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Reunión del día 16/09/2010

- 2° PARTE AUDIENCIA PÚBLICA - PAPEL PRENSA

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los dieciséis días del mes de septiembre de 2010, a la hora 15 y 26:
SRA. PRESENTADORA En nombre de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, doy la bienvenida a la segunda parte de la primera audiencia pública sobre Papel Prensa, convocada por la señora diputada nacional Juliana Di Tullio, presidenta de la Comisión de Comercio de la Honorable Cámara.

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Independientemente de que algunos diputados están llegando al auditorio, damos comienzo a la reunión a fin de no demorar demasiado su inicio.

Antes de conceder el uso de la palabra al primer orador, la Presidencia recuerda que no hay espacio para preguntas y que la versión taquigráfica de las audiencias será publicada en el sitio web de la Cámara de Diputados. Además, las reuniones están siendo televisadas en vivo no sólo desde el sitio web de la Cámara de Diputados sino también por diferentes medios.

En la apertura de esta reunión de la tarde hará uso de la palabra el señor Gustavo Isaac, del diario "Ámbito Financiero".

SR. ISAAC Señora presidenta, señores legisladores, colegas presentes y ciudadanos argentinos interesados en el devenir de nuestro país: esta tarde tengo sobre mis espaldas una responsabilidad enorme, cual es representar en estas audiencias informativas que se están llevando a cabo en la Cámara de Diputados de la Nación al diario "Ámbito Financiero".

¿Por qué digo que es enorme la responsabilidad? Porque nuestro mensaje está cargado de una vasta historia respecto del tema que ha originado estas audiencias públicas. Fue Julio Ramos, fundador de nuestro diario, quien hace dieciocho años planteó sin tapujos la necesidad de que todos los medios de prensa, en igualdad de condiciones y sin prebendas, pudieran acceder libremente a la compra de la materia prima principal para la producción de un medio gráfico: el papel.

Es preciso entender que hablar de Papel Prensa es hablar de libertades públicas y no de una coyuntura política. Así lo comprendemos cada uno de los que integramos nuestra empresa, donde el tratamiento de esta temática es parte de la mística en que su fundador nos supo imbuir a todos los que pasamos por esta escuela de periodismo independiente que es el diario "Ámbito Financiero".

Por estos motivos, creemos que lo primero que debemos hacer como parte de un medio -aunque también tendrían que hacerlo los señores legisladores y la ciudadanía en general- es responder a una pregunta básica: ¿es importante para los intereses del país y las libertades públicas, el tratamiento y aprobación de una ley que permita el acceso igualitario de todos los medios gráficos, sin excepción, a la compra de papel? Reitero la pregunta básica que nos debemos formular: ¿es importante para los intereses del país y las libertades públicas, el tratamiento y aprobación de una ley que permita el acceso igualitario de todos los medios gráficos, sin excepción, a la compra de papel?

La respuesta es clara y debe ser contundente. Nadie que en verdad sea un defensor del Estado de derecho puede hacerse el distraído u oponerse seriamente al dictado de una normativa que asegure aquellas libertades a todos los medios de prensa basados en la igualdad en el trato y la transparencia. Los medios siguen siendo el vehículo para que la sociedad pueda expresarse. Coartar ese derecho implica silenciar la voz del pueblo, que es la base de la representatividad de los legisladores que componen esta Cámara y también de quienes integran el gobierno, ya que todos ellos han sido electos por el voto popular; no por el voto de las corporaciones.

Con el objeto de ser más gráfico para que se entienda claramente de qué estamos hablando, tomaré como ejemplo a la empresa que represento y citaré algunos números.

Si consideramos la masa salarial que tiene "Ámbito Financiero", el papel utilizado por nuestro diario representa aproximadamente entre el 28 y el 33 por ciento de los costos mensuales del medio. Reitero: entre el 28 y el 33 por ciento de los costos mensuales del medio.

"Ámbito Financiero" no tiene cupo de papel prensa. Entonces, las preguntas que debemos formularnos a continuación son las siguientes: ¿quién le provee el papel? ¿Cómo "Ámbito Financiero" tiene papel para publicar sus diarios y revistas mes tras mes?

Tiene dos vías. La primera, que podemos llamar "A", es la importación de papel; es decir, comprarlo en el exterior y traerlo a la República Argentina. La segunda, que sería la "B", es la compra a revendedores -muchas veces se trata de revendedores de Papel Prensa-, que en el medio son conocidos como "bolseros".

Cuando se sigue la vía "A" -la importación de papel-, el pago es anticipado cuando el insumo llega al puerto. Esto trae aparejado un desfase desde la orden de compra, que por un problema de estacionalidad debe ser realizada siempre entre sesenta y noventa días antes. En otras palabras, las plantas productoras de papel en el exterior requieren que la orden de compra se efectúe entre sesenta y noventa días antes -en algunos casos un poco más- de la compra efectiva del papel.

El pago se realiza al contado cuando la mercadería llega al país. Es decir que cuando el papel llega al puerto, la empresa tiene la obligación de abonar al contado el ciento por ciento de su valor. Luego, la utilización de la materia prima se extiende el tiempo que sea necesario.

Lógicamente, el pago anticipado trae como consecuencia un costo financiero; además, al haberse realizado en moneda extranjera, existe un riesgo cambiario adicional acorde con el tiempo de compra y la cantidad de meses en los que se va utilizando la materia prima.

Cuanto más papel se compra, mayor es el costo financiero por la inmovilización de los insumos y mayor es el riesgo de una variación cambiaria que distorsione la ecuación económica de la empresa.

La otra alternativa que mencioné es la compra a revendedores o "bolseros". Venden tanto papel importado como bobinas de Papel Prensa. Por supuesto, en ambos casos el precio que pagamos a estos "bolseros" al cierre de la operación de compra es mayor al que abonaríamos en caso de importar directamente el papel o si tuviésemos un cupo para comprarlo a Papel Prensa.

En el caso de la importación directa, los "bolseros" nos dan una ventaja: el precio está fijado en pesos, y si bien es mayor no existe el riesgo cambiario. O sea que tenemos previsibilidad acerca del costo del papel y podemos ir comprando en la medida de nuestras necesidades.

Así trasladamos el riesgo cambiario de la orden de compra que hacíamos en la importación directa al revendedor, quien asume ese riesgo.

Por otro lado, en el caso que compremos a revendedores de Papel Prensa absorbemos un sobreprecio que nos deja en desventaja en relación con los que poseen el cupo de esa empresa. Si quien posee el cupo de esa empresa paga 100, nosotros que no lo tenemos pagamos 120 al revendedor. Para que se entienda más claramente aún, la diferencia de costo que pagó "Ámbito Financiero" por el papel en 2009 por no haber tenido cupo de Papel Prensa y haber comprado papel importado o a revendedores ascendió aproximadamente a 2 millones y medio de pesos. Repito porque es una cifra que no es muy fácil de absorber para un medio: en el año 2009 la diferencia que tuvo Ámbito Financiero comprando el papel a través de la importación o de revendedores, en lugar de tener cupo dentro de Papel Prensa, fue de 2 millones y medio de pesos.

Hay un tema más que tenemos la obligación moral de plantear. Como sabrán ustedes, hace dos años "Ámbito Financiero" fue adquirido por accionistas del interior del país, y por ello no podemos abstraernos de la realidad que viven muchos medios distantes de la Capital Federal. Mucho se habla diariamente del federalismo, pero no sólo se debe hacer en un discurso sino plasmarlo en los hechos. Deseamos destacar que la situación que planteamos en relación con los costos que representa el papel como insumo para "Ámbito Financiero" es inmensamente más gravosa para muchos diarios del interior del país, lo que provoca que lentamente algunos de ellos se vayan extinguiendo.

El motivo es muy simple: los diarios del interior del país tienen costos salariales más bajos por tener redacciones más pequeñas que las de la Capital Federal, pero el cuerpo del diario -su cantidad de páginas- no varía demasiado de la cantidad de páginas de los diarios nacionales pues contiene la información local más la nacional. Sin embargo, su circulación, su precio de tapa y sus tarifas de publicidad son sensiblemente inferiores. El precio de tapa de un diario de la provincia de San Luis seguramente será inferior al precio de tapa que tenga un diario nacional de la Capital Federal. Y no es lo mismo comprar publicidad en una página de "Ámbito Financiero" que en el diario "El Ciudadano" de Rosario, los valores son totalmente diferentes.

Los precios de la provisión de papel para esos diarios del interior hacen que la incidencia general sobre los costos sea mucho mayor y aún más agravada en el caso de aquellos que no tienen cupo de Papel Prensa.

Por ello, independientemente de los vaivenes políticos capitalinos, es imperioso que los señores legisladores representantes de diversas provincias del país tomen contacto directo con sus empresarios locales para escuchar la problemática que se les plantea para defender a los diarios regionales que tantos aportes han dado a la historia de nuestro país a lo largo de los últimos doscientos años.

