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Reunión del día 28/09/2010

- 1° PARTE AUDIENCIA PÚBLICA - PAPEL PRENSA

EXPEDIENTES

- En Buenos Aires, a los veintiocho días del mes de septiembre de 2010, a la hora 10 y 48:
SRA. LOCUTORA Damos comienzo a la anteúltima jornada de audiencia de carácter público, convocada por la Comisión de Comercio de esta Honorable Cámara y por su presidenta, la señora diputada nacional Juliana Di Tullio.

La audiencia tendrá como eje de debate el tema de Papel Prensa en la Argentina. A continuación voy a leer la convocatoria que dio lugar a esta audiencia pública:

"Autoridad convocante: la Comisión de Comercio, de acuerdo con el artículo 114 bis del reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y conforme lo acordado en la reunión realizada el día 7 de septiembre de 2010, ha dispuesto convocar a una audiencia pública.

"Objeto: consideración de los expedientes 0024-pe-2010, mensaje Nº 1.208 y proyecto de ley del 27 de agosto de 2010, por el cual se declara de interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios. Fue girado a las comisiones de Comercio, Comunicaciones e Informática, Libertad de Expresión, Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento. Así mismo, el expediente 6422-d-2010, del diputado nacional Omar De Marchi, que dice lo siguiente: de ley, Papel Prensa Sociedad Anónima. Llámese a licitación pública nacional para proceder a la venta de las acciones de titularidad del Estado Nacional. Fue girado a las comisiones de Comercio; Comunicaciones e Informática; Libertad de Expresión; Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento.

"Fecha, hora y lugar de celebración: La audiencia pública se llevará a cabo en el auditorio de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, sito en la calle Riobamba 25 de la ciudad Autónoma de Buenos Aires, los días 16, 21, 23, 28 y 30 de septiembre de 2010 desde las 10 hasta las 18 horas.

"Normativa: se desarrollará con arreglo a las previsiones del artículo 114 bis del reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

"Vista de los expedientes, inscripción para ser participantes y presentación de la documentación relacionada con el objeto de la audiencia: los interesados podrán tomar vista de los expedientes vinculados al objeto de la audiencia pública a través de la página Web de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, www.hcdn.gov.ar.

"La inscripción de los participantes se llevará a cabo en la Presidencia de la Comisión de Comercio o en la sede administrativa de la misma, a partir del día 9 de septiembre de 2010 en el horario de 10 a 17 horas, en Riobamba 25, piso 2º, oficina 211, Presidencia u oficina 108 del primer piso de la sede administrativa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

"Con el objeto de facilitar la inscripción en el registro de participantes, los interesados podrán inscribirse por e-mail a ccomercio@hcdn.gov.ar o telefónicamente al 6310-7188, o al 6310-7100 interno 2110.

"Al momento de la inscripción podrán presentar sus ponencias en un documento soporte papel de hasta doce páginas tamaño A4 y en soporte CD.

"Publicación de las ponencias realizadas durante la audiencia pública: en la audiencia pública no se adoptarán resoluciones, pero las ponencias serán puestas a disposición de todos los ciudadanos en la página Web de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, www.hcdn.gov.ar."

Cedo el uso de la palabra al señor diputado Luis Cigogna.

SR. PRESIDENTE CIGOGNA Muchas gracias. Buenos días a todos. Agradezco su presencia, en particular la de los expositores, a quien les recuerdo que el tiempo de que disponen es de aproximadamente 10 minutos. Les solicito que en la medida de lo posible se restrinjan al tiempo estipulado.

Invito en primer lugar al señor Néstor Buzo, presidente de FARCO, Foro Argentino de Radios Comunitarias para que se acerque al estrado y exponga sus ideas.

SR. BUZO Muy buenos días. Muchas gracias por la invitación. Realmente estoy muy feliz de poder debatir sobre la comunicación, la libertad de expresión y Papel Prensa, todas cuestiones que los comunicadores populares, quienes estamos ligados de una u otra forma a la comunicación, conocemos y debatimos desde hace años en un debate silenciado por los grupos económicos que controlan los grandes medios.

Hace poco más de un año estábamos en este mismo lugar debatiendo la ley de servicios audiovisuales aprobada por clara mayoría por esta Cámara de Diputados y luego por la Cámara de Senadores, ley que hoy está vigente.

Hoy vengo aquí en mi condición de militante de la comunicación, pero también con la representación institucional de FARCO, Federación Argentina de Radios Comunitarias y también concurro en la representación institucional del Consejo de la Federación de Comunicación Audiovisual, institución que me toca presidir.

El Consejo Federal está integrado por las provincias argentinas, por representantes de las Cámaras empresarias privadas, por los prestadores sin fines de lucro, por las universidades nacionales, por los pueblos originarios, por las entidades defensoras de derechos y por los medios públicos.

Voy a leer una breve declaración aprobada en la última reunión del Consejo Federal realizada en esta ciudad de Buenos Aires el 14 de septiembre, que dice: "El Consejo Federal de Comunicación Audiovisual expresa su beneplácito por el debate instalado en el Congreso de la Nación y por extensión en la sociedad argentina para considerar de interés público la elaboración y comercialización de papel de diario. Entendemos que este debate debe construir a fortalecer y hacer efectivos los derechos a la libertad de expresión y a la información y será un aporte para el fortalecimiento y la consolidación de la democracia en nuestro país." Esto ha sido aprobado por el pleno del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual el 14 de septiembre.

En el mismo sentido se ha expresado nuestra Federación Argentina de Radios Comunitarias. Entendemos que esta declaración de interés público de la producción y distribución de papel para diarios es un paso más en la democratización de la comunicación en pos de multiplicar todas las voces y profundizar la libertad de expresión. Propiciamos el debate que se propone en el Congreso de la Nación y esperamos que quienes representan al pueblo y a las provincias en ambas cámaras aprueben una ley que garantice la igualdad de condiciones para acceder a este insumo básico en la producción de medios de comunicación gráficos. Esta es la declaración de nuestra Federación Argentina de Radios Comunitarias.

Pero permítanme decirles, señores diputados, que en este debate hemos escuchado aportes muy interesantes de especialistas, académicos e interesados directos en la cuestión. Nosotros no lo somos porque representamos a radios, pero hace muchos años que estamos muy preocupados trabajando en la libertad de expresión para que en el país se escuchen todas las voces. Nos preocupa la aparente confusión, no sé si será mala intención, de algunos miembros de esta Cámara que ante cámaras de televisión, especialmente, confunden conceptos muy elementales, que aquí ya han sido aclarados con mucha rigurosidad académica, pero lo quiero hacer desde el llano, desde un simple comunicador social.

Confunden libertad de prensa con libertad de expresión, con derecho a la información, con derecho a la comunicación. Son conceptos complementarios, pero no son lo mismo.

De los grupos empresarios no me extraña, porque tienen una cantinela ya programada que la repiten en nuestro país y a nivel internacional desde hace muchos años. Obviamente no están aquí, pero me preocupa que se reproduzcan estos conceptos que, para ser benévolos, son por lo menos equivocados. Ellos insisten mucho en la libertad de prensa, un concepto de hace doscientos años en la evolución del derecho a la comunicación. El sujeto de la libertad de prensa fundamentalmente es el titular del medio, el dueño del medio. Esa libertad de prensa está condicionada por el poder económico. Es decir, pueden tener medios y ejercer la libertad de prensa quienes tienen capacidad económica para tener un medio, sea radio, televisión o prensa escrita.

A partir de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, el concepto utilizado internacionalmente es el de la libertad de expresión que amplía la necesaria libertad de prensa. La libertad de expresión es un derecho universal, es decir de todas las personas. Esto, que parece una cuestión menor o semántica, es fundamental cuando pensamos en la función del Estado frente al concepto de libertad de prensa y al concepto de libertad de expresión, y mucho más si hablamos de derecho a la información o de derecho a la comunicación.

Cuando se habla de libertad de prensa, el Estado no tiene que hacer nada, según esa concepción, porque cualquier intervención del Estado es considerada censura. Es decir, es una actividad en la que el Estado no tiene que intervenir porque se supone que la libertad y, en definitiva, el mercado, es el que asegura y garantiza ese derecho a la libertad de prensa.

Cuando hablamos de libertad de expresión la función del Estado cambia absolutamente, porque si queremos garantizar la libertad de expresión para todas las personas, el Estado tiene que intervenir activamente para hacer posible todas las voces, la diversidad y la pluralidad de voces, la diversidad y pluralidad de expresiones. Cuando hablo de diversidad y pluralidad, no hablo sólo de muchos medios, sino de que además expresen a los distintos sectores de nuestra sociedad y nuestro pueblo.

Entonces el Estado tiene que intervenir para facilitar y promover la expresión de los sectores más débiles de la población, aquellos que no tienen lugar en el mercado, aquellos que no tienen poder económico para expresarse. El Estado tiene que facilitar y promover esa expresión, por lo menos a nuestro criterio. Pero al mismo tiempo tiene que poner límites a los que acaparan la voz pública y quieren ser la voz única y quieren controlar el discurso público, como de hecho sucede hasta hoy en gran medida en nuestro país.

Lo que quería resaltar es esta función del Estado de intervenir activamente para facilitar la expresión de los más débiles y poner límites a los poderosos en función de garantizar la libertad de expresión para todos.

- Se incorpora la presidenta de la Comisión de Comercio, señora diputada Di Tullio.
SR. BUZO En contrario a lo que he escuchado y dicen quienes se oponen a este proyecto, creo que es función del Estado intervenir para garantizar este insumo básico, que es el papel para los medios, asegurando igualdad de posibilidades en la compra del papel e igualdad de precios para todos los demandantes.

Creo que este proyecto es de alguna manera complementario a la ley de comunicaciones audiovisuales, que estamos defendiendo y vamos sostener hoy con una movilización en las calles de Buenos Aires frente al Congreso. Allí queremos decir a la sociedad, aprovecho para comentarlo en esta Cámara, que el mensaje que queremos transmitir es que la ley debe ser cumplida. No puede ser que existan leyes para los pobres y para los ricos, como generalmente se dice en la calle.

La ley no puede ser una tela de araña, como dice el Martín Fierro. La ley debe ser cumplida por todos y en igualdad de condiciones; los monopolios también deben cumplirla.

Hoy entonces queremos decirle -a través de la movilización que vamos a realizar por la tarde- a la Corte Suprema de Justicia que tiene que hacer cumplir la ley y que tiene el apoyo popular para hacer cumplir la ley e imponerla, también a los poderosos, quienes hoy actúan desde posiciones monopólicas.

Espero que este proyecto enviado por el Poder Ejecutivo avance, sea consensuado por los sectores racionales de la oposición y podamos tener una ley que complemente la ley de servicios de comunicación audiovisual, haciendo efectiva la libertad de expresión en nuestro país. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Muchas gracias. Buenos días a todas y todos. Disculpen la demora.

Tiene la palabra el señor Pablo Bussetti, del periódico quincenal gratuito, empresa de diarios y revistas de Buenos Aires, Asociación Periódicos de Buenos Aires.

SR. BUSSETTI Señores diputados y señoras diputadas de la Nación, autoridades presentes, señores directores de empresas periodísticas, estimados comunicadores, ciudadanos y ciudadanas: en primer término voy a hacer una breve presentación formal del medio del que soy director. EcoDias es un proyecto de comunicación surgido hace diez años en Bahía Blanca con el objetivo de aportar elementos de reflexión que contribuyan a la construcción de una sociedad civil, participativa y responsable.

Con una tirada semanal de 6 mil ejemplares impresos, que se distribuyen de manera gratuita, somos el segundo medio gráfico de la ciudad, que se presenta como puerta y puerto del sur argentino.

Para no repetir los detallados informes que en esta sala se difundieron, no me voy a referir en esta presentación a los costos del papel para la prensa -que en nuestro caso representan el 55 por ciento del presupuesto mensual- ni a las dificultades crecientes para aumentar la tirada o la cantidad de páginas.

