La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional, se cumpla estrictamente el espíritu de la ley 26.631, sancionada en 2007, de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos.

Señor presidente:

En el año 2007, se sancionó la Ley de Bosques, que regula el uso de los bosques nativos, y fue reglamentada en 2010. En ese momento, se desmontaban 300.000 hectáreas por año para convertir el bosque en zona agrícola. Para conservar los bosques se estableció un fondo de apoyo para la implementación de la ley: el Estado pondría a disposición de este objetivo la suma del 0,2 % del presupuesto nacional y del 3 % de las retenciones a las exportaciones de productos agrícolas y forestales.

En seis años de vigencia de la ley se ejecutó menos del 10 % de lo presupuestado. Esto significó que la deforestación se mantuviera. Recién en 2014-2015 se registró una disminución del desmonte, aunque todavía es mucho: se talaron 180.000 hectáreas.

De acuerdo a un estudio realizado en la Universidad de Boston, EEUU, en todo el planeta se ha producido un aumento de áreas verdes. Unos 36 millones de kilómetros cuadrados de superficie (algo así como 10 veces la superficie de la Argentina), reverdecieron en los últimos 33 años.

A contramano del resto del mundo, nuestro país retrocedió en cantidad de “superficies verdes”. Esto de acuerdo al informe publicado en la revista científica Nature Climate Change.

En la Argentina estamos reemplazando los bosques patagónicos, la selva misionera y el monte chaqueño por zonas de cultivo, no propios del lugar, como algodón, soja, poroto, etc.. perdemos zonas de biodiversidad.

La deforestación argentina también fue observada en las Naciones Unidas: en un informe de 2015, el país fue señalado como uno de los diez que más desmontan sus bosques.

De acuerdo a lo expresado por el Secretario de Política ambiental, Cambio Climático y Desarrollo Sustentable del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el presupuesto para este objetivo se ha aumentado más de un 60 %. Uno de los planes es fomentar la ganadería dentro de los bosques como modelo alternativo a la agricultura. De esta manera se reduciría la deforestación.

Las emisiones de dióxido de carbono contribuyen al temido cambio climático (algunas de cuya consecuencia son la creciente temperatura global, el deshielo, el incremento del nivel del mar, etc). Este aumento de la superficie verde puede verse como la contracara del problema, pero a decir de los expertos, esto no es suficiente. Pero ayuda.

De acuerdo a todo lo expuesto, solicito a los Sres. Diputados me acompañen con su firma en el presente Proyecto de Resolución.