Por todo lo mencionado no nos debe asustar esta discusión. Debemos desdramatizarla y sustraerla de la coyuntura política y de los eventuales enfrentamientos de las partes intervinientes en la sociedad Papel Prensa, independizarla de oficialismo u oposiciones, puesto que ambos nos hacen sentir a quienes no somos parte de la discusión que las posturas de unos y otros nos dejan en la cornisa, pero del lado de afuera y prontos a caernos al abismo.

No volvamos repetir la historia cuando Julio Ramos planteaba este mismo tema hace muchos años y muchos políticos y empresarios le decían en privado que estaban de acuerdo pero después lo fustigaban públicamente o hacían silencio. Es responsabilidad de toda la clase dirigente que haya tratamiento y aprobación de una ley sobre este tema que permita el acceso igualitario a todos los medios del país al principal insumo para la prensa gráfica: el papel.

Como decía hoy en su columna uno de los periodistas de nuestro diario, este es un debate en beneficio del interés común y depende fundamentalmente tanto de los socios de Papel Prensa -entre ellos el gobierno- como de los legisladores que actúan con vistas al interés público y al bien común. En definitiva esto debe ser una bocanada de aire fresco para la democracia y la igualdad ante la ley, tantas veces declamada y muchas menos practicada.

Por eso queremos hacer el aporte desde "Ámbito Financiero" a esta audiencia pública para dejar planteado el tema y entender que nadie que trate de defender la libertad de prensa y las libertades públicas y que sea defensor del Estado de derecho puede oponerse al tratamiento que permita a todos los diarios de este país tener un acceso igualitario y transparente al papel.

Más allá de los negocios, corporaciones y relaciones muchas veces no muy claras entre los socios de Papel Prensa, incluido los gobiernos que pasaron desde 1971 -que fue la creación de Papel Prensa- hasta ahora, es la primera vez que estamos en un foro de debate donde muchos diarios del interior y legisladores que representan a esas provincias que tienen muchos diarios -algunos de ellos al borde de la extinción- tendrán que hacer escuchar su voz en este debate para fortalecer las instituciones de derecho. Muchas gracias. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULIO Tiene la palabra la licenciada Beatriz Paglieri, directora de Papel Prensa por parte del Estado Nacional.

SRA. PAGLIERI Señora presidenta de la Comisión de Comercio, diputados presentes, editoriales e interesados en este tema que realmente es de interés público: en primer lugar quiero agradecer a quien me precedió en el uso de la palabra. Sin ninguna duda el discurso de "Ámbito Financiero" es absolutamente convergente con el trabajo que está haciendo el Estado nacional, pero quisiera hacer una pequeña observación. Las acciones las posee el Estado nacional y no los gobiernos. Lo que pueden hacer los gobiernos es lograr precisamente que esto que es de todos pueda democratizarse y que la gestión sea diferente, pero las acciones clase B son del Estado nacional, cualquiera fuera el gobierno. Por eso debe entenderse como una política de Estado que excede a cualquier gobierno. Lo importante es la iniciativa que se tuvo.

Tal vez tengo esta susceptibilidad por pertenecer al gobierno, al Estado nacional como funcionaria pública, y me pareció apropiado hacer esta aclaración.

Ustedes saben que yo soy directora titular, en representación del Estado nacional, en el directorio de Papel Prensa desde el 27 de octubre de 2009.

Como tenemos que ser muy breves en las exposiciones, voy a puntualizar sobre el tema que tiene que ver con las ventajas competitivas y apuntalar el discurso de quienes me han precedido en el uso de la palabra esta mañana, que sé que se han referido a este tema. También voy a ofrecer información, por eso he depositado esos documentos sobre lo que se ha trabajado, a fin de que la Presidencia pueda distribuirlos.

Hay un informe que ha hecho la SIGEN con números que detallan qué pasó en 2009, que es la base de lo que yo voy a exponer, y figuran también todas las acciones judiciales que tienen que ver con pedidos de información. Además de la información que nosotros tenemos, que es la de los balances a la que pueden acceder todos, hemos pedido informes para analizar profundamente el tema y no tener que trabajar con promedios. No lo hemos conseguido, por lo tanto ofrecemos la información que nosotros hemos pedido, porque si bien hay que hablar de precios y de cupos también hay que hablar de costos y para analizar costos se tiene que contar con la información primaria.

Así que tenemos claro que una cosa es el precio, que es el que todos podemos conocer porque es de dominio público, pero otra cuestión son los costos de producción cuando estamos entendiendo que de este trabajo tiene que derivarse una política pública.

Cuando hace pocos días nosotros presentamos el documento "Papel Prensa: la verdad" dijimos que estábamos basándonos en tres ejes y el primero tenía que ver con la apropiación con métodos del terrorismo de Estado. Pero yo me voy a referir al segundo eje, que tiene que ver con los motivos por los que en realidad ellos se apropiaron de las acciones clase A, que eran las que les permitía tomar el control de la empresa, gerenciarla y ponerla a su servicio.

¿Para qué ponerla a su servicio? ¿Por qué esta empresa? Porque lo que necesitaban era generarse beneficios en términos de ventajas competitivas.

Las ventajas competitivas, sin ninguna duda, están basadas en dos vectores o aspectos, que es indispensable analizar y repetir. Tal vez, a medida que vayan escuchando a cada uno de los medios interesados, este tema va a ser recurrente.

En primer lugar, el primer vector se relaciona con tener el monopolio o la decisión absoluta sobre a quién le vendo y a quién no le vendo. Es decir, lo primero que impone Papel Prensa es una barrera de acceso a un insumo que es fundamental para la producción y la edición de diarios. Entonces, la primera barrera que pone Papel Prensa, y que ha impuesto históricamente, es a quién le vendo y a quién no le vendo papel. Al definir a quién sí y a quién no, está definiendo con quién compite, con quién se asocia, quién es complementario y quién no lo es, quién crece y prospera y quién no prospera o nunca se desarrolla, nunca nace, en el mercado gráfico.

Sin ninguna duda, la definición de cuál es el abastecimiento que hace Papel Prensa bajo esta premisa está definiendo cuál es la escala a la que va a producir y en la cual va a satisfacer al mercado interno.

El mercado interno tiene una demanda sostenida desde hace muchos años de aproximadamente entre 260 mil y 270 mil toneladas. No obstante estar presupuestado que en el año 2009 iban a producir 180 mil toneladas, más allá de que eso también determina que estarían produciendo y teniendo un objetivo que está por debajo de la capacidad instalada, produjeron solamente 158 mil toneladas.

¿Por qué en febrero del año 2009 hacen un presupuesto, determinan que van a producir 180 mil toneladas y terminan produciendo 158 mil? Esta es una respuesta que no podemos darles pero sin ninguna duda la que surge espontáneamente es que producen solamente para autoproveerse.

La producción de Papel Prensa destinada a las empresas relacionadas está por encima del 70 por ciento. Es decir que en realidad producen para autoabastecerse y no para satisfacer la demanda interna, condenando sin ninguna duda a los que no tienen cupo o tienen un cupo absolutamente insatisfactorio.

Si estamos pensando que entre el 25 y el 30 por ciento de la producción de Papel Prensa está distribuida en 170 diarios del interior del país, según dice en la página de Internet, es porque evidentemente hacen un reparto que todavía no hemos podido comprender. Pero sí sabemos, por los comentarios y por el análisis que nos han brindado distintos medios del interior, que tienen un cupo que satisface el 10 por ciento de su demanda y el resto tiene que ser vía importación o revendedores.

Cuando hacemos este análisis no tenemos ninguna duda de lo que está sucediendo entonces: están definiendo quién acumula capital y quién no acumula capital y están definiendo quién queda en el mercado y quién no.

Ustedes conocen la historia mejor que nosotros que recién nos hemos instalado en este tema. Defender esta posición sin ninguna duda no merece más que el elogio a que esta iniciativa se haya ejercido en este momento frente a aquellos que tienen que proveerse vía importador o distribuidor.

Nosotros hemos hecho el análisis de los números fríos que nos pueden dar el promedio anual de cada uno de los años que hemos ido analizando y nos hemos encontrado con que hasta un 84 por ciento está por encima del precio de importación, por encima del precio en el cual ellos se autoproveen.

¿Por qué decimos que se autoproveen? ¿A qué precio? Porque en realidad se han definido bonificaciones por volumen y por pronto pago a las cuales pueden acceder solamente ellos y además asociando a aquellas pequeñas empresas que están relacionadas con ellos, como "La Voz del Interior" y "Los Andes" de Mendoza. Es decir que no tendrían que acceder por volumen a esos descuentos pero han determinado -esto está documentado, no hay más que buscar la documentación para verificarlo- asimilar a esas pequeñas editoriales, que son por supuesto parte de las empresas relacionadas con el Grupo Clarín, para otorgarles los mismos beneficios que tienen "Clarín" y "La Nación", es decir, AGEA Sociedad Anónima y Sociedad Anónima La Nación, más CIMECO, que por supuesto tiene la propiedad de esos dos diarios que accedieron a estos beneficios y a otros más que ya les voy a enumerar.