Cuando en agosto pasado la presidenta Cristina Fernández puso en tela de juicio algunos negociados que se cometieron bajo la vigilancia del gobierno de facto durante la última dictadura militar, algunos de los pasajes de su discurso nos remitían a vivencias del pago chico.

El extenso discurso realizado por la primera mandataria nos permitió trazar algunas analogías entre el poder fáctico de los grupos concentrados que ostentan el monopolio mediático a nivel nacional y el de La Nueva Provincia a nivel local y regional. Los vínculos van más allá del papel y aluden al entretejido de los intereses de los sectores poderosos de la ciudad.

El primer dato relevante es el de la construcción del discurso social. Causa sorpresa cada vez que relatamos en distintos espacios que en Bahía Blanca -una ciudad de 300 mil habitantes- hay un solo diario, con la solitaria compañía de EcoDias como semanario.

Se podrá dudar de la habilidad comercial de los que llevamos adelante este emprendimiento desde hace diez años. Lo curioso es que nadie se haya animado a incursionar en el periodismo gráfico en los últimos 40 años.

Dueños de la palabra: días previos al anuncio presidencial, Clarín publicó una editorial bajo el título "El gobierno avanza en Papel Prensa para controlar la palabra impresa". Con ironía, la Presidenta coincidía con Clarín en cuanto a que "quien controla Papel Prensa controla la palabra impresa".

¿Por qué? Porque Papel Prensa S. A. es la única empresa que produce en el país pasta celulosa para fabricar papel de diario, lo distribuye y lo comercializa en lo que se conoce -en términos económicos y jurídicos- como una empresa monopólica integrada verticalmente.

Clarín llegó a la propiedad mayoritaria de las acciones de esta empresa durante la vigencia del régimen militar que se instauró en el país el 24 de marzo de 1976. Las tapas de los diarios hablaban en ese entonces de "nuevo gobierno" y mencionaban que "se constituye la junta militar", cintillos con los que pretendían reflejar el clima institucional y político.

En nuestro caso, el título "Gobiernan las fuerzas armadas", publicado por La Nueva Provincia ese día, se completaba con la bajada "Refundar la Patria". La aseveración planteada por los Massot de que "A la Nación hay que restaurarla en sus esencias, no en sus estómagos" nunca tuvo el correlato en sus páginas de publicar información alguna sobre los delitos económicos que se cometieron durante ese nefasto período de la historia argentina. Y no entro en detalle en este momento sobre la publicación por parte del diario naval de los numerosos enfrentamientos fraguados por las fuerzas militares.

Legisladores: ¿maniatados u obsecuentes? La Presidenta apuntó en el transcurso de su discurso contra los "profusos editoriales acerca de cómo tienen que votar los legisladores y cómo se acusa a los legisladores cuando votan de tal o de cual forma".

No pocas veces se ha escuchado a concejales bahienses o a legisladores provinciales de la sexta sección electoral manifestar que reciben presiones por parte de la dirección del diario local, de manera directa o indirecta, a través de llamadas, artículos o "borramientos" en la difusión de su actividad o sus propuestas.

Ahora se entiende por qué ninguno de ellos decide promover o apoyar la creación de medios alternativos independientes. Asimismo, brilla por su ausencia en la ciudad la determinación de denunciar judicialmente los innumerables editoriales en los que prima la apología del delito por parte de La Nueva Provincia.

Denunciaba la Presidenta Cristina Fernández el 24 de agosto: "Hay un poder en la República Argentina, que es un poder que está por sobre quien ejerce la Primera Magistratura..." -en ese caso la Presidenta- "..., también por sobre el Poder Legislativo y, mal que pese también, por sobre el Poder Judicial, más allá de todos los esfuerzos que hemos hecho en construir independencia.

"Yo siento que hay un poder que, como todo verdadero poder, y remedando un poco a Saint-Exupéry, es invisible a los ojos, pero que aflora en algún momento de la historia, y yo creo que hace décadas que los argentinos y los poderes del Estado tienen una subordinación hacia determinados intereses o presiones o ejercicios".

De allí la coincidencia en la afirmación de que pocos dirigentes políticos podrían soportar varias tapas adversas del diario bahiense.

Ahora bien, la contracara es destinar importantes sumas del presupuesto municipal para construir una imagen positiva delante de la ciudadanía bahiense, acción llevada a cabo actualmente por quien ingresara a la política local por la vía de la UCD, el intendente Cristian Breitenstein.

Una pequeña digresión: una diputada de esta Cámara, la bahiense Virginia Linares, ha completado lo que podríamos denominar el mayor distanciamiento entre lo que se dice y lo que se hace. Como autora de un proyecto de regulación de la pauta publicitaria oficial planteó recientemente que con el "dictamen se pone un límite a este sistema perverso que utiliza el gobierno, premiando a quienes les son afines en términos editoriales y castigando a los medios críticos e independientes". Notable. Cuando la diputada Linares formó parte del gobierno de su hermano en la intendencia de Bahía Blanca, el diario La Nueva Provincia aumentó considerablemente su participación en la pauta publicitaria del municipio, mientras que a EcoDias ella misma le suspendió la pauta por "problemas presupuestarios", apenas un mes después de la publicación de una editorial adversa a los intereses de su hermano Jaime Linares.

En tercer lugar, voy a hablar como editor de un medio de prensa del interior, que como el de muchos de mis colegas que están acá, sufre -pero no ahora, sino desde hace muchos años- desde que nació este sistema perverso por el que el insumo básico pertenece a un grupo económico. Estamos sobreviviendo con lo que le sobra a ellos, y encima somos quienes les pagamos el papel que ellos usan para que nos bajen la línea nacional, para que vengan y actúen como lobby ante nuestros representantes.

Es verdad lo que dice el colega de Bahía Blanca; la misma situación la podemos ver en Córdoba, en Mendoza y en cualquier provincia del interior del país.

Por eso, no podemos hablar de libertad de prensa cuando tenemos un cupo para comprar papel, o cuando tenemos que acudir a Chile, o cuando tenemos que soportar cuando esta empresa caprichosamente decide no vendernos papel por 3 o 6 meses, teniendo luego que comprar más caro a Chile por todos los meses que nos dejaron de vender, adquiriendo todo el cupo junto, porque si no, lo perdemos.

¿A ustedes les parece que un medio de prensa del interior puede distraer alegremente un capital de 80 o 90 mil pesos de un día para el otro? Por eso festejo esta realidad de hoy, y ojalá que los diputados -los aquí presentes y también quienes no lo están- piensen de una vez por todas si están con la dependencia o con la liberación, porque declarar el interés público del papel para la producción para diario hoy ya no es una obligación, es una urgente necesidad para todos los argentinos. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Gracias. Tiene la palabra el señor Jorge Cáceres, en representación de InfoSur, de Florencio Varela.

SR. CÁCERES Buenos días.

Con permiso, vengo a ofrecerles un humilde punto de vista, pero no para decir palabras al voleo, sino para contarles -y que se tenga en cuenta- la voz de la pequeña prensa escrita.

Me presento: represento a Infosur, un medio de la zona Sur del Conurbano Bonaerense, allá donde también hay noticias para destacar.

Nacimos con una concepción de diario local con presencia regional. Estamos convencidos de la necesidad de prestarle atención a la información cercana, esa que los medios porteños registran sólo en las páginas policiales. Nuestro eslogan resume lo que aquí planteamos: "Estamos Cerca, informamos mejor".

Hacemos un diario en lo profundo del Conurbano. Amamos este oficio. Somos periodistas, fotógrafos, diseñadores y hasta vendedores de publicidad. Todo en uno.

Yo no voy a hablarles mucho de los precios de Papel Prensa. Para quienes hacemos un diario o papel en el Conurbano llegar a tener un cupo ni siquiera es una utopía, no existe esa posibilidad, al menos hasta ahora. La gran mayoría, por no decir todos, tercerizamos la impresión. Esta imposibilidad de acceder al papel para la prensa no sólo tiene el objetivo de golpearnos económicamente de manera casi fatal, sino de acallar la identidad de nuestra zona.

No vengo a llorarles la carta contra una empresa determinada, sino a hablarles de cómo el monopolio del papel termina castigándonos hasta ponernos en peligro de extinción. Cuando el precio del insumo básico aumenta en el mercado para nosotros muchas veces es demoledor.

No hace falta ser un gran pensador para darse cuenta de que para los medios locales lo que hoy se discute en esta Honorable Cámara tiene trascendencia histórica. Sin más, la posibilidad de que se escuche nuestra voz en este debate nos abre las puertas para plantear nuestras inquietudes, tanta veces silenciadas en los organismos que agrupan a periódicos y periodistas.

Hasta la creación de DyPRA, hace un par de años atrás, nuestras inquietudes se discutían en mesas de café, sin salida alguna. Pero era tiempo de tener paciencia y trabajar.

El tiempo cambió y hoy ustedes, diputados de todos los colores políticos -los que vinieron a esta audiencia y los que no- tienen la posibilidad de definir de qué lado están. Yo creo que no hay medias tintas; o se está con los poderosos o se está con nosotros, trabajadores humildes que sobrevivimos todos los días.

Muchos podrán decir que nos han traído arreados a este panel. Pero sepan los terratenientes de la palabra que hace muchos años que venimos discutiendo y padeciendo los tentáculos del monopolio que nos ha basureado sistemáticamente. Por eso, ahora que se nos ofrece la posibilidad de participar, acá estamos, plantados en nuestra verdad, la que aprendimos trabajando, peleando y, como dije, sobreviviendo.

Por eso, esta huella ya la agarramos nace mucho y ahora que vamos en camino de obtener lo que queríamos, no sé quién va a llevar a quién.

Pero entonces, ¿por qué estamos acá si nunca pudimos acceder a un cupo de papel prensa? Justamente por eso, por la posibilidad de poder acceder a nuestro insumo básico. Nosotros, que nos vimos en la obligación de editar en lo profundo del Conurbano el diario una vez por semana, lo estaríamos haciendo de lunes a viernes, como lo hicimos durante varios años desde 2005, cuando nacimos.

Hace poco más de un año la irrupción de un suplemento zonal del diario más vendido del país nos golpeó de frente, sin anestesia. Digámoslo claramente. Varios comerciantes que pautaban con nosotros nos hablaron en off sobre supuestos aprietes para que la publicidad se destinara a un solo lugar. Ellos le llaman "publicidad exclusiva". Nosotros sabemos que es competencia desleal.

Esa situación nos llevó a discontinuar la salida del diario en papel, ya que sólo lo podemos costear una vez por semana. Por eso, en el actual orden de cosas, sin la intervención del Estado en la materia, sería ilusorio para nosotros que nuestros competidores directos nos vendan papel.

Pero no es la única forma que tienen de golpearnos. Como les dije, nosotros somos como una pyme cualquiera, donde todos hacemos todo. Nuestro trabajo consiste en hacer la nota periodística, sacar la foto y llevar el diario a nuestros entrevistados. Es por necesidad que lo hacemos, pues no lo podemos sostener de otra manera.

Acá me tomo el tiempo para contarles una anécdota. Fue el año pasado, cuando en un barrio de Varela un chico fue asesinado por otro en la puerta de la escuela. Allá fuimos, con nuestro fotógrafo, porque si hay algo que tenemos los pobres es la solidaridad. Siempre que podemos generamos trabajo para que nuestro producto se luzca, pero también para que otros profesionales del medio puedan acceder al trabajo.

Nos llevamos la sorpresa de que el cronista del diario Clarín había ido solo y provisto de una cámara fotográfica del tipo familiar. Con eso hizo su trabajo. Como nuestro fotógrafo es de ARGRA, entidad que los agrupa, la frase que dijo Sergio Pablós fue: "Che, Clarín, ¿cómo es que estos muchachos tienen fotógrafo y Clarín no?" La respuesta esbozada fue tan tibia como certera: "Me obligan, no puedo decir que no".

