Expresar su más enérgica condena a los atentados terroristas ocurridos el día 21 de abril de 2019 en Colombo, Batticaloa y Negombo, República Democrática Socialista de Sri Lanka, los que produjeron 290 muertes y dejaron al menos 500 personas heridas. Además, manifestar su solidaridad con la comunidad atacadas y sus profundas condolencias a los familiares de las víctimas.

Señor presidente:

La violencia contra un determinado sector o grupo no es patrimonio propio de esta época en particular sino atraviesa a distintos períodos históricos, con mayor o menor virulencia. Sin embargo, en estos tiempos hechos de este tenor adquieren una mayor gravedad en tanto se producen en un contexto en el cual existe un consenso generalizado respecto de la igual dignidad entre las personas, la tolerancia y el respeto por las distintas culturas.

En horas de la madrugada del día 21 de abril en Sri Lanka se produjeron una serie de atentados que causaron dolor, indignación y pesar en la comunidad internacional en su conjunto. Desde la 8.30 de la mañana y hasta unas horas luego el horror sacudió al país: una serie de detonaciones impactaron sobre iglesias cristianas y hoteles de lujo en su ciudad capital, Colombo, como también en las localidades de Batticaloa y Negombo, dejando hasta el momento el triste saldo 290 personas fallecidas y 500 heridas, algunas de las cuales en estos minutos se debaten entre la vida y la muerte.

Los primeros reportes producidos como consecuencia de las averiguaciones realizados por las autoridades policiales locales indican la autoría de los atentados por parte de National Thowheeth Jama’ath, un grupo extremista nacional con contactos con redes terroristas que actúan promoviendo el miedo en distintos Estados. El hecho tiene una capacidad dañina tal como para entristecer a cualquier persona más allá de las fronteras en que se produjo, aunque sus particulares circunstancias, demostrativas de la intolerancia, el odio, el fanatismo y la incapacidad de vivir en un mundo en convivencia y armonía con el otro.

Los atentados son demostrativos, además, de la necesidad de aplicar estrategias globales para abordar el fenómeno complejo del terrorismo, el que requiere el empleo de acciones conjuntas entre las diversas naciones para combatir las organizaciones criminales que operan más allá de las fronteras propias de los Estados, amenazando la paz entre los pueblos.

Por lo expresado, queda así fundamentado el presente proyecto y a consideración de los diputados y las diputadas para su sanción.