Entonces, por un lado, tenemos a quién se le vende y a quién no se le vende, es decir, yo soy el dueño de esa canilla y decido a quién le abro la canilla y a quién no se la abro.

La otra cuestión es cuál es el precio, qué precio autodetermino para mí y a quién condeno a otro precio. Lo que nosotros hemos podido verificar, y está documentado en lo que les estamos entregando, es un informe que primero lo hicimos en el equipo que está representando en este momento al Estado nacional, pero luego lo perfeccionó la Sindicatura General, que por supuesto ejerce como síndico en Papel Prensa en esa Comisión Fiscalizadora que ha dado tanto que hablar. Lo que ha quedado determinado para el año 2009 es que en un trimestre se autoproveyeron por debajo de los costos variables, y que en tres trimestres del año 2009 se autoabastecieron o autoproveyeron por debajo del costo total.

Por eso hablamos de revisar costos, sin ninguna duda. Porque si esta es la situación, están haciendo que esto no sea sostenible en el tiempo. Ninguna empresa puede vender el 70 por ciento de su producción por debajo del costo de producción.

Se han generado tres segmentos: uno para las empresas relacionadas, con todos estos beneficios; otro de algunos que tienen cupo, en una ficción en la que pareciera que se entrega entre un 25 y el 30 por ciento a otros diarios -en algunos casos no es ficción, porque pueden ser diarios amigos o empresas relacionadas-, y el tercero, sin ninguna duda mucho más importante que este segundo, que es el que tiene que proveerse sólo vía importación.

Como bien dijo quien me antecedió, una cosa es el precio que podemos poner en los informes, que es el precio CIF en el puerto de Buenos Aires; otra cosa es trasladarlo al microcentro de la Capital Federal y otra enviarlo a La Rioja, Córdoba, Ushuaia o Tucumán.

No solamente sabemos esto sino que además ninguna pequeña o mediana empresa puede acceder vía importación porque por volumen no podrían hacer la compra si no es mediante asociaciones o generando cooperativas, lo cual está formado por otro segmento -que como bien se dijo-, que son los amigos y beneficiarios de este club o grupo dominante de Papel Prensa.

Tenemos entonces el grupo de los castigados que no tienen papel, y otro grupo, de los que tienen algo de papel para generar una ficción aunque pagan otro precio.

Esto está generando ventajas competitivas, que es por lo que en realidad vinieron. ¿Por qué necesitaban las acciones clase A y no tuvieron miramientos en cuáles eran los procedimientos y los métodos, que están denunciados como delitos de lesa humanidad? Porque querían gerenciar la empresa, ponerla a su servicio, generarse estas ventajas competitivas y definir quién queda y quién no queda en el mercado.

Cuando analizamos los precios, nosotros podemos trabajar con promedios. Haciendo una comparación de los últimos cuatro o cinco años, en un año hemos encontrado que están 80 por ciento por encima del precio. Pero cuando analizamos 2009, año en el que hubo una baja del precio internacional, hay que ver quién compró en enero y febrero, porque nos encontramos con precios mensuales desde 850 dólares hasta 550 dólares en algún mes. Es decir que para hacer este análisis somos muy conservadores y evidentemente es imposible que puedan competir los llamados "diarios del interior", a los que nosotros queremos ahora denominar "diarios del país", porque pareciera que se ha instalado que hay diarios nacionales, cuando en realidad son diarios capitalinos.

La libertad de expresión, los derechos a tener papel, escribir y tener las distintas visiones van a permitir profundizar la democracia. Por eso estamos trabajando. La instrucción que nos dio la presidenta de la Nación en primer lugar es: cupo para todos. Esto era casi naif cuando llegamos y lo pedimos, y por supuesto nos encontramos con una negativa absoluta. Ahora vamos por las inversiones, no solamente por cuidar el medio ambiente sino por hacer las inversiones que hagan falta, que es lo que está considerando la propuesta del Estado nacional.

Necesitamos que todos accedan al papel en condiciones igualitarias y equitativas para eliminar estos monopolios y abusos de posición dominante. Seguiremos trabajando en conjunto el Estado, el gobierno y los particulares que estén interesados en este tema. Muchas gracias. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULIO Tiene la palabra el señor Ricardo Badía, gerente del diario "Página 12".

SR. BADÍA Buenas tardes a todos. Soy directivo del diario "Página/12", que como todos ustedes saben es un diario que hace veintitrés años se edita en este país.

Yo estoy desde esa época, y nos ha costado muchísimo lograr posicionar el diario, sobre todo en los primeros años, en donde el papel para imprimir lo comprábamos diariamente y de contado. La única manera de conseguir papel era pagándolo por anticipado y de contado, lo cual indudablemente daba una desventaja muy grande porque teníamos que acomodar la tirada a la cantidad de plata que teníamos para comprar.

Algunos decían hoy que tenían que importar y que también había que pagar por anticipado. Cuando no conseguíamos papel en el país también tuvimos que importarlo y pagarlo por adelantado, lo que creaba una desventaja enorme porque una de las tareas principales era conseguir la plata para poder imprimir el diario, más allá de hacer el diario, poner las noticias y conseguir los avisos. Fue un desgaste enorme que hemos vivido durante muchísimo tiempo.

Creo que es muy positivo que todos los diarios puedan comprar el papel al mismo precio. Es fundamental para que pueda haber equidad, existan nuevos proyectos y se consoliden los existentes.

Hay muchas cosas que son muy distintas en los diarios, no solamente el precio del papel. En estos tiempos también se está hablando del tema publicitario, que también habrá que tocarlo en algún momento. Como ustedes saben, la publicidad también está manejada por determinados grupos. Nosotros tenemos veintitrés años en el mercado y no tuvimos nunca aviso alguno de las cadenas de electrodomésticos. Los lectores de "Página/12" también compran televisores, heladeras y microondas. Tampoco tenemos avisos de bancos; son muy pocos los bancos que apoyan a determinados medios.

El papel es fundamental para los diarios y también lo es la publicidad. En las dos cosas hay manejos que no son democráticos. Apoyamos lo que está tratando esta comisión en el sentido de que el papel sea igualitario para todos pues es fundamental para cualquier diario tener un precio competitivo en el costo de ese insumo.

Creo que decir más sería redundar en todo lo que se ha expresado. Nosotros tenemos cupo de Papel Prensa hace siete u ocho años, que por supuesto no nos alcanza, y una parte lo compramos a un costo parecido al importado, aunque con Papel Prensa es más ágil y no hay que pagarlo por anticipado, pero no es suficiente para nuestra tirada.

Apoyamos mucho la iniciativa y estamos a disposición de todos ustedes para cualquier información que podamos dar. Muchas gracias. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULIO Tiene la palabra el señor Néstor Piccone, integrante para la Coalición por una Radiodifusión Democrática.

SR. PICCONE Señora presidenta: agradezco a la Comisión de Comercio de la Cámara de Diputados por convocarnos para abrir el debate sobre este tema.

Como dijeron algunos de los compañeros que expusieron antes, el año pasado estuvimos en este mismo lugar -después fuimos al Senado- para defender la ley de medios. En aquel entonces se hablaba de la ley de medios "K"; hoy, de que el gobierno quiere manejar Papel Prensa para controlar la prensa.

No he visto en esta audiencia a muchos diputados de la oposición; dado que ésta es una convocatoria general y abierta sería bueno que vinieran, como debieron haber venido el año pasado cuando analizamos la ley de medios. Sería bueno que para escuchar las distintas posiciones participaran en estas audiencias, que no surgen de la necesidad de los kirchneristas de decir tal o cual cosa sino de que todos abramos nuestras cabezas para recibir información y dar noticia -soy periodista- de situaciones y hechos que han ocurrido.

Hablaré en nombre de la clase trabajadora; concretamente, en nombre de los trabajadores de prensa. He escuchado a empresarios y a compañeros de diarios recuperados; no tuve la oportunidad de oír al señor Edgardo Carmona, quien también se refirió a los trabajadores de prensa.

Para algunos puede ser un daño colateral lo que sucedió con los trabajadores de la comunicación a partir del avance monopólico en el manejo de Papel Prensa y la apropiación de los medios audiovisuales desde el año 1989 y antes también.

Quiero contar, dar noticia, de que como bien decía el representante de "Ámbito Financiero", desde el año 1983 los trabajadores venimos haciendo denuncias sobre la situación de Papel Prensa. Cuando íbamos a negociar con los empresarios -"Página 12" también estaba-, nos decían que el costo del papel era muy alto, porque como Papel Prensa no lo entregaba a determinado precio no se podían aumentar los salarios. En algunos casos, esto servía como justificativo para producir despidos.