¿Qué quiero decir con esta anécdota? Que no sólo no nos venden papel, no sólo existirían esos ciertos aprietes a anunciantes -como bingos, entre otros- para que no se publicite en nuestro medio, sino que además utilizan los mismos recursos que utilizamos nosotros. Tienen un gasto en infraestructura similar al nuestro en los suplementos zonales, a costa de lo que podría ser una explotación laboral. Y hablamos del principal diario del país.

Según expertos de la comunicación, desde la década del 80 hasta ahora la población ha aumentado la necesidad de leer noticias locales. Este hecho se profundizó desde 2005 en adelante. Sin embargo, los supuestos aprietes de los que hablamos produjeron -sólo este último año- un descenso del 40 por ciento del ingreso por publicidad, principal sostén de nuestro medio. La publicidad de la mediana empresa y los grandes anunciantes se han corrido para lograr el "importante" descuento por publicidad exclusiva. Así, los únicos grandes apoyos que nos quedan son los de los municipios y los pequeños anunciantes.

Pero ese pulpo monopólico, voraz y mentiroso, nos tiñe de oficialistas por recibir pauta oficial de las comunas. Seguro que quieren ir por eso también.

Cuando hablamos de hacer un diario local nos referimos a la creación de un espacio para que aparezcan las voces y los rostros silenciados por los grandes medios, como la abuela que en Berazategui cumplió 100 años el día del Bicentenario de la patria o los integrantes de las cooperativas de Várela, que le contaron a Infosur por qué ahora tienen la posibilidad de terminar sus estudios. Allí conocimos el caso de una señora, tan analfabeta por las circunstancias sociales e históricas, que a los 30 años recién pudo acceder a una clase. Esa señora, la primera vez que recibió la tarjeta del banco para cobrar, la plastificó porque tenía miedo a romperla.

También está la historia de Edgar, un nene de once años que desapareció hace tres meses y que tiene a todo un barrio movilizado por él, sí a todo un barrio movilizado. Hay un sinfín de historias de vida, que tienen nombre y apellidos y viven acá nomás, a 30 kilómetros de distancia.

Para estas personas, la edición de un diario local es la posibilidad de aparecer en la vidriera de los medios, cualquiera sea su línea editorial.

Por eso, los usureros del papel, que se llenan la boca hablando de libertad de expresión, en realidad nos arrancan la lengua, cuando nos niegan el acceso directo al insumo básico de la palabra escrita, no sólo quitándonos la posibilidad de un emprendimiento comercial, sino acallando lo que nuestros vecinos tienen para decir. ¿De qué libertad de expresión hablan los que hoy no vinieron a escucharnos?

Sepan y entiendan que estamos enteros. Pese a quien le pese, existimos. Arturo Jauretche decía que nada se puede hacer con tristeza. Tomamos esa posta y hacemos el diario con alegría, sabiendo que hoy estamos ante el desafío histórico de lograr que los pequeños y medianos diarios del conurbano seamos tenidos en cuenta. No queremos dádivas. Como empresarios pymes y cooperativos de la industria cultural de los medios de comunicación gráficos, pero también como anunciantes y como lectores, solicitamos a los representantes del pueblo que avancen para que deje de ser patrimonio de un pequeño grupo de medios capitalinos "el control de la palabra impresa", legislando una norma que garantice precio, calidad, cantidad y provisión permanente sobre el insumo para todos los emprendimientos nacionales -comerciales y no comerciales-, y de esa manera, se revierta una cuestión postergada por años por el Estado Nacional.

Hace 24 años puse primera y arranqué en el mundo del periodismo. Fue en una radio alternativa, el furor de la década del 80, que nos dio voz a los que no tenían voz. En ese entonces, en la facultad de periodismo ya se leían recortes y libros sobre la fuerza del monopolio.

Como les dije, con sencillez quería contarles este punto de vista, tan humilde, pero hecho a fuerza de trabajo y pasión. Y por sobretodo con mucha dignidad.

Dos hechos marcaron a fuego a nuestra profesión. Una fue la carta pública de Rodolfo Walsh a la dictadura militar. La otra, menos conocida, pero no menos digna, la protagonizaron un grupo de trabajadores del diario Crónica.

Fue en 1981, cuando el gobierno de Videla envió una solicitada que hablaba de la campaña "antiargentina" y ponía en duda a los "desaparecidos". Cuando el diario ya estaba editado, un grupo de trabajadores gráficos y de prensa leyeron el contenido de la solicitada. Lejos de achicarse, se plantaron en la dignidad de la unidad, en esa época oscura. Plantearon al entonces dueño del diario, Héctor Ricardo García, que con esa solicitada en la página el diario no salía. Y no salió. El paro de los trabajadores lo impidió. Esa anécdota todavía da vueltas por las sala de máquinas del diario.

Por ellos, por los que no están, pero estuvieron. Por nosotros, los periodistas de los medios locales tanta veces silenciados, y por los que van a venir, quizás con esta misma pasión de la palabra escrita, tomo una frase -siempre andamos pidiendo prestadas ideas de otros que pensaron mejor que nosotros- del general San Martín, "Seamos libres", y yo le agrego humildemente: "Seamos libres, lo que digan los demás no importa". (Apalusos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Diego Turraca, presidente de Adicra, del Chaco.

SR. TURRACA Señores diputados y diputadas de la Nación, asesores, representantes de empresas periodísticas, colegas periodistas y Honorable Congreso Nacional.

Para comenzar, como presidente de la Federación de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina quiero destacar que para mí es un orgullo estar en este ámbito parlamentario, representando a las experiencias de gestión cooperativa de medios de comunicación, que no son mas de diez en todo el país, pero que con el sacrificio que conlleva un escenario comercial adverso, demostraron que es posible una comunicación masiva más democrática y, por lo tanto, un poco más para todos.

Sin jactancia de nada, muchos sectores nos consideran la novedad en el mapa de medios de la República Argentina, o al menos, trabajadores de prensa actuando en el poder democrático de la participación societaria de cada cooperativa, ya sea editora de diarios, de portales digitales de noticias, de radios, etc.

No creo que sean suficientes diez minutos para expresar la necesidad, la urgencia y lo vital de una ley que declare de interés publico la fabricación, comercialización y distribución de papel para diarios, pero intentaré resumir en tres puntos los aspectos que considero centrales para que los legisladores del pueblo entiendan nuestro menester. Un menester que es capital, una necesidad vital, como el agua para el ser humano.

Y el primero de esos aspectos tiene que ver con la libertad de expresión. Como responsable editorial del diario de la región, recibo frecuentemente reclamos de representantes de la sociedad civil organizada, exigiendo un mayor protagonismo en nuestras páginas, más espacio para expresar sus ideas, convicciones y puntos de vista respecto de tal o cual tema, de tal o cual hecho noticioso. Y no damos abasto, esa es la verdad mal que nos pese. Se quejan, con razón, porque las 15 o 20 líneas que les podemos ofrecer no alcanzan para dar una idea acabada de su parecer respecto del tema tratado.

Otros, tristemente para nosotros, ni siquiera aparecen en la escena, a pesar de ser actores protagónicos del hecho noticioso. Y es que la libertad -la de expresión- tiene que ver con su acceso, con su disponibilidad y con el uso responsable de ella misma. Debemos acceder a esa libertad, disponer y hacer uso de ella, para poder expresarnos, y después recién se será libre.

En la pluralidad que debemos alentar es mentira la idea primitiva de que existen sólo dos campanas sobre un mismo hecho: izquierda o derecha, conservadora o progresista, blanco o negro, bueno o malo. Al contrario, es enriquecedora la diversidad de opiniones, porque si hay libertad de expresión, todos se expresan y hay libertad de elección para los lectores, que en definitiva son ciudadanos. Y si hay libertad para discernir entre una amplia gama de posturas, pensamientos o ideas, ayudamos a fortalecer la democracia de nuestro país. Para ello, es necesario un mayor espacio de expresión, porque ya no alcanza entonces con conocer dos campanas, sino que es necesario escuchar el son de todas aquellas que, como periodistas, podamos hacer sonar.

Ahí comienza el problema. Lo que en radio o televisión son segundos, para un diario, revista o semanario es centímetro por columna. Un espacio determinado no por la unidad de medida, sino por su valor monetario.

Esos centímetros por columna conforman páginas, que en definitiva significan papel. En blanco sobre negro, la pluralidad y diversidad de opiniones sólo son posibles en la medida en que los actores gocen de espacios para expresarse. Y para ello, los medios -todos- deben poder abastecerse y gozar de los insumos necesarios a un precio igualitario.

Como representante de una empresa periodística gráfica, pequeña y cooperativa, regional y autogestionada, puedo afirmar que el desabastecimiento de papel y la deslealtad competitiva en los precios hace irrealizable la idea de dotar a la sociedad de un justo acceso a la libertad de expresión.

Dejo en claro acá también que más centímetros por columna equivalen a más páginas; que más páginas son en definitiva más papel y más papel, en el escenario actual, es insostenible en términos financieros.

De eso depende hoy por hoy la libertad de expresión de nuestro pueblo; se debe cumplir el precepto constitucional que lo asiste.

Otro de los aspectos tiene que ver con la lealtad en la competencia y el abastecimiento garantizado. Nuestros derechos de consumidores y usuarios y la defensa de la competencia son avasallados por la oferta única de papel, como así el derecho conculcado en la ley de abastecimiento, ante el constante peligro de conseguir stock o no.

¿O acaso el diario de la región, La Posta de Lincoln, El Megáfono de Río Cuarto, El Eslabón de Rosario, u otras miles de ediciones de todo el territorio, han podido realizar compras directas a Papel Prensa? Nunca.

Mientras tanto, Clarín y La Nación consumen el 70 por ciento de la producción total de la fábrica y, como lo denunció la Comisión Fiscalizadora en el Directorio de Papel Prensa, esas compras se hacen a pérdida, lo que después terminamos pagando nosotros.

Cuando hablamos de monopolio, de abusos y de imposición de la fuerza, estamos describiendo una situación vivida por miles de ediciones todos los días, y las cooperativas editoras de medios no son la excepción. Al contrario, en muchos casos no son sujeto de crédito en el actual sistema financiero y tampoco pueden realizar compras de gran volumen para así abaratar los costos.

Pero así como en el segmento anterior decía que no poder acceder a un precio de papel equitativo limita directamente la difusión de información o ideas para garantizar una mayor libertad de expresión, esta condición impuesta nos condena también a una situación desfavorable en el mercado de diarios local, provincial y regional en el que nos movemos y competimos.

La relación costo-beneficio del lector lamentablemente no va de la mano con la calidad o cantidad de información, opiniones, etcétera, sino que está ligada al peso de cada ejemplar; el mejor diario es aquél que más páginas tiene, aunque en ellas no nos aporte mucho.

En definitiva, la desventaja en el precio del papel nos perpetúa a la resistencia y sostenimiento a duras penas, sin utilidades para reinvertir; nos quita las chances de fortalecer nuestras empresas solidarias, con mejores ingresos para los trabajadores, impidiendo claramente nuestro crecimiento.

Como vale la pena recordarlo, daré lectura a lo que claramente establece el artículo 42 de nuestra Constitución: "Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a la libertad de elección y a condiciones de trato equitativo y digno. Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios, naturales y legales".

El tercer aspecto, el último, tiene que ver con la esencia misma de nuestras empresas periodísticas. Como decía al principio, me siento orgulloso de estar representando a las cooperativas de trabajo, gestionadoras de medios de comunicación, en su mayoría diarios. Y también me enorgullezco al hacer un balance de los ocho años de vida de la cooperativa La Prensa, editora del diario de la región.

Y al sacar esas cuentas debemos decir que el 22 de noviembre de 2002 comenzó a recuperarse la empresa, tras la quiebra de la fallida firma que dejó en la calle a más de 70 trabajadores.

