de ese tribunal, sería el tribunal arbitral de la Bolsa de Comercio. Existen diferentes sanciones que tendríamos que reglamentar dentro de treinta días, si firmáramos el convenio.

SR. CACCIABUE Quisiera agregar que este es un código de adhesión voluntaria.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor diputado Alchouron.

SR. ALCHOURON Quiero aclarar que he llegado un poco tarde porque estaba en la reunión de la Comisión de Agricultura y Ganadería discutiendo el proyecto de ley de lechería.

Quisiera conocer la opinión de los representantes del sector de los supermercados porque acá estamos hablando del comercio. El comercio se basa en la industria y la industria se basa en la producción. Es una cadena ineludible. Finalmente está el usuario, el consumidor.

Voy a comentar algo real. Estamos trabados en una cuestión porque el proyecto prevé una serie de mecanismos para promover el consumo, un fondo para ayudar a las exportaciones y, finalmente, un sistema de precios que tiene una fórmula polinómica que si no se acuerda, en última instancia habría una decisión de la Secretaría de Agricultura como laudo.

El sector industrial se niega totalmente a aplicar este mecanismo que, por otra parte, es histórico. Siempre fue así. Por supuesto que la aparición de los supermercados con la fuerza que tienen ahora es más reciente. En aquellos momentos todavía no existía este mecanismo. Entonces, se dice: "Nosotros no podemos fijar nada porque los supermercados nos rematan a la baja." Es decir, para ser concretos, es cierto que en las góndolas hay precios de la leche que prácticamente equivalen al valor de la producción, a lo que cuesta producir. Lo mismo sucede con el vino.

Este es un tema que invita a la reflexión. Planteo el caso de la producción lechera, que se puede parecer a otros, pero es lo que denomino una producción irremisible. No tengo más remedio que producir y vender. Si fuera un productor de carne y el precio no me conviniera, podría retener, y lo mismo podría hacer con los granos, que pueden guardarse en los silos. Pero a la leche hay que mandarla. El productor de leche, que representa un sector importante en la Argentina, pasa por una situación particularmente difícil porque evidentemente si el juego del comercio con la industria es el remate a la baja, como ellos mismos lo califican, lo que queda puede ser muy poco y está muy lejos de la posibilidad del productor de mantener sus establecimientos productivos.

Podríamos decir que no se produzca más y que importemos toda la leche. Esto se ha hecho a menudo; inclusive la industria ha traído leche en polvo del exterior. Tal vez éste no sea el concepto básico para un país como el nuestro, que es el más apto del mundo para producir leche, aparte de que no hayamos tenido suerte con una de las políticas históricamente adecuadas.

Quisiera saber cómo piensan que podría ayudarse para que este fenómeno tenga algún tipo de contención. Yo no puedo interferir en el comercio porque soy un hombre que cree en la libertad de los mercados. Recuerdo que en su momento los invitamos a la comisión de Agricultura y Ganadería. No sé si alguno de ustedes concurrió.

SR. CACCIABUA Yo estuve.

SR. ALCHOURON En aquella oportunidad planteé cuál era el objetivo fundamental.

SR. CACCIABUA Me acuerdo perfectamente, y también recuerdo lo que contesté.

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SR. ALCHOURON El punto de vista es éste. Estamos hablando de una negociación muy interesante entre la industria y el comercio, en este caso los supermercados. Quisiera saber cómo perciben ustedes la posibilidad de la producción.

SR. MIRENNA Ha llegado a esa comisión una nota con mi firma referida a algo muy claro. Además, no tenemos otra salida. La Cámara Argentina y sus asociados de ninguna manera participan del costo de elaboración de un producto. Es muy posible que este código ayude a la desaparición de ese precio en el punto de venta.

En las tres primeras reuniones que hubo entre proveedores y supermercadistas estuvieron presentes los ocho presidentes de las compañías líderes, así como también supermercadistas pyme propietarios de compañías.

A lo mejor podrán decir que es un escapismo lo que les voy a decir, pero el supermercadista sostiene que él no forma parte de la estructura de costos. El discute un precio y a veces nos preguntamos hasta cuándo el productor va a seguir diciendo que sí. Creo que como productor agropecuario, usted lo debe saber.