Nosotros, como trabajadores de la comunicación, queremos dar noticia a la Cámara de Diputados de estos hechos para que entienda la importancia del tema. Desde 1983, los trabajadores de prensa nunca salimos por los medios para dar noticia de lo que significaba el manejo monopólico de Papel Prensa; por eso queremos aprovechar este espacio.

Apenas iniciada la democracia vimos desaparecer a diarios como "La Voz", "Época" y "Tiempo Argentino". Más cerca en el tiempo presenciamos la caída de "Crónica", aunque todavía -por suerte- sigue saliendo. También podemos mencionar al diario "Crítica", cuyos trabajadores vienen luchando desde hace algún tiempo por sus fuentes de empleo. En el interior del país vimos cómo se perdían "La Voz del Interior", "La Capital", de Rosario, y "Los Andes", diarios típicamente regionales que fueron quedando en manos del monopolio.

Una de las herramientas que el monopolio utilizó para quedarse con estos diarios fue, justamente, el manejo del papel. Al respecto, quiero contar un hecho que quizás no trascendió mucho últimamente pero que en su momento logramos que sí lo hiciera. Me refiero a lo ocurrido con el diario "La Razón".

El grupo Clarín, dirigido por Héctor Magnetto, logró con su avance monopólico que en 1990 el juez Héctor Foiguel López -quien fue denunciado por este hecho- decidiera que el paquete accionario de "La Razón" en Papel Prensa le fuera entregado a un precio vil. Esto no tuvo ninguna trascendencia, y como tampoco la tiene ahora queremos aportarlo a la investigación, porque nos parece necesario que se investigue.

No estuvimos de acuerdo con que "La Nación" y "Clarín" se quedaran con Papel Prensa; ya lo describieron casi todos los que me antecedieron en el uso de la palabra, entre ellos Beatriz Paglieri, quien lo explicó bien. Sumado a esto, a poco de andar, el grupo Clarín se queda también con las acciones de "La Razón".

Luego de un largo conflicto que les costó el empleo a setecientos trabajadores, se logró -después de que tomaran el diario varias veces- su reapertura. Esto pasó en 1987, en la época de Pirillo. Me tocó vivir esa época en el diario y la segunda gestión de Peralta Ramos, donde también se luchó para evitar su cierre. Después, el juez Héctor Foiguel López declara la quiebra de "La Razón" y vende sus acciones de Papel Prensa.

A propósito de ello, recomiendo a quienes investigan sobre el tema leer el libro que José Ignacio López escribió a Magnetto; según ese libro, Magnetto no miente y dice la verdad. Cuenta cómo se quedaron con Papel Prensa y de qué manera intervinieron en la época de los militares; cuenta cómo Magnetto iba a hablar con la junta de comandantes en una época en la que, en realidad, no había mucha gente que tuviera la posibilidad de hacerlo a fin de concretar negocios. La mayoría de nosotros tuvo que vivir en el exilio -a veces, interno- y cambiar de trabajo o de estudio, porque en aquel entonces, al menos quienes teníamos una militancia -en mi caso era una militancia universitaria- no podíamos tener una vida tranquila o normal.

En otras palabras, no había mucha gente como Magnetto, Mitre o Marcos Peralta Ramos, quienes podían sentarse a negociar en términos económicos.

Para quienes quieren un poco de historia acerca del diario "La Razón", me permito recordar que Rodolfo Walsh, uno de nuestros periodistas y desaparecidos más queridos, escribió El caso Satanovsky. En la dictadura de la mal llamada Revolución Libertadora, el Ejército también se quedó con una parte de todo esto; justamente, a partir de la denuncia del caso Satanovsky, Rodolfo Walsh saca a la luz el manejo del diario "La Razón" en la época de aquella dictadura.

El diario "La Razón" siempre estuvo connotado; en su libro, Magnetto afirma que se sorprendía al ver que la junta de comandantes tuviera tanto diálogo con Peralta Ramos o con "La Nación". Él, en cambio, no se incluye. Luego de mucho tiempo de avanzada la democracia, sabemos que el diario "La Razón" trabajaba en connivencia con sectores del Ejército y que incluso participó en sus internas.

Lo que hoy aparece en los diarios como una pelea de Clarín contra el gobierno de Kirchner, es en realidad una pelea de Clarín contra la democracia. Ya lo dice Magnetto en su libro: está feliz de haber enterrado al gobierno de Alfonsín, de haber enfrentado al gobierno de Menem y a todos los otros que se sucedieron en democracia, y de haber salido indemne.

No venimos a apoyar al kirchnerismo para que se pelee con Magnetto. Venimos de aquella historia; somos parte de los setecientos trabajadores de "La Razón" que tomamos el diario durante más de tres meses entre 1989 y 1990. Vivimos el traspaso del gobierno de Alfonsín al gobierno de Menem adentro del diario, y peleamos y negociamos con ministros; uno de ellos fue Mera Figueroa, quien conseguía compradores para el diario pero Clarín se los volteaba.

Robert Maxwell, capo de la prensa mundial, vino al país para comprar el diario "La Razón". Nosotros, como integrantes de la comisión interna y del sindicato Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires -órgano del cual yo era su secretario de organización- fuimos a hablar con el entonces ministro Mera Figueroa, quien nos respondió: No, Clarín no quiere; lo que quiere, son las acciones. ¿Dónde están las acciones de Papel Prensa del diario "La Razón"? Las tiene Clarín.

Es decir que situaciones de este tipo no se dieron sólo en la época de la dictadura militar; también ocurrieron en democracia.

Luego de pasar por las manos de Spadone y de Alemann, ¿quién es hoy el dueño del diario "La Razón"? ¿Quién pudo tener la posibilidad, al enterarse de que saldría el diario "El Argentino", de introducir cambios en una semana para que el diario "La Razón" pasara a distribuirse gratuitamente por las mañanas? Alguien que tiene el manejo del papel y la capacidad de cambiar una economía a gran escala, porque distribuir cien mil ejemplares no es algo que pueda hacer cualquiera. Pasar en una semana a distribuirlo a la mañana en lugar de hacerlo por la tarde, es un hecho importante.

Todo esto que acabo de decir ya lo pensábamos el año pasado cuando vinimos a dar nuestra opinión sobre la ley de medios; era la información que teníamos. En esta ocasión quise reiterarla, porque ¿dónde podemos volcarla si no es en estos ámbitos que abre la democracia?

Hoy día se sigue atacando al artículo 161 de la citada ley. Dice Clarín que no puede desprenderse de sus empresas -que como dijo Hebe de Bonafini, son más de doscientas sesenta- en el transcurso de un año; ya pasó casi un año desde la sanción de la ley y todavía les queda otro año más. Pero no se planteó ese problema cuando se apropió de Canal 13. Nosotros estuvimos en esa época, y si bien no podíamos tomar Canal 13 supimos que a Abel Maloney -quien ya falleció-, Clarín lo designó en Radio Mitre en el proceso previo a la privatización para marcar a los trabajadores.

Esto también se cuenta en el libro. No dice "para marcar a los trabajadores", pero sí que Abel Maloney estuvo en Radio Mitre en un proceso de adelantamiento de su apropiación, algo que también se hizo con Canal 13.

Abel Maloney apretaba y amenazaba con despidos cuando venía la privatización y marcaba gente, cientos de trabajadores, que después fueron despedidos o congelados en Canal 13. Ese fue el proceso privatizador.

Pero quiero relacionar este punto con el artículo 161 porque en seis meses construyeron lo que ellos necesitaban como empresa para presentarse en el proceso licitatorio de las privatizaciones. Cualquiera que haya vivido esa época sabe, a mí me tocó como sindicalista en aquel momento hablar con Enrique Albistur, que quería disputar estos canales de televisión, y él decía: "No, los pliegos están hechos a la manera y al modo que Clarín quiere". No sólo hizo los pliegos como quiso Magnetto sino que también puso gente que le sirvió para marcar trabajadores.

Lo único que yo quiero es dejar esto como testimonio. Seguramente no define el testimonio de los trabajadores pero pido a los señores diputados y diputadas que lo incorporen porque como daño colateral, al menos, de lo que ha venido haciendo Papel Prensa con respecto a los diarios que cerraron. Ya enumeré unos cuantos periódicos, en el interior del país hay muchos más y es un perjuicio también para la clase trabajadora. Gracias. (Aplausos).

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora Amalia Eliades, docente de la Universidad Nacional de La Plata.

SRA. ELIADES Buenas tardes a todos y a todas. Agradecemos especialmente la invitación. Esta mañana estuvieron presentes compañeros de la Universidad Nacional de La Plata, y yo soy docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de esa Universidad, casa pionera en la formación de periodistas en el país y que también tiene, como todos saben, muchos desaparecidos.