Con 22 asociados y sin absolutamente nada más que la voluntad de volver a levantarse, estos trabajadores resistieron, cooperaron para salir adelante y hoy por hoy la entidad cuenta con 45 trabajadores. Es decir, en estos ocho años se duplicó la cantidad de trabajadores.

Por convicción y definición, el lucro no es nuestro fin. El reparto equitativo de los ingresos es hilo conductor de nuestra relación laboral, y la participación de los asociados, la garantía de la gestión democrática.

Claro que para ello al principio tuvimos que soportar desde la indigencia la necesidad de conseguir papel fuera como fuera, desde hurgar en la Chacarita por los restos que dejaba otro diario, hasta hacer una edición con diferentes tamaños de caja; el objetivo siempre se cumplió: no dejar de salir a la calle ni un solo día.

A principios de 2010 recibimos con muchas expectativas la noticia de que a través de una resolución de la Secretaría de Comercio Interior íbamos a poder acceder a un precio de papel igualitario, lo que sospechamos sería un 30 por ciento menos.

Inmediatamente el Consejo de Administración de nuestra cooperativa, con los coordinadores de cada sección, comenzó a elaborar el proyecto para elevar la cantidad de páginas. Más espacio para garantizar el acceso a la libertad de expresión y más páginas para no desaparecer del mercado.

Claro que también era necesaria la incorporación de más trabajadores, lo que para nosotros es un orgullo. Más periodistas, más correctores, más fotógrafos, más diseñadores; sin embargo, por la medida judicial con la que gozó el monopolio, la resolución no se aplicó y nuestros proyectos de crecimiento quedaron truncos otra vez.

En estos tres aspectos intenté demostrar que el papel es para nosotros, los que editamos diarios, lo que para el ser humano es el elemento vital del agua. Sin agua no podemos vivir, ni crecer, ni desarrollarnos. Sin papel nuestras empresas de la economía social, editoras de diarios, no pueden vivir; están condenadas a sobrevivir, no pueden crecer y mucho menos desarrollarse en el contexto de las pautas culturales avasalladas por el mensaje único.

Por suerte para los seres humanos, estos tipos no fabrican ni comercializan agua. Muchas gracias por su atención. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Fernando Irigaray, representante de la Universidad Nacional de Rosario.

SR. IRIGARAY Buenos días. Quiero saludar en primer lugar a los diputados y diputadas, a los asesores de esta Honorable Cámara, a los directivos de las distintas empresas periodísticas, a los colegas, periodistas y docentes de universidades nacionales.

Para nosotros es un honor, en la Universidad Nacional de Rosario, que nos hayan invitado a venir a esta Audiencia. Quiero hacer solamente unas reflexiones, dado que ya hemos escuchado justamente a quienes padecen esta cuestión, que tiene que ver con este monopolio y la imposibilidad de comprar papel para producir sus diarios.

El derecho a recibir información constituye uno de los pilares básicos en donde se asienta el funcionamiento de una sociedad democrática. Este derecho está contemplado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y en el Pacto de San José de Costa Rica de 1969. La comunicación como derecho humano incluye el derecho a recibir y transmitir información. Para que este derecho sea respetado es menester, según el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que el público pueda utilizar los elementos normativos, jurídicos e institucionales y la infraestructura y tecnología necesarias para tal fin.

En la actualidad existe un importante consenso entre académicos, políticos y periodistas respecto a que la industria cultural y mediática conforman la cultura predominante y la que más organiza la vida simbólica en nuestras sociedades. Los medios de comunicación son actualmente cruciales en el ejercicio de la libertad de expresión.

Los medios configuran los acontecimientos políticos, sociales y culturales que la ciudadanía utiliza como significativos marcos de referencia para sus pensamientos y decisiones. El conjunto del universo mediático en nuestras sociedades del Siglo XXI es esencial en la construcción de un auténtico Estado y sociedad democrática. No habrá democracia plena sin una comunicación democrática.

La estructura de medios en la Argentina se caracteriza -ya lo sabemos- por su concentración y centralización, conformada por un circuito de empresas de medios de comunicación que tienen entre sí alianzas estratégicas y propiedades cruzadas.

Los grandes grupos de multimedios tienden a diversificar sus inversiones en distintos ámbitos: productoras de programas, agencias de noticias y publicidad, estaciones de radio y televisión, televisión satelital y por cable, productoras cinematográficas, diversas publicaciones -diarios, revistas y libros-, parques de diversiones, negocios electrónicos, imprentas y servicios financieros.

La concentración fenomenal del sistema comunicativo en la Argentina limita y condiciona profundamente el derecho a la información, a una concepción de la comunicación más plural y participativa, a la libertad de expresión, al pluralismo informativo, a la multiplicidad de las fuentes de información y a las distintas manifestaciones de las diversidades culturales y sociales del sistema, tanto a nivel regional como nacional.

También, ya se ha dicho acá, dichas prácticas concentradoras causan erosiones en las culturas locales -atentan contra las producciones propias, regionales y la diversidad cultural- y en el espacio público democrático.

Los medios configuran una realidad basada en la cultura efímera, ligera, frívola, donde la inmediatez y el presente continuo son lo único que importa. Todo este modelo cultural, expresado en el entramado mediático, desencadena una cierta apatía y pasividad en los ciudadanos hacia la vida pública, falta de participación en los asuntos públicos, y en el análisis y selección de los representantes de la vida política.

Es decir, todo este proceso cultural y político e ideológico, limita nítidamente el funcionamiento pleno de la democracia.

En este tiempo histórico, es imprescindible pensar en políticas integrales de comunicación, donde la informática, las telecomunicaciones, la radiodifusión, la comunicación digital, satelital y la industria editorial estén estrechamente vinculadas y no aisladas, como si fueran dimensiones independientes sin conexión alguna. Es decir, imaginar un amplio universo de medios y tecnologías. Pensar estratégicamente el mundo de las comunicaciones y la información constituye una de las áreas medulares para el desarrollo futuro de nuestra sociedad.

De aquí que la planeación de políticas de Estado puede ser un horizonte estratégico en la materia, que requerirá un fuerte compromiso político y social de los gobiernos nacional, provincial y local y de la sociedad civil. Será sustancial crear las suficientes capacidades institucionales y organizacionales para hacer sostenibles las políticas a lo largo del tiempo. Estas tareas demandarán cuantiosos esfuerzos y recursos, y hay que ser conscientes de que un cambio profundo y estructural del sistema comunicacional será un proceso de muy largo aliento.

El juego implica actores que han alcanzado un enorme nivel de concentración y centralización del poder. El conjunto de estos elementos condicionan cualquier proceso de modificación estructural, pero si aspiramos a profundizar la democracia y a dotarla de mayor calidad y densidad institucional, la obra es impostergable para el diseño del futuro.

Es necesario construir una ecología comunicacional auténticamente plural, que garantice diversidad de perspectivas: sociales, políticas, culturales y regionales.

En la Argentina el camino ha sido iniciado con fundamentales decisiones de políticas públicas en la materia, como por ejemplo la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual; la expansión de los Medios Públicos Audiovisuales con los procesos de digitalización de las señales, con un claro criterio de gratuidad, alcance e inclusión social; y diversas acciones públicas en materia de fomento, apoyo y desarrollo de la industria cultural nacional.

El Estado y la sociedad están desarrollando activas políticas públicas de comunicación y promoción de nuestros bienes culturales, donde se los considera como bienes públicos y sociales a los que todos los ciudadanos tienen derecho.

Es una arquitectura de políticas públicas sobre el complejo universo comunicacional, que está constituida sobre la base de desconcentrar y democratizar la propiedad de los medios. En todo su planteo se reafirma la importancia de la pluralidad de voces, la diversidad sociocultural y la universalización del acceso a los medios. El concepto, esto es importante remarcar, de "ciudadanía comunicativa" se pone en vigencia, así como el derecho de todo ser humano de apropiarse y crear bienes culturales, y de participar plenamente en todo el proceso comunicativo.

En este marco se inscribe el significativo proyecto de ley que propone de "Interés y Utilidad Pública: la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios".

Los diarios y las revistas gráficas son una parte importante de este sistema mediático, de este ecosistema; por consiguiente, la elaboración de papel para diarios conforma una actividad con directa relación en la producción y transmisión de bienes culturales. Los medios escritos continúan siendo un aspecto relevante en la producción de noticias e informaciones en general.

Una política democratizadora necesita de un Estado que regule tal mercado, con el fin de garantizar la provisión de papel a un amplio abanico de prestadores que así lo requieran. De este modo, se posibilita en las prácticas comunicacionales concretas, la libertad de expresión y el derecho a la información. Así se modificaría la actual situación de privilegio y posición dominante que tienen las grandes empresas del sector. No se puede hablar de libertad de prensa cuando se tiene un cupo para la compra de papel.

El concepto que establece el proyecto de ley del Poder Ejecutivo nos parece fundamental para democratizar la palabra impresa en la Argentina. Declarar de utilidad pública la fabricación, distribución y comercialización de papel implica iniciar un camino hacia la desconcentración y transparencia de un mercado controlado por muy pocas manos, y, por consiguiente, incentivar el pluralismo y la diversidad de voces en la comunicación impresa.

Para terminar, una democracia con más calidad y densidad institucional debe tener sus pilares esenciales: el concepto de comunicación como bien público y social; la vigencia del derecho a la comunicación como fundamental para construir ciudadanía en el siglo XXI; y un sistema mediático público, social y privado, que se caracterice por su diversidad, pluralidad y calidad. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Boc-Ho, del periódico de San Francisco.

SR. BOC-HO Buenos días para todos, señores diputados, señoras diputadas, asesores, colegas, propietarios de medios de comunicación, público en general.

Sinceramente es para mí en representación del diario de San Francisco un honor estar hoy aquí y mínimamente robar unos minutos para contar mi humilde experiencia.

Desde el periódico de San Francisco sostenemos y estamos convencidos de la decisión positiva de la presidenta de la Nación al dar este rol activo al Estado nacional. Estamos convencidos, agoramos y creemos que va a tener un buen curso el poder presentar en el Parlamento un proyecto de ley que persigue regularizar la provisión de papel para los medios de comunicación gráfica de la República Argentina.

Creemos que se viene dando en nuestro querido país desde hace un tiempo la oportunidad de debatir y de juntarnos, y no tan sólo en los medios de comunicación, donde nos toca padecer algunas políticas de Estado o donde nos ha tocado padecer durante tanto tiempo dicho tipo de medidas. Me estoy refiriendo a la ciudadanía toda, a todos los argentinos, a todos lo que nos toca vivir en este querido país, donde vamos a hablar de comunicación.

Quien les habla estudió en la Universidad Nacional de Córdoba, en la Escuelita de Ciencias de Comunicación. Allá por 1993 comenzábamos los estudios y hablábamos de la ley de medios. Hace un rato uno de los colegas, tal vez un poco más viejo que yo, hablaba de los años 80. Diez años después hablábamos de la ley de comunicación. Muchos de los temas que se trataron durante este año y el anterior, ya se mencionaban en aquella época. Por eso me parece que es absolutamente importante que hoy toda la ciudadanía, insisto con esto, todos los argentinos, a quien nos toca vivir en el país en este momento podamos debatir temas que tienen que ver con la comunicación.

En realidad, mientras escuchaba a los disertantes cambié como tres o cuatro veces mi ponencia, pero me quedo con algunos conceptos, y es lo que les quiero transmitir.

Al hablar de empresas periodísticas y aludir al grupo monopólico que controla Papel Prensa y a un medio de comunicación en particular, como es Clarín, pensaba que yo también soy propietario de una empresa periodística.