SR. ALCHOURON Por supuesto. Lo que sucede es que en definitiva el juego comercial hace que se produzca el rebote para abajo. Quiero ser constructivo. Tengo bastantes años encima de producir y vender leche. Mi idea es si no sería justo y razonable que pudiéramos establecer algún mecanismo por el que para ciertos productos de naturaleza perecedera irremisible hubiera una declaración básica que dijera que se deberá proteger el costo probable de producción a nivel productor. De lo contrario, no tenemos ninguna posibilidad de defendernos.

SR. MIRENNA Estoy totalmente de acuerdo.

SR. ALCHOURON Cuando hablo de bajo costo me refiero al costo industrial, que se determina también caprichosamente. Una leche que pago ocho centavos, es un costo industrial y una leche que pago 18 centavos -que es el considerado como mínimo- es otro costo industrial.

Comprendo que ustedes no pueden tomar como costo final un costo ni siquiera promedio. En definitiva, vuelvo a decir que no hay comercio sin industria ni industria sin producción.

SR. MIRENNA Estamos en un todo de acuerdo. Sin que mi palabra signifique un compromiso, sí podemos realizar una reunión para tratar especialmente este tema. Quiero dejar aclarado que lo que muchas veces ha dicho el supermercadista es que en ocasiones se pide un precio sostén en el cual está mezclada la ineficiencia.

SR. ALCHOURON Pero no es el caso.

Cedrola -

Co

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SR. MIRENNA Sólo quiero dejar en claro que tanto la respuesta del doctor Cacciabue como la nota que he enviado han sido en términos generales. El sector supermercadista no participa del costo de algo, por decirlo así. No obstante, señor diputado, el tema puede ser analizado en forma puntual; tanto es así que me comprometo a incluirlo en el temario de asuntos a tratar y a reunirme especialmente con las empresas que usted ha mencionado, las cuales sin ninguna duda son grandes formadoras de precios.

SR. ALCHOURON Su respuesta me satisface plenamente, señor Mirenna.

SR. MIRENNA Es importante que seamos claros. Aquí no se trata de la publicidad de la cámara sino de proceder en forma transparente.

SR. ALCHOURON Lo que ocurre es lo siguiente. Cuando alguien se mete en un bodrio de esta naturaleza siempre trata de echar la culpa a otro. A mi juicio, el sistema comercial argentino es razonable y moderno; podrá ser corregido o más justo, pero es más o menos como debe ser. No obstante ello, se nos presenta esta cuestión con productos que son no perecederos sino irremisibles; esta diferencia debe quedar en claro, porque no es lo mismo verdura que leche.

SR. MIRENNA Siguiendo su línea de pensamiento, también es muy fácil para el sector de la industria láctea echar la culpa a los supermercadistas.

SR. ALCHOURON Por eso me hubiera gustado que ambos se encontraran.

Ambos asistentes a la reunión hablan a la vez.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor Cacciabue.

SR. CACCIABUE Señor presidente: desde que me tocó actuar en la comisión a raíz del problema del sector lácteo vengo pensando en una solución. Realmente no me imagino a un supermercado comprando grasa butirosa para dársela a Sancor, que sería la única manera de que el supermercadismo pudiera asegurar un precio al productor.

Por otra parte, también somos conscientes de que muchas veces pagamos fletes y envases. Pero en verdad no veo cómo se podría resolver la cuestión.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor diputado Conca.

SR. CONCA Señor presidente: lo primero que quiero preguntar a quienes hoy nos visitan es si creen que con el Código de Buenas Prácticas Comerciales se va a arreglar la situación y si piensan que se va a cumplir con lo que en él se establezca.

En segundo término, me gustaría saber si los diputados podemos contar con una copia del proyecto que en su momento presentaron al entonces presidente de la Comisión de Comercio, diputado Gabrielli, en el que según nos han dicho estaba la solución a los inconvenientes que aquí se han planteado.

De acuerdo con lo que he escuchado, el problema se presenta entre las grandes cadenas de la industria proveedora y las grandes cadenas de distribución. Las Pymes se salvan, sea porque fueron clasificadas de una manera o de otra; a propósito de ello, advierto que hay diferencias entre lo que el sector que hoy nos acompaña entiende por Pyme y la definición que se da en la legislación actual. Pero concretamente, los grandes son los que se benefician y los que con una competencia desleal eliminan la competencia perfecta y concentran la oferta y la demanda de uno y otro lado.