Dada la materia a la que me dedico, soy licenciada en comunicación social y abogada, especialmente estoy formada en derecho a la información y a la comunicación, el año pasado tuve la oportunidad de estar acá por la discusión de la ley de servicios de comunicación audiovisual. Este año estamos convocados para hablar sobre el acceso igualitario al papel para periódicos y el derecho a la comunicación y a la cultura.

Realmente es mucho lo que tenemos que decir y aportar al respecto. Escribí algunas líneas para atenerme al acotado tiempo que cada uno tiene, a fin de dar lugar a las distintas voces que necesariamente tienen que hablar sobre estos temas, teniendo en cuenta que hay muchas posturas jurídicas que tergiversan expresiones tales como: derecho a la comunicación, derecho a la información y libertad de prensa.

Este proyecto de ley que se encuentra en análisis aporta luces en torno a la declaración de interés público de la actividad de fabricación, distribución y comercialización de papel para periódicos.

Desde la Declaración de Derechos Humanos de 1948 y con la contribución de los tratados internaciones que le sucedieron hay puntos de inflexión en el entendimiento del derecho a la libertad de expresión. Es hora de que incorporemos en la práctica cotidiana de nuestras vidas que este derecho no se limita a la libertad de prensa y sólo para los medios sino que, por el contrario, va mucho más allá.

Es el derecho de todos y todas, de cada uno y de cada una, derecho individual y derecho colectivo y social del sujeto universal de buscar, dar, recibir, investigar y acceder a la información, tan necesario como el aire que respiramos, aire viciado desde la última dictadura militar por la concentración mediática que pretendió secuestrar la pluralidad de voces.

El acceso al papel para periódicos es fundamental. El artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica, que tiene jerarquía constitucional en nuestro país, establece claramente en su inciso 3: "No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones".

En esta línea, el punto 12 de la Declaración de Principios de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sostiene que: "Los monopolios u oligopolios en la propiedad y control de los medios de comunicación deben estar sujetos a leyes antimonopólicas por cuanto conspiran contra la democracia al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho a la información de los ciudadanos".

Este derecho a la información con su carácter bifronte, como derecho individual y como derecho colectivo y social, como derecho a dar información y derecho a recibirla, tiene otra significación en este contexto. Esta doble condición fue especialmente enfatizada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la Opinión Consultiva 5/85, que descuento que el doctor Loreti esta mañana habrá rescatado, que en uno de sus párrafos nos advierte: "...tampoco sería admisible que, sobre la base del derecho a difundir informaciones e ideas, se constituyeran monopolios públicos o privados sobre los medios de comunicación para intentar moldear la opinión pública según un solo punto de vista.

"Así, si en principio la libertad de expresión requiere que los medios de comunicación social estén virtualmente abiertos a todos sin discriminación o, más exactamente, que no haya individuos o grupos que, a priori, estén excluidos del acceso a tales medios, exige igualmente ciertas condiciones respecto de éstos, de manera que, en la práctica, sean verdaderos instrumentos de esa libertad y no vehículos para restringirla".

Creo que hasta ahora todos los testimonios dan cuenta de que esas exclusiones a priori violentan obviamente el sistema interamericano de derechos humanos al que pertenecemos.

Pero de esta perspectiva y de este entendimiento de derecho a la libertad de expresión, desde el punto de vista del sujeto universal, es necesario asumir la necesidad -quienes me precedieron en el uso de la palabra lo marcaron- de un Estado muy activo que garantice la efectiva realización de los derechos y que implemente políticas públicas.

En este sentido, dentro de la doctrina de la libertad de expresión, voy a citar a un catedrático norteamericano, Owen Fiss, profesor de la Yale Law School, quien sostiene que: "Los debates del pasado asumían como premisa que el Estado era el enemigo natural de la libertad. Era el Estado el que estaba tratando de silenciar al individuo, y era al Estado a quien había que poner límites. Sin embargo, hoy hay una serie de temas en los cuales el Estado resulta imprescindible y es necesario para que sea un amigo o, más aún, el garante de esas libertades. Una de ellas se refiere al impacto que las concentraciones privadas de poder tienen sobre la libertad de expresión y la necesidad del Estado para contrarrestar esas fuerzas.

Así, el Estado está obligado a actuar para promover el debate público cuando poderes de carácter no estatal ahogan la expresión de opiniones y de este modo:..." -dice el profesor de Yale- "...Habrá que asignar recursos públicos -repartir megáfonos- a aquellos cuyas voces de otra forma no serían oídas en la plaza pública". Cambiemos esto por repartir papel.

En otras palabras, podríamos decir que un Estado viola la libertad de expresión si no garantiza concretamente que la comunidad acceda a los medios de comunicación y a los insumos para su realización, en este caso el papel para periódicos, y es fundamental que contrarreste las fuerzas de la concentración privada.

Quiero detenerme, y espero que me alcance el tiempo, en un punto muy interesante que tiene el proyecto de ley en cuanto a la declaración de interés público para la fabricación, comercialización y distribución del papel para periódicos.

Este proyecto se enmarca en la concepción necesaria de un Estado activo, promotor y garante del derecho a la información, con un rol central en la promoción de la pluralidad de voces.

En este sentido, resulta pertinente tener en cuenta el concepto y contenido del interés público en palabras de Héctor Escola, un administrativista argentino, que lo caracteriza como "el resultado de un conjunto de intereses individuales compartidos y coincidentes de un grupo mayoritario de individuos, que se asigna a toda la comunidad como consecuencia de esa mayoría, y que encuentra su origen en el quehacer axiológico de esos individuos, apareciendo con un contenido concreto y determinable, actual, eventual o potencial, personal y directo respecto de ellos, que pueden reconocer en él su propio querer y su propia valoración, prevaleciendo sobre los intereses individuales que se le opongan o afecten, a los que desplaza o sustituye, sin aniquilarlos".

En cuanto a la referencia de posibles contenidos Escola la centra al afirmar que todo pretendido interés público, para ser verdaderamente tal, debe poder subsumirse en las grandes finalidades establecidas por el preámbulo de la Constitución Nacional, cerrando la vía a que se constituyan como intereses públicos meros intereses sectoriales sobre el grupo de partido y de ideologías que no se conjugan con la organización político y social.

En esta línea el proyecto de ley se enmarca en la Constitución Nacional de forma plena, pues en su Preámbulo establece el objetivo de promover el bienestar general. Y por supuesto que se enmarca en los tradicionales artículos 14 y 32 de la Constitución Nacional, sobre los cuales adelanto -porque existen interpretaciones maliciosas- que el artículo 14 establece que todos los habitantes tenemos derecho a expresarnos por la prensa sin censura previa, pero estos derechos son conforme las leyes que reglamentan su ejercicio, y el artículo 32 dice que el Congreso federal no sancionará leyes que restrinjan la libertad de imprenta. Es muy claro que dice que no la restrinjan, porque hay toda una teoría que ha sostenido que la mejor ley de prensa es la que no existe y que el artículo 32 en realidad exhorta a que no haya regulación del sector.

Esto no es así. Uno de los constitucionalistas más clásicos, Germán Bidart Campos, se enrola en la teoría de que la palabra precisa del artículo 32 es "restringir", no "no reglamentar". Con lo cual es deber del Congreso Nacional reglamentar, porque no estamos hablando de censura en los contenidos -como enfocan los medios interesados- sino que estamos hablando del acceso al soporte, al papel para periódicos, al continente por el cual se realiza esta libertad.

El principio del interés público como estándar jurídico es una creación del derecho administrativo francés formulada conceptualmente en el siglo XVIII. Las primeras formulaciones jurisprudenciales del concepto nos muestran un Consejo de Estado algo oscilante, confrontado entre dos dimensiones del interés público, una que lo concibe como un interés general que representa a la agregación o suma de los intereses particulares; otra que lo relaciona con la misión o con los fines encomendados del Estado, fines que deben interponerse a los intereses de los individuos y que representan la expresión de la voluntad general.

Es esta última idea de un interés público más allá de la voluntad de los particulares y que corresponde al patrimonio teleológico del Estado, la que finalmente se impuso. Por supuesto que la mera remisión al interés público no alcanza y que éste debe estar fundado y atender a objetivos y finalidades concretas.

En este sentido entendemos que el artículo 2° del proyecto enmarca muy bien el fundamento del interés público porque lo ciñe a asegurar la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios con materia prima nacional; disponer las medidas que permitan el abastecimiento de todos los medios de información gráficos que lo requieren en condiciones igualitarias, asegurando el respeto de la igualdad en los precios de compraventa del producto y demás condiciones de contratación, debiendo evitarse la distorsión de los precios de mercado, y promover el desarrollo de la prensa independiente, garantizando los medios para la publicación de ideas y opiniones, y contribuyendo al derecho de libertad de expresión resguardando el acceso de todos los ciudadanos a la información.