El periódico de San Francisco está enclavado justamente en la ciudad de San Francisco, que está a unos 200 kilómetros de Córdoba capital, a metros de Santa Fe. Estamos en el centro de la República Argentina. Más allá de esta posición geográfica, San Francisco es una ciudad de 60 mil habitantes, con alguna zona de influencia de algunos miles de habitantes más.

Estamos en el centro de la República Argentina, pero nuestra visión -tal vez por escuchar esto de empresas periodísticas- no deja de ser la de un medio del interior del país, pero del interior del interior del interior, y podría seguir largamente.

Quiero realizar algunos comentarios de lo que nosotros hacemos en el periódico de San Francisco, ya que puede llegar a enriquecer este debate.

El periódico de San Francisco es una publicación gráfica que sale dos veces por semana, los jueves y los domingos. Hace tres años, en medio de la situación que se vivía, cuando nadie hablaba de comunicación, salía con 16 páginas semanales, y hoy salimos con 96. Vendemos unos 1.700 diarios por cada salida, tanto jueves como domingo. Para que tengan una idea de lo que significan estos 1.700 diarios, cabe decir que en San Francisco existen aproximadamente 17 mil hogares, por lo cual podríamos decir que llega al 10 por ciento de los hogares de la ciudad de San Francisco.

Esto no es poca cosa, para nosotros es muy importante la proximidad que tenemos con algunos medios provinciales. Decía hace un rato que estamos a 200 kilómetros de la ciudad, y allí está por ejemplo La Voz del Interior, un diario de la Ciudad de Córdoba que llega mucho a San Francisco; también están los medios nacionales, que tienen un fuerte arraigo a través de los suplementos y demás ediciones que instauran en cada una de las regiones, lo que verdaderamente nos impacta. Y también hay alguna publicación centenaria con actitudes monopólicas en la ciudad de San Francisco.

Nosotros, como unos locos, hace tres años decidimos crear un medio de comunicación con gran envión, con muchas ganas. Hoy sinceramente, más allá de ese envión y las ganas de hace tres años, tenemos serias dificultades para el sostenimiento de este medio de comunicación.

Hace tres años éramos un equipo de cuatro personas; hoy somos un grupo de catorce, y seguramente alguna persona más. Vendíamos muchos menos diarios, hacíamos 16 páginas, hoy 96, pero sinceramente estamos muy complicados, porque sostener esta estructura con los costos actuales -me sumo a lo que manifestó alguno de los expositores preopinantes- es sumamente difícil.

Los costos de impresión representan el 60 por ciento del total que tenemos. La Presidenta de la Nación en su proyecto de ley aludió a este sobrecosto, sobreprecio, que han pagado los diarios del interior durante treinta años; se habla de un 40 o 50 por ciento. Si en estos tres años hubiésemos percibido ese 40 o 50 por ciento podríamos haber salido todos los días o tener un 50 por ciento más de hojas en nuestra publicación, por ende podríamos estar informando más, mostrando más expresiones, llegando a esa parte de la sociedad, a ese 10 por ciento del mundo donde estamos enclavados que nos lee todos los jueves y todos los domingos.

No quiero excederme en esto, no hace falta ser un experto economista para hablar de que se vendió el papel un 40 por ciento más caro; evidentemente, si sumamos salida tras salida se hace una parva de dinero que imposibilita cualquier tipo de negocio; sinceramente es absolutamente desigual, más allá de la magnitud del negocio, más allá de la empresa periodística.

Para finalizar, y agradeciendo la atención, quiero mencionar la importancia de la democracia, la libertad de expresión, los medios de comunicación luchando por esta libertad de expresión, este derecho del ser humano. Y la democracia se debe pensar justamente como la pluralidad de voces con la posibilidad de estar informado a partir de un abanico de expresiones, no solo con una sola expresión; debemos pensar al periodismo legítimo no como un modelo empresario, sino como un servicio.

Hay un rol social que no podemos perder de vista -también lo mencionaron los compañeros que me antecedieron en el uso de la palabra-, me refiero a los derechos humanos de quienes vivimos en la República Argentina.

Aquellos comunicadores que hoy sostenemos empresas periodísticas sinceramente no debemos perder de vista la esencia del periodismo como tal, del periodismo legítimo, me animo a decir.

Lamento profundamente no encontrar en este momento todas las expresiones políticas de la República Argentina. He venido siguiendo estos debates -hoy es la cuarta audiencia pública- y sinceramente no he encontrado a todos los representantes del pueblo, que me gustaría ver en el recinto. Esto sinceramente me duele mucho, porque más allá de algunas cuestiones que tienen que ver con lo político, sinceramente termino pensando que muchos de los que nos representan no entienden absolutamente nada. No digo que entienden poco, digo que no entienden absolutamente nada. No entienden de las realidades que se viven en el interior del interior del interior.

Abogo por una ley que vaya en paralelo con la idea de este país igualitario, con las mismas posibilidades y reglas de juego para todos. Muchas gracias. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Pido a Jorge Riera, de Lincoln, ADICCRA, que pase a hacer su exposición.

SR. RIERA Señores diputados y señoras diputadas de la Nación, señores colaboradores de los legisladores, autoridades presentes, señores directores de empresas periodísticas, compañeros periodistas, Honorable Congreso Nacional: soy presidente de la cooperativa de trabajo La Posta del Noroeste Limitada, que edita el diario La Posta del Noroeste que se distribuye en los distritos de Lincoln y General Pinto, noroeste de la provincia de Buenos Aires.

Ya se ha dicho claramente acá que la decisión de la Presidenta de la Nación de enviar a este Parlamento un proyecto de ley sobre el papel para periódicos abre una oportunidad histórica para todos nosotros.

Sostenemos que estamos parados ante la oportunidad de debatir, comprender y exponer ante la sociedad toda una situación por demás de compleja.

En nuestro caso, porque sabemos de dónde venimos y en dónde estamos parados, al igual que cada una de las expresiones que me precedieron, es que queremos transmitir la visión de los diarios regionales.

A estas alturas bien sabido es que si a alguien benefició la transferencia de acciones de la planta de Papel Prensa en el año 1977, fue ni más ni menos que a tres medios capitalinos, cuya integración vertical, esto también lo sostenía el presidente de nuestra asociación de diarios cooperativos, les permitió consolidar una posición dominante en el mercado de periódicos durante más de treinta años, la que fue sistemáticamente sostenida y aún profundizada por los sucesivos gobiernos nacionales, aún cuando estos gobiernos también tenían el deber de expresar los intereses del Estado -es decir, de todos los argentinos y también los nuestros- como parte propietaria de la firma en cuestión.

Nuestra parte particular en esta historia es que además de sabernos un diario regional todavía podemos especificar más el campo de acción al auto referenciarnos como una empresa de la economía solidaria: somos el primer diario cooperativo de la provincia de Buenos Aires. Así es: este proyecto nació de la pretensión de un par de compañeros desocupados, jóvenes con títulos universitarios a cuestas, obtenidos en la Universidad Nacional de La Plata, a los que luego se les fueron sumando otros compañeros con títulos y escuelas de Buenos Aires, hasta que fue completado el mínimo exigible para poder adoptar la forma de cooperativa de trabajo. Esto ocurrió recién en el año 2007, y cuando pudimos también comenzamos a cumplimentar los requisitos legales que por entonces disponía el Instituto de Acción Cooperativa de la provincia de Buenos Aires, que era el IPAC.

Primero fue la charla de capacitación, luego la Asamblea Constitutiva, a partir de allí a esperar que la máquina burocrática nos pueda aprobar el estatuto y de allí enviar la documentación para que finalmente en el año 2008, en el mes de julio, obtuviéramos nuestra Matrícula Nacional 33.672.

Todo esto tiene que ver justamente con nuestra forma de ver las cosas, desde dónde las venimos mirando, inclusive desde nuestra primera salida como semanario, cuando este proyecto empieza a plasmarse, imprimiendo en una máquina Cabrenta 55, con nosotros mismos como operarios, allá por el año 2004.

Un año después ya salíamos dos veces por semana, los días lunes y jueves, y para el primer trimestre del año 2006 se fue conformando el equipo de gente que quería apostar a más y fueron ellos los que apostaron a la edición diaria, con información para nuestro ámbito de influencia, el noroeste de la provincia de Buenos Aires. Así el diario pudo registrar en sus páginas, esto tiene que ver con el color local que creo que es deber nuestro defender a ultranza, entrevistas a personas ilustres y no tanto, y personajes pueblerinos que hicieron a la construcción de la identidad lugareña.

Luego también recorrió los caminos de la memoria de más de cien músicos linqueños y pintenses, quienes aportaron sus conocimientos sobre las distintas bandas de música que engalanaban diferentes actividades festivas de la ciudad y sus alrededores desde la década del 40 en adelante.

También se les ha dado espacio a las clásicas actividades deportivas y culturales, como muestras de pintura o escultura, partidos de fútbol, básquet y hockey, y de acuerdo a nuestras posibilidades, en nuestras páginas y con nuestros centímetros hemos contribuido a difundir otros deportes menos masivos, como las bochas, el ajedrez, las colombófilas, entre otros.

Así venimos trabajando ininterrumpidamente desde nuestro primer día en la calle. Sin problemas técnicos, o con ellos, muchas veces salvados por la solidaridad de compañeros editores de la provincia de Buenos Aires, o los mismos compañeros de la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina -FADICCRA-, es que todos los días -a excepción del 1 de enero, el 1 de mayo y el 25 de diciembre- estamos junto a los lectores linqueños y de la región.

Con la cobertura de la noticia trágica que enluta a todo un pueblo, o con los festejos deportivos de una parte, o con la nota al abuelo de la familia como gran jefe de hogar que festeja sus 75 años o sus 80 rodeado del afecto que se ha sabido ganar en todo ese tiempo.

Hoy imprimimos también nosotros mismos, aunque ya en una máquina Garaventa, Offset plana, seis pliegos para los días lunes -con lo justo anoche pudimos correr a la terminal de ómnibus para tomar el micro que nos dejara hoy acá a la mañana-, cinco pliegos para los días martes y el resto de los días, de miércoles a domingo, cuatro pliegos.

Nuestra idea de trabajo es seguir creciendo, pero a manera de síntesis de lo que ha sido y es el papel en nuestra estructura de costos, hemos tomado dos años completos de compra de papel, que están reflejados en los balances presentados antes las autoridades correspondientes.

Los datos reflejan que durante 22 meses consecutivos e ininterrumpidamente, de enero de 2008 a octubre de 2009, fuimos víctimas, por decirlo de alguna manera, de consecutivos y periódicos aumentos en el papel. Recién a finales del 2009, a raíz de gestiones que comenzaron de alguna manera con la Federación Asociativa De Diarios Y Comunicadores Cooperativos y con Diarios y Periódicos Regionales, a través de algunas compras que se hicieron en exterior, misteriosamente, a quienes les compramos el papel, revendedora de Papel Prensa, la COPPAL, Cooperativa de Provisión de Papel Prensa, bajó los precios abruptamente un 20%.

Obviamente, habíamos quedado muy por encima de los precios que empezamos pagando, pero no podíamos dejarlo pasar por alto. Así, a comienzos del año 2008, la tonelada de papel costaba tres mil pesos más IVA; era papel resmado. En agosto de 2008, ya estaba en cuatro mil cien pesos más IVA la tonelada, llegando a octubre del año 2009 a los cuatro mil doscientos pesos más IVA, luego de lo cual vino la baja abrupta del 20 por ciento para los últimos dos meses de 2009.

Dadas estas circunstancias y también aprovechando los distintos trabajos que se vienen haciendo con la Federación que nos nuclea, a fines del año 2009, con la totalidad de los miembros de la Cooperativa de Trabajo La Posta del Noroeste, nuestra cooperativa, comenzamos gestiones ante el Ministerio de Trabajo. Había unas líneas de ayuda para empresas autogestionadas.