En síntesis, lo que quiero saber es si con el código que hace instantes se mencionó será posible solucionar el problema. Aclaro que no me refiero al que se citó en la primera parte de la reunión sino al que se nombró recién.

SR. MIRENNA O sea, el Código de Buenas Prácticas Comerciales.

SR. CACCIABUE Creo que el señor diputado se está refiriendo al Código de Planeamiento Urbano.

SR. CONCA Exactamente.

Por último, quisiera saber si estarían de acuerdo con la regulación del sector o si creen que con el Código de Buenas Prácticas Comerciales y las normas vigentes es suficiente.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor Mirenna.

SR. MIRENNA Señor presidente: en lo que respecta a las normas vigentes, quiero recordar que la ley sancionada aún no ha sido reglamentada. De esta manera, se produce un vacío muy importante fundamentalmente desde el punto de vista jurídico.

SR. IPARRAGUIRRE ¿A qué ley se refiere?

SR. MENDEZ A la ley de defensa de la competencia, que si bien establece la prohibición de vender por debajo del costo no determina cuál es ese costo. Como dijo el señor Mirenna, aún no ha sido reglamentada.

SR. MIRENNA Si el señor presidente me permite, quisiera citar un caso. Me parece importante hacerlo porque incluso ha sentado jurisprudencia. En 1998, una empresa comercial -me refiero a Makro- publicó en la semana de inicio de las clases un repuesto equis, de editorial Estrada, a menos del 50 por ciento del costo.

T.25

Esto se publicó en los diarios nacionales y se hizo una denuncia porque creó un conflicto de intereses entre los demás colegas de Makro ante Estrada, y Estrada hizo una denuncia que le fue totalmente desestimada por la Comisión de Defensa de la Competencia, aduciendo que no tenía una posición dominante.

Pero, si por las picardías que comete tal o cual empresa se termina diciendo que no tiene posición dominante o política asidua, esa ley nunca podrá ponerse en práctica.

Respecto de lo que me preguntaban recién acerca de lo que nosotros pensamos de este código, voy a hablarles en primera persona por primera vez en la mañana. Yo no estaría dedicando mi tiempo como supermercadista a este tema, y puedo asegurarles que hemos mantenido reuniones de entre quince y dieciocho horas -en algunos casos, hasta hemos estado reunidos hasta las dos de la mañana-, y no para que algún pícaro lo pase por alto.

SR. CONCA ¿Usted cree que si esto está consensuado se va a cumplir?

SR. MIRENNA Diría que esto es como el rengo: primero hay que verlo caminar. Dios quiera que sea consensuado y que no haga falta ninguna otra legislación para resolver este tema para que también los legisladores puedan abocarse al tratamiento de otras cuestiones tanto o más importantes que ésta.

SR. MENDEZ Yo quisiera decir que si se hubiera cumplido con lo dispuesto por el Código de Planeamiento Urbano de todos los municipios, sin excepciones, ahora no estaríamos hablando de esto.

SR. MIRENNA Y no se cumple principalmente en Capital Federal y Gran Buenos Aires.

SR. MENDEZ En Capital Federal y Gran Buenos Aires hay un montón de negocios que cometen infracciones al Código de Planeamiento Urbano.

SR. CONCA Entonces, ¿están de acuerdo en que los problemas se presentan entre las dos cadenas principales, las distribuidoras y las proveedoras?

SR. MENDEZ Es así, la gran parte de los inconvenientes provienen de esos sectores.

Continuando con lo referido al código, éste contempla muchos aspectos de la problemática: cheque de pago diferido, nota de débito, nota de crédito y venta bajo costo.

SR. CONCA ¿Podríamos contar con copia de estos proyectos?

SR. BOLO Sí, señor diputado, les vamos a acercar todo lo presentado al respecto.

SR. MIRENNA Nosotros promocionamos esta iniciativa y se adhirieron Copal y otras cámaras. Lo que sucede es que acá se dio otra visión porque el artículo que habíamos planteado podría ser atacable jurídicamente. La ley española lo tiene claramente establecido, y no es atacable porque las leyes en España lo permiten, pero algún abogado especialista dijo que ese artículo sí podría ser atacable.