Dentro del concepto de interés público podemos encontrar tres funciones básicas: la semántica, la deóntica y la hermenéutica. El concepto de interés público cumple una función semántica importante pues las instituciones de derecho administrativo se explican inmediata o mediatamente por referencias a este principio. Inclusive las competencias de los tres órganos del gobierno pueden explicarse a partir de la tarea específica que cada uno de ellos debe realizar en relación con el interés público. El legislador lo define, como tienen ahora el desafío ustedes de definir este interés público para el acceso igualitario del papel para periódicos. La administración lo aplica en cada caso concreto, sin perjuicio de complementar la definición legal mediante el ejercicio de la potestad reglamentaria. Y la magistratura judicial analizará la correcta aplicación o no de la norma, de acuerdo con el interés público.

El interés público asimismo tiene una función deóntica porque impone un condicionante ético para la actuación administrativa porque instala valores contrarios al poder absoluto y a la arbitrariedad. Esto también está presente en este proyecto de ley.

Finalmente, el interés público constituye un presupuesto hermenéutico dado que aporta a la atmósfera interpretativa dentro de la cual deben analizarse las situaciones y relaciones jurídicas regidas por normas y principios del derecho constitucional, administrativo y público en general. El interés público debe ser el criterio o estándar de interpretación básico de toda relación jurídica administrativa. Creemos que este aporte hermenéutico que implica la declaración de interés público de la actividad va a dar otra visión democrática de acceso igualitario compatible con todo el marco constitucional vigente. Muchas gracias. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULIO Tiene la palabra el profesor Gustavo Lugones, rector de la Universidad Nacional de Quilmes.

SR. LUGONES Celebramos la realización de estas audiencias públicas y estamos muy satisfechos de poder participar y traer la mirada de las universidades nacionales, que ya han intervenido en el día de hoy.

Este proyecto de ley nos parece particularmente pertinente y necesario. Desde un punto de vista conceptual, que los poderes del Estado se organicen y coordinen para regular el acceso a un insumo básico, como es el papel para la prensa gráfica, es la manera legítima de que el Estado asegure el cumplimiento de uno de los requisitos para garantizar la libertad de expresión.

Si la censura o la persecución política a quienes expresan sus opiniones en forma escrita es siempre una preocupación de quienes se interesan por la libertad de expresión -y está bien que así sea-, igual preocupación es requerida para asegurar el acceso al insumo en condiciones igualitarias de precio, cantidad, calidad y oportunidad para hacer viable ese derecho a la libre expresión.

Es decir que la competencia por ganar el favor de los lectores se da en el campo de los contenidos, de las ideas y de la forma en que éstas se presentan, y no debe verse afectada por mecanismos monopólicos o cartelizados en la provisión de insumos básicos.

Esto es válido conceptualmente y creo que trasciende tiempo y lugar. Es válido universalmente y en todo momento, y parece urgente en nuestra sociedad, porque estamos frente a una situación en que de hecho no existe esa igualdad de condiciones en el acceso al insumo que mencionábamos como uno de los requisitos para la libertad de prensa. Que esto haya venido sucediendo desde hace décadas le da un carácter perentorio al abordaje de este proyecto.

Se trata de reparar una situación de injusticia de larga data. Hay entonces razones de fondo y de concepto que hacen a la estructura de la sociedad y de su funcionamiento, y razones de urgente actualidad, de especificidad coyuntural que me llevan en lo personal a adherir plenamente al proyecto en discusión.

Por otra parte, las formas propuestas en los artículos dispositivos me parecen muy adecuadas porque se refieren a la organización y coordinación de los poderes del Estado en la procuración o persecución del bien común. En virtud del artículo 1°, por ejemplo, se declara de interés público la producción y la distribución del papel, mientras que el artículo 3° establece la creación de una comisión bicameral.

No quiero dejar de mencionar que también me parece un acierto la inclusión en los considerandos de una serie de elementos que, afortunadamente, han sido remitidos desde la Presidencia de la República a la Justicia. Estos elementos giran en torno de las características que asumió el traspaso de las acciones de Papel Prensa que poseía el grupo Graiver durante la última dictadura. Esto es importante para que se esclarezcan los hechos y continuemos avanzando en el fortalecimiento de la verdad y la justicia.

Lejos de coincidir con quienes afirman que sobre lo ocurrido hace treinta años debería arrojarse un manto de olvido, entiendo que si se trata de delitos de lesa humanidad resulta ineludible su esclarecimiento si queremos construir una sociedad que se respete a sí misma.

Tampoco creo que el olvido sea la forma de evitar enfrentamientos o divisiones en nuestra sociedad, como he escuchado decir en estos últimos días a diversos actores políticos de nuestro país. La verdad, la justicia y el esclarecimiento del pasado son la única vía para avanzar hacia la verdadera reconciliación entre todos los argentinos.

Ahora bien; pienso que más allá de cómo se expida la Justicia frente a los elementos reunidos respecto de las características que tuvo el traspaso de las acciones, es decir, independientemente de los hechos que dieron lugar a esta situación de oferta monopolizada del papel, este proyecto de ley es más que justificable porque contiene la propuesta adecuada para resolver esa situación. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Raúl Olmos, del diario "Crónica".

SR. OLMOS Señora presidenta: lamentamos la ausencia de muchos diputados porque nos hubiera gustado que nuestra voz sea escuchada por todos. El diario "Crónica" tiene mucho para decir en esta historia, ya que quizás ha sido -por qué no decirlo- el medio que resultó más perjudicado durante este proceso de concentración de poder.

Antes de que naciera el diario "Crónica", su fundador -el señor Héctor Ricardo García-, en su libro Cien veces me quisieron matar, denuncia todas las prácticas monopólicas y el perjuicio que éstas generaron para los medios en general y particularmente para nuestro diario.

El 12 de abril de 1951 el Congreso de la Nación sanciona la ley 14.021, en virtud de la cual se produce la expropiación del diario "La Prensa". Este hecho, que atentó contra la libertad de expresión -los medios de aquel entonces nada dijeron al respecto- significó para Clarín nada más ni nada menos que la apropiación de un negocio millonario. Me refiero concretamente al negocio que en aquel momento tenía el diario "La Prensa": el de los avisos clasificados. A partir de ese hecho se produce rápidamente el traspaso de aquel negocio millonario diario a las arcas del grupo Clarín. Quizás ese fue el comienzo de esta historia de concentración de poder.

En 1974, cuando "Crónica" se encontraba en pleno auge y hasta se había transformado en un fenómeno mundial porque era el diario de habla hispana de mayor tirada a nivel internacional -vendía 700.000 ejemplares contra 150.000 que vendía Clarín-, fue clausurado por motivos políticos. Fue un atentado contra la libertad de expresión.

¿Qué significó esto para el Grupo Clarín? La prohibición de salir a la calle que pesaba sobre el diario "Crónica", que como dije antes vendía 700.000 ejemplares -contra 150.000 que vendía Clarín-, produjo una transpolación: a partir de ese año, "Clarín" modifica sus tapas y cambia su modelo adoptando uno más popular, pasando a vender 600.000 ejemplares.

Esto constituye una prueba cabal y contundente de cómo fue creciendo su poder a partir del apoyo de ciertas acciones políticas.

A fines del año 1975, la Corte Suprema de Justicia de la Nación levanta la prohibición y el diario "Crónica" vuelve a salir a la calle.

Cuando todavía no se había recuperado del duro golpe que significó estar un año sin salir a la calle, de mantener un plantel de periodistas y de trabajadores gráficos para abastecer la demanda, surge la compra de Papel Prensa por parte de Clarín y La Nación. Nuevamente, el diario "Crónica" se ve frenado en sus intentos de crecimiento por la provisión de papel. En aquel entonces, para abastecer la demanda que tenía, "Crónica" necesitaba mil quinientas toneladas de papel, pero el cupo que se le asignó era de trescientas toneladas mensuales. Es decir que le resultaba imposible crecer y cumplir con la cantidad de ejemplares que la gente requería.

Sin ir más lejos, observemos lo que ocurría en el año 2005. Si comparamos lo que pesaba un ejemplar del diario "Crónica" con lo que pesaba uno del diario "Clarín", veremos que el primero pesaba cien gramos y el segundo, un kilo. Resulta imposible competir con un diario que tiene el poder de generar publicidad en un kilo de papel, cuando hay que comprimir la información en un diario que apenas pesa cien gramos.

Con estos ejemplos queremos graficar lo difícil que es competir cuando el poder está tan concentrado en un grupo de medios que son competidores, por un lado, y proveedores, por el otro. Tenemos que pedir a nuestra competencia que nos venda papel; obviamente, nunca lo van a hacer. Muchas veces debemos pagar por anticipado para que nos entreguen el papel, y recién cuando los fondos son acreditados en la cuenta de Papel Prensa, deciden si nos envían o no el cargamento. Y no hablemos del diferencial de precios; si queremos importar el papel, el precio supera los 720 dólares por tonelada, mientras que Papel Prensa lo vende a 635 dólares. Nos gustaría saber cuánto pagan realmente Clarín y La Nación por el papel.