Allí, luego de presentar la documentación, pudimos acceder a diferentes tipos de ayuda, una de las cuales era una oportunidad para que nos compren papel resmado. Ante este punto se nos pidió que facilitáramos los nombres de nuestros proveedores en este rubro, por lo que la COOPPAL figuró en primer término, pues comparativamente siempre ellos tenían mejores precios que otros revendedores de papel resmado. Pero lamentablemente para nosotros, la COOPPAL nos negó cupo.

Es más, a petición del Ministerio de Trabajo ni siquiera cotizaron por la compra de 1000 resmas; ni por 500. Simplemente no nos quisieron vender, o no le quisieron vender al Estado Nacional, gracias al cual nos íbamos a beneficiar nosotros.

Ante esa situación, y para no desaprovechar en su totalidad la asistencia que nos estaba dando el Ministerio a través del programa de Trabajo Autogestionado, de la Secretaría de Empleo, debimos comprar en otro lado, a otro proveedor, a mayor precio.

Hoy seguimos trabajando con todos nuestros esfuerzos, y fue gracias a la asistencia del Ministerio citado que los mismos compañeros de la Cooperativa de Trabajo -mis compañeros, que me han puesto durante tres años en la Presidencia de la cooperativa- hemos consensuado en conjunto aportar un granito más para comprar un terreno. La idea era empezar a planificar el edificio para trasladar nuestra redacción y, aprovechando la recientemente sancionada ley de medios, sumar a más trabajadores, incorporando una radio y un canal local de televisión. Todavía son proyectos, la realidad es la adquisición del terreno.

Agradeciendo a ustedes por vuestra atención, desde Lincoln, provincia de Buenos Aires, nos despedimos hasta cualquier otra oportunidad en la que quieran conocer algo más de la vida en un periódico de un pueblo de la llanura pampeana, al noroeste de la provincia de Buenos Aires.

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Invito al señor Víctor Callivigioni, jefe de redacción del Semanario Doce, a acercarse al estrado para hacer su exposición.

No se encuentra presente.

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Le corresponde entonces hacer uso de la palabra al señor Daniel Robles, de la cooperativa La Masa, de Rosario.

SR. ROBLES En primer término quiero expresar en nombre de mis compañeros de la cooperativa La Masa el agradecimiento a los legisladores por esta iniciativa de convocarnos a este ámbito para expresar nuestra opinión.

Generar estos espacios de expresión nos parece una práctica muy saludable y vital para la democracia. Reconocemos la actitud de la Presidenta de la Nación de promover este tipo de debate en lo que ha sido la ley de medios de comunicación audiovisual y, en este momento, esta temática, que nos concierne específicamente en función de nuestra actividad. Creemos que esto le hace bien a la dirigencia política, y la enaltece.

La cooperativa La Masa está conformada por trabajadores de la prensa y la comunicación que decidimos apostar a la autogestión al cabo de varios años de trabajo en relación de dependencia en distintos medios. Lo hicimos por decisión propia; no somos una empresa recuperada, pero fue el ejemplo de las empresas y diarios recuperados por sus trabajadores lo que nos movió en el año 2008 a iniciar este camino.

En el año 2008 todavía no se avizoraba la ley de medios de comunicación audiovisual, y mucho menos se hablaba de una ley que declarara de utilidad pública el papel prensa, por lo que creemos que en estos dos años la Argentina está avanzando mucho en ese sentido. Esto creo que es lo primero que debemos rescatar.

A principios de año tomamos conocimiento de una resolución de la Secretaría de Comercio Interior de la Nación que establecía la igualación del precio de papel prensa, y nuestra concepción al crear la cooperativa fue tener un medio propio, que pusimos en marcha inmediatamente: un diario digital llamado Redacción Rosario, www.redaccionrosario.com.

En nuestro proyecto de desarrollo como cooperativa nos planteábamos después pasar al papel. En principio nos lo planteamos con una frecuencia semanal, y nos pusimos a hacer números y proyecciones. A principios de año tomamos conocimiento de la resolución de la Secretaría de Comercio Interior, que igualaba el precio del papel prensa. Salimos a pedir presupuesto a los propios compañeros de los diarios cooperativos -nos habíamos integrado a ADICCRA- y nos encontramos con una incertidumbre total respecto al precio del papel, incluso con la posibilidad de tener dificultades para acceder al mismo. Esto fue un freno a nuestro proyecto de desarrollo en ese sentido.

Nosotros, además de generar un medio propio, cuando planteamos la cooperativa pensando en la generación de ingresos y una fuente de trabajo hicimos una oferta de servicios ligada a la prensa y la comunicación, y en ese marco estamos prestando ese servicio desde hace un mes y medio, a partir de un convenio con quienes hacen el suplemento de Santa Fe del diario Crónica.

Los representantes de Crónica de Buenos Aires estuvieron en este mismo ámbito y presentaron un video que ha sido más que gráfico respecto a lo que ha sido el manejo de Papel Prensa. Ahí vemos una conexión directa respecto de lo que significa para el desarrollo de nuestro trabajo el hecho de que se declare de interés público, que se democratice, el acceso al papel y que se pueda tener un precio justo e igual para todos los actores.

De todas maneras, lo que queremos señalar aquí es que creemos que lo que se juega con Papel Prensa tiene que ver con el conjunto de la comunidad. Se ha mencionado aquí que los derechos a la libertad de expresión y el derecho al acceso a la información son derechos de toda la comunidad, no solo de los trabajadores de prensa, de quienes estamos ligados a la comunicación o de los empresarios del sector de la prensa.

Si por falta de acceso al papel o por falta de precio se cierra el diario, se abortan proyectos de desarrollo de diarios o se reducen páginas de diarios y periódicos, se ataca la libertad de expresión, la posibilidad de acceso a la información, porque se ataca la pluralidad misma, que es la condición básica para que se cumplan estos derechos que -insisto- son del conjunto de la comunidad.

Creemos que todos estos aspectos que hemos mencionado exceden las cuestiones políticas coyunturales, y que legislar para modificar esta cuestión es una necesidad imperiosa. De hecho los reclamos en este sentido no son nuevos ni uniformes en cuanto a su procedencia. Nuestra cooperativa está integrada por personas con identidad política, con definiciones políticas históricas.

Soy peronista -lo sabe todo el mundo que me conoce-, pero Julio Ramos, quien fuera director de Ámbito Financiero, nunca fue peronista, y sin embargo ha denunciado varias veces antes de morir la existencia de un monopolio en el manejo de Papel Prensa.

Nosotros en Rosario nos hemos enfrentado un montón de veces por cuestiones laborales, en nuestro trabajo en relación de dependencia -no hace mucho, este mismo año- con el multimedio La Capital, del Grupo Uno, capitaneado por Daniel Vila y José Luis Manzano; hemos estado en todos los ámbitos pidiendo que reincorporen a trabajadores despedidos.

Ellos tienen su monopolio en Rosario, tienen dos radios de amplitud modulada, cuando eso no lo permitía ni siquiera el decreto ley de radiodifusión de la época de la dictadura; afortunadamente ahora está la nueva ley de medios de comunicación audiovisual.

Nosotros hemos denunciado ese monopolio; el diario La Capital de Rosario ha publicado una editorial en la que plantea cómo se ve perjudicada La Capital de Rosario por el manejo que hacen Clarín y La Nación de Papel Prensa.

Se ha señalado aquí que no vienen los legisladores de la oposición, y en ese sentido me quiero dirigir en particular -humildemente, pero con firmeza- a los legisladores de mi provincia, Santa Fe, a los del Chaco -ya que soy chaqueño, y vivo en Rosario hace muchos años-, y también a los de todas las provincias, para pedirles que a la hora de discutir este tema no interpreten esta problemática en términos de una guerra entre sectores políticos. No digo que lo dejen de lado, porque es inherente a la política, a la discusión táctica y de posicionamiento, pero las urnas van a dirimir el debate político, y la Justicia es la que va a dirimir la investigación de cómo se apropiaron del papel -cuestión que no soslayo ni creo que no tenga importancia.

Si bien pienso que la disputa entre sectores políticos es saludable, no creo que deba tomarse esta problemática en términos coyunturales. Deben pensar que es necesario legislar en función de los intereses del conjunto de la comunidad, que es la que se ve afectada si no hay una pluralidad de voces que ayuden a garantizar sus derechos a la libertad de expresión y a la información.

Fundamentalmente queríamos insistir en estas cosas. Yo recuerdo incluso que en otros debates se ha enarbolado muchísimo desde esta Cámara de Diputados y desde el Senado la cuestión del interior, del federalismo. He encontrado paladines del federalismo, pero en este tema no se menciona la cuestión del federalismo, excepto los legisladores que apoyan esta medida.

Hemos escuchado varios ejemplos de trabajadores y editores de periódicos que vienen del interior, pero aquí pareciera que no está en juego el federalismo.

Insisto con la cuestión de los derechos que tienen que ver con el conjunto de la comunidad. Nosotros desde Rosario -independientemente de lo que pase aquí-, y en conjunto con la Federación de Comunicadores de Diarios y Comunicadores Cooperativos -que tenemos el orgullo de integrar-, vamos a seguir nuestra tarea, independientemente de lo que aquí se legisle o no.

La primer reunión se hizo cuando todavía era La Asociación de Diarios y Comunicadores Cooperativos, formada por el diario Independencia de La Rioja, el diario La Región del Chaco, el diario Comercio y Justicia de Córdoba y el diario de Villa María. Ellos formaron la asociación, que luego fue la Federación, y se juntaron para hacer una compra en conjunto a Chile, porque no tenían acceso a Papel Prensa. No es un capricho de nadie. Es una historia, como la ley de medios de comunicación audiovisual, que tiene muchos años de reclamo, que tiene un sustento clarito, concreto y social. Les solicito en todo caso a ustedes que transmitan esto al resto de los legisladores a la hora de legislar. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Diego Cedriani, de la cooperativa Bases de Río Cuarto.

SR. CEDRIANI Buenos días a todos, señores y señores diputados de la Nación, compañeros periodistas, autoridades presentes, señores directores de empresas periodísticas: la cooperativa de trabajo Bases comenzó en el año 2004.

Somos de Río Cuarto, provincia de Córdoba, el interior del interior. Estamos haciendo un trabajo que para nosotros es hacer política a través de la comunicación. Somos un conjunto de militantes sociales y también estudiantes de la Universidad Nacional de Río Cuarto, algunos periodistas y otros en general reconocidos como trabajadores.

La decisión de avanzar en un proyecto de ley sobre el papel para periódicos constituye, como lo dijimos varios aquí, una oportunidad histórica para afianzar la libertad de expresión. Desde nuestra cooperativa creemos que lo que está en juego es el debate de las ideas, de la capacidad de influir.

Y en este marco debemos decir que la información es un derecho humano y no una mercancía. Por lo tanto no es el mercado el que debe imponer las condiciones de su circulación.

Es el Estado, es decir todos los argentinos, el que debe "regular" la producción, circulación y comercialización del papel para diario y de toda la cadena del papel. Por ello creemos urgente la necesidad de legislar sobre el proyecto de declarar el papel para periódicos como de "interés público".

El contexto histórico. La situación imperante desde 1977 a la fecha con el papel para diarios en nuestro país definió un modelo de mercado concentrado y centralizado en la Capital Federal.

Una empresa, cualquiera de ellas, con su principal insumo garantizado no sólo en cuanto a precio sino también en cuanto a financiamiento, calidad y aprovisionamiento tiene mayor capacidad de planificar su desarrollo. Este modelo ha tenido claros ganadores y perdedores por razones que no dependieron de las propias capacidades sino de las condiciones del mercado.

El control del insumo permitió a tres medios capitalinos fortalecer su posición en detrimento de los medios locales o regionales. El diario de Río Cuarto hace veinte años que importa papel de Chile. Ese diario ha despedido a un conjunto de veinte trabajadores.