Por eso se le ha dado una visión bien clara al no hablar específicamente de venta bajo costo sino de marcas e imagen de los productos -que en definitiva son cosas parecidas- porque algunos juristas dicen que costo es todo lo que figura en la factura. Algunos no están de acuerdo con esto y dicen que ganarán los juicios o los recursos de amparo.

SR. CONCA ¿Es suficiente con eso o falta una legislación?

SR. MIRENNA El tiempo y la realidad lo dirán.

SR. BOLO Está previsto que este código no se agote acá, sino que las comisiones sigan trabajando.

SR. MIRENNA Voy a puntualizar lo que se dijo respecto de las grandes cadenas de distribución o grandes proveedores, ya que siempre se habla de una política de venta bajo costo relacionada con el supermercadismo, hipermercadismo o distribución.

T.26

Nadie habla de cuando un proveedor paga al distribuidor para que no entre otra marca. Eso también debe saberse. ¿Cómo se adjetivaría eso, que sucede muy fácilmente?

SR. CONCA Es competencia desleal.

SR. MIRENNA ¿Y qué es cuando se alquila más espacio de góndola con determinado descuento por mayor espacio en el punto de venta? Por eso digo que si hay buenos o malos, muy buenos o muy malos, están de los dos lados.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor diputado Folloni.

SR. FOLLONI Más que una pregunta quisiera hacer una reflexión, sin ánimo de ser reiterativo.

Todos estamos reunidos aquí a raíz de un problema que indudablemente es muy grave. De lo contrario no habrían pasado por esta comisión todas las entidades representativas que estuvieron aquí presentes ni los diputados habríamos trabajado -como lo hicimos- desde hace tanto tiempo con esta preocupación.

Existe un grave problema, y no importa por culpa de quién, aquí hay elementos que están distorsionando un mercado libre. De esto no cabe ninguna duda y a todos nos preocupa. Se han introducido en este mercado comercial determinados ingredientes que están distorsionando la transparencia de la competencia.

Ustedes, desde su sector, sufren este grave problema, al igual que los otros sectores que han venido aquí, y nosotros lo palpamos y sufrimos también el tremendo requerimiento de todos aquellos sectores de la sociedad que de alguna manera sienten que nosotros somos sus representantes y que debemos darle una respuesta.

Cada uno de nosotros en nuestras provincias tenemos una tremenda presión que nos exige que hagamos algo como legisladores. Evidentemente, no podemos cruzarnos de brazos y decir: "Bueno, ya veremos. Tal vez prosperen determinadas conversaciones privadas que desconocemos y que se están llevando a cabo entre los sectores. Nosotros no vamos a hacer nada". No podemos proceder de esa manera.

Hay una cantidad de proyectos presentados para regular este tema sin ánimo de estatizar nada, sino precisamente de establecer regulaciones que hagan a la transparencia del mercado. Muchas veces, para ser libre, el mercado necesita de ciertas regulaciones, aunque algunos se asusten de ellas. El derecho de circular también es absolutamente libre y no debemos asombrarnos o escandalizarnos por que existan semáforos o demarcaciones. Acá hacen falta semáforos y demarcaciones para que el mercado comercial siga siendo libre y transparente, como todos queremos.

Mi preocupación consiste en algo que ya ha sido expresado aquí por los diputados García, Conca y Rial. Evidentemente, estamos trabajando con mucha preocupación sobre lo mismo pero en compartimentos estancos: por un lado estamos nosotros, los legisladores, con una cantidad de proyectos presentados -creo que son alrededor de diez- sobre los cuales estamos trabajando y vamos a emitir dictamen y, por otra parte, están ustedes trabajando con esta legítima aspiración de llegar a un Código de Buenas Prácticas Comerciales, que se maneja en cierto ámbito de reserva para no entorpecer las conversaciones y negociaciones que ustedes realizan.

Ocurre que en última instancia podemos llegar a que nuestras buenas intenciones choquen con las excelentes de ustedes en soluciones que resulten contradictorias. Probablemente la semana que viene o dentro de quince días podremos estar emitiendo un dictamen sobre determinado proyecto de ley y llevarlo al recinto, y a lo mejor ustedes van a decir: ¿Cómo hacen eso, si nosotros tenemos el Código que estamos discutiendo? A esto seguramente vamos a contestar que no estamos al tanto, que sabemos por los diarios que existe un Código pero no sabemos en qué consiste.