Lamentablemente no lo podemos saber.

Por todo esto que hemos expuesto es que nosotros apoyamos el proyecto y creemos que es una forma de democratizar los medios. Éste va a ser un aporte para que la sociedad entera pueda crecer en cuanto a la libertad de expresión. Solamente liberando esta posibilidad de que todos podamos acceder al papel en condiciones igualitarias, vamos a garantizar la libertad de expresión.

Por eso es que, por un lado, apoyamos el proyecto del gobierno. Creemos que por primera vez alguien escucha la voz. No es la primera vez que "Crónica" levanta la voz respecto de este tema. No es cierto que nunca se haya hecho nada. Históricamente venimos denunciando todas estas acciones de tipo monopólico que nos perjudican y agradecemos al gobierno que por primera vez alguien escuche nuestra voz.

Como decía, apoyamos la disminución de la participación accionaria de los socios mayoritarios de Papel Prensa a través del aumento de capital por parte del socio estatal. No pretendemos que se lo expropie ni que se lo deje fuera de juego pero sí que compitamos todos en condiciones igualitarias.

Estamos de acuerdo con la formación de un Consejo Federal Ejecutivo que garantice la distribución igualitaria del papel para todos los medios y el consecuente aumento de la capacidad de producción de papel en el país, que va a conllevar a un aumento de las fuentes de trabajo y a sustituir las importaciones de papel. Muchas gracias. (Aplausos).

SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor Rodrigo Conti, también del diario "Crónica".

SR. CONTI Soy periodista, antes que nada, y jefe de redacción del diario "Crónica".

Consideramos una oportunidad interesante estar aquí, pese a la increíble ausencia de muchos legisladores que deberían estar escuchando, porque se llenan la boca infinidad de veces hablando de libertad de expresión y democracia, palabras que muchas veces parece que no terminaran de comprender.

Nos pareció como periodistas del diario "Crónica" -lo conversamos en la redacción con mucha gente- que era importante venir también a expresar nuestro apoyo a esta iniciativa porque sentimos que los trabajadores de prensa somos parte de la empresa, que en este caso representa al diario "Crónica".

Seguramente, en nombre del diario "Crónica" representamos también a muchísimos diarios del interior del país que se han visto muy perjudicados a lo largo de muchos años.

Solamente esto es lo que quiero expresar, no quiero abusarme, y dejo este documento. (Aplausos).

- El señor Conti entrega un documento a la Presidencia de la Comisión.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Le agradezco y quiero decirles que va a ser publicado en la página web de la Cámara y de la Comisión de Comercio.

Tiene la palabra el señor Eduardo Rinesi, rector de la Universidad de General Sarmiento.

SR. RINESI Pensando en esta interesante posibilidad de hablar unos minutos ante los representantes elegidos por el pueblo para legislar en pos del bien común, sobre un tema para hablar del cual no tengo otro título que el de ser un ciudadano interesado en ese mismo bien común que los señores legisladores tienen la misión de promover y garantizar, me venía a la mente una expresión, una frase, que recuerdo haber oído muchas veces cuando era chico y alguna de mis tías, abuelas o maestras de la escuela decían que Fulano o Mengano hablaba sobre un cierto tema porque "el aire es gratis". "Fulano habla porque el aire es gratis", se decía. Y se quería sugerir con eso que si el aire no fuera gratis, si hubiera que pagar algún impuesto por llenarlo con el aliento de nuestras palabras, el tal Fulano mediría más esas palabras, no hablaría sobre lo que no sabe o se llamaría a silencio.

Pensándolo bien esta expresión "Fulano habla porque el aire es gratis", es sumamente odiosa. La gratuidad del aire, el hecho de que no debamos pagar ningún tributo ni ningún peaje por usarlo como medio de expresión de lo que tenemos que decir, incluso y sobre todo si lo que tenemos que decir no es el resultado de ningún saber experto ni de ninguna calificación particular, es la condición misma de la vida democrática en una República.

Y uso con toda intención esta palabra "República", que a menudo oímos usar en nuestros debates políticos actuales de manera sumamente parcial y sesgada pero que es una preciosa palabra de la gran tradición filosófica y política de Occidente, una palabra que alude a lo que es público, a lo que es común, a lo que es de todos e importa e interesa a todos.

Pues bien, la idea de República, trato de decir, es inseparable de la idea de que el aire es gratis, de que debe ser gratis y de que debe ser libre. La idea de República está asociada, en efecto, a la idea del aire libre, del aire como medio de comunicación y como espacio de encuentro de las palabras libres y gratuitas de todos los ciudadanos interesados en hacerse oír y en intercambiar sus ideas con nosotros.

Pienso en Jean Jacques Rousseau, en su celebración de la vieja República romana y de las asambleas realizadas justamente al aire libre. A Rousseau le gustaba el aire libre, las asambleas ciudadanas en la plaza pública, a la luz del sol, y sospechaba, en cambio, de las reuniones a puertas cerradas, en lugares cuya entrada pudiera estar eventualmente restringida o limitada o en los que las ubicaciones pudieran indicar odiosas jerarquías o prelaciones. Por supuesto en esas asambleas, en esas discusiones, en esas conversaciones entre los ciudadanos que forman una República, no tiene por qué ser todo armonía, acuerdos ni consensos.

Cuando conversamos, cuando hablamos libremente porque el aire es gratis y porque nadie nos marca la cancha de lo que podemos conversar, dominando o apropiándose del mismo medio en el que conversamos, a veces estamos de acuerdo y a veces no. A veces hay consenso y a veces conflicto, del tipo que sea, de opiniones, de valores, de intereses. La vida de una República está hecha también de estos conflictos y esto es algo que el pensamiento que se da a sí mismo entre nosotros el solemne título de "republicano", tendría que ir tratando de aprender.

El conflicto, las diferencias, no son el lado malo de la vida política de una comunidad sino muchas veces el motor de las transformaciones que la van mejorando y la hacen avanzar. Hay República, hay cosa pública, también porque hay conflicto. O mejor, hay República porque hay conflicto en el marco y sobre la base de un piso común y compartido del reconocimiento de un espacio común, que no es otra cosa que ese aire mismo que respiramos y que llenamos de palabras y que es y debe ser gratis y libre, porque si no, si el medio mismo en el cual y a través del cual podemos discutir ya no fuera libre y accesible a todos sino patrimonio exclusivo de una parte, de una fracción o de un grupo, ya no habría República en absoluto.

Estoy usando esta metáfora del aire porque, como les decía al comienzo, me vino a la memoria pensando en la posibilidad de tener hoy esta charla con ustedes, esa frase tan odiosa que decía que a veces hablamos porque el aire es gratis. Y he tratado de decir que no está bien, que es muy desafortunada esa frase que parece sugerir que habría que poner algún impuesto al aire para que la gente no diga tonterías, porque en realidad es la perfecta gratuidad del aire lo que constituye la condición misma de posibilidad de una vida política virtuosa.

Sin embargo, el tema que nos convoca en este debate, que hoy protagoniza la sociedad argentina y que es fundamental y decisivo, no es, como sabemos, el aire sino el papel y hay una diferencia evidente entre el aire y el papel. El aire puede, en efecto, ser perfectamente gratis, mientras que el papel no puede serlo porque hay que fabricarlo, distribuirlo e incorporarlo a un complejo dispositivo industrial y comercial.

Pero si lo que he tratado de decir hasta acá es razonable y si aceptamos que hoy la mayor parte de nuestras discusiones no las podemos sostener ya como lo hacían los antiguos romanos que le gustaban a Rousseau, al aire libre, sino que las sostenemos muchas veces en los diarios y por medio de los diarios, y esto por muchas razones -porque somos muchos, porque vivimos lejos, porque estamos ocupados y no en último lugar porque nos gusta leer el diario-, de esto se desprende que es necesario que el acceso y la disponibilidad de ese medio fundamental, que es el papel con el que se fabrican esos diarios, esté garantizado para todo el mundo en igualdad de condiciones.

¿Cómo se garantiza eso? De más de un modo, sin duda.

Mariano Moreno, por ejemplo, campeón de la misma causa republicana de su admirado Rousseau, sugería hace doscientos años en un texto de impresionante actualidad que debía ser el Estado el encargado de fabricar el papel con que se hacían los diarios, porque no había soberanía de la República si no había soberanía del Estado en la producción y suministro de ese insumo fundamental.

No es mi propósito hacer aquí ninguna sugerencia específica sobre cuál sería el mejor modo de producir papel de diario en la Argentina ni sobre quién debería llevar adelante esa tarea, sino uno mucho más primario y elemental: destacar, a partir de estas rapidísimas consideraciones que he querido hacer, que el problema de la producción y suministro del papel para diarios es en efecto y de manera evidente una cuestión del más alto interés para la República y para sus ciudadanos, y que al Estado le cabe, por lo tanto, velar por el bien de la República y los ciudadanos, velando sobre el modo en que esta actividad fundamental se lleva a cabo.