A todo esto deberíamos agregar la disputa por la pauta publicitaria tanto en la oficial como la privada. El mercado de la pauta está concentrado en los autodenominados medios nacionales a pesar de que en cualquier localidad del interior del país la relación en cuanto a cantidad de ejemplares vendidos es de 9 a 1 a favor de los medios locales, inclusive los días domingos, los de mayor circulación de los autodenominados medios nacionales.

Es decir que el público sigue prefiriendo informarse a través del anclaje local y regional que los medios del interior damos a la información. Sin embargo cuando el costo del principal insumo determina la cantidad de páginas que un medio tendrá, la información que se recorta es la nacional y en muchos casos también la provincial. Esto impide mirar el país desde los lugares de pertenencia y profundizar el debate de las problemáticas regionales a partir de un análisis global.

La cooperativa de trabajo Bases Limitada comenzó como un proyecto periodístico allá por el año 2004, y quiero mencionar algunos datos de la realidad de nuestra ciudad: tiene 180 mil habitantes, la existencia de un solo diario que no vende más de 2000 diarios por día. Todos los medios gráficos disponibles en la ciudad tienen precio de tapa. El Megáfono, que el que nosotros entregamos a la gente es gratuito. Todas las publicaciones consultan las mismas fuentes de información y por decisión editorial "dejan afuera" a un conjunto de actores que expresan intereses que representan al grueso de la población trabajadora de la ciudad.

Por ello cuando comenzamos a editar El Megáfono allá por el año 2004, distribuíamos 1.000 ejemplares a dos colores, impresos en una impresora offset de la ciudad de Río Cuarto, distribuidos en 200 puntos de la ciudad. El producto era gratuito, como decíamos, con 12 páginas, pero el costo total del papel y la impresión implicaba el 80 % de la estructura de costos.

A mediados del siguiente año, 2005 decidimos dejar de editar la publicación y seguir trabajando en la edición de otros medios periodísticos e informativos de la ciudad, propiedad de gremios, organizaciones sociales y asociaciones vecinales, con el objetivo de armar el taller gráfico propio.

En abril de 2008 logramos constituir la Cooperativa reconocida, que forma parte del Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina -FADICCRA- y a Diarios y Periódicos Regionales de la Argentina -DyPRA-. Esta asociación permitió avanzar en la organización del sector, en la capacitación, en encontrarnos los siete medios cooperativos del país y en avanzar en diferentes etapas del trabajo.

Sin esa Asociación no hubiéramos podido imprimir. En la actualidad, imprimimos en la cooperativa Comercio y Justicia en papel diario. El salto de escala nos permitió trabajar y comprender aún más las posibilidades que teníamos asociándonos con otros medios.

Hoy El Megáfono está en la calle desde marzo de 2009, con una tirada de tres mil ejemplares que son distribuidos en 150 lugares de la ciudad de Río Cuarto, priorizando los gremios, las escuelas, las cooperativas, las organizaciones sociales, las instituciones, los otros medios de comunicación que nos leen. Somos reconocidos en la ciudad como el segundo medio de comunicación impreso de llegada por cantidad de ejemplares.

Como la mayoría de los medios regionales del país, el recorte de la información se realiza sobre los temas nacionales. Los temas nacionales no tienen la profundidad en el debate. No voy a dar precios, porque ya lo han dado todos. Nuestro semanario tiene 16 páginas impresas, y si pudiéramos comprarlos al mismo precio que La Nación y Clarín, duplicaríamos la cantidad de páginas, probablemente sería a color e incorporaríamos tres o cuatro trabajadores más.

Hoy somos quince, la reducción del precio en el costo del papel sería de aproximadamente un 30 por ciento; hoy el papel implica alrededor de un 65 por ciento de los costos en nuestra cooperativa.

Aunque esos tres puestos de trabajo adicional que podemos dar no parecen dar un gran salto cuantitativo, sí sería un importante paso en lo cualitativo, dado que el medio ampliaría la cobertura informativa y posibilitaría desarrollar otras áreas de nuestra cooperativa.

Nuestra cooperativa, nuestro semanario, obviamente no tiene pauta municipal, ni provincial y aún menos nacional. Por lo tanto, recibe el subsidio del trabajo de todos nosotros con otras áreas de producción de la cooperativa de las impresiones en general.

A modo de cierre, queremos agradecer la oportunidad de estar aquí.

El debate sobre la ley de servicios de comunicación audiovisual sirvió como un aprendizaje colectivo que permitió avanzar en la concreción de la pluralidad de voces. Sin embargo, estamos convencidos de que no tenemos que construir y/o replicar el sistema de medios vigentes. Debemos construir uno nuevo sobre la base de los medios comunitarios, cooperativos, los medios públicos universitarios, las miles de voces del pueblo organizado y las diferentes asociaciones, como FARCO y otras, que forman parte del arco político local.

Debemos consolidar una estructura mediática que no replique la ya existente y que tenga la lógica de la comunicación como un derecho y no una mercancía. Y esa tarea es de todos, inclusive esta Cámara de Diputados. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Julio Delgado, de ADICCRA de La Rioja.

SR. DELGADO Buenos días. Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina, diputados presentes, señores asesores de los diputados presentes, colegas de los medios presentes, compañeros cooperativistas: represento a la Cooperativa de Trabajo Copegraf Ltda., de la provincia La Rioja, editora de El Independiente. Se trata de un diario de una provincia del noroeste argentino, de 340 mil habitantes.

El Independiente recorre el periodismo gráfico desde hace 50 años, tiene más de 19 mil doscientas ediciones. Desde hace 39 años incursiona también en el cooperativismo de trabajo. La asociación es pionera en el rubro del cooperativismo, editora del diario.

Hoy en la Argentina estamos acompañados por cuatro diarios cooperativos, un semanario y un portal digital. Juntos conformamos la federación ADICCRA e integramos también la cooperativa DyPRA.

Consideramos de suma sensibilidad la cuestión de la provisión de papel a precios competitivos, en la cantidad y con la calidad necesaria y condiciones de venta accesibles y acordes a la realidad del país. También dependemos de la mayoría de nuestros ingresos, como publicidad y agencias.

Hoy tenemos una tirada promedio de 11.500 ejemplares, con picos de 14.500 los lunes y 9.800 los martes y miércoles. El mínimo de nuestro tiraje es de 48 páginas, con picos de 72 u 86 páginas los sábados o fechas especiales, que cada vez son más seguidas afortunadamente. El precio del diario es de 2,50 pesos de lunes a sábado y de 3,50 pesos los domingos, con la revista.

El problema del papel fue siempre esencial para la producción periodística y gráfica de un diario. Al comienzo fue resma, luego bobinas, pero los problemas fueron siempre los mismos: la provisión, el precio y la calidad.

Más del 60 por ciento del papel que se consume en nuestra rotativa es de intermediarios o importadores -algo más de 60 toneladas. De ello casi el 50 por ciento es importado, cuando las condiciones de compra son accesibles y con crédito. Hoy por hoy el papel que adquirimos -nacional, papel prensa, en forma directa, con cupo- lo pagamos 2.777 pesos la tonelada, más 4.300 pesos de flete a La Rioja -por camión o medio camión-; estamos a 1.250 kilómetros de la Capital Federal, un poco menos de San Pedro, donde está la papelera.

A Papel Prensa le estamos comprando una carga por mes. Desde hace algunos meses nos venden en las condiciones preestablecidas -es decir, pago anticipado; no existe en Papel Prensa el pago a crédito o al contado- una carga, y dos en condiciones favorables -según el stock y la demanda en la planta.

Si compráramos a un importador o a intermediarios el papel prensa nacional nos costaría 3.309 pesos y el importado, 4.220 pesos la tonelada. Esto más el flete de 4.300 pesos.

El papel importado suele ser de Chile, Canadá, Sudáfrica o Rusia, de los importadores Papel de Tucumán o CODIPA. La calidad, que es otra cualidad importantísima, varía significativamente entre estos. Generalmente lo que se puede conseguir a crédito barato no siempre tiene la calidad acorde a la tirada del diario.

Hoy en nuestro diario el costo de la materia prima papel incide en un 55 o 60 por ciento aproximadamente respecto al total de costos de materia prima e insumo para la producción de nuestro diario. El resto de los materiales lo componen chapas, películas, químicos, tintas, etcétera.

El precio de venta por cada ejemplar, compartido por el canillita o distribuidor y el Fisco, no alcanza para cubrir esa producción del diario.

En este sentido cabe decir que el precio del ejemplar, particularmente en el interior, se ha devaluado significativamente.

Hoy los 2,50 pesos distan mucho de ese paralelismo que el diario tenía con otros elementos de consumo popular, como el cigarrillo o la gaseosa. En un tiempo el diario estaba a la par de esos elementos y hoy está muy por debajo de aquéllos.

Por este motivo es que la permanencia de los medios se debe, según el volumen del diario, a la publicidad comercial u oficial que tenga el mismo.

Los medios tratan de mantener una ecuación de 60/40 o 70/30 para la relación información/espacio publicitario. No obstante ello, El Independiente ha mantenido durante muchos años suplementos especiales, como "Familia y Cultura", "Economía Social" o "Historia y Cultura", con elaboración propia y sin ningún tipo de publicidad.

Creemos, por lo menos así lo sufrimos los diarios del interior, que el padecimiento del papel es añejo como la misma edad del diario a quien nos debemos. Desde el mismo momento en que El Independiente se voceó en las calles ya padecíamos el problema del papel. En aquel momento era aun más complicado, debido a la distancia y la forma de transporte.

Todas las organizaciones, cooperativas de provisión de papel, reuniones, foros, etcétera, que se comenzaron a organizar en aquellos años, tenían como misión analizar, estudiar, proponer o elevar informes en base a esta problemática muy sensible.

Hoy en día también, en cada reunión y/o agrupación a conformarse, surge esta problemática común a todos los diarios, semanarios o iniciadores de publicaciones.

El otro tema es la publicidad, que también tiene un nudo o puntos en común en esta cuestión del papel. Hablábamos de la problemática de la provisión del papel, que empeoró más en los años 2001-2002, cuando nuestro diario sufrió muchas penurias, entre ellas el costo del papel, que de salir 500 pesos pasó a 500 dólares, 5 veces más en ese entonces. Para peor, con el recálculo y la designación de cupos por parte de Papel Prensa -el más importante productor de papel nacional- pasamos a tener un cupo de 8 toneladas. Supimos en ese momento de otros diarios que se quedaron directamente sin cupo.

El papel importado se fue a las nubes y se nos hacía muy complicado hacer nuestro diario. Para colmo de males, hasta ese momento el único diario cooperativo, el nuestro, se quedó fuera de la famosa "ley de competitividad", que se firmó con los diarios comerciales para permitir la desgravación del IVA en aportes previsionales.

Sólo con una gran decisión y con el aporte de todos los compañeros pudimos salir adelante. Hasta hoy sufrimos resabios de aquella crisis. Pero lo bueno, por decirlo de alguna manera -lo bueno que nació de lo malo-, es que a partir de ese momento ya no fuimos el único diario cooperativo. Debido a esa crisis se formaron las cooperativas del diario de Villa María, de Comercio y Justicia de Córdoba y el diario de Resistencia. Luego vinieron los Benjamines y La Posta de Lincoln. Hoy estamos en la lucha de poner a hacer diario a los compañeros de La Masa de Rosario, y a Bases de Río Cuarto. Y tal vez se sume EcoDias, de Bahía Blanca.

Entendemos que es muy importante la decisión del Estado argentino de participar en la problemática de papel para diarios. Esto debido al interés general de la población, y al interés mismo de deberse al pueblo argentino, defendiendo sus pertenencias. En este caso, son acciones en una empresa privada.

Fue importante para todos los medios la resolución 01/2010, de la Secretaría de Comercio Interior, y nuestro diario fue el primero que interpuso -ante la presentación de Papel Prensa de una medida cautelar de esa resolución- ante la Justicia Federal una acción declarativa de certeza y de no innovar con respecto a la resolución. Luego siguieron los compañeros del Chaco, de Rosario y de Córdoba.