T.27

Entonces, esto nos preocupa porque a lo mejor estaremos malgastando o superponiendo esfuerzos. Planteo esto simplemente como una reflexión porque creo que queda patente en la mesa.

Por otro lado, me congratulo del optimismo de todos los señores empresarios y representantes de entidades -tanto los que están ahora presentes como quienes han pasado por esta comisión-, en cuanto a la efectividad y ejecución que en el futuro tenga el Código de Buenas Prácticas Comerciales. Yo no soy tan optimista; creo que hoy existe un problema puntual con Carrefour, pero mañana ese problema puede darse con cualquier otra cadena que se instale dentro de un mercado tan dinámico, como dice el señor Bolo. El año que viene podrá haber otra cadena que ingrese y que no acepte el Código que, por otra parte, es voluntario. Es decir que uno puede entrar y salir cuando lo desee.

A efectos de que no sea un código de buenas intenciones comerciales en vez de uno de buenas prácticas comerciales, no veo ninguna otra alternativa que tenga un marco legal y que sirva precisamente para enriquecer y mejorar la iniciativa legislativa a fin de evitar que legislemos muchas veces en contra de lo que ustedes ven como la gran solución. Debe existir una facultad sancionatoria que obligue a todos -hayan o no firmado-, a la cadena que sea que mañana venga de Francia, de Gran Bretaña o de Japón a instalarse acá y diga: "A mí ese Código no me importa porque yo no lo discutí y voy a hacer lo que quiera." Por eso se necesita una ley que esté sancionada precisamente porque no todos, pero tal vez el 90 por ciento de los actores de este mercado estuvieron de acuerdo y por eso los legisladores la tomaron. Esa ley podrá perfeccionarse el día de mañana.

Por lo tanto, considero que si no se elabora una ley, no va a ser nada más que un catálogo de buenas intenciones. Asimismo, me permito decir que cuanto antes establezcamos vasos comunicantes más fluidos entre el Congreso y los sectores empresariales que están discutiendo esto, vamos a evitar que estemos los dos haciendo cosas que tal vez sean contradictorias y que, lejos de la buena intención que a ambos nos anima, terminemos dañando la transparencia de este mercado más de lo que aún está.

SR. MIRENNA Nosotros tenemos la misma inquietud que el señor diputado. ¡Cómo no nos va a llamar la atención este Código de Buenas Prácticas Comerciales si todos los que vivimos en la Argentina sabemos que muchas veces se han puesto en vigencia leyes nacionales y han perdido resultados desde el primer día y no se han podido controlar!

Entonces, por supuesto que sería importantísimo este Código una vez que se firme. Reitero que no se trata sólo de una cuestión de entusiasmo, sino que aquí las dos partes en pugna se han sentado a trabajar en algo concreto. Si el Congreso Nacional considera que esto le puede servir de base para la elaboración de una ley, bienvenido sea.

El único motivo por el cual no les puedo dejar una copia es porque no he hablado este tema con la gente de COPAL. Esto se hizo ayer alrededor de las ocho y media de la noche; podría decir que estaba casi totalmente consensuado. Faltaba algún punto o coma, pero que no hace al espíritu. Si fuera necesario que lo concretáramos y visáramos hoy, se lo haremos llegar a ustedes. La buena voluntad está.

Por otra parte, si hay un Código que después resulte refrendado por una ley que pueda tomar el espíritu de esto y puntualizar algunas otras cosas sin modificar la esencia, bienvenido sea. Aquí lo que vale es el espíritu concreto de las partes.

Reitero que no es por mala voluntad, sino que sería una falta de ética por parte de la Cámara Argentina de Supermercados entregar sin el aviso previo un papel de trabajo que se está realizando con otra entidad. Pero si la COPAL está de acuerdo, mañana o pasado haremos llegar al señor diputado Flores este compromiso que hemos asumido y que está consensuado.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor diputado Giubergia.