No hay ninguna duda, me parece, de que es del más alto interés público -tal como lo propone el proyecto de ley que los señores legisladores tienen en estos días a su consideración- la tarea de fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios en el país. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULIO Tiene la palabra el señor Raúl Olseli, representante de "El diario del Centro del País" de Villa a María, Córdoba.

SR. OLSELI Muchas gracias por la invitación, señora diputada Di Tulio, y a todos los diputados y diputadas que nos han convocado.

Después de semejantes oratorias y de semejantes personajes tengo el honor de llevar adelante una suerte de representación de los diarios pequeños, y en mi caso particular, de uno de los tantos diarios recuperados del país. El "Diario del Centro del País", de Villa María, Córdoba, fue fundado el 1° de abril de 1984 y fue recuperado por sus trabajadores el 13 de diciembre del 2001, una semana antes de que ardiera Troya.

Para nosotros es una gran satisfacción estar en este debate donde todos nos damos cita. En mi caso soy dibujante ilustrador, a veces a duras penas escribo algo, y como parte integrante de la Cooperativa Comunicar Limitada hacemos de todo: he sido síndico, presidente de la cooperativa, síndico suplente, vocal.

Con el transcurso del tiempo nos hemos dado cuenta de que precisamente el insumo principal del papel nos afectaba las salidas cotidianas. Cuando nos hicimos cargo del diario imprimíamos mil ejemplares, y hoy tenemos la suerte de decir que imprimimos entre cinco mil y siete mil, especialmente los domingos y lunes, principalmente por el deporte. Muchas veces nos hemos visto afectados en la compra del papel a través de la cooperativa COPPAL; nosotros no compramos directamente a Papel Prensa. Históricamente tuvimos el famoso cupo; el nuestro era de 8 toneladas, y recién en enero -por las acciones que son de público conocimiento- pasó a elevarse a 10, luego a 12, y hoy casi nos estamos abasteciendo en su totalidad, lo que no deja de ser peligroso porque a lo mejor si se enojan un poco nos bajan otra vez a 8 o a 10 y tenemos que volver a importar, como ya lo hemos hecho desde Canadá, Finlandia o Chile, lo cual es bastante azaroso.

Me pareció muy oportuno lo dicho por la directora de Papel Prensa, Beatriz Paglieri, en cuanto a los cupos y precios, pero también hay que considerar los costos de producción y una política pública que lo regule.

La mía no es una suerte de exposición teórica porque eso ya fue hecho con muchísima precisión por los oradores anteriores.

El precio de tapa de nuestro diario en 2001 era de 1 peso, y hoy en 2010 es de 2,50 pesos. Aumentó un 150 por ciento mientras que el papel prensa desde la misma época hasta el día de hoy aumentó un 450 por ciento, es decir que hay un desfasaje bastante importante.

Nuestra cooperativa tenía 32 socios y ahora somos 50. Se trata de una empresa de economía social que no tiene pauta oficial, lo que no quiere decir que el gobierno provincial de Córdoba no publique, porque se da cuenta de que nuestro diario que está insertado en Villa María y Villa Nueva, donde viven cien mil personas, se vende en una relación aproximada de 10 a 1 con relación a "Clarín", de 10 a 2 con "La Voz del Interior" y 10 a 1 "Puntal", que es una publicación satélite de "Puntal Río Cuarto" que nunca se supo concretamente quiénes son sus dueños. En esa competencia feroz nosotros tuvimos que librar esta batalla en esta suerte de recuperación como cooperativa desde 2001 a la fecha, como en tantos otros casos de recuperadas.

Nosotros tenemos que agregarle el transporte de la materia prima desde esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires a Villa María y la comisión del 4 al 8 por ciento a la cooperativa COPPAL.

El señor Piccone hablaba justamente de la Revolución Libertadora. Hoy 16 de septiembre de 2010 se cumplen 55 años de ella. Antes nos tiraron bombas con pólvora; ahora no están llenas de pólvora sino de cupos o acciones, como les quieran llamar. Muchas gracias por la invitación. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULIO Tiene la palabra Dafne Sabanes Plou, representante de la Iglesia Metodista Argentina.

SRA. SABANES PLOU Buenas tardes. Agradezco la invitación de la señora diputada Di Tulio para compartir con ustedes algunas ideas de nuestra Iglesia Evangélica Protestante, con casi 175 años de presencia en nuestro país.

En nombre de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina quiero expresar el apoyo al tratamiento parlamentario de la declaración de interés público de la producción y comercialización de papel prensa, con la expectativa de garantizar condiciones justas e igualitarias para todos los periódicos del país.

Seguimos sosteniendo los conceptos que ya señaló nuestra iglesia con motivo del debate en torno de la ley de servicios audiovisuales a través de su obispo Frank De Nully Brown. Esperamos que este tratamiento se haga en el marco de una discusión madura y responsable, donde el interés de la comunidad toda esté por encima de los intereses particulares, ya sean políticos o económicos.

Afirmamos que el Evangelio de Jesucristo es en esencia comunicación y diálogo, y por lo tanto la comunicación es un derecho dado por Dios a todo ser humano. Así, todo sistema de comunicación debe estar al servicio del desarrollo integral de la comunidad con un sentido de participación y crecimiento de la vida democrática y traducirse en una distribución más justa de la propiedad de los medios; en este caso en particular, en el acceso al papel para la prensa, para que todas las voces y opiniones puedan expresarse a través de la palabra escrita sin discriminaciones ni condicionamientos económicos.

Este es el desafío al cual Dios nos llama: trabajar por una comunicación que propicie una comunidad justa, libre y solidaria, enfatizando la responsabilidad que tienen quienes han sido elegidos por el pueblo para establecer las leyes que pongan estos derechos en acción sin dilaciones.

La Iglesia Evangélica Metodista Argentina está por cumplir 175 años de presencia y trabajo en nuestro país. Conocemos la lucha por las libertades de conciencia, de expresión y de culto, ya que durante las primeras décadas de existencia en la Argentina nos estuvo vedada la predicación en castellano, como si los argentinos y argentinas no tuvieran derecho a escuchar otra visión cristiana y otra lectura de la realidad a la luz del Evangelio ni adherir a ella.

Durante estos 175 años nuestra iglesia ha dado numerosos aportes al fortalecimiento del pluralismo, no sólo religioso y de la democracia en nuestro país. Estas contribuciones se destacaron especialmente en la discusión de leyes cuya aplicación logró cambios sustanciales a favor de la democratización de nuestro país, tanto social como económica y política, como las leyes de registro civil y de educación pública, universal, obligatoria, gratuita y laica, las leyes sobre divorcio, educación sexual, salud reproductiva y la reciente ley sobre matrimonio igualitario. También, como señalé anteriormente, realizó su aporte a la discusión sobre la ley de servicios audiovisuales.

Asimismo, la Iglesia Metodista siempre estuvo comprometida en la lucha por los derechos sociales y laborales, apoyando el dictado de leyes que los reconocieran y respetaran, y también en la defensa de los derechos humanos, integrando y apoyando el compromiso de distintos organismos durante la última dictadura militar y hasta el día de hoy.

Al apoyar este tratamiento parlamentario consideramos fundamental reafirmar que los derechos a la información y a la comunicación son parte de un proceso social esencial y el fundamento de toda organización social. Todos y todas, en cualquier lugar y en todo momento deberíamos tener la oportunidad de participar en los procesos de comunicación y nadie debería ser excluido de sus beneficios.

Como iglesia consideramos que debemos continuar participando en estos espacios de debate ciudadano, con el convencimiento de estar haciendo aportes sustanciales a la construcción de una sociedad más justa y equitativa, capaz de convivir con pluralismo, respeto y libertad. (Aplausos.)

SRA. PRESIDENTA DI TULIO De esta manera hemos concluido con la lista de expositores prevista para el día de hoy. Agradezco la presencia de todos los expositores. Hablo en nombre de los diputados y diputadas que están aquí presentes -y también los que han estado esta mañana- y que pertenecen a mi bloque, el del Frente para la Victoria. Ha sido un aporte interesantísimo para poder enriquecer el proyecto que estamos comenzando a estudiar.

También comparto con la mayoría de los expositores que así lo manifestaron mi pesar por los diputados y diputadas que no han acudido a esta audiencia pública.

La próxima audiencia pública es el martes que viene a las 10, donde también están anotados infinidad de participantes que representan sectores no sólo del mundo académico, como universidades, sino también gremios y por supuesto los diarios de la Argentina.

Reitero mi agradecimiento hacia todos ustedes y nos volveremos a encontrar el martes próximo. (Aplausos.)

- Es la hora 17 y 12.