Desgraciadamente no hemos tenido respuesta todavía -sí de Papel Prensa rechazando nuestra presentación-, y en la práctica la igualdad que vimos provechosa y necesaria a nuestro entender fue mal ejecutada por la empresa de papel, y se igualó el precio "para arriba". Recién los compañeros hablaban de una diferencia del 30 por ciento por debajo; ahora se igualó para arriba, el precio es caro para todos.

En el último mes, agosto, la materia prima subió un 14 por ciento. Creemos que los anclajes del dólar o el mercado internacional no fueron los motivos de la suba, porque si antes eran estos, ahora no lo son, por cuanto el dólar se mantiene estable y el precio internacional no sufrió ese movimiento.

Es más, al decir de los entendidos en la materia, hay una sobreproducción por la cada vez menos demanda de papel, que debería hacer bajar el precio.

Apoyamos la decisión de la señora Presidenta de la Nación en la participación del Estado argentino en esta temática del papel, pero decimos asimismo que no estamos embarcados en ninguna guerra, sino que defendemos la posición social de dignidad.

Aún así, reconocemos que somos los grandes perdedores de las estrategias comerciales elaboradas por Papel Prensa en más de 30 años, en favor de sus accionistas editores de diarios, que les posibilitó ubicarse en una posición privilegiada para acceder a precios por demás competitivos -por debajo del precio de producción, de acuerdo con lo informado por los directores representantes del Estado argentino- y a autoproclamarse diarios nacionales, para ubicarse de mejor manera -o de la única manera- para absorber una gran porción de la torta publicitaria oficial o comercial. En este punto sabemos todos los diarios del interior que no hay diario nacional que penetre más que un diario local o regional.

Esto también posibilita que los diarios comerciales como Clarín, La Nación y La Razón en su momento, tener un stock para cuando se lo necesite, para ocasiones especiales, como son las elecciones y hay que imprimir boletas de sufragio. También suelen imprimir revistas especiales, como folletos de compra de las grandes cadenas de súper o hipermercados donde se utiliza el mismo papel que los diarios. Y esto se ha hecho en forma conjunta y sindicalizada de los diarios que acabo de nombrar.

Creemos también importante la injerencia del Honorable Congreso Nacional en esta temática, porque no es sólo una cuestión de materia prima para diarios, es también la expresión de millones de argentinos que ven reflejada en su diario local y regional su propia historia, la realidad de su provincia, localidad, región. Es también, defender la iniciativa de poder dar a conocer las ideas, información, textos educativos, o reglamentaciones sindicales. Porque todo se mueve a partir de tener papel. Así es que las universidades, sindicatos, organizaciones barriales podrán tener su propia publicación.

Y los diarios podrán destinar una mayor porción y más páginas a la información del día a día, de historias de vida y de opinión de la gente.

Queda para lo último de esta humilde ponencia, la de expresar mi voluntad, junto a la de mis compañeros, como ya lo hicimos por más de 50 años, de luchar y de honrar la tarea periodística de nuestro medio, sin descuidar el bienestar social de toda nuestra comunidad, y la de seguir acompañando -a partir de estas experiencias de medios cooperativos ADICCRA y de DyPRA- toda libre expresión de nuestro pueblo argentino, en este caso, desde la economía social, para y por la dignidad del hombre a partir del trabajo.

Gracias estimados diputados nacionales de esta Comisión, y en ustedes a todo el Congreso Nacional. Gracias por escuchar, en este caso a El Independiente de La Rioja. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora Miriam Leo, directora del diario Nueva Sierra de Mar del Plata.

SRA. LEO Buenos días a todos, colegas, diputados, asesores, a todos los presentes.

La verdad que es bastante difícil, sobre todo siendo la última, agregar algo nuevo a lo que dijeron tantos colegas. Esto hace obvio que el problema que nosotros tenemos con nuestro periódico es el mismo que tienen casi todos los medios del interior del país.

Nueva Sierra tiene doce años, y es sólo uno de los tantos, evidentemente, que ni siquiera tiene un cupo propio de papel. Nosotros salimos gracias a las sobras de los cupos de otros. Si no fuera así, seguramente tendríamos que editar en una hoja A4, doblada al medio, como lo hacen tantos otros también. Eso no deja de ser un medio de prensa, lo importante es el contenido.

Pero obviamente no tienen el mismo olor, ni el mismo sabor, ni para los que lo hacen ni tampoco para los lectores. Tenemos muy buena prensa en el país, tenemos buenos periodistas, tenemos excelentes escritores y pensadores, pero sin el elemento básico y necesario para darle marco a la noticia y a la información.

Somos medios que no sólo no tenemos acceso al papel, sino que tampoco tenemos acceso a la pauta oficial, ni nacional, ni provincial ni municipal. La verdad que para ser honesta, espero tener que volver acá pronto para dar también ese debate, porque es otro de los flagelos que evidentemente sufrimos los pequeños medios del interior.

Por eso siempre decimos que nuestro único capital es la credibilidad de la gente. Sólo con eso contamos. Nuestros vecinos -el nuestro es casi un diario de barrio- nos apoyan. A veces se dice que la gente repite lo que dice el diario, pero tal vez el diario repite lo que dice la gente. Es como que hay una simbiosis. Porque nos dedicamos a escucharlos, para tratar de transmitir lo que ellos piensan.

En cambio para otros es y fue la concepción del monopolio informativo. La concibieron en la radio y en la televisión y también fue la estrategia planteada por Clarín en la gráfica desde hace muchos años. Mi infancia estuvo muy relacionada a Clarín. Mi padre trabajó ahí muchos años. Ya de grande contó que Ernestina Herrera era la empleada que tomaba los clasificados en Corrientes 555. También comentaba que cuando llegó Magnetto a Clarín, Noble, que ya estaba enfermo, llamó a un par de empleados muy allegados a él y les dijo: "Tomen esto y..." -era una ayuda económica- "...pónganse algo, porque cuando yo no esté acá las cosas van a cambiar, y mucho, y esto lo van a necesitar."

Así fue, a los pocos meses que falleció Noble papá se fue del diario y las cosas cambiaron. Ya en esa época, en esos años, una de las tareas más importantes y más caras era la distribución del diario en todo el país, era lo más importante. A veces era más importante que los contenidos.

Clarín tiene todo el papel y toda la pauta y está en todos los kioscos del país, porque las ventajas y los privilegios que tiene sobre el acceso al papel le permiten afrontar los enormes costos de la distribución. Fíjense que paradójicamente nosotros podríamos imprimir más barato en Buenos Aires, pero los costos de transportarlo a Mar del Plata hacen que no sea conveniente. Por eso lo pagamos más caro en nuestra ciudad.

Clarín a veces es un mal para Mar del Plata. Les cuento por qué. Cuando los intendentes de turno no los eligen para las campañas publicitarias en las promociones de Mar del Plata, bastardean desde sus medios a la ciudad hasta que parece el peor destino turístico o bien hasta que consigan la pauta. Sin embargo, los domingos se venden más diarios Clarín que La Capital en Mar del Plata, y en temporada llega al triple la diferencia. Más allá de los reparos que yo tenga contra La Capital, nuestro Clarín marplatense y Florencio Aldrey Iglesias, nuestro Magnetto marplatense, esto me parece una vergüenza.

Entre otras cosas porque Clarín puede imprimir indiscriminadamente, distribuir en todo el país inundando con su diario, porque la devolución de los kioscos se la compra Papel Prensa casi a precio de tapa. ¿Quién más tiene ese privilegio? Clarín y La Capital, éste es nuestro Clarín marplatense, están tan obsesionados por conseguir y mantener el monopolio informativo que compran o fundan diarios más pequeños en el interior. La Voz de acá o la Voz de allá son de Clarín, como si tener un periódico en el interior fuera un negocio. Les aclaro que no es así. Y tienen un par de cosas que son un denominador común entre todos ellos.

La más importante es la oferta sexual, colaborando todos esos diarios con el aumento permanente de la trata de personas, sobre todo de mujeres y niñas. Esto es una vergüenza, debería estar prohibido, pero seguramente será otro debate.

En Estados Unidos -sé que a muchos tal vez los entusiasme, aunque seamos una mala imitación- las principales escuelas destacan la importancia de los diarios locales; casi todos los diarios son locales, más gordos, con mayor tirada o más importantes, según los lugares a los que pertenecen, pero son locales.

Un diario local es parte del motor que mueve a una comunidad, que promueve las actividades locales e incentiva las culturales. Otro colega habló del federalismo, y yo en esto quería apuntar que cuando uno viaja, si quiere conocer lugares, gente, cultura, costumbres, medios de vida diferentes, no compra Clarín, sino el periódico local. De esa manera se conecta con la realidad de un lugar. Esos son los medios que día a día apoyan a su gente en cada actividad, en cada iniciativa para contar con escuelas o lo que haga falta.

Si quisiéramos apuntalar al federalismo tendríamos que tratar de que cada pueblo tenga su diario. Yo sé que la ley de medios es importantísima para esto, pero si bien hoy en el país tenemos malos ejemplos con respecto a la prensa gráfica -porque vemos tapas que no podemos creer que existan, con tremendas mentiras-, en rigor a la verdad el compromiso de la tinta, de la noticia, suele ser como un sello de garantía para los lectores.

Nosotros en Mar del Plata tenemos un vespertino digital, 0223, y la verdad es que logramos tener más lectores que diarios La Capital vendidos, sin embargo no tenemos la posibilidad de llevarlo a la gráfica, porque no tenemos la garantía del acceso al papel, por los costos, por la continuidad en el tiempo, por la factibilidad del crecimiento del medio y la posibilidad de sostenerlo. Es por eso que, teniendo lo más importante -los recursos humanos, las herramientas periodísticas- no podemos garantizar el proyecto, porque no podemos garantizar la logística del papel.

Este tema da para un debate mayor, pero sé que están todos con ganas de irse a comer y soy la última oradora, por lo que voy a tratar de terminar.

Recién el señor que anota a los oradores me decía que esto se pasa en vivo en la Cámara y que además se va a poder ver en la página Web de la Cámara. Creo que esto es importante, estaría bueno que los legisladores escucharan a todos y a cada uno de los que pasamos por acá.

Yo, por si lo ven, quiero pedirles algo, y quiero hacerlo casi como cuando escribo, en nombre de los vecinos, de la gente, en nombre de todos: cuando tengan que votar -y no hablo solamente de Papel Prensa sino de todos los demás temas- no lo hagan más en contra del gobierno, no lo hagan en contra de Clarín, porque la verdad es que a nadie le importa. Yo quiero pedirles que realmente voten pensando en el país, en el pueblo, en nuestros hijos, en el futuro de todos.

Voten por la libertad de expresión, porque al país lo gobiernen de aquí en adelante los que consigan el voto del pueblo, nos gusten o no los resultados. Voten para que nos gobiernen los que consigan el voto del pueblo. Cuando voten háganlo pensando en la igualdad de oportunidades para los argentinos y para que se terminen los privilegios.

Quiero decirles que nuestros abuelos, nuestros padres, realmente trabajaron y aportaron mucho para que proyectos nacionales y estatales como el de Papel Prensa fueran una realidad. Hoy no pueden.

Ningún legislador debiera negarle al Estado la potestad y el deber que tiene de regular el precio y la distribución de papel, porque la libertad de prensa no puede ser un privilegio de unos pocos ni un privilegio de Clarín, sino un derecho de todos los argentinos.

Muchas gracias por esta posibilidad que me han dado de poder participar. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Muchas gracias.

Esta fue la última exposición. Durante esta etapa de la mañana de la audiencia pública han hecho uso de la palabra doce expositores. Están anotados para presentar sus ponencias quince oradores durante la tarde.

Vamos a reanudar a las 15 y 30.