Cedrola -

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SR. GIUBERGIA Señor presidente: al inicio de la reunión se dijo que la industria proveedora manejaba el mercado y que la distribución ha contribuido a emparejar la situación. Si vamos a distintos supermercados o hipermercados podremos ver productos con la marca de ese supermercado o de ese hipermercado. Aquí no se habla de sustituir a la industria proveedora para que queden los supermercados en una posición dominante, pero hay productos que llevan la marca del supermercado que los vende. Esto se observa fundamentalmente en los productos lácteos, aunque ya ha comenzado a implementarse en otros sectores, como por ejemplo el de bebidas.

En relación con este tema, quiero preguntar a quienes hoy nos acompañan si estas prácticas que se observan en los supermercados no llevarán a la desaparición de la industria proveedora.

Por último, tengo una duda que me gustaría fuera despejada por el presidente de la Cámara de Supermercados de Córdoba. Lo que quiero saber concretamente es, del total de las facturaciones de los supermercados, qué parte corresponde a las grandes cadenas y cuál a las cadenas de capitales nacionales.

SR. PRESIDENTE FLORES Tiene la palabra el señor Mirenna.

SR. MIRENNA Señor presidente: en cuanto a la existencia de marcas propias en los supermercados, quiero aclarar al señor diputado que ello forma parte del mercado, porque tales productos son fabricados no por el supermercado sino por la industria proveedora.

SR. MENDEZ Que en muchos casos son Pymes.

SR. MIRENNA En muchos casos son Pymes, pero en otros no. Por ejemplo, hay productos que llevan la marca del supermercado que los vende pero que en realidad son fabricados por Molinos Río de la Plata. Aquí no hay nada que se compre en el exterior; es un problema marcario, no de producción. Los productos se fabrican en la Argentina por proveedores que en muchos casos son Pymes -como lo señaló el señor Méndez- pero en otras empresas de envergadura, como por ejemplo Molinos Río de la Plata. De los proveedores que fabrican productos que luego llevan la marca de la compañía que los vende tenemos que el 60 por ciento son Pymes y el 40 por ciento restante empresas de primer nivel.

Por otra parte, algunos productos de marcas propias de los supermercados se venden más caros que los de marcas líderes. La marca Bell's, de supermercados Disco, es un caso típico de lo que estoy diciendo.

SR. MENDEZ También podemos mencionar el caso de Pritty, una Pyme de Córdoba que ha logrado desarrollar un importante mercado de gaseosas que antes no tenía.

SR. SARANZ La marca propia es una ayuda a la industria pequeña.

Si el señor presidente me permite, quisiera responder brevemente a la pregunta formulada por el señor diputado Giubergia en cuanto a la facturación. El 70 por ciento está en manos de seis o siete, mientras que el 30 por ciento restante se reparte.

SR. PRESIDENTE FLORES No hay más señores diputados anotados para hacer uso de la palabra.

Antes de dar por terminada la reunión me gustaría hacer una acotación casi innecesaria que se inscribe en la misma línea de pensamiento del señor diputado Folloni. Cualquier acuerdo a que arriben los sectores involucrados para evitar conflictos en el sector empresario, será bienvenido. El Congreso de la Nación tiene, naturalmente, un horizonte mucho más amplio porque debe legislar en función de una complejidad de intereses, entre los que sin ninguna duda se encuentran los de distintos actores económicos y sociales. La tarea de los legisladores es indelegable; el pueblo nos colocó en este lugar para que la cumplamos y ningún diputado está dispuesto a resignar su responsabilidad.

Como presidente de esta comisión quiero agradecer a los representantes de la Cámara Argentina de Supermercados y de la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios por haber concurrido a esta reunión. Por supuesto, todos los aportes y el material que nos puedan alcanzar será bienvenido porque sin duda va a ser necesario para nuestra labor. En la Comisión de Comercio están representadas todas las fuerzas políticas y el nivel de consenso es verdaderamente alto por la forma en que se trabaja; antes de tomar las decisiones que como legisladores nos corresponden únicamente a nosotros, escuchamos la opinión de los diferentes sectores.

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Por supuesto que la decisión final sobre el sentido de la legislación corresponderá a la Cámara de Diputados de la Nación.

Agradezco la presencia de todos ustedes en esta comisión.

No habiendo más asuntos por tratar queda levantada la reunión.

- Es la hora 12 y 51.